sábado, 11 de enero del 2025 Fecha
Ir a la página principal Ir al blog

IMPRESIÓN NO PERMITIDA - TEXTO SUJETO A DERECHOS DE AUTOR




El largo camino de la Astronomía

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en AIA-IYA2009    ~    Comentarios Comments (1)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Las culturas antiguas eran a menudo más realistas en su relación con los cielos. Durante las últimas décadas hemos llegado a reconocer la sofisticación astronómica de las culturas antiguas no occidentales. El libro de Otto Neugebauer, titulado The Exact Sciences in Antiquity y publicado en 1957, se convirtió en un texto fundamental y estimuló el nacimiento de un nuevo campo multidisciplinario: la astronomía arqueológica. Anthony Aveni, profesor de astronomía y antropología de la Colgate University, define la astronomía arqueológica como el estudio de la práctica y la utilización de la astronomía en las culturas antiguas de todo el mundo, tomando en consideración todo tipo de evidencias, tanto escritas como no escritas. Aunque la astronomía arqueológica sólo existe desde principios de la década de 1970, ha tenido ya un éxito considerable como instrumento para interpretar los avances astronómicos de las culturas prerrenacentistas. Esta disciplina se ha expandido finalmente hasta abarcar culturas de todos los lugares del planeta, después de la revitalización que le aportaron las interpretaciones del astrónomo de la Smithsonian Institution Gerald Hawskins relativas a los alineamientos de Stonehenge, basándose en trabajos anteriores de sir Norman Lockyer realizados entre finales del siglo XIX y principios del XX.

En la mayoría de las culturas antiguas en las que tuvo importancia observar el cielo los astrónomos actuaban como sacerdotes. Aunque los templos y juegos de pelota de los mayas y los aztecas, cuidadosamente orientados, tenían una doble función como observatorios astronómicos, fueron también templos y construcciones dedicados a la práctica de rituales civiles y religiosos. Con el uso de los templos-observatorios, los pueblos antiguos de México y de los Andes establecían un vínculo entre los astros y sus propias vidas a través de augurios y profecías. Aunque este maridaje entre la astrología y la astronomía, que era común a todas las culturas más antiguas no occidentales, ha desacreditado sus esfuerzos a los ojos de algunos expertos, los logros alcanzados han perdurado hasta nuestros días.

La astrología fue tenida en gran estima durante muchos años en Occidente. Johannes Kepler, el fundador de la astronomía planetaria, al mismo tiempo se ganaba el sustento en parte haciendo horóscopos, igual que su mentor, el aristócrata danés Tycho Brahe, que a veces ha sido considerado como el primer gran observador astronómico europeo.

Fue un eclipse de Sol pronosticado para el 21 de agosto de 1560 lo que hizo que Tycho Brahe, a los catorce años de edad, se interesara inicialmente por la astronomía y la astrología. Le impresionó el hecho de que los seres humanos pudieran comprender los movimientos de las estrellas y los planetas con tanta precisión que fueran capaces de predecir que el cometa Halley atravesará nuestros cielos cada sesenta y cinco años, ¿es tan inverosímil que Brahe, Kepler y Galileo consideraran la posibilidad de que las vidas humanas pudieran pronosticarse con una regularidad similar? De hecho, hasta el siglo XVI ” astrología ” fue el término correcto utilizado para referirse a la ciencia que estudiaba los planetas y las estrellas. Se denominaba astronomía a la práctica de nombrar e identificar estrellas y constelaciones, una ciencia menor dedicada a la clasificación y asociada a la astrología casi del mismo modo que la taxonomía está asociada con la biología. (El sufijo -nomía significa ” ordenar “.)

Una advertencia. Aveni nos llama la atención sobre la posibilidad de que, cuando miraban al cielo, los antiguos tuvieran in mente otras cosas diferentes de las que tenemos nosotros. “Todos “, dice Aveni, ” occidentales y no occidentales, hasta la Ilustración tuvieron tendencia a plantearse el cielo de maneras diferentes “. Este astrónomo llevó a cabo un estudio sobre los eclipses aztecas y descubrió que los eclipses que los éstos eligieron para sus registros y para que pasaran a la historia eran aquellos que se producían en los ” momentos oportunos “, es decir, los que seguían ciclos de cincuenta y dos años y, por lo tanto, encajaban con su calendario. No eran necesariamente los eclipses más espectaculares, como los que atraen la atención actualmente. ” Nosotros nunca pensaríamos en relacionar una erupción volcánica con la muerte de un presidente, pero ellos si lo habrían hecho “, dice Aveni.

¿Qué era lo que buscaban los pueblos antiguos? Aveni afirma: ” Creo que buscaban acontecimientos que corroboraran su sistema de creencias o, en ocasiones, que hicieran que sus sistemas de creencias fueran modificados”. Si los astrónomos estaban entre las elites gobernantes, como sucedía en Babilonia y en las antiguas civilizaciones maya y azteca, estarían buscando en el cosmos señales que dieran validez a sus iniciativas: hacer la guerra, desencadenar una batalla, establecer una alianza matrimonial, realizar una fusión de Estados, y así sucesivamente. “Habitualmente interpretamos esto de una manera simplista y decimos, por ejemplo: Bueno, eran como una especie de Hitler, que lo único que hacía era embaucar a las masas. Hemos de entender que se trataba de una creencia profundamente asumida que les inducía a mirar al cosmos buscando unas señales de los dioses que les indicaran cómo debían actuar y qué camino tomar, casi del mismo modo en que un presidente recurre a su gabinete.”

La astronomía antigua y medieval no occidental es anterior al telescopio, una astronomía a simple vista. Sin embargo, incluso sin telescopios, los antiguos hindúes, mucho antes que Copérnico, supieron que la Tierra giraba alrededor del Sol y, mil años antes que Kepler, supieron que las órbitas de los planetas eran elípticas; los árabes inventaron el observatorio y dieron nombre a la mayoría de las estrellas que nos resultan más conocidas; los chinos cartografiaron el cielo; y los amerindios anotaron importantes acontecimientos astronómicos con dagas de luz o serpientes ópticas que aún nos impresionan hoy en día.

Comenzaremos nuestro estudio en el Nuevo Mundo. En su mayoría las culturas del Nuevo Mundo carecían de un lenguaje escrito (excepción hecha de los mayas, los aztecas y posiblemente los incas), pero dejaron como herencia un rico patrimonio astronómico del que os hablaré en próximos comentarios.

emilio silvera

Hacia el futuro

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en AIA-IYA2009    ~    Comentarios Comments (0)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

Proyectos de la NASA: Nueva tecnología en óptica para estudiar mundos alienígenas

Proyectos de la NASA: Nueva tecnología en óptica para estudiar mundos alienígenas image

Science Daily (Sep. 22, 2008) — El científico de la NASA Rick Lyon ha estado trabajando en potenciales misiones  y tecnologías para encontrar planetas alrededor de otras estrellas (llamadas exoplanetas o planetas extrasolares) desde la década de los 80. Ahora recientemente ha comenzado a creer que la NASA enviará una misión busca-planetas en su historia. “Esto es lo más cercano a llegar a ser real” dice.
Leer más

La Gravedad, ¿cuándo la conoceremos?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en AIA-IYA2009    ~    Comentarios Comments (1)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

En 1915, diez años después, la teoría de la relatividad general.   Al final de su trabajo relativista, Einstein concluyó que el espacio y el tiempo están distorsionados por la materia y la energía, y que esta distorsión es la responsable de la gravedad que nos mantiene en la superficie de la Tierra, la misma que mantiene unidos los planetas del Sistema Solar girando alrededor del Sol y, también la que hace posible la existencia de las Galaxias.

Nos dio un conjunto de ecuaciones a partir de los cuales se puede deducir la distorsión del tiempo y del espacio alrededor de objetos cósmicos que pueblan el Universo y que crear esta distorsión en función de su masa.  Se han cumplido 100 años desde entonces y miles de físicos han tratado de extraer las predicciones encerradas en las ecuaciones de Einstein (sin olvidar a Riemann) sobre la distorsión del espaciotiempo.

Un agujero negro es lo definitivo en distorsión espaciotemporal, según las ecuaciones de Einstein: está hacho única y exclusivamente a partir de dicha distorsión.  Su enorme distorsión está causada por una inmensa cantidad de energía compactada: energía que reside no en la materia, sino en la propia distorsión.  La distorsión genera más distorsión sin la ayuda de la materia.  Esta es la esencia del agujero negro.

Si tuviéramos un agujero negro del tamaño de la calabaza más grande del mundo, de unos 10 metros de circunferencia, entonces conociendo las leyes de la geometría de Euclides se podría esperar que su diámetro fuera de 10 m.: л = 3,14159…, o aproximadamente 3 metros.  Pero el diámetro del agujero es mucho mayor que 3 metros, quizá algo más próximo a 300 metros. ¿Cómo puede ser esto? Muy simple: las leyes de Euclides fallan en espacios muy distorsionados.

Como se hemos visto muchas veces en gráficos y esquemas, un objeto pesado o masivo colocado en el centro de la superficie elástica, se hunde a consecuencia del peso y provoca una distorsión que cambia completamente la medida original del diámetro de esa circunferencia que, al ser hundida por el peso, se agranda en función de éste.

Leer más

La biología llegó a la Tierra gracias al material fabricado en las...

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en AIA-IYA2009    ~    Comentarios Comments (0)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

El gran biólogo J.B.S. Haldane se sintió también atraído por las posibles consecuencias biológicas de las teorías cosmológicas en que las “constantes” tradicionales cambian con el paso del tiempo o donde los procesos gravitatorios se despliegan de acuerdo con un reloj cósmico diferente del de los procesos atómicos (¿será precisamente por eso que la relatividad general – el cosmos –, no se lleva bien con la mecánica cuántica – el átomo –?).

Tales universos de dos tiempos habían sido propuestos por Milne y fueron las primeras sugerencias de que G podría no ser constante. Unos procesos, como la desintegración radiactiva o los ritmos de interacción molecular, podrían ser constantes sobre una escala de tiempo pero significativamente variables con respecto a la otra. Esto daba lugar a un escenario en el que la bioquímica que sustentaba la vida sólo se hacía posible después de una particular época cósmica, Haldane sugiere que:

“Hubo, de hecho, un momento en el que se hizo posible por primera vez vida de cualquier tipo, y las formas superiores de vida sólo pueden haberse hecho posibles en una fecha posterior.  Análogamente, un cambio en las propiedades de la materia puede explicar algunas de las peculiaridades de la geología precámbrica.”

Este imaginativo escenario no es diferente del que ahora se conoce como “equilibrio interrumpido”, en el que la evolución ocurre en una sucesión discontinua de brotes acelerados entre los que se intercalan largos periodos de cambio lento. Sin embargo, Haldane ofrece una explicación para los cambios.

Leer más

Estudiamos lo que no podemos manejar y nos valemos de eso que nos ha dado...

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en AIA-IYA2009    ~    Comentarios Comments (0)

RSS de la entrada Comentarios Trackback Suscribirse por correo a los comentarios

No siempre los modelos científicos son una fiel imagen de la realidad. Los átomos y las moléculas que componen el aire que respiramos, por ejemplo,  se pueden describir en términos de un modelo en el que imaginamos cada partícula como si fuera una pequeña esfera perfectamente elástica, con todas las pequeñas esferas rebotando unas contra otras y contra las paredes del recipiente que las contiene.

Esa es la imagen mental, pero es sólo la mitad del modelo; lo que lo hace modelo científico es describir el modo como se mueven las esferas y rebotan unas contra otras mediante un grupo de leyes físicas, escritas en términos de ecuaciones matemáticas. En este caso, éstas son esencialmente las leyes del movimiento descubiertas por Newton hace más de trescientos años. Utilizando estas leyes matemáticas es posible predecir, por ejemplo, que le pasará a la presión ejercida por un gas si se aplasta hasta la mitad de su volumen inicial. Si hacemos el experimento, y, el resultado que se obtiene encaja con la predicción del modelo, este será un buen modelo.

De hecho, todos los modelos científicos tienen aplicabilidad limitada. Ninguno de ellos es “la verdad “. Cuando un científico afirma, por ejemplo, que el núcleo de un átomo está compuesto por partículas denominadas protones y neutrones, lo que en realidad debería decir es que el núcleo de un átomo se comporta, bajo determinadas circunstancias, como si estuviera formado de protones y neutrones. Los mejores científicos toman el “como sí “, pero entienden que sus modelos son, efectivamente, sólo modelos; científicos menores a menudo olvidan esta diferencia crucial.

Leer más