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“Pasado” “Presente” “Futuro” ¿Una...

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Tiempo inexorable    ~    Comentarios Comments (3)

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No siempre sabemos ver… lo que el Tiempo es.

Hablamos del pasado y del futuro estando en el presente pero, por lo general, el pasado lejano se nos muestra como si estuviera retratado por la máquina que sostenía una mano temblorosa, todo aparece movido, confuso, sin claridad. Los espacios oscuros en los que nada podemos ver, tendemos a rellenarlos con conjeturas, hipótesis y teorías de lo que fue, de lo que pasó. Otras veces, sin embargo, se alza ante nosotros inmenso, sostenido por un fuerte pedestal y nos habla de su magnificencia mientras nos muestra las hazañas del pasado y el transcurrir de la Naturaleza en aquel tiempo pretérito. También, en ocasiones ocurre que, lo que vemos, nos parece increíble.

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Bueno, al menos del pasado podemos buscar vestigios, huellas y señales que nos hablen de lo que pasó. Otra cuestión muy distinta es eso que llamamos futuro y que está más allá del presente, es lo que aún no ha llegado, lo que no tiene historia, lo que tiene que venir. Es en ese plano de lo que podrá ser, donde entra de lleno nuestra imaginación que, haciendo un ejercicio de inventiva, trata, con los datos del pasado y del presente, construir una imagen del futuro, ese algo que no existe y que sabemos que tiene que llegar.

Aunque en la realidad, el Tiempo parezca ser igual para todos… ¡No lo es! y, dependiendo de las circunstancias personales de cada cual, así “sentirá” su transcurrir que, en algunos casos será muy rápido y en otros se le asemajará una eternidad.

 

  Todo lo podemos mirar desde perspectivas distintas

Claro que, somos grandes animales con algo de racionalidad y, nuestra tendencia, es magnificar todo lo nuestro y, en la mayoría de los casos, nuestra perspectiva resulta ser errónea, ya que, el sentido que tenemos de la “realidad”, no siempre concuerda con la realidad de la Naturaleza que no hemos llegado a comprender. La mejor demostración de ello es que, ni sabemos explicar lo que el Tiempo es. ¡El Tiempo!, ahí están encerrados esos conceptos de pasado, presente y futuro que, en realidad, hemos inventado poder ubicar nuestro paso por este mundo.

Algunas veces me sorprendo a mí mismo pensando en esa abstracción que llamamos Tiempo, en su transcurrir, en lo caro que nos resulta a todos poseerlo, toda vez que, mientras pasa, nosotros estamos consumiendo nuestra estancia aquí que está marcada por un “tiempo” limitado que debemos aprovechar para desarrollar lo que seremos, y, no siempre tenemos “tiempo” de terminar el trabajo que hubiéramos deseado realizar.

Claude Lorrain - Seaport with the Embarkation of Saint Ursula.jpg

      Incluso las imágenes que vemos en el Museo nos puede, mentalmente, llevar a ese viaje al pasado.

Me pasa cuando me pongo en el Museo del Prado ante este cuadro del Puerto de Ostia de Claudio Lorena.

                                 Uno de los dibujos que llevaron al artista al cuadro definitivo.

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Cuando por vez primera lo pude contemplar, estuve delante de él viendo ensimismado todos los detalles y personajes, y, lo cierto es que, hice un viaje en el Tiempo maravilloso

El sentido subjetivo del tiempo hace que tengamos una noción del pasado, del presente y del futuro. Lo utilizamos para entender el curso y la duración de los acontecimientos, situarlos en su momento y generar expectativas sobre ellos. Nos sirve también para cosas como apreciar la velocidad de lo que se mueve, valorar el tamaño de un objeto cuando lo exploramos por el tacto, o ejercer la prosodia, el mensaje emocional que va en la entonación y el curso de las palabras habladas. Nuestra sensibilidad para percibir y responder al tiempo está implicada también en tareas mentales complejas, como atender a lo que pasa, pensar para solucionar problemas o tomar decisiones, planificar el futuro o incluso entender las mentes ajenas. La percepción subjetiva que tenemos del tiempo es influenciada por muchos factores externos e internos a nuestro organismo.

Somos animales eminentemente sociales, tendemos a explicar nuestras ideas y tratamos de que, todo lo nuestro quede, de alguna manera, para la posteridad. Los hechos destacados quedaron grabados, primero en rústicos dibujos en las paredes de las cuevas, más tarde en las piedras y en los muros de las construcciones, en papiros y finalmente en los libros de historia y, más modernamente, en grabaciones filmadas en películas que nos permiten visualizar la historia.

Claro que, del futuro, como aún no ha llegado, sólo podemos imaginar. Tenemos los medios tecnológicos construir los futuros que podrían ser, y, representamos historias inventadas que nos llevan a ese futuro soñado. Unas veces será idílico y perfecto y otras, por el contrario, será un futuro en el que, la misma tecnología que hemos creado, se apodera del mundo y trata de destruirnos.

En ese futuro imaginario, nuestra tendencia es la de representar el escenario que, según creemos, se podría producir dentro de…más o menos tiempo que está por venir. En el espacio están muchas de esas historias futuras, pues pensamos que entonces, seremos los señores, no ya del espacio, sino del hiperespacio mismo, es decir, estaremos en posesión de conocimientos que nos permitirán burlar el muro que hoy tenemos delante, ¡la velocidad de la luz! Infranqueable en este tiempo presente para nosotros.

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En la teoría de la relatividad especial de Einstein, que trata sobre el movimiento de los objetos en ausencia de fuerzas gravitatorias, la energía de una partícula en movimiento viene definida por esta ecuación (relación energía-momento):

Luz

 

 

Dónde m es la masa de la partícula medida en reposo, p es el módulo del momento lineal (ímpetu o cantidad de movimiento) y c es la constante conocida como velocidad de la luz.

Si despejamos E:

velocidad

Dónde v es la velocidad del objeto en un momento dado.

De la ecuación anterior se deduce que E tiende a infinito cuándo v se aproxima a la velocidad de la luz, pues el denominador tendería a cero. En otras palabras, sería necesario una energía infinita para lograr acelerar una partícula de masa en reposo m hasta alcanzar una velocidad v igual a la velocidad de la luz, lo cuál es imposible pues no podemos contar con una cantidad de energía infinita.

Esto se debe a que la masa de una partícula en reposo y la masa en movimiento no es igual sino que al aumentar la velocidad aumenta la masa. Esto hace que se requiera cada vez más energía para acelerar la partícula y, al igual que pasaba con la energía, si se despeja la masa de la ecuación anterior obtenemos que la masa tiende a infinito si la velocidad se aproxima a la velocidad de la luz, y para mover una partícula de masa infinita haría falta una energía infinita. En otras palabras, no habría energía suficiente en todo el Universo para conseguir esta aceleración y, por tanto, nada puede ir más rápido que la luz

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No parece que en el futuro ni nunca, podamos superar la velocidad de la luz en el vacío espacial, es cierto que es un limite que nos impone el Universo por las razones antes expuestas. La manera de alcanzar lugares lejanos, otros mundos, otras estrellas, será el del Hiperespacio o disponer de esas “puertas” que podrían llevarnos a otros rincones del Cosmos más rápidamente “burlando” a la velocidad de la luz pero, nunca venciéndola.

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Llegar a destinos lejanos sin recorrer las distancias que los separan

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¿Será científicamente posible superar la velocidad de la Luz?  “Los motores de curvatura que impulsaban a la nave Enterprise en sus  escarceos por el espacio pueden convertirse en una realidad y permitirnos superar la velocidad de la luz”. Han declarado unos científicos de los que no recuerdo sus nombres. Sin embargo, si la velocidad de la luz puede ser superada, antes de que dicha proeza la puedan conseguir los hombres, creo que vendrá de la mano de la misma Naturaleza que, teniendo todas las respuestas, nos señalará el camino para lograr esa imposibilidad del presente.

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        Los nuevos caminos que podamos encontrar… Están escritos en un futuro que aún no existe

Como decía al principio, el pasado no siempre está claro y es diáfana su lectura, y, de lo que hemos podido recuperar y conservar, aprendimos y nos señaló el camino a seguir, aunque no por ello, dejamos de repetir algunos errores y de caer en las mismas trampas. La sabiduría de los antiguos queda al descubierto: “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. Bueno, en realidad, el tropiezo se reproduce una y otra vez, sólo tenemos que mirar hacia atrás en el tiempo para comprobar las muchas torpezas repetidas.

El transcurso del tiempo, a pesar de todo nuestro empeño, termina por enseñarnos y adquirimos eso que llamamos experiencia y que nos hace  más sabio: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

mujer calle

Ella camina y, por muy rápida que pueda ir, este movimiento no implica cambio alguno al no ser relativista, es un simple desplazamiento de lugar. Nosotros, en nuestra vida cotidiana no hacemos que el tiempo se ralentice o se agilice, transcurre a la velocidad que el ritmo del Universo ha impuesto nosotros. Una estrella vive diez mil millones de años y, nosotros, de momento no pasamos de los cien.

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Este era el lugar al que se llegaba en pocos minutos en la embarcación, allí desembarcamos y tomamos un café en el bar de un pequeño embarcadero que ya hoy no existe.

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          Estos parajes eran muy visitados por mi cuando pequeño acompañaba a mi padre a pescar

En el río Odiel, por las cercanías del muelle del Tinto (reliquia construida por los Ingleses que vinieron a Huelva a explotar las minas de Rio Tinto, para llevar el mineral en vagonetas sobre railes)), mis tíos y mi padre salían a pescar la caballa en estas pequeñas embarcaciones de vela latina. No pocas veces, de pequeño, disfruté de aquellos paseos hasta La Rábida, el Convento donde los franciscanos acogieron a Colón y a su hijo antes de que partiera para las Américas. Ese para mí es el pasado.

No pocos piensan que el futuro y el pasado no existen, que son irreales y que estamos en un continuo presente. Claro que, el pasado sí existió, recuerdo pasajes de mi infancia junto a mi padre que fueron muy reales. Del futuro, no puedo recordar nada por mucho que me quiera esforzar, sólo puedo representar pasajes que mi imaginación dibuja en mi mente y que, al contrario de aquellos otros del pasado que son inamovibles, éstos, pueden ser cambiados a voluntad. Claro aquellos del pasado fueron y estos del futuro, nunca tuvieron una realidad.

El Tiempo se deshace entre las manos y no lo podemos agarrar

El futuro será el presente de nuestros hijos con los que, compartimos el presente que, para entonces, para ellos será el pasado, cuando nosotros no estemos y formemos parte de la historia. Claro que, lo llamamos futuro y, en realidad, cuando eso se produce y se hace realidad, ninguno de nosotros estaremos, todos estamos confinados en un presente sin futuro, el futuro, nuestro futuro que no podremos conocer, será el tiempo de otros y, para ellos, también se llamará presente.

El futuro, a pesar de que no ha llegado aún, es “leído” por algunos que dicen tener ese don, “pueden ver lo que no ha ocurrido” y, con ello, llevan al convencimiento a los crédulos de que, “su futuro” será de ésta o aquella manera. ¡Cómo somos! En todos los tiempos y lugares, siempre existieron espabilados que se aprovecharon de esa abstracción que llamamos tiempo, para, de una u otra manera, obtener beneficios y posiciones privilegiadas haciendo creer a otros que ellos conocían lo que nadie puede conocer.

 

         Parece mentira que alguien pueda creer en estos…

Desde que nacemos, comienza “nuestro tiempo” que, como regla universal y para nuestro bien, es algo secreto, nadie conoce la duración de su tiempo que, por otra parte, no pocas veces está en manos del azar. Si todo transcurre con normalidad y no somos atacados por ninguna enfermedad, accidente, ataque , etc., nuestro tiempo será el de la vida media de una persona sana que, hoy en día, está en los 80 años. Conocer la duración de nuestro tiempo sería, en muchos casos, motivo más que suficiente para vivir angustiados y, en algunos casos, nadie sabe qué reacciones o comportamientos podríamos tener en según qué casos concretos.

                          Su tiempo transcurre lleno de felicidad

El Tiempo, es algo tan subjetivo que, siendo el mismo para todos, en la realidad, no lo es. Cómo puede transcurrir el tiempo igual y de la misma manera para el que todo lo tiene, que goza de una inmejorable salud, que ama y es amado, que vive en la tranquilidad y certidumbre de que ningún problema podrá venir a perturbar su paz, con aquel otro que, viviendo en la más grande de las pobrezas, carece de todo, la vida le ha negado cualquier alegría, vive debajo de un puente, enfermizo y en la más completa incertidumbre del mañana. Para él, la vida es de una dureza tal que, no pocas veces pensó en acabar con ella. El primero puede “ver” y sentir como el tiempo transcurre con normalidad, todo se desarrolla a su alrededor al ritmo que marca el tic tac del reloj de oro que lleva bien abrazado a su muñeca. El otro, puede sentir en lo más profundo de sus pensamientos como el “tiempo” transcurre lento, como un martirio que nunca acaba, como algo que se ensaña y se regodea de su sufrimiento.

¡Es tan injusta la vida!

                          ¿Qué tiempo es el suyo?

No todos podemos sentir, el transcurso del tiempo de la misma manera. Todos tenemos “nuestro propio tiempo”. ¡Sin futuro ni esperanza! ¿Qué Sociedad estamos construyendo?

Yo, por ejemplo, tengo muchas clases de tiempo, ese que no deja sentir su transcurrir cuando estoy leyendo o escribiendo sobre temas que me apasionan, y, aquel otro, que se me hace eterno, cuando tengo que cumplir con algún compromiso social. En aquel tiempo primero de cuyo transcurrir ni me entero, mi “espíritu” está gozando al bucear en los misterios de la Naturaleza que nunca dejarán de producirme asombro y, al mismo tiempo encuentro explicación del por qué de las cosas. En el “otro tiempo”, el que transcurre lentamente y no acaba nunca de pasar, las horas se hacen interminables, escuchar a la señora que te cuenta lo listo que su nieto es, oír al joven que lo sabe todo, al jubilado que se queja de todo, o, simplemente escuchar banalidades de esta o aquella “famosa”…hace que, el transcurso del tiempo me resulte interminable.

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Otro tiempo, diferente del nuestro cotidiano es aquel que, podríamos vivir si tuviéramos la suerte de ser pasajero de una nave cuya velocidad se acercara o fuese próxima a la de la luz. Nuestro tiempo, se ralentizaría y su transcurrir, sería mucho más lento que el tiempo de nuestros familiares y amigos que se quedaron en la Tierra. Claro que, también eso sería antinatural y, dependiendo de a dónde fuésemos, se podría dar el caso de que, a nuestro regreso, no estarían aquí ninguno de nuestros seres queridos. Así que, renuncio a ese tiempo y, prefiero el mío propio en el que, salvo sorpresas inesperadas, todo transcurrirá según lo previsto.

           Dan un poco de miedo, tan fríos y faltos de sentimientos

Algunos pintan el porvenir (es decir, el futuro) de manera tal que, lo que hemos construido nos sobrepasará, se harán los dueños del mundo y de los mundos a los que nosotros, pobres humanos, nunca podremos llegar. El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable.

                La última verdad… ¡Nuestro destino!

Ya lo dijo aquel gran pensador: … Con el paso de los eones, hasta la misma muerte tiene que morir”

De todas las maneras, el Tiempo siempre ha estado ahí, desde que surgió cuando nació el Universo. Avanza siempre hacia adelante y, a su paso, todo cambia, nada permanece, mientras que él, inamovible sigue su camino hacia esa Eternidad que ninguno podremos conocer.

Sobre esto del “tiempo” hemos construido muchas frases:

– “Vive el presente de manera tal que, en el futuro, tengas un bonito pasado”.

– “El futuro estará siempre, construido por tu presente”.

– “El presente está cargado del pasado y, el futuro, será lo que determine el presente”.

– “Todo lo que será, está causado por lo que es ”.

“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad” . Según Víctor Hugo.

 

En realidad, quiso construir una frase inteligente y se queda en perogrullada, ya que, el resto de su vida siempre será presente, el resto al que se refiere…estará muerto y, tendría que haber dicho: No me interesa el futuro porque no se en que lugar podrán estar mis restos y, sobre todo, mi consciencia. Y, a todo esto, ¿qué piensas tú sobre lo que el Tiempo es, cómo ves el pasado, el presente y el futuro? ¿Será todo una misma cosa dividida por tramos todos, de una u otra manera conexos? ¿Será que, para los seres vivientes sólo existe el eterno presente y que, el pasado sólo pertenece a los muertos y el futuro a los que nop han llegado a vicvir todavía? ¿Cómo clasificarías tú el Tiempo?

Tres simple palabras: “Perdón” “Por favor” “Gracias”


Y, como por nosotros ha pasado ya un buen período de Tiempo, alguna que otra cosa hemos podido aprender, y, si seguimos los consejos positivos, la vida, nos irá mucho mejor. No olvidemos que además de “nosotros” existen otras personas que también, dentro de nuestro Tiempo, tienen sus derechos, ¡respetémoslo!

emilio silvera

Nueva capa…
 

  1. 1
    Pedro
    el 7 de febrero del 2021 a las 19:51

    El tiempo todos damos por hecho, lo que es, es decir un transcurrir, sin saber decir exactamente que transcurre. 
    Osea, a una serie de eventos sucediendose unos tras otros, a un ritmo unisono, por ejemplo el crecimiento de una planta, esto lo llamamos tiempo. 
    Hasta aqui todos de acuerdo, bien prosigamos, rizemos el rizo. 
    El quid de la cuestion:
    Si resulta que todo evento fisico de la indole que sea  es impetu energetico, osea transferencia energetica,¿hay alguna excepcionalidad a esa regla? 
    Posible respuesta: tiempo, ¿Que lo sustenta? 
    ¿Que componente fisica lo refrenda? 
    Una infinita nada, problema mayusculo
    Entonces cabria preguntarse por las propiedades de eso llamado tiempo, su ritmo, su inexorabilidad, su inasibilidad, su durabilidad, su direccionalidad, sin demora posible y si añadimos relatividad, su dilatacion en funcion de la velocidad de los objetos o bien en funcion de campos gravitatorios considerables. 
    Hasta aqui todo lo que nos cuentan. 
    A la pregunta ¿que miden los relojes? Respuesta: segundos, minutos, horas, dias, meses, años, etc o bien (ciclos u oscilaciones en relojes atomicos) , etc.
     
    Y todos  tan anchos. 
    Pues resulta que el quid de la cuestion es muy simple: no sabemos que es lo que trascurre, por tanto obligados a hacer un cambio de perpeptiva. 
     ¿Que miden los relojes? una obstinacion demencial, una perpeptiva con certificado de defuncion, asi de claro, salvo que lo tomemos como una irrupcion energetica. 
    ¿Que diferencia a un niño de un adulto? 
    Pues el inicio de una serie de interacciones, un indicador del caracter discreto de la energia. 
    Aquello que llamamos pasado, presente y futuro, son propiedades de la energia, pasado indica que la energia no se conserva, presente indica que la energia es discreta, promediada, cuantizada, y futuro nos indica el valor potencial de la misma. 
    Conclusion:
    “El tiempo, una perpeptiva con fecha de caducidad, a diferencia una irrupcion energetica nueva a contemplar” 
    Aquello que llamamos durabilidad, estabilidad, vida media, no es mas que un sopesamiento de  interacciones contrapuestas, es decir un equilibrio comedido. 
    Decir han trancurrido x años, es decir ha irrumpido un impetu energetico que se mantiene en equilibrio hasta que pierda su brio. 
    Nociones como antes, posterior, pronto tarde, ahora, nunca, origen, colapso, inicio, termino, no son mas que manifestaciones del caracter discreto de todo impetu energetico. 

    Responder
  2. 2
    Pedro
    el 7 de febrero del 2021 a las 20:47

    Otra propiedad del tiempo :su no retorno, al igual que la energia su no conservacion, curioso ahora tienen un aspecto comun. 

    Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 8 de febrero del 2021 a las 8:06

    Sí, estimado contertulio, todo eso, y mucha más, puede ser el Tiempo que, según nos dicen “nació” con el Big Bang, y, desde entonces es el único testigo de todo los acontecimientos que nosotros solo podemos conjeturar con más o menos acierto. En un momento de nuestra Historia, cuando ya éramos conscientes de los hechos, pudimos darnos cuenta de que, a medida que transcurrían los días (el tiempo), todo iba cambiando, nada permanecía y con más o menos sutileza mostraba las huellas del cambio: Las rocas se erosionaban, los seres vivos envejecían, allí donde antes había un inmenso Mar ahora sólo era un gran desierto…

    Todo eso y mucho más podemos decir del Tiempo que transcurre hacia lo que llamamos Pasado (ese lugar que nunca volverá y sólo podemos recordar si fue un Tiempo vivido, o, saber de él por la Historia si no estuvimos allí), y, el Presente es el Tiempo en el que estamos confinados, es el largo momento que tenemos para poder realizar nuestros sueños, y, si lo dejamos pasar… ¡Se perderán nuestros sueños!

    En relación a ese otro Tiempo que llamamos Futuro, es un Tiempo irreal, el que vendrá, lo que no existe, del que sólo podemos conjeturar, sabemos que el Presente avanza hacia él pero, nunca le alcanza. A lo que nosotros llamamos Futuro será el Presente de otros que detrás de nosotros vendrán.

    En lo que al Tiempo se refiere como “Ente”, no podemos dar muchas explicaciones a excepción de teorías que se ajusten más o menos a lo que podemos percibir de lo que el Tiempo pueda ser. Como bien dices, su inexorable transcurrir es imparable y su marcha tiene un solo sentido, siempre hacia adelante.

    Claro que, sabemos que está aquí con nosotros y que no lo podemos “ver”. Sin embargo, sí que percibimos los cambios que produce con su imparable viaje siempre hacia adelante. No sabemos de que pueda estar hecho, tampoco lo podemos tocar, y, aunque todos tenemos un Tiempo propio, no lo podemos ni prestar ni vender, ni tampoco lo podemos comprar.

    ¿De qué estará hecho el Tiempo? ¿Es acaso una continua energía que marca el ritmo del Universo? 

    Otra cosa que tenemos en la Mente es que, si el Tiempo nació con el Universo, con el Universo tiene que “morir”, y, en ese punto, se juntan las dos Entidades de Universo y Tiempo, el uno material e inmaterial el otro, y, en ese aspecto puede dar la sensación de que el Tiempo es el Alma del Universo.

    Así que, el Tiempo, estimado amigo, es algo tan grande que puede actividad la imaginación de seres pensantes como nosotros hasta el “infinito”, las perspectivas que podemos tener sobre lo que el Tiempo es… ¡No tienen límites!

    Claro que, otra cosa será que acertemos con alguna de nuestras teorías.

    Lo dicho, el Tiempo… ¡Un gran dolor de cabeza!

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