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El Universo se expande, y, la Mente también V
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Final de IV
Hay un plano superior de la mente que sobrepasa lo estrictamente material, es un nivel más alto, inmaterial, que se sale del cuerpo, que no está limitado por las condiciones físicas, que está en otro Universo que vemos sólo en nuestras mentes y que no es posible tocar. Allí residen los pensamientos, se forjan los sentimientos, conviven las ideas y nace lo mejor, y, lamentablemente, lo peor de nosotros.
Comienza V
Hace mucho tiempo, siendo yo mucho más joven, pasé por una fase de recogimiento espiritual en la que, mi principal preocupación era comprender lo que significaba el SER, la conciencia, el alma, el espíritu…, eran conceptos todos ellos que, escapaban a mi entendimiento.
No podría decir cuántos autores leí buscando respuestas. Los qualia en términos de un espacio neuronal de referencia de N dimensiones debiera ayudarnos a entender que el significado a quale del rojo o azul se establece solamente en un marco de un contexto neuronal más amplio que el definido por la actividad de las neuronas con respuesta selectiva al rojo o al azul, hay otro ingrediente crucial -el tiempo- para dar vida a todas las sensaciones que llegan al cerebro y, desde luego, tendríamos que solicitar un esfuerzo a nuestra imaginación para intentar describir de qué modo la descarga de unas neuronas en tiempo real puede especificar un punto entre miles de millones de otros puntos en el espacio neuronal N-dimensional.
Está claro que yo, no estoy capacitado para dar estas explicaciones que escapan a mi entendimiento, y, me limito a expresar mi parecer sobre lo poco que conozco y sobre mis propias experiencias.
¿ Quién no ha tenido alguna vez, la sensación de que sabe la respuesta ? ¿ De que todo está ahí, en su mente, escondido y a punto de salir a la superficie ?
Bueno, a mí me pasa continuamente, siento que de un momento a otro, mi mente, me daría respuestas a preguntas que no han sido contestadas. El tiempo inexorable pasa y, las respuestas no llegan. ¡ Qué impotencia !
Imagino que, de vez en cuando, en algunas mentes, saltan esas respuestas (Newton, Planck, Einstein, etc) y son ofrecidas al mundo para que puedan continuar avanzando.
Los aspectos inconscientes de la actividad mental, como las rutinas motoras y cognitivas, así como los recuerdos, intenciones y expectativas inconscientes, las preocupaciones y los estados de ánimos, desempeñan un papel fundamental a la hora de conformar y dirigir nuestras experiencias conscientes. Todo está siempre estrechamente relacionado, nada ocurre en nosotros que no esté unido a lo que pasa en nuestro entorno, somos una parte de un todo que se llama Universo, y, aún cuando somos autónomos en el pensamiento y en la manera de obrar, existen condicionantes exteriores que inciden, de una u otra manera en nosotros, en lo que somos.
Sin la fuerza de Gravedad, nuestras mentes serían diferentes (o no serían), estamos estrechamente conectados a las fuerzas que rigen el Cosmos y, precisamente, somos como somos, porque las fuerzas fundamentales de la Naturaleza, son como son y hacen posible la vida y la existencia de seres pensantes y evolucionados que son capaces de tener conciencia de SER, de hacer preguntas tales como: ¿de donde venimos? ¿Hacia donde vamos?
La qualia y la discriminación, correlatos neuronales de la percepción del color, ¿ un grupo neuronal, un quale ¿, los gualia y el núcleo dinámico, los qualia en el tiempo neuronal, el desarrollo de los qualia: referencia al propio yo, lo consciente y lo inconsciente, los puertos de entrada y de salida, los bucles largos y rutinas cognitivas, aprendizaje por el estudio y la experiencia, rupturas talamocorticales: posibilidades de núcleos escindidos, la observación, el lenguaje, el pensamiento, los mensajes exteriores, la unificación de datos y la selección lógica de respuestas, y, por fin: el significado último de las cosas (las preguntas de la filosofía), la metafísica.
Sí, por todas estas fases del estudio y del pensamiento he tenido que pasar para llegar a una simple conclusión:
“Somos la imagen de Dios”. No, no exagero, dentro de esa imagen de frágil físico y de escasa capacidad para poder dar respuesta a ciertas preguntas, en realidad, se esconden cualidades y potenciales que, no sabemos ni podemos medir.
Dentro de nuestro ser están todas las respuestas y solo necesitamos tiempo para encontrarlas. Nuestra mente, es la energía del Universo, aún no sabemos utilizarla y pasaran, posiblemente, millones de años hasta que estemos preparados para saber lo que en realidad, es la conciencia.
Mientras eso llega, algunos curiosos como yo, con más voluntad que conocimientos, tratan de especular con ideas y conceptos que nos puedan dar alguna luz sobre tan complicado problema.
Nuestra mente es una maravilla de la Naturaleza, algo tan grande que, a pesar de los muchos avances y conocimientos alcanzados, no podemos explicar… Aún.
Está claro que, como me ha comentado mi amigo José Manuel Mora, ésta misma mañana, la materia tiene memoria y, es precisamente esa memoria, la que hace posible el avance de nuestros conocimientos a través de la mente que, sin duda, está directamente conectada con el resto del Universo y las fuerzas que lo gobiernan que, son precisamente (otra vez), las que hacen posible su funcionamiento tal como acontece.
Pero nada es tan sencillo ni podemos hablar de lo sensorial sin tener en cuenta el plano más simple (sencillo) y cotidiano que está referido a la materia, a nuestro cuerpo.
Entender las claves que explican el devenir de la vida sobre este planeta, con la idea en el horizonte de aspiraciones intelectuales a que nos aboca la conciencia del SER, no resulta fácil, la complejidad de la empresa exige tener en cuenta múltiples factores que no siempre estamos preparados para comprender.
Lynn Margulis comenzó a explorar los caminos de la genética a partir de un libro escrito en el siglo XIX por Edmund B.Webs. En ese texto encontró reflexiones sobre la herencia citoplasmática y datos sobre las bacterias, entonces no muy consideradas en el estudio del origen de la vida.
La doctora Margulis, profesora del Departamento de Geociencias de la Universidad de Massachusselts (Estados Unidos) relacionó el papel de las bacterias con la microbiología, una ciencia surgida de la medicina, de la salud pública y del procedimiento seguido para procesar los alimentos. De ahí saltó al estudio del tema que ocupa su curso magistral: Contribución de los microbios a la evolución.
Me puedo contar entre los privilegiados que pudimos asistir al curso. Tomé mis notas que ahora hace posible este comentario.
Ella centraba el curso en la enorme importancia que tenían los microbios para nosotros, no siempre bien valorados. Los microbios pueden ser definidos como organismos que no podemos ver a simple vista y, la cultura popular dice que tan sólo sirven de agentes para canalizar enfermedades, pero esa apreciación con lleva un error muy serio. Por ejemplo: el 10% del peso del cuerpo humano en seco esta compuesto por microbios, sin los cuales no podemos vivir ni siquiera un día. Ellos asumen tareas tan importantes como la de generar el oxígeno del aire que precisamos para respirar. Además, tienen un papel fundamental en la evolución de la vida: todos los seres vivos considerados simples -animales, plantas, hongos, etc.- están hechos de microbios en combinación simbiótica con otros organismos. Se trata de una historia que se aleja en el pasado hasta 3.500 millones de años en el curso de la vida sobre la superficie de nuestro planeta: La Tierra.
Los conceptos que maneja y esgrime la doctora en genética, están encuadrados en una visión totalmente contradictoria con la religión y otros muchos conceptos culturales.
Pregunté a la doctora Margulis si la mala imagen de los microbios nacía de un estudio deficiente de la microbiología, o si simplemente surgía a partir de tópicos sin fundamentos. Su contestación fue:
“La asociación de esos pequeños organismos con aspectos negativos se explica por el origen de su estudio científico, que siempre estuvo relacionado con descubrimientos ligados a la investigación en torno a enfermedades. Junto a esta idea, lo cierto es que pensamos en formas ideales que corresponden al esquema platónico de hace casi 30 siglos, cuando en realidad no existen tales ideas sino organismos que interaccionan con el medio ambiente en el que habitan, y, en honor a la verdad, nosotros, los humanos, no podríamos vivir sin la ayuda de las bacterias que, tienen concertada una simbiosis con nuestro organismo que hace posible la vida, sin ellas no podríamos estar aquí.“
Desde hace mucho tiempo, hemos cometido el enorme error de asociar las enfermedades con las bacterias que traen las infecciones y otras enfermedades que además de infecciosas, están alojadas en nosotros de maneras complejas que ni entendemos.
La aparición clínica de estas enfermedades que llamamos complejas y que son las más como las poligénicas como la esquizofrenia, el Alzheimer o el Parkinson, una arteriosclerosis, hipertensión, algún tipo de diabetes o de cáncer y junto a todas estas, una larga lista de enfermedades. Todas ellas, en realidad están dormidas en nosotros y, unas veces sale a la luz y otras no.
Sin embargo, podemos tener el gen y éste quedar dormido para siempre, si no lo despertamos. Para que tal cosa ocurra es necesario que esos genes mutados, en su acción e interacción entre ellos y con otros genes, interaccionen a su vez con el medio ambiente que rodea al individuo y sus estilos de vida y haga que la enfermedad se exprese. De ello, y como corolario, se deduce una idea realmente revolucionaria. Y esta es que el ser humano podría vivir sin enfermedades, al menos sin las más importantes que nos acechan sin conociésemos esos determinantes ambientales, decisorios y, al que se ha puesto el nombre de “ambioma”.
El concepto de ambioma (Dr. López Rejas) se ha definido como “el conjunto de elementos no genéticos, cambiantes, que rodean el individuo y que junto con el genoma y proteoma conforman el desarrollo y construcción del ser humano o puede determinar la aparición de enfermedad”.
¡ Es el gran desconocido de la ciencia de hoy !
Por si acaso, alejémonos del tendido de alta tensión.
Pero sí, sin duda alguna, el AMBIOMA, es el elemento determinante, como ya sospechamos, de que aparezcan enfermedades como la Leucemia y otras.
Se han realizado muchos estudios y aunque no tenemos los conocimientos para asegurarlo, todos apuntan en la misma dirección: El medio ambiente que nos rodea (ambioma), es determinante en la aparición de ciertos trastornos. Las pruebas más frecuentes están relacionadas con Urbanizaciones y centros escolares situados en zonas de tendidos eléctricos de potente voltaje. Otras, como la emanación de gases de centros industriales, también están entre las causas más frecuentes de trastornos físicos. Claro que, las grandes empresas, niegan cualquier incidencia.
Prevalecen los grandes intereses por encima del bien general y la salud de muchos inocentes. El egoismo de nuestra especie que, hasta que no finalice el proceso de humanización, hará prevalecer los bajos instintos y egoismos de poder por encima de las cosas más importantes.
emilio silvera