Abr
9
¡Los pensamientos!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
Comments (0)
“El comportamiento humano puede ser genuino y deliberado ya que solo los seres humanos se guían en sus conductas por un conocimiento de lo que ocurrió antes de que nacieran y por una idea preconcebida de lo que puede ocurrir después de que hayan muerto; pues, sólo los seres humanos se orientan por una luz que ilumina una extensión mayor que la parcela de tierra sobre la que se encuentran.”
Huxley en una impresa de Lock & Whitfield, Londres 1880
A merced del Universo, sobre el frágil puente de nuestra ignorancia y ante la luz cegadora de nuestras propias mentes que no nos dejan “ver” el infinito mundo del conocimiento de las cosas, de la Naturaleza y de nosotros mismos. Cuando allá por el año 1887, Thomas Henry Huxley, presentó “El Origen de las Especies”, dijo:
“Lo conocido es finito, lo desconocido infinito; intelectualmente nos hallamos en un islote en medio del océano ilimitado de lo inexplicable. La tarea de cada generación es reclamar un poco más de terreno, añadir algo de extensión y solidez de nuestras posesiones”
En la historia de la Humanidad existen múltiples ejemplos de grandes pensadores que trataron de profundizar en el por qué de las cosas, en los secretos del “mundo”, de la Naturaleza, del Universo y… ¡De nosotros! Lo cierto es que no hemos podido llegar a conocernos.
Sí, somos la parte del Universo que piensa
La convicción de que, en cierto sentido, formamos una unidad con el universo, por supuesto, ha sido afirmada antes muchas veces, en otras esferas de pensamiento. Hahvé creó a Adán del polvo; el griego Heráclito escribió que “todas las cosas son una sola”; Lao-tse, en China, describió al hombre y la naturaleza gobernados por un solo principio (“lo llamó el Tao”); y la creencia en la unidad de la Humanidad con el cosmos estaba difundida los pueblos anteriores a la escritura, como lo puso de relieve el jefe indio suquamish Seattle, quien declaró en su lecho de muerte que, “todas las cosas están conectadas, como la sangre que une a una misma familia. Todo es como una misma familia, os lo digo”.
Hay algo sorprendente en el hecho de que la misma concepción general ha surgido de ciencias que se enorgullecen de su lúcida búsqueda de hechos objetivos, empíricos, los mapas de cromosomas y los registros fósiles que representan las inter-conexiones de todos los seres vivos de la Tierra, hasta la semejanza de las proporciones químicas cósmicas con las de las especies vivas terrestres, nos muestran que realmente formamos parte del universo en su conjunto.
La verificación científica de nuestra participación en las acciones del Cosmos , luego, muchas implicaciones. Una de ellas es, si la vida inteligente ha evolucionado en este planeta, también puede haberlo hecho en otras partes. La Teoría de la evolución de Darwin, aunque no explica el antiguo enigma de por qué existe la vida, deja claro que la vida puede surgir de la materia ordinaria y evolucionar hasta una “inteligente”, al menos en un planeta como la Tierra que gira alrededor de una estrella como el Sol (más de diez mil millones en la Vía Láctea solamente) y, presumiblemente, más que unos pocos planetas semejantes a la Tierra, podemos especular que no somos la única especie que ha estudiado el universo y se ha preguntado sobre su papel en él.
Nuestra comprensión de la relación de la Mente con el Universo puede depender de que podamos tomar contacto con otra especie inteligente con la cual compararnos. Raramente la ciencia ha obtenido buenos resultados al estudiar fenómenos de los que sólo tenía un ejemplo: Las leyes de Newton y Einstein habrían sido mucho más difíciles -quizá imposibles- de formular si sólo hubiese habido un planeta para someterlas a prueba, y a menudo se dice que el problema de la cosmología es que sólo tenemos un universo para examinar. (El descubrimiento de la evolución cósmica reduce un poco dificultad al ofrecer a nuestra consideración el muy diferente del universo en los primeros momentos de la evolución cósmica.) La cuestión de la vida extraterrestre, pues, va más allá de problemas el de si estamos solos en el universo, o si podemos esperar tener compañía cósmica o si debemos temer invasiones exteriores; también es un modo de examinarnos a nosotros mismos y nuestra relación con el resto de la Naturaleza.
Aunque mucho de esto es, el interés reciente por la vida extraterrestre considerarse como un resultado del último vuelco en la fortuna del materialismo, la doctrina filosófica según la cual es posible explicar los sucesos exclusivamente en términos de interacciones materiales, sin recurrir a conceptos insustanciales tales como el espíritu. El darwinismo engendró una nueva actitud de respeto hacia las potencialidades de la materia ordinaria: un montón de barro en un charco de agua de lluvia empieza a parecer mágico, si se piensa que sus iguales de antaño lograron elevarse hasta dar origen a todo el conjunto de la vida terrestre, inclusive la del individuo que contempla el barro. Una persona reflexiva, recordando que su ascendencia se remonta, a través de los mamíferos, hasta los peces, los aminoácidos, los azúcares de la materia prebiótica, no puede estar de acuerdo con Martín Lutero en que la Tierra es “sucia” y “nociva”, o aceptar el veredicto de la Christia Sciencie de que “no hay vida, verdad, sustancia ni inteligencia en la materia”.
¿La Vida? ¡Podría estar presente en tantos lugares! El Universo es inmenso, está lleno de galaxias de estrellas y de mundos. Pensar en la remota posibilidad de que la vida, solamente apareciera aquí, en la Tierra, es ir contra la lógica y despreciar las leyes de la Naturaleza que, en todas partes, actúa de la misma manera: Cuatro fuerzas fundamentales y las constantes conocidas.
Mundos como la Tierra… ¡Los hay a millones!
Históricamente, los materialistas se han inclinado a pensar que hay vida en otros mundos. El atomista Metrodoro escribió en el siglo IV a. de C. que “considerar la Tierra el único mundo poblado en el espacio infinito es tan absurdo como afirmar que en todo un campo sembrado de mijo sólo un grano crecerá”. Cinco siglos más tarde, el epicuréo Lucrecio sostuvo que “hay infinitos mundos iguales y diferentes de mundo nuestro”. La Iglesia católica romana, convencida de que los seres humanos son esencialmente espíritus inmateriales, se sintió amenazada por el punto de vista materialista: cuando Giordiano Bruno, el decano renacentista del misticismo popular, afirmaba que la materia “es en verdad toda la naturaleza y la madre de todo lo vivo, y declaró que Dios “es glorificado, no en uno, sino en incontables soles; no es una sola Tierra, sino en mil, que digo, en infinidad de mundos”, fue atado a una estaca de hierro y quemado vivo, el 19 de febrero de 1600, en la Piazza Campo dei Fiori de Roma.
Sin embargo, cuando la ciencia creció también lo hizo el materialismo, y con él la creencia de una pluralidad de mundos. Podríamos seguir por camino y filosofar sobre lo que fue, lo que es y, lo que probablemente será pero, el tiempo se me acaba y, luego, no quisiera cerrar este sin dejar una falsa sensación.
Es curioso como los humanos tendemos a simbolizarlo todo, sabemos del ADN y de cómo estamos conformados, tratamos de indagar sobre la conciencia y los mecanismos de la Mente, ese lugar inmaterial que genera el cerebro y del que surgen las ideas y los pensamientos, allí está todo lo somos y también, en ese misterioso lugar, se crean los sentimientos que crecen y crecen. Sin embargo, tendemos a idealizar los sentimientos con el corazón. ¿Por qué será?
Algunas formas de materia evolucionada, guardan en sus “recurdos” esa memoria de la que hablamos
Sí, la materia tiene memoria y deja sus huelllas por todas partes… ¡Hay que saber buscar! En el lugar más inesperado la materia habrá evolucionado hasta el protoplasma vivo que nos llevará hasta la vida, ese estado en el que la materia puede llegar a generar pensamientos, y, hasta sentimientos.
La Ciencia está muy bien, el materialismo viene a poner nuestros pies en el suelo y que no fijemos en las cosas tal como son o, al menos, tal como creemos que son. Sin embargo, una cuestión me tiene desconcertado: ¿Cómo podemos sentir en la que sentimos? ¿De donde vienen esos sentimientos? ¿Será quizá una muestra suprema de la evolución del mundo material? ¿Tendrá memoria la materia?
Por si acaso, yo dejaría aquí un gran signo de interrogación, ya que, hemos alcanzado una pequeña cota de la altísima montaña que nos hemos propuesta escalar, y, luego, no sabemos lo que nos podremos encontrar lleguemos a cotas más elevadas, ya que, pensar en llegar al final…no parece nada fácil.
emilio silvera
Abr
7
¿Cómo pudo surgir la Vida? ¡Es todo tan complejo!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
Comments (0)
« Mente y Filosofía… ¡Los pensamientos!
“… la metafísica de Aristóteles: … es indicadora de todo lo que viene después (de la Física), y que se encuentra más allá de lo percibido”.
Ylem o sustancia cósmica que se cree está permeando todo el Universo para hacer posible la existencia de la materia que forma todos los objetos y (por evolución) la Vida.
« ¡El Universo! Hay tanto que contar…
Una de las cosas que nos gustaría poder constar, es, precisamente, nuestra presencia aquí
Y en todas sus regiones, por muy alejadas que se puedan encontrar, sucederán las mismas cosas
Podemos leer en las piedras… ¡Cuentan tantas historias!
Con sus tres mil quinientos millones de años de edad, las rocas sedimentarias dispersas por algunas regiones del mundo, por ejemplo, en Australia Occidental (Grupo Warrawoona), nos regalan uno de los primeros atisbos e vida y el en la infancia de la biosfera. Esas rocas contienen estromatolitos y estructuras microscópicas que han sido interpretados como bacterias fósiles, aunque ese extremo aún siga en pleno debate. No obstante, las signaturas químicas proporcionan evidencias sólidas de la antigüedad de la vida, aunque el tipo de biolo´gia responsable de ellas siga siendo incierto. En las investigaciones geológicas de la vida primigenia de la Tierra seguimos mirando a través de un cristal oscuro.
Muchas veces pasamos junto a sistemas rocosos sin pensar que, en ellos, están presentes un sin fin de del pasado que nos hablan de la vida y, son los geólogos los que, pacientemente se internan por lugares perdidos del mundo en busca de esa huella que nos hable del surgir de la vida.
El vestigio geológico, como dijo James Hutton, no presemnta “ni vestigios de un principio ni perspectiva de un futuro”. Las perspectivas de un futuro siguen siendo remotas, pero durante las últimas décadas los paleontólogos han desenterrado lo que verdaderamente considerar los vestigios del proncipio de la vida.
Insectos fosilizados de millones de años de edad
También aquí hay que rendirse a la evidencia: la esperanza de encontrar pequeños autómatas químicos fosilizados hace 4.000 millones de años.
Fósiles de cascarones (a la izquierda) y de manto bacteriano (a la derecha) en los sedimentos de Pilbara, Grupo Warrawoona, 3.446 Ga-© Frances Westall.
Estas estructuras han sido atribuidas a bacterias fosilizadas. La cantidad de carbono restante unida a estos microfósiles es generalmente muy débil ( 0,01-0,5% con puntas excepcionales hasta el 1%) lo que hace particularmente difícil el análisis del carbono orgánico. No obstante, se han podido determinar los isótopos de carbono y presentan un enriquecimiento variable pero así y todo significativo en carbono 12, lo que habitualmente se traduce en un origen biológico. En general, las moléculas biológicas producidas por fotosíntesis se caracterizan por un enriquecimiento en 12C en relación con los carbonatos minerales. Así, la relación 12C/13C pasa de 88,99 en los carbonatos minerales de referencia a valores comprendidos entre 90,8 y 91,7 en las moléculas orgánicas biológicas.
Aunque no son plantas, las cianobacterias son uno de los principales seres vivos capaces de realizar la fotosíntesis, y están sujetos al mismo intercambio de gases. En ellos los gases fluyen a través de la membrana y la pared celular por transporte pasivo.
Arguyendo un parecido entre las cianobacterias modernas y los microfósiles de Pilbara, William Schopf, de la Los Angeles, ha descrito estos últimos como fósiles de cianobacterias. Estas bacterias ancestrales, pues, ya habrían practicado la fotosíntesis oxigenada. Interpretación muy importante ya que situaría la fotosíntesis oxigenada muy atrás en los tiempos geológicos, mientras que los indicios bioquímicos más antiguos de la fotosíntesis oxigenada encontrados en esquistos carbonados, también en Australia, sólo se remontan a 2.700 millones de años.
Según el inglés Martin Brasier, de la Universidad de Oxford, las estructuras contendrían efectivamente carbono orgánico enriquecido en isótopo 12, pero la materia orgánica sería de origen puramente químico y no biológico. Podría proceder de la reacción del hidrógeno con el monóxido de carbono (reacción llamada de Fischer-Tropsch), dos gases presentes en los fluidos de las fuentes hidrotermales. La acumulación de materia orgánica en microestructuras sería debida a la cristalización del cuarzo en la vena hidrotermal, y el importante enriquecimiento en carbono 12 sería el resultado de procesos puramente químicos. La explicación de Brasier, no obstante, no es totalmente convincente porque no es probable que la reacción de Fischer-Tropsch produjera moléculas tan complejas como los kerógenos (materia orgánica compleja, insoluble en los disolventes habituales) depositados en las venas hidrotermales.

Sedimento de Isua, Groenlandia, de una antigüedad de 3.800 millones de donde se han encontrado Bacterias fósiles de una antigüedad aproximada de 3.500 millones de años.
Franjas blancas en el afloramiento rocoso de Akilia, en Groenlandia, que esconden partículas de carbono que, en un principio se consideraron señales de vida.
Muchas veces hemos opido hablar de la datación del Carbono y, el sistema de datación radiométrica más conocido es el proporcionado por el 14C, o Carbono 14, un esótopo raro de Carbono que se produce en natural por acción de los rayos cósmicos y antropogénicamente por bombas nucleares. Se desintegra en Nitrogeno (14N) con una vida media de 5.730 años. Como el Carbono 14 es tan poco común (menos de uno de mil átomos de Carbono) y su vida media es tan corta, la datación con radio carbono queda limitada a los últimos cien mil años, aproximadamente.
Las trazas de vida primitiva han sido borradas por la geología, el fluir de las aguas, los UV y por la propia evolución de la vida, los cambios…del Oxígeno, de la atmósfera, etc.
En los materiales más antiguos simplemente no queda suficiente 14C que pueda medirse con precisión. Por consiguiente, el 14C proporciona una herramienta de datación valiosa para egiptólogos o para paleontólogos interesados en Mamuts lanudos, pero no sirve para desentrañar la historia profunda de la Tierra que sus secretos muy bien guardados en lo más profundo de los tiempos.
Escenas que nos llevan hacia atrás en el tiempo (65 millones de años)
Conforme estudiamos los restos fósiles vamos sabiendo más de tiempos pretéritos. Cada descubrimiento nos retrotrae un poco más en el pasado y nos dice, por ejemplo, que el primer ojo o el primer ser fotosintético se remontan aún más en el tiempo de lo que pensábamos.
Conforme estudiamos los restos fósiles vamos sabiendo más de tiempos pretéritos. Cada descubrimiento nos retrotrae un poco más en el pasado y nos dice, …
Frances Westall, del CNRS francés, y sus colaboradores han analizado unos tapetes microbianos fósiles encontrados en el cinturón Barberton Greenstone sudafricano y llegado a la conclusión de que la fotosíntesis ya existía al menos hace 3300 millones de años.
Estas capas de microbios crecían en una Tierra en la que no había oxígeno libre, una Tierra muy distinta a la que conocemos ahora. Probablemente su hábitat era la línea costera a muy baja profundidad bajo la superficie. Un sitio en el que había agua y la luz del Sol llegaba sin dificultad. Esa tonalidad, probablemente verde-azulada, sería la que cambiaría el planeta gracias a la luz y la evolución.
¡La Vida! Que estuvo presente en el pasado… ¡De tántas maneras!
Los microorganismos fósiles más antiguos fueron encontrados en los sedimentos de Barberton, en África del Sur, y de Pilbara, en Australia. Estos sedimentos, de una antigüedad de entre 3.200 y 3.500 millones de años, son ligeramente más jóvenes que las rocas de Groenlandia. Los sedimentos se han conservado bien y muestran la existencia de abundante vida en las aguas litorales de poca profundidad, y quizá incluso cerca de la superficie del agua (algunos biofilms tienen una estructura laminada que parece indicar una vida bacteriana que ya utilizaba energía ). Los microfósiles identificados comprenden estructuras filamentosas con una longitud de entre diez y algunos cientos de micras, bastoncillos de algunas micras de largo y estructuras esféricas y ovoides de aproximadamente 1 micra de diámetro.
Los trabajos realizados en Orleans, en el Centro de biofísica molecular del CNRS, por Frances Westall podrían aportar una explicación intermedia. Se han observado al microscopio electrónico morfologías de microfósiles tales como biofilms, polímeros, cascarones, filamentos, bastoncillos, en las muestras de sílice tomadas en Pilbara en zonas limítrofes con las venas hidrotermales de Schopf, pero nunca en el interior mismo de las venas. Estas morfologías contienen carbono identificado por microanálisis con el microscopio electrónico. Parece, en efecto, que las bacterias ancestrales vivían, y posteriormente fueron fosilizadas, en rocas sedimentarias cercanas a venas hidrotermales. Las venas hidrotermales pueden muy bien haber arrastrado la materia orgánica de las bacterias muertas y/o fosilizadas (por lo tanto, enriquecidas en carbono 12), materia orgánica que habría sido depositada nuevamente más arriba en las venas hidrotermales, para formar las famosas estructuras carbonadas complejas descritas por Schopf. Las estructuras de Schopf, pues, sólo serían restos de materia orgánica bacteriana y no bacterias fosilizadas. Esta explicación, por lo tanto, es intermedia entre el todo bacteriano de Schopf y el todo químico de Brasier. No obstante, afirma la presencia de vida bacteriana hace unos 3.500 millones de años.
Izquierda: Sedimento de Isua, Groenlandia, de una antigüedad de 3.800 millones de años.
Derecha: Bacterias fósiles de una antigüedad de aproximadamente 3.500 millones de años
Las rocas más antiguas susceptibles de presentar trazas de vida son sedimentos de una antigüedad aproximada de 3.750 millones de años descubiertos en el sudoeste de Groenlandia.
Estos sedimentos demuestran la presencia permanente de agua líquida, de gas carbónico en la atmósfera y contienen kerógenos, moléculas orgánicas complejas. La relación isotópica del carbono está comprendida entre 90,2 y 92,4 en lo referente a la materia orgánica de los sedimentos de Groenlandia. Estos valores sugieren, pero no demuestran de manera cierta, la existencia de actividad fotosintética, y por lo tanto de vida primitiva, hace 3.800 millones de años. En efecto, materia orgánica muy antigua (a veces reducida a cristales de grafito) ha sufrido importantes modificaciones en el curso de la diagénesis.
Muchos son los lugares en los que podemos encontrar moléculas orgánicas complejas
El producto final de degradación, los kerógenos, se compone de macromoléculas complejas estables resistentes, que pueden incluso ser transformadas en grafito puro durante el metamorfismo. Todos estos tratamientos pudieron muy bien generar los enriquecimientos en 12C observados. También hay que desconfiar mucho de la contaminación eventual de estas rocas por microorganismos más recientes, contaminación que, evidentemente, falseará los análisis. A causa de las múltiples transformaciones sufridas por estas rocas, hay muy pocas probabilidades de encontrar en ellas vestigios de microfósiles. En efecto, en los sedimentos de Groenlandia no se ha descubierto ninguna estructura parecida a bacterias fósiles.
También aquí hay que rendirse a la evidencia: la esperanza de encontrar pequeños autómatas químicos fosilizados hace 4.000 millones de años, o incluso moléculas orgánicas constitutivas de tales autómatas, es prácticamente nula. De hecho, tres factores han contribuido a borrar sus indicios sobre la Tierra: la historia geológica accidentada de la Tierra (y en particular la tectónica de placas), la erosión debida a la presencia permanente de agua líquida y la propia vida, que produce enormes cantidades de oxígeno, un veneno para las moléculas orgánicas reducidas. Por lo tanto, podemos temer que las primeras páginas del libro de la historia de la vida queden para siempre en blanco.
Mapa de Australia con la región de Pilbara coloreada en rojo.
El grupo Warrawoona
La nefrita es un mineral de la clase 9 (silicatos), según la clasificación de Strunz. Es una variedad dura y de grano fino de la actinolita; es el más común y menos valioso de los dos tipos de jade que existen, siendo el otro la jadeita y en la Pilbara del Este, Grupo Warrawoona: Las nefritas del este de Pilbara comprende sobre todo rocas volcánicas de facies de nefritas, correspondientes al Grupo Warrawoona, al cual se data entre 3517 y 3325 millones de años, y cantidades menores de rocas sedimentarias metamórficas así como varios tipos de rocas ígneas.
En el Cinturón de Pilgangoora el Grupo Coonterunah de 3.517 millones de años y las granulitas de Carlindi (3.484-3.468 millones de años son la razón fundamental del Grupo Warrawoona bajo un desajuste de erosión, aportando así pruebas de la antigua corteza continental . La Cúpula del Polo Norte (NPD) se encuentra a 10 kilómetros del Grupo Warrawoona.
Estromatolitos
Son celulas que se agrupan en colonias formando rocas sedimentarias. Estas rocas se encuentran en mares calidos y son el resultado de la union de seres uni- celulares, cianobacterias. Las rocas se forman muy lentamente, capa sobre capa y una capa se muere se deposita el carbonato de calcio de sus paredes sobre la capa anterior.
En el Grupo Warrawoona (3.400-3.500 millones de años) se encontraron estructuras sedimentarias que se identificaron como producidas por la actividad de organismos por William Schopf. Debido a identificación, se consideraron esos restos como la huella de vida más antigua de la que se tiene constancia. Son poco comunes (sólo se han encontrado, además de en Warrawoona, en el Supergrupo Pongola , de 2.700-2.500 millones de años, y en el Grupo de Bulawayan de Rhodesia, de 2.800 millones de años), por lo que no se puede estar seguro de que los organismos que los formaran fueran fotosintéticos y tampoco se pueden sacar conclusiones claras acerca de los ambientes en que se formaron. Ciertas bacterias no fotosintéticas forman estructuras similares a estromatolitos en fuentes termales de Yellowstone, por lo que existe la posibilidad de que bacterias similares formaran las estructuras estromatolíticas arcaicas.
Estos restos de Warrawoona incluyen microfósiles filamentosos y cocoides muy parecidos a cianobacterias, lo que ha inducido a pensar en la existencia de organismos fotosintéticos aeróbicos. Actualmente, estos restos están cuestionados tanto por su origen biológico por su edad.
Puede parecer sorprendente que las bacterias puedan dejar fósiles. Sin embargo, un grupo particular de bacterias, las cianobacterias o “algas azul-verdosas”, han dejado un fósil que se extiende en el Precámbrico – las cianobacterias más viejas, como fósiles conocidos tienen casi 3.500 millones años, son los fósiles más antiguos actualmente conocidos. El grupo muestra lo que probablemente es el conservacionismo más extremo de morfología de cualquier organismo. Aparte de las cianobacterias, las bacterias fósiles identificables no son muy frecuentes. Sin embargo, bajo ciertas condiciones del medio químico, pueden reemplazarse células bacterianas con minerales, muchas veces pirita o siderita (carbonato férrico), formando réplicas de las células que una vez estuvieron vivas.
Decíamos, en la datación de objetos más antiguos situados en las profundidades de la historia de la Tierra, el 14C no sirve, y, nos tenemos que valer de otros materiales cuya vida media sea más larga. ello, necesitamos un reloj mucho más imponente: un radioisótopo cuya vida media se mida en muchos millones de años o incluso, en miles de millones de años. El Potasio 40 (40k) se identificó inicialmente como un candidato prometedor para la geocronología. Este isótopo inestable se desintegra formando o bien Calcio 40 (40 Ca), que desafortunadamente no distinguirse de los iones de Calcio ya presentes en el mineral, o bien Argón (40 Ar), que no puede distinguirse. La Vida Media del 40K es de 1250 millones de años. Además, el Potasio es abundante y está ampliamente distribuido en los minerales que forman las rocas.
Mineral de Circón
Sin embargo, lo que realmente necesitamos para datar las rocas muy antiguas es un sistema que funcione como las “cajas negras” de los avianes: un isótopo que no se pierta fácilmente en un mineral que no se altere fácilmente. Los circones, unos minerales que contienen uranio y se encuientran en los granitos y otras rocas igneas, son las cajas negras de la geología precámbrica. De hecho, el uranio enlazado a los cristales de circón en el de su formación nos proporcionan dos cronómetros fiables: el 238U se desintegra en Plomo 206 (206Pb) con una vida media de unos cuatro mil quinientos millones de años (la edad de la Tierra), mientras el osotopo 235U, abundante ( un 7 por mil), se desintegra en 207Pb con una vida media de algo más de setecientos millones de años. peculliaridad nos permite verificar por dos métodos las edades medidas en las rocas más antiguas de la Tierra y, podemos daber la edad de los fósiles hallados en ellas.
En la actualidad, nuestro conocimiento de la vida en ambientes arcaícos es a un tiempo frustrante y emocionante: frustrante porque tenemos muy pocas certezas, emocionante porque sabemos algo, por poco que esto sea. Además, es estimulante, pues el compañero de la ignorancia es la oportunidad. Así que nos quedan preguntas importantes que realizar sobre las rocas de Warrawoona y las de otros lugares que nos muestran fósiles que, no siempre sabemos descifrar. Si las rocas más antiguas que hemos podido identificar nos indican la presencia de organimos complejos, ¿queé clase de células vivían en tiempos aún más lejanos? Y, en última instancia…
¿cómo pudieron surgir?
¿Cuál es el origen de la vida?
¿Quién puede contestar esa pregunta?
La vida fue el resultado de los mismos procesos químicos y físicos que formaron los océanos y la corteza continental de nuestro planeta. Nosotros (creo), junto con la inmensa diversidad de clases de vida que en la Tierra han sido, estábamos presentes en las que el Universo tenía impresas en la evolución de Gaia. Sin embargo, la vida es muy distinta a todo lo demás porque puede experimentar evolución darwiniana. La selección natural ha desempeñado un papel fundamental en la evolución de plantas y animales durante los primeros tiempos de la historia de nuestro planeta, pero también dirigió la evolución química que hizo posible la propia vida, y, esa evolución bioquímica de la materia para hacer posible la vida, se gestó, primero en las estrellas, más tarde en las explosiones supernovas que hicieron posible la transmutación de materiales sencillos en más complejos y, finalmente, en las Nebulosas donde se formaron nuevas estrellas y planetas que, cargados con estos materiales prebióticos, sólo tuvieron que esperar que, en algún plameta como la Tierra, situado en la Zona habitable de su estrella (el Sol) dejara que el Tiempo, con su transcurrir, hiciera el trabajo.
Muchos son los planetas situados en la zona habitable de “sus estrellas”
A grandes rasgos entendemos como pueden haber evolucionado las moléculas biológicas a partir de precursores simples presentes en la Tierra joven. Sin embargo, ssigue siendo un misterio cómo las proteínas, los ácidos nucleicos y las membranas llegaron a interaccionar de froma tan compleja hasta llegar a “fabricar” una “máquina” tan maravillosa como nuestro cerebro de cuyas funciones, simplemente conocemos una muy superficial.
Si pensamos en cómo se pudo conformar el cerebro humano, una estructura de tal complejidad que, posiblemente, nada en el Universo se le pueda igualar, toda vez que, llegar a transiciones de fase que pasan por sucesos que parten la materia inerte y llegan hasta los pensamientos y los sentimientos…, no existe nada que se le pueda igualar.
¿Conoceremos algún día la verdadera Historia? Esperemos que, al menos, en su mayor parte sí.
emilio silvera
Mar
22
El Universo y la Vida… ¡Nuestra imaginación!
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
Comments (7)
¡Ese misterio que llamamos “mente”! ¿Y la existencia de la denominada Conciencia? Uno de los más grandes secrretos del Universo, al menos que yo sepa, ningún filósofo ha podido explicar lo que es. La conciencia, nos diferencia del resto de los animales, nosotros tenemos “consciencia” de SER, nos preguntamos cosas, queremos saber, tenemos una curiosidad innata que nos lleva a profundizar en el por qué de las cosas, en la Naturaleza que nos rodea para tratar de entender nuestra presencia aquí y hacia donde nos encaminamos.
Pensando en el recorrido de nuestra especie, podemos ver que, en realidad, en el tiempo cósmico, hace tres días que estamos aquí, y, sin embargo, hemos conseguido muchas cosas: Las matemáticas, el Lenguaje, la Física, la Astronomía y tantas cosas más que, nos hacen pensar. Los Dinosaurios reinaron en el Planeta Tierra durante 150 millones de años, desaparecieron hace ahora unos 65 millones de años. Nosotros estamos aquí, como verdaderos hombres y mujeres, desde hace 2 millones de años, y, sin embargo, nos creemos los reyes de la Creación, cuando en realidad, somos unos jóvenes engreídos y ególatras que creen saber más de lo que en realidad saben.
“Una inteligencia que conociese, en un momento determinado, todas las fuerzas que operan en la Naturaleza, así como las posiciones momentáneas de todas las cosas que constituyen el universo, sería capaz de condensar en una sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del mundo y los de los átomos más ligeros, siempre que su intelecto sea bastante poderoso para someter a análisis todos los datos; para él nada sería incierto, el pasado y el futuro estarían presentes ante sus ojos.”
Inmensas galaxias cuajadas de estrellas, nebulosas y mundos. Espacios interestelares en los que se producen transmutaciones de materia que realizan el asombroso “milagro” de convertir unas cosas en otras distintas. Un Caos que lleva hacia la normalidad. Estrellas que explosionan y riegan el espacio de gas y polvo constituyentes de materiales en el que se forjarán nuevas estrellas, nuevos mundos y nuevas formas de vida.
No pocas veces nos tenemos que maravillar ante las obras de la Naturaleza, en ocasiones, con pinceladas de las propias obras que nosotros mismos hemos sido capaces de crear. Así, no es extraño que algunos piensen que la Naturaleza nos creó para conseguir sus fines, que el universo nos trajo aquí para poder contemplarse así mismo.
Siempre hemos tratado de saber lo que el Universo es, lo que la Naturaleza esconde para conocer los mecanismos de que ésta se vale para poder hacer las maravillas que podemos contemplar tanto en la tierra como en el cielo. Valles, ríos y montañas, hermosos bosques de lujuriante belleza , océanos inmensos y llenos de formas de vida y, criaturas que, conscientes de todo eso, aunque algunas veces temerosas ante tanto poder, no por ello dejan de querer saber el origen de todo.
Es posible que nos creamos más de lo que en realidad somos. Queremos jugar con fuerzas que no hemos llegado a comprender y, desde las estrellas y las inmensas galaxias, hasta los mundos y las fuerzas que todo lo rigen en el Universo, hemos querido conocer para poder, con esos conocimientos, recrear la misma creación. Los científicos han dado ya el primer paso para la creación de la vida sintética, han sido capaces de crear un cromosoma completo a partir de una célula de levadura. El logro es considerado un gran hallazgo dentro de la biología sintética, que busca diseñar organismos desde sus principios más básicos.
¿Hasta dónde queremos llegar?
A veces, viendo como se desarrollan las cosas y cómo se desenvuelven los hechos a medida que el Tiempo transcurre, no tenemos más remedio que pensar que parece como sí, la Naturaleza, supiera que estamos aquí y, desde luego, nos tiene impuesto límites que no podemos traspasar hasta que “ella” no considera que estamos preparado para ello. Un amigo asiduo a éste lugar nos decía que la Naturaleza nos preserva de nosotros mismos. Nosotros, los humanos, no conocemos ninguna regla que nos prohíba intentar todo aquello que podamos imaginar y, de esa manera, a veces, jugamos a ser dioses.
Pero, ¿acaso no somos, nosotros mismos universo? Dicen que genio es aquel que puede plasmar en realidad sus pensamientos y, aunque nos queda mucho camino por recorrer, lo cierto es que, hasta el momento presente, mucho de eso se ha plasmado ya. Es decir, hemos sabido de qué están hechas las estrellas, conocemos la existencias de las grandes estructuras del Universo constituidas por cúmulos y supercúmulos de galaxias, sabemos de mundos en los que, con mucha probabilidad puedan existir criaturas diversas que, conscientes o no, piensen, como nosotros, en todos los secretos que el Universo esconde. Hemos viajado hasta el “universo” infinitesimal del átomo y hemos conocido de qué está hecho el ínfimo núcleo donde los protones y neutrones, esos hadrones conformados por tripletes de Quarks que están confinados en su interior por los Grluones, los mensajeros de la Fuerza Nuclear Fuerte.
Sinceramente creo que, dentro de nosotros, están todas las respuestas a las preguntas que podamos plantear, toda vez que, como parte del Universo que somos, en nuestros genes, en lo más profundo de nuestras mentes están grabados todos los recuerdos y, siendo así, solo se trata de recordar para saber lo que pasó, para comprender los orígenes y, finalmente saber, el por qué estamos aquí y para qué. Nos hemos olvidado de que somos “polvo de estrellas”, los materiales que nos conforman se forjaron en los “hornos” nucleares de los astros que brillan en el firmamento lejano. A temperaturas de millones de grados se pudieron fusionar los elementos que hoy están en nosotros.
Una Supernova, hace miles de millones de años, hizo brillar el cielo con un resplandor cegador, una enorme región quedó sembrada de materiales en forma de Nebulosa que, con el paso de los eones, conformó un sistema planetario con un Sol central que le daba luz y calor a un pequeño planeta que, mucho después, llamaron Tierra. Los seres que allí surgieron y evolucionaron, eran el producto de grandes transiciones de fase y cambios que, desde el Caos hizo todo el recorrido necesario hasta la creación de la Vida consciente.
De esa manera, sin lugar a ninguna duda, podemos hablar de un Universo viviente en el que, la materia evoluciona hasta la vida y los pensamientos. En el que en un carrusel sin fin surgen nuevas estrellas y nuevos mundos en los que, como en la Tierra, pasando el tiempo, también surgirá la vida que, podrá ser… ¡de tántas maneras! Una galaxia como la Vía Láctea puede tener más de cien mil millones de estrellas, en el universo pueden estar presentes más de cien mil millones de galaxias, los mundos que existen en una sola galaxia son cientos de miles de millones y, sabiendo todo eso, ¿Cómo poder pensar que la vida sea única en la Tierra?
“La vida se abre paso… ¡imparable!”
La vida surgió hace 3.800 millones de años en una Tierra primitiva
“…en alguna pequeña charca caliente, tendrían la oportunidad de hacer el trabajo y organizarse en sistemas vivos…” Eso comentaba Darwin sobre lo que podría ocurrir en la Naturaleza. Hemos podido constatar la persistencia con la que la vida, se abre paso en este mundo, la hemos podido hallar en lugares tan insólitos como fumarolas marinas a más de 100 ºC, o en aguas con una salinidad extrema, o, a varios kilómetros de profundidad bajo tierra, o, nutriendose de metales, o metanógenas y alófilas y tantas otras infinitesimales criaturas que nos han causado asombro y maravilla.
Si, amigos míos, en lo que a la vida se refiere, ésta se abre paso en los lugares más extremos e inesperados por muy malas condiciones que allí puedan estar presentes.De la misma manera, podrían estar situadas en mundos lejanos que, con unas condiciones distintas a las de la Tierra, se puedan haber creado criaturas que ni nuestra desbordante imaginación pueda configurar en la mente.
Hasta que supimos que existían otros sistemas planetarios en nuestra Galaxia, ni siquiera se podía considerar esta posibilidad como una prueba de que la vida planetaria fuera algo común en la Vía Láctea. Pero se sabe que más de cien estrellas de nuestra zona de la galaxia tienen planetas que describen órbitas alrededor de ellas. Casi todos los planetas descubiertos hasta ahora son gigantes de gas, como Júpiter y Saturno (como era de esperar, los planetas grandes se descubrieron primero, por ser más fáciles de detectar que los planetas pequeños), sin embargo es difícil no conjeturar que, allí, junto a estos planetas, posiblemente estarán también sus hermanos planetarios más pequeños que, como la Tierra, pudieran tener condiciones para generar la vida en cualquiera de sus millones de formas.
Es cierto que en todo el Universo rigen las mismas leyes y están presentes las mismas constantes universales que, ni con el paso del tiempo pueden variar, así la luz siempre irá a 300.000 Km/s, la carga del electrón será siempre la misma como la masa del protón y, gracias a que eso es así, podemos estar nosotros aquí para contarlo. Sin embargo, el Universo, no es uniforme y en el inmenso espacio interestelar impera la diversidad.
Existe una amplia variedad de densidades dentro del medio interestelar. En la modalidad más ligera, la materia que está entre las estrellas es tan escasa que sólo hay un átomo por cada mil centímetros cúbicos de espacio: en la modalidad más densa, las nubes que están a punto de producir nuevas estrellas y nuevos planetas contienen un millón de átomos por centímetro cúbico. Sin embargo, esto es algo muy diluido si se compara con el aire que respiramos, donde cada centímetro cúbico contiene más de diez trillones de moléculas, pero incluso una diferencia de mil millones de veces en densidad sigue siendo un contraste espectacular.
La cuestión es que, unos pocos investigadores destacaron allá por 1.990 en que todos estos aspectos -composición, temperatura y densidad- en el medio interestelar dista mucho de ser uniforme. Por decirlo de otra manera más firme, no está en equilibrio, y parece que lo que lo mantiene lejos del equilibrio son unos pocos de procesos asociados con la generación de las pautas espirales.
Aquí se crea entropía negativa. También nosotros, tenemos una manera de vencer a la inexorable Entropía que siempre acompaña al Tiempo, su transcurrir deja sentir sus efectos sobre las cosas que se hacen más viejas. Sin embargo, sabemos, como las galaxias, generar energía reproductora y, mientras que las galaxias crean estrellas nuevas y mundos, nosotros, recreamos la vida a partir de la unión entr hombre y mujer, y, de esa unión surgen otros seres que, perpetúan nuestra especie. Es la entropía negativa que lucha contra la extinción.
Esto significa que la Vía Láctea (como otras galaxias espirales) es una zona de reducción de la entropía. Es un sistema auto-organizador al que mantienen lejos del equilibrio, por una parte, un flujo de energía que atraviesa el sistema y, por otra, como ya se va viendo, la retroalimentación. En este sentido, nuestra Galaxia supera el test de Lovelock para la vida, y además prestigiosos astrofísicos han argumentado que las galaxias deben ser consideradas como sistemas vivos.
Puede que podamos ser más de lo que parece y que, seamos menos de lo que nosotros mismos nos podamos creer. No parece muy aconsejable que estemos situados en un plano de superioridad en el cual podamos mirarlo todo por encima del hombro. Precisamente por ser Naturaleza nosotros mismos, estamos supeditados a sus cambios y, por lo tanto, a merced de ellos.
El problema está, como dijo aquel hombre sabio: “¡Somos parte del problema que tratamos de resolver!”
emilio silvera
Mar
10
El Mundo…¡los mundos! La Vida… ¿Prolifera por todo el…
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
Comments (3)
Desde los confines del Tiempo, cuando aún no entendíamos lo que todo aquello podría ser, los seres de nuestra especie han mirado al cielo y, asombrados, contemplaban las miríadas de estrellas brillantes que, con sus guiños, parecía quererles decir alguna cosa, enviarles un mensaje que, por aquel entonces, no sabían comprender. No ha sido sino hasta tiempos muy recientes cuando al fín, comprendimos la fusión nuclear que se produce en el corazón de las estrellas, donde se forjan los materiales necesarios para la vida.
Uno de los hallazgos más notables en astronomía fue el descubrimiento de que el universo ya era viejo cuando apareció el Sol y la familia de planetas que lo acompañan en nuestro Sistema Solar. Más de la mitad de las estrellas del Universo son miles de millones de años más viejas que nuestra estrella madre que, se podría decir, si la comparamos a una bella mujer, que estaría en la mitad esplendorosa de su vida.
Planetas parecidos a la Tierra giran alrededor de muchas de esas viejas estrellas. Seres inteligentes pueden haber hecho su aparición en alguno de esos mundos similares al nuestro y estar allí desde mil millones de años antes que nosotros en la Tierra. Es decir, antes de que la Humanidad hiciera acto de presencia en este mundo “nuestro”. Los caminos seguidos en ambos mundos, aunque similares en las formas, no lo fueron en el tiempo y, en aquel, brotó la vida antes que en este. Una posible civilización avanzada que nos podría llevar algunos miles de años de ventaja, tiempo que para una especie parecida a la nuestra… ¡no sería poca ventaja!
Gliese 581 f es un planeta en la constelación de Libra, ubicado a 20 años luz de la Tierra, en el sistema Gliese 581. Su descubrimiento fue anunciado el 29 de septiembre de 2010. El planeta fue detectado mediante mediciones de la velocidad radial combinando los datos del instrumento HIRES del telescopio Keck y el instrumento HARPS del telescopio de 3,6 metros dE ESO en el Observatorio de La Silla.
Muchos son los Sistmas solares que sólo en nuestra Galaxia podremos encontrar, en realidad, cientos de miles de millones y, aunque no todos esten habitados, la posibilidad, la lógica, la estadísitica nos dice que, muchos de esos mundos, cobijan a criaturas de diversa condición y, alguna -o varias- de las especies allí presentes, podr´na ser inteligentes como nosotros…, o más.
Como nos preocupa saber que existe a nuestro alrededor, qué hay en nuestro entorno, en los planetas y lunas vecinas, no cejamos en el empeño de enviar ingenios hacia aquellos objetos y, el de arriba se llama JEO (Jupiter Europa Orbiter) que, debía estudiar Europa durante la próxima década para determinar de una vez por todas si existe un océano (o lagos) bajo la corteza de hielo y, con suerte, aclarar si puede existir o no alguna forma de vida. Sin embargo, la crisis que nos invade, no parece que posibilite, al menos de momento, tal misión.
La realidad superará a la imaginación
En lo que se refiere a las formas de vida que nos podemos encontrar por ahí fuera, nuestra imaginación ha sido muy prolífica y nos ha diseñado un sin fin de formas de vida que, están diseñadas de todas las maneras que podamos imaginar, desde los hombres reptiles inteligentes hasta los hombrecillos verdes. Tampoco hemos dejado pasar la oportunidad de mostrar en películas y obras de ciencia ficción, a seres monstruosos con las morfologías más descabelladas y las figuras más temibles y horripilantes.
Claro que, tenemos que pensar que, aquí en nuestro mundo, todas las especies que conocemos y que han existido, todas sin excepción, han estado y están basadas en el Carbono, y, si eso es así (que lo es), habría que pensar en el hecho cierto de que, el Universo, es igual en todas partes, y, las mismas cosas que pasan aquí tienen que suceder “allí”, y, salvo las condiciones físicas de cada lugar, es lógico pensar en el hecho de que, la Vida, como aquí en la Tierra, habrá tomado las formas que cada lugar y entorno requerieran.
Los conocidos como grises, esa raza que dicen que vienen del futuro pero que somos nosotros mismos evolucionados. La rumorología en ciertos ambiente. Los grises, también llamados los extraterrestres de Roswell y Zetas Reticulianos, son unas de las supuestas distintas formas de vida extraterrestre más famosas y actualmente “conocidas” que aparecen en las modernas teorías de conspiración del ocultamiento extraterrestre.
Particularmente creo que, lo mismo que nosotros, esos posibles seres del Espacio exterior, habitantes de otros mundos, se han encontrado las mismas dificultades que nosotros: ¡Las Inmensas Distancias! A veces pienso que, el Universo es consciente de que, si no fuese por esas inconmensurables distnacias entre las estrellas y los mundos, estaríamos todo el tiempo fustigando a los vecinos, y, sólo de ésta manera se puede conseguir mantenernos separados y sin que los unos molestémos a los otros. Sólo tenemos que fijarnos en la convivencia aquí mismo, en el planeta Tierra, donde todo el día andamos pensando como fastidiar al otro. ¡La Humanidad! No tenemos remedio.
¿Quién puede saberlo?
La imagen de arriba me resulta familiar y creíble para unos posibles pobladores de otro mundo avanzado con tecnología de mucho kilates. Estos hombrecillos conformados de manera tal que, es el cerecro lo que predomina en el conjunto, nos viene a dar la sensación de que pudiera ser nuestro lejano futuro en el que, el cerebro crecerá tal como la ha venido haciendo en los tiempos pasados en que los, los humanos sólo tenían 450 cm3 de masa encefálica y ahora, hemos alcanzado 1.500 cm3 que se traducen enlos conocimientos que nos adornan hoy.
Cuando la evolución está en marcha, los que menos la “sienten” son lo que afectados por ella, ya que, al ser parte integrante del suceso, de la transformación de fase, la “cosa”, puede pasar, casi desapercibida a no ser que exista un sistema continuado de vigilancia sobre ello. Fijáos, por ejemplo en el ritmo de los nuevos inventos durante los últimos cien años:
A todos eso añadimos las nuevas y potentes computadoras, nuevas medicinas, radio, ingenios espaciales… Cada uno de ellos viene a darle al anterior un toque mágico que le hace más asombroso y ofrece más prestaciones al usuario, con todos ellos, la vida humana es más fácil, más confortable, más cercana. En realidad, si miramos la Historia, estamos contemplando un desarrollo acelerado que, aunque nuestros ojos no parece que se deje sentir, en realidad, el salto dado es descomunal y, lo que se nos viene encima antes de que finalice el presente siglo… será también asombroso.
La nave Flammarion I, que llegó al planeta Isatet 137, situado en la galaxia Rímola, a 23 años-luz de la Tierra, pudo tomar tierra sin problemas cerca de unas instalaciones de majestuosa presencia y, un equipo de exploración del terreno, habiéndose introducidos con precaución en el interior de aquel bello edificio, encontraron, en una de sus salas, una Cámara de Éxtasis en la que una mujer de edad avanzada, permanecia quieta, como dormida.
La Noticia fue comunicada al mando en la Nave y, de inmediato, un equipo de expertos médicos salieron con una lanzadera hacia el lugar para tratar de despertar a la dama y que ella, les contara a qué situación se podían enfrentar y dónde estaban y quiénes eran ellos, su raza que, por todas las trazas físicas, parecían iguales a los habitantes de la Tierra.
Estas dos serie de Televisión, refleja bastante bien lo que podría ser el futuro, refleja cuestiones de ciencia, de viajes hiperespaciles y por agujeros de gusano que, ¿quién sabe? si en el futuro próximo no esará todo eso a nuestro alcance. Acodémonos de Julio Verne que, a sus coetáneos les parecía un alucinado vidente que no todos llegaron a creer y…sin embargo, todo lo que dijo ha sido ya…, ¡sobrepasado!
Claro que, la Naturaleza, el Universo, nos impone sus leyes que impiden que “no nos hagamos daño” nosotros mismos, en nuestro empeño de querer llegar más allá de lo que es conveniente. Todo tiene que ser en su momento adecuado. Así, aunque la presentimos y, posiblemente, esté ahí, la Teoría de Cuerdas no será un hecho hasta dentro de mucho, mucho tiempo, cuando podamos disponer -sin peligro- de energías que son hoy impensables.
Es visible a simple vista que, nuestras actuales naves espaciales son -guardando las distancias- como aquellas carretas del Oeste americano que salían a explorar nuevos caminos y conquistar nuevas tierras sin saber qué peligros tendrían que afrontar. Sin embargo, no pasarán muchas décadas antes de que, la Humanidad, pueda construir naves de increíble porte y sofisticados instrumentos que, esas sí, podrán surcar los océanos espaciales a velocidades alucinantes como un primer paso para lo que más tarde vendrá.
La Humanidad no puede permanecer ajena a la realidad del mundo y, el tiempo pasa, las generaciones se van y llegan otras nuevas, las Sociedades avanzar y se transforman y, la población crece. ¿Cuántos miles de millones de seres seremos en el planeta para dentro de 5 siglos? ¿Cómo podremos suministrar todo lo que esa ingente cantidad de personas necesitan? El planeta Tierra tiene recurso limitados y, llegará un momento en el que no pueda suministrar ni la energía ni el alimento y, nos veremos abocados a buscar, otras opciones que, sin duda, pasan por salir fuera, a otros mundos lejos de este.
La Imaginación humana siempre ha sido grande, muy grande y creo que, hasta ilimitada a medida que la mente evoluciona. Todo lo que imagina… se podría convertir en realidad y, habiendo pensado ya en el Hiperespacio… Creo que sólo tendremos que buscar esa puerta que nos lleve lejos de aquí en menos tiempo. No podemos vencer a la velocidad de la Luz, el límite impuesto por la Naturaleza no lo permite y, podría ser, que ese límite esté impuesto por alguna razón:
¿Cuanto tardaríamos, suponiendo que pudiéramos hacer naves viajeras que alcazaran la mitad de la velocidad de la luz, en llegar a Planetas situados a muchos años-luz de aquí? El viaje sería interminable y la nave, tendría que ser una ciudad flotante que soportaria el paso de varias generaciones durante el viaje. Así que, como dicho sistema no parece muy viable, la Naturaleza nos empuja a tener que buscar otros caminos que, como el Hiperespacio y los Agujeros de Gusano, podrían ser una solución ideal para nuestras necesidades futuras.
Lo que llamamos Hiperespacio podría ser un aspecto del universo muy concreto que es experimentado por objetos que se desplazan a una velocidad superior a la luz relativa del fondo galáctico. Es una dimensión del espacio-tiempo que permite una velocidad superior a la de la luz y viajar a través de él elimina los efectos distorsionantes del tiempo derivados de la relatividad. Un viajero hiperespacial pasa tanto rato viajando como tiempo corre en el espacio real. Es una dimensión paralela al espacio real y cada punto de este está asociado con un punto único del hiperespacio y por consiguiente los puntos adyacentes en el espacio real son también adyacentes en el hiperespacio.
La idea básica de lo que es el viaje a travez del hiperespacio puede comprenderse tomando una hoja de papel y marcando en ella dos puntos relativamente alejados. La forma más rápida de viajar entre ellos es coger una regla y dibujar una línea recta que los una. Sin embargo, si nos fuera dado hacer trampas, cogeríamos la hoja de papel y la doblaríamos, uniendo directamente los dos puntos, reduciendo así a cero su distancia y haciendo el viaje instantáneo.
Si conseguimos eso algún día lejano en el futuro, podremos viajar a otros mundos lejanos situados en la nuestra o en otras galaxias, entablar amistad y comercio con otras Civilizaciones y hacer del Universo, lo que muchas veces hemos pensado: Un Todo para Todos en armonía y Paz.
Bueno, una alta capacidad de conocimiento nos llevaría a comprender que, las disputas y guerras, finalmente no conducen nada más que a la muerte y a la destrucción, que lo que realmente vale son otros valores, otras cosas, otros sentimientos y, siendo así (que lo es), esperemos que, algún día lejos aún en el futuro, por fin podamos decir, no ya en relación a la Tierra, sino en relación a todo el Universo que, todos somos uno.
Sí, un verdadero amigo…”un hermano”, lo podemos encontrar en cualquier parte, hasta en un mundo lejano y diferente al nuestro. Las inteligencias se unen para poder vencer las dificultades que acechan y, el esfuerzo conjunto puede vencer la adversidad. Los sentimientos, los pensamientos y las ideas, cuando la inteligencia está presente, recorrerá los mismos caminos.
Poco importaran las diferencias y, dentro de la desigualdad, también llegará la amistad y el cariño. Lo que en verdad nos une es el comprender que todo, absolutamente todo, es igual y lo mismo en todas partes que, sin importar las formas ni los colores, hará prevalecer los pensamientos y los sentimientos que, al fin y al cabo… ¡Es lo más valioso que en el Universo existe!
¿Qué importa el mundo o el lugar si, allí se encuentra ella?
¿Hasta donde serías capaz de viajar en busca del ser amado? ¿Qué peligros estarías dispuesto a pasar por ella? Hay preguntas que, si en verdad sentimos ese verdadero sentimiento que nos eleva y nos hace mejores, tienen de antemano las respuestas: Nada nos podrá parar, ningún peliqro, ningún viaje, ninguna dificultad… Todo, absolutamente todo, nos parecerá trivial si, al final, está ella esperando. De la misma manera, podemos sentir cuando se trata de viajar a nuestro futuro, a esos mundos soñados, a esas vidas nuevas, a fantásticos lugares que, fuera y lejos de este nuestro, también están ahí fuera como una promesa.
No debemos olvidar la primera fuerza que mueve el mundo
Es el Amor energía,
O torbellino de un momento,
Es una sensación de alegría,
Es el mayor sentimiento.
Hasta el mundo nos queda pequeño,
Ante inmensa sensación,
Es el Amor un empeño,
¿Es el Amor la sinrazón?
Bueno, eso que arriba brilla, no es ninguna estrella fulgurante, es mi amada que al recibir mi mensaje de Amor, de inmediato se convierte, en un ente deslumbrante. El Amor cambia el aspecto, el talente y, si me apuráis mucho, hasta el intelecto. ¿Qué podrá ser esa dichosa sensación? ¡Sabia Naturaleza! Cuando todo el Universo esté lleno de ese Ingrediente… ¡Las cosas serán de otra manera!
emilio silvera
Feb
11
¡La Humanidad! ¿Sabrá conservar lo que tiene?
por Emilio Silvera ~
Clasificado en El Universo y la Vida ~
Comments (4)
Dicen que la mitad de las especies terrestres desaparecieron hace 200 millones de años por un conjunto de gigantescas erupciones de los gigantescos volcanes que poblaban el planeta por aquel entonces. Un estudio apunta que los dinosaurios herbívoros podrían haber tenido algo que ver con el calentamiento del planeta. Abruptos cambios climáticos hicieron imposible para algunas criaturas adaptarse y se extinguieron.
La extinción abrió el camino de los dinosaurios para evolucionar y dominar el planeta durante los siguientes 135 millones años, antes de que ellos también fueran eliminados más tarde por un cataclismo planetario.
Se cree que esto es lo que pasará cuando el supervolcán ubicado en el Parque Nacional Yellowstone conocido como la Caldera Yellowstone, y que ha estado esperando para erupcionar los últimos miles de años, se decida a explosionar.
En los últimos años, muchos investigadores han sugerido que la llamada extinción del fin del Triásico y al menos otros cuatro episodios conocidos de exticiones fueron causados al menos en parte por megavolcanes y el resultante cambio climático. Sin embargo, no fueron capaces de relacionar estrechamente en el tiempo los depósitos dejados por las erupciones a los accidentes biológicos.
Este estudio, publicado en Science , proporciona el enlace más ajustado todavía, con una fecha precisa para la extinción del final del Triásico, 201.564.000 años atrás, exactamente al mismo tiempo que un flujo masivo de lava. “Esto no puede saciar todas las preguntas sobre el mecanismo exacto de la propia extinción. Sin embargo, la coincidencia en el tiempo con el vulcanismo es más o menos acorazada”, dijo el coautor Paul Olsen, geólogo del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia que investiga el límite desde la década de 1970.
“Parece muy probable que ayer hubo vida en otros planetas, en los que hoy no la hay. La idea de que la propia vida existente en el planeta Tierra fuera la que modeló las condiciones medioambientales, para ajustarlas a sus propias necesidades aparece ya en 1875, en un artículo publicado en la Scientific American. Ciertamente, existen indicios suficientes que apuntan a que la Tierra es lo que es, gracias a la vida que existió en ella”.
Los científicos creen ahora que la primera gran extinción fue causada por una explosión Supernova que acabó con la mayoría de las especies, otras causas podrían estar en razones distintas y que las extinciones se produjeran en varias fases y que probablemente el responsable fue un periodo glacial o la disminución de la cantidad de oxígeno disponible para la supervivencia de las especies.
Un apocalípsis volcánico que casi acaba con la vida en la Tierra. Lo cierto es que hasta hace poco, los científicos no se ponían de acuerdo acerca de quién o qué fue el responsable de la masacre mundial. Se barajaban media docena de causas y, recientemente, avances en las técnicas de datación y nueva evidencia geológica han proporcionado lo que parece ser la prueba más firme: nuestro planeta sufrió una intensísima actividad volcánica hace casi un millón de años. El gran volumen de gases de efecto invernadero provocado por los millones de kilómetros cúbicos de lava expulsados (se habla de 3 billones de toneladas de carbono, suficientes para desencadenar un cambio climático masivo), generaron un calentamiento global que derivó en tal desastre.
La Gran Mortandad
Este es el nombre informal que recibe también la tercera gran extinción y es que casi acabó con la vida en la Tierra: fue la mayor extinción ocurrida en nuestro planeta. En este período murió el 70% de los vertebrados terrestres y el 90% de las especies en los océanos.
“La extinción masiva del Pérmico-Triásico (PT), llamada también de manera informal la Gran Mortandad, fue una extinción masiva ocurrida hace aproximadamente 250 millones de años y define el límite entre los períodos Pérmico y Triásico. Ha sido la mayor extinción ocurrida en la Tierra. En ella desaparecieron aproximadamente el 95 % de las especies marinas y el 70% de los vertebrados terrestres. Con tan poca biodiversidad resultante, la vida tardó mucho tiempo en recuperarse. Numerosas ramas evolutivas del árbol de la vida fueron cercenadas, dejando muy pocos representantes disponibles para repoblar el planeta.3 Durante largo tiempo la Tierra solo fue un páramo desértico dominado por los hongos.”Lo cierto es que nadie sabe, a ciencia cierta, las causas de tal catástrofe y, la ciencia sólo ha podido conjeturar sobre lo que pasó.
Quinta extinción masiva: entre el período Cretácico y Terciario
“La quinta extinción masiva, que tuvo lugar entre los períodos Cretácico y Terciario, 65 millones de años atrás, es la más famosa de todas porque en esta desaparecieron los dinosaurios. Aquí sí parece haber una causa probable: el impacto contra la Tierra de un asteroide de grandes proporciones que provocó el cráter de Chicxulub, en la Península de Yucatán. Un gran porcentaje de los géneros biológicos desapareció, incluyendo los reptiles gigantes.”
Desde la “materia oscura” hasta la extinción de las especies, la humanidad siempre ha estado haciendo preguntas que la Ciencia ha tratado de responder, y, como la ignorancia es grande, cuando no sabemos contestar, teorizamos y nos valemos de las conjeturas para tratar de contestar a las preguntas planteadas que, no en pocas ocasiones, nos sobrepasan.
Lo cierto es que nos encontramos solos ante tanta grandeza y, a veces, queriendo ser sinceros con nosotros mismos, reconocemos nuestra fragilidad (que no insignificancia), en cualquier momento un objeto venido del Espacio, o, nosotros mismos con nuestro irresponsable comportamiento de querer obtener beneficios como sea, podemos poner en marcha la Sexta y última extinción.
¡Cuidado con la Inteligencia Artificial!
emilio silvera