Abr
29
El Alma Inmortal
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General, La libertad de pensar ~ Comments (1)
El insigne apóstol del Espiritualismo que fue León Denis, ha dejado como herencia a la humanidad pensamientos llenos de sabiduría en el vasto campo de la vida espiritual, para bien explicarnos, qué somos, de donde venimos y hacia donde vamos los seres humanos que poblamos este planeta.
Nos dice Denis, que el Estudio del Universo nos conduce al estudio del alma, a la indagación del principio que nos anima y dirige nuestros actos.
La Entropía hace su trabajo en nosotros como sistema cerrado que somos
“En promedio, el cuerpo se renueva entero cada 15 años. Si lo pensamos un poco, vivimos en un cierto frenesí de reposición permanente de algunas -casi todas, en realidad- de nuestras estructuras corporales. Podría decirse, incluso, que ya no somos el mismo organismo que éramos hace un par de meses. El ser humano está compuesto por 37 billones de células, que se regeneran constantemente para mantener los órganos y tejidos en perfecto estado. Hay células que se renuevan a diario, mientras que otras lo hacen una vez al mes, al año o incluso una vez en la vida.
La Fisiología nos enseña que las diferentes partes del cuerpo humano se renuevan en un período de algunos años. Bajo la acción de dos grandes corrientes vitales, se produce un cambio perpetuo de moléculas en nosotros; las que desaparecen del organismo son sustituidas una a una por otras que provienen de la alimentación.
Desde las sustancias blandas del cerebro hasta las partes más duras de la armadura ósea, todo nuestro ser físico se halla sometido a continuos cambios. Nuestro cuerpo se deshace y se reforma muchas veces durante la vida, sin embargo, a pesar de las modificaciones constantes, a través de las transformaciones del cuerpo material, continuamos siendo las mismas personas. La materia de nuestro cerebro puede renovarse, pero nuestro pensamiento subsiste, y, con él, nuestra memoria., el recuerdo de un pasado del que nuestro cuerpo actual no participó. Hay, pues, en nosotros un principio distinto de la materia, una fuerza indivisible que persiste y se mantiene en medio de esos perpetuos cambios.
Sabemos que la materia no puede por sí misma organizarse, y producir la vida. Desprovista de unidad, se disgrega y se divide hasta lo infinito. En nosotros, por el contrario, todas las facultades, todas las abarca, las une, las ilumina; y esta unidad es la conciencia, la personalidad, el yo; en una palabra: el alma.
El alma es el principio de la vida, la causa de la sensación; es la fuerza invisible e indisoluble que rige nuestro organismo y mantiene el acuerdo entre todas las partes de nuestro ser. Las facultades del alma no tienen nada de común con la materia. La inteligencia, la razón, el juicio, la voluntad no podrían ser confundidos con la sangre de nuestras venas o con la carne de nuestros músculos. Lo mismo ocurre con la conciencia, con ese privilegio con que hemos de pesar y discernir el bien del mal. Ese lenguaje íntimo que se dirige a todo hombre, al más humilde como al más elevado, esa voz cuyos murmullos pueden turbar el esplendor de las mayores glorias, que no tiene nada de material.
Unas corrientes opuestas se agitan en nosotros. Los apetitos, los deseos pasionales tropiezan contra la razón y el sentimiento del deber. Ahora bien, si nosotros no fuésemos más que materia, no reconoceríamos esas luchas, esos combates; nos dejaríamos llevar sin pesar, sin remordimiento, por nuestras tendencias naturales. Por el contrario, nuestra voluntad se halla frecuentemente en un conflicto, respecto de nuestros instintos. Por ella, podemos escapar de la influencia de la materia, dominarla y hacer de ella un dócil instrumento.
Así, pues, débil o poderoso, ignorante o esclarecido, un espíritu vive en nosotros y rige este cuerpo que, bajo su dirección, no es más que un servidor, un simple instrumento. Este espíritu es libre y perfectible, y, por consiguiente, responsable. Cuanto más grande y noble es el ideal más sutíl y gloriosas son las obras que inspira. ¡Dichosa el alma a la que un noble entusiasmo sustenta en su marcha: amor a la verdad, a la justicia, a la patria, a la humanidad!.. Dicen que el Alma está con nosotros pero… ¿Dónde está?
Ideas de León Denis recopiladas por Dante Pracilio.
Ago
17
¿Libertad? ¿Dónde?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en La libertad de pensar ~ Comments (0)
¿La libertad? Es solo una abstracción de la Mente, eso que llaman el Libre Albedrío… ¡No existe! Nuestra capacidad de escoger el camino a seguir está siempre supeditado a muchas cuestiones: El entorno, la situación particular de cada cual, los conocimientos adquiridos, las circunstancias personales y familiares…
En realidad nuestra capacidad de elegir es muy limitada, tomamos el camino que podemos no el que queremos (en el 99% de los casos). La única libertad real que tenemos es la ¡Libertad de Pensamiento!
Miramos las imágenes de arriba y nuestra imaginación se desboca viajando hasta el infinitesimal “mundo” cuántico de los átomos, o, vemos con toda claridad una explosión supernova, nos asombramos ante la inmensidad de nuestra Galaxia, somos conscientes de que dos son UNO, esas dos partes diferentes que conforman la unidad. Caemos en la cuenta de que existen otros mundos y de que todo lo que existe está hecho de cosas pequeñas, Nos vienen a la Mente los postulados de la Relatividad Especial que nos habla de un Tiempo diferente en diferentes circunstancias, que nada puede ir más rápido que la luz en nuestro Universo, si un objeto viaja a velocidad de c, su masa se incrementará y, para los posibles pasajeros el Tiempo se ralentizará. Vemos que hay lugares que, producidos por la muerte de estrellas masivas, forman un conjunto inmenso de elementos formado por gas, polvo, plasma, radiación… Allí se forman nuevas estrellas y nuevos mundos, y… ¿Por qué no? Nuevas formas de Vida.
Sin que lo sepamos, algunas veces estamos atados a personas de las que nos enamoramos, y, de alguna manera, nos quita la libertad personal. La circunstancias y la fatalidad nos deja sin compañera y tenemos que hacernos cargos de los hijos para el resto de nuestras vidas. Es cierto que encontrar personas felices (de verdad), no resulta fácil, los que hace lo que les guista y tienen lo que desean. No todos hacen el trabajo que les gustaría realizar pero,,, ¡la familia! de algo tiene que vivir. Lo cierto es que, de alguna manera, por una u otra razón, todos estamos encadenados por obligaciones que nos impiden ser libres.
La única libertad… ¡El Pensamiento! Podemos pensar lo que queramos, imaginar, construir ideas… Volar hasta el infinito construyendo ese “mundo” de fantasía que nunca podremos tener.
emilio silvera