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No siempre hablamos con propiedad

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y la Vida    ~    Comentarios Comments (1)

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¿Sabremos algún día, como son las cosas?

Los cosmólogos hablan y hablan y no pocas veces utilizan conceptos y parámetros que, sin haber sido comprobados, están ahí unamovibles como si de verdades como montañas se tratara. La Energía y la Materia Oscura son una buena muestra. Las colocan por todas partes y, aunque nadie sabe lo que es (ellos los primeros), es uno de los platos que más suelen degustar cuando hablan de la expansión acelerada del universo.

Lo que sucede primero, no es necesariamente el principio. Antes del “principio”, de ese principio que nosotros llamamos Big Bang, tuvieron que suceder muchas cosas que, de momento, no hemos podido llegar a conocer, nos topamos con la oscuridad del Tiempo de Planck, esa infinitesimal fracción en la que, según parece, debieron suceder muchas cosas que desconocemos y que pudieran ser, el verdadero principio de todo. Además, hasta es posible que ni hubiera principio y, nuestro Universo, surgiera a parti4r de una fluctuación de vacío  en otro universo que rasgando el espacio-tiempo, lo hizo “nacer” como otro más de los muchos que conforman un Metaverso infinito.

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Los físicos, cuando se han topado con inconvenientes que no sabían a quéeran debidos (los infinitos es una buena muestra de ello), han actuado con más racionalidad que los cosmólogos y, se inventaron la renormalización que es una especie de truco que elimina esos infinitos sin sentido de las ecuaciones de la mecánica cuántica y, para ello, se buscaron el procedimiento matemático de introducir otros infinitos con el propósito de anular los primeros.  El caso es que da resultados.

Incluso en cosmología, las explicaciones más racionales, han llegado de la mano de la Física y, por ejemplo,para explicar lo que es una singularidad, nos dicen: Punto de curvatura infinita del espacio donde las ecuaciones de la relatividad general pierden su validez. Un agujero negro es una singularidad; lo mismo, quizá, lo fuera el universo en el primer momento en ese preciso instante en el que nació el espaciotiempo. Claro que, los Físicos han trabajado y avanzado más por las pistas encontradas que va dejando la Naturaleza que por sus sueños o inventos.

Siguiendo la estela que dejan las invariancias gauge, gracias a la importante aportación iniciada en 1954 por los trabajos de Yang y Mills, ya se ha conseguido la primera gran unificación, la de la fuerza electrodébil ( electromagnética + débil) que mereció en 1979 el Premio Nobel de Física para sus autores, Glashow, Salam y Eeinberg. Aunque el camino no se encuentra, ni mucho menos, libre de formidables obstáculos, sabemos que las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza están regidas por este tipo de invariancias.que relacionan las fuerzas con la propia geometría de la materia-espacio-tiempo, tal como aspiraba Hermann Weyl . En su libro : “Tiempo, espacio,materia” ( 1922), comentaba con emoción: “… Han llegado a nuestro oído algunos acordes vigorosos de aquella armonía de las esferas con que soñaban Pitágoras y Kepler.” Hay cosas que no cambian nunca, si nos detenemos a recordarlas te puede apetecer hablar de ellas. Hace tiempo, los sucesos que constituían historias eran las irregularidades de la experiencia: lo inesperado, lo catastrófico y lo ominoso.

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La Luna llena, amiga de los enamorados a los que alumbra con sus reflejos de plata, siempre ha sido igual y, a los humanos habitantes del planeta Tierra, ese objeto familiar nos acompañó a lo largo de los siglos para hacer posible que, pudiéramos comprobar que su comportamiento era estable e inamovible. Invariante.

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  El 19 de enero de 1995 ocurrió el sismo de Kobe, Japón, uno de los terremotos más devastadores de la historia. En general las consecuencias de los sismos son evaluadas en número de víctimas: Shaanxi, China 1556, 830.000 víctimas; Calcuta, India 1737, 300.000; Lisboa, 1755, 60.000; Mesina, Italia 1908, 85.000; Tokio-Yokohama, 1923, 143.000; Añadir, Marruecos 1960, 14.000; Ancash, Perú 1970, 52.000; Tang-Shan, China 1976, 400.000; Irán 1978, 25.000; México, 1985, 10.000; Armenia 1988, 25.000.   Pero el sismo de Kobe, aparte de los 6.000 muertos y los 30.000 heridos, tuvo nefastas consecuencias de carácter económico: dejó a 300.000 personas sin hogar, destruyó o dañó severamente 100.000 edificios, se produjeron 148 incendios que destruyeron un área de 65 hectáreas y los daños se estimaron inicialmente en 200.000 millones de dólares. El caso de Kobe es particular, porque en Japón se consideraba que era una zona de riesgo sísmico moderado. Los hechos demostraron lo contrario: Kobe se encuentra en la zona de encuentro de cuatro placas tectónicas.   Aunque estos sucesos, en un principio, nos parezcan catastróficos (que lo son), también es verdad que son la manera de reciclaje que tiene la Naturaleza para hacer surgir las nuevas cosas y la vida nueva.

Poco a poco, los científicos llegaron a apreciar el misterio de la regularidad y predecibilidad del mundo. Pese a la concatenación de movimientos caóticamente impredecibles de átomos y moléculas, nuestra experiencia es la de un mundo que posee una profunda consistencia y continuidad. Nuestra búsqueda de la fuente de dicha consistencia atendía primero a las “leyes” de la Naturaleza (Interacción Gravitacional, Fuerzas Nucleares Débil y Fuerte y el Electromagnetismo) que gobiernan como cambian las cosas.   También, poco a poco, hemos llegado a identificar una colección de números misteriosos arraigados en la regularidad de la experiencia. Son las Constantes de la Naturaleza. Dan al Universo su carácter distintivo y lo singularizan de otros que podríamos imaginar. Capturan de una vez nuestro máximo conocimiento y nuestra máxima ignorancia sobre el Universo.

Constantes fundamentales, valores supuestamente invariables de ciertas magnitudes referidas a los constituyentes más básicos del Universo. Precisamente esas constantes con esos valores, son los que permiten que nuestro mundo sea como es. Pues, aunque las medimos con una precisión cada vez mayor y modelamos nuestros patrones fundamentales de la masa y tiempo alrededor de su invariancia no podemos explicar sus valores. Nunca hemos podido explicar el valor numérico de ninguna de las constantes de la Naturaleza. Hemos descubierto otras nuevas, hemos relacionado las viejas y hemos entendido su papel crucial para hacer que las cosas sean como son, pero la razón de sus valores sigue siendo un profundo secreto. Para buscarla necesitamos desentrañar la teoría más fundamental de las leyes de la Naturaleza.

El problema de si las constantes físicas son constantes se las trae. Aparte del trabalenguas terminológico arrastra tras de sí unas profundas consecuencias conceptuales. Ahora unos experimentos han obtenido resultados que van encaminados hacia el hecho de que la constante de estrucutra fina, pudiera ser variante con el tiempo y el lugar, lo cual, al menos a mí no me cuadra por muchos gráficos que nos quieran presentar como el de abajo.

En verde, los datos obtenidos únicamente a través del telescopio Keck. El azul, solo los del VLT y la región roja es la combinación de ambos. La parte gris corresponde a la vía láctea. Todo está representado en coordenadas ecuatoriales (ascensión recta y declinación).

Si la constante variara de forma espacial esto tocaría la fibra sensible de la Relatividad aunque no es algo que pille de nuevas porque hay ya algunas teorías que plantean que esto pueda suceder. Si la variación es muy suave también podría significar que el universo es mucho mayor que la parte observable del mismo y entonces estaríamos hablando de un universo que incluso podría ser infinitamente grande donde las constantes variaran muy poco en el radio del universo observable, lo bastante poco para que nos parecieran constantes hasta que nos fijáramos lo suficiente.

Pero esto no es tan simple. Un pequeño cambio ya hace que no sean constantes y eso trae problemas a nivel teórico. También nos complicaría un poco la vida pensar en cómo sería el universo en otras regiones donde las constantes tengan valores muy distintos a los que conocemos actualmente. Es tan antinatural que, no creo que alfa, la constante de estrucutra fina, no sea invariante.

Esas constantes de la Naturaleza están estrechamente emparentadas con las constantes de nuestros cuerpos que, como todo en el Universo, están conectados por unos hilos invisibles, a los parám,etros, constantes y fuerzas que todo lo rigen.   Descubrir si las constantes que las definen están determinadas y conformadas por alguna consistencia lógica superior o sigue habiendo un papel para el Azar.   Nuestras primeras ojeadas revelan una situación muy peculiar, Mientras parece que ciertas constantes estuvieran fijadas, otras tienen espacio para ser distintas de las que son y algunas no parecen afectadas por ninguna otra cosa en el Universo. ¿Caen sus valores al Azar? ¿Podrían ser realmente diferentes? Y, si lo fueran, ¿Podría existir vida en el Universo?

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         Sí, las Constantes Universales siempre dieron mucho que hablar

Si esas constantes variaran, ¿que sería de nosotros? Sabemos que, universos con las constantes ligeramente alteradas nacerían muertos, privados del potencial para desarrollar y sostener el tipo de complejidad organizada que llamamos vida.   ¿Son las Constantes de la Naturaleza realmente constantes?   Un experimento llevado a buen fin por un grupo de investigadores, han puesto en práctica un método por ellos ideado mediante el cual, han podido examinar las Constantes de la Naturaleza durante los últimos 11.000 millones de años de la historia del Universo.   Considerando las pautas atómicas que son similares a códigos de barras en la luz que nos llega de Cuásares lejanos, podemos mirar y ver cómo eran los átomos cuando la luz inició su viaje hace miles de millones de años. Así, ¿fueron siempre iguales las constantes de la Naturaleza? La respuesta, inesperada y escandalosa, plantea nuevas posibilidades para el Universo y las leyes que lo rigen.

 

¿Qué secretos tan profundos se esconden detrás de esta simple ecuación? Desde el comienzo de la “buena” Física, los mejores han tratado de desvelar lo que ahí está escondido. Es la Constante de estructura Fina, otra vez el número puro y adimensional, 137 que guarda los misterios del electromagnetismo, e, la Relatividad de Einstein, c, y, la constante de Planc, h.   A pesar del cambio incesante y la dinámica del mundo visible, existen aspectos de la fábrica del Universo misteriosos en su inquebrantable constancia. Son esas misteriosas cosas invariables las que hacen de nuestro Universo el que es y lo distingue de otros que pudieran existir.   Está presente un hilo dorado que teje una continuidad a través del espacio-tiempo y que, afecta a toda la Naturaleza que, de esa manera, se conforma como un todo, como un Sistema cerrado en el que, las constantes marcan un ritmo de funcionamiento y las leyes o fuerzas naturales dicen como deben cambiar las cosas.

 

Como si fuera un hilo de oro que brotaba del abismo de los tiempos, el Universo unifica, todo lo que dentro de él existe, y, de alguna manera, aunque nos de la sensación de heterogeneidad, al final, todo es lo mismo, es decir, proviene de la misma fuente, simplemete cambia con el tiempo. Lo que hoy es inanimado, mañana estará muy vivo. Lo que hoy no tiene consciencia, mañana la tendrá. Todas las cosas son, aunque no de la misma manera pero, ese simple pensamiento, eleva a todas las cosas a la categoría de SER.   Así las cosas, y, con esos datos en las manos, nos aconseja esperar que ciertas cosas sean iguales en otros lugares del Espacio además de aquí, en la Tierra; que esas constantes fueron y serán las mismas en otros tiempos además de hoy; que para algunos casos, ni la historia ni la geografía importan. De hecho, quizá sin un substrato semejante de realidades invariables no podría haber corrientes superficiales de cambio ni ninguna complejidad de mente y materia.   Desde entonces, los cosmólogos han encontrado cada vez más formas en que el Universo podría mostrar variaciones en sus constantes definitorias; cada vez más maneras en que la vida podría no haber llegado a existir en el Universo. También han empezado a tener en serio la posibilidad y realidad de otros universos en los que las constantes de la Naturaleza toman valores diferentes. ¿Inevitablemente nos encontramos en un mundo donde las cosas salieron bien? Pero, ¿Cuál era la posibilidad de que todo esto sucediera así?

¿Qué clase de vida -si es que la hubiera- existirían en otros universos? El clima y la topografía de nuestro planeta varían continuamente, como las especies que viven en él. Y lo que es más espectacular, hemos descubierto que todo el Universo de estrellas y galaxias están en estado de cambio dinámico, en el que grandes cúmulos de galaxias se alejan unos de otros hacia un futuro que será diferente del presente. Hemos empezado a darnos cuenta de que vivimos en un tiempo prestado, los sucesos astronómicos catastróficos son comunes; los mundos colisionan.

  Hasta el momento, hemos tenido mucha suerte. El planeta Tierra ha sufrido en el pasado el impacto de cometas y asteroides. Un día se le acabará la suerte; el escudo que tan fortuitamente nos proporciona el enorme planeta Júpiter, que guarda los confines exteriores de nuestro Sistema Solar, no será capaz de salvarlo. Al final, incluso nuestro Sol morirá. Nuestra Vía Láctea será engullida por un enorme agujero negro central. La vida tal como la conocemos terminará. Los supervivientes tendrán que haber cambiado su forma, sus hogares y su naturaleza en tal medida que hoy, nos costaría llamarlo “vida” según nuestros criterios actuales, a esa existencia prolongada y exenta de enfermedad. Hemos reconocido los secretos simples del Caos y de la impredecibilidad que asedian tantas partes del mundo que nos rodea. Entendemos que nuestro clima es cambiante pero no podemos predecir los cambios. Hemos apreciado las similitudes entre complejidades como esta y las que emergen de los sistemas de interacción humana –sociedades, economías, elecciones, ecosistemas- y el interior de la mente humana.

 Debemos procurar que sitios como este perduren, nuestro futuro depende de ellos.

Todas estas sorprendentes complejidades tratan de convencernos de que el mundo es como una montaña rusa desbocada, rodando y dando bandazos; que todo lo que una vez se ha tenido por cierto podría ser derrocado algún día.

Si revisamos las escalas desde un átomo, el ADN, una Bacteria, un insecto, un planeta, un ser humano, un árbol, un meteorito, un asteroide, una estrella, una galaxia, o un cúmulo de galaxias.

Todos los objetos del Universo son el resulta de fuerzas antagónicas que, al ser iguales, se equilibran y consiguen la estabilidad. Las estrellas son el mejor ejemplo: La Gravedad trata de comprimir a la estrella que, mediante la fusión tiende a expandirse y, la lucha de esas dos fuerzas crea la estabilidad.

Estas estructuras, podemos decir que son entidades estables que existen en el Universo. Existen porque son malabarismos estables entre fuerzas competidoras de atracción y repulsión. Por ejemplo, en el caso de un planeta, como la Tierra, hay un equilibrio entre la fuerza atractiva de la Gravedad y la repulsión atómica que aparece cuando los átomos se comprimen demasiado juntos. Todos estos equilibrios pueden expresarse aproximadamente en términos de dos números puros creados a partir de las constantes e (electrón), h (constante de Planck), G (constante de gravitación) y mp (masa del protón).

Hasta tal punto son importantes estas constantes de la Naturaleza que, simplemente con que la masa o la carga del electrón variara una diez millonésima, la vida, no podría existir.

emilio silvera

 

 

  1. 1
    emilio silvera
    el 23 de agosto del 2012 a las 10:02

    Al repasar el trabajo que antecede, no tengo más remedio que maravillarme de los muchos conocimientos que hemos atesorado en todos los ámbitos del saber humano. En Física, Astronomía, Química, Biología y otros que, acompañados por las ineludibles matemáticas, nos han traído hasta este nivel que ahora ocupamos y que, posiblemente, sea el punto de partida para una Empresa mayor.
    De todo esto, una cosa, una idea, un suceso, sigue martilleando mi mente: El Surgir de la Vida.
    La vida (al menos hasta donde sabemos) fue el resultado de los mismos procesos químicos y físicos que formaron los océanos y la corteza continental de nuestro planeta. Sin embargo, la vida es distinta porque puede experimentar la evolución darwiniana. ¿Qué duda nos puede caber? La selección natural ha desempeñado un papel fundamental en la evolcuión de nuestro planeta, pero también dirigió la evolución química que hizo posible la propia vida.
    A grandes rasgos entendemos como pueden haber evolucionado las moléculas biológicas a partir de precursores simples presentes en la Tierra joven. Sin embargo, sigue siendo un gran misterio cómo las proteínas, los ácidos nucleicos y las membranas llegaron a interaccionar de forma tan compleja para poder llegar hasta la consciencia y los pensamientos…Bueno, también los sentimientos.
    Hasta los organismos vivos más simples son máquinas moleculares altamente sofisticadas. Las primeras formas de vida tenían que ser mucho más sencillas. Tendríamos que encontrar una familia de moléculas lo bastante simples como para poder formarse por procesos químicos y lo bastante compleja como para servir de cimiento a la evolución de las células vivas.
    Hablamos y hablamos del Universo y de todo lo que en él está contenido, de las fuerzas que lo rigen, de la materia y del espacio-tiempo, de la Entropía y de las muchas transiciones de fase que, los procesos dinámicos que impone el ritmo energético del Universo hacen que el Cosmos, sea tal como lo conocemos y, atesorando todos esos conocimientos, sabiendo de átomos y de galaxias…¿Qué podemos decir de la Vida?
    Es una gran asignatura pendiente, nosotros que la representamos, no sabemos explicar lo que es y, siendo una parte de la Naturaleza creadora, del Universo mismo, ¿qué es lo que nos trajo aquí?. ¿Motivos? No creo que existieran motivos y, lo dejo al “universo” de las probabilidades y del Azar.
    Conociendo lo que conocemos del Universo y de las leyes que lo rigen, sabemos que, todo lo que pasa aquí, también está pasando “allí”, el allí se refiere a cualquier región del Cosmos por muy lejos que ésta se pueda encontrar y, en ella, podrán estar presentes planetas que, como la Tierra, alberguen alguna clase de vida.
    Alguna vez he llegado a soñar con planetas de extraña belleza en los que, habitaban seres incorpóreos hechos de pura energía y, entonces me preguntaba: ¿Será ese nuiestro destino final cuando alcancemos el último nivel de la evolución?
    ¡Por soñar…que no quede!
     

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