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¡¡Noticia!!… Que no sorprende a nadie

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El hombre en el Universo    ~    Comentarios Comments (4)

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Sabemos del Universo que no sabemos cómo surgió, si está sólo o acompañado, si es cíclico y se reproduce una y otra vez, si cada vez que surge también viene acompañado por los mismos procesos que nos llevan hacia la vida…

La imagen de arriba tomada por el Telescopio Espacial  Hubble, fue cedida en su día por la NASA y, en ella, podemos contemplar la inmensidad de un Universo que no hemos llegado a conocer y, como nos pasa en tantas otras cuestiones, nos tenemos que conformar construyendo Modelos que nos aproximen a lo que puso ser y que, no reflejan, necesariamente, lo quer fue.

Nuestro Sol, esa estrella mediana, amarilla del tipo G2V que, nos calienta y hace posible que la vida en el planeta Tierra esté presente. Ese suceso de la vida consciente en un planeta idóneo para la evolución de la materia hacia niveles de impensables rendimientos como, de hecho, son las ideas y los pensamientos, nos llevan a pensar que, nuestro Universo, “parece” que tenía un plan predeterminado para nosotros. Bueno, al menos eso nos gusta pensar para sentirnos más importantes.

Sólo conocemos el Universo que nos ha dejado ver la luz, esa radiación electromagnética a la que es sensible el ojo humano, y, otras de ondas más cortas que mediante telescopios hemos podido captar, son las referencias visuales que del Universo tenemos y, hay que dice que, cuando podamos captar las ondas gravitatorias que emiten los Agujeros Negros, podremos ver, un Universo nuevo.

Muchas son las maneras en las que hemos querido representar y “ver” a nuestro Universo. El concepto de un universo holográfico no es nada nuevo. Los sufíes del siglo XII llegaron a la conclusión de que “el macrocosmos es el microcosmos”. El Profeta egipcio Hermes Trismegisto dijo que una la comprensión universal es la clave de “sin él es como el seno de las cosas, el pequeño es como el grande”. Los alquimistas medievales tenían otro lema: “Como es arriba, es abajo”. Con el paso de los tiempos se han establecido unas claves para entender la realidad en que vivimo.

Claro que, para nosotros, no será fácil saber si, nuestra realidad, es la auténtica realidad del Universo. Estamos inmerso en nuestro “propio mundo”, el mundo de nuestros sentidos que nos hacen ver y sentir un universo propio, particular y supeditado a las potestades que dichos sentidos puedan tener… A partir de ahí… ¿Quién sabe?

¡Se dicen tantas cosas! ¡Nos cuentan tantas historias!

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Por ahí he podido leer que: “Hoy en día los superordenadores utilizan una técnica llamada “cuadrícula de cromodinámica cuántica, una técnica que funciona a partir de las leyes físicas que rigen el Universo, capaz de simular con cierto grado de éxito pequeñas porciones del mismo en una escala de una billonésima de metro, un poco más grande que el núcleo de un átomo.

Para los investigadores, con el tiempo las simulaciones más potentes serán capaces de modelar en la escala de una molécula, luego de una célula e incluso de un ser humano. Para ello dicen que deberán pasar varias generaciones de equipos cada vez más potentes, tanto, que podrían simular porciones del Universo lo suficientemente grandes como para entender las limitaciones a las que se verían sometidos los procesos físicos que conocemos. Estas limitaciones serían la prueba de que, como dice Bostrom, vivimos en una simulación informática.”

Lo único cierto es, que nadie sabe “la verdad” de en qué estamos inmersos y, sin embargo, todo el mundo habla y, como un profetas, nos dicne lo que fue, lo que es y hasta se atreven con lo que será… ¡Ilusos! De ilusión también se vive pero…, la cruda realidad vendrá de manos de la Naturaleza que, como debemos saber, siempre impone su ley.

Lo prudente es seguir avanzando y procurando desvelar “el saber del mundo”, y, mientras tanto, cuando queramos explicar alguna cosa decir: Por ejemplo, referido al átomo. Parece que el átomo se comporta como si, en su interior, tuviera protones y neutrones que, a su vez, pueden estar conformados por Quarks y, ese núcleo, parece estar rodeado por partículas denominadas electrones que hacen el conjunto atómico que. unidos, llegan a formar moléculas y estas la materia.

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Ni conocemos el reloj (para nosotros eterno) del Universo, ni tampoco conocemos ese árbol del que tanto hablamos, el de la vida que, resulta ser algo que nosotros mismos representamos y que no podemos explicar. ¿Se habrá visto mayor paradoja?

Y si no estamos sólos, ¿por qué no están aquí? Bueno, seguramente por la misma razón por la que nosotros tampoco podemos estar allí. La Empresa nos sobrepasa y, seguramente, también a “ellos”, les viene grande. ¡Distancias inauditas! ¡Velocidades inalcanzables! ¡Tiempo de evolución de miles de millones de años! Todo eso junto, conforma la imposibilidad en la que nos encontramos de poder, estrechar la mano de esos seres que, como nosotros, pensarán en ese día que, cuando llegue (si es que llega), marcará un hito universal.

¡Los hemos imaginado de tantas maneras! Lo hemos intentado y continuamos en el empeño pero… Las cosas no serán fáciles para poder, algún día, decir que no estamos solos en el inmenso Universo.

File:Olber's Paradox - All Points.gif

Y, mientras tanto conseguimos saber donde estamos, de donde venimos y hacia donde vamos, seguimos enredados cuestiones tales como: “La Paradoja de Olbers en acción. A medida que se consideran las estrellas situadas en capas y capas más lejanas a la tierra el cielo debería verse más y más luminoso.”

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Sí, somos conscientes -al menos algunos- de nuestras limitaciones y, sabiendo eso, no cedemos en el empeño de saber, lo que el Universo es y, de paso, si podemos captar algún dato esencial sobre nosotros… ¡mucho mejor!

Incluso tenemos dudas fundadas en saber, a ciencia cierta, en qué clase de universo estamos: ¿Es plano, es abierto, es cerrado? La cantidad de materia que contenga nuestro Universo, eso que llaman Omega y que determina la Densidad Crítica, dirá la última palabra sobre el tema.

Como las podemos observar, sí podemos explicar su evolución. Sin embargo, si alguien nos pregunta: ¿Cómo se formaron las galaxias? La única respuesta seria que podríamos dar sería… ¡No lo sabemos! Nadie ha podido dar una razón convincente de cómo se pudieron formar las galaxias a pesar de la expansión de Hubble. ¿Qué había allí que generaba Gravedad y retenía la materia el tiempo suficiente para que se formaran? Nadie lo sabe.

Sin embargo, nadie puede negar que formamos parte del Universo. Somos, en realidad, la parte del Universo que puede pensar y generar ideas y pensamientos y… ¡hasta sentimientos! Lo cual, es algo tan inconmensurablemente grande que… Te hace pensar.

¿A qué resultará que no somos tan insignificantes?

emilio silvera

 

  1. 1
    José Manuel
    el 21 de marzo del 2013 a las 15:12

    Tras leer tu reflexión de hoy,  “en alta voz, para compartir tus pensamientos con tus hermanos pensantes, queda un fuerte sentimiento de fondo: Las grandes preguntas están, ¡todas!, por responder. Resulta difícil mantenerse, con mente abierta, como lo haces tu, ante panorama tan vasto y extraordinario, sin sucumbir al desánimo. Pero aquí estamos… Segúramente que tenemos que hacer un ejercicio de humildad y reconocer que la comprensión que buscamos, igual no se encuentra en la esfera de lo mental conocido…
    Un fraternal abrazo

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 22 de marzo del 2013 a las 4:07

      Amigo José Manuel, divces bien cuando finalizas tu reflexión:

      “Segúramente que tenemos que hacer un ejercicio de humildad y reconocer que la comprensión que buscamos, igual no se encuentra en la esfera de lo mental conocido…”

      Lo que buscamos está lejos, muy lejos aún de nuestras mentes que, al menos por el momento -aunque con atisbos fuertes de promesas de cambios-, dado que tenemos que evolucionar y llegar a comprender, de una manera clara y diáfana, dónde reside la “verdad” de las cosas, los valores del mundo, la fuerza de los sentimientos y, dejar de lado, ¡al fín! las cosas materiales y los egoismos que sólo ponen de relieve nuestro atraso mental y filosófico de la vida, de los valores que los humanos deben alcanzar para poder llamarse, con propiedad ¡Humanos! Mientras que todo eso no ocurra, seguiremos siendo animales en proceso de evolución, algo más avanzados que los otros seres que conviven con nosotros en la Tierra pero, poco más.
      El desánimo es lo último que nos debe vencer, ya que, habiendo alcanzado una cota del conocimiento del mundo que nos hace vislumbrar, con optimismo el futuro que pudiera ser -si nosotros ponemos de nuestra parte lo necesario-, es necesario que sigamos tratando de desvelar todos esos secretos que na Naturaleza nos oculta y que son, serán la base, para que al fin lleguemos a comprender esa realidad que, sin saberlo, perseguimos: Todos somos uno y, mientras eso no sea comprendido y sentido por todos… ¡mal irán las cosas!
      Somos unos pocos de miles de millones en nuestro pequeño mundo y, las desigualdades son descomunales entre los hombres, parece como si unos fueran los elegidos y los otros los condenados cuando, la realidad, es que todos nacemos y morimos de la misma manera y sin remedio. Siendo el comienzo y el final el mismo para todos, esa verdad nos debería unir, nos debería hermanar, y, sentirnos más cercano los unos a los otros uniendo nuestros fuerzas para conseguir más igualdad y más oportunidad. ¿Cuántos grandes hombres y mujeres no se habrán “perdido” por su lugar de nacimiento, por haber nacido en el seno de una familia humilde, por no tener la oportunidad de demostrar y desarrollar lo que su mente contenía?
      Todas las preguntas tienen una respuesta pero, ¡hay que buscarlas! Y, desgraciadamente, en la actualidad, son muchas las preguntas que nadie ha sabido contestar. Es una pena que tanto esfuerzo y también, tanto tiempo, lo dediquemos a cuestiones vanas, sin valor, sin un beneficio claro y positivo para las personas que, al fin y al cabo, son las poseedoras de los únicos valores a tener en cuenta y, sin embargo, las energías se gastan en otros menesteres de menor importancia y que denota, la cortedad de las mentes de nuestros congéneres en una Sociedad de puro consumo y de ladrones autorizados por el poder.
      Si todos los recursos que tenemos, si todos los esfuerzos, se dedicaran a lo que realmente merece la pena… ¡El mundo sería otro mundo! las “personas” serían Personas, es decir, nos podríamos llamar, con todo derecho y toda la propiedad… ¡Humanidad! lo que ahora, aún no nos hemos ganado.
      En fin amigo, lo dejaré aquí que, dejando volar la imaginación y libres los sentimientos… No sabría donde parar.
      Un abrazo.

      Responder
  2. 2
    fandila
    el 22 de marzo del 2013 a las 1:58

    Y ante ese panorama de incertidumbre que nos lleva, nada mejor que limpiar y reordenar nuestra casa presente.
    Mejor aplicarse, y bien, para clarificar el galimatias del saber actual, con el que, pese a todo, caminamos con cierto exito. El cielo puede esperar, que las grandes honduras y los inconmesurables para nada nos requieren con urgencia.
    La fractalidad en la progresión del universo en sus grandes vertientes, hacia abajo o desde arriba, pese a ser las verdaderas pautas no nos precisan  como el “universo inmediato” que nos acoje, nos ofrece cobijo y nos mantiene la vida. Las extrapolaciones “distantes” y sus implicaciones para nada costituyen un agobio presente.
    Si que nos agobiará el galimatías que nos concierne de cerca, si no ponemos orden para su reflexión y no ponemos freno a sus efectos secundarios. Pero ese “laberinto irreflexivo” no ha de referirse solo a la Física y sus tecnología sino también a las ciencias en general y humanas y sus aplicaciones.
    Antes de querer dominar el gran universo dominemos la parcela próxima que él nos ofrece, lo que implica la dominación previa de nosotros mismos como seres sociales y racionales.
    Fraternales saludos.

    Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 22 de marzo del 2013 a las 4:26

    Dices bien amigo mío: 

    “…ante ese panorama de incertidumbre que nos lleva, nada mejor que limpiar y reordenar nuestra casa presente.”

    Ciertamente nos vamos pudiendo defender y, lo poco que sabemos, parece que va siendo suficiente para continuar por el camino de la búsqueda de esa verdad que perseguimos: ¡conocer la Naturaleza para conocernos! Y, aunque lentamente, avanzamos.

    “Si que nos agobiará el galimatías que nos concierne de cerca, si no ponemos orden para su reflexión y no ponemos freno a sus efectos secundarios. Pero ese “laberinto irreflexivo” no ha de referirse solo a la Física y sus tecnología sino también a las ciencias en general y humanas y sus aplicaciones.”

    Ciertamente, estamos tratando de buscar muy lejos, hacemos esfuerzos inauditos en descubrir lo lejano, lo muy profundamente escondido y, no prestamos la debida atención a lo familiar y más cercano que, estándo con nosotros, a nuestro lado, en nuestro entorno, lo dejamos de lado, no le prestamos la debida atención y, “sin querer” descuidamos lo familiar y más importante: ¡nosotros mismos! Es cierto que necesitamos saber de otros mundos, de las estrellas y de lo que hacen las fuerzas conocidas del Universo. Sin emnargo, también, sería preciso dedicar algún tiempo a paliar los muchos desajustes que están presentes en nuestra propia casa.
    Tu lo dices bien al cerrar tu reflexión:

    “Antes de querer dominar el gran universo dominemos la parcela próxima que él nos ofrece, lo que implica la dominación previa de nosotros mismos como seres sociales y racionales.”

    Ahí está el mal del mundo, nuestra “irracionalidad” nos lleva a querer ir más lejos de lo que, en realidad podemos, y, no hemos caido en la cuenta de que, primero sería preciso solucionar los problemas más familiares y cercanos de nuestro propio entorno. Mientras que eso no sea una realidad…¡mal nos irán las cosas! El descontento en el mundo hará imposible la convivencia y cada vez habrá menos tolerancia y menos paz.
    Busquemos todas las respuestas que están ahí, a nuestro alcance, pero no dejemos que el bosque nos impide ver los árbioles, ¡es todo tan sencillo! que, la solución está en evitar que unos pocos, puedan maltratar a muchos.
    ¡Lastima! Sabiendo que el Universo somos nosotros, no hemos sabido buscar esas verdades que trae la normalidad que hace posible una próspera Sociedad que, ahora sí, podría salir a buscar otros horizontes que están muy lejos y, también, esos otros que tan cerca están. Los unos en los supercúmulos de galaxias lejanas y los otros, en las profundidades del átomo de la materia.
    ¡Cuando llegaremos a comprender!
    Un abrazo amigo mío.
     
     

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