Ene
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¡Es todo tan complicado!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo: Todo Energía ~ Comments (0)
Sólo universos que están muy cerca de la divisoria crítica pueden vivir el tiempo suficiente y tener una expansión suave para la formación de estrellas y planetas… y ¡vida! No es casual que nos encontremos viviendo miles de millones de años después del comienzo aparente de la expansión del universo y siendo testigos de un estado de expansión que está muy próximo a la divisoria que marca la “Densidad Crítica”
Gráfico: Sólo en el modelo de universo que se expande cerca de la divisoria crítica (en el centro), se forman estrellas y los ladrillos primordiales para la vida. La expansión demasiado rápida no permite la creación de elementos complejos necesarios para la vida. Si la densidad crítica supera la ideal (más cantidad de materia), el universo será cerrado y terminará en el Big Crunch.
El hecho de que aún estemos tan próximos a esta divisoria crítica, después de algo más de trece mil millones de años de expansión, es verdaderamente fantástico. Puesto que cualquier desviación respecto a la divisoria crítica crece continuamente con el paso del tiempo, la expansión debe haber empezado extraordinariamente próxima a la divisoria para seguir hoy tan cerca (no podemos estar exactamente sobre ella).
Pero la tendencia de la expansión a separarse de la divisoria crítica es tan solo otra consecuencia del carácter atractivo de la fuerza gravitatoria. Está claro con sólo mirar el diagrama dibujado en la página anterior que los universos abiertos y cerrados se alejan más y más de la divisoria crítica a medida que avanzamos en el tiempo. Si la gravedad es repulsiva y la expansión se acelera, esto hará, mientras dure, que la expansión se acerque cada vez más a la divisoria crítica. Si la inflación duró el tiempo suficiente, podría explicar por qué nuestro universo visible está aún tan sorprendentemente próximo a la divisoria crítica. Este rasgo del universo que apoya la vida debería aparecer en el Big Bang sin necesidad de condiciones de partida especiales.
Gráfico: La “inflación” es un breve periodo de expansión acelerada durante las primeras etapas de la Historia del Universo.
Composición del universo
Podemos concretar de manera muy exacta con resultados fiables de los últimos análisis de los datos enviados por WMAP. Estos resultados muestran un espectro de fluctuaciones gaussiano y (aproximadamente) invariante frente a escala que coincide con las predicciones de los modelos inflacionarios más generales.
Dicen los cosmólogos que el universo estaría compuesto de un 4 por 100 de materia bariónica, un 23 por 100 de materia oscura no bariónica y un 73 por 100 de energía oscura. Además, los datos dan una edad para el universo que está en 13’7 ± 0’2 ×109 años, y un tiempo de 379 ± 8×103 años para el instante en que se liberó la radiación cósmica de fondo. Otro resultado importante es que las primeras estrellas se formaron sólo 200 millones de años después del Big Bang, mucho antes de lo que se pensaba hasta ahora. Todavía no se han hecho públicos los resultados del análisis de una segunda serie de datos.
Algún día sabremos si en realidad es esa la composición de nuestro Universo
El principio antrópico
Parece conveniente hacer una pequeña reseña que nos explique que es un principio en virtud del cual la presencia de la vida humana está relacionada con las propiedades del universo. Como antes hemos comentado de pasada, existen varias versiones del principio antrópico. La menos controvertida es el principio antrópico débil, de acuerdo con el cual la vida humana ocupa un lugar especial en el universo porque puede evolucionar solamente donde y cuando se den las condiciones adecuadas para ello. Este efecto de selección debe tenerse en cuenta cuando se estudian las propiedades del universo.
Desde los Quarks a los pensamientos
Una versión más especulativa, el principio antrópico fuerte, asegura que las leyes de la física deben tener propiedades que permitan evolucionar la vida. La implicación de que el universo fue de alguna manera diseñado para hacer posible de la vida humana hace que el principio antrópico fuerte sea muy controvertido, ya que nos quiere adentrar en dominios divinos que, en realidad, es un ámbito incompatible con la certeza comprobada de los hechos a que se atiene la ciencia, en la que la fe, no parece tener cabida.
El principio antrópico nos invita al juego mental de probar a “cambiar” las constantes de la naturaleza y entrar en el juego virtual de ¿qué hubiera pasado si…?
¿Nuestra presencia en el Universo? ¡La gran pregunta!
Especulamos con lo que podría haber sucedido si algunos sucesos no hubieran ocurrido de tal o cual manera para ocurrir de esta otra. ¿Qué hubiera pasado en el planeta Tierra si no aconteciera en el pasado la caída del meteorito que acabó con los dinosaurios? ¿Habríamos podido estar aquí hoy nosotros? ¿Fue ese cataclismo una bendición para nosotros y nos quitó de encima a unos terribles rivales?
Fantasean con lo que pudo ser…. Es un ejercicio bastante habitual; sólo tenemos que cambiar la realidad de la historia o de los sucesos verdaderos para pretender fabricar un presente distinto. Cambiar el futuro puede resultar más fácil, nadie lo conoce y no pueden rebatirlo con certeza. ¿Quién sabe lo que pasará mañana?
No importa cuán atentamente miremos por la ventana de la moderna nave espacial la imagen de la Tierra, su futuro previsto es incierto. Por mucho que profundicemos en nuestras mentes, nunca podremos saber lo que mañana pasará, el futuro no existe, es algo por llegar y, aunque podemos formular teorías de lo que será…sólo serán eso, teorías. ¿Quién puede asegurar que “mañana” no caerá un meteorito sobre nosotros?
Lo que ocurra en el universo está en el destino de la propia naturaleza del cosmos, de las leyes que lo rigen y de las fuerzas que gobiernan sus mecanismo sometido a principios y energías que, en la mayoría de los casos, escapan a nuestro actual conocimiento.
Lo que le pueda ocurrir a nuestra civilización, además de estar supeditado al destino de nuestro planeta, de nuestro Sol y de nuestro Sistema Solar y la galaxia, también está en manos de los propios individuos que forman esa civilización y que, con sensibilidades distintas y muchas veces dispares, hace impredecibles los acontecimientos que puedan provocar individuos que participan con el poder individual de libre albedrío.
El Tiempo es como una escalera que, a medida que la subimos, se va destruyendo a nuestras espaldas. Nunca podremos regresar al pasado. El Universo sólo marcha en una sóla dirección: ¡El Futuro! Que al no existir tampoco conocemos y etamos inmersos en un viaje hacia lo desconocido y nunca podremos saber lo que será de la Humanidad en el mañana, es el Principio de Incertidumbre presente en la Física que también, nos afecta a nosotros. Sabemos donde estamos hoy pero… ¿Dónde estaremos mañana?
Siempre hemos sabido especular con lo que pudo ser o con lo que podrá ser si…, lo que, la mayoría de las veces, es el signo de cómo queremos ocultar nuestra ignorancia. Bien es cierto que sabemos muchas cosas pero, también es cierto que son más numerosas las que no sabemos.
Sabiendo que el destino irremediable de nuestro mundo, el planeta Tierra, es de ser calcinado por una estrella gigante roja en la que se convertirá el Sol cuando agote la fusión de su combustible de hidrógeno, helio, carbono, etc, para que sus capas exteriores de materia exploten y salgan disparadas al espacio exterior, mientras que, el resto de su masa se contraerá hacia su núcleo bajo su propio peso, a merced de la gravedad, convirtiéndose en una estrella enana blanca de enorme densidad y de reducido diámetro. Sabiendo eso, el hombre está poniendo los medios para que, antes de que llegue ese momento (dentro de algunos miles de millones de años), poder escapar y dar el salto hacia otros mundos lejanos que, como la Tierra ahora, reúna las condiciones físicas y químicas, la atmósfera y la temperatura adecuadas para acogernos.
Pero el problema no es tan fácil y se extiende a la totalidad del universo que, aunque mucho más tarde, también está abocado a la muerte térmica, el frío absoluto si se expande para siempre como un universo abierto y eterno, o el más horroroso de los infiernos, si estamos en un universo cerrado y finito en el que, un día, la fuerza de gravedad, detendrá la expansión de las galaxias que comenzarán a moverse de nuevo en sentido contrario, acercándose las unas a las otras de manera tal que el universo comenzará, con el paso del tiempo, a calentarse, hasta que finalmente, se junte toda la materia-energía del universo en una enorme bola de fuego de millones de grados de temperatura, el Big Crunch. (ahora se sabe que el Big Crunch, nunca se producirá en este universo abierto cuya densidad de materia es muy cercana a la D.C.)
El irreversible final está entre los dos modelos que, de todas las formas que lo miremos, es negativo para la Humanidad (si es que para entonces aún existe). En tal situación, algunos ya están buscando la manera de escapar.
Las galaxias se alejan las unas de las otras, de manera que, al final, estaremos sólos y el frío será el principal factor para que la vida, no pueda estar presente. ¿Podremos solucionar ese gran problema?
Stephen Hawking ha llegado a la conclusión de que estamos inmersos en un multiuniverso, esto es, que existen infinidad de universos conectados los unos a los otros. Unos tienen constantes de la naturaleza que permiten vida igual o parecida a la nuestra, otros posibilitan formas de vida muy distintas y otros muchos no permiten ninguna clase de vida.
Este sistema de inflación autorreproductora nos viene a decir que cuando el universo se expande (se infla) a su vez, esa burbuja crea otras burbujas que se inflan y a su vez continúan creando otras nuevas más allá de nuestro horizonte visible. Cada burbuja será un nuevo universo, o mini-universo en los que reinarán escenarios diferentes o diferentes constantes y fuerzas.
Inflación eternamente reproductora de otros universos que surgen de fluctuaciones del vacío
El escenario que describe el diagrama dibujado antes, ha sido explorado y el resultado hallado es que en cada uno de esos mini-universos, como hemos dicho ya, puede haber muchas cosas diferentes; pueden terminar con diferentes números de dimensiones espaciales o diferentes constantes y fuerzas de la naturaleza, pudiendo unos albergar la vida y otros no.
El reto que queda para los cosmólogos es calcular las probabilidades de que emerjan diferenta mini-universos a partir de esta complejidad inflacionaria ¿Son comunes o raros los mini-universos como el nuestro? Existen, como para todos los problemas planteados, diversas conjeturas y consideraciones que influyen en la interpretación de cualquier teoría cosmológica futura cuántico-relativista. Hasta que no seamos capaces de exponer una teoría que incluya la relatividad general de Einstein (la gravedad-cosmos) y la mecánica cuántica de Planck (el cuanto-átomo), no será posible contestar a ciertas preguntas.
¿Qué podremos hacer en el futuro? ¿Qué sabremos? ¿Existirán más dimensiones de las que podemos ver?
Todas las soluciones que buscamos parecen estar situadas en teorías más avanzadas que, al parecer, sólo son posibles en dimensiones superiores, como es el caso de la teoría de supercuerdas situada en 10 ó 26 dimensiones. Allí, si son compatibles la relatividad y la mecánica cuántica, hay espacio más que suficiente para dar cabida a las partículas elementales, las fuerzas gauge de Yang-Mill, el electromagnetismo de Maxwell y, en definitiva, al espacio-tiempo y la materia, la descripción verdadera del universo y de las fuerzas que en él actúan.
Científicamente, la teoría del hiperespacio lleva los nombres de Teoría de Kaluza-Klein y supergravedad. Pero en su formulación más avanzada se denomina Teoría de Supercuerdas, una teoría que desarrolla su potencial en nueve dimensiones espaciales y una de tiempo: diez dimensiones. Así pues, trabajando en dimensiones más altas, esta teoría del hiperespacio puede ser la culminación que conoce dos milenios de investigación científica: la unificación de todas las fuerzas físicas conocidas. Como el Santo Grial de la Física, la “teoría de todo” que esquivó a Einstein que la buscó los últimos 30 años de su vida.
La Gravedad, si en esos hipotéticos universos existe la Materia, allí estará presente. Sin Materia no puede haber Gravedad pero, tampoco espacio-tiempo. El espacio se crea a medida que la materia se mueve y expande creando el tiempo y el espacio.
Durante el último medio siglo, los científicos se han sentido intrigados por la aparente diferencia entre las fuerzas básicas que mantienen unido al cosmos: la Gravedad, el electromagnetismo y las fuerzas nucleares fuerte y débil. Los intentos por parte de las mejores mentes del siglo XX para proporcionar una imagen unificadora de todas las fuerzas conocidas han fracasado. Sin embargo, la teoría del hiperespacio permite la posibilidad de explicar todas las fuerzas de la naturaleza y también la aparentemente aleatoria colección de partículas subatómicas, de una forma verdaderamente elegante. En esta teoría del hiperespacio, la “materia” puede verse también como las vibraciones que rizan el tejido del espacio y del tiempo. De ello se sigue la fascinante posibilidad de que todo lo que vemos a nuestro alrededor, desde los árboles y las montañas a las propias estrellas, no son sino vibraciones del hiperespacio.
Antes mencionábamos los universos burbujas nacidos de la inflación y, normalmente, el contacto entre estos universos burbujas es imposible, pero analizando las ecuaciones de Einstein, los cosmólogos han demostrado que podría existir una madeja de agujeros de gusano, o tubos, que conectan estos universos paralelos.
No será nada fácil salir de nuestra Galaxia en la que estamos confinados
Para poder viajar por el Hiperespacio, primero debemos encontrar la puerta que nos lleve a él, y, me temo que, las posibles navez que pudieran realizar tales viajes, necesitarían poseer condiciones y disponer de energías que, ahora, ni podemos imaginar. Pero, eso sí, el Hiperespacio está ahí, esperándonos.
Aunque muchas consecuencias de esta discusión son puramente teóricas, el viaje en el hiperespacio puede proporcionar eventualmente la aplicación más práctica de todas: salvar la vida inteligente, incluso a nosotros mismos, de la muerte de este universo cuando al final llegue el frío o el calor.
Esta nueva teoría de supercuerdas tan prometedora del hiperespacio es un cuerpo bien definido de ecuaciones matemáticas. Podemos calcular la energía exacta necesaria para doblar el espacio y el tiempo o para cerrar agujeros de gusano que unan partes distantes de nuestro universo. Por desgracia, los resultados son desalentadores. La energía requerida excede con mucho cualquier cosa que pueda existir en nuestro planeta. De hecho, la energía es mil billones de veces mayor que la energía de nuestros mayores colisionadores de átomos. Debemos esperar siglos, o quizás milenios, hasta que nuestra civilización desarrolle la capacidad técnica de manipular el espacio-tiempo utilizando la energía infinita que podría proporcionar un agujero negro para de esta forma poder dominar el hiperespacio que, al parecer, es la única posibilidad que tendremos para escapar del lejano fin que se avecina. ¿Que aún tardará mucho? Sí, pero el tiempo es inexorable, la debacle del frío o del fuego llegaría.
¿Qué encontraríamos en ese Hiperespacio imaginado?
No existen dudas al respecto, la tarea es descomunal, imposible para nuestra civilización de hoy, ¿pero y la de mañana?, ¿no habrá vencido todas las barreras? Creo que el hombre es capaz de plasmar en hechos ciertos todos sus pensamientos e ideas, sólo necesita tiempo: Tiempo tenemos mucho.
Esos mundos futuros con poderosas tecnologías, nos llevarán a lugares ahora sólo imaginados.
Necesitaremos paciencia, mucha curiosidad que satisfacer y estar dispuesto a realizar el trabajo necesario. Cuando en 1.900, Max Planck, el físico alemán escribió un artículo sobre la radiación de cuerpo negro que él decía emitirse en paquetes discretos, no continuos, a los que llamó “cuantos”, nadie fue capaz de suponer que allí estaba la semilla de lo que más tarde se conocería como la Teoría de la Mecánica Cuántica que describía a la perfección el sistema matemático que nos descubrió el universo del átomo, de lo muy pequeño, infinitesimal. Por los años de 1.925 y 1.926, Edwin Schrödinger, Werner Heisemberg y otros muchos desarrollaron esta teoría que derribó las barreras de creencias firmes durante siglos.
En 1.905 y más tarde en 1.916, llegó Einstein y nos trajo otra visión del mundo de la Física y del Universo, la Teoría de la Relatividad fue como supernova, aquello explotó y su onda expansiva aún está en camino y nos puede decir muchas cosas.
¡El Universo! ¡Es todo tan complicado! Pero no lo olvidemos: ¡Todo es energía que se presenta en diversas formas, alguna incluso, como pensamientos!
emilio silvera
Oct
4
El Plasma en el Espacio interestelar
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo: Todo Energía ~ Comments (0)
Sí, hemos tenido la suerte de venir a caer a un planeta de agua y rocas, y, aunque el plasma se deja ver, lo hace tímidamente, no causa temor. Se sabe que el 99 % de la materia visible en el Universo se encuentra en estado de plasma. Solo nosotros tenemos suerte viviendo en nuestra Tierra, la cual pertenece a ese uno por ciento de otros estados de la materia. Pero incluso en nuestra Tierra encontramos plasma: en los canales de los rayos, en la ionósfera, en las auroras o brillos polares y en la magnetosfera de la Tierra. En el sistema solar el plasma se encuentra en el viento solar, en la magnetósfera de los planetas y cometas. Alrededor de Júpiter y Saturno tenemos incluso plasma que forma toroides gigantescos. El mismo Sol y el resto de las estrellas son gigantescas bolas de plasma y tales fenómenos como son las manchas solares, espículas, erupciones de la cromosfera y protuberancias pertenecen a las manifestaciones plasmáticas típicas. No solo las estrellas, sino que una buena parte de las nebulosas en las galaxias esta compuesta de plasma.
Acaso el más sublime espectáculo de la Tierra sea contemplar las auroras que se forman en los Polos debido a la interacción del plasma solar y las partículas de aire; este espectáculo, al menos en magnitud, palidece con las auroras de Júpiter.
En las nebulosas de nueva cuenta observamos manifestaciones plasmáticas: filamentación producida por los campos eléctricos y magnéticos, aceleración de partículas a una marcada energía y radiación luminosa (en distintas longitudes de onda) resultado de distintos mecanismos. En la cercanía del centro de nuestra galaxia se han observado extensos filamentos de plasma, con longitudes de alrededor de 250 años luz, perpendiculares al plano de nuestra galaxia. En el resto de las galaxias se encuentran formaciones similares, sean estas las que se siguen hasta los núcleos de las galaxias activas.
Pequeña Nube de Magallanes.
Galaxias cercanas están unidas por puentes de plasma conductores de corriente eléctrica (por ejemplo nuestra Via Láctea con las Nubes Magallánicas). Las expulsiones de materia y energía características de los cuasares y los núcleos activos de galaxias son de nuevo formaciones de plasma y la estructura de radio de fondo, que con frecuencia se observa en estos objetos, tiene su origen en las propiedades del plasma. Las simulaciones numéricas de los últimos años muestran que probablemente los fenómenos del plasma deberían tener un rol dominante en la formación de estrellas a partir de la creación de la nube protoestelar, posibilitando la creación de los glóbulos primarios sin tener que cumplimentar el criterio de Jeans en cuanto al tamaño mínimo de la nebulosa e incluso sin una onda “iniciadora” de choque de alguna supernova cercana.
Aparte de los tres familiares estados de la materia que más conocemos: sólido, líquido y gaseoso, también están el Plasma y el Condensado de Bose-Einstein. El plasma es un estado de gas ionizado donde los átomos y moléculas que lo componen han perdido gran parte de sus electrones. Está compuesto por electrones, cationes (iones con carga positiva) y neutrones.
En 1920, Santyendra Nath Bose desarrolló una estadística mediante la cual se estudiaba cuándo dos fotones debían ser considerados como iguales o diferentes. Envió sus estudios a Albert Einstein, con el fin de que le apoyara a publicar su novedoso estudio en la comunidad científica y, además de apoyarle, Einstein aplicó lo desarrollado por Bose a los átomos. Predijeron en conjunto el quinto estado de la materia en 1924.
No todos los átomos siguen las reglas de la estadística de Bose-Einstein. Sin embargo, los que lo hacen, a muy bajas temperaturas, se encuentran todos en el mismo nivel de energía.
De la misma manera las simulaciones numéricas muestran, que los brazos espirales de las galaxias pueden ser resultado de la interacción electromagnética y campos magnéticos globales y de ninguna manera son solo manifestaciones gravitacionales. Actualmente es seguro también que las partículas naturalmente más energéticas, las cuales son observadas en la radiación cósmica de fondo, fueron aceleradas en filamentos espaciales de plasma con doble capa eléctrica (fotones remanentes de la gran explosión, también conocidos como Radiación Cósmica de fondo en Microondas o CMBR por sus siglas en inglés). El Universo no es solamente interacción gravitacional, tal y como habíamos pensado hasta hace poco tiempo. En la formación del Universo contribuyen en la misma medida la interacción electromagnética y sus diversas manifestaciones. Con la introducción de los estudios de rayos X hemos llegado literalmente a un ataque de la física del plasma al estudio de nuestro Universo.
Las mnanifestaciones de plas en el Universo son… inmensas
El Plasma puede ser producido en distintos medios y regiones del Universo, incluso aquí en la Tierra aparece de vez en cuando cuando las condiciones así lo hace posible. Para el humano, el ejemplo que quizá sea más conocido sobre plasma, es el canal conductor de los rayos o relámpagos. Los parámetros típicos del rayo son:
- Diámetro del canal conductor ~ 5 cm
- Longitud del canal ~ 3 km
- Corriente ~ 200 kA
- Temperatura ~ 30 000 K
- Duración ~ 10−4 s
- Velocidad de movimiento ~ 0,1 c (o sea 30 000 km·s−1)
- Energía ~ 6×108 J
- Área de condensación de carga ~ 3 000 km3
En otros planetas nos encontramos con rayos incluso más grandes: en Venus los rayos tienen una energía total de 2×1010 J y en Júpiter hasta 3×1012 J. Los filamentos de plasma están en los remanentes de supernovas y en otras muchas Nebulosas además de en todas las estrellas del firmamento galáctico del Universo.
Claro que, también encontramos plasma en otros lugares del Universo y, como en el caso de arriba, forman parte de un conjunto que no podemos explicar…del todo. El capricho de la Naturaleza ha “construido” este original y simétrico conjunto que hace las delicias de los astrónomos que tratan de averiguar los mecanismos ahí presentes para conformar ese cuadro.
Lo dicho…¡Lo que no esté en el Universo!
emilio silvera
Jun
11
¿Qué será la materia?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo: Todo Energía ~ Comments (0)
Cuando miro esa imagen de arriba y otras de Nebulosas grandiosas que llenan inmensas regiones del espacio y que son auténticos semilleros de nuevas estrellas y mundos nuevos, no puedo dejar de pensar en que algo falla ahí. Las nebulosas están formadas por estrellas masivas que al final de sus vidas, explotan como Supernovas o Hipernovas, si tienen mucha masa, y dejan el espacio interestelar sembrado de ese material que vemos en ellas y que ya es complejo y contiene elementos creados en sus hornos nucleares y en la misma explosión. De ese material surgen estrellas de segunda generación y, en algunos casos, son ya de tercera y contienen materiales muy pesados y complejos.
Fijémonos, por ejemplo, en la Nebulosa más grande y más brillante de la Gran Nube de Magallanes, también conocida como 30 Doradus o NGC 2070. Tiene un diámetro de 800 años-luz, con extensiones más débiles hasta los 6.000 años-luz, y contiene medio millón de masas solares de gas ionizado por la potente radiación ultravioleta emitida por las jóvenes estrellas masivas nuevas como se puede ver en la imagen de arriba y que, está producido por la radiación de varios cúmulos de estrellas O y B, incluyendo el cúmulo compacto muy potente R 136 cerca del centro en esa región que vemos azulada. El nombre de la Nebulosa (de la Tarántula) proviene de su forma, que se asemeja a la de una araña.
Las energías que ahí están presentes son enormes y también las fuerzas de marea y los vientos solares que ioniza el gas circundante, infla burbujas y crea filamentos y, sobre todo, ahí surgen nuevas estrellas y quién sabe cuántos nuevos mundos podrán en el futuro albergar alguna clase de vida que deberá su presencia en ellos, a estas grandiosas conglomeraciones de materia. Estas regiones del espacio interestelar nos pueden hacer pensar en lo mucho que de ella puede surgir y lo mucho que ahí, en presencia de materia primigenia y fuerzas energéticas creadoras puede pasar pero…
Nuestra ignorancia es grande y, todavíoa, podemos leer, debajo de imágenes como esta: “Efecto de las lentes gravitacionales fuertes observado por el Telescopio espacial Hubble en Abell 1689 que indica la presencia de materia oscura. Agrandar la imagen para ver las curvaturas producidas por las lentes gravitacionales. Créditos: NASA/ESA“
¿Qué materia oscura es esa? ¿De qué está hecha? ¿De dónde surgió? Por más que agudizo mis pensamientos, las cuentas no me salen y cuando miro un “cuadro” como el que arriba contemplamos, en el que una inmensa pléyade de galaxias emiten su luz para que nuestros telescopios la puedan captar y traernos las imágenes de objetos sitiuados a miles de millones de años-luz de nosotros, no puedo dejar de pensar que todo eso, no se pudo formar a partir del material de las simples nebulosas de la que vemos surgir nuevas estrellas y mundos nuevos.
Tiene que haber algo más que no hemos llegado a descubrir y que, lo estamos presintiendo sin acabar de determinar de qué se trata y qué puede ser lo que hace posible que, cuando una estrella masiva muere y se produce la explosión energética más portente que se conoce, se puedan crear esas inmensas regiones de gas y polvo, de materia que servirá, como decíamos antes, para que surjan estrellas mundos nuevos.
Claro que, una estrella masiva convertida en Supernova no eyecta toda su masa al espacio interestelar, sino que, son sólo las capas exteriores de la estrella la que se convierte en Nebulosa. La mayor parte de la masa de la estrella, se contrae sobre sí misma bajo el peso de su propia masa que genera una intensa gravedad que la convierte en una estrella de neutrones o, en el caso extremo de estrellas muy masivas, en un agujero negro.
Así las cosas, tendremos que concluir que algo falla y que, la masa expulsada de la estrella para formar la Nebulosa no era tan grande como para que de ella, mucho más tarde, puedan surgir muchas estrellas que llenan el catálogo de variedades que conforman la familia estelar, unas más y otras menos masivas y con propiedades diferentes.
Pero si eso es así (que lo es), ¿de dónde ha surgido todo ingente cantidad de materia para que, a partir de una sola estrella puedan nacer tántas? ¿Qué misterio envuelve ésta maravilla? ¿Qué es lo que puede existir en el espacio, que no vemos pero que está ahí y se transforma, cuando las energías de una supernova surgen y lo pueden convertir a ese Ylem que no podemos ver -así llamaban los antiguos griegos a la sustancia cósmica-, en materia ordinaria y corriente, en la materia que vemos, la que emite radiación y conforma todos los objetos que en el Universo vemos desde un mundo hasta una galaxia y también, los seres vivos?
Creo que todo el Universo está permeado de una “sustancia invisible” de una especie de “protomateria”, de algo que aún no es materia y que necesita de una gran energía para poder efectuar la transición de sustancia cósmica transparente e invisible a materia normal y corriente de la que, más tarde, surgirán las estrellas nuevas, los mundos nuevos y,en algunos casos, los seres vivos nuevos también.
Amigos míos, la observación y el experimento, el método científico, nos ha traído hasta aquí, para poder saber de átomos y galaxias, de la Naturaleza y del Universo y las cosas que lo forman pero, existen algunas de esas “cosas” que no han sido aún detectadas por nosotros, que no conocemos y, de esa manera, surgen las dudas a cuestiones que no podemos explicar y preguntas que no podemos contestar. La ciencia sólo tiene un camino: la certeza de las cosas mil veces comprobadas y, aún así, hay que seguir comprobando para cerciorarse de que las comprobaciones eran correctas.
Las conjeturas y las hipótesis están bien, son admisibles en el juego del querer buscar la verdad de las cosas y de las cuestiones que se debaten. Sin embargo, hay que ser conscientes de que, son sólo eso, conjeturas e hipótesis. Las teorías son el camino hacia la verdad pero no son la verdad, y, precisamente por eso me choca, cuando escucho a científicos “sobresalientes” hablar de “materia oscura”.
Aquí hablamos, comentamos y debatimos y cada cual expone sus ideas y su parecer sobre los asuntos que solemos tratar que, de manera estelar -nunca mejor dicho- está ocupado por el Universo y por todo lo que lo conforma: Materia, espaciotiempo, fuerzas de la Naturaleza y, a partir de ahí, con esas piezas, se forman todos los demás elementos que aquí barajamos, tales como estrellas y galaxias, nebulosas, agujeros negros, “materia oscura”, los púlsares y los cuásars, y, todo ello conformado por átomos de materia que son pequeños objetos formados ma su vez, por otros aún más pequeños. Así, hemos unido lo pequeño a lo grande y a lo muy grande pero… ¡Nos falta tánto por saber!
Aquí, aunque de vez en cuando fantaseamos con el futuro, y hasta con los viajes en el tiempo, lo cierto es que, no hay lugar para esoterismos ni ideas peregrinas sino que, muy ajustado a lo científico, imponemos unos límites muy bien marcados a los que tenemos que ceñirnos todos y, de ves en cuando, dejamos volar nuestra imaginación pero así lo decimos, que es sólo eso, imaginación y de ninguna manera pretendemos que lo imaginado, por muy sugestivo que nos pueda parecer, lo podamos presentar como un hecho real, ya que…, no lo es.
Se ha comentado alguna vez aquí que muchos acuden a este lugar como posible fuente del saber. Incluso algunos, aquí han podido encontrar los argumentos necesarios para sus trabajos. Y, si eso es así (que parece que lo es), no estaría bien que se jugara a confundir las cosas y, desde luego, nos tenemos que ajustar a lo que es ciencia, es decir, a los hechos comprobados. Ello no impide que, como antes digo, podamos lanzar teorías e hipótesis sobre algunos de los temas tratados, sobre todo, en aquellos casos en los que aún no conocemos la realidad de los hechos, como podría ser el caso de la vida extraterrestre o de la materia oscura.
Tanto en el caso de la posible vida extraterretre como en el de la materia oscura, por ejemplo, podremos exponer lo que a cada cual le parezca que podría ser, sin embargo, no podemos lanzar ideas estrambóticas sobre como se forman las estrellas, como evolucionan y como finalmente mueren y en qué se convierten, ya que, por sabido y sobradamente comprobado y estudiado, el margen de elucubrar sobre esto es muy limitado al haberse llegado a un nivel aceptable de lo que todo eso puede ser. Las cosas son como son y no como a algunos les gustaría que fuesen.
El horno termonuclear de una estrella posee unos mecanismos de control gracias a los cuales mantiene entre estrechos límites sus constantes vitales, siendo por una parte la temperatura y por otra la Gravedad, los dos elementos que finalmente mantienen el equilibrio de la estrella. Bueno, más que la temperatura la fusión nuclear que se produce y que hace expandirse a la estrella que, se ve frenada por la inmensa fuerza gravitatoria que su propia masa genera. Es el mecanismo cósmico que hace posible la estabilidad y el equilibrio de las estrellas.
Así, brillando, en el “vacío” estelar, las estrellas dan luz y calor a los planetas de sus sistemas solares. Precisamente, esa luz y ese calor es la pérdida de masa de las estrellas que fusionan hidrógeno en helio y una pequeña parte se va de la estrella para calentar y alumbrar los mundos que generalmente las rodean. La potencia energética desprendida por una estrella en equilibrio es enorme en relación con nuestros estándares, y si esa potencia depende de la velocidad a la que unos núcleos se transforman en otros, los de hidrógeno en helio, los de helio en litio, etc y parece razonable suponer que la composición del gas del horno termonuclear varíe con el tiempo, disminuyendo la cantidad de hidrógeno mientras que aumentan otros elementos. La energía desprendida se obtiene, precisamente, a partir de esa masa gastada utilizando la ya conocida ley de equivalencia de Einstein E=mc2
Es allí, en las estrellas, en sus hornos nucleares y en las explosiones de supernovas, donde a miles de millones de grados de temperatura, se crean los elementos más complejos que el hidrógeno y el helio. Aparece el litio, el carbono, el silicio, el silicio o el nitrógeno y el hierro. De estos materiales estamos nosotros hechos, y, lógicamente, se fabricaron en las estrellas. Como he dicho otras veces aquí, en una supernova, en orden decreciente tenemos la secuencia de núcleos H, He, O, C, N, Fe, que coincide bastante bien con un ordenación en la tabla periódica que es:
H He (Li Be B) C N O…… Fe
¿No es maravilloso que podamos haber podido profundizar en los secretos de la Naturaleza para poder saber de todo esto? Las estrellas brillan en el cielo para hacer posible que nosotros estemos aquí descubriendo los enigmas del Universo y…. de la vida inteligente.
Cuando en un lugar como el que vemos arriba, puedo contemplar una estrella azulada que deslumbra con sus destellos, no puedo dejar de pensar que, en ella, están escritos los códigos de la vida y que, cuando llegue su momento final, dejará esos códigos en forma de materia “inerte” en cualquier planeta que, situado en el lugsar adecuado, la hará germinar para que florezcan seres que, en ocasiones, hasta pueden generar pensamientos.
Pero está claro que, todo el proceso estelar evolutivo inorgánico nos condujo desde el simple gas y polvo cósmico a la formación de estrellas y nebulosas solares hasta los planetas, la Tierra en particular, en cuyo medio ígneo describimos la formación de las estructuras de los silicatos, desplegándose con ello una enorme diversidad de composiciones, formas y colores, asistiéndose, por primera vez en la historia de la materia, a unas manifestaciones que contrastan con las que hemos mencionado en relación al proceso de las estrellas.
Al mismo tiempo nos ha parecido reconocer que esos objetos, es decir, sus redes cristalinas “reales”, almacenan información (memoria) que se nos muestra muy diversa y que puede cobrar interés en ciertos casos, como el de los microcristales de arcilla, en los que, según Cairos-Swith, puede incluso llegar a transmitirse. ¿Qué sabemos en realidad de lo que llamamos materia inerte? Lo único que sabemos de ella son los datos referidos a sus condiciones físicas de dureza, composición, etc., en otros aspectos, ni sabemos si pueden existir otras propiedades distintas a las meramente-físicas.
¡El Universo! Nunca dejarán de asombrarnos las cosas que en él podemos encontrar y, sobre todo, es para parse a pensar en cómo ha sabido conseguir que la materia se eleve tánto como para haber podido llegar a ese estadio que llamamos vida y, sobre mtodo, ¿cómo hizo para que, en alguna clase de esas formas de vida, estuviera presente un ingrediente llamado ¡curiosidad!?
emilio silvera
Dic
7
De lo pequeño a lo grande
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo: Todo Energía ~ Comments (3)
Hemos llegado a poder discernir la relación directa que vincula el tamaño, la energía de unión y la edad de las estructuras fundamentales de la Naturaleza. Sabemos de átomos infinitesimales y de cúmulos de galaxias de inmensidades de materia. Sin embargo, ambos, lo pequeño y lo grande, finalmente resultan ser la misma cosa: Quarks y Leptones. El asombro y el vértigo que siente el ser humano ante lo más grande y lo más pequeño generan en él una curiosidad inexplicable. Esa curiosidad le lleva a preguntarse por aquello que sobrepasa los límites del mundo que conoce a través de los sentidos.
Sabemos que las distancias y tamaños en el Universo son tan grandes que superan nuestra capacidad de comprenderlos y, así, una noche estrellada nos empequeñece. Curiosamente, en el extremo opuesto, pensar en lo más pequeño no nos hace sentirnos grandes. El mundo de los objetos diminutos parece que no existe porque no lo vemos, y sólo cuando se construyeron los primeros microscopios se pudo descubrir un mundo fascinante, poblado de células, bacterias, virus, moléculas e incluso átomos… El mundo invisible es tan infinito y fascinante como el Universo y aunque, por el hecho de no poder verlo, nos cueste imaginarlo y comprenderlo, es un reto acercarnos a la grandeza de lo pequeño.
el mundo de lo pequeño
Las galaxias: el mundo de lo grande
El Universo nos fascina, nos cautiva, nos empequeñece a escalas increíbles… Observar el inmenso espacio que nos rodea, gracias a los avances tecnológicos que nos “acercan” esos objetos, mueve al ser humano a buscar respuestas a las preguntas más elementales desde un punto de vista filosófico, pero también nos lleva por el camino del descubrimiento científico. Un caminar constante hacia el conocimiento que no habría sido posible sin herramientas como los telescopios.
Oct
26
Evolución por la energía III
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo: Todo Energía ~ Comments (1)
Las reacciones en el núcleo solar consumen entre 4’3 y 4’6 millones de toneladas de materia cada segundo, de manera que de 4.654.000 t de hidrógeno, 4.650.000 se transforman en helio, y las 4.000 toneladas que faltan son lanzadas al espacio en forma de radiación termonuclear (luz y calor) de la que una pequeña parte nos llega a la Tierra para hacer posible la vida.
De acuerdo a la relación masa-energía de Einstein, liberan 3’89×1026 J de energía nuclear. Este inmenso flujo de energía es rápidamente transformado en energía térmica, que es transportado, isotrópicamente, hacia el exterior, primero por irradiación aleatoria y luego más rápidamente por convección direccional.
Suponiendo (como antes apuntaba) que la radiación es isótropa, la potencia de la luz visible que atraviesa cada metro cuadrado de la capa emisora de la fotosfera es aproximadamente de 64 MW. Como en el espacio no hay prácticamente atenuación de la radiación solar, cuando ésta alcanza la órbita de la Tierra tiene una densidad de potencia igual al cociente entre la luminosidad total del Sol (3’89 × 1026 W) y el área de una esfera de radio orbital (que, como promedio, es de unos 150 millones de kilómetros).
Este flujo, tradicionalmente conocido como la constante solar, es la tasa máxima de energía que llega a la parte superior de la atmósfera terrestre. A principios de los años setenta, la NASA utilizó para el diseño de las naves espaciales un valor de la constante solar igual a 1.353 W/m2. El flujo ha sido medido directamente en el espacio desde 1.979, cuando el satélite Nimbus 7 obtuvo un valor de 1.371 W/m2. En el más reciente satélite de la Solar Maximum Mission lanzado en 1.980 se obtuvo una media ponderada de 1.368’3 W/m2.
Las observaciones continuadas desde el espacio han revelado la existencia de una compleja regularidad de pequeñas fluctuaciones de corta duración que, debido a la interferencia de la atmósfera, no habían podido ser observadas anteriormente. Estas fluctuaciones de poca duración (del orden de días a semanas) y de hasta un 0’2 por ciento son debidas al paso de manchas oscuras y fáculas brillantes que arrastra el Sol en su rotación; el ciclo medido es de 11 años, en el que la radiación solar disminuye en un 0’1 por ciento entre el valor máxima y el mínimo.
La longitud de onda de la energía electromagnética emitida por el Sol y que llega a la Tierra varía en más de diez órdenes de magnitud. Va desde la longitud de onda más corta, que corresponde a los rayos gamma y rayos X de menos de 10-10 m, hasta la longitud de ondas de radio que superan el metro.
El aspecto del espectro de la radiación solar es similar al de un cuerpo negro a 6.000º K. Ambos espectros son especialmente parecidos en el rango de la longitud de onda mayor que la del amarillo, pero para longitudes de onda menores, el espectro solar cae notablemente por debajo de la línea de los 6.000º K. De acuerdo con la ley de desplazamiento de Wien, la emisión máxima a esta temperatura es de 483 nm, cerca del final de la zona azul del espectro visible y próximo al verde.
El flujo de energía se reparte desigualmente entre las tres grandes categorías espectrales: radiación ultravioleta (UV), cuya longitud de onda va desde las más cortas hasta los 400 nm y contribuye con menos del 9 por ciento de la radiación total; la luz visible, que va desde los 400 nm del violeta más lejano hasta los 700 nm del rojo más oscuro y representa un 39 por ciento; y la radiación infrarroja (IR), que representa cerca del 52 por ciento.
Reacción protón-protón para formar helio 4 liberando energía
La radiación que llega a la superficie de la Tierra es muy diferente de la radiación extraterrestre, tanto cualitativa como cuantitativamente. Las razones físicas de esta diferencia son varias: que la órbita de la Tierra es elíptica, la propia forma del planeta, la inclinación del eje de rotación, la composición de la atmósfera y la reflectividad (albedo) de las nubes y superficies terrestres. Consecuentemente, la radiación solar que llega a la superficie de la Tierra presenta una compleja pauta espacial y temporal. La media anual global es ligeramente inferior a 170 W/m2 en los océanos y de unos 180 W/m2 en los continentes. La diferencia más importante del valor esperado, según la latitud de la zona, se encuentra en la disminución que se presenta en los trópicos y durante los monzones subtropicales, debido a la alta nubosidad. Grandes regiones de Brasil, Nigeria y el sur de China reciben menos insolación que Nueva Inglaterra o las regiones de Europa occidental. Es aún más sorprendente que no haya diferencia entre el flujo máximo que se recibe al mediodía durante el verano en Yakarta, situada en el ecuador, y el que se recibe en ciudades subárticas como Edmonton en Canadá o Yakutsk en Liberia. Quizás el mejor ejemplo sea el de Oahu, donde la casi siempre nublada cordillera Koolau, que intercepta las nubes y las lluvias arrastran los alisios, tiene una media anual de radiación de 150 W/m2, mientras que en Pearl Harbor, a 15 Km de distancia en la dirección del viento, la media es de 250 W/m2.
La radiación solar media de 170 W/m2 representa anualmente una energía de 2’7×1024 J, que equivale a 87 PW. Esta cantidad es casi 8.000 veces mayor que el consumo mundial de combustibles sólidos y electricidad durante los primeros años noventa. Sólo una pequeña fracción de este inmenso flujo es absorbida por los pigmentos de las plantas para realizar la fotosíntesis, y una parte algo mayor, pero también pequeña, se utiliza para calentar las plantas, los cuerpos de los animales y las personas, así como sus refugios.
La radiación también sustenta la vida porque al calentar los océanos, las rocas y los suelos, impulsa funciones fundamentales en la biosfera, tales como el ciclo del agua, la formación de los vientos, el mantenimiento de la temperatura adecuada para que funcionen los procesos metabólicos y la descomposición orgánica. Además, es la causante de la erosión que transporta los nutrientes minerales para la producción primaria de materia orgánica.
Sección transversal del Sol
A la larga, para mantener el equilibrio térmico del planeta, la radiación solar absorbida debe emitirse al espacio, pero la longitud de onda está drásticamente desplazada hacia el infrarrojo. A diferencia de la radiación de longitud de onda corta emitida por el Sol, que está determinada por la temperatura de la fotosfera (5.800º K), la radiación terrestre corresponde muy aproximadamente a las emisiones electromagnéticas de un cuerpo negro a 300º K (27ª C). El máximo de emisión de esa esfera caliente está en la zona del IR a 966 μm. Como el 99% de la radiación solar llega en longitudes de onda menores de 4 μm y el espectro terrestre apenas alcanza los 3 μm, el solapamiento de frecuencias entre estos dos grandes flujos de energías es mínimo.
Observar la Naturaleza es el único camino que tenemos para obtener las respuestas a tantas preguntas sin contestar. El motor que produce la energía que mantiene la vida en el planeta Tierra es el Sol y, de él debemos aprender para lograr esa energía de fusión que pronto, se hará imprescindible. Los combustibles fósiles no duraran para siempre y, alternativas viables que logren suplir y abastacer las exigencias de las nuevas Sociedades Humanas…Están en la Naturaleza para que, nuestro ingenio, las sepan captar.
Falta mucho aún, en un futuro muy lejano, en el que la Humanidad podrá obtener energías sin fin del disco de Acreción de los Agujeros Negros Supermasivos. Ahí, se encuentran corrientes de energías que, algín día, podrán ser captadas para los distintos usos que, en aquellos momentos del futuro, serán cosa cotidiana para la Humanidad. ¿Abrir agujeros de gusano será uno de los objetivos?
Bueno, según los cálculos realizados por expertos en relatividad General y Agujeros Negros, las energías desatadas en los discos de acreción de estos exóticos objetos, van más allá de lo que conocemos y, sus posibilidades (si algún día podemos dominarla, serán…”infinitas”.
emilio silvera