Jul
17
Siempre nos gustó imaginar lo que podría ser
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Imaginando ~ Comments (2)
Es cierto que a veces, estoy trabajando en la oficina y me llegan ideas a la Mente que, por un momento, me hacen dejar la tarea que esté realizando en ese momento y quedar abstraido en esos pensamientos.
¿Cómo serán las criaturas que habiten otros mundos?
Sabiendo que el Universo, en todas sus regiones, por muy alejadas que estén, se rigen por las mismas leyes fundamentales y por las mismas constantes, creo que la vida, como en la Tierra, también estará basada en el Carbono, y, múltiples especies poblaran otros mundos en función de sus distintos ecosistemas.
Las estrellas en todas las galaxias se comportan de la misma manera y crean elementos complejos a partir de otros más simples, y, esa es la dinámica que la Naturaleza sigue en otros campos, como el de la Vida. Una estrella finaliza su etapa en la secuencia principalk cuando agota su combustible nuclear de fusión y, la vida, llega a su final cuando le llega el Tiempo que para ella estipuló el Universo.
El Universo, para cada cosa tiene un determinado comportamiento marcado, y, ese comportamiento, hace posible que las cosas sean tan como las podemos observar. El Sol sale y aparece el día y se pone para que lleegue la noche. Todo tiene su razón de ser, y, en el mundo infinitesimal de lo muy pequeño, para que existan los átomos los Quarks se tienen que juntar en triplites y formar hadrones que serán los nucleones. Allí, confinados en el núcleo, son sometidos a la fuerza nuclear fuerte que nunca los dejará salir, están condenados a esa prisión nuclear para que pueda exisit la materia.
Nature publica una recreación del experimento E 122 de hace 35 años. “Los Quarks se mueven al otro lado del espejo”.
“La simetría CP se basa en la composición de la simetría C y la simetría P. La simetría C o simetría de carga afirma que las leyes de la Física serían las mismas si se pudiesen intercambiar las partículas con carga positiva con las de carga negativa. … La simetría CP es el producto de ambas.”
El ejercicio de imaginar cómo podrían ser otros mundos y que criaturas pudieran albergar, no pocas veces desata mi imaginación, y, pienso que mentalidad tendrán esos seres, si se asemejarán en algo a nosotros, y, si algún día podremos entablar con ellos un contacto que nos pueda llevar a un entendimiento positivo para ambas partes.
Sabemos de la evolución, del mundo cambiante, de que nada permanece. Todo en nuestro Universo tiene un principio y un final, y, siendo así (que lo es) nos podemos preguntar: ¿Mereció la pena nuestra estancia en éste UNiverso? ¿Que propósito final habría tenido nuestra presencia? Si como las estrellas aparecimos, vivimos y morimos. ¿Perdurarán nuestros hechos, o, por el contrario (como todo lo demás) con el paso del Tiempo se hundirá en el olvido.
Nuestra curiosidad nos lleva a tener que desvelar secretos, aprender de la Naturaleza y, cada día, tener un dato más de cómo son las cosas. Sin embargo, no tenemos Tiempo, siempre habrá preguntas que nadie podrá contestar. Por cada nuevo descubrimiento, por cada nueva saber, entramos en posesión de poder hacer nuevas preguntas que antes, sin ese conocimiento no podíamos. Por ejemplo: ¿Cómo poder preguntar si habrá vida en los océanos de Europa hace 200 años?
Lo cierto es que nos enfrentamos a una inmensidad que no siempre podemos comprender, que hemos llegado a saber que… ¡No sabemos! Que somos una parte ínfima de un todo mayor al que pertenecemos y del que formamos parte, y, que siendo tan “pequeños” incluso, algún día, podríamos tener la posibilidad de cambiar las cosas.
emilio silvera
Sep
20
Podría pasar dentro de algunos cientos de años
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Imaginando ~ Comments (0)
Éste es el concepto artístico de un Toro de Stanford. Un hábitat espacial que podría albergar de 10.000 a 140.000 personas. Fue propuesto en 1.975. Crédito: Donald Davis – NASA Ames Research Center.
Podemos tratar de simular la gravedad mediante un sistema de rotación. Sin embargo, A diferencia de la gravedad real, que nos empuja hacia el centro del planeta, esta gravedad artificial nos empuja fuera del eje de rotación. Además, es preferible que construyamos naves con tamaños muy grandes. Cuanto más grandes, mejor, porque en una nave que tenga un eje demasiado pequeño, la diferencia de gravedad que experimentaríamos entre la cabeza y los pies sería muy significativa, dificultando nuestros movimientos en el interior de la estructura.
Pero claro, desde 1.975, las cosas han cambiado muchísimo, y, ahora, un Consejo Mundial que cuenta con muchos recursos, tiene Bases Estelares situadas en los sitios m´ñas estratégicos del Sistema solar. Son cosas del pasado los océanos de Europa y Encelado que están siendo explotados, y, también, las riquzas minerológicas de Titán.
Con nuestra enorme nave espacial, de nombre Esperanza, habíamos salido de la Tierra allá por el año 3.211, en una gélida mañana de la Luna Titán del planeta Saturno, en la que, un conjunto de Naciones de nuestro planeta, había instalado una completa y confortable Estación Espacial. En dicha Instalación que, era más que eso, una nueva ciudad poblada por más de 4.000.000 de habitantes entre Compañías mineras, tecnicos de todo tipo, y personal especializado en viajes espaciales, fue la elegido por el Consejo terrestre para que, desde este seguro lugar tecnológico, saliera la Misión Esperanza que, con destino al planeta LHS 1140b, situado a 20 años luz de la Tierra que, además de estar en la zona habitable de su estrella, tenía todos los ingredientes necesarios para contener la Vida.
La “Súper Tierra”, un planeta rocoso y templado que orbita a una estrella enana roja y que, por sus características iniciales, podría contener agua, lo que lo convierte en un muy buen candidato para albergar vida, fue bautizado como LHS 1140b, se encuentra fuera del Sistema Solar, y orbita en torno a una estrella tipo M, una estrella enana roja “algo más pequeña que nuestro Sol y menos luminosa pero de las más abundantes de la galaxia.
Después de un profundo estudio de todos los pros y los contras que los expertos habían valorado durante meses, se decidió que la Nave Espacial Espoeranza, con capacidad de más de 6.000 viajeros, entre tripulación, científicos, equipos médicos, y otros expertos en distintas ramas, partieran hacia LHS 1140b, donde buscarían formas de vida y, verían que otras cuestiones de interés podía ofrecer aquel planeta. Y, si los informes eran pñositivos, dejar sentadas las Bases para futuros viajes con más naves y personal.
Hacia más de dos siglos que se habían construido nuevas ciudades en planetas extraterrestres que, por ahora, contaban con millones de habitantes y que, como delegaciones de la Tierra, habían construido Sociedades de enviadiables costumbres y normas de convivencia, donde los viejos habitos de la Tierra habían quedado olvidados.
En nuestro largo viaje por el Espacio Interestelar, muchos eran los mundos que habíamos ejado atrás pero, no sin que antes de abandonar el lugar, enviáramos una pequeña nave auxiliar a explorarlo y tomar buenos videos de sus condicioness y posibilidades para posteriores misiones.
En esta época de 3.211, nuestras navez no habían logrado todavía entrar en el Hiperespacio (se estaba cerca de lograrlo), y, las velocidades alcanzadas eran de 120.000 KIm/s., casi la mitad de la velocidad de la Luz, y, para ello, los técnicos, habían afrontado con éxito muchas dificultades que tales velocidades creaban y tenían que evitar, y, una vez logrado todo eso, así como la Gravedad artificial perfecta, la Misión se puso en marcha.
El Tiempo de llegado al nuevo mundo, se había calculado en 44 años, siempre que las cosas rodaran bien y no aparecieran incomvenientes no previstos que retrasaría el viaje. La Nave era autónoma y contaba con todos los pertrechos necesarios y los medios para fabricar alimentos, medicinas, vestimenta y otros objetos necesarios, y, de la misma manera, contaba con un moderno hospital con todos los adelantos, además de escuela para los pequeños que nacerían por el camino.
Los desocupados que habían terminado el turno de trabajo dentro de la nave, podían acudir, a una Sala Holográfica y pedirle al programa, luchar con Dinosaurios o integrarse en las guerras de Alejandro Magno. Nada allí era imposible. También podían convivir con Einstein, o, pasar el día con Tesla.
Los pesados trajes espaciales se habrán olvidado. Ahora, en el año 3.211, eran finos y adaptados al cuerpo, estaban hechos de fullereno y en láminas finas como un cabello humano y más duras que el pripio acero, sus alecaciones no podían traspasarla las radiaciones del espacio. Y, el sistema diminuto de oxígeno les daba 8 horas de autonomía.
Por el largo recorrido, nuestra nave Esperanza, ha tenido que pasar por regiones y mundos de inusitada belleza, en algunos, como en la Tierra, las aguas cantarínas corrían con ese dulce y adormecedor rumor que lleva la libertad, y, en otras regiones, pudimos contemplar con arrobo como grupos de estrellas nuevas radiaban en el ultravioleta rabioso, ionizando toda la zona y sacando los colores a los elementos de los que la nebulosa estaba conformada.
Para nuestra sorpresa, nuestros instrumentos de a bordo avisaron de que, una nave de enormes dimensiones se acercaba a nosotros a una gran velocidad, nos encontrábamos a muchos miles de kilómetros del Sistema solar y, no esperábamos dicho encuentro. Era el primer contacto que nuestra especie tenía con seres de otros mundos.
Ambas naves tratamos de conseguir alguna comunicación y, finalmente, sólo intercambiamos algunas ecuaciones muy significativas que representaban el átomo y algunas contantes, así como, las fuerzas fundamentales, ninguna otra información pudimos entregar a los inesperados viajeros que, por su parte, además, nos enviaron al ordenador datos de su sistema planetario.
Aquello podía ser el principio de una buena amistad.
Nos hicimos señales de Paz, y, ambas naves, encendieron sus motores lumínicos y partieron veloces hacia sus destinos.
El resto del viaje estuvo lleno de incidencias todas interesantes y, para cuando llegamos al destino, habían pasado 48 años. Lo que pasó después os lo contaré en otro momento.
emilio silvera