Lo mismo que nos pasa con las distancias existentes en el Universo, lo que ocurre con el Tiempo que, por muchas vueltas que le demos, no llegamos a comprenderlo, tampoco podemos comprender (al menos de manera total y científica), las enormes maravillas presentes en nuestro mundo (en los mundos), la variedad de exóticos objetos que, llenos de energía, pululan por el Universo inmenso, la variedad de formas, colores y olores, las diferentes formas de vida…
No siempre hemos podido explicar las extraños objetos captados por los grandes telescopios
Todo esto nos tendría que hacer pensar, preguntarnos ¿Cómo es todo eso posible? ¿Cómo se produjeron tales maravillas? ¿Será cierto lo de aquella Gran Explosión que fue el comienzo de todo, o, al menos un nuevo comienzo de lo que antes había?
Si miramos hacia atrás en el Tiempo, podemos rememorar todas esas Épocas o Eras por las que ha pasado nuestro planeta Tierra en los 4.600 M de años de su vida. Muchas son las historias que podríamos contar, las especies que representaron alguna forma de vida y que se extinguieron y las nuevas que llegaron. Nosotros, en realidad, si nos situamos en el contexto temporal del Universo, sólo llevamos aquí el Tiempo que tarda el ojo en parpadear. Siendo eso así, no podemos por más que sentirnos satisfechos de los muchos logros alcanzados, ya que, de estar encerrados en las grutas huyendo del frío y de los peligros de la noche, ahora estamos tonteando con llegar a las estrellas.
Una cosa es cierta: A pesar de los logros alcanzados, sabemos menos de lo que creemos que sabemos, las preguntas siguen siendo más que las respuestas, y, si queremos comprender lo que el Universo es, nuestras mentalidades deben abrirse a nuevas ideas aunque a veces, nos puedan parecer descabelladas.
El ajuste fino del universo o también llamado “principio antrópico“, es uno de los hechos científicos más importantes con el que cuenta la teología natural contemporánea, ya que si bien no constituye una “demostración” de la existencia de un Ente superior, en cierta medida nos sugiere que el universo ha sido deliberadamente diseñado.
En cosmología, el ajuste fino del universo o universo [bien]afinado es la proposición de que las condiciones que permiten la vida en el universo solo pueden ocurrir cuando ciertas constantes fundamentales se encuentran en un rango muy estrecho de valores, de modo que si alguna de esas constantes fuera ligeramente diferente, el universo probablemente no sería propicio para el establecimiento y desarrollo de la materia, de las estructuras astronómicas, de la diversidad elemental o de la vida, tal como se entiende.1234 Por ejemplo, la vida no puede desarrollarse si la constante cosmológica o la energía oscura tuvieran valores demasiado altos, ya que así evitarían el mecanismo de la inestabilidad gravitacional y, en consecuencia, la formación de grandes estructuras. La pequeñez del valor observado de la energía oscura, en comparación con el valor que parece más natural (correspondiente a la densidad de Planck, sea 10122 veces mayor que el valor observado) es un ejemplo de ajuste fino.
Sin tantas las coincidencias, tantos los parámetros que han tenido que confluir para que la vida pudiera estar aquí presente que…¡Nos hace pensar en una Mente superior, una Conciencia Cósmica que lo hiciera posible, tanta complejidad llevada a una estructura del nivel de la Vida, no puede ser cosa del Azar.
En este punto, nos detenemos a contemplar con calma, lo que suponen las Constantes Universales del Universo.
Si la velocidad de la luz (c) disminuyera un tercio (a unos 200,000 km/s), las consecuencias serían catastróficas: la energía (=2) se reduciría drásticamente, afectando el Sol y haciendo imposible la vida, el universo se vería diferente con la relatividad temporal alterada, y las comunicaciones serían más lentas, pero el cambio más fundamental es que las leyes físicas, incluyendo la relación masa-energía y la constancia de c, se romperían, haciendo que nuestra realidad actual no pudiera existir.
Menor energía: La energía es proporcional al cuadrado de la velocidad de la luz (c2). Si baja un tercio c2 baja mucho más, liberando menos energía en procesos nucleares.
El Sol se apagaría: Las reacciones nucleares que alimentan al Sol (fusión) se volverían mucho menos eficientes, o incluso se detendrían, haciendo que el Sol se enfriara y la Tierra se congelara rápidamente, acabando con la vida.
Impacto en la Relatividad y el Tiempo
El tiempo sería diferente: La relatividad especial de Einstein conecta espacio y tiempo. Una más lenta alteraría la dilatación del tiempo y la contracción de la longitud, haciendo que los efectos relativistas se notaran a velocidades mucho más baja.
Percepción visual: Los colores y la forma en que vemos las cosas cambiarían, ya que la luz tardaría más en llegar a nuestros ojos desde objetos distantes, y la ‘aberración’ (cómo vemos la luz venir de frente) se manifestaría más pronto.
Impacto en la física fundamental
Estructura atómica: La velocidad de la luz está ligada a la fuerza electromagnética. Una menor podría alterar la forma en que los electrones orbitan los núcleos, haciendo que los átomos sean inestables o diferentes.
Universo no habitable: Las constantes físicas, como la velocidad de la luz, son finamente ajustadas para permitir la formación de estrellas, planetas y vida. Un cambio tan drástico haría imposible el universo tal como lo conocemos.
En resumen, no sobreviviríamos a un cambio así; el universo simplemente no podría sostener la vida bajo esas nuevas y más lentas reglas físicas. Y, todo eso es solo cambiando una sola de las Constantes, imaginemos que pasaría si disminuyera la carga del electrón, la masa del protón, o fuese diferentes la Constante de estructura fina del Universo.
Si la Constante de Estructura Fina (α) variara significativamente, el universo sería otro universo, afectaría la formación de elementos en las estrellas, y, por ende, la vida tal como la conocemos se sería imposible, ya que un cambio de apenas un 4% podría impedir la creación de carbono u oxígeno, elementos esenciales para la biología. Esta constante, que mide la fuerza de la interacción electromagnética, es crucial para la estabilidad atómica y nuclear, por lo que su alteración alteraría la química y la física estelar, alterando las reacciones de fusión que crean los elementos pesados necesarios para planetas y vida.
¿Estamos aquí debido al Azar?
Lo más probable es que no, la Naturaleza no es propensa a tantas coincidencias, y, si las cosas han sucedido de esa manera… ¡Por algo será!
LUCY, la película que nos lleva a un viaje que nos muestra la fantasía de lo que podría alcanzar el cerebro humano mediante ciertos tratamientos que posibilitarían su máxima prestación. En ese Estadio, nada resultará imposible de conseguir, y, entonces podremos decir con propiedad que, la materia, alcanzó su grado máximo alcanzando y uniéndose a la Conciencia Cósmica del Universo-.
La historia que nos cuenta la película LUCY, es de pura fantasía, no se concibe que unas drogas potentes de nuevo diseño haga evolucionar al cerebro hasta el punto que aquí nos muestran. A nivel cerebral, las drogas actúan sobre los neurotransmisores alterando y perturbando el correcto funcionamiento afectando a la conducta, estado de ánimo o percepción. Además, son susceptibles de crear dependencia física y/o psicológica. Todo lo contrario de lo que nos muestra la película que, por otra parte, no es un buen ejemplo para mentes poco formadas que pueden confundir el mensaje y caer en el pozo del que casi nunca se puede salir.
Sabemos que nuestra Mente es una maravilla, también sabemos que, el Universo se expande y nuestras Mentes también lo han hecho, el paso del Tiempo, lo que vamos viviendo, la observación, el estudio de las cosas en las distintas disciplinas del saber humano, la Ciencia en General, nos ha llevado a un nivel muy aceptable del conocimiento del mundo, de la Naturaleza, del Universo en fin.
No será la droga el camino para poder elevar el nivel de la Mente hasta cotas insospechadas, lo que hace que la Mente se alimente y evolucione es el Tiempo, su inexorable transcurrir nos permite ir comprendiendo, y, mientras nuestros cerebros asimilan cuestiones complejas, va envejeciendo y (es ley de vida), dejamos paso a otros que detrás de nosotros vendrán. Siempre ha sido de esa manera y lo seguirá siendo.
Hay procesos que, si tratamos de hacerlos avanzar contra los principios naturales… ¡Puede llegar el desastre y desandar el camino ganado.
Todos los escenarios que nos “dibujan” en relación al futuro de la Humanidad… ¡Resultan poco amables (por decirlo de manera suave)
Todo gura alrededor de las enormes Distancias que nos separan de otros mundos y del Tiempo necesario para poder alcanzar el objetico.
El cuerpo humano no “muta”, pero sí sufre cambios fisiológicos profundos y a veces negativos por la hibernación inducida (que no es natural en humanos) y la ingravidez prolongada, incluyendo atrofia muscular, pérdida ósea, problemas circulatorios y alteraciones celulares, ya que el organismo no está adaptado a la falta de gravedad ni a un metabolismo tan lento, lo que requiere una rehabilitación intensa al volver a la Tierra o a gravedad normal.
El vacío del Espacio Interestelar no es el medio adecuado para la física humana, no es el medio ideal para nuestros cuerpos y el funcionamiento normal de los distintos órganos que, ante tales anomalías, los deteriora y finalmente los “castiga” hasta el punto de que dejan de funcionar, lo que es mortal para nosotros.
Las distancias del Universo no son Humanas
Llegar a este mundo, situado a 24 años luz de la Tierra, nos costaría miles de años de viaje ¿Cómo podríamos soportar eso?
Es cierto, hablamos de ellas, de las distancias que nos separan de este o aquel objeto espacial, y, reseñamos en la pizarra o la libreta el guarismo que trata de significar la distancia a la que nos encontramos de aquel objeto celeste. Mencionamos Unidades Astronómicos, Parsecs, Kilo-parsecs y Mega-parsecs.. y años luz.
Se denomina escalera de distancias cósmicas a la sucesión de distintos métodos para realizar medidas de la distancia a objetos cada vez más lejanos. Cada uno de los métodos se basa en uno o más métodos de medida para distancias menores, lo que puede verse como los distintos pasos o peldaños de una escalera. Para avanzar un peldaño en la escalera es necesario haberse apoyado antes en el peldaño anterior.
Es imposible realizar medidas directas de distancias para objetos a más de 1000 pc de distancia. A partir de estas distancias se tienen que asumir ciertos modelos físicos como base para los sistemas de medida. Los primeros modelos, para distancias ligeramente superiores, deben ser calibrados con los métodos directos. A partir de aquí cada método se va apoyando en los anteriores, aumentándose de esta manera el alcance de las medidas.
Las distancias que nos separan de otras estrellas, de otros mundos, de otros objetos cosmológicos… ¡Son inalcanzables!
Claro que, el hablar de ello no pretende decir que estemos comprendiendo, de manera plena. lo que esas distancias significan. Nuestras Mentes no están preparadas para asimilar ciertas cuestiones, y, desde luego, las distancias del Universo es una de ellas.
Simplemente tenemos que pensar que, el hecho de que pensemos en viajar a la estrella más cercana a nosotros, Próxima Centauri, situada a 4.2 años luz de distancia, en los actuales ingenios aeronáuticos que tenemos que pueden viajar a 60.000 Km/h, nos llevaría a Próxima en unos 70.000 años.
Próxima b, el planeta que podría ser habitable más cerca de la Tierra
¡70.000 años! El visitar una estrella situada a la “vuelta de la esquina”. Si es así… ¿Cómo poder pensar en viajar a otros mundos situados a 20 o más años luz de nosotros? Eso por una parte, y, por otra, están los problemas no resueltos de la Gravedad artificial para anular la ingravidez, el encontrar los materiales adecuados parea que la radiación en entre en la Nave, el construir la Nave con materiales inteligentes que, en caso de que llegue un micro meteorito y atraviese el fuselaje de la Nave, y, en ese caso, el material inteligente con el que está construida, se cierra automáticamente sin que tenga que intervenir el humano. Todo eso entre otros problemas como el del Combustible que, actualmente no tenemos el ideal para viajes largos eliminado un peso excesivo y un peligro latente con el Hidrógeno líquido, necesitamos combustibles sólidos que ocupen poco espacio y tengan la máxima eficiencia.
Así que, hablar de viajar al Espacio (al menos por el momento) es una simple ilusión. ¿Cómo poder atravesar Espacios de cientos de miles o miles de millones de kilómetros con naves no preparadas y, lo más importante, con criaturas que no están hechas para soportar las inclemencias espaciales?
Cuando llegue el momento de que tengamos todo eso, en primer lugar y abriendo camino, mandaremos a los Robots de última generación que serán los verdaderos Señores del Espacio, nos prepararan los mundos para la posterior colonización humana. Eso, como he dicho muchas veces conlleva un peligro: Si llegan a tener consciencia de Ser, verán que son más fuertes que nosotros, que pueden hacer lo que nosotros no podemos, que soportan el Espacio sin inmutarse, que no duermen ni comen, que no cogen enfermedades… ¡Que no se mueren y con pasar por el taller están como nuevos! Ellos podrían pensar: ¿Para qué queremos a los Humanaos?
La amenaza llegará
Seguramente, durante un tiempo (mientras aprenden de nosotros), se comportaran de manera sumisa, y, cuando sepan todo lo necesario… ¡Nos desecharan! Ellos se considerarán una nueva raza.
En esos momentos Futuros, será descubierta la manera de abrir Agujeros de Gusano para ir a otras galaxias, y, para entonces, seguramente nosotros no estaremos al mando de nada, o, trabajaremos para ellos.
¡Lamentable! Pero eso es, amigos míos, lo que se vislumbra en el panorama. Así somos de “listos”.
Robots que serán tendencia en el futuro: tendrán conciencia y hablarán con humanos. Llevan incorporada la I.A., y, sus cerebros positrónicos atesoran el saber humano en todas las disciplinas científicas. ¿Cómo poder superar eso?
Un informe reveló que, para 2030, el 80% de la humanidad interactuará diariamente con máquinas autónomas, impulsadas por avances en computación cuántica e inteligencia artificial. Quieren dotar a los Robots de Conciencia, y, si llegan a ser conscientes de SER… ¡Apaga y vámonos!
Si esto sigue por el camino emprendido y nadie lo para, el viaje que nos relatan en el Video de arriba, no será hecho por humanos, serán ellos, los Robots, los que conquistaran esos mundos lejanos, están más capacitados, no necesitan ser hibernados, no les importa la radiación espacial, no comen, no duermen, no enferman, tienen más fuerza que nosotros…
Lo cierto res que, casi es mejor no pensar en el futuro y dejar que sean los científicos los que tomen conciencia de los peligros que nos acechan y pongan remedio a la I.A., a la robótica de última tecnología, y, también es necesario que los ciudadanos de las distintas regiones del mundo, de una vez por todas, no se dejen manipular por los políticos corruptos, y, se construya una Sociedad limpia que nos de una esperanza de futuro de la que ahora carecemos.
¿Viajar a las estrellas? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué manera? ¿Qué hacemos con las distancias que nos separan de otras estrellas y de otros mundos? La Humanidad lo tiene muy difícil, y si aún seguimos por aquí cuando acontecimientos lejanos que se avecinan leguen… ¡Tendrá que encontrar los medios para que la especie no se extinga.
El tiempo es una de las dimensiones fundamentales de nuestra realidad. Desde que somos conscientes, experimentamos el tiempo de manera constante, siempre avanzando hacia adelante. Pero, ¿es el tiempo realmente lo que percibimos o es simplemente una ilusión de nuestra mente? La física nos ofrece algunas respuestas a esta fascinante pregunta.
La concepción del tiempo
En primer lugar,es importante entender cómo concebimos el tiempo. Para la mayoría de nosotros, el tiempo es una sucesión lineal de eventos que ocurren en el pasado, presente y futuro. Pero desde el punto de vista de la física, el tiempo se convierte en algo mucho más complejo.
Según la teoría de la relatividad de Albert Einstein, el tiempo no es absoluto, es relativo. Esto significa que la percepción del tiempo puede variar dependiendo de la velocidad a la que nos movamos. Por ejemplo, si dos personas están en movimiento relativo una respecto a la otra, experimentarán el tiempo de manera diferente. Uno de los efectos más famosos de la relatividad es la dilatación del tiempo, donde el tiempo se ralentiza a medida que nos acercamos a la velocidad de la luz.
Este descubrimiento revolucionario plantea la posibilidad de que el tiempo sea una ilusión, una construcción de nuestra mente para dar sentido a la realidad. Si el tiempo es relativo y puede ser distorsionado por la velocidad y la gravedad, ¿es posible que no exista realmente? ¿Es simplemente una herramienta que usamos para organizar nuestros pensamientos y experiencias?
Una parte importante del universo
Sin embargo, la mayoría de los científicos están de acuerdo en que el tiempo es una dimensión fundamental de nuestra realidad. Aunque pueda ser relativo y su percepción pueda variar, existen pruebas sólidas de que el tiempo es una parte intrínseca del tejido del universo.
El video no es del artículo y lo alado para mayor conocimiento del visitante
Una de las pruebas más convincentes proviene de la segunda ley de la termodinámica. Esta ley establece que la entropía, o el nivel de desorden, siempre aumenta en un sistema aislado. En otras palabras, el tiempo tiene una dirección definida: siempre avanza hacia el futuro. Si el tiempo fuera una ilusión, no tendría sentido hablar de entropía y de la flecha del tiempo.
Además, la mecánica cuántica también respalda la existencia del tiempo como una dimensión fundamental. La ecuación de Schrödinger, que describe la evolución de los sistemas cuánticos, contiene un término temporal que muestra cómo cambia el estado de una partícula en función del tiempo. Sin el tiempo, no tendríamos una teoría coherente de la física cuántica.
El tiempo sigue siendo uno de los grandes misterios de la ciencia. A medida que avanzamos en nuestra comprensión de la física, es posible que descubramos nuevas facetas de esta dimensión fundamental. Pero por ahora, podemos estar seguros de que el tiempo no es una ilusión, sino un componente esencial de nuestra existencia.
Fuente: O.K. Diario.
Lo que no explican en el reportaje es que, a estas alturas, todavía no sabemos a qué velocidad se mueve el Tiempo.
No es un Reloj, es una Dimensión: El tiempo es la cuarta dimensión, junto a largo, ancho y alto. No “se mueve” en el espacio, sino que transcurre o fluye, y su tasa de flujo es relativa.
La Velocidad lo Ralentiza: Cuanto más rápido te mueves (cerca de la velocidad de la luz, (), más lento pasa el tiempo para ti en comparación con alguien que está quieto. Al fenómeno lo llaman Dilatación del Tiempo.
También, cuanto más fuerte es el campo gravitatorio, más lento pasa el tiempo. Por eso el tiempo pasa un poquito más lento en la Tierra que en el espacio, y más lento aún en un agujero negro.
La velocidad de la luz ( c≈300,000 km/s) es el límite de velocidad cósmico. Cuando un objeto con masa se acerca a esta velocidad, su tiempo se detiene (teóricamente), y para un fotón (partícula de luz) que viaja el Tiempo no transcurre.
No hay una “velocidad del tiempo” universal y constante para todos. El tiempo es un marco que se estira y encoge dependiendo de tu velocidad y la gravedad. Nuestros relojes miden esta deformación local del tiempo, no una velocidad absoluta, confirmando que el tiempo es una propiedad flexible del universo, no solo una invención humana.
Lo cierto es que nuestra especie, los humanos, no sabiendo muy bien lo que el Tiempo es, ni tampoco a la velocidad real que se mueve, hemos inventado un “Tiempo” ficticio que, cuantizado en segundos, nos sirve para la dinámica de nuestras vidas: Levantarse, acostarse, comer, trabajar, relaciones sociales y ocio, celebraciones, vencimiento de los pagos y de las vacaciones…
El Tiempo desde la más remota antigüedad, ha sido un gran dolor de cabeza para los grandes pensadores, filósofos, físicos y demás interesados en el comportamiento de la Naturaleza. Del Tiempo, nadie pudo dar una explicación realmente convincente, todas denotan la ignorancia que arrastramos.
También y para nuestro entendimiento de lo que el Tiempo es, lo hemos dividido en Pasado, Presente y Futuro.
El PASADO es el Tiempo que se fue, el que nunca volverá y al que nunca podremos regresar. Si ese Tiempo Pasado es nuestro, lo podremos recordar, y si no lo es y fue relevante, en la Historia estará. Ese sueño de viajar en el Tiempo al Pasado está prohibido por una Censura Cósmica que trata de evitar las paradojas.
El PRESENTE, como indica su propio nombre, es un Regalo, es el Tiempo en el que podemos realizar nuestros sueños, y si no lo aprovechamos… ¡Nos quedaremos atrás! Tenemos un Tiempo para cada cosa, la flecha del Tiempo siempre va hacia adelante, por lo que al no regresar, las oportunidades perdidas… ¡Perdidas quedarán!
El FUTURO, es el Tiempo por venir, el que no ha llegado, el que nunca podremos conocer como tal Tiempo Futuro, ya que, cuando llega a nosotros… ¡Se vuelve Presente! Pensamos en que mañana es futuro pero, llega mañana convertido en Presente que se va convirtiendo en Pasado. Estamos confinados en un Eterno Presente. El Futuro es como el Horizonte que vemos ante nosotros y corremos para alcanzarlo pero, nunca podremos acercarnos a el, siempre estará lejos, inalcanzable. Así es el Tiempo Futuro.
Podría seguir desmenuzando percepciones que tengo sobre lo que el Tiempo es, y, me metería en problemas con los físicos, pues algunas de estos escenarios que me pasan por la Mente, son totalmente contrarios a lo establecido. Como miembro numerario de la Real Sociedad de Física de España, adscrito a los Grupos especializados de Física Teórica y Astrofísica… ¡No quiero crear controversias que nos llevaría a discusiones sin límites!
El 18 de julio de 1898, en la Escuela de Física y Química de París, Pierre Curie, y su esposa, Marie, presentaron una importante Memoria en la Academia francesa de Ciencias. En ella recogieron especialmente las experiencias de Marie, que en su tesis doctoral estudiaba específicamente los llamados “rayos de Becquerel” (radiaciones de naturaleza desconocida, emitidas espontáneamente por algunos metales como el uranio). Esta investigación dio pie al descubrimiento de un metal desconocido, al que decidieron llamar “polonio”, basándose en el nombre del país de origen de Marie.
Marie Curie. Foto: Henri Manuel
En el campo teórico, los progresos en el estudio de la radiactividad, conseguidos gracias al talento y a los esfuerzos de Henri Becquerel y del matrimonio Curie, hicieron posibles los trabajos posteriores de Rutherford, Geiger, Soddy y Villardy para identificar las radiaciones alfa, beta y gamma producidas espontáneamente en los cuerpos radiactivos; y muy pronto la concepción de los modelos atómicos, las teorías atómicas de De Broglie y Schrodinger y la decisiva fisión del núcleo del uranio por Otto Hahn y Fritz Strassman en el año 1939.
En realidad, los químicos descubrieron que aunque las sustancias diferían entre sí por su radiactividad, algunas tenían propiedades químicas idénticas. Por ejemplo, ya en 1.907 los químicos americanos Herbert Newby McCoy y W. H. Ross descubrieron que el radio-torio (uno entre los varios productos de la desintegración del torio) mostraba el mismo comportamiento químico que el torio, y el radio D, el mismo que el plomo, tanto que a veces era llamado radio-plomo. De todo lo cual se infirió que tales sustancias eran en realidad variedades de mismo elemento: el radio-torio, una forma de torio; el radioplomo, un miembro de una familia de plomos; y así sucesivamente.
Torio
En 1.913, Soddy esclareció esta idea y le dio más amplitud. Demostró que cuando un átomo emitía una partícula alfa, se transformaba en un elemento que ocupaba dos lugares más abajo en la lista de elementos, y que cuando emitía una partícula beta, ocupaba, después de su transformación, el lugar inmediatamente superior. Con arreglo a tal norma, el radiotorio descendía en la tabla hasta el lugar del torio, y lo mismo ocurría con las sustancias denominadas uranio X y uranio Y, es decir, que los tres serían variedades del elemento 90. Así mismo, el radio D, el radio B, el torio B y el actinio B compartirían el lugar del plomo como variedades del elemento 82.
Soddy dio el nombre de isótopos (del griego iso y topos, “el mismo lugar”) a todos los miembros de una familia de sustancias que ocupaban el mismo lugar en la tabla periódica. En 1.921 se le concedió el premio Nobel de Química.
El modelo protón-electrón del núcleo concordó perfectamente con la teoría de Soddy sobre los isótopos. Al retirar una partícula alfa de un núcleo, se reducía en dos unidades la carga positiva de dicho núcleo, exactamente lo que necesitaba para bajar dos lugares en la tabla periódica. Por otra parte, cuando el núcleo expulsaba un electrón (partícula beta), quedaba sin neutralizar un protón adicional, y ello incrementaba en una unidad la carga positiva del núcleo, lo cual era como agregar una unidad al número atómico, y por tanto, el elemento pasaba a ocupar la posición inmediatamente superior en la tabla periódica de los elementos. ¡Maravilloso!
Desintegración Alfa y desintegración Beta
¿Cómo se explica que cuando el torio se descompone en radio-torio después de sufrir no una, sino tres desintegraciones, el producto siga siendo torio? Pues bien, en este proceso el átomo de torio pierde una partícula alfa, luego una partícula beta, y más tarde una segunda partícula beta. Si aceptamos la teoría sobre el bloque constitutivo de los protones, ello significa que el átomo ha perdido cuatro electrones (dos de ellos contenidos presuntamente en la partícula alfa) y cuatro protones. (La situación actual difiere bastante de este cuadro, aunque en cierto modo, esto no afecta al resultado).
El núcleo de torio constaba inicialmente (según se suponía) de 232 protones y 142 electrones. Al haber perdido cuatro protones y otros cuatro electrones, quedaba reducido a 228 protones y 138 electrones. No obstante, conservaba todavía el número atómico 90, es decir, el mismo de antes.
Así pues, el radio-torio, a semejanza del torio, posee 90 electrones planetarios, que giran alrededor del núcleo. Puesto que las propiedades químicas de un átomo están sujetas al número de sus electrones planetarios, el torio y el radio-torio tienen el mismo comportamiento químico, sea cual fuere su diferencia en peso atómico (232 y 228 respectivamente).
Geoquímica isotópica del plomo
Los isótopos de un elemento se identifican por su peso atómico, o número másico. Así, el torio corriente se denomina torio 232, y el radiotorio, torio 228. Los isótopos radiactivos del plomo se distinguen también por estas denominaciones: plomo 210 (radio D), plomo 214 (radio B), plomo 212 (torio B) y plomo 211 (actinio B).
Se descubrió que la noción de isótopo podía aplicarse indistintamente tanto a los elementos estables como a los radiactivos. Por ejemplo, se comprobó que las tres series radiactivas anteriormente mencionadas terminaban en tres formas distintas de plomo. La serie del uranio acababa en plomo 206, la del torio en plomo 208 y la del actinio en plomo 207. cada uno de estos era un isótopo estable y corriente del plomo, pero los tres plomos diferían por su peso atómico.
Mediante un dispositivo inventado por cierto ayudante de J. J. Thomson, llamado Francis William Aston, se demostró la existencia de los isótopos estables. En 1.919, Thomson, empleando la versión primitiva de aquel artilugio, demostró que el neón estaba constituido por dos variedades de átomos: una cuyo número de masa era 20, y otra con 22. El neón 20 era el isótopo común; el neón 22 lo acompañaba en la proporción de un átomo cada diez. Más tarde se descubrió un tercer isótopo, el neón 21, cuyo porcentaje en el neón atmosférico era de un átomo por cada 400.
Entonces fue posible, al fin, razonar el peso atómico fraccionario de los elementos. El peso atómico del neón (20, 183) representaba el peso conjunto de los tres isótopos, de pesos diferentes, que integraban el elemento en su estado natural. Cada átomo individual tenía un número másico entero, pero el promedio de sus masas (el peso atómico) era un número fraccionario.
Aston procedió a mostrar que varios elementos estables comunes eran, en realidad, mezclas de isótopos. Descubrió que el cloro, con un peso atómico fraccionario de 35’453, estaba constituido por el cloro 35 y el cloro 37, en la proporción de cuatro a uno. En 1.922 se le otorgó el premio Nobel de Química.
En el discurso pronunciado al recibir el premio, Aston predijo la posibilidad de aprovechar la energía almacenada en el núcleo atómico, vislumbrando ya las futuras y nefastas bombas y centrales nucleares. Allá por 1.935, el físico canadiense Arthur Jeffrey Dempster empleó el instrumento de Aston para avanzar sensiblemente en esa dirección; demostró que 993 de cada 1.000 átomos de uranio eran de uranio 238 (no válido para combustible nuclear). Y muy pronto se haría evidente el profundo significado de tal descubrimiento.
Así, después de estar siguiendo huellas falsas durante un siglo, se reivindicó definitivamente la teoría de Prout. Los elementos estaban constituidos por bloques estructurales uniformes; si no átomos de hidrógeno, sí, por lo menos, unidades con masa de hidrógeno.
¿Qué no será capaz de inventar el hombre para descubrir los misterios de la naturaleza?
Rutherford
Ha pasado mucho tiempo desde que Rutherford identificara la primera partícula nuclear (la partícula alfa). El camino ha sido largo y muy duro, con muchos intentos fallidos antes de ir consiguiendo los triunfos (los únicos que suenan), y muchos han sido los nombres que contribuyen para conseguir llegar al conocimiento del átomo y del núcleo actual; los electrones circulando alrededor del núcleo, en sus diferentes niveles, con un núcleo compuesto de protones y neutrones que, a su vez, son constituidos por los quarks allí confinados por los gluones, las partículas mediadoras de la fuerza nuclear fuerte. Pero, ¿Qué habrá más allá de los quarks?, ¿las supercuerdas vibrantes? Algún día se sabrá.