Oct
10
¡Panspermia! Lo cierto es que, ¡Nadie sabe de donde llegó la vida!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Vida ~ Comments (1)
- 1) Agua: Sin beber agua no podríamos sobrevivir más allá de tres o cuatro días. El agua es esencial para el desarrollo de procesos orgánicos como la digestión, así como en la absorción y eliminación de desechos. Además, estructura el sistema circulatorio y distribuye nutrientes hacia todo el cuerpo a través de la sangre.
- 2) ¿Qué son los carbohidratos? Los carbohidratos son moléculas de azúcar. Junto con las proteínas y las grasas, los carbohidratos son uno de los tres nutrientes principales que se encuentran en alimentos y bebidas. Su cuerpo descompone los carbohidratos en glucosa.
- 3) Los lípidos cumplen con las siguientes funciones en el organismo:
- Reserva de energía del organismo animal. …
- Soporte estructural del cuerpo. …
- Regulación y comunicación celular. …
- Transporte. …
- Protección térmica.
- 4) Las proteínas son moléculas grandes y complejas que desempeñan muchas funciones críticas en el cuerpo. Realizan la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo.
- 5) Los ácidos nucleicos son biomoléculas grandes que cumplen funciones esenciales en todas las células y virus. Una función importante de los ácidos nucleicos implica el almacenamiento y la expresión de información genómica. El ácido desoxirribonucleico, o ADN, codifica la información que las células necesitan para producir proteínas. Un tipo relacionado de ácidos nucleicos, denominado ácido ribonucleico (ARN) se presenta en diferentes formas moleculares que cumplen funciones celulares múltiples, que incluyen la síntesis proteica.
Según ala teoría de la Panspermia, algo que viajó a la Tierra llevando esporas congeladas, encontraron en nuestro planeta las condiciones idóneas para desarrollarse y evolucionar.
Estaba comenzando el sigo XX, cuando el químico sueco Svante Arrhenius, desarrolló la teoría de la Panspermia con todo detalle. Él sugirió que esporas bacterianas individuales podrían moverse flotando por las galaxias, impulsadas por la minúscula pero acumulativa presión de la luz estelar. La Tierra naciente, inmrsa en una lluvia de microorganismos latentes pero todavía viables, habría resultado un destino deseable para estos microbios espaciales, una vez que la superficie se hubo enfriado lo suficiente. Arreheneius bautizó la teoría como Panspermia, que significa “semillas en todas partes”. Es una idea que ha sido revisada muchas veces desde que se publicó el concepto original.
Además de moléculas orgánicas, también hay complejos compuestos prebióticos
Un equipo de científicos del Instituto de Astrofísica de las Canarias (IAC) y la Universidad de Texas lograron identificar una de las moléculas orgánicas más complejas encontradas hasta ahora en la materia entre las estrellas, el llamado espacio interestelar. El descubrimiento del antraceno podría ayudar a resolver un misterio astrofísico de décadas de antigüedad sobre la producción de las moléculas orgánicas en el espacio.
¿Esporas espaciales trajeron la vida?
¿Es verosímil que organismos sin protección pudieran sobrevivir a un viaje a través del espacio? El espacio exterior difícilmente es un ambiente confortable para la vida. Además del duro vacío y las bajas temperaturas, existe la radiación: ésta incluye radiación ultravioleta procedente de las estrellas, protones de alta velocidad procedentes de las llamaradas estelares y los rayos cósmicos. Tales condiciones, pronto se mostrarían letales para la mayoría de las formas de vida que conocemos. Pero, a pesar de estas dificultades, no todos los organismos mueren rápidamente en el espacio exterior. Las bacterias con sus legendarias capacidades de supervivencia, muestran una notable resistencia a las condiciones del espacio.
La teoria de la panspermia no explica el origen de la vida en la Tierra, únicamente trasladada el problema fuera del planeta. Sin embargo, no hay que descartar ninguna posibilidad, dado que la realidad es que, desconocemos como llegó la vida a nuestro planeta, lo cierto es que, su origen de procedencia exterior es tan bueno como cualquier otro.
En la búsqueda de una respuesta, han sido muchos los trabajos que se han realizado para comprobar, si esas hipotéticas esporas, podrían sobrevivir a ese fantástico viaje espacial. Con tal fin, científicos del Instituto Alemán de Medicina Aeroespacial utilizaron la instalación de Exposición de Larga Duración de la NASA para ver que les sucedía a las esperas del Bacillus subtilis en el Espacio. Una serie de filtros permitieron a los científicos poner a prueba separadamente los efectos del vacío espacial, la radiación ultravioleta solar y cósmica, y los rayos cósmicos. Al recuperar las muestras, hasta un 2 por ciento de las bacterias expuestas sólo al vacío seguían siendo viables. La presencia de una capa de azúcar o de sal mejoraba enormemente sus perspectivas. De las expuestas a todas las formas de radiación espacial, aproximadamente sólo una de cada diez mil sobrevivieron, pero la protección frente al ultravioleta solar disparaba enormemente la tasa de supervivencia.
Peter Weber y Mayo Geeenberg, de la Universidad de Leiden, en Holanda, investigaron los efectos de la exposición ultravioleta, la más dañina de todas las formas de radiación en el espacio. Enfriaron esporas en una cámara de vacío a -263 grados Celcius (sólo diez grados por encima del cero absoluto) para similar el frío intenso del espacio profundo, y lanzaron sobre ellos un intenso haz de luz ultravioleta, el equivalente a una exposición de dos mil quinientos años a la luaz estelar mató al 99 por ciento de los organismos. Aín así, una minúscula fracción se las arregló para sobrevivir. Curiosamente, a las esporas parecía gustarles el frío: su longevidad aumentó notablemente a temperaturas interestelares.
La radiación emitida por los cuerpos celestes es mala para la vida
Una tolerancia a la radiación tan impresionante tiene poco sentido evolutivo a menos que la vida haya sido obligada a pasar por un cuello de botella de radiación en alguna etapa del pasado. Si algunos microbios han sido obligados a adaptarse a la violenta radiación del espacio exterior, un remanente de esta tolerancia podría sobrevivir hoy en organismos terrestres. Hoyle y Wickramasinghe citan el caso de la bacteria Micrococus radiophilus, que tiene una sorprendente resistencia a la radiación por haber desarrollado un mecanismo especial para reparar hebras de ADN seriamente dañadas por rayos X. Este astuto y pequeño coco se parece mucho al producto de un ambiente interestelar.
Cualquiera que sean sus poderes para combatir los daños de la radiación , las probabilidades del viaje de un microbio vivo entre sistemas estelares se verían enormemente ampliadas si la radiación estuviera al menos parcialmente apantallada. Weber y Greenberg han sugerido que los microbios podrían viajar a las estrellas a bordo de nubes interestelares que les servirían como una especie de escudo.
¿Quién puede asegurar que, camufladas en inmensas nebulosas, no viajan cómodamente instaladas esporas en busca de planeta?
Y fue la mano de la Naturaleza la que sembró la vida en nuestro planeta
Tales Nebulosas son comunes en los Brazos Espirales de las galaxias, así lo sabemos por haberlas observado en la nuestra, la Vía Láctea; cada pocas decenas de millones de años, el Sistema solar pasa por una de ellas. Los microbios en la atmósfera superior de la Tierra, o impulsados por impactos, podrían ser barridos por la nube, quizá para ser transportados a otro sistema estelar. Recíprocamente, cualquier microbio alienígena residente en la nube podría ser transferido a la Tierra. Generalmente, las nubes se mueven a unos diez kilómetros por segundo y necesitan alrededor de un millón de años para pasar de una estrella a otra. Aunque muy tenue para los niveles normales, son suficientemente grandes para bloquear buena parte de la radiación. Además, un microbio flotante podría recoger y adherirse a un montón de porquería que les preservara también de la dañina radiación y estar así, aletargadas por tiempos indefinidos hasta llegar a un lugar más idóneo para resurgir a la vida.
“Cuanto más examino el Universo y estudio los detalles de su arquitectura, más evidencia encuentro de que en cierto sentido el universo debe haber sabido que íbamos a venir”. Así se expresa Freeman Dyson aconsejado por todos los datos que en su mente había podido atesorar durante una larga carrera en el estudio del espacio y de la posible vida inmersa en su inmensidad.
¿Estamos en un Universo bio-amigable?
Aunque no siempre pueda dar esa sensación, cuando vemos explosiones supernovas, torbellinos en forma de púlsares, inmensas protuberancias que expulsan ráfagas de radiación al espacio interestelar y hacia los mundos, agujeros negros que se tragan todo la materia que se atreva a traspasar su horizonte de sucesos, y, en fin, tantas y tantas transiciones de fases que se producen desde el Caos hacia una normalidad que es variable en el tiempo y, sin embargo y a pesar de todo eso… Sí, el Universo, una vez que se conoce su dinámica, se podría decir que no solo es bio-amigable, sino que, en realidad, está predispuesto para que su evolucionar recorra el camino que nos lleva desde la “materia inerte” hasta “los pensamientos”.
Es cierto que, con mucha frecuencia, aparecen aquí trabajos que versan sobre la vida, ese misterio que nos lleva a querer buscar sus orígenes y a saber, cómo y para qué surgió aquí en el Planeta Tierra. Nos interesamos por cada uno de pasos evolutivos y nos llama la atención ese larguísimo ciclo que llevó la vida desde aquella célula replicante hasta los seres humanos. Pero, ¿hay algo más interesante que la Vida para poder estudiarlo? Seguramente con la Física, la Química y la Astrofísica, sean las cuestiones más interesantes para el ser humano. ¡Ah! sin olvidarnos de las matemáticas.
Muchas son las fases por las que tuvieron que pasar los elementos químicos que, junto a la materia prebiótica, dieron lugar, finalmente, al surgir de la Vida en nuestro Planeta, la Tierra. En la formación que finalmente podemos contemplar de la Tierra no intervinieron únicamente los procesos cósmicos. Los animales, las plantas y los microorganismos influyeron de manera decisiva en las estructuras planetarias durante el curso de la historia de nuestro Planeta. Sin ellos no existiría una atmósfera con oxígeno, ni islas de coral, ni tierras fértiles, ni materias primas como el petróleo o el carbón. Claro que, como llegó o surgió la vida primera…sigue siendo un gran misterio que trabajamos para resolver pero, ¿podremos?.
El espacio podría ser tóxico para la vida de los microorganismos, señala estudio.
Por no saber, no sabemos siquiera si la vida ha podido existir desde siempre. Lo único que sabemos es que la vida terrestre no existió siempre, puesto que la propia Tierra no ha existido siempre, pero la vida puede haber existido desde mucho antes que la Tierra se formara, y haber llegado aquí por algún proceso de panspermia comno el que antes se explicaba, o, vaya usted a saber cómo. Incluso, por no saber, no sabemos de manera exacta y científica, de donde surgió nuestro Universo y qué pudo traer con él, ¿acaso ya traía la vida consigo y sólo tenía que pasar el tiempo necesario para poder desarrollarla? Otra pregunta es: Si existen otros universos, ¿habrá también vida en ellos? y ¿Cómo serán esas formas de vida?
Sí, surgimos a partir de la “materia inerte”, simplemente somos la parte del Universo que, cuando ha evolucionado, pone en él los pensamientos. La historia es larga para nosotros que somos muy jóvenes, para el Universo es nada, un parpadeo. Hace ahora 3.500-3.200 millones de años que células vivas microscópicas evolucionan sobre la Tierra, 1.800 millones de años hacía atrás en el tiempo aparecieron las primeras plantas. El oxígeno envenena la atmósfera de la Tierra y proliferan los organismos aeróbicos (“amantes del oxígeno”). Han pasado 900 millones de años desde que la división sexual aceleró el ritmo de la evolución biológica. Pasados 200 millones de años (hace ahora 700), aparecen los animales, en su mayoría plantelmintos y medusas. 100 años más tarde, aparecen los crustáceos y otros 100 años después los primeros vertebrados. Mirando 425 millones de años hacía atrás en el tiempo podríamos ver como la vida emigró a la tierra seca, y, poco después, aparecieron los primeros insectos. Los primeros vertebrados terrestres tienen ahora unos 325 millones de años y 200 los primeros mamíferos.
Filogenia actual del humanos y antropomorfos modernos que integra los datos moleculares y morfológicos. H: hombre, C: Chimpancé, G: Gorila, O: Orangután y G: Gibón. Podemos tener un antepasado común, es posible, pero llegó un momento en el que se divergieron en dos ramas distintas, Una fue la nuestra que continuó su evolución imparable.
Los pastos tienen una edad de 24 millones de años y tres millones de años más tarde se separan los caminos evolutivos de los simios y los monos. Ya se han cumplido 20 millones de años desde que la atmósfera terrestre obtuvo su composición moderna. La Antártica se heló hace 15 millones de años y, cuatro millones de años más tarde ya proliferaban los animales de pastoreo.
Se han cumplido 5 millones de años desde que el hombre mono se separó de la familia del chimpancé, y, 3,7 millones de años desde que el hombre-mono caminó erguido, poco después fue el principio de la última serie de glaciaciones.
Reconstrucción de un grupo de Homo Erectus alimentando un fuego
1,8-1,7 millones de años han pasado desde que el Homo-erectus, “el primer hombre verdadero”, vive en China, y, hace ya 600.000 años que surgió el Homo Sapiens. El uso común del fuego se generalizó entre el genero homo hace ahora unos 360.000 años, y hace 150.000 años que podríamos haber contemplado la presencia del mamut lanudo.
Han pasado ya 100.000 años desde que las estrellas adoptaron las formas de las constelaciones modernas reconocibles, y, 40.000 años han pasado desde que nuestra especie inventó el lenguaje complejo y aparecieron los seres humanos modernos. El hombre de Neandertal desapareció hace ya 35.000 años, y, por aquel entonces, aunque algo rústicos, se construyeron los primeros instrumentos musicales que acompañaron a los pueblos desde muy temprano.
El mundo que nos rodea es más complejo de lo que parece, pero al tener y comprender los significados de los conceptos físicos, nos permite redescubrir, inventar e interpretar el funcionamiento de las cosas. Precisamente por ser nuestro entorno como es, nos obliga a tener que tratar de comprenderlo. Nadie puede subsistir en un lugar que no comprende y, cuando se domina y sabemos cómo adaptarnos al medio, la vida, además de más sencilla, también será más duradera.
Claro que, el mundo que nos rodea parece ser un lugar complicado (siempre nos resultará complicado lo que no sabemos entender). Aunque hay algunas verdades sencillas que parecen eternas: El Sol que se pone y se levanta siempre por los mismos lugares, la noche y el día que nos trae cuando se esconde y cuando aparece, y, nuestras vidas, que a pesar de las modernas tecnologías, siguen estando todavía, con demasiada frecuencia, a merced de los complicados procesos naturales que producen cambios drásticos y repentinos que no podemos ni predecir.
Hemos llegado a conseguir que, a mediados del siglo XX, los avances de nuestro saber estuvieran situados en un nivel espectacular y le hubieran dado una respuesta consistente a todas las cosas sencillas. Conceptos tales como la teoría general de la relatividad y la mecánica cuántica explicaron el funcionamiento global del universo a escalas muy grandes y muy pequeñas respectivamente, mientras que el descubrimiento de la estructura del ADN y el modo en que este se copia de una generación a otra hizo que la propia vida, así como la evolución parecieran sencillas a nivel molecular. Sin embargo, persistió la complejidad en del mundo a nivel humano -al nivel de la vida-. La cuestión más interesante de todas, la que plantea que la vida puede haber surgido a partir de la materia “inerte” ha seguido sin tener una respuesta.
¿Dónde empieza y termina la realidad?
No debemos extrañarnos que sea precisamente a escala humana donde se den las características más complejas del Universo, las que se resisten más a rendirse ante los métodos tradicionales de la investigación científica. Realmente, es posible que seamos lo más complejo que hay en el Universo (salvo posibles y similares formas de vida que, de cuya existencia no tenemos una certeza y sí una sospecha). La razón es que a escala más reducida, entidades tales como los átomos se comportan individualmente de un modo relativamente sencillo en sus interacciones mutuas, y que las cosas complicadas e interesantes surgen, cuando se unen muchos átomos de maneras complicadas e interesantes, para formar organismos tales como los seres humanos u otros seres vivos.
Un átomo, o incluso una molécula tan simple como la del agua, es algo más sencillo que el ser humano, porque tiene poca estructura interna; una estrella, o el interior de un planeta, es también algo más sencillo que un ser humano porque la gravedad aplasta cualquier estructura hasta aniquilarla cuando se pierde el equilibrio de las fuerzas que intervienen en la estabilidad. Esta es la razón por la que la Ciencia puede decir más sobre el comportamiento de los átomos y el funcionamiento interno de las estrellas y los mundos que, del propio comportamiento de las personas y sobre el modo en el que se comportan.
Lo cierto es que el Agua, es esencial para la vida. Nosotros, como el planeta Tierra, tenemos un mayor porcentaje de agua. Si el planeta Tierra no hubiera caído en la zona habitable del Sol, nunca hubiera surgido el agua líquida ni tampoco la vida tal como la conocemos. Agua + Carbono = Vida.
Al menos de momento, no resulta posible saber el por qué nuestros pensamientos eligen los caminos que nos conducen a maneras de comportamiento que no siempre sabemos explicar. Sí, pocas dudas nos pueden caber ya, somos sistemas complejos (muy, muy complejos diría yo) que, habiendo brotado a la existencia a partir de los mecanismos y ritmos que imponen las fuerzas y constantes del Universo, podemos ser la muestra “perfecta” de una evolución bioquímica que se ha dado en la materia “inerte” bajo una serie de condiciones que, por otra parte, hacen imparable el surgir de la vida y de su evolución.
Siempre me pasa igual, comienzo hablando de una cosa y termino comentando sobre otra. Claro que, como todo está relacionado, los caminos que nuestra mente recorren, pasan muchas veces por el mismo lugar y, entre ellos, se entrecruzan cuando tratamos de organizar de un sitio a otro que nos hace pasar por los átomos, las estrellas y las Nebulosas, los planetas y…¡La Vida!
Además, todo es Universo… ¡También nosotros!
Emilio Silvera Vázquez
Oct
7
El Universo y la Vida… ¡Nuestra imaginación!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Vida ~ Comments (4)
“Una inteligencia que conociese, en un momento determinado, todas las fuerzas que operan en la Naturaleza, así como las posiciones momentáneas de todas las cosas que constituyen el universo, sería capaz de condensar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del mundo y los de los átomos más ligeros, siempre que su intelecto sea bastante poderoso para someter a análisis todos los datos; para él nada sería incierto, el pasado y el futuro estarían presentes ante sus ojos.”
Anomalías gravitatorias que forman grumos de material nebuloso que gira y se va concentrando más y más, atrae nuevo material hasta que, en el núcleo de ese grumo se fusionan los protones y nace una estrella que, poco tiempo más tarde entra en la Secuencia P5rincipal y fusiona elementos durante miles de millones de años.
Inmensas galaxias cuajadas de estrellas, nebulosas y mundos. Espacios interestelares en los que se producen transmutaciones de materia que realizan el asombroso “milagro” de convertir unas cosas en otras distintas. Un Caos que lleva hacia la normalidad. Estrellas que explosionan y riegan el espacio de gas y polvo constituyentes de materiales en el que se forjarán nuevas estrellas, nuevos mundos y nuevas formas de vida.
Podría ser una escena cotidiana del presente en otro mundo
No pocas veces nos tenemos que maravillar ante las obras de la Naturaleza, en ocasiones, con pinceladas de las propias obras que nosotros mismos hemos sido capaces de crear. Así, no es extraño que algunos piensen que la Naturaleza nos creó para conseguir sus fines, que el universo nos trajo aquí para poder contemplarse así mismo.
Seguramente la realidad superará cualquier escenario que podamos imaginar en otros mundos
Siempre hemos tratado de saber lo que el Universo es, lo que la Naturaleza esconde para conocer los mecanismos de que ésta se vale para poder hacer las maravillas que podemos contemplar tanto en la tierra como en el cielo. Valles, ríos y montañas, hermosos bosques de lujuriante belleza , océanos inmensos llenos de formas de vida y, criaturas que, conscientes de todo eso, aunque algunas veces temerosas ante tanto poder, no por ello dejan de querer saber el origen de todo.
Es posible que nos creamos más de lo que en realidad somos. Queremos jugar con fuerzas que no hemos llegado a comprender y, desde las estrellas y las inmensas galaxias, hasta los mundos y las fuerzas que todo lo rigen en el Universo, hemos querido conocer para poder, con esos conocimientos, crear la misma creación. Los científicos han dado ya el primer paso para la creación de la vida sintética, han sido capaces de crear un cromosoma completo a partir de una célula de levadura. El logro es considerado un gran hallazgo dentro de la biología sintética, que busca diseñar organismos desde sus principios más básicos.
Por si alguien tiene curiosidad y la cifra le dice algo, el tiempo de Planck equivale a 5.39124 x 10–44 segundos, es decir, a:
0,000000000000000000000000000000000000000000539124 segundos. Este número es el mínimo tiempo en el que puede ocurrir algo, digamos, con sentido.
¿Hasta dónde queremos llegar? ¿Seremos capaces de desvelar los secretos de la luz? ¿Qué pasará entonces, cuando no tengan secretos para nosotros los símbolos que representan c, h, e (la velocidad de la luz, la constante de Planck y el electromagnetismo, es decir, Planck y la mecánica cuántica, Einstein y la relatividad y Maxwell con los misterios de la luz)?
Los verdaderos límites están en nuestras Mentes
A veces, viendo como se desarrollan las cosas y cómo se desenvuelven los hechos a medida que el Tiempo transcurre, no tenemos más remedio que pensar que parece como sí, la Naturaleza, supiera que estamos aquí y, desde luego, nos tiene impuesto límites que no podemos traspasar hasta que “ella” no considera que estamos preparado para ello. Un amigo asiduo a éste lugar nos decía que la Naturaleza nos preserva de nosotros mismos.
La séptima ley de la robótica: La auto-conciencia y humanización de los Robots. Si eso se produce… ¿Dónde quedaremos nosotros?
Nosotros, los humanos, no conocemos ninguna regla que nos prohíba intentar todo aquello que podamos imaginar y, de esa manera, a veces, jugamos a ser dioses, sin caer en la cuenta que, tales juegos pueden ser… ¡muy peligrosos! La Inteligencia Artificial, podría ser el mejor ejemplo: ¡Queremos darle entendimiento y hasta sentimientos a los robots!
Si llegan a tener conciencia de si mismos… ¿En que posición quedamos los humanos?
Si, tal y como se afirma que ocurrirá, los robots llegarán a tener conciencia de sí mismos y, en consecuencia, podrán decidir “libremente” qué acciones llevar a cabo o no, las leyes mencionadas no serán de aplicación. Habría que sustituir “debe” por “puede” y, por eso mismo, dejarían de ser leyes. Además, los robots ya no se distinguirían de nosotros y no sería fácil justificar que tuvieran que regirse por leyes distintas a las nuestras.
Si llegan a penar por sí mismos con sus cerebros positrónicos… ¡Sería una raza superior!
¿Estamos locos? No es eso, es simplemente que la imaginación humana nunca dejará de trabajar y siempre tenderá a ir más allá de lo que podamos ni siquiera imaginar. He dicho muchas veces que adquirir un nuevo conocimiento nos posibilita para plantear nuevas preguntas que, antes de conseguir ese nuevo saber, no podíamos plantear. Los conocimientos son como llaves que nos van abriendo nuevas puertas y, los avances son exponenciales, a mayor conocimiento mayores avances y más rápidamente cada vez. Esperemos que no tengamos que arrepentirnos nunca de nuestra osadía irresponsable.
Siempre hemos mirado hacia el Universo
Pero, ¿acaso no somos, nosotros mismos universo? Dicen que genio es aquel que puede plasmar en realidad sus pensamientos y, aunque nos queda mucho camino por recorrer, lo cierto es que, hasta el momento presente, mucho de eso se ha plasmado ya. Es decir, hemos sabido de qué están hechas las estrellas, conocemos la existencias de las grandes estructuras del Universo constituidas por cúmulos y supercúmulos de galaxias, sabemos de mundos en los que, con mucha probabilidad puedan existir criaturas diversas que, conscientes o no, piensen, como nosotros, en todos los secretos que el Universo esconde.
Sinceramente creo que, dentro de nosotros, están todas las respuestas a las preguntas que podamos plantear, toda vez que, como parte del Universo que somos, en nuestros genes, en lo más profundo de nuestras mentes están grabados todos los recuerdos y, siendo así, solo se trata de recordar para saber lo que pasó, para comprender los orígenes y, finalmente saber, el por qué estamos aquí y para qué. Nos hemos olvidado de que somos “polvo de estrellas”, los materiales que nos conforman se forjaron en los “hornos” nucleares de los astros que brillan en el firmamento lejano. A temperaturas de millones de grados se pudieron fusionar los elementos que hoy están en nosotros. Una Supernova, hace miles de millones de años, hizo brillar el cielo con un resplandor cegador, una enorme región quedó sembrada de materiales en forma de Nebulosa que, con el paso de los eones, conformó un sistema planetario con un Sol central que le daba luz y calor a un pequeño planeta que, mucho después, llamaron Tierra. Los seres que allí surgieron y evolucionaron, eran el producto de grandes transiciones de fase y cambios que, desde el Caos hizo todo el recorrido necesario hasta la creación de la Vida consciente.
De esa manera, sin lugar a ninguna duda, podemos hablar de un Universo viviente en el que, la materia evoluciona hasta la vida y los pensamientos. En el que en un carrusel sin fin surgen nuevas estrellas y nuevos mundos en los que, como en la Tierra, pasando el tiempo, también surgirá la vida que, podrá ser… ¡de tántas maneras! Una galaxia como la Vía Láctea puede tener más de cien mil millones de estrellas, en el universo pueden estar presentes más de cien mil millones de galaxias, los mundos que existen en una sola galaxia son cientos de miles de millones y, sabiendo todo eso, ¿Cómo poder pensar que la vida sea única en la Tierra?
“La vida se abre paso… ¡imparable!”
En los lugares más inesperados, surge la vida, nace una flor
“…en alguna pequeña charca caliente, tendrían la oportunidad de hacer el trabajo y organizarse en sistemas vivos…” Eso comentaba Darwin sobre lo que podría ocurrir en la Naturaleza. Hemos podido constatar la persistencia con la que la vida, se abre paso en este mundo, la hemos podido hallar en lugares tan insólitos como fumarolas marinas a más de 100 ºC, o en aguas con una salinidad extrema, o, a varios kilómetros de profundidad bajo tierra, o, nutriéndose de metales, o metanógenas y alófilas y tantas otras infinitesimales criaturas que nos han causado asombro y maravilla.
Si, amigos míos, en lo que a la vida se refiere, ésta se abre paso en los lugares más extremos e inesperados por muy malas condiciones que allí puedan estar presentes. De la misma manera, podrían estar situadas en mundos lejanos que, con unas condiciones distintas a las de la Tierra, se puedan haber creado criaturas que ni nuestra desbordante imaginación pueda configurar en la mente.
Hasta que supimos que existían otros sistemas planetarios en nuestra Galaxia, ni siquiera se podía considerar esta posibilidad como una prueba de que la vida planetaria fuera algo común en la Vía Láctea. Pero se sabe que más de cien estrellas de nuestra zona de la galaxia tienen planetas que describen órbitas alrededor de ellas. Casi todos los planetas descubiertos hasta ahora son gigantes de gas, como Júpiter y Saturno (como era de esperar, los planetas grandes se descubrieron primero, por ser más fáciles de detectar que los planetas pequeños), sin embargo es difícil no conjeturar que, allí, junto a estos planetas, posiblemente estarán también sus hermanos planetarios más pequeños que, como la Tierra, pudieran tener condiciones para generar la vida en cualquiera de sus millones de formas.
Es cierto que en todo el Universo rigen las mismas leyes y están presentes las mismas constantes universales que, ni con el paso del tiempo pueden variar, así la luz siempre irá a 300.000 Km/s, la carga del electrón será siempre la misma como la masa del protón y, gracias a que eso es así, podemos estar nosotros aquí para contarlo. Sin embargo, el Universo, no es uniforme y en el inmenso espacio interestelar impera la diversidad.
Existe una amplia variedad de densidades dentro del medio interestelar. En la modalidad más ligera, la materia que está entre las estrellas es tan escasa que sólo hay un átomo por cada mil centímetros cúbicos de espacio: en la modalidad más densa, las nubes que están a punto de producir nuevas estrellas y nuevos planetas contienen un millón de átomos por centímetro cúbico. Sin embargo, esto es algo muy diluido si se compara con el aire que respiramos, donde cada centímetro cúbico contiene más de diez trillones de moléculas, pero incluso una diferencia de mil millones de veces en densidad sigue siendo un contraste espectacular.
Sabemos que en función de sus masas originales, las estrellas se convierten al fianl del sus vidas en:
Gigantes Rojas,
Rnanas blancas,
Estrellas de Neutrones,
(hipotéticas estrellas de Quarks-Gluones)
Agujeros negros
La cuestión es que, unos pocos investigadores destacaron allá por 1.990 en que todos estos aspectos -composición, temperatura y densidad- en el medio interestelar dista mucho de ser uniforme. Por decirlo de otra manera más firme, no está en equilibrio, y parece que lo que lo mantiene lejos del equilibrio son unos pocos de procesos asociados con la generación de las pautas espirales.
Aquí se crea entropía negativa. También nosotros, tenemos una manera de vencer a la inexorable Entropía que siempre acompaña al Tiempo, su transcurrir deja sentir sus efectos sobre las cosas que se hacen más viejas. Sin embargo, sabemos, como las galaxias, generar energía reproductora y, mientras que las galaxias crean estrellas nuevas y mundos, nosotros, recreamos la vida a partir de la unión entr hombre y mujer, y, de esa unión surgen otros seres que, perpetúan nuestra especie. Es la entropía negativa que lucha contra la extinción.
Esto significa que la Vía Láctea (como otras galaxias espirales) es una zona de reducción de la entropía. Es un sistema auto-organizador al que mantienen lejos del equilibrio, por una parte, un flujo de energía que atraviesa el sistema y, por otra, como ya se va viendo, la retroalimentación. En este sentido, nuestra Galaxia supera el test de Lovelock para la vida, y además prestigiosos astrofísicos han argumentado que las galaxias deben ser consideradas como sistemas vivos.
Tan insignificantes y tan grandes
Puede que podamos ser más de lo que parece y que, seamos menos de lo que nosotros mismos nos podamos creer. No parece muy aconsejable que estemos situados en un plano de superioridad en el cual podamos mirarlo todo por encima del hombro. Precisamente por ser Naturaleza nosotros mismos, estamos supeditados a sus cambios y, por lo tanto, a merced de ellos.
Claro que, como dijo aquel hombre sabio: “¡Somos parte del problema que tratamos de resolver!”
Un a cos es cierta: ¡Nos morimos siendo aprendices!
Emilio Silvera Vázquez
Oct
5
Hasta podría ser que la Vida, fuese igual en todas partes (en lo esencial)
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Vida ~ Comments (2)
Si el Universo es igual en todas partes (que lo es), al estar regido por cuatro fuerzas fundamentales y una serie de constantes universales, es lógico pensar que todo lo que pasa en un lugar pasará en otros muy alejados y regidos por las mismas fuerzas y constantes. Salvo pequeñas variaciones debido a la gravedad del planeta, la atmósfera y otros, las formas de vida podrían ser muy similares a las nuestras de la Tierra, y, sobre todo, estarían también basadas en el Carbono.
Las planetas similares a la Tierra serrían la mejor opción
Uno de los supuestos implícitos en pro de la inevitabilidad de un Universo grande y frío es que cualquier vida es muy parecida a la nuestra. Los biólogos parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el Carbono. La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencia extraterrestre en el Universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habiten en planetas y necesiten agua, atmósferas gaseosas y todo lo demás. Merece la pena abrir un poco nuestra imaginación para pensar a qué podría parecerse la vida si radicara en el espacio en lugar de radicar en un planeta.
Buscando indicios de la vida, Rosetta estudia la composición del polvo y gas que lanza un cometa.
Rosetta
Debido a que es un fenómeno que por el momento permanece esencialmente fuera del alcance de la ciencia (al no disponer de datos, y por tanto de la posibilidad de experimentar y refutar las hipótesis), no existe una disciplina “formal” que estudie la vida extraterrestre, ni ningún currículo académico que forme expertos en ello. Aquellos que se han aproximado al tema de manera científica son por lo general expertos en áreas diversas, que por interés meramente personal han elaborado hipótesis sobre las posibilidades de vida en otros mundos, y han compartido sus puntos de vista a través de algún medio. Pese a ello, ha surgido una enorme cantidad de trabajos y publicaciones serias sobre el tema, de modo que puede hablarse de una cuasi-ciencia dedicada a estudiar y teorizar sobre este fenómeno, a pesar de la ausencia de evidencias. La proto-ciencia que estudia la vida extraterrestre se llama exobiología o astrobiología, y esencialmente se dedica a especular sobre los límites en los que, según nuestro conocimientos científicos, podría darse la vida.
En su momento el Herschel es el mayor telescopio jamás enviado al espacio. Su espejo de 3,5 metros de diámetro ofrecerá a los astrónomos una visión sin precedentes del Universo en las longitudes de onda de infrarrojo lejano y submilimétricas
Descripción Herschel es el mayor telescopio espacial en actividad. El espejo de 3,5 metros de diámetro de Herschel capta radiación infrarroja de longitud de onda larga de algunos de los objetos más fríos y alejados del Universo. El Herschel es el único observatorio espacial que abarca longitudes de onda desde el infrarrojo lejano hasta submilimétricas. Poco a poco, con estos sofisticados ingenios espaciales cada vez más precisos, nos vamos acercando al conocimiento del Universo y de los objetos que lo pueblan.
Herschel es un telescopio espacial que posee un impresionante espejo de 3,5 metros de diámetro (el mayor en telescopios espaciales de imagen). Fue lanzado al espacio en el 2007. Una de sus características es que puede “ver” un tipo de radiación que no ha sido detectado hasta ahora. Esta radiación cae dentro del espectro del infrarrojo lejano y de la luz con longitud de onda menor al milímetro, que son exactamente las radiaciones que es necesario detectar cuando se buscan compuestos químicos complejos como los de las moléculas orgánicas.
Las moléculas o compuestos orgánicos son todas aquellas que poseen el elemento carbono (C) en su constitución; en general son grandes, formadas por varios átomos de carbono, como los hidratos de carbono, los lípidos, las proteínas y los ácidos nucleicos.
Los astrónomos acaban de descubrir la primera molécula quiral en el espacio interestelar. El descubrimiento de óxido de propileno en una nube interestelar sienta las bases para que los astrónomos exploren los procesos químicos que derivaron en la preferencia de un enantiómero respecto a otro al formarse las biomoléculas de la Tierra
Detectan la formación de nuevos sistemas planetarios en Orión, y, como en esas nebulosas moleculares gigantes están presentes las moléculas e ingredientes esenciales para la vida… ¡Cuando los mundos evolucionen, en las condiciones adecuadas la Vida surgirá
Noticias como esta son ya continuadas y cada día se están descubriendo en el espacio interestelar, en las nubes de gas y polvo que dejan las estrellas al final de sus vidas y de donde surgen nuevas estrellas y nuevos mundos, materiales orgánicos que, miles de millones de años más tarde, hacen que en los mundos pueda surgir la vida.
“Hemos detectado la presencia de moléculas de antraceno en una densa nube en la dirección de la estrella 52 en Cernis Perseo, a unos 700 años luz del Sol “ – explicó Susana Iglesias Groth, una de las autoras del estudio-. “Y también hemos encontrado pruebas de la existencia de otra molécula orgánica, el naftaleno, en el mismo lugar, así que todo indica que hemos descubierto una región de formación estelar rica en la química prebiótica. Hasta ahora, el antraceno se había detectado sólo en los meteoritos y nunca en el medio interestelar. Las formas oxidadas de esta molécula son comunes en los sistemas vivos y son bioquímicamente activas. En nuestro planeta, el antraceno oxidado es un componente básico de la sábila y tiene propiedades anti-inflamatorias.
En las últimas décadas los científicos y el público en general han imaginado que se podría encontrar vida inteligente en el universo. Es probable que no seamos la única civilización en esta galaxia, que incluso podría contener docenas o centenares de civilizaciones dispersas entre sus 200.000 millones de estrellas. Si recibiéramos un mensaje complejo y detallado surgido de una de estas civilizaciones, o tuviésemos otra forma de contacto con ella, los efectos sobre nuestra civilización podrían ser intensos y profundos.
Muchos astrónomos, biólogos, filósofos, a los que se agrega ahora otra gente, creen que la existencia de la diversidad de la vida en el universo es un valor supremo. Es decir, en el universo entero, nada es de mayor valor, importancia o significación que las civilizaciones avanzadas y las especies inteligentes, incluyendo la nuestra, por supuesto. Si se preguntara “¿qué cosa o idea tiene más importancia o valor que la diversidad de la vida en el universo, incluyendo la civilización humana?” mucha gente contestaría: “Nada; el ser humano y cualquier otra vida inteligente son la cosa más importante del universo.
¿Tiene algo de especial nuestra Galaxia para que en ella pudiera surgir la Vida?
¿Será la situación en una región tranquila del Sistema solar a 30.000 a.l. del centro galáctico?
¿Cuán extensa y diversa es la vida inteligente que se ha desarrollado en nuestra galaxia? Se ha escrito una cantidad enorme de literatura científica sobre estas dos cuestiones. Estamos pensando aquí en las especies naturalmente desarrolladas que han alcanzado por lo menos nuestro nivel de inteligencia, penetración, conocimiento y cultura. Entre los científicos que han estudiado esta cuestión, el consenso general es que se deben haber desarrollado muchas especies inteligentes a través de nuestra galaxia, ahora y en otros tiempos, y que algunos de ellas pueden estar vivas hoy.
El revoltijo de complejidad que está presente en el Universo, nos lleva a pensar que, todo se ha fraguado a través de más de 13 mil millones de años, el tiempo necesario de evolución de la materia en las estrellas y en el propio universo para que, la vida, pueda surgir en sistemas con las adecuadas condiciones para acogerla. Hasta el momento, que sepamos, es el Carbono el material que la hace posible y la alternativa química sería el silicio que forma cadenas moleculares parecidas, pero por desgracia, tienden a ser , como el cuarzo y la arena, rígidas y poco interesantes como ladrillos para la biología.
Irónicamente, la revolución informática está demostrando que es la física del silicio más que la química del Carbono la que constituye la mayor promesa como alternativa para la vida artificial. Pero tales formas de vida e inteligencias no evolucionan espontáneamente como las nuestras sino que, deben ser fabricada por organismos basados en el Carbono para construir configuraciones altamente organizadas que, es probable quen un día de nuestro futuro, lleguen a poder auto-replicarse y, será entonces cuando podremos decir que ha nacido una nueva especie.
Está claro que hasta el momento todo ha sido especular pero, los hallazgos de moléculas orgánicas necesarias para la vida en el espacio exterior nos pone delante de los ojos un fuerte indicio de lo que puede ser, Todos esos materiales necesarios para la vida están esparcidos por el Universo, por los mundos y, cuando alguno de ellos, como la Tierra, está situado en la zona habitable de su estrella… ¡Vida a la vista!
La compartimos con otros muchos seres
“Un Universo tan vasto y complejo como el que sabemos que existe a nuestro alrededor, quizá haya sido absolutamente necesario…para producir un mundo que se adaptase de forma precisa en todo detalle al desarrollo ordenado de la vida que culmina con el hombre.”
Un poco provinciano el pensamiento al pensar que el hombre puede ser la cumbre de todo y, ciertamente, no podemos descartar la presencia de otros seres inteligentes y más avanzados que nosotros en otros mundos situados hasta en nuestra propia Galaxia. No digamos ya en los cien mil millones de galaxias que en el Universo son.
Hoy no podemos hacernos eco de ese sentimiento que resulta de la cortedad de pensamientos, de mirarnos el ombligo y, de no ver más allá de nuestras propias narices. El gran tamaño del Universo observable, con sus 1080 átomos, permite un enorme número de lugares donde puedan tener lugar las variaciones estadísticas de combinaciones químicas necesarias para el surgir de la vida. ¿Cómo la nuestra? ¿Quién puede saber eso?
Por mi parte creo que, en lo esencial, seres vivos organizados, donde quiera que puedan existir en el universo, deben ser fundamentalmente, y en su naturaleza esencial, también iguales y, si eso fuese así, creo que, sería muy beneficioso para nosotros cuando tengamos que tener encuentros futuros con la vida surgida en otros planetas de nuestra propia galaxia o de otras…¿Quién lo puede saber?
Emilio Silvera Vázquez
Nota aclaratoria: El Universo es muy grande para nosotros, y, nos empeñamos en hablar de otras formas de vida en otros mundos que, desde hace décadas estamos buscando con el programa SETI. Algunos critican el no haber logrado nada positivo a pesar del mucho tiempo y dinero invertido en ello.
Claro que, estos críticos hablan a la ligera, no tienen en cuenta la realidad:
Solamente nuestra Galaxia tiene un diámetro de 100.000 años luz, lo que significa que hay que estar 100 años buscando a la velocidad de la luz, para recorrerla buscando mundos que puedan tener la posibilidad de contener y acoger formas de vida.
Así las cosas, pongamos los pies en el suelo y veamos que es lo que ha buscado SETI:
Bueno, para hacernos una idea cabal de los hechos, hay que decir que SETI ha investigado una superficie del Espacio Interestelar similar a la de una Piscina Olímpica si le daños al Universo la superficie del Océano Pacífico.
Así las cosas, si comparamos una piscina olímpica con el océano pacífico, veremos que nos queda una inmensidad por investigar, y, desde luego, no es extraño que no hayan encontrado nada, es mucho lo que les queda por buscar, y, con los medios que tenemos… ¡Veremos que pasa! Creo que son más las ganas de que ese primer contacto se realice que las verdaderas posibilidades de que ocurra.
Además. en esta misión, nos encontramos con imposibilidades que retrasarían dicho logro.
Por ejemplo: Contactamos con una Civilización parecida a la nuestra. Ellos reciben el mensaje y ponen manos a la obra para descifrarlo, y, aunque estén inscrito en números y signos que sean entendibles para los científicos del lugar, se tardará un tiempo en descifrar el complejo mensaje.
Una vez resuelto, se disponen a contestarlo pero, aquí nos tenemos que parar al estudio de la situación:
El planeta localizado en el que moran esos seres inteligentes, está situado a 3.600 años luz de la Tierra, así que, ellos han tardado 3.800 años en recibirlo, y, cuando han dilucidado el jeroglífico y lo contestan, pasarán otros 3.800 años en que llegue a la Tierra. Así que Los que mandaron el mensaje habrían desaparecido unos 7.600 años atrás en el Tiempo. ¿Se acordarían los que reciban el mensaje de que iba todo aquello?
Suponiendo que sí, que los archivos les diera noción de los hechos, se dispondrían a contestar y habría que esperar otros 3.800 años en que la respuesta llegara.
No llego a alcanzar el desenlace final de todo esto, ya que, entre el Primer ¡Hola! y el tercero habrían pasado 11.400 años… ¡Qué locura!
Amiguitos… ¡Tendréis que esperar una Eternidad!
Emilio Silvera Vázquez
Oct
5
El Universo y sus normas: Hace irreversible la presencia de la Vida
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Vida ~ Comments (3)
Sin movernos del planeta Tierra, hemos llegado a saber dónde estamos y cómo es, el Universo
Ahora sabemos que el universo tiene que tener miles de millones de años para que haya transcurrido el tiempo necesario par que las moléculas de la vida pudieran ser fabricadas en las estrellas y la gravitación nos dice que la edad del universo esta directamente ligada con otras propiedades como la densidad, temperatura, y el brillo del cielo.
Puesto que el universo debe expandirse durante miles de millones de años, debe llegar a tener una extensión visible de miles de millones de años luz. Puesto que su temperatura y densidad disminuyen a medida que se expande, necesariamente se hace frío y disperso. Como hemos llegado a saber, la densidad del universo es hoy de poco más que 1 átomo por m3 de espacio. Traducida en una medida de las distancias medias entre estrellas o galaxias, esta densidad tan baja muestra por qué no es sorprendente que otros sistemas estelares estén tan alejados y sea difícil el contacto con seres de otros mundos. Si existen en el universo otras formas de vía avanzada, entonces, como nosotros, habrán evolucionado sin ser perturbadas por otros seres visitantes y podrán (como nosotros), alcanzar una fase tecnológica avanzada.
La expansión del universo es precisamente la que ha hecho posible que el alejamiento entre estrellas, con sus enormes fuentes de radiación, no incidieran en las células orgánicas que más tarde evolucionarían hasta llegar a nosotros. Diez mil millones de años de alejamiento continuado y el enfriamiento que acompaña a dicha expansión permitieron que, con la temperatura ideal y una radiación baja, los seres vivos continuaran su andadura en este planeta minúsculo, situado en la periferia de la galaxia que comparado al conjunto de esta, es sólo una mota de polvo donde unos insignificantes seres laboriosos, curiosos y osados, son conscientes de estar allí y están pretendiendo determinar las leyes, no ya de su mundo o de su galaxia, sino que su osadía ilimitada les lleva a pretender conocer el destino de todo el universo: es decir, de lo muy grande y, de lo muy pequeño.
Otras veces hemos hablado aquí de las Constantes Fundamentales y de las que más conocemos y oímos mencionar: La carga del electrón (e), la velocidad de la luz (c), la Constante de Planck (h), la Constante Gravitacional (G), otras, como la constante magnética (μo), la masa en reposo del electrón (me), o, la Constante de estructura Fina (1/137) denotada como α = 2π e2 / hc y cuyo resultado es 137…El número puro y adimensional.
La estructura de los átomos y las moléculas está controlada casi por completo por dos números: la razón entre las masas del electrón y el protón, β, que es aproximadamente igual a 1/1.836, y la constante de estructura fina, α, que es aproximadamente 1/137. Supongamos que permitimos que estas dos constantes cambien su valor de forma independiente y supongamos también (para hacerlo sencillo) que ninguna otra constante de la Naturaleza cambie. ¿Qué le sucede al mundo si las leyes de la naturaleza siguen siendo las mismas?
Sistemas flexibles donde no hay rompimiento de enlaces. Si cambiáramos las cosas, el mundo molecular se vendría abajo y todo sería diferente. Nada puede conformarse en sólidas estructuras sin la solidez de los átomos para formar moléculas y estas poder formar cuerpos
Si deducimos las consecuencias pronto encontramos que no hay muchos espacios para maniobrar. Incrementemos β demasiado y no puede haber estructuras moleculares ordenadas porque es el pequeño valor de beta el que asegura que los electrones ocupen posiciones bien definidas alrededor de un núcleo atómico y las cargas negativas de los electrones igualan las cargas positivas de los protones haciendo estable el núcleo y el átomo.
Si en lugar de a versión β, jugamos a cambiar la intensidad de la fuerza nuclear fuerte αF, junto con la de α, entonces, a menos que αF > 0,3 a½, los elementos como el carbono no existirían. No podrían existir químicos orgánicos, no podrían mantenerse unidos. Si aumentamos aF en solo un 4 por 100, aparece un desastre potencial porque ahora puede existir un nuevo núcleo de helio, el helio-2, hecho de 2 protones y ningún neutrón, que permite reacciones nucleares directas y más rápidas que de protón + protón → helio-2.
Las estrellas agotarían rápidamente su combustible y se hundirían en estados degenerados o en agujeros negros. Por el contrario, si aF decreciera en un 10 por 100, el núcleo de deuterio dejaría de estar ligado y se bloquearía el camino a los caminos astrofísicos nucleares hacia los elementos bioquímicos necesarios para la vida.
Gráfico: Zona habitable donde la complejidad que sustenta la vida puede existir si se permite que los valores que sustentan b y a varíen independientemente. En la zona inferior derecha no puede haber estrellas. En la superior derecha están ausentes los átomos no relativistas. En la superior izquierda los electrones están insuficientemente localizados para que existan moléculas auto reproductoras altamente ordenadas. Las estrechas “vías de tranvías” distingue la región necesaria para que la materia sea estable para evolucionar.
Múltiples formas de vida, tanto macro como microscópicas, están presentes en nuestro planeta, y, de la misma manera, lo estarán en otros que, estando en la zona habitable de su estrella, tengan condiciones similares o parecidas a las nuestras. La vida en el Universo, con las constantes que en él están presentes…¡es imparable!
Hemos comentado aquí otras veces que, los biólogos, parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están tan seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el carbono. La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencias extraterrestres en el universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habiten en planetas parecidos a la Tierra y que necesiten agua y oxígeno o similar con una atmósfera gaseosa y las demás condiciones de la distancia entre el planeta y su estrella, la radiación recibida, etc. En este punto, parece lógico recordar que antes de 1.957 se descubrió la coincidencia entre los valores de las constantes de la Naturaleza que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de carbono y oxígeno, y con ello para la vida en el universo.
Los cúmulos globulares contienen principalmente estrellas de Población II, muchas de las cuales han evolucionado hasta convertirse en gigantes rojas, y, más tarde, serán enanas blancas en el centro de una Nebulosa planetaria que habrán ionizado con su radiación ultravioleta.
Las estrellas más viejas se nuestra Galaxia se encuentran en agrupaciones (cúmulos globulares) que están más o menos simétricamente distribuidas en torno al centro galáctico. La teoría de la evolución estelar, quedó aceptablemente establecida allá por los años 30, y nos proporciona las edades de estas estrellas que, según todos los indicios, parecen indicar que existen estrellas tan viejas como 13 Ga (trece mil millones de años). Así, la edad del Universo debe ser algo mayor como ha quedado establecida.
Los materiales de la Vida se “fabrican” en las estrellas
Los ingredientes de la vida nacen mucho antes de formarse las estrellas
Las moléculas orgánicas que forman los bloques de construcción parala vida aparecen cientos de miles de años antes de que las estrellas comiencen a formarse.
(EUROPA PRESS)
Hay una coincidencia o curiosidad adicional que existe entre el tiempo de evolución biológico y la astronomía. Puesto que no es sorprendente que las edades de las estrellas típicas sean similares a la edad actual del universo, hay también una aparente coincidencia entre la edad del universo y el tiempo que ha necesitado para desarrollar formas de vida como nosotros.
El isocianato de metilo (CH3NCO) podría desempeñar un importante papel prebiótico en la formación de péptidos que podrían tener un papel significativo en la evolución química de la Tierra primitiva. Se sabe que, a temperatura ambiente, el metilisocianato reacciona con agua y con muchas sustancias que contienen grupos N-H o grupos O-H [3], comunes en la fase gaseosa en Orión.
De cada una de las moléculas que arriba contemplamos podemos decir: El monóxido de carbono es utilizado frecuentemente para determinar la masa en las nebulosas moleculares, el hidrógeno molecular protonado es uno de los iones más abundantes del universo, el formaldehído es una molécula orgánica abundante en el sistema interestelar, el metano (principal componente del gas natural) ha sido detectado en la cola de los cometas y en la atmósfera de algunos planetas del sistema solar, en el medio interestelar la formamida ácida, puede cambiarse con el metileno para dar acetomida, el acetaldehído y sus isómeros alcohol vinílico y óxido de atileno han sido detectados en el espacio Interestelar, ácidos acéticos del vinagre han sido hallados en nebulosas, también en nebulosas moleculares se han detectado ácidos esenciales para la vida.
Particularmente interesantes son las moléculas orgánicas que se encuentran de manera generalizada en las nubes interestelares densas de nuestra Vía Láctea. Alcoholes, éteres, e incluso algún azúcar simple (como el glicoaldehído) poseen abundancias significativas en tales nubes. La detección de la glicina, un aminoácido simple, en el espacio interestelar se viene intentando desde hace varios años. Pero aunque se tienen indicios muy positivos sobre su presencia en el espacio -algunos meteoritos la tienen presente-, su detección todavía ha de ser confirmada de manera inequívoca. La posibilidad de que existan aminoácidos en el espacio puede tener consecuencias de gran importancia para nuestra comprensión del origen de la vida. Aminoácidos simples, como la glicina, son los ladrillos con los se construyen las cadenas de proteínas y éstas, a su vez, son los constituyentes del ADN.
Hasta ahora se viene considerando que las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida son extremadamente exigentes y que en la Tierra se da una larga y complicada serie de circunstancias que ha permitido el desarrollo de la vida. Sin embargo, si se confirmase la detección de aminoácidos interestelares, tendríamos que concluir que los procesos físicos más fundamentales para originar vida son extremadamente comunes, lo que sugeriría que podría crearse vida de manera generalizada en el Universo.
Si miramos retrospectivamente cuánto tiempo han estado en escena nuestros ancestros inteligentes (Homo Sapiens) vemos que han sido sólo unos pocos cientos de miles de años, mucho menos que la edad del universo, trece mil setecientos millones de años, o sea, menos de dos centésimos de la Historia del Universo. Pero si nuestros descendientes se prolongan en el futuro indefinidamente, la situación dará la vuelta y cuando se precise el tiempo que llevamos en el universo, se hablará de miles de millones de años.
- C: Carbono
- H: Hidrógeno
- O: Oxígeno
- N: Nitrógeno
- P: Fósforo
- Fe: Hierro
- S: Azufre
- Ca: Calcio
- I: Yodo
- Na: Sodio
- K: Potasio
- Cl: Cloro
- Mg: Magnesio
- F: Flúor
- Cu: Cobre
- Zn: Zinc
- Glúcidos o Hidratos de Carbono
- Lípidos
- Proteínas
- Ácidos Nucleicos
El el gráfico de arriba están resumidas sus funciones.
A veces, nuestra imaginación dibuja mundos de ilusión y fantasía pero, en realidad… ¿serán sólo sueños?, o, por el contrario, pudieran estar en alguna parte del Universo todas esas cosas que imaginamos aquí y que pudieran estar presentes en otros mundos lejanos que, como el nuestro…posibilito la llegada de la vida.
- Un electrón es una partícula con carga eléctrica negativa. Los electrones forman la corteza exterior “reactiva” de los átomos que interacciona con otros y forman los vínculos químicos que mantienen a las moléculas unidas.
- La masa del protón y el neutrón es muy similar. En el caso del protón es de 1.6726×10−27 kg mientras que en el caso del neutrón su masa es de 1.6749×10−27 kg. El neutrón es por lo tanto apenas 0.1% mayor que el protón.
Si alguno de estos números variaran aunque solo fuese una diez millonésima parte… ¡La Vida en el Universo no podría existir!
Siguiendo con el hilo de los pensamientos con los que comenzamos este trabajo, podríamos imaginar fácilmente números diferentes para las constantes de la Naturaleza de forma tal que los mundos también serían distintos al planeta Tierra y la vida no sería posible en ellos. Aumentemos la constante de estructura fina y no podrá haber átomos, hagamos la intensidad de la gravedad mayor y las estrellas agotarán su combustible muy rápidamente, reduzcamos la intensidad de las fuerzas nucleares y no podrá haber bioquímica, y así sucesivamente. El Universo es como es porque, sus leyes y constantes son las que son. Al menos eso, sí hemos podido llegar a saber sobre la presencia de la vida posibilitada por estos factores fundamentales.
Sabemos que moléculas complejas y biomoléculas están presentes en el espacio interestelar. Los científicos han descubierto alrededor de las nebulosas planetarias Tc-1 y M1-20 (situadas entre 600 y 2.500 años luz de la Tierra), por primera vez evidencias de fullerenos complejos, denominados «cebollas de carbono», las moléculas más complejas observadas hasta el momento en el espacio exterior. Un hallazgo que tiene importantes implicaciones a la hora de entender la física y química del Universo y del origen y composición de las bandas difusas interestelares (DIBs), uno de los fenómenos más enigmáticos de la astrofísica.
Halladas moléculas de azúcar en el gas que están presentes en las Nebulosas junto a otras moléculas esenciales para la Vida
Ahora conocemos muchas cosas antes ignoradas y, parece, que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia. El argumento, en su forma más simple, nos lleva a pensar que, al menos en el primer sistema solar habitado observado, ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre tiempo(bio-lógico) y tiempo(estrella) que son aproximadamente iguales; el t(bio) –tiempo biológico para la aparición de la vida, resultó ser algo más extenso, es decir, el neceario para que las estrellas pusieran fabricar, en sus hornos nucleares, los elemetos que darían lugar, mucho más tarde, a la formación de las moléculas de la vida.
Hasta donde sabemos, en nuestro sistema solar la vida se desarrolló por primera vez sorprendentemente pronto tras la formación de un entorno terrestre hospitalario. El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas que llegaran a poder cristalizar los materiales complejos necesarios para la vida, tales como el hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, carbono… Si miramos por ahí, encontraremos múltiples noticias como estas:
Telescopio Spitzer de la NASA ha detectado los pilares de la vida en el universo distante, aunque en un entorno violento. Ha posado su poderoso ojo infrarrojo en un débil objeto situado a una distancia de 3.200 millones de años luz (recuadro), Spitzer ha observado la presencia de agua y moléculas orgánicas en la galaxia IRAS F00183-7111.
Como podemos ver, amigos míos, la vida, como tantas veces vengo diciendo aquí, pulula por todo el Universo en la inmensa familia galáctica compuesta por más de ciento veinticinco mil millones y, de ese número descomunal, nos podríamos preguntar: ¿Cuántos mundos situados en las zonas habitables de sus estrellas habrá y, de entre todos esos innumerables mundos, cuántos albergaran la vida?
A muchos les cuesta trabajo admitir la presencia de vida en el universo como algo natural, ellos abogan por la inevitabilidad de un universo grande y frío en el que es difícil la aparición de la vida. Yo (como muchos otros), estoy convencido de que la vida es, de lo más natural en el universo y estará presente en miles de millone de planetas que, como la Tierra, tienen las condiciones para ello. Una cosa no se aparta de mi mente, muchas de esas formas de vida, serán como las nuestras aquí en la Tierra y estarán también, basadas en el Carbono. Sin embargo, no niego que puedan existir otras formas de vida diferentes a las terrestres.
Emilio Silvera Vázquez
Oct
2
¿La Vida? Está presente por todo el Universo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Vida ~ Comments (1)
La autoconstrucción biológica requiere energía. Cualquier tipo de trabajo requiere energía (eléctrico, mecánico, osmótico, etc.) que realizamos los seres vivos. En último término, la principal fuente de dicha energía es la luz solar, que sostiene directamente todas las plantas verdes y otros organismos fotosintéticos y, a través de la cadena alimentaria, a todos los demás organismos que finalmente dependen del alimento que proporcionan los fotosintéticos.
El niño que toma leche de vaca, por ejemplo, obtiene su energía de la luz del Sol a través de la hierba que comío la vaca que le proporcionó la leche. Sólo las bacterias quimiosintéticas (aquellos autótrofos que obtienen su energía de reacciones químicas minerales) y los organismos que se alimentan de ellas no dependen de la luz solar. En la actualidad, sólo una pequeña parte del mundo vivo pertenece a esta categoría que, sin embargo, puedo tener una gran importancia para el origen de la vida.
La luz es la responsable de que en la Tierra -y supongo que en otros muchos planetas del Universo- , se puedan formar complejas estructuras y germinar muchas otras que son imprescindibles para la existencia de los seres vivos. La utilización biológica de la luz se comprenderá más fácilmente si, consideramos primero, en que nosotros y todos los demás organismos heterótrofos -que viven en el aire-, es decir, animales, hongos y muchos protistas y bacterias, satisfacemos nuestras necesidades energéticas.
La palabra clave es combustión; más técnicamente, oxidación, esto es, la producción de energía por la interacción de determinadas sustancias con el oxígeno. En este sentido, somos como cualquier máquina y, el combustible en nuestro caso, consiste en componentes del acervo metabólico, que a su vez deriva de los alimentos. Aquí, sin embargo, termina la analogía. Las combustiones vitales son frías; y las energías que liberan no se utiliza en forma de calor, un fenómeno que sería imposible en células vivas, en las que las diferencias de temperaturas son despreciables. Esta energía sirve en cambio, para hacer funcionar el generador químico central que, a su vez, proporciona energía a la mayoría de las formas de trabajo biológico.
Está claro que todo nuestro cuerpo funciona por medio de los mecanismos complejos que en cada región tenemos y, todo ello, sería imposible sin la utilización de la energía que suministran los alimentos que tomamos -combustible para nuestra máquina- y que, de alguna manera, al final del camino, están producidos de una u otra forma por la Luz.
En las combustiones celulares, al igual que en aquellas en las que estamos familiarizados, se utiliza el oxígeno para convertir el carbono de las sustancias orgánicas en dióxido de carbono (CO2) y su Hidrógeno en agua (H2O). En la fotosíntesis ocurre exactamente lo contrario. Lo que hacen las plantas verdes con ayuda de la energía luminosa es sencillamente invertir las oxidaciones. A partir de dióxido de carbono y agua, las plantas fabrican un azúcar de fórmula (CH2O)6, y emiten el Oxígeno sobrante (una molécula de O2 por cada molécula de CO2 utilizada) a la atmósfera.
Así, el combustible es re generado a expensas de los productos de su oxidación, y la energía necesaria proporcionada por la luz. Todo lo demás, o casi, tiene lugar como en la heterotrofia aerobia (que es el estado al que las plantas cambian en la oscuridad, subsistiendo, entonces, a partir de sus reservas). Muchas bacterias fotosintéticas funcionan como las plantas, pero unas pocas se basan en reacciones más primitivas que conducen a la síntesis de azúcares sin la liberación de oxígeno. Como ocurre con las bacterias autotótrofas no fotosintéticas (quimiosintéticas), consiguen el mismo tipo de síntesis con la energía proporcionada por la oxidación de otras transformaciones de sustancias minerales.
La quimiosíntesis consiste en la síntesis de ATP a partir de la energía que se libera en reacciones de compuestos inorgánicos reducidos. Los organismos que realizan quimiosíntesis se denominan quimoautótrofos, quimiolitótrofos o quimiosintéticos, todos son bacterias que usan como fuente de carbono el dióxido de carbono en un proceso parecido al ciclo de Calvin de las plantas.
https://youtu.be/vyrH4BNvIJk?list=PLqkAAAplL09IA8P_W85taCNtZQGV3eaqf
Bacterias quimiosintéticas
Está claro que, aún siendo la vida un gran misterio para todos nosotros, también hay que admitir y es induble que, mediante el estudio y la observación, experimentando y aunando experiencias, hemos podido llegar a saber muchas de las cuestiones que antes eran secretos de la Naturaleza y que hemos podido desvelar, tras cientos de años de indagar y querer saber, el por qué de las cosas.
Fumarolas submarinas y los organismos que las habitan
“Podemos explicar las similitudes entre humanos y chimpancés atribuyéndolas a su descendencia de un antepasado común que poseía las distintas características que los dos grupos comparten”
Dicen que el antepasado no era ni Homo ni Pan, y, no sabemos el por qué las dos ramas divergieron, mientras la una sigue en la copa de los árboles, la otra quiere viajar a las estrellas.
Así nos lo dice Andrew H. Knoll en su maravilloso libro La vida en un planeta joven, del cual, dejamos a continuación algunas impresiones.
El registro fósil de la ascendencia humana es notablemente incompleto, pero los restos de esqueletos hallados en África y Asia confirman esta predicción. Los humanos no descienden de los chimpancés, divergieron a partir de un antepasado común que no era ni Homo ni Pan.
Puesto que somos grandes animales, se nos puede perdonar que tengamos una visión del mundo que tiende a celebrar lo nuestro, pero en realidad, esa perspectiva es errónea. Somos nosotros quienes hemos evolucionado para encajar en el mundo microbiano, y no al revés. Que esto sea así se debe, en parte4 a una cuestión histórica, pero también tiene una explicación en términos de diversidad y funcionamiento del ecosistema. Si los animales son la guinda de la evolución, las bacterias son el pastel.
“Árbol de la vida mostrando las relaciones de los seis principales de protistas. Se considera que los cloroplastos de Archaeplastida proceden de la endosimbiosis primaria de una cianobacteria, los de Excavata y Rhizaria de la endosimbiosis secundaria de un alga verde y los de Chromalveolata de un alga roja.”
¿Cómo está constituido el reino protista?
Está constituido por los organismos eucarióticos unicelulares, con excepción de unos pocos que presentan una estructura multicelular bastante simple. El hecho de ser unicelulares no significa que sean seres simples y sencillos; en realidad, la célula que los constituye es , quizás una de las mas complejas, con una gran variedad de estructuras altamente especializadas.
Cómo se explica la presencia de cloroplastos y mitocondrias en los eucariotas?
Se debe a que estas células provienen de bacterias especializadas: 1) las mitocondrias contienen su propio ADN bacterial 2) tanto las mitocondrias como las bacterias presentan las mismas enzimas en las membranas celulares 3) los ribosomas de las mitocondrias se parecen en tamaño y composición química ; y 4) las mitocondrias solo se reproducen a través de otras mitocondrias, por división dentro de la célula huésped.
Las plantas, los animales, los hongos, las algas y los protozoos son todos organismos eucariotas, genealógicamente vinculados por un modo de organización celular en el que el material genético aparece encerrado en el interior de una estructura membranosa llamada núcleo (arriba en la imagen se aprecia).
Las bacterias y otros procariotas son distintos: sus células carecen de núcleo. Por lo que respecta a su importancia biológica, los eucariotas parecen jugar con con una clara ventaja: los organismos eucariotas se presentan en una gran diversidad y variedad de tamaños y formas que van desde los escorpiones, los elefantes y las setas hasta los geranios, las laminarias y las amebas. Los procariotas, en cambio, son en su mayoría diminutas esferas, cilindros o espirales. Algunas bacterias forman filamentos sencillos de células unidas por sus extremos, pero son muy pocas las que llegan a construir estructuras multicelulares más complejas.
Célula eucariotas
El tamaño y la forma sin duda dan ventaja a los eucariotas, pero la morfología es sólo uno de los criterios posibles para medir la importancia ecológica. El metabolismo -el modo como un organismo obteiene materia y energía- es otro criterio, y de acuerdo con este son los procariotas los que destacan por su diversidad.
En la actualidad se acepta que los procariotas fueron los precursores de los organismos eucariotas. Sin embargo hay grandes diferencias entre esos dos grupos celulares. Una de esas diferencias reside en la organización génica y en los mecanismos de sintetizar el ARN mensajero. Un trabajo publicado esta semana en PLoS Biology afirma que los eucariotas podrían proceder de cianobacterias termófilas ya que su organización génica recuerda rudimentariamente a la de los eucariotas.
El árbol filogenético
Todos los seres vivos comparten su origen: todos provienen del reino móneras. Este reino abarca los seres unicelulares procariotas, que carecen de núcleo celular. Son las arqueobacterias y las eubacterias. De los móneras surgieron los protoctistas. Este reino reúne seres eucariotas unicelulares heterótrofos y con digestión interna (protozoos), y eucariotas unicelulares o pluricelulares sin tejidos, autótrofos fotosintéticos (algas).
Los organismos eucariotas básicamente viven de alguno de los tres modos siguientes:
Algunos organismos, incluidos nosotros mismos, somos heterótrofos, es decir, obtenemos tanto el carbono como la energía que necesitamos para el crecimiento de ingerir moléculas orgánicas producidas por otros organismos. Para obtener ener´gia nuestras células utilizan oxígeno para descomponer azúcares en dióxido de carbono y agua mediante el proceso denominado respiración aeróbica (es decir, que utiliza oxígeno). En caso de necesidad, podemos conseguir un poco de energía por medio de un segundo tipo de metabolismo llamado fermentación, un proceso anaeróbico (sin oxígeno) por el que una molécula orgánica se desompone en dos (sólo las levaduras y unos pocos eucariotas más viven fundamentalmente con este metabolismo).
La química de la fotosíntesis Una de las más importantes reacciones químicas que se producen en la naturaleza es la fotosíntesis. Por medio de este proceso, las plantas absorben la energía del Sol utilizándola para convertir el agua y el dióxido de carbono en su alimento y también en oxígeno, es decir, en compuestos orgánicos reducidos.
Para esto, es necesaria la participación de la clorofila, contenida en los cloroplastos de las células vegetales. La fotosíntesis se lleva a cabo en dos etapas, llamadas luminosa y oscura.
Donde más intensamente se desarrolla esta reacción química es en las hojas de las plantas verdes. Y el oxígeno que se libera es aprovechado por nosotros para respirar. De hecho, sin plantas y sin este proceso químico, simplemente nosotros tampoco existiríamos.
El tercer tipo principal de metabolismo energético que se encuentra en los eucariotas es la fotosíntesis que realizan las plantas y las algas: la clorofila y otros pigmentos asociados captan la energía del Sol, y esta permite a las plantas fijar dióxido de carbono en forma de materia orgánica. Para convertir la luz en energía bioquímica las plantas necesitan un electrón, que proporciona el agua, y en el proceso se libera oxígeno como producto secundario.
¡La Vida! ¿Dónde no estará la vida? Es es la pregunta
Exponer aquí y ahora la diversidad metabólica de los microorganismos procariotas, sería un aspecto clave para entender y explorar la historia de la vida primigenia y, son tan numerosas las formas de metabolismo que utilizan los procariotas para vivir que, me resulta imposible, exponer tanta diversidad en nun trabajo de tan reducido tamaño.
De gran diversidad, los procariotas sustentan un metabolismo extraordinariamente complejo, en algunos casos exclusivo de ciertos taxa, como algunos grupos de bacterias, lo que incide en su versatilidad ecológica.Los procariotas se clasifican, según Carl Woese, en arqueas y bacterias.
Al igual que los eucariotas, muchas bacterias respiran oxígeno. Pero otras bacterias utilizan nitrato disuelto y otras iones de sulfato u óxidos metálicos de hierro o manganeso. Unos pocos procariotas suelen incluso utilizar CO2, que hacen reaccionar con ácido acético en un proceso que genera gas natural, que es el gas metano (CH4) como el detectado en el Planeta Marte por la NASA. Los organismos procariotas han desarrollado, además, toda suerte de reacciones de fermentación.
Las bacterias también exhiben variaciones sobre el tema de la fotosíntesis. Las cianobacterias, un grupo de bacterias fotosintéticas teñidas de color verde azulado por la clorofila y otros pigmentos, captan la luz del Sol y fijan C2 de forma muy parecida a como lo hacen las algas y plantas terrestres eucariotas. Sin embargo, cuando en el medio hay sulfuro de hidrógeno (H2S, bien conocido por su característico olor a “huevos podridos”), muchas cianobacterias utilizan este gas en lugar de agua para obtener los electrones que requiere la fotosíntesis. Como producto secundario se forman entonces azufre y sulfato, no oxígeno.
Las variaciones bacterianas sobre temas metabólicos de la respiración, la fermentación y la fotosíntesis son, pues, impresionantes, pero los organismos procarióticos han desarrollado todavía otro modo de crecer que es completamente desconocido en los eucariotas: la quimiosíntesis.
Muchos son los modos metabólicos que me he tenido que dejar por detrás por impedirlo el tiempo del que dispongo ahora para poner aquí este trabajo, sin embargo, una casa queda clara, estos minúsculos “seres” pueden vivir en “cualquier medio” nada les impide adaptarse y asumir una forma metabólica que les venga bien para subsistir, y, siendo así (que lo es), ¿Cómo podemos dudar de que en Marte y en otros planetas o lunas del espacio exterior esté presente la vida? Tanto en nuestra Galaxia como en otras lejanas, la Vida, amigos míos, estará presente de mil formas y maneras.
Todos estos “personajes” que han pasado por aquí, a pesar de sus minúsculas estructuras, son, en realidad, los responsables del ecosistema planetario, sin ellos, amigos míos, no podríamos estar aquí. Las condiciones de las que podemos gozar estan generadas por ellos y, sin embargo, somos nosotros los que nos damos toda la importancia.
¡Vivir para ver!
Emilio Silvera Vázquez