jueves, 26 de diciembre del 2024 Fecha
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¿La Conciencia? ¡Qué complejidad!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en conciencia    ~    Comentarios Comments (0)

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   Las dos se atraen, ¿será alguna forma de gravedad? ¿Estará, de alguna manera presente el magnetismo?

La Ley de la gravitación universal de Newton, publicada en 1687, sirve para explicar cómo actúa la gravedad en la Tierra, por ejemplo por qué cae una manzana de un árbol. El profesor Pavel Kroupa del Instituto de Astronomía Argelander de la Universidad de Bonn (Alemania) explicó que «a pesar de que su ley describe los efectos cotidianos de la gravedad en la Tierra, las cosas que podemos ver y medir, cabe la posibilidad de que no hayamos sido capaces de comprender en absoluto las leyes físicas que rigen realmente la fuerza de la gravedad.

La Gravedad… ¡Esa fuerza misteriosa!

Hablamos del pasado y del futuro estando en el presente pero, por lo general, el pasado lejano se nos muestra como si estuviera retratado por la máquina que sostenía una mano temblorosa, todo aparece movido, confuso, sin claridad. Los espacios oscuros en los que nada podemos ver, tendemos a rellenarlos con conjeturas, hipótesis y teorías de lo que fue, de lo que pasó. Otras veces, sin embargo, se alza ante nosotros inmenso, sostenido por un fuerte pedestal y nos habla de su magnificencia mientras nos muestra las hazañas del pasado y el transcurrir de la Naturaleza en aquel tiempo pretérito. También, en ocasiones ocurre que, lo que vemos, nos parece increíble.

“Pasado” “Presente” “Futuro” ¿Una ilusión llamada Tiempo?

En una maraña de circuitos sin fín, donde más de cien mil neuronas trabajan para tratar de comprender los mensajes que reciben del exterior por medio de los cinco sentidos y elaboran pensamientos…

            “Nada es tan difícil como evitar el autoengaño” Decía Ludwig Wittgestein

Nuestra estrategia para explicar la base neuronal de la conciencia consiste en centrarse en las propiedades más generales de la experiencia consciente, es decir, aquellas que todos los estados conscientes comparten. De estas propiedades, una de las más importantes es la integración o unidad. La integración se refiere a que el sujeto de la experiencia no puede en ningún momento dividir un estado consciente en una serie de componentes independientes. Esta propiedad está relacionada con nuestra incapacidad para hacer conscientemente dos cosas al mismo tiempo, como por ejemplo, estar ahora escribiendo este comentario para ustedes y al mismo tiempo mantener una conversación sobre el Universo con otros amigos.

Muchas y variadas son las opciones que tenempos a nuestro alcance. No pocas veces nos encontramos en una encrucijada entre la razón y el corazón y nos perdemos sin saber cuál es la decisión correcta. No siempre resulta fácil elegir el camino a seguir y… ¡Es tan importante acertar!

Otra propiedad clave de la experiencia consciente, y una que aparentemente contrasta con la anterior, es su extraordinaria diferenciación o informatividad: En cada momento podemos seleccionar uno entre miles de millones de estados conscientes posibles en apenas una fracción de segundo. Nos enfrentamos, pues, a la aparente paradoja de que la unidad encierra la complejidad: el cerebro tiene que afrontar la sobreabundancia sin perder la unidad o coherencia. La tarea de la ciencia consiste en mostrar de qué manera la consigue.

Los últimos pensamientos sobre la mente y la conciencia están centrados en el constructivismo y nos viene a decir que cada cual, se fabrica su propia realidad, y, al hilo de ese pensamiento se me vienen a la mente algunas lecciones de neuropsicología y lo que es la integración bajo tensión, me explico:

Algunas de las indicaciones más sobresalientes de la ineludible unidad de la experiencia consciente provienen del examen de ciertos fenómenos patológicos. Muchos trastornos neuropsicológicos demuestran que la conciencia puede doblarse o encogerse y, en ocasiones, incluso dividirse, pero que nunca tolera que se rompa la coherencia. Por ejemplo, aunque un derrame cerebral en el hemisferio derecho deja a muchas personas con ese lado del cuerpo paralizado y afectado por una pérdida sensorial completa, algunas personas niegan su parálisis, un fenómeno que se conoce como anosognosia.

                 Ella también pasó por la experiencia de un derrame cerebral

“Perdí bastante visión durante dos años, también la audición, no podía escribir, me costaba caminar, no podía hablar bien y perdí mucha memoria”. y

“Me llevó mucho tiempo volver a funcionar, me costaba por el tema de la memoria, en el set, solo en los últimos dos años puedo decir que estoy recuperada totalmente”.

 

Sin embargo, algunos, cuando se le presentan pruebas de que su brazo y su pierna derecha no pueden moverse,  llegan incluso a negar que se trate de sus extremidades y las tratan como si fuesen cuerpos extraños. Otras personas con daños bilaterales masivos en la región occipital no pueden ver nada y, sin embargo, no reconocen que estén ciegos (síndrome de Antón).

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                                          Todo está en nuestros cerebros

Las personas con cerebro dividido ofrecen una demostración más de que la conciencia siente horror por los vacíos o las discontinuidades. Las personas con hemi-inantención, un complejo síndrome neuropsicológico que se suele dar cuando se producen lesiones en el lóbulo parietal derecho, no son conscientes del lado izquierdo de las cosas, a veces incluso de toda la parte izquierda del mundo.

El cerebro izquierdo es objetiva y racional. Con la parte izquierda de nuestro cerebro, tratamos de ser objetivos y racionales. Podemos centrarnos en los detalles y hechos analíticos y tratamos de ser razonable y práctico. La parte izquierda del cerebro es responsable de procesar números y palabras, así que ahí es donde logramos por ejemplo la aritmética, ciencias e idiomas. Se podría decir que en esta parte del cerebro está la realidad de nuestro mundo consciente.

El cerebro derecho es subjetivo e intuitivo. La parte derecha de nuestro cerebro es más bien subjetiva. En lugar de tomar decisiones racionales y conscientes, esta parte se basa en la intuición. Nuestro pensamiento en el lado derecho es espontáneo e influido por las emociones, tales como nuestro estado de ánimo, o disparadores emocionales externos. Con esta parte del cerebro, usamos nuestra imaginación, la fantasía y las creencias personales para decidir por nosotros. Estamos dispuestos a asumir riesgos y centrarse en objetivos más que el proceso que se necesita para llegar allí. Apreciamos imágenes y elementos emocionales, en lugar de información objetiva.

cerebro

Pongo estos ejemplos para que podamos ver la complejidad de lo que el cerebro encierra. No es fácil llegar a saber lo que ahí se cuece.

Asisto con otras muchas personas a un mismo lugar para escuchar y ser testigos de una conferencia de Física. Tal reunión dará lugar a una multitud de pensamientos, los suyos y los míos, algunos mutuamente coherentes, otros no. Son tan poco individuales y recíprocamente independientes como son un todo coherente al estar oyendo todos el mismo tema, sim embargo, casi nadie coincide al clasificar la manera de encajar lo que allí se expone, así que, no son ni lo uno ni lo otro: ninguno de ellos está separado, sino que cada uno pertenece al ámbito de los otros pero además al de ninguno. Mi pensamiento pertenece a la totalidad de mis otros pensamientos, y el de cada uno, a la totalidad de pensamientos de cada uno…los únicos estados de conciencia que de forma natural experimentamos se encuentran en las consciencias personales, en las mentes, en todos los yo y tu particulares y concretos…el hecho consciente universal no es “los sentimientos y los pensamientos existen”, sino “yo pienso” y “yo siento”. De ahí, sin lugar a ninguna duda surge, la idea de que cada cual, dentro de su mente, se inventa su realidad del mundo que le rodea.

     Algunos se montan en barco y se ven cayendo por una catarata

        Otros creen viajar hacia fantásticos mundos

                 Otros se limitan a disfrutar del paisaje y disfrutar de su tiempo libre

No todos, ante la misma situación, vemos lo mismo. Es un buen reflejo de la arrogancia humana el hecho de que se hayan erigido sistemas filosóficos enteros sobre la base de una fenomenología subjetiva: la experiencia consciente de un solo individuo con inclinaciones filosóficas. Tal como Descartes reconoció y estableció como punto de partida, esta arrogancia es justificada, por cuanto nuestra experiencia consciente es la única ontología sobre la cual tenemos evidencia directa. La inmensa riqueza del mundo fenoménico que experimentamos -la experiencia consciente como tal- parece depender de una nimiedad del menaje de ese mundo, un trozo de tejido gelatinoso del interior del cráneo.

Sí, estamos condicionados por el entorno, las experiencias, la información…¡Los sentidos!

Nuestro cerebro, un actor “secundario” y “fugaz” que casi ninguno llega a ver sobre el escenario de la conciencia, parece ser el guardián del teatro entero. Como a todos se nos hace dolorosamente obvio cuando nos vemos ante una escena de desgracia humana, en un ser querido cercano, supondrá una agresión al cerebro y puede modificar permanentemente todo nuestro mundo. De ahí, el hecho cierto, de que las sensaciones tales como los sentimientos o el dolor, inciden de manera directa, a través de los sentidos, en nuestra consciencia que, como decimos, siempre es particular e individualizada, nadie podrá nunca compartir su consciencia y, sin embargo ésta, estará también siempre, supeditada al mundo que la rodea y de la que recibe los mensajes que, aún siendo los mismos, cada cual nos interpretará a su manera muy particular y, al mismo tiempo, dentro de unos cánones pre-establecidos de una manera común de ver y entender el mundo al que pertenecemos.

Amigos, tenemos una jungla en la cabeza, y, su enmarañada ramificación es tan descomunalmente compleja que, de momento, lo único que podemos hacer es ir abriéndonos camino a machetazos de la ciencia que, sin duda alguna, finalmente nos permitirá deambular por esa intrincada selva que llamamos cerebro y que es la residencia de nuestras mentes ese lugar donde generan las ideas, los pendsamientos y los sentimientos.

Comparación entre estructuras del universo y de la vida

                                                          En un trabajo anterior debajo de esta imagen decía:

“Los procesos científicos que comentamos en este lugar, los fenómenos del Universo que hemos debatido y, también,  los misterios y secretos que el inmenso Cosmos nos oculta han contribuido, aunque inadvertidamente, a comprometer e involucrar a nuestra especie en la vastedad del universo. La astronomía ha venido a descorrer el velo, que supuestamente, aislaban la Tierra de los ámbitos etéreos que están situados mucho más allá de la Luna, todo eso, nos llevó lejos al auténtico Universo que ahora, sí -parece que- conocemos. La Física cuántica llegó para destruir esa barrera invisible que separaba lo grande de lo muy pequeño y que supuestamente, separaba al observador distante del mundo observado; descubrimos que estamos inevitablemente enredados en aquello que estudiamos.”

 

 

 

 

Como veréis, aquello que aquí decía, viene a corroborar que, nuestras mentes, están inmersas en el “mundo” que nos rodea, en el Universo que nos acoge y del que queremos saber a través de la información que nos transmiten los sentidos y, siendo consciente de la inmensa tarea que hemos echado sobre nuestras espaldas, también hemos llegado a saber que será “casi” imposible cumplirla. Sin embargo, esa otra parte del cerebro que intuye y siembra en nuestras mentes ilusiones, hace que no desfallezcamos, sino que, al contrario, cada día y con cada nuevo descubrimienro, nuestra fuerza crece y se ve revitalizada en esa ilusión de saber…¡cómo puede ser el mundo, la Naturaleza, el Universo!

¡Ah! Eso sí, algunos tienen una conciencia acomodaticia, ya que, en caso contrario, ¿cómo explicar sus comportamientos?

emilio silvera

¡La Conciencia! ¿De dónde vendrá?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en conciencia    ~    Comentarios Comments (12)

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 «

Democrito, nunca pudo sospechar, donde llegaría su idea. Aquella primera intuición de cómo estaba compuesta la materia. Él creyó en un indivisible á-tomo que, pasado el tiempo, resultó ser algo más complejo. Sin embargo, la idea era… la sombre de una realidad futura.

Una parte de la ciencia estudia la estructura y la evolución del Universo: La cosmología. Todas las civilizaciones tienen una idea sobre el origen de todas las cosas, una teoría sobre el Universo. La Cosmología que nos ocupa es otra posible interpretación del mundo: sus herramientas conceptuales y exegéticas reposan en la Ciencia. Existe hoy, en el siglo XXI, una teoría del Universo que posee el título de rigor y la verisimilitud de toda buena teoría física: “el modelo cosmológico estándar”. Veamos qué principios la sustenta.

Cuando algo es igual, cuando dos cosas son semejantes, cuando una cosa es similar a otra, decimos que es equivalente y, ¿somos nosotros iguales a los seres que arriba aparecen? Con algo más de evolución… creo que sí. Aunque no se, a ciencia cierta, si esa evolución está a nuestro favor o, en nuestra contra.

El Principio de Equivalencia

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La cosmología se ocupa de todo lo que hay. El modelo estándar de la física de partículas nos proporciona una teoría sobre la materia. La Relatividad General nos procura una teoría sobre el espacio-tiempo y su relación con la materia-energía. La imposibilidad de distinguir físicamente aceleración de gravedad es lo que llamamos Principio de Equivalencia.

El gran salto intelectual de Einstein consistió precisamente en establecer la identificación entre gravedad y espacio curvado. La gravedad es espacio-tiempo curvado. , ¿qué curva el espacio-tiempo? La respuesta nos la da Einstein en su Teoria de la Relatividad General. La materia-energía deforma el espacio-tiempo. El Sol es el responsable de la curvatura del espacio-tiempo de su entorno.

La ecuación (ecuaciones) de Einstein (son 10 ecuaciones debido al carácter tensorial de la igualdad) consagran la geometrización de la Gravitación. Expresan cómo la materia-energía “obliga” al espacio–tiempo a curvarse. Sus soluciones nos dan la naturaleza concreta del espacio-tiempo correspondiente.

La Gravedad está presente en imagen de dos galaxias que, con sus enormes masas, se atraen la una a la otra y dibujan la geometría del espacio-tiempo. La realtividad de Einstein está ahí presente.

Aquellas civilizaciones del pasado le pusieron el de sus dioses y fantásticas criaturas a las constelaciones del cielo, y, hoy día, algunos de aquellos nombres aún perduran. Ellos querían “ver” en las figuras que veían, o, imaginaban ver, en las estrellas, a sus familiares dioses o a sus portentosos seres de fuerza y poderes inimaginables.

La cosmología observacional se ocupa de las propiedades físicas del Universo, como su composición física referida a la química, la velocidad de expansión y su densidad, además de la distribución de Galaxias y cúmulos de galaxias. La cosmología física intenta comprender estas propiedades aplicando las leyes conocidas de la física y de la astrofísica. La cosmología teórica construye modelos que dan una descripción matemática de las propiedades observadas del Universo basadas en comprensión física.

La cosmología también tiene aspectos filosóficos, o incluso teológicos, en el sentido de que trata de comprender por qué el Universo tiene las propiedades observadas. La cosmología teórica se basa en la teoría de la relatividad general, la teoría de Einstein de la gravitación. De todas las fuerzas de la Naturaleza, la gravedad es la que tiene efectos más espectaculares a grandes escalas y domina el comportamiento del Universo en su conjunto.

El espacio-tiempo, la materia contenida en el Universo con la fuerza gravitatoria que genera y, nuestras mentes que tienen conocimientos de que todo esto sucede…Presenta un asombroso panorama ante nosotros que, pretendemos saber sobre todo eso y, la realidad es, que no sabemos ni quiénes somos y, con certeza, ni cómo pudimos llegar hasta aquí.

De manera que, nuestro consciente (sentimos, pensamos, queremos obrar con conocimiento de lo que hacemos), es el elemento racional de nuestra personalidad humana que controla y reprime los impulsos del inconsciente, desarrollar la capacidad de adaptación al mundo exterior.

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No podemos explicar el por qué, algunas mentes saben leer y comprender complejos mensajes que la Naturaleza les envía y, sin embargos, otras no llegan a discernir sobre esa verdad. ¡Es todo tan complejo!

Claro que pretender que la llama de una vela ilumine nuestra ignorancia…, no será posible y necesitaremos algo más. La evolución de nuestra especie (llevamos cientos de miles de años evolucionando), es lenta, y, hasta alcanzar el estadio de “visión” perfecta del mundo, nos queda un largo camino por recorrer. De , como en la Cosmología también en otras disciplina científica, estamos alcanzando cotas aceptables que, de no estropearlo nosotros mismos…Nos llevará muy lejos.

Al ser conscientes, entendemos y aplicamos nuestra razón natural clasificar los conocimientos que adquirimos mediante la experiencia y el estudio que aplicamos a la realidad del mundo que nos rodea. Claro que, no todos podemos percibir la realidad de la misma manera, las posibilidades existentes de que el conocimiento de esa realidad responda exactamente a lo que ésta es en sí, no parece fácil. Y, algunos perciben “cosas” que otros no estamos capacitados para percibir.

                            René Descartes

El Racionalismo es la corriente de pensamiento dominante en la Europa continental del siglo XVII que, de la misma manera que el Empirismo dominante en Inglaterra, reacciona positivamente ante los retos de la Revolución científica del siglo anterior.

Descartes, Leibniz, Locke, Berkeley, Hume (que influyó decisivamente en Kant), entre otros, construyeron una base que tomó fuerza en Kant, para quien el conocimiento arranca o nace de nuestras experiencias sensoriales, es decir, de los que nos suministra nuestros cinco sentidos, pero no todo en él procede de esos datos. Hay en nosotros dos fuentes o potencias distintas que nos capacitan para conocer, y son la sensibilidad (los sentidos) y el entendimiento (inteligencia). Esta no puede elaborar ninguna idea sin los sentidos, pero éstos son inútiles sin el entendimiento.

A todo esto, para mí, el conocimiento está inducido por el interés. La falta y ausencia de interés aleja el conocimiento. El interés puede ser de distinta índole: científico, social, artístico, filosófico, etc. (La gama es tan amplia que existen conocimientos de todas las posibles vertientes o direcciones, hasta tal punto es así que, nunca nadie lo podrá saber todo sobre todo). Cada uno de nosotros puede elegir sobre los conocimientos que prefiere adquirir y la elección está adecuada a la conformación individual de la sensibilidad e inteligencia de cada cual. Állí, en alguna , está el germen del interés-curiosidad de cada cual.

Este pequeño objeto es el origen de todo lo que sucedió después de aquel primer momento. Él nos trajo la materia y también hizo posible la vida al conformar seres en el entorno adecuado que, al evolucionar, llegaron a conquistar la consciencia de SER. Pero toda la realidad está encerrada en una enorme burbuja a la que llamamos Universo y que encierra todos los misterios y secretos que nosotros, seres racionales y conscientes perseguimos.

Todo el mundo sabe lo que es la conciencia; es lo que nos abandona cada noche cuando nos dormimos y reaparece a la mañana siguiente cuando nos despertamos. engañosa simplicidad me recuerda lo que William James escribió a finales del siglo XIX sobre la atención:

”Todo el mundo sabe lo que es la atención; es la toma de posesión por la mente, de una forma clara e intensa, de un hilo de pensamiento de entre varios simultáneamente posibles”.

 

Más de cien años más tarde somos muchos los que creemos que seguimos sin tener una comprensión de fondo ni de la atención, ni de la conciencia que, luego, no creo que se marche cuando dormimos, ella no nos deja nunca y los sueños son una buena prueba de ello. Además, no pocas veces, algunos se removerán intranquilos en las noches de mal dormir, pinchados por sus conciencias.

La conciencia es el conocimiento que una persona posee sobre sí misma y sobre su entorno, esta conciencia implica una serie de procesos cognitivos interrelacionados. Aquí mismo, muchas veces hemos tratado de explicar lo que la Cociencia es, sin conseguirlo del todo.

La falta de comprensión ciertamente no se debe a una falta de atención en los círculos filosóficos o científicos. que René Descartes se ocupara del problema, pocos han sido los temas que hayan preocupado a los filósofos tan persistentemente como el enigma de la conciencia.

Descartes, como para James más de dos siglos después, ser consciente era sinónimo de “pensar”: el hilo de pensamiento de James no era otra cosa que una corriente de pensamiento. El cogito ergo sum, “pienso, luego existo”, que formuló Descartes como fundamento de su filosofía en Meditaciones de prima philosophía, era un reconocimiento explícito del papel central que representaba la conciencia con respecto a la ontología (qué es) y la epistemología (qué conocemos y cómo le conocemos).

¿Que decir de la facultad del pensamiento? El pensamiento, el discurso interior y la formación consciente de imágenes nos recuerdan…

Claro que tomado a pie juntillas, “soy consciente, luego existo”, nos conduce a la creencia de que nada existe más allá o fuera de la propia conciencia y, por mi , no estoy de acuerdo. Existen muchísimas cosas y hechos que no están al alcance de mi conciencia. Unas veces por imposibilidad física y otras por imposibilidad intelectual, lo cierto es que son muchas las cuestiones y las cosas que están ahí y, sin embargo, se escapan a mi limitada conciencia. Bastante hago ya con poder rememorar escenas del pasado o recrear, en mi imaginación otros que creo serán del futuro. Todo el entramado existente alrededor de la conciencia es de una complejidad enorme, de hecho, conocemos mejor el funcionamiento del Universo que el de nuestros propios cerebros.

Persiste la incógnita sobre el surgimiento de la conciencia

discurrir sobre el surgimiento de la conciencia y concluir si lo clasificamos como un proceso de aparición de una propiedad emergente o si consideramos que podemos explicarlo estudiando las potencialidades de las neuronas aisladamente, es necesario conocer lo mejor posible qué entendemos por “Conciencia” y, qué procesos ha tenido que recorrer para que tenga las propiedades que en ella podemos observar. Es dinámica y en evolución y, que sepamos, sigue los mismos pasos que el Universo que la creó. Habrá que observar más detenidamente la naturaleza de la Conciencia que, con su inmensa complejidad, no nos deja llegar hasta una visión diáfana de lo que en realidad es. El Cosmos, aliado con el Tiempo, y, el “OJO” del Universo que nos mira, siguen los progresos de esa conciencia nuestra que no podemos comprender.

Nos pasamos la vida en intervalos de tiempos divididos lo consciente y lo inconsciente y, en ambos campos, ocurren cosas interesantes que no siempre podemos comprender, y, aunque de alguna manera, lo que imaginamos en el “mundo de los sueños” no siempre tiene una explicación, lo cierto es que, la razón existe pero, no sabemos verla.

¿Cómo surge la conciencia como resultado de procesos neuronales particulares y de las interacciones entre el cerebro, el cuerpo y el mundo? ¿Cómo pueden explicar estos procesos neuronales las propiedades esenciales de la experiencia consciente? Cada uno de los estados conscientes es unitario e indivisible, pero al mismo tiempo cada persona puede elegir entre un ingente de estados conscientes distintos.

                                       ¿Tendrá memoria la materia?

Muchos han sido los que han querido explicar lo que es la conciencia. En 1.940, el gran neurofisiólogo charles Sherrington lo intento y puso un ejemplo de lo que él pensaba sobre el problema de la conciencia. Unos pocos años más tarde también lo intentaron otros y, antes, el mismo Bertrand Russell hizo lo propio, y, en todos los casos, con más o menos acierto, el resultado no fue satisfactorio, por una sencilla razón: nadie sabe a ciencia cierta lo que en verdad es la conciencia y cuales son sus verdaderos mecanismos; de hecho, Russell expresó su escepticismo sobre la capacidad de los filósofos alcanzar una respuesta:

“Suponemos que un proceso físico da comienzo en un objeto visible, viaja hasta el ojo, donde se convierte en otro proceso físico en el nervio óptico y, finalmente, produce algún efecto en el cerebro al mismo tiempo que vemos el objeto donde se inició el proceso; pero este proceso de ver es algo “mental”, de naturaleza totalmente distinta a la de los procesos físicos que lo preceden y acompañan. concepción es tan extraña que los metafísicos han inventado toda suerte de teorías con el fin de sustituirla con algo menos increíble”.

Está claro que en lo más profundo de ésta consciencia que no conocemos, se encuentran todas las respuestas planteadas o requeridas mediante preguntas que nadie ha contestado. Sin embargo, otras veces pienso que, no siempre sabemos plantear la pregunta adecuada.

Al comienzo mencionaba el cosmos y la gravedad junto con la consciencia y, en realidad, con más o menos acierto, de lo que estaba tratando era de ver que todo ello, es la misma cosa. Universo-Galaxia-Mente. Nada es independiente en un sentido global, sino que son partes de un todo que llamamos Universo y están estrechamente relacionados.

Sí, todo el universo infinito está dentro de nuestras mentes, allí debemos buscar llegar a comprender. Arriba, en esa Nebulosa inmensa y maravillosa, se forjan las nuevas estrellas y los mundos nuevos, y, en ellos, surgen formas de vida que, algunas veces, son portadoras de mentes privilegiadas que llegan a tener Concienca de SER.

Una Galaxia es simplemente una parte pequeña del Universo, nuestro planeta es, una mínima fracción infinitesimal de esa Galaxia, y, nosotros mismos, podríamos ser comparados (en relación a la inmensidad del cosmos) con una colonia de bacterias pensantes e inteligentes. Sin embargo, toda parte de lo mismo y, aunque pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras. Una ínfima variación en la fuente de partida, puede incidir de tal manera en el resultado final que, ni seríamos capaces de reconocerlo. ¡La causalidad! Todo lo que ocurre tiene su origen en lo que ocurrió y, el futuro está cargado del presente.

Pocas dudas pueden caber a estas alturas del hecho de que poder estar hablando de estas cuestiones, es un milagro en sí mismo. Después de millones y millones de de evolución, se formaron las conciencias primarias que surgieron en los animales con ciertas estructuras cerebrales de alta complejidad que, podían ser capaces de construir una escena mental, pero con capacidad semántica o simbólica muy limitada y careciendo de un verdadero lenguaje.

 

    ¡Cuántas historias nos podría contar el estrecho de Gibraltar!

Si pasamos el estrecho de Gibraltar el Mediterráneo al Atlántico, bordeando la costa del Golfo de Cádiz, antes de llegar a la costa de Portugal, allí está mi casa. En la imagen, si pudiera acercármela un poco más, vería hasta las plantas que mi santa esposa tiene enla terraza de nuestro .

Actualmente solo conocemos la vida en nuestro planeta, La Tierra. Pero sabemos que los seres vivos son expansivos, pertinaces y aprovechan cualquier oportunidad prosperar. Se han encontrado moléculas orgánicas, precursoras de la vida fuera de nuestro planeta y los humanos nos preguntamos si en la inmensidad del Universo no habrá seres vivos además de en nuestro insignificante planeta.

El habitat de los seres vivos que comparten con nuestra especie la hermosa Tierra en la que nos tocó emerger a la vida, son a veces ¡tan distintos a nosotros!, ni podemos comunicarnos plenamente con ellos. Sin embargo, Son como nosotros, estan conformado por los mismos elementos y también, aunque divididos en distintos grupos para poder tenerlos clasificados, todos tenemos una cosa en común: el origen de nuestra estancia aquí, es el mismo.

       Somos parte del Universo y a él estamos conectados por los hilos invcisbles de la evolución

La conciencia de orden superior (que floreció en los humanos y presupone la coexistencia de una conciencia primaria) viene acompañada de un sentido de la propia identidad y de la capacidad explícita de construir en los estados de vigilia escenas pasadas y futuras. Como mínimo, requiere una capacidad semántica y, en su más desarrollada, una capacidad lingüística. Los procesos neuronales que subyacen en nuestro cerebro son en realidad desconocidos y, aunque son muchos los estudios y experimentos que se están realizando, su complejidad es tal que, de momento, los avances son muy limitados. Estamos tratando de conocer la máquina más compleja y perfecta que existe en el Universo (de hecho, otras similares o superiores, también podrían estar presentes en él).

   Puede que estémos llamados a construir algo bonito y hermoso, o, ya lo estamos haciendo

Si eso es así, resultará que después de todo, no somos tan insignificantes como en un principio podría parecer, y solo se trata de tiempo. En su momento y evolucionadas, nuestras mentes tendrán un nivel de conciencia que estará más allá de las percepciones físicas tan limitadas. Para entonces, sí estaremos totalmente integrados y formando parte, como un todo, del Universo que ahora sólo presentimos y que, aún, no hemos llegado a conocer. Está claro que uno de los problemas con los que nos encontramos, quizá el más complejo, sea que nosotros, somos parte del secreto que tratamos de .

El carácter especial de la conciencia me hace adoptar una posición que me lleva a decidir que no es un objeto, sino un proceso y que, desde este punto de vista, puede considerarse un ente digno del estudio científico perfectamente legítimo. Claro que, la Conciencia que está y se desarrolla en nuestro cerebro, en un medio material, llega a adquirir entidad propia y se eleva sobre la materia para convertirse en algo superior que llega a comprender a distancias situadas mucho más allá de la mera entidad objeto físico de la que forma parte.

Nuestro Cerebro Contiene cerca de 100 mil millones de Neuronas y unos 100 trillones (es red neuronal y la ley de atraccióndecir 100 millones de millones) de conexiones ellas, Esto destaca la posibilidad de que Podemos reconfigurar Nuestros Pensamientos Y Emociones Para Ser Co-Creadores de Nuestra Propia Vida Usando el Inmenso Poder de La Mente

¡Cien mil millones de Neuronas! Tantas como estrella tiene la Vía Láctea. Conexiones a cientos de miles que procesan la información. La actividad eléctrica del cerebro es objeto de muchos estudios e investigaciones que, por ejemplo, intentan interpretar las ondas cerebrales para saber de los mecanismos de nuestras mentes que, están clasificados los secretos más complejos del Universo.

La conciencia plantea un problema especial que no se encuentra en otros dominios de la ciencia. En la Física y en la Química se suele explicar unas entidades determinadas en función de otras entidades y leyes. Podemos describir el agua con el lenguaje ordinario, pero podemos igualmente describir el agua, al en principio, en términos de átomos y de leyes de la mecánica cuántica. Lo que hacemos es conectar dos niveles de descripción de la misma entidad externa (uno común y otro científico de extraordinario poder explicativo y predictivo. Ambos niveles de descripción) el agua líquida, o una disposición particular de átomos que se comportan de acuerdo con las leyes de la mecánica cuántica (se refiere a una entidad que está fuera de nosotros y que supuestamente existe independientemente de la existencia de un observador consciente.)

En el caso de la conciencia, sin embargo, nos encontramos con una simetría. Lo que intentamos no es simplemente comprender de qué manera se puede explicar las conductas o las operaciones cognitivas de otro ser humano en términos del funcionamiento de su cerebro, por difícil que esto parezca. No queremos simplemente conectar una descripción de algo externo a nosotros con una descripción científica más sofisticada. Lo que realmente queremos es conectar una descripción de algo externo a nosotros (la mente), con algo de nuestro interior: una experiencia, nuestra propia experiencia individual, que nos acontece en tanto que observadores conscientes. Intentamos meternos en el interior o, en la atinada ocurrencia del filósofo Tomas Negel, saber qué se siente al ser un murciélago. Ya sabemos qué se siente al ser nosotros mismos, qué significa ser nosotros mismos, pero queremos explicar por qué somos conscientes, saber qué es ese “algo” que nos hace ser como somos, explicar, en fin, cómo se generan las cualidades subjetivas experienciales.

En suma (y hablando en serio), deseamos explicar ese “Pienso, luego existo” que Descartes postuló como evidencia primera e indiscutible sobre la cual edificar toda la filosofía. Y, a todo esto, hemos llegado a saber que, en las estrellas se forman los elementos complejos necesarios para la vida, al agotar sus combustibles nucleares, las estrellas, siembran el espacio interestelar con inmensas Nebulosas ricas en moléculas de todo que se combinan y transforman, y, la química se une a la biología para hacer posible que, surjan, primero mundos y, más tarde, seres que evolucionan y pueden pensar, es decir, se ha recorrido el camino que va desde la materia inerte a los pensamientos.

Esa complejidad nos llevará muy lejos. Sin embargo, ¿Cómo podríamos saber todo lo que corre por la mente Humana? Sus intrincados laberintos y sus cien mil millones de neuronas nos hace tener un arma muy poderosa…¿Sabremos utilizarla? La mente humana, en el campo de las matemática, de la Física, de la biología y genética, en Química y en variadas tecnologías, ha llegado a alcanzar un nivel que, algunas veces no parecen de mundo.

¡Qué grandeza!

¿Sabremos algún día lo que la Conciencia es?

Podríamos decir que es un “milagro” en sí mismo, todo ese proceso por el que tiene que pasar la materia hasta constituirse en un SER consciente del entorno que lo rodea, del mundo que lo acoge, del Universo al que pertenece, de las estrellas donde residen sus orígenes y, ¿llegaremos a saber algún día qué tan largo recorrido?

“Todas las cosas son, pero no de la misma manera” Aquel sabio, con sus palabras, elevó “las cosas” a la categoría de ser. Y, si lo pensamos bien, el hombre llevaba toda la razón, ya que, la materia es, y, sólo le queda evolucionar y transformarse adquirir la conciencia de la que nosotros podemos disfrutar para saber sobre muchas de las “cosas” que en el Universo son.

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¿La Conciencia? ¡Qué complejidad!

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            “Nada es tan difícil como evitar el autoengaño” Decía Ludwig Wittgestein

Nuestra estrategia para explicar la base neuronal de la conciencia consiste en centrarse en las propiedades más generales de la experiencia consciente, es decir, aquellas que todos los estados conscientes comparten. De estas propiedades, una de las más importantes es la integración o unidad. La integración se refiere a que el sujeto de la experiencia no puede en ningún momento dividir un estado consciente en una serie de componentes independientes. Esta propiedad está relacionada con nuestra incapacidad para hacer conscientemente dos cosas al mismo tiempo, como por ejemplo, estar ahora escribiendo este comentario para ustedes y al mismo tiempo mantener una conversación sobre el Universo con otros amigos.

 Muchas y variadas son las opciones que tenempos a nuestro alcance. No pocas veces nos encontramos ante una encrucijada entre la razón y el corazón y nos perdemos sin saber cuál es la decisión correcta. No siempre resulta fácil elegir el camino a seguir y… ¡Es tan importante acertar!

Otra propiedad clave de la experiencia consciente, y una que aparentemente contrasta con la anterior, es su extraordinaria diferenciación o informatividad: En cada momento podemos seleccionar uno entre miles de millones de estados conscientes posibles en apenas una fracción de segundo. Nos enfrentamos, pues, a la aparente paradoja de que la unidad encierra la complejidad: el cerebro tiene que afrontar la sobreabundancia sin perder la unidad o coherencia. La tarea de la ciencia consiste en mostrar de qué manera la consigue.

Los últimos pensamientos sobre la mente y la conciencia están centrados en el constructivismo y nos viene a decir que cada cual, se fabrica su propia realidad, y, al hilo de ese pensamiento se me vienen a la mente algunas lecciones de neuropsicología y lo que es la integración bajo tensión, me explico:

Algunas de las indicaciones más sobresalientes de la ineludible unidad de la experiencia consciente provienen del examen de ciertos fenómenos patológicos. Muchos trastornos neuropsicológicos demuestran que la conciencia puede doblarse o encogerse y, en ocasiones, incluso dividirse, pero que nunca tolera que se rompa la coherencia. Por ejemplo, aunque un derrame cerebral en el hemisferio derecho deja a muchas personas con ese lado del cuerpo paralizado y afectado por una pérdida sensorial completa, algunas personas niegan su parálisis, un fenómeno que se conoce como anosognosia.

                        Ella también pasó por la experiencia de un derrame cerebral

“Perdí bastante visión durante dos años, también la audición, no podía escribir, me costaba caminar, no podía hablar bien y perdí mucha memoria”. y

“Me llevó mucho tiempo volver a funcionar, me costaba por el tema de la memoria, en el set, solo en los últimos dos años puedo decir que estoy recuperada totalmente”.

 

Sin embargo, algunos, cuando se le presentan pruebas de que su brazo y su pierna derecha no pueden moverse,  llegan incluso a negar que se trate de sus extremidades y las tratan como si fuesen cuerpos extraños. Otras personas con daños bilaterales masivos en la región occipital no pueden ver nada y, sin embargo, no reconocen que estén ciegos (síndrome de Antón).

                                         Todo está en nuestros cerebros

Las personas con cerebro dividido ofrecen una demostración más de que la conciencia siente horror por los vacíos o las discontinuidades. Las personas con hemi-inantención, un complejo síndrome neuropsicológico que se suele dar cuando se producen lesiones en el lóbulo parietal derecho, no son conscientes del lado izquierdo de las cosas, a veces incluso de toda la parte izquierda del mundo.

El cerebro izquierdo es objetiva y racional. Con la parte izquierda de nuestro cerebro, tratamos de ser objetivos y racionales. Podemos centrarnos en los detalles y hechos analíticos y tratamos de ser razonable y práctico. La parte izquierda del cerebro es responsable de procesar números y palabras, así que ahí es donde logramos por ejemplo la aritmética, ciencias e idiomas. Se podría decir que en esta parte del cerebro está la realidad de nuestro mundo consciente.

HEMISFERIOS DEL CEREBRO - ¿Cuál es la parte que más utilizas?

El cerebro derecho es subjetivo e intuitivo. La parte derecha de nuestro cerebro es más bien subjetiva. En lugar de tomar decisiones racionales y conscientes, esta parte se basa en la intuición. Nuestro pensamiento en el lado derecho es espontáneo e influido por las emociones, tales como nuestro estado de ánimo, o disparadores emocionales externos. Con esta parte del cerebro, usamos nuestra imaginación, la fantasía y las creencias personales para decidir por nosotros. Estamos dispuestos a asumir riesgos y centrarse en objetivos más que el proceso que se necesita para llegar allí. Apreciamos imágenes y elementos emocionales, en lugar de información objetiva.

cerebro

Pongo estos ejemplos para que podamos ver la complejidad de lo que el cerebro encierra. No es fácil llegar a saber lo que ahí se cuece. Claro que muchas de las cosas decimos sobr las funciones izquierda y derecha, en realidad, son puras conjeturas y nada está demostrado.

Asisto con otras muchas personas a un mismo lugar para escuchar y ser testigos de una conferencia de Física. Tal reunión dará lugar a una multitud de pensamientos, los suyos y los míos, algunos mutuamente coherentes, otros no. Son tan poco individuales y recíprocamente independientes como son un todo coherente al estar oyendo todos el mismo tema, sim embargo, casi nadie coincide al clasificar la manera de encajar lo que allí se expone, así que, no son ni lo uno ni lo otro: ninguno de ellos está separado, sino que cada uno pertenece al ámbito de los otros pero además al de ninguno. Mi pensamiento pertenece a la totalidad de mis otros pensamientos, y el de cada uno, a la totalidad de pensamientos de cada uno…los únicos estados de conciencia que de forma natural experimentamos se encuentran en las consciencias personales, en las mentes, en todos los yo y tu particulares y concretos…el hecho consciente universal no es “los sentimientos y los pensamientos existen”, sino “yo pienso” y “yo siento”. De ahí, sin lugar a ninguna duda surge, la idea de que cada cual, dentro de su mente, se inventa su realidad del mundo que le rodea.

   Algunos se montan en barco y se ven cayendo por una catarata

                Otros creen viajar hacia fantásticos mundos

                  Otros se limitan a disfrutar del paisaje y disfrutar de su tiempo libre

No todos, ante la misma situación, vemos lo mismo. Es un buen reflejo de la arrogancia humana el hecho de que se hayan erigido sistemas filosóficos enteros sobre la base de una fenomenología subjetiva: la experiencia consciente de un solo individuo con inclinaciones filosóficas. Tal como Descartes reconoció y estableció como punto de partida, esta arrogancia es justificada, por cuanto nuestra experiencia consciente es la única ontología sobre la cual tenemos evidencia directa. La inmensa riqueza del mundo fenoménico que experimentamos -la experiencia consciente como tal- parece depender de una nimiedad del menaje de ese mundo, un trozo de tejido gelatinoso del interior del cráneo.

Sí, estamos condicionados por el entorno, las experiencias, la información…¡Los sentidos!

Nuestro cerebro, un actor “secundario” y “fugaz” que casi ninguno llega a ver sobre el escenario de la conciencia, parece ser el guardián del teatro entero. Como a todos se nos hace dolorosamente obvio cuando nos vemos ante una escena de desgracia humana, en un ser querido cercano, supondrá una agresión al cerebro y puede modificar permanentemente todo nuestro mundo. De ahí, el hecho cierto, de que las sensaciones tales como los sentimientos o el dolor, inciden de manera directa, a través de los sentidos, en nuestra consciencia que, como decimos, siempre es particular e individualizada, nadie podrá nunca compartir su consciencia y, sin embargo ésta, estará también siempre, supeditada al mundo que la rodea y de la que recibe los mensajes que, aún siendo los mismos, cada cual nos interpretará a su manera muy particular y, al mismo tiempo, dentro de unos cánones pre-establecidos de una manera común de ver y entender el mundo al que pertenecemos.

Amigos, tenemos una jungla en la cabeza, y, su enmarañada ramificación es tan descomunalmente compleja que, de momento, lo único que podemos hacer es ir abriéndonos camino a machetazos de la ciencia que, sin duda alguna, finalmente nos permitirá deambular por esa intrincada selva que llamamos cerebro y que es la residencia de nuestras mentes ese lugar donde generan las ideas, los pendsamientos y los sentimientos.

Comparación entre estructuras del universo y de la vida

                                                            En un trabajo anterior debajo de esta imagen decía:

“Los procesos científicos que comentamos en este lugar, los fenómenos del Universo que hemos debatido y, también,  los misterios y secretos que el inmenso Cosmos nos oculta han contribuido, aunque inadvertidamente, a comprometer e involucrar a nuestra especie en la vastedad del universo. La astronomía ha venido a descorrer el velo, que supuestamente, aislaban la Tierra de los ámbitos etéreos que están situados mucho más allá de la Luna, todo eso, nos llevó lejos al auténtico Universo que ahora, sí -parece que- conocemos. La Física cuántica llegó para destruir esa barrera invisible que separaba lo grande de lo muy pequeño y que supuestamente, separaba al observador distante del mundo observado; descubrimos que estamos inevitablemente enredados en aquello que estudiamos.”

 

 

 

 

Como veréis, aquello que aquí decía, viene a corroborar que, nuestras mentes, están inmersas en el “mundo” que nos rodea, en el Universo que nos acoge y del que queremos saber a través de la información que nos transmiten los sentidos y, siendo consciente de la inmensa tarea que hemos echado sobre nuestras espaldas, también hemos llegado a saber que será “casi” imposible cumplirla. Sin embargo, esa otra parte del cerebro que intuye y siembra en nuestras mentes ilusiones, hace que no desfallezcamos, sino que, al contrario, cada día y con cada nuevo descubrimienro, nuestra fuerza crezca y se vea revitalizada en esa ilusión de saber…¡cómo puede ser el mundo, la Naturaleza, el Universo… Tan maravillosos!

Y, formando parte de toda esa grandeza, estamos nosotros como observadores que, seguramente acompañados por otros seres en otros mundos, no dejamos de pensar en la manera de desvelar tántos secretos como el Universo esconde.

emilio silver

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¡La Conciencia! En unos más desarrollada que en otros

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en conciencia    ~    Comentarios Comments (0)

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Nuestros cinco sentidos captan el entorno y los fenómenos que a nuestro alrededro puedan ir ocurriendo, transmiten al cerebro esa información y, éste clasifica los datos y conforma esas experiencias del cuerpo material en una red enmarañada de neuronas y nervios que lanzan señales luminosas y “archivan” para el recuerdo todo la información que le llega. Sin embargo, en todo esto, existe un fallo: Nuestros sentidos, no son perfectos y, no pocas veces, se envía información equivocada de lo que podemos estar presenciando o sintiendo.

Nuestra estrategia para explicar la base neuronal de la conciencia consiste en centrarse en las propiedades más generales de la experiencia consciente, es decir, aquellas que todos los estados conscientes comparten. De estas propiedades, una de las más importantes es la integración o unidad. La integración se refiere a que el sujeto de la experiencia no puede en ningún momento dividir un estado consciente en una serie de componentes independientes. Esta propiedad está relacionada con nuestra incapacidad para hacer conscientemente dos cosas al mismo tiempo, como por ejemplo, estar ahora escribiendo este comentario para ustedes y al mismo tiempo mantener una conversación sobre el Universo con mis amigos.

Otra propiedad clave de la experiencia consciente, y una que aparentemente contrasta con la anterior, es su extraordinaria diferenciación o informatividad: En cada momento podemos seleccionar uno entre miles de millones de estados conscientes posibles en apenas una fracción de segundo. Nos enfrentamos, pues, a la aparente paradoja de que la unidad encierra la complejidad: el cerebro tiene que afrontar la sobreabundancia sin perder la unidad o coherencia. La tarea de la ciencia consiste en mostrar de qué manera la consigue.

    Estando el mismo mundo… ¡Cada cual tiene y vive en su propio mundo!

Los últimos pensamientos sobre la mente y la conciencia están centrados en el constructivismo y nos viene a decir que cada cual, se fabrica su propia realidad, y, al hilo de ese pensamiento se me vienen a la mente algunas lecciones de neuropsicología y lo que es la integración bajo tensión, me explico:

Algunas de las indicaciones más sobresalientes de la ineludible unidad de la experiencia consciente provienen del examen de ciertos fenómenos patológicos. Muchos trastornos neuropsicológicos demuestran que la conciencia puede doblarse o encogerse y, en ocasiones, incluso dividirse, pero que nunca tolera que se rompa la coherencia. Por ejemplo, aunque un derrame cerebral en el hemisferio derecho deja a muchas personas con ese lado del cuerpo paralizado y afectado por una pérdida sensorial completa, algunas personas niegan su parálisis, un fenómeno que se conoce como anosognosia.

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     Cualquier trastorno de nuestros cuerpos nos pueden llevar a vivir una vida totalmente diferente a la que viven los demás

Cuando se le presentan pruebas de que su brazo y su pierna derecha no pueden moverse, algunas de estas personas llegan incluso a negar que se trate de sus extremidades y las tratan como si fuesen cuerpos extraños. Otras personas con daños bilaterales masivos en la región occipital no pueden ver nada y, sin embargo, no reconocen que estén ciegos (síndrome de Antón).

Las personas con cerebro dividido ofrecen una demostración más de que la conciencia siente horror por los vacíos o las discontinuidades. Las personas con hemi-inantención, un complejo síndrome neuropsicológico que se suele dar cuando se producen lesiones en el lóbulo parietal derecho, no son conscientes del lado izquierdo de las cosas, a veces incluso de toda la parte izquierda del mundo.

Pongo estos ejemplos para que podamos ver la complejidad de lo que el cerebro encierra.

Asisto con otras muchas personas a un mismo lugar para escuchar y ser testigos de una conferencia. Tal reunión dará lugar a una multitud de pensamientos, los suyos y los míos, algunos mutuamente coherentes, otros no. Son tan poco individuales y recíprocamente independientes como son un todo coherente. No son ni lo uno ni lo otro: ninguno de ellos está separado, sino que cada uno pertenece al ámbito de los otros pero además al de ninguno. Mi pensamiento pertenece a la totalidad de mis otros pensamientos, y el de cada uno, a la totalidad de pensamientos de cada uno…los únicos estados de conciencia que de forma natural experimentamos se encuentran en las consciencias personales, en las mentes, en todos los yo y tu particulares y concretos… el hecho consciente universal no es “los sentimientos y los pensamientos existen”, sino “yo pienso” y “yo siento”. De ahí, sin lugar a ninguna duda surge, la idea de que cada cual, dentro de su mente, se inventa su realidad del mundo que le rodea.

Es un buen reflejo de la arrogancia humana el hecho de que se hayan erigido sistemas filosóficos enteros sobre la base de una fenomenología subjetiva: la experiencia consciente de un solo individuo con inclinaciones filosóficas. Tal como Descartes reconoció y estableció como punto de partida, esta arrogancia es justificada, por cuanto nuestra experiencia consciente es la única ontología sobre la cual tenemos evidencia directa. La inmensa riqueza del mundo fenoménico que experimentamos -la experiencia consciente como tal- parece depender de una nimiedad del menaje de ese mundo, un trozo de tejido gelatinoso del interior del cráneo. Nuestro cerebro, un actor “secundario” y “fugaz” que casi ninguno llega a ver sobre el escenario de la conciencia, parece ser el guardián del teatro entero. Como a todos se nos hace dolorosamente obvio cuando nos vemos ante una escena de desgracia humana, en un ser querido cercano, supondrá una agresión al cerebro y puede modificar permanentemente todo nuestro mundo.

De ahí, el hecho cierto, de que las sensaciones tales como los sentimientos o el dolor, inciden de manera directa, a través de los sentidos, en nuestra consciencia que, como decimos, siempre es particular e individualizada, nadie podrá nunca compartir su consciencia y, sin embargo ésta, estará también siempre, supeditada al mundo que la rodea y de la que recibe los mensajes que, aún siendo los mismos, cada cual nos interpretará a su manera muy particular y, al mismo tiempo, dentro de unos cánones pre-establecidos de una manera común de ver y entender el mundo al que pertenecemos.

Amigos, tenemos una jungla en la cabeza, y, su enmarañada ramificación es tan descomunalmente compleja que, de momento, lo único que podemos hacer es ir abriéndonos camino a machetazos de la ciencia que, sin duda alguna, finalmente nos permitirá deambular por esa intrincada selva que llamamos cerebro y que es la residencia de nuestras mentes.

Lástima que muchos tengan una conciencia acomodaticia y la gran facultad de apartar aquellos recuerdos que siendo negativos para él, derivados de sus malas y deshonestas acciones, la puedan desechar para evitar la molestia de estar sintiendo, continuamente, esa voz que les grita: ¡Qué has hecho! ¿Como pudiste causar tanto dolor?

emilio silvera

Algún día, lejano en el futuro, sabremos lo que la Conciencia es

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en conciencia    ~    Comentarios Comments (1)

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Nuestra estrategia para explicar la base neuronal de la conciencia consiste en centrarse en las propiedades más generales de la experiencia consciente, es decir, aquella que todos los estados conscientes comparte. De estas propiedades, una de las más importantes es la integración o unidad. La integración se rfiere a que el sujeto de la experiencia no puede en ningún momento dividir un estado consciente en una serie de componentes independientes. Es una propiedad que está relacionada con nuestra incapacidad para hacer conscientemente dos cosas al mismo tiempo, como, por ejemplo confeccionar un balance de cuentas mientras que al mismo tiempo que se mantiene una discusión sobre los agujeros negros.

El diagrama que podemos tener del cerebro-mente, sería una cosa así:

Otra propiedad clave de la experiencia consciente, y una que aparentemente contrasta con la anterior, es su extraordinaria diferenciación o informatividad: En cada momento podemos seleccionar uno entre miles de millones de estados conscientes posibles en apenas una fracción de segundo. Nos enfrentamos, pues, a la aparente paradoja de que la unidad encierra la complejidad.

El abanico y la variedad de la fenomenología consciente abarcan tanto como la experiencia personal y llegan tan lejos como la imaginación de cada persona: es el teatro privado de cada uno. Muchos son los libros que se han escrito con el propósito de categorizar el dominio de lo consciente y se han levantado incluso sistemas filosóficos enteros sobre la base de intentos por descifrar su estructura.

 

Cada uno de los estados conscientes es unitario e indivisible, pero al mismo tiempo cada persona puede elegir entre un ingente de estados conscientes …

Los estados conscientes se nos manifiestan en forma de perceptos sensoriales, de imágenes, de pensamientos, de discurso interios, de emociones y de sentimientos de voluntad, mismidad, familiaridad…Estos estados pueden producirse en cualquier combinación y subdivisión posible. Las percepciones sensoriales -los constituyentes de la experiencia consciente- se presentan en varias modalidades: vista, oido, tacto, olor, gusto…es la percepción de nuestro propio cuerpo (quinestesia) la sensación de la posesión del cuerpo a través de los sentidos que nos sitúan en el mundo y los mismo nos hablan de placer que de dolor. Sin embargo, no siempre damos a los sentidos la importancia que realmente tienen. Por ejemplo, cada uno de los sentidos tiene distintas vertientes y están provistos de una riqueza que nos lleva a una comprensión más elevada del mundo que nos rodea. La experiencia visual, por ejemplo, incluye el color, la forma, el movimiento, la profundidad.

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Es la vista la que hace que en estado consciente, podamos valorar todos y cada uno de los matices presentes en la escena de arriba.

¿Que decir de la facultad del pensamiento? El pensamiento, el discurso interior y la formación consciente de imágenes nos recuerdan poderosamente que se puede construir una escena consciente incluso en ausencia de impresiones externas. Los sueños constituyen la demostración más palmaria de este hecho. Pese a ciertas peculiaridades, como la credulidad, la resolución y la pérdida de auto reflexión del que sueña, la ensoñación y la conciencia despierta son notablemente parecidas (“soñar despierto”). Los objetos visuales y las escenas “vividas” en el sueño, suelen ser reconocibles, el lenguaje es inteligible e incluso las historias que se desarrollan en los sueños pueden llegar a ser tan coherentes que, no en pocas ocasiones, muchas personas llegaron a tomarlas por reales.

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                                                  Estar en otros mundos sin ausentarte de este

La Conciencia puede ser activa o pasiva y, según qué ocasión, le pedimos o no un esfuerzo extra. La mayor parte de las veces dejamos que las impresiones sensoriales tomen posesión libremente de nuestros estados sensoriales, sin prestar especial atención a esto o aquello, la conciencia es tan receptiva y amplia como natural y libre de esfuerzo cuando, por ejemplo, visitamos una ciudad y paseando disfrutamos de sus vistas. Por otra parte, cuando buscamos específicamente un punto concreto en el flujo constante de entradas sensoriales al que estamos expuestos, la percepción se convierte en una actividad orientada a la acción concreta de esa búsqueda.

 

                       La Plaza de las Cibeles de Madrid

Claro que, la experiencia consciente varía en intensidad; el nivel global de alerta puede variar desde la casi nula vigilancia del sopor hasta el estado hipervigilante de un piloto de guerra en acción, y la percepción sensorial puede ser más o menos vívida. También tenemos esa conocida habilidad llamada atención, que nos permite seleccionar o amplificar diferencialmente ciertas experiencias conscientes en detrimento de otras experiencias coetáneas..

Además, la conciencia se halla conectada y vinculada a ciertos aspectos de la memoria. De hecho, a menudo se equipara la memoria inmediata, que dura apenas una fracción de segundo, a la propia conciencia. Claramente, la memoria de trabajo -la habilidad de “tener presente” y manejar los contenidos conscientes, como los números de teléfonos, las frases y las posiciones en el espacio, durante unos segundos-, está estrechamente realcionada con la Conciencia.

Está claro que, en cada uno de nosotros y según en qué situaciones que representan nuestro teatro privado de cada día nos encontremos, podemos estar situados en escenarios cambiantes que, para bien o para mal, lo podríamos denominar “comedia”, “farsa” o “tragedia”, con una dramatis personal, el “yo” como protagonista. Y, así será hasta que caiga la cortina al final de la obra de la vida. Y, mientras la obra transcurre, cada uno de nosotros vive su “historia”personal de vivencias intranferibles que, en definitiva, serán las que conformen su mundo particular.

 

La Bailarina estudia los pasos y, dentro de “su mundo”, tiene unas sensaciones que su conciencia “archiva como experiencias personales. En sus mentes, están guardados los recuerdos de esos movimientos practicados una y mil veces, y, cuando los tiene que ejecutar, lo hace de manera automática y natural, son acciones recogidas en su memoria que sólo tienen que recuperar en el momento oportuno.

El vulcanólogo hace su trabajo como la bailarina el suyo. Sin embargo, las experiencias son distintas y las sensaciones de cada uno de ellos crean una química diferentes en sus cuerpos. La una puede estar exaltada, imbuida de una alta sensibilidad artística, mientras que el otro, expuesto a un peligro real, está inmerso en un mar de adrenalina y, ese momento se gravará en su mente y quedará imborrable para siempre.

Archivo:The Earth seen from Apollo 17.jpg

Aunque vivamos aquí, no es cierto que aquí esté “todo” nuestro “mundo” que, en realidad, escapa de este que arriba vemos y llega hasta los confines de nuestra imaginación que, dicho sea de paso, sobrepasa los confines del Universo mismo. La Imaginación es un arma muy poderosa, y, si nada la para, si la Naturaleza permite su transcurrir evolutivo…¿En qué se podrá transformar?

Estamos inmersos en un mundo, en una Galaxia, en un Universo que (aunque creamos lo contrario), no hemos llegado a conocer. Nuestros sentidos (que se unifican para conformar nuestro “sentido común”), observan el entorno y perciben todos y cada uno de los mensajes que les llegan del exterior, nos dice cómo es el mundo que nos rodea, y, sin embargo, es nuestra Mente, la que sintetiza “esa realidad” percibida y la conforma según su estructura natural que la lleva a “comprender” esos mensajes exteriores “a su manera”, construyendo un “mundo” especial de una realidad adaptada a nuestra conveniencia y que, por ello, puede diferir la la verdadera realidad.

Nada es imposible para la Imaginación, siempre que nuestras mentes tengan la capacidad de crear ideas

Cualquier diccionario que podamos leer nos dirá que la ralidad es la existencia real y efectiva de una cosa, verdad, sinceridad, la totalidad de las cosas que existen (¿el Universo?) y de los hechos que suceden en el mundo -entendiendo por el mundo todo el universo-. Sin embargo, en nuestro Universo, nada resulta ser tan fácil. También existen realidades virtuales que no siempre están referidas a ordenadores y computación y que están referidas a la acción de producir una apariencia de realidad que permita al individuo tener la sensación de estar presente en ella. Pero,no poemos estar seguros de que, “nuestra realidad” sea la misma realidad de la naturaleza que nos acoge.El cine se encarga de construir escenarios irreales que, nos llevan a mundos de fantasía, o, nos señala otros que podrían ser.

SUEÑOS  PROIVIDOS

¿Será su “ralidad” la misma realidad nuestra? Probablemente no. El que compartamos el mismo planeta no hace que todos tengamos las mismas percepciones, sensaciones, emociones, aspiraciones, alegrías, miedos, tristezas, penas, sentimientos, fuerza, personalidad, voluntad de hacer, fuerza para luchar, y, el caso de las conciencias está, no pocas veces, condicionado por factores que el individuo no pudo elegir. Claro que, muchas veces una simple mirada, nos puede transportar a otro mundo que, para muchos “será totalmente irreal”. Pero soñar… podemos todos, otra cosa será poder realizar los sueños.

Los pensamientos conscientes han ido evolucionando a medida que el hombre se acercó más y más a la Naturaleza y la fue conociendo más profundamente, y, tales conocimientos, nos acercaron a la consciencia de cómo eran las cosas sin divinidades, ni deidades que, por encima de nuestro mundo, podían regir las cosas.

Son variadas las hipótesis que circulan sonbre el tema, cuantan que, el origen real de la filosofía fue en un pueblo griego, ya que su rechazo de lo sobrenatural, de lo mágico son signos de una racionalidad que difícilmente podemos encontrar en otras formas de pensamiento. Nace alrededor del S.VII-VI a.C. como resultado de una nueva actitud ante el universo: el hombre no se conforma con las repuestas míticas, sino que busca respuestas a los secretos del universo con la única ayuda de su razón y su lógica. Este nuevo tipo de pensamiento se conoce como el paso del mito al logos. Fue Tales de Mileto el que comenzó esa historia, y, a él podríamos dar el mérito de haber desencadenado los primeros pasos hacia el conocimiento de la mente, toda vez que, conocer la Naturaleza es conocernos a nosotros.

En filosofía se habla de realismo que es una actitud opuesta al idealismo, según la cual, las cosas existen fuera e independientemente de la conciencia (el sentido común), que las capta pasivamente en el “conocimiento” que nunca trata de poner de su parte ningún elemento que las pueda desvirtuar. De esa manera, la filosofía trata de decirnos que, esa realidad que percibimos, podría no ser la realidad y que nuestros sentidos nos engañan a través de la mente, muchas veces (como nos decía Kike en elguna ocasión) para nuestro propio bien, ya que, no estamos preparados para soportar la cruda realidad del Mundo y a los peligros que estamos sometidos, lo que provoca una especie de salvaguarda que nos sitúa en ese “otro mundo” inexistente.

fantastico

Cualquier mundo que podamos imaginar estarña allí, en algún lugar remoto de alguna galaxia perdida en la inmensadidad del Cosmos. Nada en el Universo es imposible y, si pudiéramos viajar a esas regionaes lejanas, con asombro veríamos que existe, todo lo que podamos imaginar… ¡Y mucho más!

No siempre, aunque lo parezca, es mágico lo que podamos pensar que, pudiera estar presente en mundos remotos que no hemos llegado a conocer. Nuestra imaginación es ilimitada pero, ¿Y la realidad? En cuántas formas se puede presentar ante nosotros para sorprendernos.

Nos valemos de muchas tretas para escapar a la realidad, y, un ejemplo es el Realismo Mágico, esa corriente literaria hispanoamericana que se da en la segunda mitad del siglo XX, que introduce elementos fantásticos dentro de una línea narrativa realista (García Márquez, A. Uslar Pietri, A. Carpentier y J. Rulfo y otros). Yo me quedo con la obra de J.L. Borges que, en su inmensa imaginación fue capaz de recrear un universo mágico dotado de absoluta coherencia. Su narrativa maneja con destreza y maestria lo insólito, pero no se trata de un simple juego con la fantasía, sino que el autor nos propone sutíles juegos mentales, ejercicios de imaginación que en realidad muestran profundas cuestiones metafísicas.

Si entendemos por realismo la representación detallada y precisa de la Naturaleza, es esta una tendencia artística que, a lo largo de la historia, se ha repetido en mopmentos y espacios geográficos muy diferentes, desde las pinturas rupestres de las cuevas. Sin embargo, el realismo no fue considerado un programa estético determinado hasta mediados del siglo XIX en Francia, donde constituyó la corriente dominante tanto en pintura como en literatura, y estuvo, además, en la base de la transición hacia el impresionismo y el simbolismo.

                                     ¿Quién podría negar la realidad de esta imagen?

Otro “Realismo” encuadra en lo Histórico y Social que sería muy largo de exponer aquí, un trabajo que tiene sus miras puestas en otro horizonte. En todo este contexto, existen otras muchas clases de “realismo” que tratan de representar distintas fasetas del mundo.

Todo ello, nos lleva a comprender “cuántas realidades” podemos imaginar en nuestras mentes, y, deducir que, la “realidad” como la teoría einsteniana, es relativa, ya que, lo que para nosotros puede ser una realidad para otros seres que podrían existir, la realidad sería otra muy diferente. Percibimos el mundo que nos rodea con los medios de que nos dotó la Madre Naturaleza, y, esos medios, marcan el límite de “nuestra realidad” que nunca será la realidad misma, sino la nuestra.

     Para muchos, el único realismo de su vidas ha sido siempre el duro trabajo, si yo os contara.

Sin embargo, y,  a pesar de que creo firmemente en la existencia de distintas realidades que dependen del observador, también creo en la existencia de una única realidad para todos. Pongamos como ejemplo, al electrón, esa partícula elemental de la familia de los leptones que, tan importante resulta ser para la configuración del mundo que conocemos, para la existencia der los átomos y de nosotros mismos.

El electrón tiene una masa en reposo (me) de 9, 109 3897 (54) x 10-31 kg y una carga negativa de 1,602 177 33(49) x 10-19 culombios. Esa realidad, aunque vinieran los sabios físicos de un planeta habitable situado en la estrella Resplandor de una Galaxia muy lejana, cuando hicieran los cálculos matemáticos y los experimentos necesarios, las cifras seguirían siendo las mismas, toda vez que, al tratarse de constantes fundamentales, ni la masa ni la carga pueden tener otra realidad distinta sea cual fuere el observador. Esto nos quiere decir que hay realidades que nunca cambian y, eso, nos puede traer alguna esperanza de que, alguna vez, podríamos conocer el Universo, tal como es.

Esta sí es una realidad, sin ella, el mundo no sería tal como lo conocemos.

Sin embargo, no podemos negar nuestras limitaciones tanto de percepción como intelectuales para reconocer “el mundo” tal como es. Es “nuestro mundo” que, cuando sea visitado por “otros”, pudiera ser otro mundo distinto al que nosotros percibimos y, podrían “ver” cosas que nosotros no vemos.

Vivímos en nuestra propia realidad, la que forja nuestras mentes a través de los sentidos y la experiencia. Incluso entre nosotrosm mismos, los seres de la misma especie, no percibimos de la misma manera las mismas cosas. Sí, muchos podemos coincidir en la percepción de algo, sin embargo, otros muchos diferirán de nuestra percepción y tendrán la suya propia. Esa prueba se ha realizado y la diversidad estuvo presente.

No, no será mnada fácil despejar las incognitas presentes en esta inmensa complejidad que llamamos Mente. Creo de manera firme que, finalmente, todo se traduce a Química y Luz. Energías de velocidades alucinantes que recorren el enmarañado entramado de neuronas y que hace posible todas y cada una de las maravillas que “real”mente se producen en nosotros y que no siempre sabemos traducir ni comprender.

¡Qué complicado resulta ser todo! La química de la vida puede estar presente en cualquiera de esos pequeños mundos que nos rodean y,en los cientos o miles de estudios que se han realizado, la coincidencia es inmensa. La Vida estará presente en cientos de miles de mundos y su origen siempre resulta estar en las estrellas. Allí, en esos objetos brillantes del cielo, se forman los elementos complejos necesarios para que, mediante mecanismos que no hemos llegado a conocer, se estructuren en las diversas formas de vida que, en unos casos conocemos y en otros no. Lo único cierto es que nuestras consciencias van acaparando hechos y conocimientos que nos permiten llegar cada vez lejos en el saber del mundo.

  Algunos tienen en sus mentes mundos imposibles

Si todos pudiéramos tener la misma visión de la realidad, el mundo en el que vivímos ¿sería mejor? No estoy seguro de eso. Sin embargo, y, por otra parte, parece que la Naturaleza ha querido que la cosa sea tal como es, es decir, diferentes maneras de percibir, y, esa divergencia de ideas sobre las cosas, es una riqueza que nos lleva a descubrir, a idear nuevas cosas, nuevas formas, nuevos caminos. De tener todos la misma percepción de las cosas, seríamos como robots, como programas de ordenador, y, la riqueza y frescura de ideas estarían ausentes.

Así que, amigos míos, sigamos cargando con elm peso de la Incertidumbre, nunca podremos saber cuál será esa realidad del mundo que incansables perseguimos. ¿Sabremos algún día determinar lo que es y lo que no es?

Para no saber, no sabemos ni nuestra propia realidad. No os habeis preguntado en alguna ocasión, ¿quién soy yo? Esa pregunta nos sumerge en un mar de dudas, ya que, todavía no he podido contestar a esa “sencilla” pregunta.

emilio silvera