Dic
4
¿El secreto mejor guardado de la Naturaleza? ¡¡La Vida!!
por Emilio Silvera ~
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Está claro que la muralla que no hemos podido traspasar es que, ¡formamos parte del problema que tratamos de resolver!! La complejidad de la Vida, algo que no hemos podidodesvewlar (por completo).
Dic
4
La técnica no deja de avanzar
por Emilio Silvera ~
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Nuevos telescopios, nuevas imágenes, nuevas maravillas
El Universo (para nosotros infinito), contiene todo lo que existe, desde la partícula más pequeña, hasta el cúmulo de galaxias más grande. Y, lo más asombroso es que, no todo lo que contiene es material, está esa otra parte que, sin estar hecha de materia (tal como la conocemos -me refiero a lo que surge de ella y que llamamos Mente-, es ese algo asombroso que transporta ideas y pensamientos), lo que la Metafísica llama Ser.
Así, ese ser que llevamos dentro y que no deja de germinar nuevas ideas, nos está llevando hacia lugares del Espacio en los que moran objetos cosmológicos asombroso, que situados a decenas, cientos, miles o millones de años luz de nosotros, nos son ofrecidos por estos ingenios de la tecnología que captan la luz de galaxias que están situadas a miles de años luz de nosotros, y, las podemos ver como eran entonces, ya que, no podemos saber si continúan existiendo.
Es lo más parecido a un viaje en el Tiempo ¡Podemos ver galaxias tal como eran hace miles de millones de años! Y lo cierto es que, cada vez las podemos contemplar con mayor nitidez, con mayor detalle, con mayor riqueza de sus componentes.
Lástima que no podamos llegar más allá del Tiempo de Planck, es decir, alcanzar el Universo en su “nacimiento”, cuando con el nació el Tiempo y también la Entropía.
¿Por qué no podemos ir más allá con los buenos telescopios que tenemos?
Bueno, no podemos porque el Universo era opaco, y hasta que no se liberaron los fotones y “nació la LUZ, que hizo un Universo transparente, ningún telescopio por muy bueno que sea puede captar imágenes en la oscuridad que allí imperaba en el Tiempo de Planck, es decir.
Su valor es aproximadamente 5.391×10-44 segundos, lo que significa que es un Cero seguido 43 Ceros, pero luego hay un digito ceros, pero luego hay un dígito (un 5) después de los ceros. Es el intervalo de tiempo más corto que, según las teorías actuales, tiene sentido físico.
Eso quiere decir que solo después de dicho intervalo de Tiempo, se hizo la luz, antes solo oscuridad envolvía lo que surgía de aquel evento (Big Bang, Fluctuación de Vacío…). Lo que hizo que a partir de un universo transparente pudiéramos captar, miles de millones de años más tarde, objetos que “nacieron” mucho después, ya que antes del suceso temporal que nos limita, el Tiempo de Planck, nada podremos captar nunca.
Bueno, lo de nunca lo pongo en cuarentena, ya que, después de todo lo que hemos logrado…
Lo que nos dicen aquí en relación con la “materia oscura”, prefiero dejarlo de lado, toda vez que una “materia” que no se deja ver, que no emite radiación y que sí genera Gravedad… ¡Me es muy sospechosa! Poco creíble y de la que no podemos dar más razones que “parece” que permea el Espacio y es la responsable del movimiento anómalo de las estrellas en el borde de la galaxia, y, de las propias galaxias que se alejan mucho más rápido de lo que deberían en función de la materia bariónica que sí se deja ver.
En fin amigos, aquí lo dejo, ya que el tema nos llevaría lejos y podríamos estar horas y días explicando, sin descansar cosas que denotan lo poco que sabemos.
Emilio Silvera V.
Dic
3
¿Cambio Climático? ¿Dónde?
por Emilio Silvera ~
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Lo cierto es que, el “Cambio Climático” es la alfombra bajo la cual, muchos han querido barrer su egoísmo. El clima siempre ha sido cíclico, el planeta necesita reciclarse y para ello, va cambiando conforme a reglas que impuso la Naturaleza.
Los políticos se agarran al “Cambio Climático” como el que se ahoga a un clavo ardiendo, bajo ese “paraguas”, subvencionan “Chiringuitos” en los que colocar a familiares y amigos.
Lo cierto es que la política se ha convertido en un auténtico desmadre del saqueo. Por ejemplo, miremos a los eurodiputados y a esa maquinaria monstruosa que es la Comunidad Económica Europea (que apoyan el Cambio climático, como la Agenda 2030), y tiene dos sedes enormes de crear burocracia, y, nos cuesta a los ciudadanos más de dos mil millones de euros al año. ¡No tienen vergüenza!
Así las cosas, como nos dice el Científico del Video de arriba, ocultan los argumentos científicos que no les viene bien para el saqueo.
Tener un Nobel de Física y negar el “Cambio Climático” es posible.
Tenemos una larga lista de “expertos y científicos” que niegan la emergencia climática. Ivar Graever y John Clauser. El primero ganó el galardón en 1973 por investigaciones en el campo de la física del estado sólido, y el segundo lo obtuvo en 2022 por su trabajo en el campo de la Física Cuántica.
El premio Nobel de Física Ivar Giaever revela las falsedades del cambio climático con gráficos y estadísticas que demuestran que la temperatura del planeta no aumenta, el nivel del mar no crece y el CO2 es beneficioso. Además, no tienen en cuenta el efecto de las Nubes.
Ahora se ven rayas blancas en el cielo causadas por aviones que pasan y quieren provocar ese cambio del clima que algunos grupos interesados pregonan. Nos quieren hacer creer algo que no existe, quieren decirnos lo que debemos comer, lo que debemos hacer, tenernos encerrados….
¿Qué C… es lo que buscan!
Y, por otra parte:
Se publican muchos contenidos hablando del físico estadounidense John Clauser, que recibió el Premio Nobel de física en 2022, y su opinión sobre el cambio climático. Clauser asegura que no existe una emergencia climática y que los modelos climáticos, una de las principales herramientas con que la comunidad científica investiga la evolución del clima, tienen muchos fallos y no contemplan, principalmente, el efecto de la cobertura de las nubes.

¿Consenso? 1.600 científicos, Nobel incluidos, desmienten la “emergencia climática”
Una red de científicos y profesionales firma una Declaración en contra del alarmismo sobre el calentamiento global causado por el hombre.
Más de 1.600 científicos y profesionales, entre los que destacan dos premios Nobel, ya han firmado la Declaración Climática Mundial, que, bajo el título “No hay emergencia climática“, pone en cuestión buena parte de los postulados del ecologismo dominante, consistente en augurar terribles catástrofes naturales derivadas del calentamiento global que causa el hombre por las emisiones de CO2 a la atmósfera.
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La citada declaración, promovida por la fundación Climate Intelligence (CLINTEL), señala que “la ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas. Los científicos deberían abordar abiertamente las incertidumbres y exageraciones en sus predicciones sobre el calentamiento global, mientras que los políticos deberían contar desapasionadamente los costes reales, así como los beneficios imaginarios de sus medidas políticas”.

La Cimatóloga de EE. UU., también nos dice que todo es falso
Podríamos seguir aportando datos y más datos en contra del inventado “Cambio Climático” que los políticos y ecologistas quieren y defienden para sus propios beneficios, Son muchos los chiringuitos montados bajo el techo del “Cambio Climático”, y, toda esa legión que nos meten miedo… ¡Son unos sinvergüenzas!

“La lucha contra la inmensa estafa del alarmismo climático, el peor ataque contra la propiedad y, por ende, la libertad, que sufre el mundo desde la caída del Muro, me recuerda la clandestinidad antifranquista: una vez elegido el enemigo, cada día traía aliados nuevos, conocías gente de la que nunca oíste hablar y te sentías más animado, al verte más acompañado. En los últimos dos años, desde la elevación a dogma las mamarrachadas colectivistas de la Agenda 2030, hay una verdadera rebelión cada vez más generalizada contra este nuevo despotismo y cada día trae libros nuevos.

Así, al hilo de Las doce mentiras del IPCC. La religión ecologista/2, de Gerandeau, leo una formidable reseña de Alain Mathieu en la web del IREF, en su origen centro de estudios fiscales, que desconocía y que reseña en la red las novedades de esa inmensa fábrica de pensamiento llamada Francia que, al perder el estudio de su lengua en el bachillerato, se va desvaneciendo del horizonte intelectual español, en favor de la inmensa oferta en inglés. Además de resumir los doce puntos de Gerondeau, Alain Mathieu añade otros y subraya la importancia del libro Setteled? (2021) de Steven Koonin, exsecretario de Energía y asesor climático de Obama, en el que niega que pueda existir un “consenso científico” sobre el clima, por la poca fiabilidad de los modelos predictivos, su especialidad. Y dice que, en 2100, la influencia humana en la atmósfera será prácticamente nula.

El lugar de gastar en armas y guerras ¿Por qué las naciones ricas no les ayudan en lugar de echarle la culpa al clima?
Doce mentiras criminales sobre el clima
- Cuatro millones de niños y mujeres mueren cada año, según la OMS, por falta de acceso a energías limpias para sus hogares. Esa falta de higiene es la primera causa de mortalidad infantil en el mundo, cientos de miles en la India. Según Norendra Mori, su primer ministro, más de 500 millones de hindúes no tienen acceso al agua potable, la electricidad y el petróleo. India (1.400 millones) y China (1.600 millones) no firman acuerdos climáticos, pero Xi Jinping es el padrino de Davos y la Agenda 2030 para Occidente.
- La esperanza de vida está directamente relacionada con el consumo de energía. India y China –un tercio de los habitantes del planeta– se negaron a firmar en Glasgow 21 la renuncia a las energías fósiles: gas, petróleo y, especialmente, carbón. El 88% de la energía en China es de origen fósil. Para aumentar la esperanza de vida humana es necesaria energía barata.
- Los países en desarrollo, con China y la India a la cabeza, seguirán aumentando su consumo energético en las próximas décadas, al menos un 30%. La UE no llega al 10% de la emisión de CO2 en el mundo. Lo que haga no tiene ninguna incidencia mundial si el CO2 fuera letal. Y no lo es.
- Las energías “renovables”, en rigor, dependientes de la fósil y la nuclear, son intermitentes y no pueden almacenarse. No aportan más que el 2% del total y las mejoras tecnológicas nunca les harán llegar al 5% en 2050. Son un derroche, una estafa política, científica e intelectual que pagamos todos. Es mentira lo que dice el IPPC de la ONU (como explicamos en el artículo anterior) sobre la posibilidad de que en 2050 puedan producir el 80% de la energía mundial. Las grandes reservas de energías fósiles –carbón, petróleo y gas– son las más baratas y tienen aseguradas varias décadas de duración.
- Desde que el Club de Roma predijo en 1972 que el petróleo se acabaría en el año 2000 –y que el planeta no resistiría mil millones de habitantes– las reservas siguen aumentando: 50 años de petróleo y 130 de carbón. Y cabe mejorar la tecnología para disminuir la contaminación. Macron prohíbe la publicación de las reservas de energía en Francia para seguir su agenda “verde”. Aumenta la nuclear “limpia” y cierra la “sucia”. Pero el 50% de la energía alemana viene del carbón. Macron y Scholtz, farsantes simétricos.
- La subida del nivel del mar es de 3mm por año, 30 cm por siglo. Y no afecta a las costas rocosas. Las otras deben prohibir edificar cerca del mar, pero no dejan de aumentar las ganadas al mar, como en Bélgica y Holanda, y deltas gigantescos como el del Ganges. Hablar de “refugiados climáticos” es un invento mediático. Serán refugiados en paro huyendo del ecologismo.
- La subida real de la temperatura en la atmósfera es de 0,6º por siglo. En 2050, 1,3º superior a la de 1850, por debajo del 1,5 º del Acuerdo de París. Ni “urgencia climática”, ni “efecto invernadero” producido por el hombre.
- La subida actual de la temperatura es muy inferior a las épocas inter-glaciares. La geología, la historia, la literatura hablan de esos cambios del clima a los que la especie se fue adaptando y los aprovechó en su beneficio.
- La producción de CO2 por los humanos es sólo el 1% del que hay en la atmósfera. Casi todo es absorbido por los océanos y la vegetación.
- Las subvenciones al ferrocarril, el transporte público y las “renovables” suponen el 40% de la deuda pública francesa y la subida del 60% del precio de la luz, que seguirá subiendo. La lucha contra el “calentamiento global” congela la actividad económica real y afecta especialmente a los pobres.
- No hay ninguna justificación científica del “impuesto al carbono”.
- No sólo es mentira que el 97% de los científicos, como dijo Obama y repiten Macron o Sánchez, asuman el dogma del cambio climático. Ni el 3% de los que pueden entender los modelos matemáticos en que se basan. Y ya comentamos en el artículo anterior las mentiras del IPPC en 2001 y 2011, obra de Sven Tesk, activista de Greenpeace y empleado de un lobby que trinca subvenciones a energías fotovoltaicas. Estuvo protegido por sus jefes, fanáticos ecologistas que, como los comunistas, mienten “por una buena causa”: impedir a cualquier precio la actividad de la única especie maldita, que es, claro está la única capaz de inventar y ser libre: el hombre.
Alain Mathieu, además de la referencia al “climatólogo” de Obama, insiste en subrayar otra mentira del IPPC: que la temperatura de los océanos no tendría influencia en el aumento del C02 en la atmósfera, cuando la tiene toda. Un caso recentísimo para comprobarlo es el de la erupción en 2021 del volcán submarino Tonga: la expulsión de vapor de agua a la atmósfera es tan enorme que aún no ha conseguido medirlo la NASA. Su efecto sería el aumento del calor en la atmósfera, donde el vapor de agua está unido al CO2, durante unos cinco años. Véase el artículo de Miguel del Pino en LD.
Y por supuesto, igual que los farsantes simétricos Macron y Scholtz, el infausto e infame Pedro Sánchez proporciona a diario con sus volteretas ideológicas y electorales un arsenal de argumentos contra esta calamidad que no tiene nada de natural. Viene de lejos y ha llegado demasiado lejos.
Sánchez quiere imponer el covid climático
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¿No tiene límites?
El decreto Ley de Lo que sea climático aprobado por Sánchez y sus secuaces terroristas, comunistas y separatistas, es exactamente lo contrario de lo que debe ser una Ley: no hay argumentación sobre su necesidad, no hay memoria económica sobre su coste, ni, por tanto, sobre los beneficios que traería a los españoles y, como no hay nada, nada que la justifique, se aprueba por decreto Ley, es decir, porque le pasa por los genitales al presi.”
¡Valiente Panda de Sinvergüenzas!
Publica: Emilio Silvera Vázquez
Dic
2
Nuestro lugar en el Universo…¿Cuál será?
por Emilio Silvera ~
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Las coincidencias deben ser vigiladas y, cuando se dan, buscar el origen de las mismas nos puede llevar a desvelar secretos profundamente escondidos en la Naturaleza. Ya hemos hablado aquí alguna vez de la coincidencia de Grandes Números entre Constantes de la Naturaleza y lo que de ello opinaba aquel personaje extraño que, lo mismo se sentía cómodo como matemático, como físico experimental, como destilador de datos astronómicos complicados o como diseñador de sofisticados instrumentos de medida.
Robert Dicke era su nombre y tenía los intereses científicos más amplios y diversos que imaginarse pueda, el decía que al final del camino todos los conocimientos convergen en un solo punto, el saber. No nos damos cuenta de ello pero, al final del camino, todos los conocimientos convergen y están relacionados de alguna extraña manera.

Como pregona la filosofía, nada es como se ve a primera vista, todo depende del punto de vista desde el que miremos las cosas, o, de la perspectiva que podamos tener de ellas conforme a las herramientas que tengamos a nuestra disposición, incluida la intelectual. Nosotros, que estudiamos el Universo y no lo sabemos todo de él, ya pensamos en la posible existencia de otros universos.

Si existen otros universos ¿tendrían mundos llenos de vida como pasa en el nuestro? Y, si es así ¿Cómo serían esos seres? ¿Habría una gran diversidad como en nuestro mundo?, ¿Algunos serían inteligentes?
“Lo primero que hay que comprender sobre los universos paralelos… es que no son paralelos. Es importante comprender que ni siquiera son, estrictamente hablando, universos, pero es más fácil si uno lo intenta y lo comprende un poco más tarde, después de haber comprendido que todo lo que ha comprendido hasta ese momento no es verdadero.”
Douglas Adams
En otras de las entradas publicadas en este Blog (“Observar la Naturaleza… da resultados”), comentaba sobre los grandes números de Dirac y lo que el personaje llamado Dicke pensaba de todo ello y, cómo dedujo que para que pudiera aparecer la biología de la vida en el Universo, había sido necesario que el tiempo de vida de las estrellas fuese el que hemos podido comprobar que es y que, el Universo, también tiene que tener, no ya las condiciones que posee, sino también, la edad que le hemos estimado.
Para terminar de repasar la forma de tratar las coincidencias de los Grandes Números por parte de Dicke, sería interesante ojear retrospectivamente un tipo de argumento muy similar propuesto por otro personaje, Alfred Wallace en 1903. Wallace era un gran científico que, como les ha pasado a muchos, hoy recibe menos reconocimiento del que se merece.
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Fue él, antes que Charles Darwin, quien primero tuvo la idea de que los organismos vivos evolucionan por un proceso de selección natural. Afortunadamente para Darwin, quien, independientemente de Wallace, había estado reflexionando profundamente y reuniendo pruebas en apoyo de esta idea durante mucho tiempo, Wallace le escribió para contarle sus ideas en lugar de publicarlas directamente en la literatura científica. Pese a todo, hoy “la biología evolucionista” se centra casi por completo en las contribuciones de Darwin.
Wallace tenía intereses muchos más amplios que Darwin y estaba interesado en muchas áreas de la física, la astronomía y las ciencias de la Tierra. En 1903 publicó un amplio estudio de los factores que hace de la Tierra un lugar habitable y pasó a explorar las conclusiones filosóficas que podrían extraerse del estado del Universo. Su libro llevaba el altisonante título de El lugar del hombre en el Universo.
Wallace, Alfred Russell (1823-1913), naturalista británico conocido por el desarrollo de una teoría de la evolución basada en la selección natural. Nació en la ciudad de Monmouth (hoy Gwent) y fue contemporáneo del naturalista Charles Darwin. En 1848 realizó una expedición al río Amazonas con el también naturalista de origen británico Henry Walter Bates y, desde 1854 hasta 1862, dirigió la investigación en las islas de Malasia. Durante esta última expedición observó las diferencias zoológicas fundamentales entre las especies de animales de Asia y las de Australia y estableció la línea divisoria zoológica -conocida como línea de Wallace- entre las islas malayas de Borneo y Célebes. Durante la investigación Wallace formuló su teoría de la selección natural. Cuando en 1858 comunicó sus ideas a Darwin, se dio la sorprendente coincidencia de que este último tenía manuscrita su propia teoría de la evolución, similar a la del primero. En julio de ese mismo año se divulgaron unos extractos de los manuscritos de ambos científicos en una publicación conjunta, en la que la contribución de Wallace se titulaba: “Sobre la tendencia de las diversidades a alejarse indefinidamente del tipo original”. Su obra incluye El archipiélago Malayo (1869), Contribuciones a la teoría de la selección natural (1870), La distribución geográfica de los animales (1876) y El lugar del hombre en el Universo (1903).

Este era todo el Universo conocido y, cuando se descubrieron otras galaxias… ¡El asombro nos inundó!
Pero sigamos con nuestro trabajo de hoy. Todo esto era antes del descubrimiento de las teorías de la relatividad, la energía nuclear y el Universo en expansión. La mayoría de los astrónomos del siglo XIX concebían el Universo como una única isla de materia, que ahora llamaríamos nuestra Vía Láctea. No se había establecido que existieran otras galaxias o cuál era la escala global del Universo. Sólo estaba claro que era grande.
Con las nuevas tecnologías llegaron otros modelos más cercanos a la observación
Wallace estaba impresionado por el sencillo modelo cosmológico que lord Kelvin había desarrollado utilizando la ley de gravitación de Newton. Mostraba que si tomábamos una bola muy grande de materia, la acción de la gravedad haría que todo se precipitara hacia su centro. La única manera de evitar ser atraído hacia el centro era describir una órbita alrededor. El universo de Kelvin contenía unos mil millones de estrellas como el Sol para que sus fuerzas gravitatorias contrapesaran los movimientos a las velocidades observadas.
En el año 1901, Lord Kelvin solucionó cualitativa y cuantitativamente de manera correcta el enigma de la oscuridad de la noche en el caso de un universo transparente, uniforme y estático. Postulando un universo lleno uniformemente de estrellas similares al Sol y suponiendo su extensión finita (Universo estoico), mostró que, aun si las estrellas no se ocultan mutuamente, su contribución a la luminosidad total era finita y muy débil frente a la luminosidad del Sol. El demostró también que la edad finita de las estrellas prohibió la visibilidad de las estrellas lejanas en el caso de un espacio epicúreo infinito o estoico de gran extensión, lo que contestó correctamente al enigma de la oscuridad.

Lo cierto es que la vida en el Universo es imparable. Regiones habitables las hay a cientos de miles de millones. El Universo es igual en todas partes, todas las regiones están regidas por las mismas leyes y constantes, así que, lo que pase “allí, es lo que pasa “aquí”. Simplemente son las distancias las que nos impiden comprobarlo.
Lo intrigante de la discusión de Wallace sobre este modelo del Universo es que adopta una actitud no copernicana porque ve cómo algunos lugares del Universo son más propicios a la presencia de vida que otros. Como resultado, sólo cabe esperar que nosotros estemos cerca, pero no en el centro de las cosas.
Wallace da un argumento parecido al de Dicke para explicar la gran edad de cualquier universo observado por seres humanos. Por supuesto, en la época de Wallace, mucho antes del descubrimiento de las fuentes de energía nuclear, nadie sabía como se alimentaba el Sol, Kelvin había argumentando a favor de la energía gravitatoria, pero ésta no podía cumplir la tarea.
En la cosmología de Kelvin la Gravedad atraía material hacia las regiones centrales donde estaba situada la Vía Láctea y este material caería en las estrellas que ya estaban allí, generando calor y manteniendo su potencia luminosa durante enormes períodos de tiempo. Aquí Wallace ve una sencilla razón para explicar el vasto tamaño del Universo.

¿Qué haríamos sin la luz y el calor del Sol?
“Entonces, pienso yo que aquí hemos encontrado una explicación adecuada de la capacidad de emisión continuada de calor y luz por parte de nuestro Sol, y probablemente por muchos otros aproximadamente en la misma posición dentro del cúmulo solar. Esto haría que al principio se agregasen poco a poco masas considerables a partir de la materia difusa en lentos movimientos en las porciones centrales del universo original; pero en un período posterior serían reforzadas por una caída de materia constante y continua desde sus regiones exteriores a velocidades tan altas como para producir y mantener la temperatura requerida de un sol como el nuestro, durante los largos períodos exigidos para el continuo desarrollo de la vida.”
Son muchos los factores que permiten la vida en la Tierra. Sobre todo, que el Sol esté situado a una distancia adecuada del Sol para poder recibir su luz y su calor, que la Tierra rote sobre sí misma, la atmósfera, los océanos, la fotosíntesis, el agua líquida…
Vallace ve claramente la conexión entre estas inusuales características globales del Universo y las condiciones necesarias para que la vida evolucione y prospere en un planeta como el nuestro alumbrado por una estrella como nuestro Sol. Wallace completaba su visión y análisis de las condiciones cósmicas necesarias para la evolución de la vida dirigiendo su atención a la geología y la historia de la Tierra. Aquí ve una situación mucho más complicada que la que existe en astronomía. Aprecia el cúmulo de accidentes históricos marcados por la vía evolutiva que ha llegado hasta nosotros, y cree “improbable en grado máximo” que el conjunto completo de características propicias para la evolución de la vida se encuentre en otros lugares. Esto le lleva a especular que el enorme tamaño del Universo podría ser necesario para dar a la vida una oportunidad razonable de desarrollarse en sólo un planeta, como el nuestro, independientemente de cuan propicio pudiera ser su entorno local:
“Un Universo tan vasto y complejo como el que sabemos que existe a nuestro alrededor, quizá haya sido absolutamente necesario … para producir un mundo que se adaptase de forma precisa en todo detalle al desarrollo ordenado de la vida que culmina en el hombre.”

Hoy podríamos hacernos eco de ese sentimiento de Wallace. El gran tamaño del Universo observable, con sus 1080 átomos, permite un enorme número de lugares donde puedan tener lugar las variaciones estadísticas de combinaciones químicas que posibilitan la presencia de vida. Wallace dejaba volar su imaginación que unía a la lógica y, en su tiempo, no se conocían las leyes fundamentales del Universo, que exceptuando la Gravedad de Newton, eran totalmente desconocidas. Así, hoy jugamos con la ventaja de saber que, otros muchos mundos, al igual que la Tierra, pueden albergar la vida gracias a una dinámica igual que es la que, el ritmo del Universo, hace regir en todas sus regiones. No existen lugares privilegiados.
No todo el mérito fue de Darwin.
Emilio Silvera V.
Dic
2
Imaginando lo que podría ser
por Emilio Silvera ~
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Kepler-22b está a aproximadamente 600 años luz de la Tierra
Resulta que si hacemos los cálculos para viajar a Próxima b, la estrella más cercana al Sol, el resultado nos es prometedor. Y, desde luego, los problemas para los viajeros serían incalculables e insalvables en ese medio.
“Con la tecnología de propulsión actual, un viaje tripulado a Próxima Centauri costaría entre 30.000 y 75.000 años para llegar, ya que la nave más rápida disponible (la sonda Voyager 1) tardaría cerca de 77.000 años. Este cálculo varía porque no hay tecnología para viajar a la velocidad de la luz, que es el estándar para las distancias astronómicas, ya que la distancia hasta Próxima Centauri es de 4.2 años luz. “
Si pudiéramos viajar a la velocidad de la luz (que no podemos), nos costaría 600 años en llegar a Kepler 22b, lo cual actualmente es imposible. Si se usara la tecnología de propulsión más rápida que tenemos (como la de la sonda New Horizons), el viaje duraría aproximadamente 30 millones de años, calculando con el ejemplo de un planeta diferente con distancias similares.
Actualmente no es posible viajar 30 millones de años en el tiempo, ya que las leyes de la física no permiten viajar en el tiempo hacia atrás. Sin embargo, la criogenización es un área de investigación que podría permitir viajes de larga duración en el futuro, como viajes espaciales de cientos de años, gracias a los avances en la ciencia del frío y la criónica, aunque actualmente no hay garantías de que funcione para revivir personas.

Criogenización:
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- Se centra en la posibilidad de preservar a las personas en frío para revivirlas en el futuro.
- La esperanza es que la crio-preservación pueda funcionar gracias a la mejora continua de la tecnología.
- No hay garantías científicas en la actualidad de que la criogenización sea exitosa.
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- Viajes espaciales:
- El espacio presenta peligros como la radiación, el aislamiento y la microgravedad que aceleran el envejecimiento celular, según revistacientificasanum.com y DW.
- Los viajes de larga duración implicarían superar estos obstáculos tecnológicos y biológicos, más allá de la simple criogenización del cuerpo.

La criogenización presenta efectos negativos significativos sobre el cuerpo humano, principalmente el daño celular por la formación de cristales de hielo que pueden romper tejidos, el daño por la falta de circulación al no haber transporte de oxígeno y nutrientes, y el potencial daño a proteínas y Shock osmótico por los químicos crio protectores. Además, la viabilidad futura es incierta, ya que el cuerpo podría quedar frágil o el proceso de descongelación y recuperación podría ser un desafío técnico y ético.
- Cristales de hielo: El agua en las células forma cristales de hielo al congelarse, los cuales expanden y rasgan los tejidos celulares, una de las principales razones por las que la criogenización es perjudicial para el cuerpo humano, especialmente antes de la aplicación de soluciones crio-protectoras.
- Daño por hipotermia y congelación: Las quemaduras frías, la congelación y la hipotermia son peligros directos asociados al proceso de enfriamiento.
- Necrosis: La falta de circulación sanguínea y oxígeno durante el proceso de enfriamiento puede causar necrosis en tejidos y células.
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- Daño proteico: El frío extremo puede afectar las proteínas, provocando que pierdan su estructura y función, lo que tiene implicaciones negativas para las células.
- Shcock osmótico: La adición de crio-protectores puede causar un shock osmótico en las células debido a los cambios en la concentración de fluidos.

- Dificultad de congelación uniforme: Es muy difícil conseguir una temperatura uniforme en todo el cuerpo, lo que aumenta el riesgo de daños celulares en algunas áreas. El crio-protector puede no llegar a todas las células.
- Fragilidad del cuerpo: Enfriar un cuerpo a temperaturas criogénicas lo hace extremadamente frágil, lo que podría causar roturas durante el recalentamiento.
- Falta de reanimación exitosa: Actualmente no existe evidencia científica ni casos documentados de que la reanimación exitosa de un cuerpo criogenizado sea posible, y un posible intento podría resultar en daño cerebral severo.
- Condición previa del cuerpo: Los cuerpos criogenizados suelen haber muerto tras una vida de enfermedad y envejecimiento, lo que implica que no llegan al proceso en un estado de salud óptimo.

Así las cosas, la criogenización uniforme es difícil porque lograr una temperatura homogénea en grandes volúmenes como un cuerpo completo es un desafío, lo que provoca la formación de cristales de hielo que dañan las células. Para combatir esto, se utilizan crio-protectores que evitan la formación de cristales grandes, pero estos no siempre llegan a todas las células por igual, y la velocidad del enfriamiento es crítica para minimizar el daño.
El tema daría para mucho más, y, no estamos solamente ante la dificultad de lograr viajar a distancias para nosotros inalcanzables, sino que además, los medios para que nuestros cuerpos aguanten y pueden vencer las dificultades reales que se presentarían… ¡están muy lejos de nuestras posibilidades!
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La posibilidad del viaje interestelar ha sido debatida arduamente por varios científicos, autores de ciencia ficción y entusiastas. En este sentido, se han publicado muchos trabajos sobre conceptos relacionados. Dados un tiempo de viaje suficiente y un trabajo de ingeniería, son posibles tanto viajes no tripulados como viajes generacionales, aunque representan un considerable reto tanto tecnológico como económico difícil de alcanzar durante algún tiempo, en concreto para sondas tripuladas. La NASA ha estado investigando en estos temas durante varios años, y ha acumulado una serie de aproximaciones teóricas.
Las muchas dificultades del viaje interestelar nos llevan a pensar en otros medios que… ¡Tampoco están en nuestras manos!
Todas las que anteriormente hemos reseñado y muchísimas más.
La principal dificultad del viaje interestelar es la enorme distancia que ha de cubrirse y en consecuencia el tiempo que llevaría con los métodos de propulsión más realistas —de décadas a milenios —. Así, una nave interestelar estaría mucho más expuesta a los peligros que se encuentran en los viajes interplanetarios, tales como intenso vacío, radiación, micro-meteoritos que viajan a miles de kilómetros y que pueden perforar el casco de la nave, lo que nos lleva a que esta debe ser construida con materiales inteligentes que, en ese caso, se auto-“defiendan” cerrando automáticamente dichas perforaciones.

El largo tiempo de viaje hace difícil diseñar misiones tripuladas, y la justificación económica de cualquier misión interestelar es casi imposible, ya que los beneficios que no son accesibles en un plazo de décadas, siglos o milenios tienen un valor actual cercano a cero. Sin embargo y a pesar de todas estas dificultades…
¡Seguimos empeñados en anunciar misiones que no están en nuestras manos ejecutar!
¡Así somos! Siempre queriendo alcanzar ¿lo imposible?
Emilio Silvera V.
















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