Mar
14
¿Planetas como la Tierra? ¡Miles de millones!
por Emilio Silvera ~
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Ciencia-ABC
La NASA descubre diez nuevos planetas que podrían albergar vida
La NASA descubre 219 posibles planetas y diez serían habitables. Diez de los nuevos posibles planetas descubiertos por la NASA tienen el tamaño de la Tierra y orbitan a una distancia de una estrella que permitiría la existencia de agua si se tratara de un cuerpo rocoso.
El telescopio espacial Kepler ha detectado 219 candidatos a exoplanetas, diez de ellos de tamaño similar a la Tierra y en la zona de habitabilidad de sus estrellas.
Estos diez exoplanetas están a una distancia de sus estrellas que les permite tener agua en superficie, siempre y cuando su atmósfera sea adecuada – NASA/JPL-Caltech.
La NASA ha ampliado este lunes su catálogo de exoplanetas, planetas situados en estrellas más allá del Sol, con la publicación de 219 nuevos cuerpos. Tal como anunció la agencia espacial estadounidense, en una rueda de prensa celebrada en el Centro Ames de Investigación, en California (EE.UU.), diez de estos 219 exoplanetas podrían tener una temperatura compatible con la presencia de agua en superficie y, por tanto, algunas de las condiciones necesarias para albergar vida.
Con esta ampliación, la NASA elevó hasta 4.034 el número de posibles exoplanetas descubiertos por el telescopio espacial Kepler, 50 de los cuales parecen tener un tamaño similar a la Tierra y podrían tener agua en superficie. Sin embargo, todos estos son solo candidatos a exoplanetas hasta que nuevas observaciones confirmen su presencia. Hasta el momento, solo se ha verificado la existencia de 2.335 exoplanetas, y solo 30 de estos podrían albergar agua.
Dos poblaciones de planetas
El catálogo se ha elaborado gracias a cuatro años de observaciones llevadas a cabo por el telescopio espacial Kepler en una pequeña franja del cielo de la constelación del Cisne. Estas últimas observaciones son muy relevantes para comprender cómo es el «vecindario» de los planetas de la Vía Láctea. Gracias a ellas, se sospecha que la mitad de los exoplanetas pequeños son rocosos y normalmente tienen un tamaño un 75 por ciento mayor que el de la Tierra. La otra mitad está formada por planetas gaseosos, que capturan importantes cantidades de helio e hidrógeno del espacio y que resultan ser un poco más pequeños que Neptuno.

«Comprender la frecuencia de los planetas en la galaxia ayudará a diseñar las futuras misiones de la NASA para buscar directamente otra Tierra», dijo Mario Pérez, científico de la División Astrofísica del Directorado de Misiones Científicas.
De hecho, tal como dijo Susan Thompson, investigadora del telescopio Kepler y científica del Instituto de Búsqueda de Vida Inteligente (SETI), «este cuidadoso catálogo es el primer paso para contestar directamente a una de las preguntas más importantes de la astronomía: ¿cuántos planetas como la Tierra hay en la galaxia?».
Zoología de planetas
Para lograr responder a esta pregunta, los científicos usaron el telescopio del Observatorio Keck (en Hawái, EE.UU.) para medir el tamaño de 1.300 estrellas situadas en el campo de visión de Kepler. Después estimaron el radio de 2.000 exoplanetas con una precisión exquisita.
«Nos gusta pensar que estamos clasificando planetas de la misma forma en que los biólogos identifican nuevas especies de animales», dijo Benjamin Fulton, primer autor del estudio que ha analizado la composición de la población de los exoplanetas. «En este sentido, descubrir dos grupos distintos de exoplanetas es como descubrir que los mamíferos y los lagartos pertenecen a dos ramas distintas de un árbol familiar».
Esta es la octava actualización del catálogo de Kepler, y ha sido elaborado gracias a un nuevo procesamiento de los datos recogidos durante cuatro años de trabajo.
Cuando un planeta tapa a su estrella
El telescopio espacial Kepler es capaz de detectar nuevos planetas por medio de tránsitos, que son un fenómeno que ocurre cuando el brillo de las estrellas desciende sutilmente (cerca de un uno por ciento) cuando un planeta pasa delante de ellas. Cuando esto pasa periódicamente, y siempre teniendo en cuenta el tipo de estrella que se observa y el tamaño que tiene, los astrónomos pueden estimar la duración de las órbitas de los planetas, y por tanto su composición y tamaño. Sin embargo, en muchos casos es necesario esperar años hasta poder confirmar que las estimaciones hechas realmente se cumplen.
Actualmente, el telescopio espacial Kepler está observando otra región del cielo, en la que busca exoplanetas, explora cúmulos estelares o recopila información de Trappist-1, el interesante sistema solar con siete planetas de tamaño parecido a la Tierra.


Entender la composición de la población de exoplanetas en las estrellas vecinas es el primer paso para cartografiar la Vía Láctea. Pero si se quiere averiguar más sobre si es posible encontrar vida más allá de la Tierra, resulta fundamental analizar las atmósferas de los exoplanetas, puesto que estas son cruciales para decidir si esta podrá existir allí o no.
La atmósfera es la causante de que haya vida en la Tierra pero no en Marte (un frío desierto) ni en Venus (un auténtico infierno), aunque los tres planetas estén en la zona de habitabilidad del Sol, en la que teóricamente sería posible encontrar agua líquida en superficie.
Por delante queda una tarea ingente. Solo un pequeño porcentaje de los planetas existentes pueden ser detectados a través de tránsitos, que ocurren cuando la órbita sitúa a los planetas entre la Tierra y sus estrellas, pero otros muchos no tapan a sus estrellas y no pueden ser detectados. En este sentido, aunque es difícil hacer estimaciones, se considera que solo en la Vía Láctea debe de haber decenas de miles de millones de planetas de tamaño similar a la Tierra.
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A esta noticia se le debería añadir (para mejor comprensión de de lo que tratan de explicar), que solo en la Vía Láctea existen unos 30.000 millones de estrellas como el Sol, de la clase G2V amarillas.
De esa inmensa cantidad de estrellas, un gran porcentaje tienen sus propios planetas que la orbitan, y, no pocos, han venido a caer en la zona habitable, con lo cual, tendrán agua líquida, temperaturas soportables para formas de vida, atmósfera…
Podríamos seguir enumerando razones por las que la vida debe estar presente en una infinidad de mundos y, si acudimos a la paradoja de Fermi, cuando preguntó en relación con la Vida extraterrestre ¿Dónde es6tá todo el mundo?, la respuesta es sencilla, todo el mundo está a muchos años luz de nosotros como nosotros lo estamos de ellos, y, nuestra especie surgió en el Universo hace solo unos pocos cientos de miles de años después de evolución de otros seres primarios, y, hemos tardado mucho tiempo en saber donde estábamos, de la misma manera, hay que comprender que las estrellas han necesitado 10.ooo millones de años para “fabricar” los elementos de los que restamos hechos todas las especies vivas de la Tierra, y, también habrá pasado igual con las especies que reinen en otros mundos.
Como he comentado muchas veces, el Universo es igual en todas partes y, en todas sus regiones, por lejos que estén, suceden las mismas cosas en las mismas circunstancias. El que no tengamos confirmación de la existencia e vida en esos mundos lejanos se debe a las distancias que nos separan, y, desde luego, “ellos” tendrán las mismas dificultades que nosotros para poder4 contactar, cosa que no será nada fácil por el lenguaje y los guarismos matemáticos diferentes a los nuestros que tengan adoptados.
Claro que, si la Naturaleza ha decidido que estemos tan alejados los unos de los otros, siendo la Naturaleza sabia… ¡Por algo será!
Y como decía aquel gran cosmólogo: La ausencia de pruebas, no es prueba de ausencia.
Emilio Silvera
Ene
2
El Universo asombroso
por Emilio Silvera ~
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03.06.14.- Las estrellas masivas mueren de forma dramática, explotando como espectaculares supernovas que liberan una gran cantidad de masa y energía. Estas explosiones arrastran todo el material de sus alrededores, creando una gran burbuja que se va expandiendo en el medio interestelar. En el corazón de estas burbujas se encuentra una pequeña y densa estrella de neutrones o un agujero negro, los restos de lo que en su día fue una brillante estrella.
En la última imagen de las de arriba, se muestra la burbuja que rodea al Sol
Las burbujas formadas por las explosiones de supernova sólo brillan durante unas pocas decenas de miles de años antes de disolverse por completo, por lo que no es fácil detectar una estrella de neutrones o un agujero negro que todavía esté rodeado por su onda expansiva. Esta imagen nos muestra un buen ejemplo de este fenómeno, desvelando una estrella de neutrones en rotación y fuertemente magnetizada – lo que se conoce como un púlsar – envuelta en su sudario cósmico, los restos de la explosión en la que se formó.
Este púlsar, conocido como SXP 1062, se encuentra a las afueras de la Pequeña Nube de Magallanes, una de las galaxias satélite de nuestra Vía Láctea, y está devorando el material de la estrella que lo acompaña, lo que provoca potentes emisiones de rayos X. En el futuro esta región presentará un aspecto todavía más dramático, ya que SXP 1062 está acompañado por una estrella masiva que también terminará sus días explotando como una supernova.
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Un Púlsar en el Interior de la Burbuja de una Supernova. Image Credit: ESA |
La mayoría de los púlsares presentan un periodo de rotación increíblemente rápido, dando varias vueltas completas cada segundo. Sin embargo, al estudiar la nube de expansión que rodea a SXP 1062, los astrónomos han descubierto que este púlsar está girando demasiado lento. De hecho, es uno de los púlsares más lentos de los que se tiene constancia.
Si bien la causa de este extraño comportamiento sigue siendo un misterio, la principal hipótesis sugiere que la rotación del púlsar podría estar frenada por su potente campo magnético.
El resplandor azul en el centro de la burbuja representa las emisiones en rayos X del propio púlsar y del gas caliente que ocupa el interior de la onda expansiva. Los objetos azules que se pueden ver al fondo de la imagen son otras fuentes de rayos X situadas fuera de la galaxia.
Esta imagen es una combinación de los datos recogidos por el telescopio espacial XMM-Newton de la ESA en la banda de los rayos X (en azul) y de las observaciones realizadas desde el Observatorio Interamericano del Cerro Tololo, en Chile. Al tomar las fotografías desde tierra se utilizaron unos filtros especiales que permiten revelar el brillo del oxígeno (representado en color verde) y el del hidrógeno (en color rojo). La composición nos muestra una región con una extensión de unos 457 años luz.
Noticias NASA
Dic
24
¡Qué no discurrirá el hombre!
por Emilio Silvera ~
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Hace algún tiempo ya que reproduje aquí esta noticia que ahora recordamos.
Ciencia de los Materiales
Más Oscuro Que el Color Negro
12 de Enero de 2011.
Un equipo de ingenieros de la NASA desarrolla actualmente un material más oscuro que el color negro y que ayudará a que los científicos logren realizar mediciones científicas difíciles de llevar a cabo, o consigan observar objetos astronómicos que hoy es difícil o imposible discernir, como por ejemplo planetas semejantes a la Tierra en órbita alrededor de otras estrellas.
El material ultraoscuro, basado en la nanotecnología, está siendo desarrollado por un equipo de diez expertos del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, en Greenbelt, Maryland.
Se trata de un delgado recubrimiento de nanotubos de carbono de pared múltiple, diminutos tubos huecos de carbono puro, aproximadamente 10.000 veces más delgados que un cabello humano. Los nanotubos tienen una multitud de usos potenciales, particularmente en la electrónica y en el campo de los materiales avanzados, gracias a sus propiedades eléctricas únicas y a su extraordinaria robustez. Pero en esta nueva aplicación, la NASA está interesada en usar la nanotecnología para ayudar a suprimir la luz errante que interfiere en las mediciones hechas con instrumental óptico.
Oct
15
El extraño Universo
por Emilio Silvera ~
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Noticia en ABC Ciencia:
La súbita desaparición de la brillante corona de un Agujero Negro, asombra a los Astrónomos
En apenas un año, disminuyó su brillo en un factor de 10.000, para después volver poco a poco a su estado inicial

A 100 millones de años luz de la Tierra, astrónomos de varios observatorios se quedaron de piedra al comprobar cómo la brillante corona de un agujero negro supermasivo, el anillo ultrabrillante de partículas de alta energía a más de mil millones de grados de temperatura que rodea el agujero negro, desaparecía súbita y misteriosamente.
Aunque la causa de esta abrupta desaparición se desconoce, los investigadores creen que algo muy extraño debió de suceder. Algo como una estrella atrapada por la gravedad del agujero negro, “rebotando” a través la espiral de materiales en órbita y haciendo que todo a su alrededor, incluídas las partículas de alta energía de la corona, cayeran repentinamente al interior del agujero, desapareciendo para siempre.

El resultado de este proceso fue la sorprendente y precipitada disminución del brillo del agujero negro, que se redujo en un factor de 10.000 en menos de un año. El hallazgo se acaba de publicar en Astrophysical Journal Letters.
“Lo esperado es que cambios de luminosidad tan grandes sucedan en escalas de tiempo de muchos miles o de millones de años -asegura Erin Kara, del Instituto de Tecnología de Massachussetts (MIT) y coautora de la investigación-. Pero en este objeto el brillo cayó hasta 10.000 veces en un solo año, e incluso llegó a caer en un factor de 100 en apenas ocho horas, lo cual es totalmente desconocido y realmente alucinante”.
Tras la súbita desaparición de la corona, los investigadores continuaron observando el agujero negro, y vieron cómo empezaba de nuevo a juntar lentamente material alrededor de sus bordes exteriores para volver a formar su disco de acreción rotatorio, que a su vez empezó a emitir rayos X de alta energía cerca del horizonte de sucesos del agujero negro. De esta forma, y en apenas unos meses, el agujero negro generó una nueva corona, casi tan brillante como la original.
“Es la primera vez que vemos desaparecer una corona y volver a reconstruirse -prosigue Kara- y estamos viendo eso en tiempo real. Esto será realmente importante para comprender cómo la corona de un agujero negro se alimenta y se forma de la nada”.
Todo empezó con un destello
En marzo de 2018, los investigadores observaron un fuerte e inesperado destello en 1ES 1927 + 654, un núcleo galáctico activo, o AGN, que es un tipo de agujero negro supermasivo con un brillo superior al normal en el centro de una galaxia. El brillo del objeto aumentó súbitamente hasta 40 veces su luminosidad normal.
“Era un AGN que ya conocíamos -explica Kara-, pero no era demasiado especial. De repente, nos dimos cuenta de que este AGN corriente se volvía muy brillante, lo que llamó nuestra atención, y empezamos a apuntar hacia él muchos otros telescopios en muchas otras longitudes de onda para mirarlo”.
El equipo, en efecto, utilizó múltiples telescopios para observar el agujero negro en las bandas de rayos X, ópticas y de ondas ultravioleta. La mayoría de esos telescopios apuntaban periódicamente al agujero negro, por ejemplo registrando observaciones durante un día entero cada seis meses. El equipo del MIT, sin embargo, observó diariamente el agujero negro con el pequeño telescopio de rayos X NICER, de la NASA, instalado a bordo de la Estación Espacial Internacional y equipado con sensores y detectores diseñados y construidos por investigadores del propio MIT.
NICER el telescopio de rayos X
“NICER es genial -asegura Kara- porque es muy ágil”. Con él, el equipo podía “echar un vistazo” durante un rato cada día al agujero negro y dejar después libre el telescopìo para otras observaciones. Mirándolo tan a menudo, Kara y su equipo se dieron cuenta enseguida de que el agujero negro perdía rápidamente su corona, hasta que desapareció por completo. “Justo después de pasar por ese enorme estallido -recuerda la investigadora- vimos cómo la corona desaparecía. Se volvió indetectable, algo que nunca habíamos visto antes”.
La corona misteriosa
Los físicos no están del todo seguros de qué es lo que causa exactamente que se forme una corona alrededor de un agujero negro, pero creen que tiene algo que ver con la configuración de las líneas de campo magnñetico que atraviesan su disco de acreción. En las regiones externas del disco giratorio de material, esas líneas de campo tienen una configuración más o menos sencilla. Más cerca, sin embargo, y especialmente junto al horizonte de sucesos, la línea que una vez cruzada no permite que ningún objeto pueda volver a salir, la mayor energía de los materiales del disco puede hacer que las líneas del campo magnético se retuerzan y se rompan, para volver después a conectarse. Y esa maraña de energía magnética podría hacer girar partículas a toda velocidad alrededor del agujero, formando una corona que brilla extraordinariamente en el rango de los rayos X.
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Según los expertos, si nos encontráramos cerca de uno sentiríamos una fuerte atracción y fuerza que nos empujaría a caer en él, es decir, nos acabaría abduciendo. Una vez dentro, ya no habría vuelta atrás, la versión corta y resumida sería que nos moriríamos de manera inmediata.

Kara y sus colegas creen que si la corona realmente desapareció por culpa de una estrella descarriada, esa estrella fue primero destrozada por el tirón gravitacional del agujero, y sus restos esparcidos por todo el disco de acreción. Ese pudo ser el origen del brillante destello captado en 2018. Llamado por los astrónomos “interrupción de marea”, este evento habría provocado que gran parte del material del disco cayera repentinamente en el agujero negro. Y también habría podido hacer que las líneas de campo magnético “se volvieran locas“, hasta el punto de no poder ya generar y soportar una corona de alta energía.
Los astrónomos calcularon que para causar la desaparición de la corona, la estrella debió de estar dentro de un radio de aproximadamente 4 minutos luz del centro del agujero negro. Es decir, a unos 75 millones de km, justo al lado de “la bestia”.
Después de desaparecer, la corona se ha ido formando de nuevo. No es tan brillante como antes, pero los investigadores siguen observando por si se producen más sorpresas. “Queremos vigilarlo -asegura Kara-. Todavía está en ese estado inusual de alto flujo, y tal vez vuelva a hacer alguna locura, así que no queremos perdernos eso”.
Oct
10
El monstruo Gargantúa que come estrellas
por Emilio Silvera ~
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Recreación de la espaguetización de una estrella. ESO/M. Kommesser
Se ha descubierto el destello luminoso ocasionado por la muerte de una estrella según es espaguetizada y desgarrada por un agujero negro. A ‘tan solo’ 215 millones de años luz de distancia, este es el más cercano de los eventos de su clase observados hasta la fecha, y del que se dispone de datos más detallados.
Un agujero negro se ‘come’ una estrella a una increíble velocidad. Imagen principal: El P13 ‘se come’ rápidamente a una estrella vecina que tiene una masa unas 20 veces mayor que la del Sol. Al mismo tiempo que lo hace produce un brillo intenso.
Todos los fenómenos asociados a los agujeros negros son sorprendentes, pero uno de los que más llama la atención es el conocido como ‘espaguetización’, que tiene lugar cerca de un campo gravitatorio muy intenso y muy in-homogéneo. Imaginemos por ejemplo a un desafortunado astronauta que se acerca a un agujero negro aproximando los pies más que la cabeza. La fuerza gravitatoria es mucho más intensa en sus pies que en la parte superior del cuerpo. Se producen unas descomunales fuerzas de marea que deformarán el cuerpo en sentido vertical, estirándolo y alargándolo como si fuese un espagueti.
Fuente: Noticia de prensa