Mar
14
¿Qué nos dirá la Física? y… ¿Qué el Universo, en 2.016?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo cambiante ~ Comments (0)
En los comienzos del universo, justo después del Big Bang, existió un ‘plasma de quarks y gluones, dos partículas confinadas hoy en la materia pero que entonces vagaban libremente… Ahora hemos construído aceleradores de partículas que tratan de recrear aquellos momentos para poder “ver” lo que allí pasó y, buscamos el origen de la masa y partículas exóticas que nos digan algo sobre esa supuesta masa “perdida”, o, que no alcanzamos a ver.
En su nueva andadura el LHC del CERN, quiere explorar nuevos caminos y para ello cuenta con una energía nunca antes utilizada en un Acelerador de partículas. Veremos si aparecen indicios de esas WIMPs, o partículas que pueden ser las que conforman la invisible “materia oscura”.
La galaxia NGC 2683 es una galaxia espiral que emula la forma clásica de las naves especiales en la ciencia ficción.
NGC 2683 es una galaxia espiral que se encuentra a unos 25 millones de años luz de distancia en dirección a la constelación del Lince, en el límite con Cáncer. Se aleja de nosotros a 410 Km/s. Galaxia muy pobre en Hidrógeno y como consecuencia tiene una baja tasa de formación estelar. Posee unos 300 cúmulos globulares (más que nuestra Galaxia) y es una galaxia muy brillante.
Esta es la imagen más detallada que existe de Messier 9, una conjunción de estrellas en el centro de la Vía Láctea, conocido también por NGC 6333) es un cúmulo globular en la constelación de Ofiuco. De su velocidad radial (respecto al Sol), 229,1 km/s, se deduce que se aleja del Sistema Solar a más de 824.460 km/h.
El Hubble produjo esta bella imagen de la galaxia espiral NGC 1483, localizada en el sur de la constelación Mahi-mahi. a galaxia NGC 1483 es una galaxia con forma de espiral situada en la constelación austral del Dorado (en la que se encuentra la mayor parte de la Gran Nube de Magallanes) y que está situada a unos 40 millones de años luz de la Tierra. Tal y como se muestra en la imagen. la galaxia cuenta con una protuberancia central muy brillante de la que salen unos brazos con una luz algo más difusa y, en el fondo, se pueden distinguir algunas galaxias algo más lejanas (ya que el Dorado está compuesto por unas 70 galaxias y, de hecho, es algo más grande del Grupo Local en el que se encuentra la Vía Láctea y otras 30 galaxias más).
Como las nubes asechan en un día de lluvia, el hubble nos regala esta imagen de la galaxia Centauro.
Este gigantesco grupo de jóvenes estrellas, llamado R136 está a sólo unos cuantos millones de años luz y reside en la galaxia Doradus Nebula, dentro de la gran Nube de Magallanes.
En el centro de la región de formación estelar 30 Doradus hay un enorme cúmulo con las estrellas más grandes, calientes y masivas que se conocen. Estas estrellas, conocidas en conjunto como el cúmulo estelar R136, fueron captadas en esta imagen en luz visible por la cámara de campo amplio del Hubble.
Las nubes de gas y de polvo de 30 Doradus, conocidos también como la nebulosa de la Tarántula, han sido esculpidos en formas alargadas por los fuertes vientos estelares y por la radiación ultravioleta que emana de las estrellas jóvenes. Se encuentra dentro de la Galaxia satélite de la Vía Láctea conocida como la Gran Nube de Magallanes situado a unos 17o.000 años luz.
El Hubble captó esta imagen del sistema Eta Carinae
Eta Carinae (abreviado: η Carinae o η Car) es una estrella del tipo variable luminosa azul hipermasiva, situada en la constelación de la Quilla. Su masa oscila entre 100 y 150 veces la masa del Sol, lo que la convierte en una de las estrellas más masivas conocidas en nuestra Galaxia. Asimismo, posee una altísima luminosidad, de alrededor de cuatro millones de veces la del Sol; debido a la gran cantidad de polvo existente a su alrededor, Eta Carinae irradia el 99 % de su luminosidad en la parte infrarroja del espectro, lo que la convierte en el objeto más brillante del cielo en el intervalo de longitudes de onda entre 10 y 20 μm.
Eta Carinae es una estrella muy joven, con una edad de entre dos y tres millones de años, y se encuentra situada en NGC 3372, también llamada la Gran Nebulosa de Carina o simplemente Nebulosa de Carina. Dicha nebulosa contiene varias estrellas supermasivas, incluyendo, además de Eta Carinae, la estrella HD 93129A.
La estrella está rodeada por una nebulosa conocida como la Nebulosa del Homúnculo. Dada su gran masa, Eta Carinae es altamente inestable y propensa a violentas eyecciones de materia. Según las teorías actuales de la estructura y de la evolución estelares, esta inestabilidad es causada por una luminosidad extrema y una temperatura superficial no excesivamente caliente, lo que la sitúa dentro del diagrama Hertzsprung-Russell en una región afectada por el límite de Eddington. En dichas circunstancias, la elevadísima presión de la radiación en la “superficie” de la estrella hace que ésta expulse grandes cantidades de materia de sus capas exteriores al espacio. En la imagen se puede apreciar la nebulosa Homúnculo, formada por estas eyecciones de materia.
Eta Carinae probablemente termine su vida en una explosión de Hipernova dentro de unos pocos cientos de miles de años. Algunos astrónomos especulan con que esto ocurrirá dentro de un lapso mucho menor de tiempo, pero existen muchas incertidumbres al respecto, pues la evolución de las estrellas supermasivas es muy difícil de modelar numéricamente.
Un equipo de científicos ha recolectado suficientes fotos de alta resolución del Hubble durante 14 años, que es suficiente para crear un timelapse.
En la celebración del 21 Aniversario del Hubble, en abril de 2011, apuntaron hacia el grupo de galaxias llamado Arp 273 y rescataron esta bella imagen.
El telescopio espacial Hubble ha logrado captar la extrema violencia del proceso de formación de una estrella es su etapa final, en el que el objeto astronómico se rebela contra su nebulosa.
Esta es una imagen de un anillo de agujeros negros.
En el corazón de la Nebulosa Laguna
La nebulosa IRAS 05437+2502, una pequeñuela cercana a la constelación de Tauro.
¿Qué pintor podría plasmar esta belleza creadora de estrrellas?
Los ingenios creados por nuestra civilización ha podido arrancar secretos de la Naturaleza que, ni soñar podrían nuestros abuelos.
El Tiempo sigue su camino imparable, siempre hacia adelante, ese lugar que llamamos futuro en el que pensamos estará todo lo que buscamos pero, siempre tendremos preguntas que hacer y que nadie sabrá contestar pero, nuestro destino es seguir adelante y tratar de desvelar los secretos que la Naturaleza esconde…, ella, tiene todas las respuestas.
emilio silvera
Oct
14
La Naturaleza y sus secretos, que tratamos de desvelar.
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo cambiante ~ Comments (2)
No, el Universo no es infinito pero… ¡Nos lo parece!
Hay que prestar atención a las coincidencias. Uno de los aspectos más sorprendentes en el estudio del Universo astronómico durante el siglo xx ha sido el papel desempeñado por la coincidencia: que existiera, que fuera despreciada y que fuera reconocida. Cuando los físicos empezaron a apreciar el papel de los constantes en el dominio cuántico y a explorar y explotar la nueva teoría de la Gravedad de Einstein para describir el Universo en conjunto, las circunstancias eran las adecuadas para que alguien tratara de unirlas.
En este “océano” de materia en el que están fraguándose el nacimiento de miles de estrellas y de mundos… ¿Qué moléculas y materiales estarán presentes? No es coincidencia de que en todas las Nebulosas ocurran los mismos procesos y esté presente una fuerte radiación que ioniza el material que circunda a las estrellas jóvenes masivas.
Entró en escena Arthur Eddington: un extraordinario científico que había sido el primero en descubrir cómo se alimentaban las estrellas a partir de reacciones nucleares. También hizo importantes contribuciones a nuestra comprensión de la galaxia, escribió la primera exposición sistemática de la teoría de la relatividad general de Einstein y fue el responsable de revificar, en una prueba decisiva, durante un eclipse de Sol, la veracidad de la teoría de Einstein en cuanto a que el campo gravitatorio del Sol debería desviar la luz estelar que venía hacia la Tierra en aproximadamente 1,75 segundos de arco cuando pasaba cerca de la superficie solar, y así resulto.
Einstein y Eddintong en el jardin de la casa de éste último
Albert Einstein y Arthur Stanley Eddington, se conocieron y se hicieron amigos. Se conservan fotos de los dos juntos conversando sentados en un banco del jardín de Eddington en el año 1.939, don se fueron fotografiados por la hermana del dueño de la casa.
Aunque Eddington era un hombre tímido con pocas dotes para hablar en público, sabía escribir de forma muy bella, y sus metáforas y analogías aún las utilizan los astrónomos que buscan explicaciones gráficas a ideas complicadas.
En este mar de materiales relucientes por la radiación se forman increibles imágenes y figuras arabescas impulsadas por los pinceles de los vientos estelares que empujan con fuerza esas “montañas” de gas y polvo hasta llevarlas hacia otras regiones donde, ayudadas por la Gravedad, se conforman en grumos que van creciendo para, finalmente, convertirse en protoestrellas que, mucho tiempo más tarde, comienzan a brillar ¡ha nacido una estrella!
Eddington creía que a partir del pensamiento puro sería posible deducir leyes y constantes de la Naturaleza y predecir la existencia en el Universo de cosas como estrellas y Galaxias. ¡Se está saliendo con la suya! Entre los números de Eddington que él consideraba importante y que se denomino “numero de Eddington” (1079), que es igual al número de protones del Universo visible. Eddington calculó (a mano) este número enorme y de enorme precisión en un crucero trasatlántico (ya lo he contado otras veces), concluyendo con esta memorable afirmación:
“Creo que en el Universo hay
15.747.724.136.275.002.577.605.653.968.181.555.468.044.717.914.527.116.709.366.231.425.076.185.631.031.296
protones y el mismo número de electrones.”
Este número enorme, normalmente escrito NEdd, es aproximadamente igual a 1080. Lo que atrajo la atención de Eddington hacia él era el hecho de que debe ser un número entero, y por eso en principio puede ser calculado exactamente. En el Universo existen grandes números que lo definen y la Ciencia ha sabido dar con ellos para poder comprender mejor.
Durante la década de 1.920, cuándo Eddington empezó su búsqueda para explicar las constantes de la Naturaleza, no se conocían bien las fuerzas débil y fuerte de la Naturaleza, y las únicas constantes dimensionales de la física que sí se conocían e interpretaban con confianza eran las que definían la Gravedad y las fuerzas electromagnéticas.
“El Número adimensional es un número que no tiene unidades físicas que lo definan y por lo tanto es un número puro. Los números adimensionales se definen como productos o cocientes de cantidades que sí tienen unidades de tal forma que todas éstas se simplifican. Dependiendo de su valor estos números tiene un significado físico que caracteriza unas determinadas propiedades para algunos sistemas.”
Eddington las dispuso en tres grupos o tres puros números adimensionales. Utilizando los valores experimentales de la época, tomó la razón entre las masas del protón y electrón:
mpr/me ≈ 1840
la inversa de la constante de estructura fina:
2phc/e2≈ 137
Y la razón entre la fuerza gravitatoria y la fuerza electromagnética entre un electrón y un protón;
22/Gmpr me ≈1040
A estas añadió su número cosmológico:
N Edd ≈ 1080
A estos cuatro números los llamó “las constantes últimas”, y la explicación de sus valores era el mayor desafió de la ciencia teórica: ¿Son estas cuatro constantes irreducibles, o una unificación posterior de la Física demostrará que alguna o todas ellas pueden ser prescindibles ? ¿Podrían haber sido diferentes de lo que realmente son?
De momento con certeza, nadie ha podido contestar a estas dos preguntas que, como tantas otras, están a la espera de esa Gran teoría Unificada del Todo que, por fín, nos brinde las respuestas tan esperadas y buscadas por todos los grandes físicos del mundo.
Según parece, el Tiempo que afecta a la vida de los seres vivos y de las cosas compuestas de materia -nada permanece y todo cambia-, están situadas en un plano distinto al que ocupan esas otras “cosas” que llamamos ¡constantes universales! y que son, las responsables de que nuestro mundo, nuestro universo, sea como es. Son aquellos parámetros que no cambian a lo largo del universo: La carga del electrón, la masa del protón, la velocidad de la luz en el vacío, la constante de Planck, la constante gravitacional y también la magnética, o, la constante de estructura fina. Se piensa que son todas ellas ejemplos de constantes fundamentales de la Naturaleza.
Poco a poco, los científicos llegaron a apreciar el misterio de la regularidad y lo predecible del mundo. Pese a la concatenación de movimientos caóticos e impredecibles de átomos y moléculas, nuestra experiencia cotidiana es la de un mundo que posee una profunda consistencia y continuidad. Nuestra búsqueda de la fuente de dicha consistencia atendía primero a las leyes de la Naturaleza que son las que gobiernan como cambian las cosas. Sin embargo, y al mismo tiempo, hemos llegado a identificar una colección de números misteriosos arraigados en la regularidad de la apariencia. Son las Constantes de la Naturaleza que, como las que antes hemos relacionado dan al Universo un carácter distintivo y lo singulariza de otros que podríamos imaginar. Todo esto, unifica de una vez nuestro máximo conocimiento y también, nuestra infinita ignorancia.
La fuerza de la Gravedad es una constante que se deja notar
¡Es todo tan complejo!
¿Acaso es sencillo y no sabemos verlo? Seguramente, un poco de ambas cosas. Pudiera ser que, ni todo sea tan complejo y que, nuestras mentes, aún no están preparadas para ver la simple belleza que subyace en todas las cosas del Universo, de la Naturaleza que, cuando al fin las podemos comprender, a veces, incluso nos sorprendemos de la sencillez con la que el “mundo” se expresa. Una cosa es segura, la verdad está ahí, esperándonos.
Por ejemplo: Los campos magnéticos están presentes por todo el Universo. Hasta un diminuto (no por ello menos importante) electrón crea, con su oscilación, su propio campo magnético, y, aunque pequeño, se le supone un tamaño no nulo con un radio ro, llamado el radio clásico del electrón, dado por r0 = e2/(mc2) = 2,82 x 10-13 cm, donde e y m son la carga y la masa, respectivamente del electrón y c es la velocidad de la luz. Pudimos llegar a discernir eso y mucho más haciendo que la comprensión se abriera paso en nuestras mentes que, no por ello, dejaron de teorizar y de imaginar como sería el Universo y las reglas que lo rigen.
“La creciente distancia entre la imaginación del mundo físico y el mundo de los sentidos no significa otra cosa que una aproximación progresiva al mundo real.”
El mundo que nosotros percibimos es “nuestro mundo”, el verdero es diferente, y, como nos dice Planck en la oración entrecomillada arriba, cada vez estamos más cerca de la realidad, a la que, aunque no nos pueden llevar nuestros sentidos, si no llevarán la intuición, la imaginación y el intelecto.
Está claro que la existencia de unas constantes de la Naturaleza nos dice que sí, que existe una realidad física completamente diferente a las realidades que la Mente Humana pueda imaginar. La existencia de esas constantes inmutables dejan en mal lugar a los filósofos positivistas que nos presentan la ciencia como una construcción enteramente humana: puntos precisos organizados de una forma conveniente por una teoría que con el tiempo será reemplazada por otra mejor, más precisa. Claro que, tales pensamientosm quedan fuera de lugar cuando sabemos por haberlo descubierto que las constantes de la naturaleza han surgido sin que nosotros las hallamos invitado y ellas se muestran como entidades naturales que no han sido escogidas por conveniencia humana.
Físicos de la University of New Wales (UNSW) tienen una teoría cuando menos controvertida, y es la de que la constante de estructura fina, α (alpha), en realidad no es constante. Y estudian los alrededores de una enana blanca lejana, con una gravedad más de 30.000 veces mayor que la de la tierra, para comprobar su hipótesis.
En 1999 un equipo de físicos anunció la detección de variaciones en el valor de α. Ahora, otro grupo de la misma universidad están usando el Telescopio Espacial Hubble para observar una enana blanca con el objeto de medir α con gran precisión. El argumento es que se cree que los exóticos campos de energía escalar podrían alterar el valor de α en lugares donde existe un intenso campo gravitatorio. Estos campos de energía escalar son campos que aparecen en teorías que combinan el Modelo Estándar de la Fisica de Partículas, con la Teoría de la Relatividad General de Einstein.
Todos los procesos de la Naturaleza, requieren su tiempo. Todo pasa cuando tiene que pasar. Esta escala temporal está controlada por el hecho de que las constantes fundamentales de la naturaleza sean:
t(estrellas) ≈ (Gmp2 / hc)-1 h/mpc2 ≈ 1040 ×10-23 segundos ≈ 10.000 millones de años
No esperaríamos estar observando el universo en tiempos significativamente mayores que t(estrellas), puesto que todas las estrellas estables se habrían expandido, enfriado y muerto. Tampoco seríamos capaces de ver el universo en tiempos mucho menores que t(estrellas) porque no podríamos existir; no había estrellas ni elementos pesados como el carbono. Parece que estamos amarrados por los hechos de la vida biológica para mirar el universo y desarrollar teorías cosmológicas una vez que haya transcurrido un tiempo t(estrellas) desde el Big Bang.
Porque eso es así es por lo que tenemos que pensar que posibles civilizaciones extraterrestres presentes en otros mundos, habrán llegado aquí (al universo), casi al mismo tiempo que nosotros y, seguramente, sus recorridos serán los mismos o muy parecidos a los nuestros desde que pudieron surgir a partir de la “materia inerte” y evolucionar para generar pensamientos adquiriendo la consciencia de Ser.
En la imagen de arriba de una Nebulosa planetaria, contemplamos la escena de una estrella moribunda que fue necesaria para que, los materiales biológicos que nos conformaron a los seres vivos, pudieran estar presentes en el Universo. Sin ese tiempo de t(estrellas) = a 10.000 millones de años, difícilmente podríamos estar ahora aquí tratando de estos temas.
emilio silvera
Ago
5
¿Increíble? Y, sin embargo… Cierto
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo cambiante ~ Comments (2)
Repasando ideas y pensamientos
¡Me falta tiempo! Quisiera tener tantas respuestas, quisiera visitar tantos lugares, quisiera arreglar tantas cosas, quisiera contaros que…, quisiera que supiérais…, quisiera ir con todos vosotros a visitar aquel maravilloso lugar que un día encontré en… Son tantos deseos conglomerados en múltiples ideas y pensamientos que, una sola persona nunca podrá ver cumplidos, y, siendo así (que lo es), lo único que puedo hacer es contar cosas, traer aquí historias que os despierte la imaginación, que os haga pensar y que, de alguna manera, no deje tranquila vuestras mentes que, ante tanta información, se vean obligadas a efectuar imaginaciones mentales y a mantenerse creativas y despiertas por haberlas embargado la curiosidad, ese ingrediente maravilloso cuando se sabe utilizar de manera útil.
La idea de la masa perdida se introdujo porque la densidad observada de la materia en el universo está cerca del valor crítico (10-29 g/cm3). Sin embargo, hasta comienzo de los ochenta, no hubo una razón teórica firme para suponer que el universo tenía efectivamente la masa crítica. En 1981, Alan Guth, publicó la primera versión de una teoría que desde entonces se ha conocido como “universo inflacionista”. desde entonces la teoría ha sufrido cierto número de modificaciones técnicas, pero los puntos centrales no han cambiado. Lo cierto es que la idea del universo inflacionista, estableció por primera vez una fuerte presunción de que la masa del universo tenía realmente el valor crítico.
¿Increíble? Y, sin embargo… Cierto
La Naturaleza hace cosas que son difíciles de explicar. ¿Cómo pudo el viento “cincelar” las piedras de esta manera poliédrica que más bien parecen talladas por la mano del hombre? ¡Hay preguntas que no tienen explicación!
Es una de las nebulosas más brillantes que existen Está situada a 76 años luz de la Tierra, y posee un diámetro aproximado de 24 años luz. El material que la conforma se va constituyendo en arabescas figuras formadas por el empuje de los vientos solares provenientes de jóvenes estrellas que radían en el ultravioleta. Es una Nebulosa molecular gigante, es Orión que aquí vemos con otra perspectiva.
La forma de las alas del ángel se deben a una estrella masiva, que debido a su gran actividad expulsa hacia fuera dos lóbulos gemelos de gas muy caliente de color azul brillante. Además posee un anillo de polvo y gas a su alrededor con la apariencia de un cinturón que se expande y le brinda la forma de un “reloj de arena”.
Gracias a las nítidas imágenes obtenidas en febrero de 2011 por el Hubble, se puede observar que la tenue luz que emana de la estrella central se refleja en las partículas de polvo, iluminando su entorno y permitiendo observar las ondas de choque de los gases a medida que interactúan con el medio interestelar más frío.
Sharpless 2-106, Sh2-106, S1063 o más popularmente conocida como ángel de nieve cósmico,4 es una región de formación estelar bipolar cuya forma da la apariencia de un ángel celestial con sus “alas” desplegadas de aproximadamente 2 años luz de extensión. Se encuentra a unos 2 000 años-luz de la Tierra, en un sector relativamente aislado de la Vía Láctea, en la región HII de la Constelación del Cisne.
Eta Carinae es una estrella del tipo variable luminosa azul hipermasiva, situada en la Constelación de la Quilla. Su masa, se estima que oscila entre 100 y 150 veces la masa solar (se sabe que cuando una estrella sobrepasa las 120 masas solares, es propensa a que su propia radiación la pueda destruir, precisamente por eso, Eta Carinae, eyecta continuamente material al espacio para evitar su muerte y descongestionarse) lo que la convierte en una de las estrellas más masivas conocidas en nuestra Galaxia. Asimismo, posee una altísima luminosidad, de alrededor de cuatro millones de veces la del Sol; debido a la gran cantidad de polvo existente a su alrededor, Eta Carinae irradia el 99% de su luminosidad en la parte infrarroja del espectro, lo que la convierte en el objeto más brillante del cielo en el intervalo de longitudes de onda entre 10 y 20 μm.
Eta Carinae es una estrella muy joven, con una edad entre los 2 y los 3 millones de años, y se encuentra situada en NGC 3372, también llamada la Gran Nebulosa de Carina o simplemente Nebulosa de Carina. Dicha nebulosa contiene varias estrellas supermasivas.
Jul
15
Hay que recorrer un largo camino para saber
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo cambiante ~ Comments (1)
“La masa con la que nace una estrella determina su historia y, sobre todo, la duración de su vida. Llamamos estrellas masivas a todas aquellas estrellas aisladas que explotan como supernovas al final de su existencia debido al colapso gravitatorio. Para que exploten como supernovas deben tener un mínimo de alrededor de ocho masas solares. Estrellas con menos masa pueden explotar, pero no por sí mismas (deben darse otras condiciones). Y hay parámetros secundarios que pueden introducir cambios, pero la masa es determinante.”
“En cuanto al máximo, el límite está en lo que la naturaleza sea capaz de producir. Hasta hace poco se creía que este límite estaba en torno a monstruos de 150 masas solares, aunque recientes trabajos lo elevan hasta 300. No obstante, no es un dato seguro ya que, cuanto más masiva es una estrella, menos vive, con lo cual estrellas más grandes serían difíciles de observar, ya que, su propia radiación las destruye.”
Verdaderamente si pudiéramos contemplar de cerca, el comportamiento de una estrella cuando llega el final de su vida, veríamos como es, especialmente intrigante las transiciones de fase de una estrella en implosión observada desde un sistema de referencia externo estático, es decir, vista por observadores exteriores a la estrella que permanecen siempre en la misma circunferencia fija en lugar de moverse hacia adentro con la materia de la estrella en implosión. La estrella, vista desde un sistema externo estático, empieza su implosión en la forma en que uno esperaría. Al igual que una pesada piedra arrojada desde las alturas, la superficie de la estrella cae hacia abajo (se contrae hacia adentro), lentamente al principio y luego cada vez más rápidamente. Si las leyes de gravedad de Newton hubieran sido correctas, esta aceleración de la implosión continuaría inexorablemente hasta que la estrella, libre de cualquier presión interna, fuera aplastada en un punto de alta velocidad. Pero no era así según las fórmulas relativistas que aplicaron Oppenheimer y Snyder. En lugar de ello, a medida que la estrella se acerca a su circunferencia crítica su contracción se frena hasta hacerse a paso lento. Cuanto más pequeña se hace la estrella, más lentamente implosiona, hasta que se congela exactamente en la circunferencia crítica y, dependiendo de su masa, explosiona como supernova para formar una inmensa nebulosa o, se tranforma en nebulosa planetaria, más pequeña.
Ahí podemos observar a una estrella muy joven, de dos o tres millones de años que, en un futuro lejano será una gran Supernova. Los procesos que podríamos observar al final de la vida de una estrella gigante… ¡Son fascinantes! Arriba, envuelta en una nube de gas y polvo contemplamos a Eta Carinae.
En la escena que antes explicabámos, por mucho tiempo que nos quedemos esperando y comtemplando el suceso, si uno está en reposo fuera de la estrella (es decir, en reposo en el sistema de referencia externo estático), uno nunca podrá ver que la estrella implosiona a través de la circunferencia crítica. Ese fue el mensaje inequívoco que Oppenheimer y Snyder nos enviaron. Para poder ver eso, habría que estar dentro de la estrella, instalado en la materia que está sufriendo la contracción y, no sabemos por qué eso es así.
¿Se debe esta congelación de la implosión a alguna fuerza inesperada de la relatividad general en el interior de la estrella? No, en absoluto, advirtieron Oppenheimer y Snyder. Más bien se debe a la dilatación gravitatoria del tiempo (el frenado del flujo del tiempo) cerca de la circunferencia crítica. Tal como lo ven los observadores estáticos, el tiempo en la superficie de la estrella en implosión debe fluir cada vez más lentamente cuando la estrella se aproxima a la circunferencia crítica; y, consiguientemente, cualquier cosa que ocurre sobre o en el interior de la estrella, incluyendo su implosión, debe aparecer como si el movimiento se frenara poco a poco hasta congelarse.
Por extraño que esto pueda parecer, aún había otra predicción más extrañas de las fórmulas de Oppenheimer y Snyder: si bien es cierto que vista por observadores externos estáticos la implosión se congela en la circunferencia crítica, no se congela en absoluto vista por los observadores que se mueven hacia adentro con la superficie de la estrella. Si la estrella tiene una masa de algunas masas solares y empieza con un tamaño aproximado al del Sol, entonces vista desde su propia superficie implosiona hacia la circunferencia crítica en aproximadamente una hora, y luego sigue implosionando más allá de la criticalidad hacia circunferencias más pequeñas.
Allá por el año 1939, cuando Oppenheimer y Snyder descubrieron estas cosas, los físicos ya se habían acostumbrados al hecho de que el tiempo es relativo; el flujo del tiempo es diferente medido en diferentes sistemas de referencia que se mueven de diferentes formas a través del Universo. Claro que, nunca antes había encontrado nadie una diferencia tan extrema entre sistemas de referencia. Que la implosión se congele para siempre medida en el sistema externo estático, pero continúe avanzando rápidamente superando al punto de congelación medida en el sistema desde la superficie de la estrella era extraordinariamente difícil de comprender. Nadie que estudiara las matemáticas de Oppenheimer y Snyder se sentía cómodo con semejante distorsión extrema del tiempo. Pero ahí estaba, en sus fórmulas. Algunos podían agitar sus brazos con explicaciones heurísticas, pero ninguna explicación parecía muy satisfactoria. No sería completamente entendido hasta finales de los cincuenta.
Fue Wheeler el que discrepó del trabajo de Oppenheimer y Snyder, alegando, con toda la razón que, cuando ellos habían realizado su trabajo, habría sido imposible calcular los detalles de la implosión con una presión realista (presión térmica, presión de degeneración y presión producida por la fuerza nuclear), y con reacciones nucleares, ondas de choque, calor, radiación y expulsión de masa. Sin embargo, los trabajos desde las armas nucleares de los veinte años posteriores proporcionaron justamente las herramientas necesarias.
Presión, reacciones nucleares, ondas de choque, calor radiación y expulsión de masa eran todas ellas características fundamentales de una bomba de hidrógeno; sin ellas, una bomba no explosionaría. A finales de los años cincuenta, Stirling Colgate quedó fascinado por el problema de la implosión estelar. Con el apoyo de Edward Teller, y en colaboración con Richard White y posteriormente Michael May, Colgate se propuso simular semejante implosión en un ordenador. Sin embargo, cometieron un error, mantuvieron algunas de las simplificaciones de Oppenheimer al insistir desde el principio en que la estrella fuera esférica y sin rotación, y, aunque tuvieron en cuenta todos los argumentos que preocupaban a Wheeler, aquello no quedó perfeccionado hasta después de varios años de esfuerzo y, a comienzo de los años sesenta ya estaban funcionando correctamente.
Un día a principio de los años sesenta, John Wheeler entró corriendo en la clase de relatividad de la Universidad de Princeton. Llegaba un poco tarde, pero sonreía con placer. Acababa de regresar de una visita a Livermore donde había visto los resultados de las simulaciones recientes de Colgate y su equipo. Con excitación en su voz dibujó en la pizarra un diagrama tras otro explicando lo que sus amigos de Livermore habían aprendido.
Cuando la estrella en implosión tenía una masa pequeña, desencadenaba una implosión de supernova y formaba una estrella de neutrones precisamente en la forma que Fritz Wicky había especulado treinta años antes. Sin embargo, si la estrella original era más masiva lo que allí se producía (aparte de la explosión supernova) era un agujero negro notablemente similar al altamente simplificado modelo que veinticinco años calcularon Oppenheimer y Snyder. Vista desde fuera, la implosión se frenaba y se quedaba congelada en la circunferencia crítica, pero vista por alguien en la superficie de la estrella, la implosión no se congelaba en absoluto. La superficie de la estrella se contraía a través de la circunferencia crítica y seguía hacia adentro sin vacilación.
Lo cierto fue que allí, por primera vez, se consiguió simular por ordenador la implosión que debía producir agujeros negros. Está claro que la historia de todo esto es mucho más larga y contiene muchos más detalles que me he saltado para no hacer largo el trabajo que, en realidad, sólo persigue explicar a ustedes de la manera más simple posible, el trabajo que cuesta obtener los conocimientos que no llegan (casi nunca) a través de ideas luminosas, sino que, son el resultado del trabajo de muchos.
Hoy, sabemos mucho más de cómo finaliza sus días una estrella y, dependiendo de su masa, podemos decir de manera precisa que clase de Nebulosa formará, que clase de explosión (si la hay) se producirá, y, finalmente, si el resultado de todo ello será una estrella enana blanca que encuentra su estabilidad final por medio del Principio de exclusión de Pauli (en mecánica cuántica)que se aplica a los fermiones pero no a los Bosones (son fermiones los quarks, electrones, protones y neutrones), en virtud del cual dos partículas idénticas en un sistema, como los electrones en un átomo o quarks en un hadrón (protón o neutrón, por ejemplo), no pueden poseer un conjunto idéntico de números cuánticos.
La estrella azul cerca del centro de esta imagen es Zeta Ophiuchi. Cuando se ve en luz visible aparece como una estrella roja relativamente débil rodeada de otras estrellas tenues y sin polvo. Sin embargo, en esta imagen infrarroja tomada con campo amplio por el Explorador Infrared Survey de la NASA, o WISE, un punto de vista completamente diferente emerge. Zeta Ophiuchi es en realidad una muy masiva y caliente estrella azul, brillante que traza su camino a través de una gran nube de polvo y gas interestelar.
Una estrella masiva alejándose de su antiguo compañero se manifiesta haciendo un imponente surco a través de polvo espacial, como si se tratase de la proa de un barco. La estrella, llamada Zeta Ophiuchi, es enorme, con una masa de cerca de 20 veces la de nuestro Sol. En esta imagen, en los que se ha traducido la luz infrarroja a colores visibles que vemos con nuestros ojos, la estrella aparece como el punto azul en el interior del arco de choque. Zeta Ophiuchi orbitó una vez alrededor de una estrella aún más grande. Pero cuando la estrella explotó en una supernova, Zeta Ophiuchi se disparó como una bala. Viaja a la friolera velocidad de 24 kilómetros por segundo arrastrando con ella un conglomerado de polvo que distorsiona la región por la que pasa.
Mientras la estrella se mueve través del espacio, sus poderosos vientos empujan el gas y el polvo a lo largo de su camino en lo que se llama un arco de choque. El material en el arco de choque está tan comprimido que brilla con luz infrarroja que WISE puede captar. El efecto es similar a lo que ocurre cuando un barco cobra velocidad a través del agua, impulsando una ola delante de él. Esta onda de choque queda completamente oculta a la luz visible. Las imágenes infrarrojas como esta son importantes para arrojar nueva luz sobre lo que ocurre en situaciones similares.
Una estrella como el Sol, al final de su existencia en la secuencia principal, forma una nebulosa planetaria y se convierte en una estrella enana blanca. En la imagen de la derecha vemos como queda lo que fue una estrella normal. En el centro, ese puntito blanco, es la enana blanca que emite radiación gamma con tanta violencia que ioniza todo el material que la circunda.
Pero, siguiendo con el tema de las implosiones de las estrellas, ¿cuál es la razón por la que la materia no se colapsa, totalmente, sobre sí misma? El mismo principio que impide que las estrellas de neutrones y las estrellas enanas blancas implosionen totalmente y que, llegado un momento, en las primeras se degeneran los neutrones y en las segundas los electrones, y, de esa manera, se frena la compresión que producía la gravedad y quedan estabilizadas gracias a un principio natural que hace que la materia normal sea en su mayor parte espacio vacio también permite la existencia de los seres vivos. El nombre técnico es: El Principio de Exclusión de Pauli y dice que dos fermiones (un tipo de partículas fundamentales) idénticos y con la misma orientación no pueden ocupar simultáneamente el mismo lugar en el espacio. Por el contrario, los bosones (otro tipo de partículas, el fotón, por ejemplo) no se comportan así, tal y como se ha demostrado recientemente por medio de la creación en el laboratorio de los condensados de Bose-Einstein.
¿Cuál es la diferencia?
Los bosones son sociables; les gusta estar juntos. Como regla general, cualquier átomo con un número par de electrones+protones+neutrones es un bosón. Así, por ejemplo, los átomos del sodio ordinario son bosones, y pueden unirse para formar condensados Bose-Einstein.
Izquierda: Los bosones son sociables; los fermiones son antisociales.
Los fermiones, por otro lado, son antisociales. No pueden juntarse en el mismo estado cuántico (por el Principio de Exclusión de Pauli de la mecánica cuántica). Cualquier átomo con un número impar de electrones+protones+neutrones, como el potasio-40, es un fermión.
Pero, estábamos diciendo: “…no pueden poseer un conjunto idéntico de números cuánticos.” A partir de ese principio, sabemos que, cuando una estrella como nuestro Sol deja de fusionar Hidrógeno en Helio que hace que la estrella deje de expandirse y quede a merced de la Gravedad, ésta implosionará bajo el peso de su propia masa, es decir, se contraerá sobre sí misma por la fuerza gravitatoria pero, llegará un momento en el cual, los electrones, debido a ese principio de exclusión de Pauli que les impide estar juntos, se degeneran y se moverán de manera aleatoria con velocidades relativista hasta el punto de ser capaces de frenar la fuerza provocada por la gravedad, y, de esa manera, quedará estabilizada finalmente una estrella enana blanca.
Si hablamos de una estrella supermasiva, su produce la implosión arrojando las capas externas al espacio interestelar mientras que el grueso de la estrella se comprime más y más sin que nada la pueda frenar, aquí no sirve el Principipo de exclusión de Pauli para los fermiones y, es tal la fuerza gravitatoria que se desencadena como consecuencia de que la estrella supergigante no puede seguir fusionando y queda a merce4d de una sola fiuerza: La Gravedad, que ésta, la comprime hasta lo inimaginable para convertir toda aquella ingente masa en una singularidad, es decir, un punto de densidad y energía “infinitas” que ni la luz puede escapar de allí, y, el tiempo se ralentiza y el espacio se curva a su alrededor.
Si la estrella original es más masiva, la degeneración de los electrones no será suficiente para frenar la fuerza gravitatoria y, los electrones se fusionaran con los protones para convertirse en neutrones que, bajo el mismo principio de exclusión sufrirán la degeneración que frenará la fuerza de gravedad quedando entonces una estrella de neutrones. Por último, si la estrella es, aún más masiva, ni la degeneración de los neutrones será suficiente para frenar la inmensa fuerza gravitatoria generada por la masa de la estrella que, continuará la implosión contrayéndose cada vez más hasta desaparecer de nuestra vista convertida en un agujero negro.
¿Qué forma adoptará, qué transición de fase se produce en la materia dentro de una Singularidad?
¡Resulta todo tan complejo! Sin embargo, nuestra curiosidad nos lleva, imparables, hacia el conocimiento del que carecemos.
emilio silvera
Abr
9
¡Siempre imaginando, sin dejar de avanzar!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo cambiante ~ Comments (0)
El futuro incierto
El Universo es mucho más grande de lo que podemos imaginar y contiene muchas más cosas de las que conocemos. Precisamente por esa razón, nunca deja de asombrarnos al mismo tiempo que nos produce fascinación todo lo que podemos ir descubriendo a medida que avanzamos en la técnica que nos permite acceder a las escalas de muy grande y también, al ámbito vertiginoso y exótico de la mecánica cuántica, allí donde los pequeños objetos nos enseñan un “extraño mundo” muy alejado de este otro de los objetos grandes. En realidad, se trata del mismo “mundo” que se construye a partir de lo infinitesimal para poder llegar a las macro estructuras que conocemos como los cúmulos y super-cúmulos de galaxias.
Uno de los hallazgos más notables en astronomía fue el descubrimiento de que el universo era ya viejo cuando aparecieron el Sol y sus planetas. Más de la mitad de las estrellas del universo son miles de millones de años más viejas que el Sol. Planetas parecidos a la Tierra giran alrededor de esas estrellas más viejas y, no sería de extrañar que seres inteligentes puedan haber hecho su aparición en algunos de esos planetas parecidos al nuestro mil millones de años, o más, antes de que la Humanidad se presentará sobre el nuestro.
¿Cómo serán aquellos seres inteligentes? ¿Cómo serán nuestros porpios descendientes dentro de mil millones de años si para entonces, seguimos aquí? Los primeros humanos aparecieron sobre la Tierra hace ahora -posiblemente- algo más de un millón de años; el hombre moderno está aquí hace unos cincuenta mil años (al menos eso es lo que nos aconseja creer todos los indicios que hemos podido reunir de nuestro paso por este mundo y las huellas en él dejadas); y muchos de los inventos de los que depende actualmente nuestra especie, en buena medida, tienen relativamente poco tiempo, están situados a partir del momento en que nació la verdadera ciencia experimental. Y, muchas veces lo hemos comentado, nuestra presencia aquí, valorada en tics del tiempo del universo, sería simplemente, ese ínfimo tiempo que tardamos en chascar los dedos si lo comparamos, no ya con el universo “infinito”, sino simplemente con la vida de una estrella.
Si consideramos el ritmo de los nuevos inventos durante durante los últimos cien años…, vemos con asombro cómo eran las cosas hasta hace relativamente poco tiempo y como son en el presente. A cada paso que hemos dado en el campo de latecnología, hemos añadido un toque mágico que, no pocas veces nos parecen de fantasía pero, que realmente están incorporados a nuestras vidas cotidianas. Mirad las dos imágenes de arriba en las que se muestra como eran las comunicaciones de nuestros abuelos y lo que son hoy día que, con un pequeño y fantástico artilugio, podemos hacer verdaderas maravillas que hace tan sólo unas décadas eran impensables.
Si conforme a todo lo que ha pasado y el progreso que podemos contemplar, nos ponemos a imaginar que estamos contemplando los próximos mil años de progreso acelerado… ¿Qué podremos conseguir si tenenos en cuenta que, el avance es exponencial y cada vez podremos lograr cosas, más maravillosas que la anterior? ¿Imagináis lo que habrán podido lograr esas posibles civilizaciones inteligentes de otros mundos que sean mucho más antigua que la nuestra?
¡Criaturas de otros mundos!
Claro que, también podría depender de los derroteros que esas civilizaciones hayan podido tomar en su evolución y hacia donde han dirigido sus inteligencias que, es posible que, simplemente estén centradas en una simbiosis total con la Naturaleza de sus mundos de los que pueden llegar a ser una parte del todo que conforma el conjunto Mundo-vida y Naturaleza-Mente. “Ellos”, podrían tener una visión distinta de su estancia en el universo y en el mundo que los acoge que sería considerado como un ente vivo más.
Claro que también, podría tratarse de civilizaciones muy avanzadas conocedoras de técnicas que nosotros ni podemos imaginar. Para ellos, cuya historia podría datarse en muchos millones de años atrás, la física de la materia y del espaciotiempo no tendrían secretos y podrían dominar cosas en las que nosotros, sólo podemos pensar como inalcanzables. El viaje por el Hiperespacio, la transmutación instantánea, la conversión de energía en materia… estarían en posesión de los secretos de la vida y sabrían lo que la mente es.
Simplemente imaginar que seres así puedan existir en otros muchos mundos… ¡Produce desasociego e inquietud! Sin embargo, si nos paramos a pensar detenidamente y aplicamos la lógica, nos invade la tranquilidad, toda vez que, seres de tal capacidad sabrán valorar la vida y tendrán un inmenso respeto hacia otros que estando muchos estadios por detrás, son, sin embargo, un fiel reflejo de lo que ellos mismos fueron en el pasado y, nos mirarían con curiosidad y asombro al ver las incomprensibles tonterías que podemos hacer.
Cualquier cosa que podamos imaginar… ¡Podría ser realidad en otros mundos!
Posiblemente, el contacto será inevitable finalmente a medida que la tecnología y los conocimientos avanzan. Sin embargo, si se pudiera elegir, yo votaría por seguir como estamos… ¡Imaginando! Y dejar que cada cuakl en su lugar siga su vida sin interferirse los unos a los otros. ¿No estamos ya suficientemente servidos con las disputas entre nosotros mismos? Parecemos algo masoquistas y, nos queremos complicar un poco más la vida con otras especies venidas de… ¿Quién sabe dónde? En nuestra propia Historia, la llegada de extranjeros al mundo de otras civilizaciones… ¡No son un buen ejemplo!
Es viejo ya, el sueño de la Humanidad por hacer ese primer contacto con esos seres que presentimos en otros mundos lejanos. Lo ideal sería, una vez conseguido ese sueño y que, esos posibles seres más avanzados se dejen “ver”, poder establecer una Red Galáctica que permita, no sólo las comunicaciones, sino también los desplazamientos físicos a través de caminos que ni podemos imaginar que puedan existir y que, la física avanzada de otras civilizaciones han llegado a dominar.
Como todo es posible, no sería extraño que esos seres avanzados, realmente nos puedan estar observando y no se dejen ver mientras vean que, la Humanidad, no está madura en su proceso evolutivo de humanización que no podrá finalizar hasta que cada uno de nosotros no sienta como propio, el dolor de los demás. Entonces y solo entonces, se dejarán ver al considerar que estamos preparados para empresas mayores y objetivos más nobles.
Ahora sabemos de la existencia de otros muchos mundos que orbitan otros “soles” que, como el nuestro, les procurará la luz y el calor necesarios para la vida. Ahora hemos llegado a comprender que, a pesar de todo, no estamos tan avanzados como a simple vista pudiera parecer, ya que, esas tecnologías de la que antes os hablaba, simplemente serían la punta del Icebergs de lo que se nos viene encima en ese futuro que vislumbramos.
Muy lejos estamos aún de poder conseguir esos sueños que nos llevarían al espacio esterior, a visitar otros mundos, otras estrellas, otras galaxias. Nuestra capacidad actual es tan limitada que, hasta salir de la Tierra hacia los objetos vecinos, lo hacemos con medios muy rústicos y con un alto riesgo de perder la vida. Lo cierto es que, ni sabemos como poder salvaguardar nuestra integridad física y ponerla a salvo de los muchos riesgos que viajar por el espacio conlleva.
¿Cómo podríamos evitar la radiación ultravioleta de las estrellas jóvenes presentes en las Nebulosas a las que querríamos ir para poder estudiar los mecanismos de cómo se crean las estrellas y los mundos? ¿Qué clase de naves y con qué materiales tendrían que ser construidas para poder recorrer tan inmensas distancias y evitar que esa peligrosa radiación nos alcanzara?
Hablamos de cuestiones que no están a nuestro alcance y, como siempre decimos, nuestra imaginación va siempre muy por delante nuestra realidad. Sentimos que somos parte del universo y algo dentro de nosotros nos empuja hacia ese futuro que, de momento, no podemos alcanzar. Estamos confinados en un planeta hermoso de dimensiones adecuadas para los seres que en él están presentes y, su privilegiada situación dentro del sistema al que pertenece, le permite dar cobijo a una rica diversidad de seres de entre los que, una de las especies, tiene el don de ser conscientes y ha llegado a pensar que podrían, conseguir mucho más de lo que hasta el momento han podido conseguir, sus mentes se han abierto al universo que han llegado a conocer y, no les parece tan inalcanzable a pesar de su vasta e “infinita” grandeza.
Hemos podido llegar a coger cosas que hasta hace muy poco tiempo nos parecían inalcanzables, y, sin embargo, las hemos podido conquistar. Puede parecer paradógico pero, el día que fuímos conscientes de nuestra enorme ignorancia, ese día, dimos el primer paso hacia el saber, hacia la maravillosa aventura de descubrir y desvelar los secretos de la Naturaleza que nos llevarán, en volanda, hacia el futuro presentido. ¿Lo imposible? No hay nada imposible si nos dan tiempo suficiente para demostrarlo.
¿Infinit0? No, nada es infinito ni Eterno y, nosotros que lo sabemos, tenemos mucha prisa por saber todo lo que se oculta a nuestro entendimiento, somos conscientes de nuestra limitada existencia y, presentimos que nuestra especie desaparecerá para dar paso a nuevas formas de vida que, muy probablemente, seámos nosotros mismos los que pongamos los medios para que pueda surgir a la “vida” en un nuevo orden que, para nosotros, estará vedado al estar situados en ámbitos a los que nunca podremos acceder ¿o sí?
No perdamos la esperanza de poder ser testigos de ese día en el que, el Universo se haga más pequeño. Claro que esa pequeñez a la que me refiero no sería consecuencia de que ha encogido el Universo, se hará más pequeño porque nosotros, habremos expandido nuestras mentes hasta los últimos confines de ese (esos) universo/s que presentimos.
emilio silvera