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Próxima b Hallan un planeta que puede ser habitable muy cerca de la Tierra

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticias    ~    Comentarios Comments (0)

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Este mundo rocoso orbita alrededor de la estrella vecina Próxima Centauri, a solo cuatro años luz. Los investigadores creen que puede albergar agua en su superficie y, quizás, ser apto para la vida

¿Puede albergar vida el planeta Próxima b?

Recreación artística de la superficie de Próxima b, hallado en torno a Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sistema Solar – ESO/M. Kornmesser

 

 

 

No puede ser más emocionante, porque está casi a la vuelta de la esquina, considerando las dimensiones del Universo, y se parece mucho a la Tierra. Un equipo internacional de astrónomos, liderado por el español Guillem Anglada-Escudé, de la Universidad de Queen Mary en Londres, y en el que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), acaba de anunciar el descubrimiento de un planeta potencialmente habitable en la órbita de la estrella Próxima Centauri, la más cercana al Sistema Solar, a poco más de cuatro años luz. Toda una sorpresa. La distancia puede parecer insuperable, pero en realidad es formidablemente más corta que la que nos separa de la mayoría de los candidatos a albergar vida, lo que podría convertir este mundo en el primer objetivo para un futuro viaje interestalar. Además, Próxima b, como ha sido bautizado, tiene unas características prometedoras: es probablemente rocoso, un poco más masivo que el nuestro y se encuentra en la región en torno a su estrella que le permitiría albergar agua líquida sobre su superficie. La descripción aparece publicada en la revista «Nature».

Próxima Centauri, una fría enana roja de la constelación de Centaurus, es demasiado débil para poder ser observada a simple vista sin ayuda, pero en los últimos meses los científicos no le han quitado ojo. Durante el primer semestre de este año, la estrella fue seguida con regularidad con el espectrógrafo HARPS, instalado en el Telescopio de 3,6 metros del Observatorio Europeo Austral (ESO) en La Silla (Chile) y monitorizada simultáneamente con otros instrumentos de todo el mundo. La campaña fue denominada «Pale Red Dot» («Punto rojo pálido», por la famosa frase de Carl Sagan que describe a la Tierra como un punto azul pálido) y buscaba el pequeño bamboleo que, por la fuerza de la gravedad, provocaría en la estrella la existencia de un planeta en órbita.

Próxima b se encuentra dentro de la «zona habitable» de su estrella

 

Próxima b se encuentra dentro de la «zona habitable» de su estrella- ESO/M. Kornmesser
 

Las primeras señales de un posible mundo ya se habían detectado antes, en 2013, pero no eran del todo convincentes. Al combinar los datos de «Pale Red Dot» con observaciones anteriores, el equipo pudo confirmar sus sospechas. A veces, Próxima Centauri se aproxima a la Tierra a unos 5 kilómetros por hora –el ritmo de una marcha humana normal- y, a veces, retrocede a la misma velocidad. Este patrón regular se repite con un período de 11,2 días. El análisis de esos cambios indicó la presencia de un planeta con una masa al menos 1,3 veces mayor que la del nuestro, orbitando cada once días muy cerca de la estrella, a unos 7 millones de kilómetros, sólo el 5% de la distancia entre el Sol y la Tierra. Pero como su estrella es mucho más débil que la nuestra, Próxima b se encuentra dentro de la llamada «zona habitable», con una temperatura superficial que permitiría la presencia de agua líquida.

Sin embargo, no todo son buenas noticias en Próxima b. Las condiciones en la superficie pueden verse fuertemente afectadas por las llamaradas de rayos X y de radiación ultravioleta procedentes de la estrella, mucho más intensas que las que experimenta la Tierra con respecto al Sol. De existir, la atmósfera del planeta podría estar evaporándose lentamente, o tener una química más compleja que la de la Tierra.

Día y noches eternas

 

 

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/ac/Proxima_Centauri_2MASS_Atlas.jpg

 

El trabajo de los científicos solo acaba de empezar. Hacen falta más observaciones para confirmar si realmente ha sido encontrado un «gemelo» de la Tierra. «Para que un planeta sostenga la vida, al menos como la conocemos, es fundamental que tenga agua y una atmósfera. Para comprobarlo, un primer paso es ver si transita (pasa por delante) o eclipsa su estrella», explica a ABC Cristina Rodríguez López, miembro del equipo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que ha participado en el estudio.

Si se da el caso, de lo que aún no hay evidencias, en ese momento, «podríamos buscar durante el tránsito biomoléculas indicativas de vida, como agua, dióxido de carbono, metano, ozono… u otros compuestos que puedan indicar un proceso biológico de otro tipo», indica. Otros datos a tener en cuenta son la emisión térmica del planeta, su temperatura, radio y tamaño exactos, o si sufre un acoplamiento de marea, lo que es muy probable: esto provocaría que el mismo lado del planeta permanezca siempre expuesto a la luz del día, mientras que el otro esté en perpetua noche.

Comparación de la órbita de Próxima b con una región de similar tamaño en el Sistema Solar
Comparación de la órbita de Próxima b con una región de similar tamaño en el Sistema Solar

«Lo cierto es que necesitamos estudiar este sistema intensamente en años venideros para poder empezar a responder todas estas preguntas», subraya Rodríguez López. Actualmente, el equipo de «Pale Red Dot» y otros grupos científicos buscan tránsitos provocados por Próxima b desde diversos observatorios en Chile y Sudáfrica. El advenimiento de nuevos telescopios, como el europeo extremadamente grande E-ELT o el espacial James Webb, serán fundamentales para desentrañar los misterios de este mundo o de otros similares. Los investigadores no descartan encontrar nuevos planetas en el sistema.

«Se han encontrado muchos exoplanetas y van a descubrirse aún muchos más, pero buscar el potencial análogo de la Tierra más cercano y conseguirlo ha sido la experiencia de toda una vida para todos nosotros. El siguiente paso es la búsqueda de vida en Próxima b», dice Anglada-Escudé en un comunicado.

Viaje interestelar

 

 

En el resplandor de Alpha Centauri

 

“La luz deslumbrante de Alpha Centauri, una de las estrellas más brillantes en el cielo nocturno del planeta Tierra, inunda el lado izquierdo de este paisaje celeste del sur. A tan solo 4,3 años luz de distancia, Alfa Centauri  es en realidad un sistema de dos estrellas de un tamaño similar al Sol trabadas en una órbita mutua. Mucho más pequeña y fría, hay una tercera componente, Próxima Centauri, que queda fuera de este campo de visión. Además, esta escena de telescopio revela varios habitantes del poblado plano galáctico de la Vía Láctea, habitualmente pasados ​​por alto, que hay más allá del brillo de Alpha Centauri, como la nebulosa planetaria catalogada como Hen 2-111 que está a unos 7.800 años luz de distancia.”

 

Pero lo más apasionante de esta historia es la posibilidad, por la cercanía del planeta, de llegar hasta allí en el futuro. «Si pudiéramos enviar una sonda a la velocidad de la Voyager I, unos 61.000 km/h, tardaríamos en llegar unos 75.000 años. Es posible que el viaje pudiera acortarse un poco, con maniobras de aceleración utilizando la influencia gravitatoria de otros planetas del Sistema Solar», apunta Rodríguez López.

De hecho, el sistema Alfa Centauri es también el objetivo del primer intento de la humanidad de viajar a otro sistema solar, el proyecto «StarShot», presentado hace algunos meses por el brillante astrofísico Stephen Hawking y el multimillonario ruso Yuri Milner.

El plan pretende enviar una flotilla de pequeños robots con una tecnología que permita acelerarlos hasta un 20% de la velocidad de la luz. De esta forma, tardarían solo 20 años en llegar, sumados a los 20 años que hacen falta para desarrollar el ingenio. «Quizás ahora, cuando tengan noticia del descubrimiento de Próxima b, apunten hacia él», dice la investigadora. Lleguemos a verlo o no, sería un fabuloso regalo para las generaciones venideras.

El sueño de alcanzar las estrellas

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Júpiter

‘Juno’ estudia en Júpiter la historia del Sistema Solar

La NASA alcanza hoy el planeta gigante con una sonda que estudiará su magnetosfera, su núcleo y la presencia de agua

La sonda Juno llega a Júpiter esta noche, en la madrugada española. El País Vídeo/ NASA

Júpiter no es una estrella, pero casi. Durante la etapa de formación del Sistema Solar, hace algo menos de 5.000 millones de años, actuó como un hermano egoísta y devoró los restos de gas y polvo que había dejado la formación del Sol. Así se convirtió en un planeta gigantesco, hecho de hidrógeno y helio, como las estrellas.

Ahora, tiene una masa que dobla al resto de planetas combinados y su área de influencia es inmensa. Cuenta con más de 60 lunas, como Ganímedes, mayor que Mercurio, o Europa, un mundo helado con un océano subterráneo en el que algunos consideran posible encontrar vida. Bajo las nubes de ese mundo gigante y sus tormentas descomunales se esconden muchos de los secretos del origen del Sistema Solar y en la composición de su atmósfera se puede encontrar información sobre sus migraciones, en las que pudo arrasar nuestro sistema planetario para hacerlo habitable.

Los instrumentos de Juno están protegidos por titanio para sobrevivir a la radiación

 

A ese mundo acaba llegará esta noche [madrugada española] Juno, una nave espacial que lanzó la NASA hace cinco años. Ahora le quedan por delante 20 meses de trabajo en condiciones extremas. Colocado en una órbita polar, estará expuesta a los cinturones de radiación de la magnetosfera jupiterina en la que las partículas se aceleran a velocidades extremas convirtiéndose en una amenaza para todo lo que se cruza en su camino. Para que sus instrumentos de observación no queden abrasados por ese bombardeo, están protegidos por una caja de titanio.

La sonda Juno orbitará a unos 5.000 kilómetros de la superficie de Júpiter, diez veces más cerca que cualquiera de las nueve sondas que lo visitaron antes, y funcionará alimentado por paneles solares. Esta tecnología es una rareza en misiones que van más allá del cinturón de asteroides. Hasta ahora, todos los artefactos que han visitado el planeta gigante lo hicieron con plutonio-238, pero la escasez de ese elemento radiactivo, las preocupaciones de seguridad y los avances tecnológicos hicieron que la NASA se decidiese por la energía solar.

La sonda Juno tiene una envergadura de casi 20 metros
La sonda Juno tiene una envergadura de casi 20 metros NASA

 

 

Sobre los objetivos científicos de Juno, Agustín Sánchez Lavega, catedrático de la Universidad del País Vasco, comenta la misión trata de resolver tres ideas básicas. Por un lado, “si el planeta tiene un núcleo rocoso y cuál es su estructura interna precisa”. Esto “ayudaría a entender cómo se han formado estos planetas gigantes, que además desempeñan un papel importante en la evolución de los sistemas planetarios”. Hay simulaciones que han planteado que una migración de Júpiter hacia el interior del Sistema Solar poco después de su formación arrasó los planetas que ocupaban las regiones más cercanas al Sol. Después, con los escombros de aquel cataclismo se formaron los planetas terrestres, y entre ellos la Tierra.

Otro de los misterios que Juno pretende resolver es “cómo se genera el campo magnético de Júpiter, el más intenso del Sistema Solar y que desempeña un papel muy importante en su entorno”, explica Sánchez Lavega. La comprensión de ese campo magnético también puede ayudar a entender las posibilidades de albergar vida de algunas de sus lunas, como Europa. “Este campo magnético, con partículas que se mueven a toda velocidad, es muy esterilizante”, señala el investigador vasco.

 

 

La nueva sonda es la primera que llega tan lejos con paneles solares, en lugar del habitual plutonio

Por último, el otro gran objetivo de la sonda recién insertada en la órbita del planeta gigante consistirá en evaluar la cantidad de agua que guarda su atmósfera. Atravesando la espesa atmósfera de Júpiter con sus instrumentos, podrá observar lo que es un reservorio del agua que contenía originalmente el Sistema Solar, ofreciendo más datos sobre nuestros orígenes, ayudando a averiguar, por ejemplo, desde dónde llegó el agua que hizo habitable la Tierra. A diferencia de nuestro planeta o de otros cuerpos más humildes del vecindario, la masa descomunal de Júpiter le ha permitido mantener su composición original más o menos intacta, algo que lo convierte en un objeto interesante para aprender sobre el pasado.

El conocimiento que recoja Juno durante los próximos 20 meses, no solo servirá para entender nuestro entorno planetario cercano. Gran parte de los planetas extrasolares descubiertos son gigantes gaseosos como Júpiter y lo que se aprenda con esta misión servirá para interpretar mejor los mundos más allá del Sistema Solar. Además, como siempre sucede con las misiones de exploración, los datos de la sonda depararán sorpresas que modificarán la imagen que tenemos del rey de los planetas.

¿Estamos en peligro?

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El mapa del arsénico en España se asocia a un mayor riesgo de cáncer

El elemento aparece de manera natural en el suelo, pero también por emisiones industriales

Publicado en El Pais.
El mapa del arsénico en España se asocia a un mayor riesgo de cáncer

Científicos del Centro Nacional de Epidemiología han detectado una “asociación estadística” entre la concentración de arsénico en el suelo y una mayor mortalidad por diferentes tipos de cáncer en España. El elemento químico aparece en mayor cantidad de manera natural en suelos de Galicia, Almería, Castellón, Asturias, Madrid y Lleida, entre otras regiones, aunque la proximidad de industrias que emiten arsénico —como las centrales térmicas de carbón, las incineradoras y los hornos de fundición— eleva ligeramente su concentración.

El estudio, liderado por los epidemiólogos Gonzalo López Abente y Olivier Núñez, ha analizado más de 860.000 muertes por cáncer en casi 8.000 municipios españoles, ocurridas entre 1999 y 2008. La mortalidad por cáncer de estómago, páncreas, pulmón, cerebro y linfoma no Hodgkin se eleva en los lugares con niveles más altos de arsénico. Las concentraciones de este metaloide se han obtenido del Atlas Geoquímico, una obra elaborada por el Instituto Geológico y Minero de España a partir de la toma de muestras en 13.000 localizaciones diferentes del país.

La mortalidad por cáncer de estómago, páncreas, pulmón y cerebro se eleva en los lugares con niveles más altos de arsénico

 

“Es muy difícil trasladar nuestros resultados a una cifra de riesgo en la población”, explica López Abente. Su estudio, publicado en la revista especializada Environmental Science and Pollution Research, evalúa el efecto de la exposición al arsénico sobre la mortalidad a nivel del municipio, no de un individuo. “Sí se ve un aumento paulatino del riesgo relativo con el nivel de concentración en suelo”, señala.

López Abente habla de riesgos relativos, no absolutos. El riesgo de morir por un tipo concreto de cáncer puede ser el doble en una región respecto a otra, aunque el riesgo absoluto siga siendo pequeño. Factores como el consumo de tabaco, alcohol y comida basura son habitualmente mucho más decisivos. El hecho de residir en un municipio con niveles de arsénico por encima de la media “no implica que su localización espacial por sí misma origine un cáncer”, recalca el investigador.

 

                                              Arrozales en Doñana, en el suroeste de Andalucía. Julián Rojas

El epidemiólogo es una referencia en el estudio de la distribución espacial de la mortalidad por cáncer. Sus trabajos anteriores habían desvelado patrones geográficos que persistían en el tiempo para algunos tumores, tanto en hombres como en mujeres. “Estas características, en teoría, serían comunes a tumores que comparten factores de riesgo. Entre estos factores, bien podría estar la composición química del suelo”, añade. “El arsénico es un conocido carcinógeno en tejidos como piel, pulmón, vejiga, hígado y riñón”.

El arsénico se libera por procesos naturales, como la erosión de las rocas o los incendios forestales, pero también a través de las emisiones industriales y de su uso como conservante de la madera, herbicida o insecticida, según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. La principal fuente de exposición humana al arsénico es la ingesta de alimentos, sobre todo arroz, y de agua. También tiene un papel el aire que se respira, con polvo en suspensión.

Los autores reconocen “muchos” talones de Aquiles en su investigación. “El estudio supone implícitamente que es la concentración de arsénico en suelo lo que condiciona la exposición a este elemento. Sin embargo, se carece de información sobre posibles variables de confusión importantes, como es el consumo de tabaco”, reconoce López Abente. Su equipo ha hecho un esfuerzo para controlar el efecto de estas potenciales variables de confusión, ajustando su análisis a varias componentes sociodemográficas.

                              Arsénico en el arroz y en aguas contaminadas

 

La principal fuente de exposición humana al arsénico es la ingesta de alimentos, sobre todo arroz, y de agua

El epidemiólogo Esteve Fernández, ajeno al equipo de López Abente, reconoce la “plausibilidad biológica de la asociación” entre el arsénico en el suelo y el cáncer. Fernández, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, considera “relevante” el estudio, “bien diseñado y ejecutado”. Advierte, no obstante, del riesgo de “falacia ecológica”: inferir características de un individuo a partir de los datos estadísticos del grupo. Que dos eventos aparezcan juntos, correlacionados, no implica que estén ligados causalmente.

López Abente cree que, “si se confirmasen estos resultados”, habría que “controlar y limitar los niveles de arsénico en el suelo y en los alimentos”, como sugiere el consenso científico. Su trabajo, opina Fernández, “debería propiciar otros estudios”.

Hoy, día de los Asteroides

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                      Hoy es el día escogido para celebrarlo como Día Internacional del Asteroide

Se trata de sensibilizar a la opinión pública, a toda la Sociedad Humana, sobre la tremenda importancia que tiene el estudio de estos objetos del Espacio, ya que, en la Historia de la Tierra, en muchas ocasiones causaron estragos y muerte.

Composición de imágenes en la que se muestran a escala ocho asteroides visitados por sondas espaciales

Un asteroide es un cuerpo rocoso, carbonáceo o metálico más pequeño que un planeta y mayor que un meteoroide que gira alrededor del Son en una órbita interior a la de Neptuno. La mayoría orbita entre Marte y Júpiter en la región del Sistema solar conocida como Cinturón de Asteroides,  otros se acumulan en los puntos de Lagrange de Júpiter y la mayor parte del resto cruza las órbitas de los planetas.

En nuestro planeta son muchos los Cráteres que nos hablan de la caída de grandes Asteroides en un sin fin de regiones de la Tierra, y, algunos de ellos, causaron muerte y, se habla incluso, de la extinción de los Sinosaurios que podría haber sido provocada por la caida de un Asterioide en el Yucatán (México).

El Cráter de Chicxulub sería el que provoco la extinción de los dinosaurios? No se sabe, pero lo mas probable es que, por ahí vayan las cosas. Todos los indicios así lo apuntan y ahora se están haciendo de nuevos investigaciones sobre el terreno para despejar las dudas.

La caida en la Tierra de uno de estos grandes “pedruzcos”, tendrían unas consecuencias inimaginables, ya que, algunos de ello, como Ceres, pueden llegar a medir hasta l.ooo Km, y otros, como Palas y Vesta sobrepasan los 500 Km. ¿Qué catástrofe no sería la caída de uno de estos en nuestro Planeta?

Algunos nos rondan y poasan de latrgo, otros son atraídos por Saturno y Júpiter y nos libran de ellos, otros, como Apofis, nos amenazan con caer en la Tierra, y, lo cierto es que, por mucho que nos digan o nos cuenten desde la NASA, no tenemos los medios para poder salvarnos de uno de estos visitantes.

Hay que prestar atención a éstas amenazas que están ahí, y, lo que no pasa en 100 años, puede ocurrir en unos minutos. El estudio, la vigilancia y sobre todo, tratar de inventar la manera de, si llega el caso, poder destruir a estos monstruos espaciales.

Que el destino y el Azar nos traiga un poco de suerte en el futuro.

emilio silvera

Nueva Galaxia descubierta

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La galaxia CR7, llamada así en homenaje a Cristiano Ronaldo

La Galaxia CR7, tiene el nombre del futbolistal del R. Madrid Cristinao Ronaldo que, es muy admirado por su descubridor, y dice, que la Galaxia brilla como el futbolista. Todo un honor para él, ya que no todos podemos tener una galaxia con nuestro propio nombre.

En fin, ¡cosas que pasan!

Existen pocos mortales que tengan ese privilegio y, aunque sea un poco exagerado el hecho, tenemos que convenier en que, su descubridor, tenía la potestad para elegir el nombre que le viniera en gana. Sin embargo, los méritos del personaje están limitados a un ámbito muy reducido y, en honor a la verdad, sus hechos, por muy loables que puedan ser, para la Humanidad, tienen poca importancia.

emilio silvera