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¡La Física Cuántica! ¿Llegaremos a comprenderla?
por Emilio Silvera ~
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Es realmente maravilloso que podamos haber llegado, en el extremo de las escalas, hasta esos mundos fantásticos que nos proporcionan los “universos” de lo muy pequeño y de lo muy grande. Lo más cotidiano para nosotros es lo que se encuentra en el macro mundo, lo que se interrelaciona directamente con nosotros, lo que podemos ver y tocar. Sin embargo, ahí está ese otro “mundo” que se nos escapa a los sentidos pero que es, tan real como el otro. Es el espacio que describe la mecánica cuántica y que nos habla de maravillas y procesos asombrosos que son, tan reales como los que contemplamos a nuestro alrededor.
No podemos ver todo lo que existe. Sin embargo, no por estar fuera de nuestra visión deja de existir, ahí está formando parte de ese otro mundo que se nos escapa, al que nuestras percepciones directas, nuestros sentidos, no pueden llegar pero que henmos podido alcanzar a “ver” mediante los ingenios que hemos podido inventar para acceder, de manera indirecta, a ese espacio que se escapa de nosotros por su pequeñez y que, no por ello deja de tener una gran importancia para nosotros y para todo el mundo que nos rodea, de hecho, de esas “pequeñas cositas” resulta estar hecho el Universo. He leído por ahí:
“La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las tomografías.
Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro…. pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿Cuál es la Realidad?
Joe Dispenza
“La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿Y tú qué sabes?”. En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.”
La mecánica cuántica que conocemos en nuestros días se ha conseguido gracias a la suma de muchos esfuerzos y sería preciso entrar en la historia pasada de esta disciplina que investiga como es el mundo, como funciona la Naturaleza, para saber como se llegó a moldear esos conocimientos que nos llevan al “universo” de lo infinitesimal, de los objetos más pequeños pero que, sin ellos, no podrían existir los más grandes. Ninguna duda nos puede caber ya sobre el hecho cierto de que, la mecánica cuántica, es una de las ramas principales de la Física y está entre uno de los más grandes avances del pasado siglo XX en lo que al conocimiento humano del mundo se refiere. Nos explica el comportamiento de la materia-energía y, de hecho, sin esos conocimientos hubiera sido imposible alcanzar el nivel tecnológico del que hoy podemos disfrutar.
Un día de 1900, Max Planck escribió un artículo de ocho páginas que cambió el mundo de la física. En él nos habló del cuanto, unos pequeños paquetes de energía que eran emitidos por los cuerpos calientes y, dejó sembrada la semilla de un árbol que no ha dejado de crecer desde entonces. Más tarde llegó Einstein que inspirado en aquel trabajo de Planck, fue un poco más allá y realizó aquel famoso trabajo conocido del Efecto fotoeléctrico. Desde entonces, los físicos no dejaron de ampliar y desarrollar las bases de nuestros conocimientos actuales.
La estructura de las fuerzas familiares como la Gravedad y el magnetismo fueron desarrolladas relativamente temprano. Todos conocemos la historia de Newton y sus trabajos y que, mucho después, dejó perfeccionado Einstein en relación a la fuerza gravitatoria. Las fuerzas electromagnéticas se determinaron también bastante pronto pero, no fue hasta 1927 cuando Dirac realizaría los primeros cálculos cuánticos de interacción de la radiación con la materia y en los años cuarenta y cincuenta gracias a los trabajos de, entre otros, Schwinger y Feynman, se construyó una teoría (electrodinámica cuántica) compatible con los principios básicos de la relatividad y la mecánica cuántica y con una capacidad predictiva asombrosa. Se han conseguido comprender éstos fenómenos, podríamos decir que al nivel de un acuerdo entre los cálculos teóricos y los resultados experimentales de más de diez cifras decimales, y, tal cosa, amigos míos, es un inmenso logro de la mente humana.
«La teoría de la electrodinámica cuántica describe a la Naturaleza como absurda desde el punto de vista del sentido común. Y está en completo acuerdo con los experimentos. Así que espero que aceptes a la Naturaleza como Ella es -absurda-.»
Richard Feynman
Sí, la electrodinámica cuántica (EDC) es una teoría que combina la mecánica cuántica y la relatividad especial. Fue desarrollada por Richard Feynman, Julian Schwinger y Shin’ichirō Tomonaga, quienes recibieron el Premio Nobel de Física en 1965 por su trabajo.
No podríamos comprender el macrocosmos sin haber descubierto antes que, en realidad, está fuertemente ligado al microcosmos, a la física sub-nuclear, ese mundo de lo muy pequeño que, cuando se profundiza en él, nos habla del futuro dinámico del universo y se comienza a ver con claridad como aquellas cuestiones antes no resultas, están ahí, ante nuestros ojos y para que nuestras mentes la puedan entender gracias a la dinámica activa de ese ámbito que resulta ser el campo de las partículas elementales y las fuerzas que con ellas actúan.
Las interacciones débiles y las interacciones fuertes, por su profunda lejanía, tardaron en ser comprendidas. Está claro que, el corto alcance en el que se desarrollan imposibilitaron bastante su hallazgo. Antes, los físicos no tenían acceso al mundo subatómico al que más tarde pudieron entrar de la mano de los microscopios electrónicos, los grandes aceleradores y otros ingenios de increíble alcance y precisión. Así que, a diferencia de lo que pasó con la Gravedad y el electromagnetismo, no se partía de una teoría clásica bien establecida, de manera que se tuvo que construir directamente, una teoría cuántica y relativista de ambas interacciones: la interacción nuclear débil y la interacción nuclear fuerte.
Martinus Veltman
Este Premio Nobel, físico Holandés, fue el que soltó aquella lapidaria sentencia:
“La “materia oscura”, es la alfombra bajo la cual, los cosmólogos, barren su ignorancia.”
La empresa de comprender aquellas interacciones fue ardua y se tuvo que esperar hasta los año setenta para encontrar las teorías correctas y completas. En estos años se produjeron, primero la demostración por el holandés Gerard ´t Hooft, culminando los trabajos de su mentor, el también holandés, Martinus Veltman, de la auto-consistencia (llamada, por motivos técnicos, renormalización) de las teorías propuestas fenomenológicamente por Glashow, Wienberg y Salam para interacciones débiles; y segundo, el descubrimiento de la propiedad de libertad asintótica (por Gross, Wilczek y Plotzer) de las interacciones fuertes. Ambos grupos consiguieron el Nobel, pero los tres
últimos no vieron premiados sus esfuerzos hasta 30 años después, en 2004, cuando se había comprobado de manera suficiente la veracidad de sus predicciones sobre la libertad de los Quarks en su confinamiento, cuando éstos, están juntos y los Gluones, se comportan como si no estuvieran allí, sólo actúan cuando tratan de separarse.
Wilczek y David Gross
En 1973, Wilczek, un estudiante graduado trabajando con David Gross en la Universidad de Princeton, descubrió la libertad asintóticaque afirma que mientras más próximos estén los quarks menor es la interacción fuerte entre ellos; cuando los quarks están extremadamente próximos la interacción nuclear entre ellos es tan débil que se comportan casi como partículas libres.
Estos avances hicieron posible obtener teorías consistentes con la relatividad y la mecánica cuántica de ambos tipos de interacciones; teorías que, además han superado con éxito las muchas confrontaciones experimentales que han sido realizadas hasta nuestros días. Aunque no hay ni cálculos teóricos, ni resultados experimentales tan exactos como en el caso de la electrodinámica cuántica, es cierto que el nivel de precisión de los cálculos con interacciones débiles llegan a cuatro y más cifras significativas y, para interacciones fuertes, estamos alcanzando el nivel del uno por ciento.
La Interacción gravitatoria que se deja notar en las grandes estructuras se hace presente y se deja sentir, podemos ver como funciona y cuáles son sus consecuencia. Sin embargo, en el mundo de lo muy pequeño, esta interacción, continúa siendo la cenicienta en lo que se refiere a la comprensión de la estructura microscópica y la incidencia que la interacción gravitatoria pueda tener ahí y, curiosamente, es la interacción que se conoce desde hace mucho tiempo y sabemos, perfectamente de su funcionamiento en ese ámbito de lo muy grande pero, hace mutis por el foro cuando nos acercamos al mundo de las partículas, de la mecánica cuántica. Por eso se habla tanto de que necesitamos una teoría cuántica de la gravedad.
No tenemos información alguna de la fuerza de Gravedad a nivel experimental sobre la interacción gravitatoria a cortas distancias, donde sólo se puede llegar a través de inmensas energías. A lo más que hemos podido llegar es a experimentos del tipo realizado por Eötvös, midiendo la interacción gravitatoria entre dos cuerpos a distancias del orden del centímetro: las interacciones gravitatorias entre partículas elementales (quarks, electrones o incluso núcleos) es tan minúscula que son pocas las esperanzas de poderlas medir…por ahora ni en mucho tiempo futuro, y, siendo así (que lo es), nos tenemos que dedicar a emitir conjeturas y a especular con lo que podría ser.
En el siglo XIX se consiguió uno e los logros más impresionantes que nunca pudo alcanzar la Humanidad. ¡La comprensión de los fenómenos electromagnéticos. Comprensión en la que participaron (como casi siempre) muchos científicos, entre los que podemos destacar a dos británicos: el inglés Michael Faraday, responsable de una buena parte de la investigación y de los conceptos experimentales (de él es el concepto de campo que tan importante sería para la Física), y, el escocés James Clerk Maxwell al que le debemos la síntesis teórica que condensó en unas pocas ecuaciones fundamentales, de las propiedades de las interacciones electromagnéticas a nivel clásico, esto es, macroscópico.
Los fenómenos electromagnéticos tal y como se entendían a finales del siglo XIX, se suponían debidos a la fuerza que una carga eléctrica ejerce sobre otra: tanto si las cargas son estáticas (y entonces la fuerza viene dada por la conocida ley de Coulomb) como si están en movimiento, situación en la que se generan campos magnéticos. Las vibraciones de estos campos electromagnéticos se suponían propagándose por el éter (el “éter luminífero”) y la luz se identificaba como un caso particular de estas vibraciones electromagnéticas. La corriente eléctrica se interpretaba como una especie de fluido: recuérdese que, todavía en 1896, Lord Kelvin defendía esta naturaleza continua de la electricidad.
Lo que supuso el descubrimiento de la luz eléctrica para la Humanidad, aunque ahora lo podamos ver como cosa trivial y cotidiana, en realidad vino a cambiar el mundo que se vio de pronto, sacado bruscamente de la penumbra para sumergirse en la más maravillosa claridad del día artificial. Aquello supuso un cambio enorme para muchos de los ámbitos sociales en las ciudades y, no digamos, más tarde, en el de los hospitales, laboratorios y también en el más cotidiano mundo doméstico.
Está claro que la luz es algo tan importante enn nuestras vidas que, sin ella, nos encontramos desamparados, desnudos y, si nos referimos a la natural, la que nos manda el Sol, la cosa sería más grave ya que, sin ella, no podríamos estar aquí. De todo esto, como de cualquiera de los temas de Física que pudiéramos escoger al azar, nos podríamos estar hablando durante años…¡es tan fascinante! ¡son tan maravillosos! todos esos conocimientos que, de alguna manera, nos acercan a que podamos comprender en funcionamiento del mundo y nos cuentan el por qué ocurren las cosas de la, manera en que la vemos que pasan. Muchas son las historias que se podrían contar de todos estos sucesos que, por el camino de los descubrimientos tuvimos que recorrer.
La teoría cuántica, recordémoslo, afirma que para todo objeto existe una función de onda que mide la probabilidad de encontrar dicho objeto en un cierto punto del espacio y del tiempo. La teoría cuántica afirma también que nunca se conoce realmente el estado de una partícula hasta que se haya hecho una observación. Antes de que haya una medida, la partícula puede estar en uno de entre una diversidad de estados, descritos por la función de onda de Schrödinger. Por consiguiente, antes de que pueda hacerse una observación o medida, no se puede conocer realmente el estado de la partícula. De hecho, la partícula existe en un estado ultramundano, una suma de todos los estados posibles, hasta que se hace una medida.
Cuando esta idea fue propuesta por primera vez por Niels Bohr y Werner Heisemberg, Einstein se revolvió contra ella. “¿Existe la luna sólo porque la mira un ratón?“, le gustaba preguntar. Según la teoría cuántica, en su más estricta interpretación, la Luna, antes de que sea observada, no existe realmente tal como la conocemos.
Decía Einstein con ironía:
“La Luna puede estar, de hecho, en uno cualquiera de entre un número
infinito de estados, incluyendo el estado de estar en el cielo, de estar explotando, o de no estar allí en absoluto. Es el proceso de medida que consiste en mirarla el que decide que la Luna está girando realmente alrededor de la Tierra“.
Edwin Schrödinger, autor de la ecuación con su función de onda, se disgustó con estas interpretaciones de su ecuación. Para demostrar lo absurdo de la situación creada, Schrödinger colocó un gato imaginario en una caja cerrada. El gato estaba frente a una pistola, que está conectada a un contador Geiger, que a su vez está conectado a un fragmento de uranio. El átomo de uranio es inestable y sufrirá una desintegración radiactiva. Si se desintegra un núcleo de uranio, será detectado por el contador Geiger que entonces disparará la pistola, cuya bala matará al gato.
Para decidir si el gato está vivo o muerto, debemos abrir la caja y observar al gato. Sin embargo, ¿Cuál es el estado del gato antes de que abramos la caja? Según la teoría cuántica, sólo podemos afirmar que el gato está descrito por una función de onda que describe la suma de un gato muerto y un gato vivo.
Para Schrödinger, la idea de pensar en gatos que no están ni muertos ni vivos era el colmo del absurdo, pero la confirmación experimental de la mecánica cuántica nos lleva inevitablemente a esta conclusión. Hasta el momento, todos los experimentos han verificado, favorablemente, la teoría cuántica.
La paradoja del gato de Schrödinger es tan extraña que uno recuerda a menudo la reacción de Alicia al ver desaparecer el gato de Cheshire en el centro del cuento de Lewis Carroll: “Allí me verás“, dijo el Gato, y desapareció, lo que no sorprendió a Alicia que ya estaba acostumbrada a observar cosas extrañas en aquel lugar fantástico. Igualmente, los físicos durante años se han acostumbrados a ver cosas “extrañas” en la mecánica cuántica.
La Mecánica cuántica, es , más fascinante el el País de las Maravillas de Alicia
Existen varias maneras de abordar esta dificultad de lo incomprensible en mecánica cuántica. En primer lugar, podemos suponer que Dios existe. Puesto que todas las “observaciones” implican un observador, entonces debe haber alguna “conciencia” en el universo. Algunos físicos como el premio Nobel Eugene Wigner, han insistido en que la teoría cuántica prueba la existencia de algún tipo de conciencia cósmica universal.
La segunda forma de tratar la paradoja es la preferida por la gran mayoría de los físicos en activo: ignorar el problema.
El físico Richard Feynman dijo en cierta ocasión:
“Creo que es justo decir que nadie comprende la mecánica cuántica. No siga diciéndose a sí mismo, si puede evitarlo, “¿pero cómo puede ser así?” porque usted
se meterá “hasta el fondo” en un callejón sin salida del que nadie ha escapado. Nadie sabe como puede ser eso“. De hecho, a menudo se ha dicho que de todas las teorías propuestas en el siglo XX, la más absurda es la teoría cuántica. Algunos dicen que la única cosa que la teoría tiene a su favor
es que “es indudablemente correcta”.
¿Siempre será parte del misterio?
Sin embargo, existe una tercera forma de tratar esta paradoja, denominada teoría de los muchos universos. Esta teoría (como el principio antrópico) no gozó de mucho favor en la última década, pero está siendo revitalizada por la función de onda del universo de Stephen Hawking.
Pero, bueno… ¿Cómo he llegado hasta aquí? Es cierto que… ¡Los senderos de la Física te pueden llevar a tantos sitios…!
La Mecánica cuántica es la física de lo que no se ve con el ojo desnudo, y, tenemos que bajar a profundidades inimaginables, donde residen las partículas subatómicas, en un “mundo” de energías inimaginables que solo están presentes en la distancia de 0,8 fentómetros (fm) y disminuye a distancias superiores a 2,5 fentómetros (fm), y, a distancias superiores a 0,7 fm, esta fuerza se vuelve repulsiva, es la única de las cuatro fuerzas fundamentales que crece con la distancia.
Emilio Silvera Vázquez
Mar
30
Curiosidades en el Tiempo
por Emilio Silvera ~
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Es fascinante retrotraerse en el Tiempo, echar una mirada a lo que en cada época pasó, los personajes, los hechos, los grandes acontecimientos que marcaron el Presente, al menos eso nos dice la Física cuando habla de causalidad, el Presente está cargado del Pasado, y, el Futuro, tendrá las reminiscencias del Presente.
El Tiempo, siempre el tiempo. Pero… ¿Sabremos alguna vez lo que el tiempo es?
Hemos visto como los más grandes pensadores, los filósofos, la física, la teología…. Todos quisieron decirnos lo que es el Tiempo, unos con más acierto y otros con menos pero, ninguno logró convencernos de lo que el Tiempo es. No se deja atrapar, no lo podemos ver, es algo inmaterial que, sin embargo, incide de lleno en lo material, su inexorable transcurrir nos muestra los estragos que va dejando a su paso.
El Tiempo nos habla a su manera, solo hay que saber oír lo que nos dice
La humanidad desde que evolucionó y se paró a pensar en el “mundo” que le rodeaba, no dejó de lado el Tiempo, se dieron cuenta de que a medida que pasaban los días, los años, nuestro físico cambiaba, y, que todo en nuestro Universo tenía un principio y un final, nada perdura, nada es Eterno ni infinito.
Como de hecho nunca pudimos realmente saber lo que es el Tiempo, nos inventamos un tiempo artificial, e, inventamos los relojes, de arena de Sol… de complejas maquinarias, y, finalmente los atómicos de Cesio que tiene la precisión de hasta un segundo en 138 millones de años . Esto es un nivel de precisión que va más allá de nuestra vida cotidiana.
¿Qué es el Tiempo? : Blog de Emilio Silvera V.
Así hemos cuantizado el Tiempo en segundos, minutos, horas, días, meses, años, siglos, milenios, millones de años, Eones… Ese no es el tiempo real, es el Tiempo que nos marca un reloj que en realidad tiene su origen en la idea de lo que tarda la Tierra en dar un giro sobre sí misma y lo que tarda en dar una vuelta alrededor del Sol.
Ese Tiempo, lo utilizamos de manera práctica, nos dice la hora de levantarse al comenzar el día y acostarse al finalizar la jornada, nos marca el momento de entrar y salir del trabajo, de acceder a las clases en la Universidad, de quedar para ir al cine… También se fija el Tiempo para comenzar algún proyecto para fijar la fecha de la bosa…
Así nos hemos podido organizar con un Tiempo que no es el Tiempo de verdad, ese tiempo presente en la Naturaleza nadie sabe a qué velocidad se mueve, y, llegó Einstein para decirnos que el Tiempo no se mueve siempre de la misma manera, y, que si corremos mucho…. ¡El Tiempo se ralentiza! ¿Acaso estamos perdiendo el Norte?
La relatividad Especial nos dice que, si viajamos en una nave que corre a velocidades cercanas a la de la luz, el Tiempo marcha más lento, y, será cierto (dicen que lo han demostrado muchas veces con relojes atómicos que viajaron en un caza y otro que se quedó en la Tierra), y, nos cuentan la paradoja de los gemelos.
Cuando mi mente me transporta a esa situación, me resisto a aceptar que el Tiempo se pueda comportar en función de lo que haga un objeto exterior a el… ¿Acaso la velocidad del Tiempo no es una Constante de la Naturaleza? Nos dicen que no. Sin embargo, en mi corto entendimiento, lo que me viene a la Mente es que, el viajero veloz ha corrido mucho más que el propio Tiempo, y, le da la sensación de que se corre más lento.
Recuerdo un viaje que hice (de los muchos), al Tribunal Económico Administrativo Central en Madrid, salí de Huelva a las 06 horas, aparqué el coche en el Aeropuerto de Sevilla, tomé el vuelo y, a las 9 de la mañana hice la gestión, aproveché el viaje para llegarme al Museo del Prado, tenía ganas de contemplar de nuevo obras de Claudio de Lorena, como El embarco de Santa Paula Romana, y otros, no tenía el regreso hasta las 13 h.
Lo vi por primera vez cuando visité el Museo hace 45 años en compañía de mi esposa, a la que llevo 20 años de diferencia… Por cierto, ¿no será esa otra manera de ralentizar el transcurso del tiempo? Instalarse junto a la fuente d ela Juventud.
Pero sigamos.
Así que estuve un tiempo en el Museo, cogí un taxi y me fui al Aeropuerto, el avión salió a su hora y a las 16,30 h. estaba de nuevo en el despacho en Huelva. La sensación que tuve fue de que el Tiempo se había detenido, y, pensé que el motivo era que había realizado muchas cosas en tan poco tiempo, lo que me llevó a esa sensación.
Además, como le he dado muchas vueltas a esto del tiempo, también he podido descubrir que existe otro tiempo, el Psicológico:
No importa que pases horas junto a la amada… ¡Te parecerán segundos!
Enfermo y aquejado de dolores en la cama de un hospital, los segundos te parecerán horas.
¿Será que el tiempo se ríe de nosotros y nos hace ver lo que quiere que veamos, lo cierto es que, cada uno de nosotros tiene y vive en su propio mundo, cada cual tiene una idea de las cosas en función de muchos parámetros que lleva consigo: Su cuna, los estudios, las experiencias, su capacidad intelectual…
También, para tener una idea clara de lo que es el Tiempo, lo hemos dividido en partes que llamamos Pasado (el Tiempo que se fue), Presente (El Tiempo en el que vivimos), y, Futuro (el Tiempo por venir).
Lo cierto es que, nosotros estamos confinados en un Eterno Presente que, de inmediato, se pasa al Pasado que podrá ser más o menos inmediato. Sin embargo aunque ese Tiempo fue nuestro, nunca más podremos volver a el, solo rememorarlo podremos.
¡El Pasado ! Al que nuestra imaginación trata de encontrar el camino para viajar a el, y, nos habla de paradojas, nos cuenta historias increíbles que podrían suceder si realmente pudiéramos ir allí… ¡Pero nunca podremos!
El Presente (es un regalo, lo dice la misma palabra), es el tiempo que se nos ha dado para realizar nuestros sueños, no lo podemos desperdiciar, ese tren solo pasa una vez y… ¡Si lo pierdes!
El Futuro (es el Tiempo por venir, en el que nunca podremos estar, ya que, cuando llega a nosotros ese mañana… ¡Llega convertido en Presente!
El Horizonte siempre estará delante pero, alcanzarlo nunca podremos
Ese Futuro que vislumbramos será el Tiempo de otros qu4e detrás de nosotros vendrán, y, para ellos… ¡También será Presente! Entonces nos podremos preguntar: ¿Quién vivirá en el Futuro? La respuesta es nadie. El Futuro es para nosotros como ese Horizonte al hacia el que caminamos y nunca podremos alcanzar.
Podríamos seguir filosofando sobre la verdadera naturaleza del Tiempo, y, después de agotar todos los escasos recursos de ¡nuestras Mentes… El Tiempo estaría lejos de nuestro entendimiento, inalcanzable.
Estamos inmersos en él, nos afecta con el binomio que forma con su “parienta” la Entropía (que nació con él), pero nunca lo podremos comprender, es algo inmaterial, intangible que no se deja ver, y, nosotros, pobrs mortales, lo único que podemos hacer es conjeturar, construir teorías, tatar de darle un sentido a una idea que se nos escapa, es algo de la Metafísica, esa rama de la filosofía que estudia el Ser (otro dilema fuera de nuestro alcance).
Emilio Silvera Vázquez
Mar
29
El Eterno Debate
por Emilio Silvera ~
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¿Existe o no existe Dios? ¿Cuántos dioses con distintos nombres ha tenido nuestra Civilización? ¿Qué Instituciones entro de las diversas Sociedades se han beneficiado de la existencia de un Dios?
“Bertrand Russell (1872-1970) fue un hombre de una curiosidad intelectual casi ilimitada. Estudió matemáticas, física y ciencias humanas en Cambridge. Su teoría de los tipos, con la que daba respuesta a la grave crisis que atravesaba la teoría de los conjuntos, abrió un nuevo campo a la lógica formal. En la filosofía moral y social, abordó las contradicciones entre individuo y sociedad, libertad y orden, progresismo y pesimismo, etcétera. Su insobornable actividad crítica hizo que fuera encarcelado en dos ocasiones. Enfrentado a la carrera armamentística nuclear y la violencia en general, presidió el tribunal que juzgó los crímenes de guerra en Vietnam. Fue profesor en Cambridge y conferenciante en universidades y centros culturales de todo el mundo, y en 1950 fue galardonado con el Prem…
Fuente: Editor
Mar
27
Parecía imposible
por Emilio Silvera ~
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El telescopio espacial James Webb rompe las reglas del amanecer cósmico: detecta luz donde solo debía haber oscuridad.
Un descubrimiento con el telescopio James Webb revela una galaxia que emitió luz antes de que el universo fuera transparente, cuestionando teorías clave sobre el amanecer cósmico y la reionización. Es decir, antes de que se liberaran los fotones, allá por la Época de Planck.Durante cientos de millones de años tras el Big Bang, el universo estuvo sumido en una especie de niebla cósmica: un mar de átomos de hidrógeno neutro que absorbía cualquier intento de luz. En ese tiempo primitivo, ni las estrellas ni las galaxias podían verse, y si alguna se formaba, su brillo quedaba atrapado en ese entorno opaco. Ahora, un hallazgo realizado por el telescopio espacial James Webb parece desafiar de manera directa esta etapa de oscuridad.
Una galaxia muy lejana, JADES-GS-z13-1, ha emitido una señal luminosa que no debería haber escapado jamás de ese entorno. Y lo ha hecho con una claridad sorprendente.
El descubrimiento, publicado en Nature, es fruto de una colaboración internacional liderada por el astrofísico Joris Witstok, y podría obligarnos a revisar aspectos fundamentales sobre cómo y cuándo se iluminó el universo. “Hemos detectado una intensa emisión de Lyman-alfa en una galaxia a redshift 13, una señal que no esperábamos encontrar tan pronto”, explican los autores. En otras palabras, el Webb ha encontrado luz donde, según nuestros modelos, solo debía haber oscuridad.
Una señal que no encaja en el calendario del cosmos
JADES-GS-z13-1 es una galaxia que existió cuando el universo tenía apenas 330 millones de años, un instante ínfimo en sus 13.800 millones de años actuales. Lo relevante no es solo su antigüedad, sino el tipo de luz que emite: una fuerte línea de Lyman-alfa, generada por átomos de hidrógeno excitados. Este tipo de emisión suele estar bloqueado por el medio intergaláctico neutro en esas épocas tan tempranas. La detección plantea una pregunta directa: ¿cómo pudo escapar esa luz de un universo que aún no estaba reionizado?
Según los datos obtenidos con el instrumento NIRSpec del Webb, la línea de Lyman-alfa se observa con una intensidad que no cuadra con las predicciones actuales. De hecho, el equipo destaca que “el espectro revela una línea de emisión brillante identificada de forma inequívoca como Lyman-alfa”, algo inédito en un objeto tan lejano y antiguo. La única forma de que esta señal pueda detectarse es que la galaxia esté rodeada por una burbuja de hidrógeno ionizado que haya despejado su entorno inmediato.
Fuente de la Noticia: MUY INTERESANTE
Mar
27
Antes de tomar una decisión… ¡Mejor asegurarse!
por Emilio Silvera ~
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