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Poco a poco… ¡Nos vamos conociendo!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en General    ~    Comentarios Comments (4)

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Mono pensante

El tamaño (del cerebro) sí importa

 

 

Cerebro de embrión de ratón en el que se inyectó el gen humano que determina la expansión del cerebro. NATURE

Noticia de Prensa en el diario El Mundo:

“¿Qué nos hace humanos? ¿Qué es lo que me permite a mí expresar mis ideas a través del código simbólico que estoy tecleando ahora mismo, y lo que le permite a usted descifrar estas combinaciones de letras? Hoy sabemos que compartimos más del 95% del ADN con nuestros parientes más cercanos del reino animal, pero los grandes simios no pueden resolver ecuaciones matemáticas, ni escribir poesía, ni fabricar ordenadores, ni elaborar tratados de metafísica.

… “descendemos de los monos” y “tenemos un antepasado común con los monos” no son contradictorios, ni siquiera uno es más correcto que el otro, … El antepasado común no era ni Homo ni Pan, las dos especies divergieron y, mientras una sigue en la copa de los árboles, la otra está pensando en viajar a las estrellas.

Articulo - MagnaplusCómo viajar a Alfa Centauri - Eureka

Como dijo Stephen Hawking:

“Sólo somos una especies avanzada de monos en un planeta menor de una estrella muy normal, pero podemos comprender el Universo y eso nos convierte en algo muy especial”.

Pero… ¿Cómo ha sido posible este salto evolutivo? ¿Dónde está la diferencia fundamental que nos ha permitido convertirnos en monos parlantes y pensantes, imaginativos e innovadores?

Resultado de imagen de el  gran primatólogo Frans de Waal

Cuando en una ocasión le hice esta pregunta al gran primatólogo Frans de Waal, su respuesta fue rotunda:

“Nuestro cerebro es básicamente idéntico al de los simios, pero expandido. No hay nada nuevo salvo su tamaño, así que ahí debe residir la clave de lo que nos diferencia”.

Según este científico, somos muy parecidos a los primates en nuestras emociones básicas y nuestras interacciones sociales, pero lo que nos distingue es sobre todo el lenguaje y todo lo que tiene que ver con nuestra capacidad para el pensamiento abstracto.

Hoy sabemos que la estructura cerebral de los primates humanos y no humanos es muy similar, pero también que el cerebro del ‘sapiens’ es tres veces mayor que el de los chimpancés y los bonobos. En este terreno, por lo tanto, está claro que el tamaño sí importa, y mucho.

Por eso mismo es tan importante un nuevo descubrimiento que se acaba de publicar en la última edición de la revista Science. Un equipo de investigadores alemanes del Instituto Max Planck de Biología Molecular ha logrado identificar un gen que poseemos los humanos, a diferencia de nuestros ‘primos’ simios, y que determina la expansión de nuestra corteza cerebral, la sede de nuestras capacidades lingüísticas e intelectuales. Al inyectar este gen en embriones de ratón, se comprobó que el tamaño de sus cerebros aumentaba de manera muy significativa e incluso adquiría los típicos pliegues de nuestra materia gris.

Resultado de imagen de El ADN

Probablemente éste no sea no sea el único ingrediente del ADN que explique algo tan complejo como la inteligencia del ‘sapiens’. Pero sin duda hoy estamos más cerca de descubrir el secreto de lo que nos hace humanos y comprender por qué -como ha escrito Oliver Sacks en su conmovedora despedida– podemos disfrutar del privilegio de ser “animales pensantes”.

Nota del Autor del BLOG

Desde que tuvimos consciencia de Ser, desde que empezamos a comprender, comenzamos a plantearnos esas preguntas que nunca nadie a ha sabido contestar: ¿De donde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Hacia donde vamos?

Todas esas preguntas junto al hecho de que, a pesar del Tiempo transcurrido desde que estamos en el planeta Tierra siendo consciente de nuestro propio Yo, y, lo cierto es que, no sabemos si nuestro verdadero origen se fraguó en la misma Tierra o pudo llegar del Espacio Exterior, lo único que sabemos seguro es que, el material del que están hechos todos los seres vivos… ¡Fue elaborado en los hornos nucleares de las estrellas”

El resto de las preguntas siguen en el aire a la espera de encontrar esos eslabones que faltan para que podamos construir nuestro remoto pasado del que ningún historiador pudo escribir la crónica.

 

  1. 1
    Emilio Silvera
    el 30 de abril del 2018 a las 5:54

    Es cierto que el chimpancé y el humano, tienen un ancestro común que no era ni Homo ni Pan, y, no hemos podido despejar la incógnita del por qué, ambas ramas, el chimpancé y el humano divergieron y tomaron caminos difeentes, y, mientras que el huno aún sigue en la copa de los árboles, el otro, construye aceleradores de partículas, envía ingenios espaciales a otros mundos, o, desvela todas las secuencias del gen humano (entre otras muchas maravillas).

    El Lenguaje, la escritura, las matemáticas… ¡Nos separaron del resto de seres vivos de nuestro mundo!

    Responder
  2. 2
    nelson
    el 1 de mayo del 2018 a las 4:45

    Salud, Trabajadores!!!

    Responder
  3. 3
    nelson
    el 1 de mayo del 2018 a las 5:35

    Hola muchachada.
    Bueno, con los simios hay diferencia en el tamaño del cerebro, pero con los homínidos no tanto. Recordar que algunas ramas paralelas de homínidos, algunas de las cuales coexistieron, se cruzaron con el homo sapiens e integran nuestro ADN. Una de ellas, el Neanderthal sobrevive en nuestro ADN (salvo en los pueblos subsaharianos) al igual que el Hombre de Denisova e incluso un homínido desconocido del que aún no se han encontrado fósiles pero sí su ADN en el genoma de algunas poblaciones africanas. Pues bien, entre estos homínidos varios tenían cerebros de tamaño cercano al nuestro e incluso el del Neanderthal era algo mayor.
    Lo que implica que, si bien coincidimos en que somos “especiales” hay que reconocer que no somos exclusivos, que también somos la síntesis de otros “especiales” que no han sobrevivido pero nos dejaron una herencia con aspectos tanto negativos como enriquecedores.
    http://www.elmundo.es/ciHabría que ver si no jugamosencia/2017/02/23/58aec7cae2704eab578b45c6.html
    Saludos cordiales.

    Responder
    • 3.1
      Emilio Silvera
      el 1 de mayo del 2018 a las 5:51

      Estimado amigo Nelson, nuestros orígenes están situados tan lejanos en el Tiempo que, sus huellas se encuentran entre las brumas lejanas de muchos milenios y “borradas” por la misma dinámica del mundo y sus cambios. LO cierto es que, no dejamos de buscarlas para saber quiénes somos y de donde venimos.

      Saludos.

      Responder

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