El filósofo y profesor de la Universidad de Oxford alerta de los riesgos que plantea la tecnología y advierte de la necesidad de anticiparnos antes de que sea tarde. Nick Bostrom: “No tendremos una segunda oportunidad con la inteligencia artificial”.
Si le otorgamos inteligencia propia y hasta sentimientos… ¿Qué pasará con la Humanidad?
Nick Bostrom (Helsingborg, Suecia, 1973) es una de las voces más autorizadas para hablar de los peligros de los avances tecnológicos en nuestro tiempo. Este filósofo dirige el Instituto para el Futuro de la Humanidad y el Centro de Investigación de Estrategia de Inteligencia Artificial de la Universidad de Oxford, donde ejerce como profesor. Sus teorías sobre el riesgo que representaría la creación de una superinteligencia para el mundo han influido en el pensamiento de figuras como Bill Gates o Elon Musk.
Nos recibe en un pequeño camerino de la Fundación Giner de los Ríos, a unos pasos del escenario donde acaba de impartir una ponencia sobre cómo debemos afrontar la transición hacia la era de las máquinas inteligentes. Tiene que coger un vuelo en un par de horas y antes debe pasar por el hotel, pero se toma su tiempo antes de responder a cada pregunta y detiene su discurso varias veces para buscar las palabras precisas. Es evidente que se encuentra cómodo especulando sobre el futuro que nos espera.
¿Cuáles son los principales riesgos tecnológicos con los que debe lidiar la humanidad?
Depende del contexto temporal que tengamos en mente. Si estamos pensando en las aplicaciones actuales, deberíamos estar preocupados por una serie de cosas que no tienen nada que ver con los peligros que vemos si miramos hacia el futuro, donde las máquinas tendrán niveles de inteligencia muy superiores a los de los humanos.
Hoy, uno de nuestros principales focos de atención apunta a que nuestros sistemas de información sean transparentes y a la vez nos permitan ciertos niveles de privacidad. Es muy importante que configuremos correctamente nuestra arquitectura informativa. Ahora nos interesa pensar en la forma en que se establecen las relaciones sociales en internet, la creación de filtros burbuja…
¿Y si echamos la vista al futuro?
Nos encontramos con un tipo de preocupaciones completamente distintas. No es difícil pensar en una inteligencia artificial que sea cada vez más poderosa cuyos objetivos no estén perfectamente alineados con los objetivos humanos. Y el reto aquí consiste en tener la tecnología que nos haga capaces de diseñar estos poderosos sistemas artificiales alineados con los valores humanos y que siempre hagan lo que nosotros queremos que hagan.
¿Es la inteligencia artificial nuestra única preocupación a largo plazo?
Existen otras áreas que también tienen un gran potencial riesgo para la humanidad. La biotecnología sería una de ellas. Si descubrimos cómo hacer mejores herramientas para manipular virus, bacterias y otros microrganismos, haríamos posible la creación de patógenos de diseño, que podría utilizar algún grupo terrorista para crear un nuevo tipo de enfermedad. Con cada nuevo avance técnico nos vamos aproximando a estos escenarios y, a medida que la tecnología madura, crece su potencial destructivo.
¿Considera que estamos avanzando demasiado rápido como sociedad?
Creo que cada vez que realizamos un gran descubrimiento, estamos metiendo la mano en una urna llena de pelotas y sacando una. Con cada pelota que sacamos, vamos alcanzando el progreso social. Toda la historia de la humanidad se ha basado en el proceso de hacer estos inventos.
La cuestión es que muchas de estas pelotas son beneficiosas, pero hay otras que pueden ser perjudiciales. Imagina lo que pasaría si una de las pelotas que sacamos es una tecnología que significa invariablemente la destrucción de la civilización que la descubrió. El problema aquí es que todavía no hemos descubierto una manera de volver a meter la pelota en la urna si no nos gusta: una vez que se ha inventado una tecnología, no puede “desinventarse”.
¿Hemos sacado ya alguna de esas pelotas?
No es difícil adivinar cómo sería. Piensa, por ejemplo, en lo que pasaría si el desarrollo de armas nucleares hubiera sido posible con materiales más fáciles de conseguir. Si en lugar de plutonio o uranio enriquecido, que no son precisamente accesibles, pudiera crearse una bomba atómica con un poco de arena, sería el fin de la civilización, porque bastarían unas pocas personas que quisieran causar daño para posibilitar una gran destrucción.
¿Podemos evitar que la inteligencia artificial termine siendo una de estas tecnologías?
Si la inteligencia artificial termina siendo capaz de hacer todo o buena parte de nuestro trabajo intelectual mejor que nosotros, tendremos en nuestras manos el último invento que tendrá que realizar la humanidad.
No podemos dejar que llegue un día en el que los robots domine a la Humanidad
El problema está en la transición hasta la era de la inteligencia artificial: tenemos que hacerlo bien a la primera porque no creo que tengamos una segunda oportunidad. Si desarrollamos una inteligencia artificial que no esté alineada con nuestros propósitos, no creo que podamos volver a meter esa pelota en la urna y empezar de cero. No somos demasiado buenos como civilización anticipando problemas difíciles que todavía no nos han causado ningún daño. Debemos movilizar nuestros esfuerzos para hacer que esto funcione desde el principio. Esta es la gran dificultad para nuestra civilización.
¿Qué tipo de políticas deben tomar los gobiernos y compañías tecnológicas al respecto?
Que la futura Inteligencia Artificial esté bien planificada y que los ingenios creados estén a nuestro servicio es la base principal para evitar los problemas que plantea esta disciplina del saber humano.
Se nos presenta la oportunidad de acercarnos a la revolución de la inteligencia artificial de forma coordinada. Es el momento de trabajar en un proyecto internacional para desarrollar una superinteligencia segura en el que estén implicados todos los actores que puedan aportar algo. Si esto sale bien, los beneficios para la sociedad serían inmensos, pero podríamos sufrir consecuencias muy negativas si nuestra forma de abordar el problema consistiera en permitir que las empresas y naciones compitieran para ver quien consigue mejores resultados.
Al hogar de Martin Rees (York, 1942) se llega tras recorrer una estrecha carretera flanqueada por árboles. Está a las afueras de Cambridge, la ciudad que alberga una de las universidades más antiguas del mundo y en la que el astrofísico y cosmólogo es toda una institución. Junto con su amigo Stephen Hawking, es uno de los astrofísicos más famosos y prestigiosos.
Su acogedora casa, en la que vive desde hace 15 años, es casi tan británica como él. Un amplio y bonito jardín rodea la vivienda, cubierta de moqueta, con papel pintado en las paredes, varias chimeneas y ese punto de dejadez tan inglés. Los libros desbordan la estantería y la mesita del salón en el que nos recibe una otoñal mañana de sábado, impecablemente vestido con traje y corbata. La sorpresa llega cuando nos ofrece un café: “El té lo tomo por la tarde. Por la mañana bebo café para despertarme”, dice riendo mientras intenta sacar del salón a su cariñosa perra Gogi.
El café se le quedará frío mientras conversamos sobre viajes interestelares y la evolución de nuestra especie -poshumanismo lo llaman-, dos de los aspectos que aborda en el El próximo paso: la vida exponencial, un libro editado por la iniciativa OpenMind de BBVA que se puede descargar en su web gratuitamente y del que Rees es coautor. Y es que, aunque la Tierra existe desde hace 4.500 millones de años y faltan otros 6.000 millones de años para que sea engullida por el Sol, Rees cree que este siglo «puede ser crucial» gracias a la biotecnología, la robótica y la inteligencia artificial, y la capacidad para explorar el espacio.
Las agencias llevan años hablando de ir a Marte pero hasta ahora el hombre sólo ha pisado la Luna.
Ya en 1972,cuando el último astronauta de las misiones Apolo regresó, no pensaba que a día de hoy alguien habría pisado Marte porque nadie habló de ir más allá de la órbita terrestre. La razón para no seguir adelante fue que el programa Apolo fue financiado sólo para demostrar que EEUU superaba a la URSS. Desde entonces, el programa espacial ha avanzado usando robots, pequeñas sondas exploradoras, telescopios espaciales y satélites de los que dependen las comunicaciones o las previsiones meteorológicas. Creo que dentro de 10 o 20 años tendremos robots y estructuras en el espacio. Desde un punto de vista práctico, el papel de los humanos cada vez es menos importante. Creo que seguirán yendo al espacio, pero sólo como una aventura.
Usted fue uno de los primeros en proponer una misión a Marte sólo de ida. ¿Cómo ve los progresos de las compañías privadas?
Si la NASA o la Agencia Espacial Europea (ESA) envían a personas al espacio habría un gran riesgo. El transbordador (shuttle) falló dos veces en unos 130 lanzamientos, es decir, tenía una tasa de accidentes del 2%. Fueron catástrofes para el país, retrasaron el programa y costaron mucho dinero. Pero los aventureros y los pilotos de pruebas estarían más que satisfechos con esa tasa de accidentes. Mi visión es que las compañías privadas reducirán costes enviando aventureros encantados de asumir los altos riesgos, incluso en viajes sólo de ida. Serán las primeras personas que vayan a Marte. Y a finales de siglo creo que habrá pequeñas comunidades viviendo allí. Creo que es ingenuo pensar que tendremos una emigración masiva a Marte para solucionar los problemas de la Tierra, pero serán muy importantes para el futuro de la Humanidad. Usarán todas las técnicas de modificación genética y de cíborgs [fusión hombre-máquina] para adaptarse. Estarán reguladas en la Tierra pero allí se mantendrán al margen de esas regulaciones. Creo que dentro de un siglo o dos se habrá desarrollado una nueva especie que incluso podría llegar a ser totalmente electrónica. Y si eso ocurre, no hará falta tener una atmósfera o gravedad, y quizás sea el comienzo de nuestra expansión más allá del Sistema Solar.
Hace cinco años me dijo que si fuera usted más mayor, quizás estaría dispuesto a ir a Marte y no regresar. ¿Ha cambiado de idea?
[Se ríe] Creo que las primeras personas que vayan a Marte irán para morir en Marte, pero el tipo de persona que querrán enviar será alguien más joven.
Pero si se lo propusieran, ¿iría?
Creo que no tendría sentido mandar a gente muy mayor.
Los esfuerzo se centran en encontrar un planeta fuera del Sistema Solar gemelo‘de la Tierra. ¿Es que no creen que pueda existir vida en mundos distintos al nuestro?
Si en el futuro queremos buscar inteligencia en el universo no serán los humanos los que vayan. Serán cerebros electrónicos cada vez más sofisticados los que viajarán por la galaxia. Y no deberíamos buscar en los planetas como la Tierra porque, si hay vida extraterrestre avanzada, probablemente será también electrónica, no orgánica, quizás ni siquiera viva en un planeta. Han hecho falta 4.000 millones de años para que la vida en nuestro planeta llegue al estado actual. La vida orgánica inteligente es sólo una delgada fase entre la vida menos inteligente y la vida electrónica poshumana. Si la encontramos, es improbable que esté sincronizada con nosotros. Creo que estaría más retrasada o más avanzada.
¿Qué probabilidad hay de que haya vida inteligente?
Lo que hemos averiguado en las últimas décadas es que fuera del Sistema Solar hay muchísimos planetas como la Tierra, pero la cuestión sobre la vida todavía es difícil de responder porque incluso aunque entendamos la evolución no comprendemos qué es lo que provocó la transición desde la química compleja a los primeros sistemas metabólicos reproductores. Hay gente muy buena investigando esto y creo que dentro de 10 años tendremos la respuesta. La siguiente generación de telescopios será capaz de buscar evidencias de oxígeno, ozono, etc. y averiguar si la vida simple es algo común o muy raro. Por otro lado, hay otro programa que busca pruebas de algo artificial, el proyecto SETI [para buscar inteligencia extraterrestre]. Creo que la posibilidad de éxito es de apenas un 1% o un 2%, pero estoy contento de que haya benefactores privados que financian esta búsqueda de transmisiones desde el espacio.
¿Merece la pena dedicar dinero a buscar esas supuestas señales extraterrestres con tan baja probabilidad?
Creo que sí porque la mayor parte del dinero que se gasta es privado, son unos 10 o 20 millones de dólares al año.
Imagine que se detecta una señal que indudablemente procede de una fuente artificial. ¿Cree que los gobiernos lo harían público o se mantendría en secreto?
Antes de hacer público cualquier descubrimiento científico importante hay que asegurarse de que es cierto, como ha ocurrido con las ondas gravitacionales. Pero si detectamos algo artificial aun así sería improbable que fuera un mensaje extraterrestre, podría ser quizás un equipo que no funcione bien creado por alguna civilización orgánica miles de millones de años antes. Pero, por supuesto, sería fascinante que ocurriera.
Si usted formara parte del comité que asesorara a los gobernantes, ¿les recomendaría que se informara a la población?
Por supuesto que sí.
Volviendo a nuestro sistema solar, las agencia busca vida en las lunas Europa (de Júpiter) y en Encélado y Titan (satélites de Saturno). ¿Cómo podría ser?
Pienso que no hay vida avanzada en ningún otro lugar del Sistema Solar, pero es muy importante encontrar cualquier indicio de vida. Podría haberla bajo la superficie de Marte, bajo el hielo de Europa o Encélado, y encontrarla respondería preguntas fundamentales sobre el origen de la vida.
Hay un proyecto llamado Starshot para explorar Próxima b, el exoplaneta más cercano, enviando naves del tamaño de un microchip. ¿Cuánto tiempo se tardará en desarrollar esa tecnología?
La idea de enviar una sonda a otra estrella o a Próxima b es aun muy especulativa porque sería enormemente caro.
¿Mucho más que una misión a Marte?
Sí, y además la información que obtendríamos enviando una nave minúscula tan lejos sería limitada así que pienso que el coste sería demasiado caro para el beneficio obtenido. Creo que es muy improbable que se haga realidad porque según la primera propuesta, hace falta un láser gigantesco [para impulsar las naves] que costará al menos 10.000 millones de dólares, siendo optimistas. Y creo que se podría hacer un mejor uso de esos recursos, podríamos averiguar mucho más sobre los planetas con telescopios muy grandes.
EN 1948, LOS PADRES DE REES, ambos profesores, fundaron en Shropshire el Bedstone College, una escuela que sigue abierta y a la que él también asistió de niño. La educación que recibió propició que se interesara por campos diversos, entre ellos la música, como muestra el piano con una partitura de Schubert que preside la sala en la que estamos, uno de los dos que hay en la casa. Rees practica ocasionalmente, aunque dice que la auténtica pianista es su esposa, que está tocando en otra habitación.
¿Cree que será posible descargar un cerebro en una máquina?
Creo que aún no está claro si se podrá hacer. Pienso que es improbable, pero creo que sí será mucho más probable construir máquinas que en muchos aspectos tengan la inteligencia humana, las capacidades para calcular, aprender y tomar decisiones como las personas. Por eso creo que podremos dejar en manos de esas máquinas la exploración del espacio. En el futuro las máquinas harán viajes interestelares.
Hay empresas que criogenizan a personas para que despierten dentro de décadas. ¿Tiene esto alguna base científica o están quedándose con el dinero de gente que se niega a aceptar la muerte?
Soy muy crítico con todo esto por varias razones. En primer lugar creo que es improbable que se pueda conservar a alguien en ese estado hasta que, quizás, dentro de unos siglos reviva. Pero, aunque se pudiera hacer, sería egoísta. Me opongo por completo.
¿Llegará el hombre a ser inmortal?
Los seres humanos orgánicos obviamente serán limitados como lo somos nosotros pero una posibilidad emocionante para el futuro será que las máquinas logren tener muchas capacidades humanas. No está claro que puedan tenerlas pero, ciertamente, la robótica y el aprendizaje de las máquinas (machine learning) avanza muy rápidamente. Si tendrán muchas de las características humanas, si serán realmente como nosotros o tendrán conciencia aún no lo sabemos, pero creo que esas máquinas jugarán un papel muy importante en la Tierra y más importante aún en el espacio.
¿Cómo se imagina nuestra civilización dentro de 100 años teniendo en cuenta, por un lado, los grandes avances tecnológicos y, por otro, que hay millones de personas sin acceso a medicinas, agua o comida?
Lo deprimente es la enorme brecha que hay entre el mundo que podríamos tener y el que tenemos. Soy bastante pesimista sobre la idea de que las futuras tecnologías estarán extendidas y serán usadas de la forma más beneficiosa. La brecha entre la gente adinerada que podría tener acceso a esos avances, entre ellos los que permitan mejorar y ampliar las capacidades del hombre. y los que no puedan será una desigualdad mucho mayor de la que hay ahora entre ricos y pobres. Además, la biotecnología o la tecnología de los cíborgs serán accesibles a individuos o pequeños grupos podrán construir una bomba de hidrógeno, armas biológicas o perpetrar un ciberataque que podría afectar al suministro eléctrico. Me preocupa mucho esta posibilidad y no sé cómo podríamos evitarlo. A no ser que reduzcamos la libertad de las personas y su privacidad va a ser muy difícil identificar a las personas que podrían hacer un mal uso de estas tecnologías. Será un gran reto para todos los gobiernos.
Si ya resulta difícil evitar ataques terroristas como los que ocurren hoy en día…
Es cierto, pero creo que esas armas biológicas no serán usadas ni por los gobiernos ni por los terroristas porque no puedes predecir las consecuencias, a quién vas a matar. Creo que serán usadas por fanáticos que piensen, por ejemplo, que hay demasiados humanos en el mundo.
Usted ha fundado el Centro de Estudio de Riesgos Existenciales.
Sí. Hay mucha discusión sobre los pequeños riesgos como el cáncer, las dosis de radiación, los accidentes de avión, desastres de ese tipo… pero se presta poca atención a las amenazas emergentes. Por eso, especialmente en la Universidad de Cambridge, intentamos determinar qué amenazas son de ciencia-ficción y podemos descartar, y cuáles son amenazas serias que debemos abordar.
-¿Le escuchan los políticos cuando habla de riesgos de futuro?
Pensar sólo en la próxima elección es un problema muy grande. La agenda política está dominada por preocupaciones a corto plazo y, por eso, la forma de meter esos asuntos en la agenda es involucrar al público porque los políticos responden a eso y a lo que hay en la prensa. El cambio climático es un ejemplo. Es muy difícil encontrar motivación para combatirlo porque sus principales consecuencias serán dentro de décadas y afectará más a otras zonas del mundo que a Europa. Por eso, fue muy valiosa la intervención del Papa, que en 2015 hizo una encíclica que influyó en la Conferencia de París. Tenemos que asumir que no vamos a tener un mundo estable a no ser que parte de los beneficios vayan a las partes pobres de África, pues saben lo que les falta y que su vida no es como la nuestra.
¿Podría un asteroide acabar con todo?
No me preocupan demasiado los asteroides, aunque me parece bien que haya un sistema de alerta. Existe un riesgo pequeño, pero deberíamos preocuparnos mucho más por las consecuencias de la actividad humana. Una de ellas es la presión que estamos ejerciendo en la Tierra, sobre los recursos y el clima a medida que crece la población. El otro es el mal uso de tecnologías poderosas por parte de pequeños grupos o de individuos.
EN REINO UNIDO HAY UN ASTRÓNOMO REAL, un cargo honorífico que desde 1995 Rees ostenta: «Es sólo un título, no me supone trabajo», dice el astrofísico que, tras haber presidido el Trinity College o la Royal Society, se ve como «un freelance de la ciencia». Experto en formación de galaxias, agujeros negros y ondas gravitacionales, viaja con mucha frecuencia para dar conferencias -en lo que va de año ha ido seis veces a EEUU y acaba de regresar a Japón -e investiga temas como la posible existencia de varios Big Bang y más de un universo. Como miembro de la Cámara de los Lores, la política ocupa también parte de su tiempo.
El hombre se cubrió de gloria….
¿Cuál es su postura respecto al Brexit?
Estoy totalmente en contra. Dada la situación que hay en Rusia y en EEUU es muy importante que Europa esté unida políticamente. Estamos en una época en la que lo que necesitamos es estrechar lazos y aumentar la cooperación.
¿Va a afectar a la ciencia?
Afortunadamente, consorcios como el de la Agencia Espacial Europa (ESA) están separados y no los perderemos aunque salgamos de la UE. Pero otros programas científicos de investigación podrían cancelarse, en otros quizás podamos quedarnos. Pero habrá efectos negativos porque la ciencia es muy internacional y, por eso, aún espero que se pueda revertir el proceso
¿Lo ve posible?
Creo que sí es posible. La gente se está dando cuenta lo difícil que es salirse de la UE y las consecuencias negativas que habrá, y puedo imaginar que si hubiera otro referéndum habría un resultado diferente. Realmente espero que ocurra.
Se opuso también a la independencia de Escocia
Sí, creo que se trata de un asunto que involucra no sólo a la gente de Escocia, sino al resto del país. Tenemos una conexión con Escocia y me importan, creo que también la gente de Inglaterra y Gales tenemos algo que decir. Es parte de mi país y creo que estaría mal que se independizara solo por tener una mayoría simple.
El cosmólogo ruso explica por qué los humanos le debemos la vida a las fluctuaciones cuánticas
Viatcheslav Mukhanov, después de la entrevista. Carlos Rosillo
A finales de los años setenta, en la Unión Soviética, Vitali Guínzburg, uno de los creadores de la bomba atómica, le sugirió a uno de sus estudiantes que se dedicase a la cosmología. Era un campo emergente que intentaba responder algunas de las preguntas más importantes para la humanidad, por ejemplo, cómo se originó el universo. Era solo un “bla, bla, bla, no había ninguna observación experimental”, ni visos de conseguirla, recuerda el físico teórico Viatcheslav Mukhanov, quien, a pesar de ello, decidió seguir el consejo de su superior.
En 1981, cuando aún era un estudiante de doctorado en el Instituto de Física y Tecnología de Moscú, Mukhanov publicó junto a su compañero Gennady Chibisov su teoría de que las galaxias se originaron por fluctuaciones cuánticas. Esas irregularidades de densidad a escala microscópica surgieron poco después del Big Bang, se amplificaron durante los primeros momentos de expansión del universo y evolucionaron durante 13.700 millones de años hasta transformarse en los cientos de miles de millones de galaxias agrupadas en cúmulos y supercúmulos que en la actualidad conforman el universo.
En 2013, el satélite Planck realizó el mapa más detallado del fondo cósmico de microondas, la luz más antigua del universo. En sus imágenes se apreciaban pequeñas diferencias de temperatura cuya explicación más plausible eran las fluctuaciones cuánticas que Mukhanov había predicho tres décadas antes.
Si nos enviasen un mensaje extraterrestre de vuelta, el retardo sería de 48.000 años. Es imposible comunicarse
Mukhanov (Kanash, extinta URSS, 1952) emigró a Europa tras la caída de la URSS y actualmente es catedrático de cosmología en la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich (Alemania). Ha ganado algunos de los galardones más importantes en su área y en 2016 recibió, junto a Stephen Hawking, el Premio Fronteras del Conocimiento. De visita en España para ofrecer una conferencia en la Fundación BBVA, Mukhanov explica en esta entrevista por qué confirmar su nueva teoría puede estar más allá de nuestras capacidades como especie.
Pregunta. ¿Cuándo surgió su interés por la ciencia?
Respuesta. Cuando estaba en el colegio. Mis padres eran los dos de clase trabajadora y mi educación fue primordialmente autodidacta. Compraba libros. En la Unión Soviética, todos los libros se publicaban en grandes tiradas. Los había hasta en las ciudades provinciales, porque nadie quería comprarlos. Había libros de teoría cuántica de campos o gravitación con una tirada mucho mayor que los best sellers actuales. Después me mudé a Moscú para estudiar en el internado de Andréi Kolmogorov [un famoso matemático ruso], donde preparábamos el examen de acceso a la universidad.
P. ¿Cómo era formarse como científico en la URSS?
R. La URSS era un país horrible. Por ejemplo, necesitabas permiso para vivir en Moscú y sin él no podías trabajar en la ciudad. Era como conseguir un título aristocrático en la Edad Media. Hasta tener un teléfono era complicado. Tenías que ponerte a la cola y esperar 10 años. En 1992 me mudé a Suiza. Pensé que serían solo dos años. Pero, después, en Rusia, las cosas tomaron un cariz no muy bueno, especialmente para la ciencia. Fue el latrocinio de todo. Y continúa ahora.
… pruebas de que los meteoritos contienen ciertos bloques de construcción del ADN, la molécula que porta las instrucciones genéticas para la vida.
Descubrimos las semillas de las que surgen las galaxias, los planetas, las estrellas y, finalmente, nuestra vida
P. ¿Cómo formuló su teoría de las fluctuaciones cuánticas?
En 1978 mi supervisor decidió emigrar fuera de la URSS. Necesitaba un nuevo supervisor y ese fue Guínzburg. En 1979 no tenía ni idea de qué hacer. Se me acercó Chibisov y empezamos a trabajar. Pensamos en cómo usar la mecánica cuántica en el universo temprano. Nos dimos cuenta de que, si tomas el modelo de expansión acelerada [del universo], que fue llamado inflación dos años después, puedes emplear las fluctuaciones cuánticas, amplificarlas y tener, más o menos, una explicación válida para el origen de la estructura del universo. El origen de las semillas de las que surgen las galaxias, los planetas, las estrellas y, finalmente, nuestra vida.
P. ¿Cómo pueden unas fluctuaciones a escala cuántica generar todas las galaxias?
R. La mecánica cuántica impide conocer simultáneamente la posición y la velocidad de un fragmento determinado de materia. Esto hace que sea imposible que haya un reparto perfectamente homogéneo de la materia, hay pequeñas anomalías inevitables. Las fluctuaciones cuánticas permiten explicar cómo una pequeña burbuja de milésimas de gramo puede expandirse aceleradamente hasta generar materia suficiente para crear 100.000 millones de galaxias.
P. Si es tan fácil que aparezcan universos, ¿es posible que existan muchos más?
R. Puede que haya muchos. Pero no hay forma de confirmar la teoría cosmológica del multiverso. Al menos en los próximos 10.000 millones de años. El campo de los multiversos no es física, la física supone predecir y después medir. Este campo está en los límites de la metafísica, es imposible falsar sus predicciones.
La NASA anunció el descubrimiento de 7 nuevos planetas del tamaño de la Tierra y tres de ellos podrían ser habitables
Encontrar un sistema solar con siete tierras es un descubrimiento menor
P. Solo sabemos de qué está hecho el 4% del universo, el resto es materia y energía desconocidas. ¿Cuándo cree que romperemos esta barrera?
R. No se puede decir eso. Es una afirmación un poco exagerada. Hay que diferenciar entre lo cuantitativo y lo cualitativo. Si digo que casi el 100% del universo es hidrógeno y helio, podrías pensar: ¿en qué lugar quedamos todos nosotros? Somos una fracción de un uno por ciento. Pero esa fracción, en la que están los elementos pesados de los que estamos hechos, es mucho más importante que el resto. Por eso no se puede decir que no entendemos solo el 4% del universo. El 96% restante, compuesto por materia oscura y energía oscura, son una trivialidad.
P. ¿En qué trabaja ahora mismo?
R. En las singularidades. Por ejemplo, los agujeros negros. Ya unificamos la mecánica cuántica con la relatividad general con las perturbaciones cuánticas a nivel cosmológico. Pero ahora, si caes en un agujero negro, debes unificarlo usando métodos diferentes y nadie sabe cómo. Es la teoría del todo. Intentamos entender la estructura que hay dentro de un agujero negro. De acuerdo con la relatividad general, el interior de un agujero negro es enorme. Si cayeras en un agujero negro no sentirías nada, más allá de perder la comunicación con el amigo que dejaste en el exterior. O, mejor dicho, seguirías recibiendo información suya pero él no podría escucharte. Una vez cruzas el horizonte del agujero negro, si es lo suficientemente grande, te encontrarás en otro universo que evoluciona de forma separada al nuestro.
P. ¿Seguirías vivo?
R. Por algún tiempo, sí. Si se trata de un agujero negro muy grande podrías seguir vivo mucho tiempo, incluso 100 años, si el agujero tiene un diámetro de 100 años luz. Pero si caes en un agujero negro del tipo que formaría nuestro Sol, con apenas tres kilómetros de diámetro, morirías en una fracción de segundo. La mayoría de la gente piensa que los agujeros negros son como una caja negra donde hay un centro. Pero un agujero negro no tiene centro. Más allá del horizonte es como un universo en contracción. En el centro, el tiempo termina. Gracias a la energía oscura, podrías entrar en otro universo. Por ejemplo, si hay energía oscura, puedes hacer que la contracción se detenga y podrías ser expulsado en otro universo. Pero perderías toda comunicación. Por el momento, esto es especulación, no hechos.
P. ¿Podremos explorar algún día este tipo de cuerpos para conocer su estructura?
R. No. Solo si tienes el coraje suficiente para dejarte caer en uno. Un agujero negro es una puerta en una única dirección. No puedo imaginarme cómo comunicarse desde dentro de un agujero negro hacia afuera. De alguna forma estos objetos son la frontera de nuestra fantasía.
R. Es un descubrimiento menor. ¿Qué hay de especial en la vida? No debemos pensar que somos excepcionales. Nuestro planeta es como una pequeña partícula de suciedad que llamamos Tierra, y hay una pequeña cubierta sobre ella que llamamos gente. No hay nada inusual. El descubrimiento de los exoplanetas es fantástico, pero no es sorprendente. Lo chocante sería que no existiesen.
Lo que está sucediendo con los inmigrantes en Europa y EE UU es peor que volver a la Edad Media
P. ¿Cree que encontraremos vida inteligente en el universo?
R. Cuando era pequeño me interesaban muchos estos temas. En 1974 mandaron unas señales de radio a un cúmulo globular. Si nos enviasen un mensaje de vuelta, el retardo sería de 48.000 años. Es imposible comunicarse. En este sentido, deberíamos ser más modestos.
P. Usted trabaja en Alemania desde hace décadas, ¿qué le parecen los movimientos contrarios a la inmigración en este país y en otros?
R. Es como una vuelta a la mentalidad de la Edad Media. [Ángela] Merkel hizo un buen movimiento al acoger inmigrantes, pero lo que falta es una política. Deben ser incorporados en la sociedad. No puedes tenerlos en campos. Cuando este tipo de cosas ocurrieron en Oriente Medio desataron una guerra civil. Recordemos el final del Imperio Romano. Los godos cruzaron el Danubio y empezaron a reclamar lo que les prometieron los romanos, pero no se lo dieron debido a la corrupción. No puedes cerrar el país a los inmigrantes. No puedes hacer este tipo de estupideces. Sobre todo señalar a seis o siete países, como en el caso de EE UU. Ni siquiera es una mentalidad de la Edad Media, es anterior. Es horrible.
Viatcheslav Mukhanov: “Solo hay un dios para un físico y es el experimento”
Es uno de los físicos teóricos más fundamentales del último siglo, ha recibido los galardones más prestigiosos y ha hecho tanto por la comprensión del universo como Stephen Hawking. Por eso, probablemente, usted nunca antes haya leído su nombre.
El físico ruso, tras la entrevista con EL ESPAÑOL. Fundación BBVA
¿Qué ha hecho Viatcheslav Mukhanov por todos nosotros? Principalmente, predecir cómo se formó toda la materia del universo tras el Big Bang. Su teoría de la fluctuación cuántica como origen de todas las galaxias es ahora parte de los libros de física y sin embargo, su notoriedad está a millones de años luz de la de Stephen Hawking, con quien compartió hace unos meses el premio Fronteras del Conocimiento en Física.
Por otro lado, la historia de Mukhanov es la de uno de tantos científicos rusos que huyeron del país tras la perestroika para poder seguir haciendo avanzar a sus disciplinas. Empleado desde hace unos años en la universidad Ludwig Maximilian de Munich, este físico ha obtenido todos los reconocimientos posibles salvo el Nobel de Física. Es decir, ha ganado todos los premios que un físico teórico puede llegar a ganar.
Mukhanov recibe a EL ESPAÑOL en una visita a Madrid para impartir una conferencia en la Fundación BBVA. Departir con él es como plantarse en mitad de un río de montaña con un escurridor de espaguetis. Hay que enfrentarse a una personalidad huracanada, que verbaliza en un inglés torrencial con arranques de mal genio, borbotones en ruso, carcajadas a destiempo y pinceladas de alemán, con la esperanza de que al final acabaremos hallando en el cedazo varias pepitas de oro.
Cuando usted hizo su gran contribución a la comprensión del universo, ¿fue bien recibida en aquella época?
A nadie le importó mucho.[Risas] No éramos una comunidad muy grande, podías contar a los cosmólogos: uno, dos, tres, cinco. En la URSS había varios porque es donde Zel’dovich creó escuela y allí comenzaron a darse varias hipótesis interesantes. Por supuesto, una cosa son hipótesis y otra son hechos probados. La cosmología era un campo interesante en aquella época, pero al principio no había prácticamente hechos. Para mí fueron suficientes para defender mi tesis doctoral. Por supuesto, en las fluctuaciones siempre hay contradicciones pero los astrofísicos no saben mucho de las series cuánticas así que a nadie le importó.
Todo eran hipótesis plausibles pero que pueden ser solamente blablabla. Cuando François Englert y Robert Brout escribieron su famoso paper cuatro años antes de que lo hicieran los americanos nadie prestó atención. La cosmología sólo empezó a tener un poco de éxito en los años noventa, no sólo por la radiación de fondo de microondas sino porque en aquellos años se empezaron a construir telescopios grandes, uno detrás de otro, algo que diez años antes era inimaginable. Recuerdo que en los ochenta pasé un único mes en el llamado “mayor telescopio ruso”.
¿Dónde estaba ese telescopio?
Antes era territorio de la Federación Rusa pero hoy sería Kirguistán o algo así, Chechenia, el Cáucaso. Pregunté entonces por qué lo habían puesto en un lugar tan malo para la observación, ¿por qué no en Armenia? Me dijeron que era una decisión condicionada políticamente e hice una broma diciendo que preveía que en diez años la URSS caería y que lo siguiente sería elegir Kazajistán para lanzar los cohetes.[Risas]
Los años 90 fueron fantásticos para la cosmología y la astrofísica porque comenzaron a construirse instrumentos. No era aún física tal y como yo la entiendo. Cuando era joven no solía pensar así porque cuando eres joven básicamente piensas lo que tu jefe te dice que pienses, porque respetas a tu jefe y lo que hace. Pero cuando vas creciendo aprendes que básicamente solo hay un dios en física, y es el experimento. Aparte de eso no hay autoridad que deba ser aceptada. Por ejemplo, Lemaître hablaba de la creación del universo a partir de fluctuaciones cuánticas o lo que sea, pero era sobre todo blablabla porque una de las cosas importantes de la física es que debe haber fórmulas nuevas, que nadie ha visto antes, y que te permiten medir un par de números. Pero Lemaître hablaba con Einstein de la creación del universo criticando las técnicas humanas, eso es una basura completa, algo que solo puede salir de la boca de un sacerdote, porque Lemaître era un sacerdote. ¿Cómo mides la autoridad? Por supuesto Einstein tenía más autoridad pero quizá estaba equivocado, hubo muchos casos en los que Einstein lo estuvo, no nos preocupemos, la gente es gente, no son dioses. La gente no puede vivir sin autoridad, por eso buscan la autoridad máxima, pero la autoridad más alta es la naturaleza, el experimento.
Usted no había cumplido los 30 cuando hizo su gran descubrimiento. ¿Qué atributos debe tener un científico joven? Ha mencionado antes el respeto a los jefes.
No, no debes seguir a tus jefes, es lo que intentaba decir. Resulta útil de alguna forma, pero un científico no debe seguir a nadie más allá de su propia curiosidad. Por ejemplo, Ginzburg fue un guía muy bueno en este sentido, porque cuando fui a buscarle para empezar mi doctorado con él, porque mi anterior director emigró por motivos políticos, me dio libertad total, porque… ¿cuál es la mejor manera de enseñar a nadar a un niño? Tirarlo en mitad de un lago, si sale adelante es bueno, si no… lo siento.
[Más risas]
Quizá con un niño no sea muy justo, pero en física, y especialmente en física teórica, sí lo es.
¿Cuál es el equivalente en física a tirar a un niño en mitad de un lago?
Significa poner a un estudiante en un campo, le das unas instrucciones particulares, le dices el problema y lo que esperas de él y el resto debe hacerlo todo él solito. He conocido a varios físicos que hicieron el doctorado con Julian Schwinger, por ejemplo Walter Kohn, Sheldon Glashow o Bryce DeWitt, y los tres me dijeron lo mismo sobre su director: que habían visto a Schwinger dos veces durante todo el doctorado. La primera vez durante 20 minutos en los que Schwinger formuló el problema y la segunda tres años más tarde. Guiar a los estudiantes de una forma muy detallada destruye su originalidad y destruye su personalidad, se vuelven como unos técnicos en física, y los físicos teóricos no son técnicos, deben tener originalidad. Y de hecho, enseñar a ser original no es nada trivial: puedes enseñar a jugar al ajedrez o cómo ensamblar cosas, pero esto es diferente. En física fundamental tienes que venir con ideas nuevas, y si hay un campo donde miles de personas están buscando ideas nuevas, la única forma es salir de esta masa de gente, no trabajar en el mainstream.
¿Cree que lo del genio solitario sigue vigente en una época donde prima la colaboración?
No puedes decir eso de que alguien es un genio. Ser un genio ahora equivale a tener unos atributos técnicos excepcionales, como esos niños que multiplican números más rápido que un ordenador, pero normalmente esto es un producto del entrenamiento. Imagínese un sitio lleno de oro, todo el mundo llega, se lleva el oro, el resto llega al sitio pero ya no hay oro. Esto es lo que pasa en física, un campo se vuelve popular cuando no hay prácticamente nada que hacer. Uno tiene que encontrar su propio campo, y esto, claro, tiene sus dificultades.
¿Cómo están las cosas ahora para los científicos en Rusia? Porque buena parte de su generación emigró, ¿hay una nueva generación ahora tirando del carro?
No, por desgracia no puedo decir que en Rusia la situación de la ciencia sea brillante. Por supuesto, no estoy allí por lo que no puedo hablar desde dentro, pero desde fuera, no veo tanta gente buena en física teórica que aparezca, que viaje… desde mi punto de vista lo que el gobierno ruso está haciendo con la ciencia es completamente erróneo, por no decir nada peor. Creo que la gente no comprende que destruir este tipo de cosas es muy fácil, la ciencia es extremadamente delicada, y construirla de nuevo lleva mucho tiempo. La física en Rusia fue construida gracias a las investigaciones militares y las grandes escuelas matemáticas de los años veinte, tras la Revolución, pero ya no queda nada de aquello.
Leí algunas quejas de los académicos rusos el año pasado, cuando el ministro de ciencia fue sustituido por una historiadora experta en Stalin, pero no he seguido mucho el tema. ¿Ha empeorado la situación?
Mucho peor. En general, poner a distribuir el dinero para investigación a algún Putin de la vida, que quizá ni siquiera sabe bien las tablas de multiplicar, es una estupidez. Acabará financiando sólo ciencias aplicadas y no básicas porque busque resultados inmediatos, con lo que acabará siendo como tener un cuerpo pero sin sangre dentro.
Ahora la gente está tratando de formalizar la ciencia de una forma ridícula. ¡Número de citaciones! ¡Índice de impacto! Todo estos criterios formales me parecen basura, porque la gente se concentra en satisfacer estos criterios en lugar de hacer ciencia. Y todo el dinero que recibes depende de este sinsentido formal. La única evaluación de un trabajo científico debe ser la que hagan los colegas, no hay otra manera que la opinión de los expertos.
¿Y cómo motiva a sus jóvenes investigadores? Porque al final les van a exigir publicaciones.
No quiero obligar a nadie a la fuerza a venir a mi campo. Normalmente les digo que no hace falta que se dediquen a esto, salvo en el caso de que, si no lo hacen, el resto de su vida serán más infelices. Si pueden sobrevivir sin hacer física teórica les animo a dedicarse a otra cosa, su vida será más sencilla y ganarán más dinero y más fácilmente.
Insisto. Hay físicos jóvenes que quieren serlo pese a todo, pero aún así, lo que les piden es publicar y publicar.
Absolutamente. Todo el mundo comprende esto, hasta los niños. Nadie, de hecho, quiere decir no a esta dinámica, ¿entiende? Es un movimiento político. Por ejemplo, algo que odio, y obviamente no porque esté en contra de las mujeres, es cuando dicen que debe haber igualdad en el número de hombres y mujeres en física teórica. ¿Por qué no aplican la misma situación a la lingüística, donde el número de mujeres es superior? En astronomía ya estamos más o menos en un 50-50, ¿pero por qué los políticos no empiezan con ellos mismos? Creo que eso mejoraría muchísimo la calidad de la política si el Gobierno fuera en un 50% mujeres, pero cuando nos obligan a tener paridad en nuestros laboratorios están llevando la democracia al absurdo, ¿entiende? Porque hay esta tendencia a compensar a aquellas personas que fueron discriminadas en el pasado, pero la memoria de la gente nunca llega tan lejos. ¡Cien años! Lo que habría que hacer es olvidarse de ello y empezar con una base justa, sin redistribuir artificialmente los derechos como compensación, de esa forma la gente sería más razonable. También, fíjese que la mejor política actual es una mujer, Frau Merkel, ¡quien además fue física y de la Alemania Democrática! La mejor canciller que ha habido en Alemania, el único país donde los científicos no se quejan de no tener suficiente dinero para investigar. En Italia o en España la situación es catastrófica, porque sus políticos no entienden que la inversión en ciencia es ridícula, unos cuantos cientos de millones, ¡eso no es nada!
Mukhanov
Se está hablando mucho del futuro de la astronomía a raíz de la detección de las ondas gravitacionales. Ahora, el éxito de la misión de prueba LISA Pathfinder de la ESA parece indicar que el boom de esta nueva disciplina puede llegar antes de lo que pensábamos.
Verá, esta es la situación de las ondas gravitacionales. En primer lugar, uno no debería decir que el experimento LIGO detectó ondas gravitacionales, porque fueron detectadas mucho antes, en un sistema binario y con mucha más evidencia disponible. En este momento, sólo hay un evento que haya, digamos, superado el nivel de ruido. Cuando el evento es uno, no podemos hablar aún ni de estadística, ¿entiende? Por ejemplo, un acto de reencarnación es algo que no puede probarse ni desmentir que haya ocurrido. Cuando hablamos de física, algo debería convertirse en estadísticamente relevante.
Totalmente. Y volviendo a la pregunta…
La detección de ondas gravitacionales es una de las cosas más importantes actualmente en física fundamental. El experimento LIGO empezará pronto a trabajar con el detector italiano Virgo, lo que permitirá identificar con más exactitud de dónde proceden los eventos. Por otro lado, el proyecto LISA, previsto para 2034, está funcionando a la perfección por lo que espero que la ESA reconsidere sus planes y los adelante un poco. No hay muchas cosas por hacer en física fundamental, pero las ondas gravitacionales y la astronomía son los dos campos con un futuro más brillante.
¿Y a qué se van a dedicar estos investigadores de aquí a 2034?
Principalmente, a observar el llamado “universo local”, el que hay a nuestro alrededor. No es como las observaciones con radiación de fondo de microondas, en las que observas la radiación de cuando el universo sólo tenía 300.000 años, esto tiene más que ver con aprender cosas sobre detalles y procesos que están ocurriendo ahora en las galaxias. Ya sabemos mucho sobre lo que ocurre por aquí cerca, así que en 20 años sabremos mucho más.
¿Y cree que seremos capaces de detectar eventos más pequeños? Porque ahora necesitamos que dos agujeros negros enormes se fusionen para enterarnos.
Déjeme ser correcto, porque la mayoría de los periodistas toman estas cosas como un hecho probado, pero todavía debería estar más probado. ¿Por qué? Lo que vemos ahora mismo es una fusión de dos agujeros negros de 30 masas solares… eso no parece muy natural, ¿comprende? Porque desde el punto de vista de la astrofísica supone un gran dolor de cabeza explicar la existencia de este tipo de cosas, y sólo es un evento, ¿vale? Un poco por encima del nivel de ruido. Por tanto, ahora, que fueran dos agujeros negros parece, para la mayoría, la explicación más plausible. Pero antes de llegar a esta conclusión única deberíamos, en mi opinión, ver más eventos como este, para estar seguros que no la estamos jodiendo.
Es decir, seguir el método científico.
Sí, seguir el método científico, porque ahora, en el llamado “periodismo científico” parece haber una tendencia que yo llamo Tendencia Americana del McDonald’s en la que se trata de vender mierda a un precio muy alto, como usted ya sabe. En este sentido, el New York Times es espectacular. Escribí una vez a este Overbye…
¿Dennis Overbye, el corresponsal de astronomía y cosmología del Times?
Creo que ya no publica. Le escribí diciéndole: ‘Pensaba que el New York Times era más serio que periódicos soviéticos como Pravda, pero ahora no lo parece’. Fue porque armaron un escándalo con lo del BICEP, que ellos llamaban “el colapso del BICEP”, que fue dañino no sólo para los miembros del experimento sino para toda la comunidad de experimentalistas que llevaban 15 años trabajando muy duro.
[En 2014, el experimento BICEP2 del Centro de Astrofísica de Harvard lanzó un comunicado diciendo que habían detectado ondas gravitacionales primordiales, procedentes del Big Bang. Un análisis posterior del Instituto Max Planck de Alemania demostró que era una señal errónea causada por una nube de polvo galáctico].
Cuando salieron los resultados del Planck, todo lo que la gente quería saber es si el BICEP llevaba razón o no, omitiendo la detección más espectacular de una polarización, hecha por el Planck con un nivel de precisión increíble, pero a nadie le importó.
Entiendo.
Usted entiende lo que digo. Por tanto, uno tiene que ser cuidadoso al formular ese tipo de cosas. Por supuesto, un científico tiene que trabajar para el público pero no todo lo que interesa al público es interesante para la ciencia. Me gusta hablar con escolares, ese es mi culmen. Es bueno inspirar a las nuevas generaciones para que se dediquen a la ciencia, pero el resto de la sociedad no debe olvidar que cualquier cosa que tienen, todos esos dispositivos, es gracias a la ciencia.
El premio Nobel de Física de 1979 defiende el valor de la curiosidad y el mérito para la ciencia y la sociedad, y se muestra preocupado por el auge de teorías científicas que nunca podrán ser demostradas
Sheldon Glashow es uno de los artífices del modelo estándar de la física, el conjunto de teorías que explican el comportamiento básico de la materia – De San Bernardo
Reportaje de ABC Ciencia
El mundo se ha movido mucho desde que Sheldon Lee Glashow (Nueva York, 1932) ganara el premio Nobel de Física en 1979. Pero al margen de los cambios vertiginosos de la tecnología y la medicina, la Física sigue levantándose básicamente sobre los mismos pilares de entonces.
Si Glashow ganó el Nobel, junto a Abdus Salam y a Steven Weinberg, fue precisamente por convertirse en el padre de uno de esos pilares. Sus trabajos permitieron apuntalar el modelo estándar, (una gran teoría que describe el funcionamiento de las interacciones fundamentales de la naturaleza y las partículas elementales) y se hicieron claves en la física de partículas desde los setenta hasta ahora. Además, sus investigaciones le llevaron a crear una teoría para describir la relación entre la interacción electromagnética (mantiene unidos los átomos) y la nuclear débil (que explica la radioactividad), y fundirlas en una sola, la electrodébil, y luego a predecir la existencia de partículas luego descubiertas.
De San Bernardo
A pesar de que se ayuda de una garrota, esta no le resta ni un centímetro a su imponente altura. Ya sentado en un sillón, descansa sus 84 años con un aire afable y tranquilo. Hoy en día sigue siendo profesor en la Universidad de Boston, pero en su currículo hay una lista interminable de instituciones y universidades prestigiosas (Cornell, Harvard, Caltech, Stanford, Berkeley, CERN, MIT). Ha venido a Madrid, invitado por la Fundación Ramón Areces, para impartir una conferencia sobre la inutilidad y al mismo tiempo la importancia de la Cosmología y la Física de partículas. Pero aparte de eso, se muestra muy preocupado por resaltar la importancia de la curiosidad en la ciencia y la sociedad y por criticar a los físicos teóricos que pasan demasiado tiempo sumergidos en fórmulas matemáticas que no se pueden comprobar con experimentos.
«Las ondas gravitacionales son inútiles y seguramente siempre lo sean»
-¿Por qué son la Física y la Cosmología inútiles pero esenciales?
Los descubrimientos en lo que parece ser ciencia sin utilidad tienden a ser con frecuencia importantes y tienen consecuencias completamente inesperadas. Déjame darte un ejemplo. Hace unos años, a principios del siglo XX, había un montón de científicos que trataban de entender la estructura del átomo. Por entonces eso era un auténtico misterio y prácticamente solo se sabía que existían y que tenían un núcleo, pero no se sabía cómo funcionaban.
Científicos como Heissenberg, Fermi, Dirac, Schrödinger, vinieron de muchos países y se unieron para tratar de resolver problemas. Trabajaron muy duro, pero no se preocuparon de fundar sus compañías, de conseguir patentes o de fabricar sus productos. Aún así, inventaron la Mecánica Cuántica, una disciplina que hoy en día es responsable del 30 por ciento de la economía del mundo.
A veces la clave del éxito es mirar alrededor y satisfacer tu curiosidad. Las consecuencias pueden ser enormes, esas son el tipo de cosas de las que voy a hablar hoy.
-¿Se sigue mirando alrededor hoy en día tanto como antes?
Siempre está ocurriendo, pasa continuamente. Gracias a esto, hace unos años unos físicos y químicos japoneses, descubrieron una proteína fluorescente en algunos tipos de medusas, lo que llevó al descubrimiento de la GFP («Green fluorescent protein», proteína verde fluorescente, usada muy ampliamente en investigación para marcar con luz, y de forma específica, secuencias genéticas o estructuras biológicas). Otra gente miró a su alrededor hace unos diez años para entender el fenómeno del magnetismo bajo circunstancias inusuales y descubrieron el llamado efecto de la magnetorresistencia gigante. Gracias a eso hoy en día hay discos duros de gigabytes. Ambos descubrimientos, por cierto, fueron premiados con el Nobel.
-¿Estamos en la era dorada de la Cosmología y la Física de Partículas?
Eso creo. Piensa en las ondas gravitacionales, un descubrimiento espectacular y que seguramente llevará a un premio Nobel o a otros grandes premios. Las ondas gravitacionales son inútiles, y seguramente siempre lo sean, estoy seguro, pero la tecnología que ha sido desarrollada para detectarlas ha permitido producir espejos de una precisión sin precedentes. Midieron longitudes mil veces menores al tamaño de un protón. Esto ya ha llevado a nuevas compañías, nuevas ideas, y quizás a nuevas patentes. Han desarrolllado el láser más potente y estable del mundo, un nuevo método para procesar datos y muchos desarrollos en materiales. Espejos que son absolutamente perfectos. Sí, por supuesto, es sorprendente que la ciencia pura tenga estas «spin-offs».
De San Bernardo
Pero tomemos otro ejemplo. Los españoles se quejan de que en España no hay premios Nobel en Física. Pero mira, en mi barrio, el Bronx, tenemos 4 premios Nobel, y en todo el alto Manhattan son 18. La clave está en que, mientras que en mi instituto se seleccionaban estudiantes en función del mérito, en España sería impensable hacer eso actualmente. ¡Hacen falta estudiantes con interés! A veces la selección de niños interesados en ciencia básica puede llevar a premios Nobel.
«En España sería impensable que un instituto escogiera estudiantes por sus méritos»
En mi instituto había una cosa llamada «Westinghouse science talent search», donde los niños eran animados a presentarse a un examen y a enviar proyectos a la NASA y otras instituciones muy prestigiosas, y se seleccionaba a 40 de ellos. Yo fui uno de esos 40 en 1950. No pagaban mucho dinero, imagínate, yo ganaba 100 dólares en los cincuenta. Luego, Intel se hizo cargo de ese certamen, y empezó a dar más dinero. Esta empresa lo soltó el año pasado, sin saber la razón, y fue tomado por una compañía farmacéutica. ¿Y por qué lo hicieron? Porque los fundadores de esta compañía farmacéutica, que vale en la bolsa 40.000 millones de dólares, son ambos ganadores del «Westinghouse science talent» y quieren asegurarse de que esta búsqueda de talentos continúa hoy.
-¿Recuerda por qué decidió convertirse en científico?
Sí, la Ciencia Fiscción llevó a muchos a la Física
Lo decidí cuando tenía 12 años o algo así, antes de ir al instituto. Por entonces leía mucha ciencia ficción, como Isaac Asimov y muchos otros, cuyos nombres no recuerdo. Muchos de mis amigos leían ciencia ficción. Hacíamos experimentos de química en casa, había juguetes científicos, algunos niños construían sus propios telescopios, otros estaban fascinados con la electrónica. Yo tenia un microscopio y podía ver los parásitos del río Hudson. Y creo que esto sigue pasando hoy en día. Hay muchas formas a través de las cuales los niños pueden acercarse a la ciencia.
-¿Cree que la tecnología está ayudando a la gente joven a leer más y a tener más curiosidad?
Es una pregunta difícil. No sé si los dispositivos tienen un efecto positivo, y si contribuyen a aprender o no. La gente joven que veo como profesor de Universidad, como padre y como abuelo pasa mucho tiempo haciendo «texting» (escribiendo mensajes de texto a través del teléfono), no escribiendo. Ahí no hace falta tener habilidades para escribir, vale con usar los emoticonos. Y si leen, si es que leen alguna vez, van a la Wikipedia. No digo que esté mal, pero no puede reemplazar a una biblioteca. Yo pasaba muchas horas en la biblioteca de Nueva York tratando de entender cosas para las que no estaba preparado todavía. No sé si eso seguirá pasando.
-Me gustaría preguntarle de nuevo acerca de las ondas gravitacionales, ¿cuál es el avance que suponen, aparte de los desarrollos tecnológicos asociados a ellas?
La tecnología no fue el principal objetivo ni consecuencia, ciertamente. Conozco al director de diseño de LIGO (el gran laboratorio que detectó las ondas) y ya hace varios años estaba seguro de que iban a detectar las ondas gravitacionales. Y, a la semana de poner a funcionar el detector, encontraron la señal. Pero no fue lo que ellos esperaban. Creían que iban a ver la unión de estrellas condensadas, y encontraron evidencias de la unión de dos agujeros negros, de 30 masas solares. Nadie esperaba que hubiera tales agujeros negros en pares.
La detección de ondas gravitacionales fue una observación espectacular, pero todo el mundo sabía que existían. Cuando el antiprotón fue descubierto, en los cincuenta, todo el mundo sabia existía. Cuando los electrones se descubrieron en 1932, también se sabía que existían. A pesar de todo, sí, fue un gran descubrimiento y llevará a una nueva astronomía.
Creo que va haber mucho por venir y mucho en Física fundamental, gracias a este descubrimiento. Especialmente cuando los italianos terminen Virgo, su versión de Ligo, y los japoneses y los indios construyan sus propias versiones. Esta década vamos a tener dos o cuatro detectores muy potentes, y va haber un importante cambio.
-¿Y qué podremos ver gracias a las ondas gravitacionales?
Aún no lo sabemos, ese es el asunto. Europa está pensando en construir un detector aún más grande en el espacio (LISA), porque ahí puedes tener sensores más sensibles y rastrear frecuencias más bajas que ahora no podemos ver. Esto es otra frontera donde quizás podamos ver las ondas gravitacionales primordiales que se crearon en el nacimiento del Universo. Pero, si hace unos años le hubieras preguntado a un astrónomo de rayos X qué esperaba encontrar gracias a esa nueva técnica, él te habría dicho que no tenía ni idea.
-Si el 99 por ciento del Universo está hecho de materia oscura y de energía oscura, ¿qué sabemos en realidad del Universo?
(Ríe). Sabemos mucho sobre la materia que vemos y sentimos. Lo suficiente, creo. Pero sí, es vergonzoso que lo que conocemos describa, como has dicho, el uno por ciento de la materia o la energía que existen en el Universo.
El problema de la materia oscura es muy interesante. Sabemos que está ahí, gracias a sus efectos gravitacionales, pero todos los intentos de descubrirla han fracasado. Una posibilidad es qué esté ahí gracias a partículas que no podemos ver. Los físicos reconocerán que esto es una posibilidad realista, aunque no sea su favorita, porque de momento no podrán verlas y podría ser que nunca las viéramos. O también podría ser que estuviera hecha de partículas detectables, alcanzables con sensores más sensibles.
De San Bernardo
La energía oscura podría ser simplemente resultado de una constante que Einstein no pudo añadir a sus ecuaciones. Einstein trató de concebir un Universo independiente del tiempo, pero no fue el caso, porque el Universo se está expandiendo. Esa constante está ahí, el misterio es por qué es tan pequeña y por qué tiene el valor que tiene. Quizás algún día sepamos por qué, pero hoy en día no lo sabemos. Es tanto un problema experimental como teórico.
-¿Qué grandes avances en Física espera en los próximos 20 años?
En tecnología no sabría predecir, ni siquiera en ciencia básica puedo. He vivido en tiempos muy interesantes en los que un número bastante pequeño de personas pensábamos que la teoría electrodébil era cierta, y viajábamos por ahí convertidos en apóstoles para convencer a la gente. Teníamos la opinión de que era demasiado bonito para que no fuera verdad… y resulto ser verdad, pero llevó casi una década confirmarlo. Esto llevó al descubrimiento de los bosones X y Z en los ochenta.
De San Bernardo
Es un sentimiento agradable el que solíamos tener entonces, pero esto aún no contesta a tu pregunta, ¿qué pasa ahora? Ahora no tengo para nada esa bonita sensación. Sencillamente no sé lo que va a ocurrir en el futuro. Ahora no está claro cómo proceder: una de las soluciones más populares para el problema de la supersimetría claramente no funciona, tal como estaba pensado que funcionara. Esa teoría no puede vivir en el dominio de la energía, donde tendría que vivir si quisiera cumplir con el propósito para el que está diseñada. Así que no tenemos una supersimetría que pueda ser una solución plausible para los problemas que quedan aún. La teoría de cuerdas es maravillosa por supuesto, porque puede adaptarse a los resultados de cualquier experimento.
-Entonces, ¿cuál es el propósito de la teoría de cuerdas?
¡Eso se lo tienes que preguntar a los teóricos de la teoría de cuerdas!
-Entonces, diría que hay peligro de que algunas partes de la física se conviertan en un nuevo tipo de filosofía o quizás de religión?
Los teóricos de la teoría de cuerdas no dirán que no hagas experimentos, ellos solo están de acuerdo con la idea de que no hay experimentos que puedan demostrar que la teoría de cuerdas es errónea. Pero, da miedo lo cerca que está de la filosofía, sí. Estoy muy preocupado por el hecho de que tantas personas, estén interesadas por la teoría de cuerdas: es un asunto muy interesante, con unas matemáticas increíbles, ha llevado a importantes descubrimientos en matemáticas y permitió llegar a la teoría cuántica de la gravedad, lo que es esencial: no puedes tener la gravedad clásica y la teoría cuántica juntas.
Pero, ¿cómo se acercarán a la Cosmologia del Universo temprano¿ ¿Como serán capaces de decir algo realmente nuevo? No lo sé. Hasta el momento, han gastado la mayor parte de su tiempo lidiando con la física extraordinariamente interesante de los agujeros negros. Pero por desgracia esto es algo que no podemos hacer a través de experimentos. Sí, podemos ver la fusión de agujeros negros, pero eso no influye tanto como para entender la estructura del álgebra cuántico o la relatividad general. O para visualizar sus efectos cuánticos.
-¿Qué ocurre cuando ese tipo de física llega a la calle y comienza a interesarle a la gente?
La gente está muy interesada en la teoría de cuerdas. Las personas que dan conferencias sobre la teoría de cuerdas son muy bien recibidas y lo hacen todo el rato. Están muy excitados por lo que hacen y están convencidos de que lo que hacen es ciencia. Es ciencia, en algún sentido, porque todos quieren saber cómo nació el Universo, o si hay otros universos o no. Eso está muy cerca de ser una cuestión muy filosófica, porque saber si hay un multiverso siempre será una cuestión totalmente inaccesible. Por eso, su ciencia es muy similar a la filosofia.
-Stephen Hawking es una de esas personas muy bien recibidas y un famoso comunicador. ¿Es un gran científico, un gran comunicador o un gran profeta?
Es muy famoso porque consiguió un gran logro al explicar la naturaleza termodinámica de los agujeros negros. Ese trabajo tiene una importante significación. Y continuó, aunque sufre una enfermedad que en la mayoría de los casos causa la muerte en tres años, pero ha logrado sobrevivir durante mucho tiempo.
Pero él no es un profeta. El tipo de cosas que está diciendo ahora son un paso adelante de la ciencia que él solía profesar, habla de que estamos destruyendo la Tierra y de que quizás debamos buscar otros planetas. Yo también creo que estamos en el proceso de hacerlo. Debemos parar, o no habrá más esperanza para nosotros, salvo moverse a otros planetas y construir un nuevo hogar.
-¿Cuáles cree que son los problemas más graves de la ciencia?
El problema del CO2, y del cambio climático. No solo es un problema de la ciencia sino también de la sociedad. Nuestros hijos y nietos lo sufrirán muy directamente, como bien sabes, los americanos y los europeos tenemos partidos políticos que no creen que vaya a haber un cambio climático. Pero no hay ningún otro país en el que un partido crea eso, y eso. Es realmente un problema y está empeorando, lo podemos ver ahora cuando vemos eventos climáticos extremos. Quizás aún no son una amenaza para la humanidad, pero lo serán, va a ser más serio. El mundo tiene que unirse y conseguir la solución a este problema. Este es el mayor problema. No habrá más ciencia si la temperatura se incrementa en cinco grados.
-¿Sería posible lograr la tan ansiada unificación entre Cosmología y Física de partículas?
Lo hemos hecho en gran medida. La gente no se da cuenta de hasta qué punto se han unido ambas. La Cosmología nos dijo que como máximo podía haber cuatro tipos de neutrinos. Años después, en el CERN se encontraron tres.
A lo largo de toda la historia de la ciencia ha habido conexiones entre lo pequeño y lo grande. Newton es famoso por unir el comportamiento de los cuerpos grandes con lo más pequeño. Gracias al descubrimiento en el siglo XX de la espectroscopía, pudimos desafiar a que los que decían que era imposible, y aprendimos a determinar la composicion química de las estrellas.
Ahora entendemos cómo al principo del Universo se formaron algunos elementos químicos, o cómo se forman en estrellas y en supernovas. Conocer el origen de los elementos ciertamente representa una auténtica unificación de la fisica de lo pequeño y lo grande.
-¿Y se podría lograr llegar a la teoría del todo?
No sé qué es eso. Creo que es un concepto muy desafortunado que apareció hace veinte años. Tenemos una teoría de casi todo, al menos de casi todo lo relacionado con la materia que nos rodea. Aunque aún hay muchas cosas que no entendemos, algunas anomalías, que tienen que ver con nuestra capacidad de computacion o con nuestra ciencia básica: estoy hablando de las anomalias del momento magnetico, cosas así. Para algunas cosas necesitamos mejores experimentos y mejores teorías.
-¿Un científico puede creer en Dios?
Conozco a buenos científicos que son bastante religiosos. Conozco a uno que trabaja en Harvard, que es cristiano y que ha conseguido importantes observaciones. Hay científicos religiosos, pero el 99 por ciento no cree en Dios ni en nada.
-¿Y usted, cree en Dios?
Absolutamente no. Creer en Dios ha llevado a horribles crímenes en el pasado e incluso en el presente. Hoy en día tenemos a chiíes y suníes, gente que se mata por las cosas que pasó en la historia de su religión. Y cada religión ha tenido sus malos días.
-Entonces, ¿qué había antes del Big Bang? ¿Cómo se originó?
No sé si había algo antes, o si existe un antes. El tiempo es también un problema filosófico y fisico. ¿Por qué hay algo como un tiempo, cómo funciona, por qué tienen una sola dimensión? El tiempo es un misterio. Podría ser que el tiempo empezara en el Big Bang, ¿pero no había algo antes? Esto solía ser una pregunta idiota, pero no creo que lo sea para nada.