Otros Tipos de Vida

Uno de los supuestos impliocitos en pro de la inevitabilidad de un universo grande y frío es que cualqueir vida es muy parececida a la nuestra. Los Biólogos parecen admitir sin problemas la posibilidad de que existan otras formas de vida fuera de nuestro mundo. Pero no están seguros de que sea probable de que se desarrllen espontáneamente, sin un empujón de forma de vida basada en el carbono, La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencia estratrerrestre en el Universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habitan en planetas y necesitenm aguam, atmósfera gaseosa, y todo lo demás. Vale la pena abrir un poco nuestra imaginación para pensar en que podría parecerse a la vida situada en el espacio en lugar de en los planetas.Acordaos de cuando Fred Hoyle, en su ocra de ficción, nos decía que la vida era posible enn una Nebulosa que el llamó “La Nube Negra”. Su obra, de 1967, tuvo un gran éxito y unos pocos años después se descubnrieron coincidencias de los valores de las constantes de la Naturalezaq que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de Carbono y Oxígeno, y con ello para la vida en el Universo.

¿Un cierto miedo ancestral nos lleva a imaginarlos pequeños?

Claro que, no caemos en la cuenta que, en este caso, importará la tecnología, no el tañamo

Algún día llegarán y…¡si no tienen sentimientos!…

Claro que esa historia largamente imaginada de la llegada de seres de otros mundos… No será de hoy para mañana, incluso no popdemos saber si será. Las cosqas no serán fáciles para que puede llegar a producirse un contacto de esa naturaleza que, por muchísimas razones puede estar aún (si al fin se produce) muy lejos en el tiempo. Los motivos son de todos bien conocidos.

Por otra parte, hau una curiosidad adinacional sobre la coincidencia que existe entre el tiempo de volución biológico y la astronomía. Puesto que no es sorprendente que las edades de las estrellas típicas sean similares  a la edad actual del universo, hay también una aparente coincidencia entre la edad del Universo y el tiempo que ha desarrollado para poder  desarrollar formas de vida como nosotros.

Si miramos  restrospectivamente cuánto tiempo ha estado en escena nuestros ancestros inteligentes (Homo sapiens) vemos que han sido solo unos doscientos mil años, mucho menos que la edad del universo. Trece mil setecientos millones de años. Nuestra historia humana ha durado mucho menos que dos cienmilésimas de  de la historia del Universo. Pero si nuestros descendientes se pudieran prolongar indifinidamente en el futuro, la situación para ellos se convertiría en algo muy diferente, Supongamos que aún sigan aquí pensando en todas estas cuestiones cuando  cuando el Universo tenga 500.000 mil millones de años. Entonces se podría calcular que nosotros estuvimos aquí durante la mayor parte del Universo y, ya no seríamos unos recien llegados.

Un Universi inmenso que contiene todo lo que existe y, como materia evolucionada en su más alto grado: La Vida que…¡podría de ser de tantas maneras! Tenemos que permanecesr abiertos a todo. Estamos alcanzado niveles de tecnología (aunque no de energías) que son a tener en cuenta y, en cualquier momento, ese contacto temido y esperado se podría producir.

No debemos perder de vista la importancia que tienen los grandes números en el resultado final de todos estos problemas. La respuesta de Dicke al problema de los grandes números tuvo mucha importancia. Demostró que las aproximaciones de Edington y Dirac habían sido extremas e injustificadas. Ellos habían tratado de explicar las coincidencias de los Grandes Números haciendo cambios importantes ennuestras  teorías de la física: Edington quería crear una nueva teoría del Todo para demostrar que las coincidencias de los Grandes Númeroseran consecuencia de un esauema  profundo de la Naturaleza. Dirac respondió abandonando la constancias de una de las constantes de la naturaleza tradicionales, G, para permitir así que la coincidencia entre Grandes Números sean consecuencia de una todavía desconocida teoría de la gravedad y los fenómenos atómicos. Dicke, por el contrario, siguó una aproximación menos iconocastla, Reconoció que no todos los instantes del tiempo son iguales: sólo podemos pensar que contemplamos el Universo cuando este sea  lo suficientemente viejo para albergar seres vivos en su interior.

De nuestra especie y de otroas muchas que hacen la representación de la vida en nuestro planeta gracias a que, el Universo es lo bastante viejo para que eso, pueda ser posible. Ya que, sin el tiempo necesario para que las estrellas fabricaran los elementos para la vida…No estaríoamos aquí.

El desafío de los Grandes Números desempeñó un papel importante en el desarrollo de nuestros esfuerzos por comprender la estructura del Universo y el abanico de posibilidades disponible para las constantes de la naturaleza que suministran el esqueleto sobre el que se encarnan los resultados de las Leyes de la naturaleza.

Todo esto impulso un cuestionamiento serio de la constancia de las constantes de la Naturaleza tradicionales como la constante de Newton G, y llevó a la formulación de nuesvas teorías de la gravedad que ampliaban la teoría de Einstein para incluir esta posibilidad. Y, a todo esto, llegaron también a tomar parte en el “guisado”, disciplinas como la biología y la geología que, tradicionaolmente habñían tenido poco quen ver con la Astronomía y la Cosmología pero que, finalmente, nos dimos cuenta de su importancia cósmica para ir dilucidando el gran misterios.

“Alguna vez ha ocurrido: Es más importante que una proposición sea interesante

que verdadera… Pero por supuesto una proposición verdadera es más apta para ser

imteresante que una falsa.

Debemos estar a tento y observar muy bien tratando de “ver” realmente lo que se nos muestra, dejar la olusión a un lado y tratar de llegar a la verdadera razón de la materia misma, que en unión de los leyes de la Naturalezqa, nos contaran todo aquello que deseamos saber. Claro que, para ello, necesitaremos pasar de lato por lo interesante y, en ocasiones, hasta de lo bello, para poder centrarnos en esa verdadera que no siempre nos resultará fácil, de localizar.

emilio silvera

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