Feb
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¿Lo que pasó? ¿Lo que pasará? o, simple imaginación
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Futuro incierto ~ Comments (7)
¿Cómo podríamos resolver la estructura del Universo?
“Imaginaos ahora este instante en que los murmullos se arrastran discretamente y las espesas tinieblas llenan el navío del Universo.”
Esas palabras de Chakesperare en Enrique V (acto IV, esc. 1), nos podría valer ahora a nosotros para estrapolarlas a este tiempo y haciendo un ejercicio de imaginación, convertir esas tinieblas en la “materia oscura”, esa clase de materia que postulan los cosmólogos, que no podemos ver, que no emite radiación, que no sabemos de qué está hecha y, en realidad, tampoco sabemos donde está (sólo lo suponemos) pero, nos soluciona, de un plumazo, todos los problemas de la estructura del Universo. Esa clase de materia “transparente” que sí emite la fuerza gravitatoria podría explicar el ritmo a grandes escalas que hemos podido observar en el comportamiento de nuestro universo y que antes de la llegada de la “materia oscura”, no sabíamos, a qué era debido… “¡ahora sí lo sabemos!”. Bueno, al menos, eso dicen algunos pero, lo tienen que demostrar.
Sitios como este, en nuestro planeta, los tenemos en multitud de lugares
No pocas veces me encuentro mirando al cielo nocturno estrellado desde la orilla del Atlántico cuya superficie brilla con millones de luces titilando al reflejar el resplendor de la Luna, la inmensidad del océano que se pierde en el horizonte y, la infinitud del firmamento me podrían hacer sentir insignificante. Sin embargo, no es así como lo siento. He dicho alguna vez que todo lo grande está hecho de cosas pequeñas, y, esa afirmación, nos dá la respuesta. Formamos parte de algo muy grande: El Universo.
Grandes estructuras construidas para escuchar los mensajes que nos mandan desde estrellas lejanas
Estamos en un punto, o en un nivel de sabiduría aceptable pero insuficiente, es mucho el camino que nos queda por recorrer y, como dijo el sabio, la energía necesaria para explorar la décima dimensión es mil millones de veces mayor que la energía que puede producirse en nuestros mayores colisionadores de átomos. La empresa resulta difícil para seres que, como nosotros, apenas tenemos medios seguros para escapar del débil campo gravitatorio del planeta Tierra.
A veces, a solas con mis pensamientos, no puedo dejar de cavilar sobre esa idea que rige como Modelo “inamovible” al que llaman Big Bang, nos cuentan de a partir de un punto de densidad y energías “infinitas”, surgió nuestro Universo, y, en el momento del suceso, no existían ni el Espacio ni El Tiempo. El desarrollo del Modelo nos habla de energías inconmensurables y de cómo se fueron formando, a partir de las partículas elementales, otras más complejas que formaron átomos y más tarde cuerpos.
Nada puede surgir de la “nada”, si surgió, es porque había
Energías del tal calibre, que sepamos, solo han estado disponibles en el instante de la creación del Universo, en su nacimiento, en eso que llamamos Big Bang. Solamente allí estuvo presente la energía del Hiperespacio de diez dimensiones y, por eso se suele decir que, cuando se logre la teoría de cuerdas sabremos y podremos desvelar el secreto del origen del Universo.
A los físicos teóricos siempre les resultó provechoso introducir dimensiones más altas para fisgar libremente en secretos celosamente escondidos.
Según esa nueva teoría, antes del Big Bang nuestro cosmos era realmente un universo perfecto de diez dimensiones, decadimensional, un mundo en el que el viaje interdimensional era posible. Sin embargo, ese mundo decadimensional era inestable, y eventualmente se “rompió” en dos, dando lugar a dos universos separados: un universo de cuatro y otro universo de seis dimensiones.
El Universo en el que vivimos nació en ese cataclismo cósmico. Nuestro Universo tetradimensional se expandió de forma explosiva, mientras que nuestro universo gemelo hexadimensional se contrajo violentamente hasta que se redujo a un tamaño casi infinitesimal.
la sustancia cósmica precursora de la materia y de la que, miles de millones de años más tarde, nacería la primera célula replicante que comenzó la fascinante aventura de la vida que llegó hasta los pensamientos… ¡Y sentimientos!
Eso podría explicar el origen del Big Bang, y, si la teoría es correcta, demuestra que la rápida expansión del Universo fue simple consecuencia de un cataclismo cósmico mucho mayor, la ruptura de los propios espacio y tiempo. La energía que impulsa la expansión observada del Universo se halla entonces en el colapso del espacio-tiempo de diez dimensiones. Según la teoría, las estrellas y las Galaxias distantes están alejándose de nosotras a velocidades astronómicas debido al colapso original del espacio y el tiempo de diez dimensiones.
Esta teoría predice que nuestro Universo sigue teniendo un gemelo enano, un universo compañero que se ha enrollado en una pequeña bola de seis dimensiones (en la escala de Planck) muy pequeña para ser observada.
Ese Universo decadimensional, lejos de ser un apéndice inútil de nuestro mundo, podría ser en última instancia, nuestra salvación. Claro que, si las galaxias siguen alejándose las unas de las otras, será la muerte térmica del universo, y, en ese escenario, ni los átomos se moverán.
Todo quedará quieto, congelado en los -273 ºC, la Densidad Crítica que se vislumbra nos habla de la muerte térmica del Universo
Para el cosmólogo, la única certeza es que el Universo morirá un día. Algunos creen que la muerte final del Universo llegará en la forma del big crunch. La gravitación invertirá la expansión cósmica generada por el big bang y comprimirá las estrellas y las galaxias, de nuevo, en una masa primordial. A medida que las estrellas se contraen, las temperaturas aumentan espectacularmente hasta que toda la materia y la energía del universo están concentradas en una colosal bola de plasma ardiente que será el resultado final de la destrucción del Universo tal como lo conocemos. Esta teoría parece que ha dejado de tener “creyentes” y, casi todos los expertos se decantan por la muertetérmica. Las Galaxias se alejan las unas de las otras, el universo está en continua expansiòn y, el frío, se apodera más y más de todo el Cosmos, así, cuando se alcancen los -273 ºC… ‘Todo se acabará!
Todo silencio y quietud, un universo carente de energía, paralizado… ¡Es difícil de asimilar!
Todas las formas de vida serán borradas de la faz de los mundo que las pudieran contener: evaporadas por las enormes temperaturas o aplastadas, ¡qué más dá! No habrá escape. Y, sabiendo lo que ahora sabemos, conociendo la historia del universo mismo que, durante miles de millones de años ha estado fabricando materiales en las estrellas para que los seres vivos conscientes pudieran venir, ¿cómo imaginar un final así? ¿Para qué tánto trabajo y tanto tiempo perdido? Seguramente, para cuando eso puede ir llegando, si es que la inteligencia sigue aquí, habrá buscado ya la manera de escapar a tal desastre y, las especies inteligentes se salvarán saltanto a otros universos, o, incluso, ¿por qué no? viajando hacia atrás en el Tiempo, hacia otras épocas de tiempos más benignas para tener otros miles de millones de años por delante y hacer las cosas, de manera diferente. ¡Una segunda oportunidad!
Bertrand Russell
Científicos y filósofos, como Charles Darwin y Bertrand Russell, han escrito lamentándose de la futilidad de nuestras míseras existencias, sabiendo que nuestra civilización morirá inexorablemente cuando llegue el fin de nuestro mundo. Las leyes de la física, aparentemente, llevan la garantía de una muerte final e irrevocable para todas las formas de vida, inteligente o no, del Universo.
Yo, como Gerald Feinberg, físico de la Universidad de Columbia (ya desaparecido), creo que sí puede haber, quizá sólo una esperanza de evitar la calamidad final. Ese atisbo de esperanza está en nosotros mismos, es decir, si somos capaces de no destruirnos antes, si procuramos comprender los mensajes que el universo nos envía continuamente, si desvelamos secretos de la Naturaleza que nos posibilitarán para hacer cosas, ahora inimaginables, entonces y solo entonces, habrá alguna esperanza.
Poder escapar a universos conexos que, como el nuestro, nos de cobijo
Gerald Feinberg especuló que la vida inteligente, llegando a dominar los misterios del espacio de más dimensiones (para lo que contaba con un poderoso aliado, el Tiempo de miles de millones de años), sabría utilizar las dimensiones extras para escapar de la catástrofe del Big Crunch. En los momentos finales del colapso de nuestro Universo, el Universo hermano se abriría de nuevo y el viaje interdimensional se haría posible mediante un túnel en el Hiperespacio hacia un Universo alternativo, evitando así la pérdida irreparable de la inteligencia de la que somos portadores.
Si algo así es posible, entonces, desde su santuario en el espacio de más dimensiones, la Humanidad, podría ser testigo de la muerte del Universo que la vio nacer y florecer.
Son muchas las cosas que no sabemos
Aunque la teoría de campos demuestra que la energía necesaria para crear estas maravillosas distorsiones del espacio y el tiempo está mucho más allá de cualquier cosa que pueda imaginar la civilización moderna, esto nos plantea dos cuestiones importantes:
¿cuánto tardaría nuestra civilización, que está creciendo exponencialmente en conocimiento y poder, en alcanzar el punto de dominar la teoría de hiperespacio?
¿Y qué sucede con otras formas de vida inteligente en el Universo, que puedan haber alcanzado ya este punto?
Lo que hace interesante esa discusión es que científicos serios han tratado de cuantificar el progreso de la civilización en un futuro lejano, cuando los viajes por el espacio sean una rutina en los sistemas estelares o incluso las galaxias vecinas hayan sido colonizadas. Aunque la escala de energía necesaria para manipular el Hiperespacio es astronómicamente grande, estos científicos señalan que el crecimiento del conocimiento científico aumentara, sin ninguna duda, de forma exponencial durante los siglos y milenios próximos, superando las capacidades de las mentes humanas para captarlo (como ocurre ahora con la teoría M, parada en seco, esperando que alguien vea las matemáticas necesarias para continuar su desarrollo).
Colaboré con el Año Internacional de la Astronomía y, por aquellos días, en conversaciones con grandes astrónomos del mundo, pude aprender muchas cosas… ¡Sobre todo la humildad de los que saben!
Somos conscientes de que el Tiempo inexorable sigue su implacable caminar y la Entropía, que sabe hacer bien su trabajo, lo transforma todo, lo que ayer era una cosa, hoy se ha convertido en otra distinsta, irreconocible, y, sin embargo, ese deterioro natural no es algo perdido, sino que, por el contrario, hasta que llega ese final, se hizo un trabajo que dará sus frutos en la mente de otros seres, en las cosas mismas que, transformadas, servirán y tendrán cometidos nuevos. Nada se pierde y todo tiene su por qué. La Naturaleza no hace nada porque sí, todo está programado y tiene un fin. Y, si eso es así (que los es), ¿que nos deparará el destino a nosotros? Habiendo llegado al nivel de cpomprensión alcanzado, no creo que el final sea el de la desaparición sin más, algo más debe estar oculto en los designios de la Naturaleza que no llegamos a comprender.
Ahora, sin temor a equivocarnos, podemos decir que tenemos en Mundo en las manos. No existen ningún rincón de la Tierra que se nos escape y con el que no podamos contactar en unos instantes. Tampoco existen aquellas largas separaciones de seres queridos en largos viajes, ni existe ningún problema para saber de alguna cosa que, incluso con imágenes podemos obtener al instante con sólo preguntar. En cuanto a los nuevos métodos de trabajo en la computación, es algo de increíble eficacia e impensada realidad hace sólo unos pocos años. ¿Qué decir de los nuevos materiales? La medicina ha dado un salto cualitativo gracias a los avances del CERB y el mismo LHC, los viajes espaciales ha mejorado nuestr0 confort en la vida cotidiana y del hogar…
Con el LHC queremos llegar muy lejos, tanto como al corazón del Big Bang. Sin embargo, no tiene energía suficiente para ello, y, de momento, dicen haber descubierto un Pentaquark que, vaya usted a saber que es eso. De todas las maneras, hoy por hoy, es lo mejor que tenemos para profundizar en el corazón de la materia y… ¡En algún secretillo más del Universo!
“El objetivo final del FCC es proporcionar un anillo de 100 kilómetros para un acelerador superconductor de protones, con una energía de hasta 100 TeV, un orden de magnitud más potente que el LHC”, aseguraba Frédérick Bordry, Director de Aceleradores y Tecnología del CERN. Algo que traducido resulta: 15.000 millones de euros para explorar los límites de la física contemporánea.”
Los cohetes de hoy nos parecerán aquellas caravanas que se lanzaban a la aventura de descubrir nuevas tierras salvajes en el Oeste americano, o, las carabelas de Colón que partieron para América creyendo que viajaban hacia Cipango, el país de la seda.
Cada 10/15 años el conocimiento científico se doblará, crecerá el cien por ciento, así que, el avance superará todas las previsiones. Tecnologías que hoy solo son un sueño (la energía de fusión o en robótica, los cerebros positrónicos), serán realidad en un tiempo muy corto en el futuro. Quizá entonces podamos discutir con cierto sentido la cuestión de si podremos o no ser señores del Hiperespacio. Dentro de 50 años habremos dado un gran salto en los viajes espaciales con naves futuristas
Viaje en el tiempo. Universos paralelos. Ventana dimensional.
¡Sueños! Claro que, si echamos una atenta mirada a la Historia veremos que, muchos sueños se hicieron realidad.
emilio silvera
el 3 de febrero del 2019 a las 10:38
Porqué el Universo se desgajaría en dos, el uno nuestra materia normal, se supone, en 4 dimensiones, y en otro de 6 dimensiones. Qué podría ocurrir para una selección como esa.
Si se refiere a nuestras dimensiones como las de 4 y las del vacío pudiera ser. Pero la concentración en un punto como las 6…
Un apunte respecto a la muerte térmica de universo. Nadie hace mención respecto a los -273ºC, que la materia posee dos mundos, la externa con el resto y el suyo propio, el interno, la interna. Se refiere a que la temperatura del Universo, que podemos detectar, y la de ese otro universo interior de las partículas es diferente. Normalmente el calor interno va por su lado
Se podría afirmar que -273ºC no sería la temperatura absoluta mínima. A saber cuales serían los derroteros en un universo a 0 absoluto
Todo es opinable. Recuerdo que lo de la temperatura absoluta fue motivo de discusión en internet. Se afirmaba que la temperatura más baja no era la 0ºK.
el 3 de febrero del 2019 a las 13:03
A este respecto recuerdo la ideal tan genial de Nelson, bajar de la escalera el cero un poco más abajo.. Una idea fantástica. Lo que no menciono ¿Cuánto más abajo? Y ¿Respecto a que?.
“Yo diría que en sí mismo los fenómenos físicos no son cuantificables, no tienen límites, salvo nuestra capacidad para disentir de ellos.”. Osea “no hay horizontes, sino inteleccion que salveguade nuestra imaginación”.
el 3 de febrero del 2019 a las 14:39
Hola muchachada.
Lo que yo digo es que todas las escalas son convencionales. Discutir si los -273,15º es o no la temperatura mínima es bizantino.
Todo en el Universo tiene algo de temperatura. El 0 absoluto es una dimensión imaginaria, pues no es posible llegar a él. Con 0 K no hay entropía. No hay Principio de Incertidumbre. No podría siquiera existir materia ni Universo. Si no es posible alcanzar el 0 absoluto, ¿cómo podemos hablar de temperaturas inferiores? Si alguna vez llegamos a 0 K y lo podemos comentar, es porque estuvimos equivocados todo el tiempo; es porque hay todavía una temperatura menor (¿-274 K?, ¿-275 K?, ¿temperaturas “negativas”?). Siempre que exista materia habrá cierta temperatura. Si tenemos que corregir la escala, la corregimos, ¿cuál es el problema? Si ello ocurre, probablemente haya que revisar muchas fórmulas científicas, pero el mundo seguirá andando sin inmutarse.
Saludos cordiales.
el 3 de febrero del 2019 a las 17:18
Si acaso reducirá la velocidad de una partícula si la obligó a recorrer en distintos medios más densos o menos, pero aportando calor (luz) suena estrambótico.
Un átomo absorbe un fotón y a su vez emito otro foton (o el mismo) efecto túnel. Se mantiene la ley de conservación de energía. Tanto absorbe tanto expulsas, equilibrio térmico. ¿Donde hay perdida de velocidad o de energía?
el 3 de febrero del 2019 a las 22:02
El cero absoluto, es decir, los -273.15 ºC hasta el momento no se ha podido alcanzar ni en el laboratorio, y, es cierto que esa temperatura todo se paraliza. Sin embargo, como deja entrever Fandila… ¿Qué sabemos nosotros de lo que pueda existir en el “mundo” oculto, ese lugar misterioso del que surgen partículas y energías que no sabemos explicar?
Además, como nos dice Nelson, si la materia está presente… ¡También lo estará una temperatura residual!
Es difícil imaginar un Universo sin energía que pueda “fabricar” o “ejecutar” trabajos para conseguir transiciones de fases en los materiales y elementos que componen todas las cosas que “conocemos” pero, como hemos dicho muchas veces aquí, son más las que nos quedan por conocer, las preguntas siguen siendo más abundantes que las afirmaciones.
¿Qué secretos esconde el Universo? Seguramente, el conocer una mínima parte de ellos nos llevaría al mayor de los asombros y, también, a la maravilla. No podemos dejar de pensar que, la edad de nuestra especie, en el contexto temporal del Universo, es menos que un bostezo. ¿Qué son unos cientos de miles de años comparados con más de 13,ooo millones?
Precisamente por eso, cuando no sabemos… ¡Conjeturamos sobre lo que podría ser!
el 8 de febrero del 2019 a las 14:43
A partir de este domingo, día 3, los artículos del blog no entran a mi correo. Cuál puede ser la causa
el 9 de febrero del 2019 a las 8:58
Le paso la nota al Administrador.