sábado, 01 de febrero del 2025 Fecha
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El sueño de alcanzar las estrellas

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticias    ~    Comentarios Comments (0)

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Júpiter

‘Juno’ estudia en Júpiter la historia del Sistema Solar

La NASA alcanza hoy el planeta gigante con una sonda que estudiará su magnetosfera, su núcleo y la presencia de agua

La sonda Juno llega a Júpiter esta noche, en la madrugada española. El País Vídeo/ NASA

Júpiter no es una estrella, pero casi. Durante la etapa de formación del Sistema Solar, hace algo menos de 5.000 millones de años, actuó como un hermano egoísta y devoró los restos de gas y polvo que había dejado la formación del Sol. Así se convirtió en un planeta gigantesco, hecho de hidrógeno y helio, como las estrellas.

Ahora, tiene una masa que dobla al resto de planetas combinados y su área de influencia es inmensa. Cuenta con más de 60 lunas, como Ganímedes, mayor que Mercurio, o Europa, un mundo helado con un océano subterráneo en el que algunos consideran posible encontrar vida. Bajo las nubes de ese mundo gigante y sus tormentas descomunales se esconden muchos de los secretos del origen del Sistema Solar y en la composición de su atmósfera se puede encontrar información sobre sus migraciones, en las que pudo arrasar nuestro sistema planetario para hacerlo habitable.

Los instrumentos de Juno están protegidos por titanio para sobrevivir a la radiación

 

A ese mundo acaba llegará esta noche [madrugada española] Juno, una nave espacial que lanzó la NASA hace cinco años. Ahora le quedan por delante 20 meses de trabajo en condiciones extremas. Colocado en una órbita polar, estará expuesta a los cinturones de radiación de la magnetosfera jupiterina en la que las partículas se aceleran a velocidades extremas convirtiéndose en una amenaza para todo lo que se cruza en su camino. Para que sus instrumentos de observación no queden abrasados por ese bombardeo, están protegidos por una caja de titanio.

La sonda Juno orbitará a unos 5.000 kilómetros de la superficie de Júpiter, diez veces más cerca que cualquiera de las nueve sondas que lo visitaron antes, y funcionará alimentado por paneles solares. Esta tecnología es una rareza en misiones que van más allá del cinturón de asteroides. Hasta ahora, todos los artefactos que han visitado el planeta gigante lo hicieron con plutonio-238, pero la escasez de ese elemento radiactivo, las preocupaciones de seguridad y los avances tecnológicos hicieron que la NASA se decidiese por la energía solar.

La sonda Juno tiene una envergadura de casi 20 metros
La sonda Juno tiene una envergadura de casi 20 metros NASA

 

 

Sobre los objetivos científicos de Juno, Agustín Sánchez Lavega, catedrático de la Universidad del País Vasco, comenta la misión trata de resolver tres ideas básicas. Por un lado, “si el planeta tiene un núcleo rocoso y cuál es su estructura interna precisa”. Esto “ayudaría a entender cómo se han formado estos planetas gigantes, que además desempeñan un papel importante en la evolución de los sistemas planetarios”. Hay simulaciones que han planteado que una migración de Júpiter hacia el interior del Sistema Solar poco después de su formación arrasó los planetas que ocupaban las regiones más cercanas al Sol. Después, con los escombros de aquel cataclismo se formaron los planetas terrestres, y entre ellos la Tierra.

Otro de los misterios que Juno pretende resolver es “cómo se genera el campo magnético de Júpiter, el más intenso del Sistema Solar y que desempeña un papel muy importante en su entorno”, explica Sánchez Lavega. La comprensión de ese campo magnético también puede ayudar a entender las posibilidades de albergar vida de algunas de sus lunas, como Europa. “Este campo magnético, con partículas que se mueven a toda velocidad, es muy esterilizante”, señala el investigador vasco.

 

 

La nueva sonda es la primera que llega tan lejos con paneles solares, en lugar del habitual plutonio

Por último, el otro gran objetivo de la sonda recién insertada en la órbita del planeta gigante consistirá en evaluar la cantidad de agua que guarda su atmósfera. Atravesando la espesa atmósfera de Júpiter con sus instrumentos, podrá observar lo que es un reservorio del agua que contenía originalmente el Sistema Solar, ofreciendo más datos sobre nuestros orígenes, ayudando a averiguar, por ejemplo, desde dónde llegó el agua que hizo habitable la Tierra. A diferencia de nuestro planeta o de otros cuerpos más humildes del vecindario, la masa descomunal de Júpiter le ha permitido mantener su composición original más o menos intacta, algo que lo convierte en un objeto interesante para aprender sobre el pasado.

El conocimiento que recoja Juno durante los próximos 20 meses, no solo servirá para entender nuestro entorno planetario cercano. Gran parte de los planetas extrasolares descubiertos son gigantes gaseosos como Júpiter y lo que se aprenda con esta misión servirá para interpretar mejor los mundos más allá del Sistema Solar. Además, como siempre sucede con las misiones de exploración, los datos de la sonda depararán sorpresas que modificarán la imagen que tenemos del rey de los planetas.

¿Estamos en peligro?

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El mapa del arsénico en España se asocia a un mayor riesgo de cáncer

El elemento aparece de manera natural en el suelo, pero también por emisiones industriales

Publicado en El Pais.
El mapa del arsénico en España se asocia a un mayor riesgo de cáncer

Científicos del Centro Nacional de Epidemiología han detectado una “asociación estadística” entre la concentración de arsénico en el suelo y una mayor mortalidad por diferentes tipos de cáncer en España. El elemento químico aparece en mayor cantidad de manera natural en suelos de Galicia, Almería, Castellón, Asturias, Madrid y Lleida, entre otras regiones, aunque la proximidad de industrias que emiten arsénico —como las centrales térmicas de carbón, las incineradoras y los hornos de fundición— eleva ligeramente su concentración.

El estudio, liderado por los epidemiólogos Gonzalo López Abente y Olivier Núñez, ha analizado más de 860.000 muertes por cáncer en casi 8.000 municipios españoles, ocurridas entre 1999 y 2008. La mortalidad por cáncer de estómago, páncreas, pulmón, cerebro y linfoma no Hodgkin se eleva en los lugares con niveles más altos de arsénico. Las concentraciones de este metaloide se han obtenido del Atlas Geoquímico, una obra elaborada por el Instituto Geológico y Minero de España a partir de la toma de muestras en 13.000 localizaciones diferentes del país.

La mortalidad por cáncer de estómago, páncreas, pulmón y cerebro se eleva en los lugares con niveles más altos de arsénico

 

“Es muy difícil trasladar nuestros resultados a una cifra de riesgo en la población”, explica López Abente. Su estudio, publicado en la revista especializada Environmental Science and Pollution Research, evalúa el efecto de la exposición al arsénico sobre la mortalidad a nivel del municipio, no de un individuo. “Sí se ve un aumento paulatino del riesgo relativo con el nivel de concentración en suelo”, señala.

López Abente habla de riesgos relativos, no absolutos. El riesgo de morir por un tipo concreto de cáncer puede ser el doble en una región respecto a otra, aunque el riesgo absoluto siga siendo pequeño. Factores como el consumo de tabaco, alcohol y comida basura son habitualmente mucho más decisivos. El hecho de residir en un municipio con niveles de arsénico por encima de la media “no implica que su localización espacial por sí misma origine un cáncer”, recalca el investigador.

 

                                              Arrozales en Doñana, en el suroeste de Andalucía. Julián Rojas

El epidemiólogo es una referencia en el estudio de la distribución espacial de la mortalidad por cáncer. Sus trabajos anteriores habían desvelado patrones geográficos que persistían en el tiempo para algunos tumores, tanto en hombres como en mujeres. “Estas características, en teoría, serían comunes a tumores que comparten factores de riesgo. Entre estos factores, bien podría estar la composición química del suelo”, añade. “El arsénico es un conocido carcinógeno en tejidos como piel, pulmón, vejiga, hígado y riñón”.

El arsénico se libera por procesos naturales, como la erosión de las rocas o los incendios forestales, pero también a través de las emisiones industriales y de su uso como conservante de la madera, herbicida o insecticida, según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. La principal fuente de exposición humana al arsénico es la ingesta de alimentos, sobre todo arroz, y de agua. También tiene un papel el aire que se respira, con polvo en suspensión.

Los autores reconocen “muchos” talones de Aquiles en su investigación. “El estudio supone implícitamente que es la concentración de arsénico en suelo lo que condiciona la exposición a este elemento. Sin embargo, se carece de información sobre posibles variables de confusión importantes, como es el consumo de tabaco”, reconoce López Abente. Su equipo ha hecho un esfuerzo para controlar el efecto de estas potenciales variables de confusión, ajustando su análisis a varias componentes sociodemográficas.

                              Arsénico en el arroz y en aguas contaminadas

 

La principal fuente de exposición humana al arsénico es la ingesta de alimentos, sobre todo arroz, y de agua

El epidemiólogo Esteve Fernández, ajeno al equipo de López Abente, reconoce la “plausibilidad biológica de la asociación” entre el arsénico en el suelo y el cáncer. Fernández, presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, considera “relevante” el estudio, “bien diseñado y ejecutado”. Advierte, no obstante, del riesgo de “falacia ecológica”: inferir características de un individuo a partir de los datos estadísticos del grupo. Que dos eventos aparezcan juntos, correlacionados, no implica que estén ligados causalmente.

López Abente cree que, “si se confirmasen estos resultados”, habría que “controlar y limitar los niveles de arsénico en el suelo y en los alimentos”, como sugiere el consenso científico. Su trabajo, opina Fernández, “debería propiciar otros estudios”.

Hoy, día de los Asteroides

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                      Hoy es el día escogido para celebrarlo como Día Internacional del Asteroide

Se trata de sensibilizar a la opinión pública, a toda la Sociedad Humana, sobre la tremenda importancia que tiene el estudio de estos objetos del Espacio, ya que, en la Historia de la Tierra, en muchas ocasiones causaron estragos y muerte.

Composición de imágenes en la que se muestran a escala ocho asteroides visitados por sondas espaciales

Un asteroide es un cuerpo rocoso, carbonáceo o metálico más pequeño que un planeta y mayor que un meteoroide que gira alrededor del Son en una órbita interior a la de Neptuno. La mayoría orbita entre Marte y Júpiter en la región del Sistema solar conocida como Cinturón de Asteroides,  otros se acumulan en los puntos de Lagrange de Júpiter y la mayor parte del resto cruza las órbitas de los planetas.

En nuestro planeta son muchos los Cráteres que nos hablan de la caída de grandes Asteroides en un sin fin de regiones de la Tierra, y, algunos de ellos, causaron muerte y, se habla incluso, de la extinción de los Sinosaurios que podría haber sido provocada por la caida de un Asterioide en el Yucatán (México).

El Cráter de Chicxulub sería el que provoco la extinción de los dinosaurios? No se sabe, pero lo mas probable es que, por ahí vayan las cosas. Todos los indicios así lo apuntan y ahora se están haciendo de nuevos investigaciones sobre el terreno para despejar las dudas.

La caida en la Tierra de uno de estos grandes “pedruzcos”, tendrían unas consecuencias inimaginables, ya que, algunos de ello, como Ceres, pueden llegar a medir hasta l.ooo Km, y otros, como Palas y Vesta sobrepasan los 500 Km. ¿Qué catástrofe no sería la caída de uno de estos en nuestro Planeta?

Algunos nos rondan y poasan de latrgo, otros son atraídos por Saturno y Júpiter y nos libran de ellos, otros, como Apofis, nos amenazan con caer en la Tierra, y, lo cierto es que, por mucho que nos digan o nos cuenten desde la NASA, no tenemos los medios para poder salvarnos de uno de estos visitantes.

Hay que prestar atención a éstas amenazas que están ahí, y, lo que no pasa en 100 años, puede ocurrir en unos minutos. El estudio, la vigilancia y sobre todo, tratar de inventar la manera de, si llega el caso, poder destruir a estos monstruos espaciales.

Que el destino y el Azar nos traiga un poco de suerte en el futuro.

emilio silvera

Nueva Galaxia descubierta

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La galaxia CR7, llamada así en homenaje a Cristiano Ronaldo

La Galaxia CR7, tiene el nombre del futbolistal del R. Madrid Cristinao Ronaldo que, es muy admirado por su descubridor, y dice, que la Galaxia brilla como el futbolista. Todo un honor para él, ya que no todos podemos tener una galaxia con nuestro propio nombre.

En fin, ¡cosas que pasan!

Existen pocos mortales que tengan ese privilegio y, aunque sea un poco exagerado el hecho, tenemos que convenier en que, su descubridor, tenía la potestad para elegir el nombre que le viniera en gana. Sin embargo, los méritos del personaje están limitados a un ámbito muy reducido y, en honor a la verdad, sus hechos, por muy loables que puedan ser, para la Humanidad, tienen poca importancia.

emilio silvera

Reportaje periodístico: El Pais

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Los Dinosaurios no coincidieron con el Ser Humano

La megafauna se extinguió mucho después de que llegaran los humanos

Los grandes mamíferos de la Patagonia sobrevivieron a la caza pero no al cambio climático

 

En cuevas patagónicas, como la del milodon (en la imagen) se han encontrado pruebas de que los humanos cazaron megafauna Ampliar foto

 

 
 

En cuevas patagónicas, como la del milodon (en la imagen) se han encontrado pruebas de que los humanos cazaron megafauna Alan Cooper

 

Durante centenares de miles de años, los mamuts lanudos, el smilodon o tigre diente de sable, el gigantesco oso de hocico corto, el león americano o los megaterios reinaron sobre este planeta. Sin embargo, en unos pocos centenares de años, casi todas las especies de grandes mamíferos desaparecieron. ¿Qué acabó con la megafauna del pleistoceno? Unos señalan a los humanos. Otros a un repentino calentamiento global. Ahora, un estudio con fósiles de la Patagonia muestra que estos animales desaparecieron mucho después de que los humanos colonizaran el sur de América.

La extinción de la megafauna del Pleistoceno (hasta hace unos 10.000 años) fue un fenómeno generalizado, aunque no se produjo al mismo tiempo en las distintas regiones del planeta. Fue también un proceso relativamente acelerado, con especies que dejaron de existir en unas pocas décadas y otras, como los mamuts, que fueron desapareciendo a lo largo de varios siglos de distintas zonas de forma sucesiva.

Una de las teorías que ha acumulado mayor cantidad de argumentos es la que culpa a los humanos de su extinción. Una de sus variantes, la hipótesis blitzkrieg (sí, la guerra relámpago de los alemanes en la II Guerra Mundial), postula que la expansión humana a nuevos territorios supuso la rápida exterminación de los grandes mamíferos, que nunca se habían enfrentado a un enemigo tan inteligente y tecnológico.

 

Los humanos llegaron a la Patagonia hace 13.200 años y la megafauna se extinguió 1.000 años más tarde

Pero parece que en América del Sur, la región con mayor concentración de megafauna, no fue así. Un estudio que ha datado con radiocarbono y analizado el ADN antiguo de decenas de huesos, dientes y coprolitos muestra que, cuando el milodon, una especie de perezoso gigante de 2,5 metros y hasta 3.000 kilogramos, el smilodon, el jaguar gigante o los camélidos ancestros de las llamas desaparecieron, los humanos ya llevaban centenares y hasta miles de años allí.

“La Patagonia se ha convertido en la piedra de Rosetta que muestra que la colonización humana no provocó extinciones de forma inmediata, al menos mientras se mantuvo el frío”, dice en una nota el director del Centro Australiano para el ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida y coautor de esta investigación el profesor Alan Coope. “Al contrario, pasaron más de 1.000 años de ocupación humana antes de que se produjera un repentino evento de calentamiento y, entonces, la megafauna se extinguió en apenas 100 años”, añade.

El registro fósil señala que ya había humanos tan al sur como en las cercanías de la actual ciudad de Puerto Montt (Chile) hace 14.600 años. Un milenio después aquellos primeros americanos ya habitaban el norte de la Patagonia, alcanzando Tierra del Fuego hace 12.700 años.

 

 

Húmero de un 'Hippidion saldiasi', una especie de équido, recuperado de la cueva Fell, en el sur de Chile.

Húmero de un ‘Hippidion saldiasi’, una especie de équido, recuperado de la cueva Fell, en el sur de Chile. Fabiana Martin
 

Sin embargo, los resultados del análisis del ADN y datación por radiocarbono de los fósiles de los animales, publicado en Science Advances, muestra que la megafauna patagónica no se extinguió hasta hace unos 12.280 años. Eso significa que humanos y grandes mamíferos convivieron entre 500 años y más de dos milenios.

“Toda la evidencia, que es indirecta (intensidad de la ocupación humana en los sitios conocidos), indica muy baja demografía humana. Esto es también lo que se espera en una zona que está comenzando a ser colonizada”, explica en un correo la arqueóloga del Instituto de la Patagonia de la Universidad Magallanes (Chile) y coautora de la investigación, Fabiana Martin. Así que la presión sobre la megafauna en forma de caza debió de ser baja. “La evidencia arqueológica muestra mínimos casos de interacción con la megafauna”, añade la investigadora chilena.

Lo que sí se produjo unos siglos antes de que los grandes mamíferos desaparecieran de la Patagonia fue un calentamiento relativamente muy rápido. La Edad de Hielo, que llegó a su máximo hace unos 30.000 años, fue dando paso de forma progresiva a una deglaciación que en la Patagonia no tuvo su punto culminante hasta hace unos 12.600 años. El calentamiento hizo que las regiones de tundra y estepa acabaran convertidas en bosques, trastocando todo el ecosistema de la megafauna patagónica. Al menos en América del Sur, los humanos no parece que tuvieran la culpa de su extinción.