viernes, 22 de noviembre del 2024 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




“Pasado” “Presente” “Futuro” ¿Es todo...

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en ¡El Tiempo! ¿Qués es el Tiempo?    ~    Comentarios Comments (6)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

No siempre sabemos ver… lo que el Tiempo es.

Hablamos del pasado y del futuro estando en el presente pero, por lo general, el pasado lejano se nos muestra como si estuviera retratado por la cámara que sostenía una mano temblorosa, todo aparece movido, confuso, sin claridad. Los espacios oscuros en los que nada podemos ver, tendemos a rellenarlos con conjeturas, hipótesis y teorías de lo que fue, de lo que pasó. Otras veces, sin embargo, se alza ante nosotros inmenso, sostenido por un fuerte pedestal y nos habla de su magnificencia mientras nos muestra las hazañas del pasado y el transcurrir de la Naturaleza en aquel tiempo pretérito. También, en ocasiones ocurre que, lo que vemos, nos parece increíble.

Bueno, al menos del pasado podemos buscar vestigios, huellas y señales que nos hablen de lo que pasó. Otra cuestión muy distinta es eso que llamamos futuro y que está más allá del presente, es lo que aún no ha pasado, lo que no tiene historia, lo que tiene que llegar. Es en ese plano de lo que podrá ser, donde entra de lleno nuestra imaginación que, haciendo un ejercicio de inventiva, trata, con los datos del pasado y del presente, construir una imagen de lo que podrá ser.

Claro que, somos grandes animales con algo de racionalidad y, nuestra tendencia, es magnificar todo lo nuestro y, en la mayoría de los casos, nuestra perspectiva resulta ser errónea, ya que, el sentido que tenemos de la “realidad”, no siempre concuerda con la realidad de la Naturaleza que no hemos llegado a comprender. La mejor demostración de ello es que, ni sabemos explicar lo que el Tiempo es. ¡El Tiempo!, ahí están encerrados esos conceptos de pasado, presente y futuro que, en realidad, hemos inventado para poder ubicar nuestro paso por este mundo.

Algunas veces me sorprendo a mí mismo pensando en esa abstracción quen llamamos Tiempo, en su transcurrir, en lo que caro que nos resulta a todos poseerlo, toda vez que, mientras pasa, nosotros estamos consumiendo nuestra estancia aquí que está marcada por un “tiempo” limitado que debemos aprovechar para desarrollar lo que seremos.

Como somos animales eminentemente sociales, tendemos a explicar nuestras ideas y tratamos de que, todo lo nuestro quede, de alguna manera, para la posteridad. Los hechos destacados quedaron grabados, primero en rústicos dibujos en las paredes de las cuevas, más tarde en las piedras y en los muros de las construcciones, en papiros y finalmente en los libros de historia y, más modernamente, en grabaciones filmadas en películas que nos permiten visualizar la historia.

Claro que, del futuro, como aún no ha llegado, sólo podemos imaginar. Tenemos los medios tecnológicos para construir los futuros que podrían ser, y, representamos historias inventadas que nos llevan a ese futuro soñado. Unas veces será idílico y perfecto y otras, por el contrario, será un futuro en el que, la misma tecnología que hemos creado, se apodera del mundo y trata de destruirnos.

En ese futuro imaginario, nuestra tendencia es la de representar el escenario que, según creemos, se podría producir dentro de…más o menos tiempo que está por venir. En el espacio están muchas de esas historias futuras, pues pensamos que para entonces, seremos los señores, no ya del espacio, sino del hiperespacio mismo, es decir, estaremos en posesión de conocimientos que nos permitirán burlar el muro que hoy tenemos delante, ¡la velocidad de la luz! Infranqueable en este tiempo presente para nosotros.

¿Será científicamente posible superar la velocidad de la Luz?  “Los motores de curvatura que impulsaban a la nave Enterprise en sus  escarceos por el espacio pueden convertirse en una realidad y permitirnos superar la velocidad de la luz”. Han declarado unos científicos de los que no recuerdo sus nombres. Sin embargo, si la velocidad de la luz puede ser superada, antes de que dicha proesa la puedan conseguir los hombres, creo que vendrá de la mano de la misma Naturaleza que, teniendo todas las respuestas, nos señalará el camino para lograr esa proesa por ahora inconcebible.

Como decía al principio, el pasado no siempre está claro y es diáfana su lectura, y, de lo que hemos podido recuperar y conservar, aprendimos y nos señaló el camino a seguir, aunque no por ello, dejamos de repetir algunos errores y de caer en las mismas trampas. La sabiduría de los antiguos queda al descubierto: “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. Bueno, en realidad, el tropiezo se reproduce una y otra vez, sólo tenemos que mirar hacia atrás en el tiempo para comprobar las muchas torpezas repetidas.

El transcurso del tiempo, a pesar de todo nuestro empeño, termina por enseñarnos y adquirimos eso que llamamos experiencia y que nos hace más sabio: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

mujer calle

Este movimiento no implica cambio alguno al no ser relativista, es un simple desplazamiento de lugar. Nosotros, en nuestra vida cotidiana no hacemos que el tiempo se ralentice o se agilice, transcurre a la velocidad que el ritmo del Universo ha impuesto para nosotros. Una estrella vive diez mil millones de años y, nosotros, de momento no pasamos de los cien.

No pocos piensan que el futuro y el pasado no existen, que son irreales y que estamos en un continuo presente. Claro que, el pasado sí existió, recuerdo pasajes de mi infancia junto a mi padre que fueron muy reales. Del futuro, no puedo recordar nada por mucho que me quiera esforzar, sólo puedo representar pasajes que mi imaginación dibuja en mi mente y que, al contrario de aquellos otros del pasado que son inamovibles, éstos, pueden ser cambiados a voluntad. Claro aquellos del pasado fueron y estos del futuro, nunca tuvieron realidad.

El futuro será el presente de nuestros hijos con los que, ahora, compartimos el presente que, para entonces, para ellos será el pasado, cuando nosotros no estemos y formemos parte de la historia.

El futuro, a pesar de que no ha llegado aún, es “leído” por algunos que dicen tener ese don, “pueden ver lo que no ha ocurrido” y, con ello, llevan al convencimiento a los crédulos de que, “su futuro” será de ésta o aquella manera. ¡Cómo somos! En todos los tiempos y lugares, siempre existieron espabilados que se aprovecharon de esa abstracción que llamamos tiempo, para, de una u otra manera, obtener beneficios y posiciones privilegiadas haciendo creer a otros que ellos conocían lo que nadie conoce.

           Parece mentira que alguien pueda creer en estos…

Desde que nacemos, comienza “nuestro tiempo” que, como regla universal y para nuestro bien, es algo secreto, nadie conoce la duración de su tiempo que, por otra parte, no pocas veces está en manos del azar. Si todo transcurre con normalidad y no somos atacados por ninguna enfermedad, accidente, ataque personal, etc., nuestro tiempo será el de la vida media de una persona sana que, hoy en día, está en los 80 años. Conocer la duración de nuestro tiempo sería, en muchos casos, motivo más que suficiente para vivir angustiados y, en algunos casos, nadie sabe qué reacciones o comportamientos podríamos tener en qué casos concretos.

                          Su tiempo transcurre lleno de felicidad

El Tiempo, es algo tan subjetivo que, siendo el mismo para todos, en la realidad, no lo es. Cómo puede transcurrir el tiempo igual y de la misma manera para el que todo lo tiene, que goza de una salud inmejorable, que ama y es amado, que vive en la tranquilidad y certidumbre de que ningún problema podrá venir a perturbar su paz, con aquel otro que, viviendo en la más grande de las pobrezas, carece de todo, la vida le ha negado cualquier alegría, vive debajo de un puente, enfermizo y en la más completa incertidumbre. Para él, la vida es de una dureza tal que, no pocas veces pensó en acabar con ella. El primero puede “ver” y sentir como el tiempo transcurre con normalidad, todo se desarrolla a su alrededor al ritmo que marca el tic tac del reloj de oro que lleva bien abrazado a su muñeca. El otro, puede sentir en lo más profundo de sus pensamientos como el “tiempo” transcurre lento, como un martirio que nunca acaba, como algo que se ensaña y se regodea de su sufrimiento.

                    ¿Qué tiempo es el suyo?

No todos podemos sentir, el transcurso del tiempo de la misma manera. Todos tenemos “nuestro propio tiempo”.

Yo, por ejemplo, tengo muchas clases de tiempo, ese que no deja sentir su transcurrir cuando estoy leyendo o escribiendo sobre temas de ciencia, y, aquel otro, que se me hace eterno, cuando tengo que cumplir con algún compromiso social. En aquel tiempo primero de cuyo transcurrir ni me entero, mi “espíritu” está gozando al bucear en los misterios de la Naturaleza que nos asombra y, al mismo tiempo, nos explica, el por qué de las cosas. En el “otro tiempo”, el que transcurre lentamente y no acaba nunca de pasar, las horas se hacen interminables, escuchar a la señora que te cuenta lo listo que su nieto es, oír al joven que lo sabe todo, al jubilado que se queja de todo, o, simplemente escuchar banalidades de esta o aquella “famosa”…hace que, el transcurso del tiempo me resulte interminable.

Otro tiempo, también diferente del nuestro cotidiano es aquel que, podríamos vivir si tuviéramos la suerte de ser pasajero de una nave cuya velocidad se acercara o fuese próxima a la de la luz. Nuestro tiempo, se ralentizaría y su transcurrir, sería mucho más lento que el tiempo de nuestros familiares y amigos que se quedaron en la Tierra. Claro que, también eso sería antinatural y, dependiendo de a dónde fuésemos, se podría dar el caso de que, a nuestro regreso, no estarían aquí ninguno de nuestros seres queridos. Así que, renuncio a ese tiempo y, prefiero el mío propio en el que, salvo sorpresas inesperadas, transcurrirá según lo previsto.

           Dan un poco de miedo, tan fríos y faltos de sentimientos

Algunos pintan el porvenir (es decir, el futuro) de manera tal que, lo que hemos construido nos sobrepasará, se harán los dueños del mundo y de los mundos a los que nosotros, pobres humanos, nunca podremos llegar. El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable.

Sobre esto del “tiempo” hemos construido muchas frases:

– “Vive el presente de manera tal que, en el futuro, tengas un bonito pasado”.

– “El futuro estará siempre, construido por tu presente”.

– “El presente está cargado del pasado y, el futuro, será lo que determine el presente”.

– “Todo lo que será, tiene causa en lo que es”.

“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad” . Según Víctor Hugo.

Woody Allen, lo mira desde otra perspectiva: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.

En realidad, quiso construir una frase inteligente y se queda en perogrullada, ya que, el resto de su vida siempre será presente, el resto al que se refiere…estará muerto.

Pero, a todo esto, ¿qué piensas tú sobre lo que el Tiempo es, cómo ves el pasado, el presente y el futuro? ¿Será todo una misma cosa dividida por tramos todos, de una u otra manera conexos? ¿Será que, para los seres vivientes sólo existe el eterno presente y que, el pasado sólo pertenece a los muertos y el futuro a los que nop han llegado a vicvir todavía? ¿Cómo clasificarías tú el Tiempo?

emilio silvera

 

  1. 1
    Zephyros
    el 18 de mayo del 2012 a las 23:01

    Gracias Emilio!!! 😉

    Para empezar lo que preveo va a ser la continuación de unos de los debates más interesantes que ya tuvimos en este sitio, una rápida reflexión sobre el presente.

    El presente, para empezar no lo vivimos, es decir, cada uno tiene su presente y todos vivimos en un pasado cuasi-inmediato pero pasado. Es decir, nuestro cerebro tarda unas décimas de segundo en recibir e interpretar un estímulo, un estímulo que cuando es interpretado ya es pasado. Si yo oigo algo lo oiré con el retraso que tardan las ondas de sonido en llegar a mi oído más el retraso de percepción que tendré. Igual con la vista, si veo algo (al ser la velocidad de la luz finita) lo veo como era en el pasado y además tardo en percatarme e interpretarlo.

    Luego las personas también son distintas, unos son más rápidos que otros, con lo cual cada uno tiene su presente, pero todos con cierto retraso. Es decir, todos vivimos de estímulos ya ocurridos décimas de segundo antes de sentirlas o millones de años antes si miramos suficientemente lejos en el espacio.

    Esto nos lleva a que la frontera pasado-presente-futuro no esté bien definida. La posición de un observador es crucial y en las grandes distancias se comprende mejor el concepto. Lo que para un observador es pasado para otro todavía es futuro. El concepto de simultaneidad ya se lo cargó Einstein en su TRE (Especial o Restringida), y luego está la no desconcertante paradoja de la flexibilidad del tiempo. lo que nos lleva a que cada sistema posee su propio reloj. Yo diría que cada partícula elemental posee su propio reloj y el tiempo del sistema sería el promedio del tiempo que transcurre para cada partícula y el tiempo que percibimos es sólo una interpretación de la realidad a toro pasado pero bastante buena, de otra forma la evolución no nos hubiese dejado estar aquí.

    Tema apasionante y complicado. Seguro que será un debate v.2 bastante extenso si los participantes no lo estropeamos.

    Saludos! 

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 19 de mayo del 2012 a las 4:37

      Amigo mío, lo tienes bien asimilado. La definición del Tiempo en la Física no nos dice en realidad lo que el tiempo es y, se limita a dejarnos unos conceptos que lo definen de manera muy limitada sin entrar en otras cuestiones complejas como las que aquí tocamos. Nos dicen: El Tiempo, o, lo que entendemos por tal, es la dimensión que permite distinguir entre dos sucesos que ocurren en el mismo punto del espacio y que de otra forma serían identicos. El intervalo entre dos de esos sucesos constituye la base de la medida del tiempo. Para propósitos generales, la rotación de la Tierra sobre su eje sirve para definir las unidaes del reloj (día) y la órbita de la Tierra alrededor del Sol (año) se utiliza para definir las unidades del calendario. Para fines científicos, los intervalos de tiempo son ahora definidos mediante la frecuencia de una radiación electromagnética especificada (segundo), y, también podríamos hablar de la dilatación del tiempo (relatividad especial), ese efecto, por el cual los intervalos de tiempo no son absolutos, sino que son relativos al movimiento de los observadores (algo de eso insinuas tú más arriba).
      Claro que, todo eso está muy bien pero, como bien dices, las fronteras del pasado-presente-futuro están sumergidas en una especie de neblina que las hace irreconocibles conforme entendemos lo que el tiempo es, y, viviendo en un momento presente que velozmente se hace pasado para entrar en el futuro que, intantáneamente es presente. ¿Qué galimatias es ese?
      El Tiempo es, bajo cierta perspectiva, un asunto psicológico, una sensación de duración: Es de día y se hace de noche para que, pasado “un tiempo” de nuevo regrese el día. Tenemos la sensación de que, al “pasar el tiempo” ocurren cosas y nada es igual, todo está cambiando continuamente con “el paso del tiempo” nuestras mentes, han asimilado la existencia del tiempo al ver que, las plantas crecen, las estaciones cambian, nosotros nos hacemos mayores y, todo eso es posible porque “pasa el tiempo”.
      Claro que, todos nos damos cuenta, más tarde o más temprano de que, todas esas sensaciones de “duración” no son inmutables, sino que, por el contrario, pueden variar de uno a otro por las circunstancias de cada cual, incluída su lucidez intelectual, la rapidez de la mente en captar los fenómenos y otras circunstancias de tipo físico que hace que “el tiempo” sea diferente para cada cual y sus circunstancias.
      Una jornada de trabajo de 8 horas, por ejemplo, en la sensación de individuos distintos, no producirán la misma sensación de duración si uno trabaja en algo que le fascina mientras que el otro hace aquel trabajo por ser lo único que pudo alcanzar pero que, en el fondo lo odia profundamente. El primero, ni se dará cuenta del paso de las horas, mientras que para el otro, el tiempo parecerá detenido y las horas se le harán eternas.
      El ejemplo anterior nos lleva a la confirmación de que, el tiempo, siendo el mismo puede ser “sentido” de manera muy diferente cuando las circunstancias son distintas. Claro que, esos son casos particulares que no nos llevan a poder entender, de manera clara y precisa lo que el tiempo es. Si el tiempo es algo que no deja de fluir, algo que transcurre sin cesar, nunca se detiene y, al estar siempre en “movimiento”, para nosotros poder asimilarlo bien, llamamos pasado al “tiempo que pasó” presente al “tiempo en el que en ese momento vivimos” y, futuro, al tiempo que está por venir. Sin embargo, ¡es tan difícil separar esas fronteras! que, cuando pensamos profundamente en ellas, nos introducimos en un “universo” de tal complidad que, después de calentarnos la cabeza, finalizamos el análisis simplemente admitiendo que no sabemos lo que el tiempo es.
      Por otra parte, con lo que entendemos por “tiempo”, podemos hacer muchas cosas y lo aplicamos a distintos fenómenos tanto de nuestras vidas cotidianas como a otros que, investigando, observamos en la Naturaleza. Lo medimos todo y, al tiempo, lo hemos situado (también) como  “la cuarta dimensión”. Hay cosas que duran mucho, mucho tiempo. El mejor ejemplo que se me ocurre por ser muy conocido, es el de la “vida” de una estrella común como el Sol que puede estar brillando durante 10.000 años. En el extremo opuesto, podemos contemplar la vida media de algunas partículas que son tan efímeras que, aún moviendose casi a la velocidad de la luz no pueden desplazarse lo bastante como para dejar una traza medible en una cámara de chispas. El tiempo que vivían había que medirlo por métodos indirectos y resultó que estas “resonancias” de vida ultracorta vivían sólo diezcuatrillonésima de segundo (10-23) de segundo. Con estos dos ejemplos, simplemente quiero decir que, “el tiempo” es relativo y depende en qué contexto lo podamos contemplar. Una mosca tiene una vida que dura una semana y, nosotros, tenemos 80 años de vida. Sin embargo, en el medio particular de cada uno, de la mosca y de nosotros, el tiempo resultará ser igual “una vida” al fin y al cabo,
      Claro que, podemos mirar el tiempo desde otro mirador más alto que nos llevará a “un mundo” complejo en el que, el tiempo, se junta con el espacio y pasa a llamarse espacio-tiempo que, es algo así como una especie de tejido con el cual se confeccionó el universo. Ahí, en ese espacio-tiempo, ocurren y se crean todas las cosas, nada existe fuera de él y, nuestras vidas, como todo lo demás, están inmersas en ese espacio-tiempo “sin fin” en el que, lo único quer tiene fin son “las cosas” (vivas o inertes), mientras que, el espacio y el tiempo (espacio-tiempo) sigue fluyendo ajeno a lo que esté o no esté presente, es indiferente a todo y su transcurrir, nunca se detiene.
      Claro que, cuando nos preguntan: ¿Qué es el tiempo? nos quedamos paralizados y nuestras mentes buscan una respuesta (la mayor de las veces peregrina) con la que salir del trance. Es un tema de tal complejidad que, en realidad, nadie nunca en la historia de la Humanidad ha sabido explicar lo que el tiempo es. Newton nos decía que el espacio y el tiempo eran constituyentes eternos e inmutables de la configuración del cosmos, estructuras puras que están más allá de los límites de las preguntas y las respuestas.
      En su Principia escribió: “El espacio absoluto, por su propia naturaleza, sin relación con nada externo, permanece siempre igual e inamovible. El tiempo absoluto, verdadero y matemáticvo, por sí miosmo y por su propia naturaleza, fluye uniformemente sin relación con nada que sea externo”. Claro que, Leibniz y otros muchos discreparon a voz en grito, proclamando que el espacio y el tiempo eran meros instrumentos de contabilidad para resumir convenientemente las relaciones entre objetos y sucesos dentro del universo. La ubicación de un objeto en el espacio y el tiempo que tiene significado sólo en comparación con la de otro objeto. El esapcio y el tiempo son el vocabulario para estas relaciones, pero nada más.
      Después llegó Einstein y, nos demostró que el tiempo no fluye igual para todos dependiendo de las citcunstancias de cada “cosa”. Es decir, para algunos habrá un tiempo disitnto que para otros.
      Y, nosotros, inmersos en todo este maremagnun de conceptos, nos hacemos una idea más o menos acertada de lo que el tiempo es. Sin embargo, en realidad, seguimos sin saber lo que es el Tiempo. Bueno, al menos yo…¡no tengo ni idea!
       

      Responder
      • 1.1.1
        Fandila
        el 17 de septiembre del 2012 a las 23:31

        El presente para nosotros, como tal no existe, Zephyros, lo explica muy bien. Ese infinitésimo instante no nos dice nada.
        En lo que a nosotros afecta, yo distinguiría dos tiempos, el exterior a nosotros, con sus relatividades, y el interior a nosotros con las suyas.
        Creemos en la subjetividad de nuestro tiempo cuando decimos “pero que largo se me ha hecho” o por el contario al decir “pero que día más largo o que pesada se me ha hecho la tarea”
        En relidad nuestro tiempo mental tambien es relativo. Lo que nos es agradable o placentero lo es porque va con lo que nuestra mente califica como bueno para nosotros, está en consonancia con el funcionamiento “positivo” que nos lleva, es favorable a la manera de actuación de nuestros circuitos mentales. El conflicto es mínimo. No se nos opone, por lo que para nuestra mente no hay perdida de tiempo, su camino es despejado.
        Por el contrario, lo desagrable, el dolor, lo no placentero, se opone a ese sentido positivo, a la vivencia que nuestra mente califica como buena para nosotros. Por lógica, la mente se opone a estas situaciones y reacciona mediante órdenes a nuestros pensamientos y nuestro organismo para tratar que la situción se corrija. Este conjunto de órdenes y contraordenes, una detrás de otra, consumen más tiempo que si la influencia está acorde con nuestros designios (Designios de nuestra mente).
        En resumen, entre lo agradable y lo desagradable, se da o ha darse una diiferencia en nuestro tiempo interno. Menor tiempo en el primer caso, mayor en el segundo caso. Otra cosa será cual sea lo que nos conviene a largo plazo o como lo interprete cada cual. Por ejemplo, el masoquista o el forofo del sacrificio.
         
        Lo que expongo quiere ser una “explicación física” de la subjetividad del tiempo mental, más lúdica que otra cosa. Habrá opiniones para todos los gustos.
         
        En resumidas cuentas, pasado presente y futuro no pueden admitir una concreción absoluta. Para nosotros ninguno de los tres es objetivo.
        Cordiales saludos.

        Responder
    • 1.2
      Fede
      el 19 de mayo del 2012 a las 15:57

      Hola, me intriga saber cuál fue ese debate que hubo anteriormente en el blog sobre el tiempo, si es posible, ya que como dice Zephyros si se quiere continuar aquel acalorado debate, estaría bueno volver a repasarlo, por lo menos a mi me pico la curiosidad.

      Saludos!

      Responder
  2. 2
    kike
    el 18 de septiembre del 2012 a las 18:47

    El presente podría ser en realidad un compendio del pasado y del futuro cercanos, ya que aunque nuestro cuerpo actúa según estímulos que ya pertenecen a un pasado inmediato, nuestra mente vive pronosticando el futuro también inmediato, y hasta de medio plazo; de hecho creo que a veces se conjugan ambos tiempos en un mismo hecho. Por ejemplo vamos andando y encontramos de repente una pequeña zanja; nuestros sentidos alertan a la mente, quien recibiendo esos datos procedentes del pasado, convierte la reacción del cuerpo en futuro, anticipación necesaria para ordenar anticipadamente al cuerpo que frene o dé un salto, evitando de esta forma caer en la zanja, a donde iriamos a parar sin remisión de no preveer el futuro inmediato.

     Casi todos nuestros actos y pensamientos conjugan perfectamente esa mezcla de pasado y futuro; sobre todo el futuro (aunque pareciera lo contrario), ya que contínuamente nuestra mente se anticipa a los hechos cotidianos que acaecen en el futuro, pero que son bastante previsibles, ya que los imprevisibles se escapan de nuestro alcance y nos suelen coger bastante desprevenidos.

     Por cierto, anticipandome al futuro, voy a procurar encontrarme libre de trabajo esta noche, que televisan el Real Madrid-Manchester en partido de la Champions League.

     Saludos a todaeos.      

     

    Responder
    • 2.1
      emilio silvera
      el 19 de septiembre del 2012 a las 5:49

      Más a menos así resulta ser amigo mío. Estamos condenados a vivir en un continuo presente pero, sin embargo, con un ojos podemos estar conremplando el pasado que se aleja y, con el otro, vemos venir el futuro que se nos echa encima. Esa amalgama temporal de pasado.-presente-futuro, es nuestra realidad en el Tiempo que nunca acaba de irse del todo (recordamos lo que pasó) y, de alguna manera, también imaginamos lo que pasará. Siemore estaremos entre esas dos coynturas de pasado-futudo con nosotros, en el presente en medio.
      Mira que hemos debatido sobre el tema del tiempo aquí en éstas páginas y, sin embargo, por mucho que lo podamos hacer, siempre tendremos otros puntos de vista, otras perspectivas, otros planteamientos y, todos ellos, sin excepción, son posibles situaciones de lo que el Tiempo es.
      Un abrazo.

      Responder

Deja un comentario



Comentario:

XHTML

Subscribe without commenting