Mar
19
¡La Física! ¿Hasta dónde nos llevará?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Materiales increibles ~ Comments (2)
Hace apenas diez años que se pudo observar el Grafeno
Fueron obervadas por los Astrónomos de la NASA
Primero fueron las moléculas de carbono en forma de balón de futbol; luego llegó el carbono enrollado en forma de nanotubos de carbono, más tarde las mallas microscópicas y, mañana… ¿quién sabe, qué maravillas nos espera? Puede que en unos años el valle más famoso de la era de la informática tenga que cambiar de nombre. Al norte de California, entre montañas y autopistas, una extensa aglomeración de empresas de nuevas tecnologías es conocida como Silicon Valley, en inglés valle del silicio, elemento químico con el que se fabrican los microchips. Pero el futuro, dicen algunos expertos y muchas publicaciones científicas, está en los chips de grafeno, un material resistente, transparente y extremadamente flexible.
Científicos surcoreanos acaban de construir la primera pantalla táctil de este material. Tiene 30 pulgadas y puede doblarse y enrollarse hasta ocupar un espacio mínimo. IBM, el gigante de la informática, presentó este invierno sus primeros chips de grafeno, 10 veces más veloces que los de silicio. Los fabricantes de baterías para móviles anuncian que mejorarán su producto gracias a este derivado del grafito, con el que también está hecha la radio más pequeña del mundo, diseñada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). ¿Estamos ante una nueva revolución que traerá ordenadores aún más rápidos y pantallas aún más pequeñas? ¿O hablar del valle del grafeno es tan solo fantasía?
Las pantallas del futuro serán flexibles, eso está claro. Los principales fabricantes se afanan en buscar nuevas fórmulas, no solo de grafeno sino también de tecnología OLED, basada en una capa que emite luz y está formada por componentes orgánicos (polímeros). También se intenta hacer papel electrónico con óxidos de metal o variantes del silicio clásico, como silicio cristalino o sus combinaciones con el caucho, bastante más elástico.
El instituto de nanotecnología en el que han desarrollado la primera pantalla táctil de grafeno, en la Universidad Sungkyunkwan de Seúl, ha conseguido llamar la atención de las grandes compañías. El sector está inquieto. Pantallas que se doblan como un papel y que dentro de poco, según James Tour, de la Universidad de Rice (Houston) y uno de los químicos más prestigiosos de la última década, podrán enrollarse “hasta formar un pequeño lápiz que nos pondremos tras la oreja”. Samsung, líder mundial en diversas ramas de la industria electrónica, ya ha anunciado que en dos años comercializará un artilugio parecido.
Qué ocurrirá entonces con los netbooks, esos pequeños ordenadores que coparon el mercado allá por el año 2009, y que nos parecían el último grito? ¿Y qué será del iPad de Apple? En sus cuatro primeros meses de vida, se vendieron más de tres millones de esta tableta ultraportátil que hace las veces de ordenador y teléfono. Pero incluso el gran invento de 2010 dejaría de tener sentido si sale al mercado una pantalla que pesa menos y que, extendida, es más grande y nítida, mientras que, enrollada, ocupa mucho menos espacio.
Si nuestros abuelos levantan la cabeza en sus tumbas y pudieran contemplar como se envía por fax un documento, de manera instantánea, de un lugar a otro lejano…, y, sin embargo, todo eso nos parece de lo más normal y cotidiano. Según vamos avanzando, ¿qué maravillas podremos ver nosotros? La ciencia avanza de manera exponencial y se cumple la ley Moore, cada poco tiempo, lo que hoy es moderno, queda obsoleto y hay que reemplazarlo por algo nuevo menos costoso, con más prestaciones, más barato de fabricar…
Por ejemplo, las láminas de Grafeno, unque comparte muchas de las propiedades que emocionaron de los nanotubos de carbono hace poco más de una una década, el grafeno es más facil de manipular y fabricar, lo cual le da mayores probabilidades de ser utilizado en laboratorios y aplicaciones prácticas. Si unimos a eso que el grafeno es uno de los mejores conductores de calor y de electricidad; su resistencia es 200 veces más que la del acero; es muy duro y muy elástico; tan ligero como la fibra de carbono. Los científicos han fabricado transistores de grafeno y los utilizan para explorar raros fenómenos cuánticos a temperatura ambiente.
Las aplicaciones del Grafeno son inimaginables en todos los sectores de la tecnología, medicina, Espacio…
Hace aún pocos años, sólo un puñado de gente investigaba algo relacionado con el grafeno. En una reunión de la Sociedad Americana de Física, celebrada en marzo, se presentaron cerca de 100 temas relacionados con el material. “Es como descubrir una isla” con varias especies para catalogar y ser estudiadas, manifestó Carlo Beenakker, profesor de física teórica en la Universidad Leiden, en Holanda.
Un nanotubo es grafeno enrollado. El grafito, lo que hay en la punta de un lápiz, está formado por capas de carbón apiladas, una encima de otra, como una baraja. Pero por mucho tiempo no se tuvo la destreza para sacar solo una de las cartas de esa baraja.
Hace unos 10 años, unos investigadores dirigidos por Rodney Ruoff, un de nanoingeniería de la Universidad Northwestern, frotaron pequeños pilares de grafito contra una plaqueta de silicio, lo que causó que se repartieran como una baraja. La técnica sugirió que podrían producir un grafeno de una sola capa, pero Ruoff no midió el grosor de la hojuela.
Luego, en 2004, un grupo de investigadores encabezado por el doctor Andre Geim, profesor de física de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, desarrolló una mejor técnica: ponían una hojuela de grafito en un pedazo de cinta adhesiva, la doblaban y cortaban, con lo que dividian la hojuela en dos. Doblando y desdoblando repetidamente, el grafito se volvia cada vez más delgado; luego pegaron la cinta en una oblea de silicio y la frotaron. Algunas de las hojuelas de grafito se pegaron a la oblea y eran del grosor de un átomo.
Con este sencillo método de fabricar grafeno, se comenzaron a hacer todo tipo de experimentos. Por ejemplo: algunos lo emplearon para construir transistores y otros aparatos electrónicos.
Incluso se están haciendo estudios con estos materiales para ver la posibilidad de construir ascensores espaciales a la Luna, a la Estación Espacial Inrternacional, a bases de despegue de naves que saldrán a explorar el espacio interestelar…
Las hojas de grafeno no son planas, sino onduladas, y medir su grosor es toda una odisea. Los mejores microscopios del mundo pueden notar la presencia de un solo átomo, pero usarlos para medir el grosor de cada hojuela de grafeno es terriblemente lento. No obstante, Geim descubrió que una hoja así de delgada cambia el color de la capa de óxido de silicio en la superficie de una plaqueta, como el arcoiris que se genera cuando se vierte aceite sobre agua. Así con una simple ojeada a través de un sencillo microscopio, los investigadores pueden saber si una hojuela de grafeno tiene más de 10 capas de grosor (amarillo), entre 30 y 40 (azul), alrededor de 10 (rosa) o solo una (rosa pálido, casi invisible).
Pero aún enfrentan retos: el método de la cinta adhesiva no permite la producción en masa, al menos no de un modo costeable. Por ello, Walter de Heer, profesor de física del instituto Tecnológico de Georgia, ha refinado una técnica para obtener grafeno del carburo de silicio. Al calentar una plaqueta de este material a 1300ºC, los átomos de silicio de la superficie se evaporan, mientras que los átomos de carbono restantes se reacomodan en grafeno. “Es como cocinar un pavo”, dice De Heer.
También, los científicos han demostrado un fenómeno conocido como el efencto cuántico Hall, donde la resistencia eléctrica perpendicular a la corriente y un campo magnético aplicado saltan entre ciertos valores discretos. El efecto cuántico Hall se ve comúnmente a temperaturas muy bajas en semiconductores, pero con el grafeno ocurre a temperatura ambiente.
Si hablamos de los nanotubos de carbono, hay que decir que tienen excepcionales propiedades mecánicas, térmicas, químicas ópticas y eléctricas, por lo que son un material prometedor para numerosas aplicaciones de alta tecnología. En la práctica, las primeras aplicaciones de los nanotubos de carbono han sido electrónicas debido a sus particulares propiedades eléctricas, ya que los nanotubos pueden ser metálicos o semiconductores. Los nanotubos permiten hacer más pequeños los dispositivos, conducen muy bien el calor y aumentan la vida útil de los dispositivos.
– Los nanotubos, por su carácter metálico o semiconductor, se utilizan en nanocircuitos:
- Interconectores. Los nanotubos conducen bien el calor y poseen una fuerte estructura para transportar corriente, aunque la conductividad disminuye al aumentar el número de defectos.
- Diodos. Al unir nanotubos metálicos y semiconductores, o con campos eléctricos, similares a las uniones P-N.
- Transistores. De efecto campo, de electrón único, interruptores.
– Se emplean también como emisores de campo, que es una manera de arrancar electrones de un sólido aplicando un campo eléctrico. Algunas aplicaciones son: pantallas planas, lámparas y tubos luminiscentes, tubos de rayos catódicos, fuentes de rayos X, microscopios electrónicos de barridos, etc.
– Otras aplicaciones son: nanotubos como filtros RF, y memorias fabricadas con nanotubos más rápidas, baratas, con mayor capacidad y menor consumo (nos dice Sergio Sánchez Force).
También se han utilizado los nanotubos de carbono para fabricar unas películas conductoras transparentes de distintos colores, mediante una técnica conocida como ultracentrifugación en gradiente de densidad que hace que láminas obtenidas se parezcan a un vidrio teñido. Estas películas pueden introducir mejoras en células solares y monitores de pantalla plana.
Actualmente, el óxido de estaño indio (ITO) es el material más utilizado para las aplicaciones conductoras transparentes. Pero debido a la escasez de indio y a su pobre flexibilidad mecánica, se ha buscado un conductor transparente alternativo, encontrándolo en los nanotubos de carbono.
Los nanotubos de carbono recientemente se utilizan también para fabricar productos electrónicos flexibles, como por ejemplo papel electrónico, a un coste asequible. Esto es debido a que ha surgido una forma de hacer transistores de alto rendimiento en un substrato de plástico.
Las buckyesferas, también conocidas como fullerenos, son moléculas con forma de balón de fútbol formadas por 60 átomos de carbono unidos. Y el espacio está lleno de ellas. Así nos lo comunicaron en su día los científicos de la NASA cuando lo descubrieron en las Nebulosas y en otras regiones del Espacio Interestelar.
No sólo en transistores, móviles o pantallas, este material estará presente por todas partes y, no digamos en el espacio. Por cierto, está presente ya en todas las Nebulosas de la que forman una importante proporción. Lo que decimos siempre: ¡Hay que estudiar la Naturaleza!
Los nanotubos de carbono se emplean en chips de dispositivos electrónicos para disipar el calor, reduciendo la temperatura del microprocesador. Los nanotubos disipan el calor de los chips tan bien como el cobre (utilizado también para disipar calor) y son más resistentes, ligeros y conductores que otros materiales para disipar calor, siendo su coste muy competitivo.
Se han desarrollado transistores de película delgada de nanotubos de para crear dispositivos flexibles y transparentes de alto rendimiento. Para ello, se emplean conjuntos alineados o redes de nanotubos para hacer transistores y circuitos integrados flexibles.
Estos conjuntos constan de miles de nanotubos que funcionan como semiconductor en forma de película delgada en el que las cargas se mueven a través de cada uno de los nanotubos. Un dispositivo típico tiene mil nanotubos y produce corrientes de salida mil veces mayores a los que tienen un solo nanotubo.
Almacena energía solar durante un tiempo indefinido
Recientemente se ha desarrollado una tecnología para almacenar energía solar con nanotubos de carbono, que se recargan cuando se exponen al sol. Este método supone menor coste que otras alternativas y mejora con respecto a la conversión eléctrica.
Un nanotubo de carbono puede ser conductor o semiconductor según la forma en que se enrolle la lámina de grafito, lo que lleva a emplear los nanotubos como componentes básicos de los transistores, ya que por su pequeño tamaño se podrían introducir muchos transistores en un microprocesador.
Se ha demostrado que la resistencia eléctrica de los nanotubos con vacantes crece exponencialmente con su longitud mientras que en un conductor normal (un hilo de cobre, por ejemplo) la resistencia crece linealmente con la longitud. La presencia de tan sólo un 0,03% de vacantes sea capaz de incrementar la resistencia eléctrica de un nanotubo de 400 nanómetros de longitud en más de mil veces. Este hallazgo podría permitir modificar a voluntad la resistencia en un nanotubo mediante la inclusión controlada de defectos, de manera análoga a como se hace actualmente en los materiales semiconductores.
Hay cuestiones en el mundo de la física cuántica que, literalmente, nos dejan con la boca abierta por el asombro. Como ocurre también con partículas cuya rotación, al duplicarse, resulta igual a un número par. Para manipular sus energías hay otra serie de reglas, ideadas por Einstein y el físico indio S. N. Bose. Las partículas que se adaptan a la estadística Bose-Einstein son Bosones, como por ejemplo la partícula Alfa.
A bajas temperaturas los Bosones tienden a tener un comportamiento cuántico similar que puede llegar a ser idéntico a temperaturas cercanas al cero absoluto en un estado de la materia conocido como condensado de Bose-Einstein.
Las reglas de la mecánica cuántica tienen que ser aplicadas si queremos describir estadísticamente un sistema de partículas que obedece a reglas de esta teoría en vez de los de la mecánica clásica. En estadística cuántica, los estados de energía se considera que están cuantizados. La estadística de Bose-Einstein se aplica si cualquier número de partículas puede ocupar un estado cuántico de igualdad. Dichas partículas (como dije antes) son Bosones que tienden a juntarse.
Los Bosones tienen un momento angular nh/2π, donde n es 0 o un entero, y h es la constante de Planck. cons Para Bosones idénticos, la función de ondas es siempre simétrica. Si sólo una partícula puede ocupar un estado cuántico, tenemos que aplicar la estadística Fermi-Dirac y las partículas (como también antes dije) son los fermiones que tienen momento angular (n + ½)h / 2π y cualquier función de ondas de iones feridénticos es siempre antisimétrica. La relación entre el espín y la estadística de las partículas está demostrada por el teorema espín-estadística.
En fin, la Física, esa disciplina que nos lleva hacia el futuro.
emilio silvera
Jul
3
Los cuasicristales: un nuevo orden de la materia
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Materiales increibles ~ Comments (1)
« Galaxias generadoras de entropía negativa
El premio nobel de química de 2011 ha sido concedido a Daniel Shechtman (Instituto Technion, Israel) por su descubrimiento de los cristales cuasiperiódicos (cuasicristales) en 1982. Dicho descubrimiento vino acompañado por dos grandes paradojas de carácter fundamental. La primera, de naturaleza esencialmente estructural, se resolvió en 1992 mediante una nueva definición de cristal por de la Unión Cristalográfica Internacional, definición inspirada en la noción de sólido aperiódico introducida por Schrödinger medio siglo antes. La segunda paradoja surgió del estudio detallado de las propiedades físico-químicas de las fases cuasicristalinas termodinámicamente estables: aleaciones formadas por metales, pero que manifiestan un comportamiento atípico, semejante al de los materiales semiconductores. En este caso, y a pesar de la intensa actividad experimental y teórica desplegada durante dos décadas, la posible solución de la paradoja sigue aún abierta.
- Introducción
El estudio de las formas minerales, hermosa materialización en la Naturaleza de los poliedros ideales creados por la matemática, dio lugar a la descripción de la geometría básica del sólido en términos de un conjunto de celdas elementales, que al ensamblarse entre sí periódicamente dan lugar a la formación del entramado cristalino del que derivan las caras lisas y las aristas cinceladas propias del reino mineral. Y es que el orden periódico supone una economía del conocimiento extraordinaria, pues permite afirmar con certeza que la distribución atómica que encontramos en una celda arbitraria, se encontrará con idéntica disposición muy lejos de allí. Convenientemente matematizada esta propiedad hace posible resolver con elegancia y rigor un gran de cuestiones relacionadas con las propiedades de los sólidos, lo que explica cómo fue arraigando progresivamente, desde los albores de la cristalografía, la idea de que el orden en la materia debe ser esencialmente periódico, un supuesto que se convirtió en el paradigma que definía la noción misma de cristal.
El teorema de restricción cristalográfica, en su básica, se basa en la observación de que las simetrías rotacionales de un cristal se limitan generalmente a los órdenes 2, 3, 4 y 6.1 Sin embargo, en los cuasicristales se pueden presentar otras simetrías, como la de orden 5, las cuales no fueron descubiertas 1984 por el premio Nobel de Química 2011, Dan Shechtman.
- El teorema de restricción cristalográfica
A la par que sencilla y conveniente la noción de periodicidad resulta también muy exigente. Su servidumbre más importante viene descrita por el teorema de restricción cristalográfica, que determina cuáles son las simetrías de rotación compatibles con la existencia del entramado discreto de nudos que caracteriza una red cristalina periódica. Su enunciado es conciso: los únicos giros posibles, compatibles con la exigencia de que un nudo encontremos otro nudo del cristal vienen dados por la condición.
1 + cos 2φ = n, n є Z.
Donde φ es el ángulo de rotación. De modo que los únicos giros que son compatibles con la simetría de traslación periódica corresponden a los ejes de rotación de orden 2, 3, 4 y 6. La presencia de ejes quinarios está prohibida, al igual que la de cualquier eje de orden superior al 6. A pesar de su sencillez las consecuencias del teorema de restricción son tremendamente exigentes. No obstante, durante setenta años, la validez de este esquema interpretativo vino avalada por la notable concordancia entre los modelos cristalográficos propuestos y los patrones de difracción obtenidos experimentalmente los distintos materiales estudiados. Hasta que el 8 de abril de 1982, los atónitos ojos de Daniel Shechtman contemplaron un patrón de difracción que, al parecer, no podía existir.
- El hallazgo
“Estaba analizando una aleación de aluminio y manganeso a través de un microscopio electrónico cuando sucedió algo muy extraño e improvisto. El patrón de difracción mostraba diez puntos brillantes, igualmente espaciados del centro y entre sí. Los conté y repetí la otra vez, diciéndome: ¡este bicho no existe! (en hebreo: Ein chaya kazo). Entonces salí al pasillo para compartirlo, pero ahí no había nadie…”.
Aquel pasillo vacío resultó ser toda una premonición de la fría acogida que su descubrimiento iba a recibir inicialmente entre sus colegas. Tan sorprendidos como él, aunque petados, en su inmensa mayoría, en un prudente y oportuno escepticismo. Y las cosas empeoraron aún más cuando un octogenario Linus Pauling, dos veces laureado con el Premio Nobel (el de Química primero y el de la Paz después), declaró la guerra a la interpretación que Shechtman proponía para aquellos materiales que, prohibidos por los legisladores teóricos, se erguían desafiantes en el laboratorio como heraldos del advenimiento de una nueva cristalografía. No deja por ello de tener cierta sagaz ironía que, casi treinta años después del hallazgo y la polémica, la academia sueca haya decidido conceder a Shechtman el premio Nobel precisamente en Química, el campo en el que militaba también su feroz oponente.
- La primera paradoja
El primer análisis detallado de los patrones de difracción electrónica obtenidos por Schechtman apareció publicado en la prestigiosa revista Physical Review Letters bajo el título: “Una fase metáica con orden orientacional de largo alcance y sin simetría de traslación”. En efecto, si atención a la organización de los puntos que aparecen en el patrón mostrado en la Figura 1 podemos observar claramente la presencia de muchos picos de difracción (que evidencian la presencia de un orden de largo alcance) agrupados en motivos pentagonales (incompatibles con la simetría de traslación periódica). Debe existir, por tanto, otro tipo de orden que sea capaz de producir correlaciones de largo alcance y que no se base en la mera periodicidad. En efecto, dicho principio ordenador existe y está basado en la simetría de inflación. Si uno mide las distancias entre puntos consecutivos a lo largo de un eje radial en el patrón de difracción puede constatar que dichas separaciones definen una serie geométrica cuya razón viene dada por el número irracional τ = (1+√5)/2, conocido como la razón áurea, que expresa la proporción entre la longitud de la diagonal y el lado en un pentágono regular.
Es más, si trazamos sendas líneas uniendo los distintos vértices de un pentágono formado por los picos más intensos (tal como se muestra en el recuadro inferior), vemos que los puntos de intersección definen un pentágono cuyo tamaño guarda una relación de semejanza, determinada por la proporción τ2, con respecto al tamaño del pentágono original. Esta construcción geométrica, también denominada pentagrama pitagórico, manifiesta la presencia de una simetría de invariancia de escala (típica de las estructuras fractales), expresada de natural por la disposición espacial de los átomos en un fragmento de materia cuasicristalina.
- Un nuevo ordenamiento de la materia: Los cuasicristales
Así pues, la primera paradoja se desvela al considerar que los legisladores teóricos se dejaron seducir por un supuesto tácito: el único modo de rellenar el espacio con átomos de forma ordenada y sistemática- pensaron- debe basarse en el recurso de patrones periódicos. Sin embargo, el apilamiento periódico no es el único posible a tal efecto. se pueden ordenar los átomos en un material siguiendo un proceso análogo al del conocido juego de muñecas rusas, de modo que pequeños agregados de átomos con simetría icosaédrica se anidan en el interior de otros agregados mayores con su misma forma, los cuales, a su vez, se incluyen dentro de nuevos agregados similares de mayor tamaño.
Modelo estructural de un cuasicristal icosaédrico de CdYb basado en agregados moleculares (clusters) en forma de icosidodecaedro, sólido regular formado por caras pentagonales y triangulares.
De modo el átomo deja de ser el protagonista estructural, y es reemplazado por agregados de átomos (clusters en la terminología anglosajona) dotados de simetría icosaédrica, que se organizan de una jerárquica en el espacio. Como consecuencia de este esquema estructural, basado en la simetría de inflación, los átomos se disponen en el espacio según una distribución perfectamente regular (conocida técnicamente como ordenamiento cuasiperiódico), en lugar de en la forma periódica usual en los cristales clásicos. El término cuasicristal (contracción de los términos ingleses queasiperiodic cristal), propuesto en 1984 por Paul Steinhardt (Universidad de Pennsylvania), se impuso rápidamente para designar, de forma genérica, a este de materiales. De este modo, el cuasicristal debe entenderse como “la extensión natural de la noción de cristal periódico a estructuras que posean orden de traslación cusiperiódico”. De manera que los cuasicristales son una forma de contracción de los términos “cristales ordenados cuasi periódicamente” o “cristales cuasiperiódicos”, y por tanto el prefijo cuasi que precede a la palabra cristal no hace referencia a la calidad estructural del material, sino a la descripción matemática que se hace del mismo, en términos de funciones cuasiperiódicas. En efecto, el marco teórico que progresivamente se fue desarrollando para dar de los finos detalles presentes en los diagramas de difracción obtenidos, hizo patente que nos hallábamos ante una nueva forma de ordenamiento de la materia. La forma de percibir este ordenamiento en todo su esplendor consiste en aprovechar la propiedad matemática por la que cualquier función cuasiperiódica se puede expresar como una función periódica en un espacio de dimensión adecuada. De esta forma la cristalografía se generaliza en el hiperespacio, dando lugar a la descripción de un cuasicristal icosaédrico como un cubo en seis dimensiones.
- Nueva definición de cristal
Debido al crecimiento y a la gran variedad de cuasicristales observados desde 1982 (que contienen también ejes octogonales, decagonales y dodecagonales), la Unión Cristalográfica Internacional redefinió en 1992 el término de cristal, ampliándolo para dar cabida a este nuevo tipo de ordenamiento: “A partir de por cristal entenderemos un sólido que tenga un patrón de difracción esencialmente discreto”. De modo el atributo característico del sólido cristalino se traslada del espacio físico al espacio recíproco y dentro de la familia de los cristales aperiódicos, entendidos estos últimos como cristales en los que está ausente la simetría de traslación periódica, en línea con una antigua (1944) y original propuesta de Erwin Schrödinger.
Modelo atómico de cuasicristal de Ag-Al.
Un cuasicristal es una forma estructural que es ordenada no periódica. Se forman patrones que llenan todo el espacio aunque tienen falta de simetría traslacional. Mientras que los cristales, de acuerdo al clásico teorema de restricción cristalográfica, pueden poseer simetrías rotacionales de 2, 3, 4, y 6 pliegues, el patrón de difracción de Bragg de los cuasicristales muestra picos agudos con otros órdenes de simetría, por ejemplo de 5 pliegues.
- La segunda paradoja
El artículo en el que Levine y Steinhardt introdujeron el concepto de cuasicristal concluye con la frase “si los materiales cuasicristalinos existen realmente (…) con toda seguridad poseerán una gran variedad de nuevas propiedades estructurales y electrónicas reseñables”. Dicha propuesta contrasta marcadamente con el punto de vista sostenido por Pauling en otro en el que, tras afirmar que los cuasicristales se reducen a una serie de maclas ordenadas en forma sutil, añade que “Y señalo que no existe razón esperar que estas aleaciones tengan propiedades físicas inusuales”. Así pues, ¿poseen los cristales cuasiperiódicos propiedades específicas en virtud de su peculiar de ordenamiento?
Las primeras fases cuasicristalinas descubiertas, obtenidas mediante técnicas de enfriamiento ultrarrápido, eran meta estables y pasaban con facilidad el estado cristalino al someter las muestras a tratamientos términos encaminados a mejorar su estructura. En consecuencia, el estudio de las propiedades físicas características de esta nueva fase de la materia no fue posible hasta que, a partir de 1986, diversos equipos internacionales, entre los que destaca el grupo del profesor An Pang Tsai en Japón, descubrieron un creciente de materiales cuasicristalinos termodinámicamente estables, capaces de preservar una estructura cuasiperiódica de extraordinaria calidad hasta alcanzar su punto de fusión (en torno a los 1500 C), mostrando nuevos hábitos de crecimiento entre los que destacan los del dodecaedro regular, el prisma decagonal o el triacontaedro, sólido formado por treinta caras rómbicas. Estos cuasicristales pueden crecer hasta alcanzar tamaños del orden del cm de modo que ya se les puede someter a pruebas en las que se midan sus propiedades físicas con la certeza de que estamos midiendo propiedades intrínsecas, libres de posibles contaminaciones por fases secundarias. Y al hacerlo se constató la aparición de un extenso conjunto de propiedades físicas anómalas extraordinarias.
Por ejemplo, se observa que al aumentar la temperatura la conductividad eléctrica aumenta (que es justo lo contrario de lo que suele ocurrir con los metales), pero al estudiar el ritmo al que la conductividad aumenta ésta no se ajusta a un comportamiento de tipo exponencial (como ocurre en el caso de los semiconductores) sino que sigue una ley de potencia. La termoelectricidad es otra característica que distingue metales y semiconductores. En general los metales tienen un valor pequeño del coeficiente de Seebeck, que mide la magnitud del efecto termoeléctrico por el cual un material muestra la aparición de una diferencia de potencial entre sus extremos cuando estos se someten a un gradiente de temperatura. En la mayoría de los metales la magnitud de este efecto es del orden 10 μ V/K a temperatura y muestra un comportamiento lineal con la temperatura, mientras que los semiconductores, por el contrario, suelen presentar valores del orden de centenas de μ V/K y la curva S(T) varía no linealmente. Este es el caso también para ciertos cuasicristales cuyas curvas de termopotencia tienen al pirncipio un comportamiento lineal pero luego empiezan a curvarse, e inlcuso cambian de signo en algunos casos, lo cual podría interpretarse como una alternancia en el signo de la carga de los portadores mayoritarios, en conformidad con los resultados obtenidos al medir su efecto Hall. Pero, sin duda, la anomalía más llamativa para una aleación formada por átomos metálicos es que los cuasicristales son muy malos condcutores del calor debido, fundamentalmente, a que posen pocos electrones libres y, en consecuencia, el calor debe propagarse mediante las vibraciones de la estructura atómica; propagación que se ve; a su vez, dificultada por la ausencia de una simetría de traslación en el ordenamiento cuasiperiódico de dicha estructura, lo que explica el reducido valor de su conductividad térmica, del orden de 1 W/mK a temperatura ambiente, comparable el de buenos aislantes térmicos como la alúmina o el Pyrex, y dos órdenes de magnityd menos que la medida en los materiales metálicos. Podemos concluir, por tanto, que a la vista de sus propiedades los cuasicristales ocupan una posición intermedia entre los metales y los semiconductores, lo que resulta desconcertante para unos materiales compuestos por elementos que, como Al, Cu, Fe, Pd, Ni, Co o Mn, suelen dar lugar a compuestos típicamente metálicos. Este hecho define la segunda paradoja en el estudio de estos materiales y apunta hacia la posibilidad de la formación de enlaces químicos poco habituales en aleaciones.
- Posibles aplicaciones.
El conocimiento más detallado de los diagramas de fase de las distintas aleaciones implicadas, capaz de precisar las lindes de las pequeñas regiones de estabilidad de las distintas fases cuasicristalinas de gran calidad mediante el de técnicas convencionales, lo cual permite su consideración para ciertas aplicaciones tecnológicas. En efecto, la primera patente industrial en la que se recoge una aplicación directa de los cuasicristales como barreras térmicas data de 1988 y fue obtenida por el equipo de Jean Marie Dubois en el Laboratoire Science et Gènie des Materieaux Métalliques (Nancy). Desde entonces el número de patentes relativas a la fase cuasicristalina se ha ido incrementando paulatinamente, con la intención de explotar las propiedades inusuales observadas en los cuasicristales, como su elevada dureza, resistencia al rayado y sus propiedades anticorrosivas, para el recubrimiento de instrumental quirúrgico o culinario. Las aleaciones cuasicristalinas se presentan como unos materiales competitivos con vistas a su utilización como recubrimientos de álabes de turbina, barreras térmicas o en dispositivos de refrigeración termoeléctrica, por lo que cabe esperar que su estudio depare interesantes resultados, tanto a nivel fundamental como aplicado, durante los próximos años.
Este ha sido patrocinado por la Comunidad Autónoma de Mdrid y la UCM mediante el Proyecto CCG10-UCM/MAT-4628.
Enrique Maciá Barber
Dpto. Física de Materiales, Facultad CC. Físicas
Universidad Complutense de Madrid
May
30
La necesidad agudiza el ingenio
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Materiales increibles ~ Comments (0)
Así se produce el decaimiento Beta
La fuerza nuclear débil nos habla de materiales que, de manera natural, emiten radiación y se desintegran. Al pensar en la desintegración me ha traído a la memoria aquellos libros de Asimov que nos explicaba cuestiones de ciencia y nos decía existen materiales que se desintegran de manera natural y que son materiales fértiles, o que sin serlo, se pueden transformar en otros que sí lo son.
Al hablar de material fértil me estoy refiriendo a núclidos que pueden absorber neutrones formar material fisible. El uranio-238, por ejemplo, absorbe un neutrón para formar uranio-239, que se desintegra en plutonio-239. es el tipo de conversión que la imaginación del hombre hace que ocurra en un reactor reproductor.
Lo explicaré con más detalles: El Reactor Reproductor rápido es un reactor de neutrones rápidos diseñado producir combustible generando más material fisible del que consume. El FBR es uno de los tipos posibles de reactores reproductores.
Veámos: El uranio-235 es un combustible práctico, es decir, los neutrones lentos son capaces de que el uranio-235 se fisione, o lo que es lo mismo, se rompan sus átomos en dos, produciendo neutrones lentos, que a su vez inducen otras fisiones atómicas. El uranio-233 y el plutonio-239 son combustibles nucleares prácticos por las mismas razones.
Desgraciadamente, el uranio-233 y el plutonio-239 no existen en estado natural sino en trazas mínimas, y el uranio-235, aunque existe en cantidades apreciables, no deja de ser raro. En cualquier muestra de uranio natural, sólo siete de mil átomos son de uranio-235, el resto es uranio-238.
Uranio
El uranio natural extraído de las minas contiene un 99´3 % de U-238 y apenas el 0´7 % de U-235.
El uranio-238, la variedad común de uranio, no es un combustible nuclear práctico. Así que, el uranio que más abunda en la naturaleza no sirve como combustible nuclear. Podemos conseguir que se fisione, sólo con neutrones rápidos. Los átomos de uranio-238 que se rompen en dos, producen neutrones lentos, que no bastan para producir o inducir nuevas fisiones. El uranio-238 cabría compararlo a la madera húmeda: es posible que arda, pero acabará por apagarse.
El uranio es un elemento químico metálico de color plateado-grisáceo de la serie de los actínidos, su símbolo químico es U y su número atómico es 92. Por ello posee 92 protones y 92 electrones, con una valencia de 6. Su núcleo contener entre 142 y 146 neutrones, sus isótopos más abundantes son el 238U que posee 146 neutrones y el 235U con 143 neutrones. El uranio tiene el mayor peso atómico de todos los elementos que se encuentran en la naturaleza. El uranio es aproximadamente un 70% más denso que el plomo, aunque menos denso que el oro o el wolframio. Es levemente radioactivo. Fue descubierto como óxido en 1789 por M. H. Klaproth que lo llamó así en el honor del planeta Urano que acababa de ser descubierto en 1781.
Supongamos, sin embargo, que se separa el uranio-235 del uranio-238 ( más bien difícil) y que se utiliza aquel para hacer funcionar un reactor nuclear. Los átomos de uranio-235 que forman el combustible del reactor se fisionan y esparcen miríadas de neutrones lentos en todas direcciones. Si el reactor está rodeado por una capa de uranio ordinario (que en su mayor es uranio-238), los neutrones que van a parar allí son absorbidos por el uranio-238 y, aunque no pueden que el uranio-238 se fisione, sí pueden provocar otros cambios que finalmente, producirán plutonio-239. Separando este plutonio-239 del uranio (tarea muy fácil), puede ser utilizado como combustible nuclear practico para la fisión.
De esta manera, el reactor nuclear genera combustible a partir de un material (uranio-238) que no lo es. Este es el motivo de que al reactor nuclear que hace posible la transformación se le llame “reactor generador”.
Un reactor generador bien diseñado puede producir más plutonio-239 que el uranio-234 consumido para ello. De este modo, las reservas totales de uranio de la Tierra (y no sólo las de uranio-235) se convierten en potenciales de combustible nuclear.
Torio
Carlo Rubbia, exdirector del CERN (los mismos que hicieron el Colisionador de Hadrones) y ganador del premio Nobel de física en 1984, ha trabajado buena de su carrera en el desarrollo de tecnologías para la producción de energía a partir de torio y calcula que con un reactor adecuado, este proceso de fisión podría generar a partir de 1 tonelada del elemento la misma cantidad de energía que 200 toneladas de uranio y 3.500.000 toneladas de carbón.
El torio, tal se da en la naturaleza, consiste todo él en torio-232, que al igual que el uranio-238, no es un combustible nuclear práctico, porque requiere neutrones rápidos fisionarse. Pero si se coloca torio-232 alrededor de un reactor nuclear, sus átomos absorberán los neutrones y, sin experimentar fisión alguna, se convertirán en átomos de uranio-233. Como el uranio-233 es un combustible práctico que se separar fácilmente del torio, el resultado es otra variedad del reactor generador, que convierte las reservas de torio en un combustible nuclear en potencia.
que no se descubra otra manera de producir energía, el Uranio seguirá
La cantidad total de uranio y de torio que hay en la Tierra es unas 800 veces mayor que las reservas de uranio-235, lo que significa que el buen uso de los reactores generadores podría multiplicar por 800 la oferta potencial de energía extraída de plantas de fisión nuclear.
En punto, sin dejar de elogiar la inteligencia del hombre que ha sabido encontrar la manera de transformar una materia inservible en otra practica, hay que decir que la energía de fisión nuclear genera también muchos problemas.
Como estará comprobando al lector de este , el autor ha querido esta vez diversificar los temas y plasmar una variedad múltiple que facilite el conocimiento de distintas cosas que ocurren en la naturaleza, o que la mano del hombre hace que ocurran, y todas estas cuestiones tratadas aquí van encaminadas a resolver preguntas que en alguna ocasión nos hemos podido , tales como:
¿Por qué al calentar un metal se pone primero rojo, luego naranja, después amarillo, a continuación blanco en lugar de seguir el espectro y ponerse verde?
¿Y el color en las estrellas?
un herrero está trabajando, el metal adquiere diferentes colores según recibe el calor de la fragua. Primero se mostrará de un rojo intenso, para ir progresivamente adoptando tonos más claros, pasando del anaranjado al amarillo, y por fin al blanco.
Si se pudiera seguir calentando el hierro, éste adquiriría tonos azulados. Estos cambios en la coloración son una consecuencia directa del aumento de la temperatura, que permitirá mayor maleabilidad. El Cúmulo del Joyero (en la constelación de la Cruz del Sur), fotografiado arriba, muestra cómo ocurre lo mismo con las estrellas, de manera que encontraremos estrellas azules, las más calientes, blancas, amarillas, anaranjadas y rojas, las más “frías”. A veces, estos colores pueden percibirse a simple vista, Antares (Alpha Scorpii) que es de color rojo, o Rigel (Beta Orionis) blanco-azulada.
En la Naturaleza rigen las mismas leyes para todos y, en todas partes se producen los mismos fenómenos debidos a las mismas causas, en caso: ¡La Temperatura!
Cualquier objeto, a cualquier energía superior al cero absoluto, radia ondas electromagnéticas. Si su temperatura es muy baja, emite sólo ondas de radio largas, muy pobres en energías. Al aumentar la temperatura, radia una cantidad mayor de ondas, también empieza a radiar ondas de radio más cortas (y más energéticas). Si la temperatura sigue subiendo, empiezan a radiarse microondas aún más energéticas y después radiaciones infrarrojas.
Esto no quiere decir que a una temperatura dada sólo se emitan ondas de radio largas, un poco más arriba sólo ondas de radio cortas, luego sólo microondas y después sólo infrarrojos. En realidad, se emite toda la gama de radiaciones, pero siempre hay una radiación máxima, es decir, una gama de longitudes de onda que son las más radiadas, flanqueadas por cantidades menores en el lado de las energías bajas y por cantidades todavía más pequeñas en el de las altas.
un objeto alcanza la temperatura del cuerpo humano (37°C), el máximo de radiación se encuentra en los infrarrojos largos. El cuerpo humano también radia ondas de radio, pero las longitudes de ondas más cortas y más energéticas son siempre las más fáciles de detectar por ser los más potentes.
Cuando la temperatura alcanza aproximadamente los 600°C, el máximo de radiación se halla en el infrarrojo corto. Pero a estas alturas la pequeña cantidad de radiación que se halla en el lado de las energías altas adquiere una importancia especial, porque entra ya en la región de la luz visible roja. El objeto reluce entonces con un rojo intenso.
rojo constituye sólo un pequeño porcentaje de la radiación total, pero como da la casualidad de que nuestro ojo lo percibe, le otorgamos toda nuestra atención y decimos que el objeto está al “rojo vivo”.
Si la temperatura sigue subiendo, el máximo de radiación continúa desplazándose las longitudes de ondas cortas y cada vez se emite más luz visible de longitudes cada vez menores. Aunque el objeto radia más luz roja, se van agregando poco a poco luz anaranjada y luz amarilla en cantidades menores pero significativas. Al llegar a los 1.000°C la mezcla de colores la percibimos como naranja, y a los 2.000°C como amarilla. Lo cual no significa que a los 1.000°C sólo se radie luz naranja y a los 2.000°C sólo se radie luz amarilla, porque si fuese así, habría efectivamente que esperar que lo siguiente fuese “color verde”. Lo que en realidad vemos son mezclas de colores.
Al llegar a los 6.000°C (la temperatura superficial del Sol), el máximo de radiación está en el amarillo visible y lo que llega a nuestros ojos son grandes cantidades de luz visible, el violeta hasta el rojo. La incidencia simultánea de toda la gama de luz visible sobre nuestra retina nos da la sensación de blanco, y de ahí el color del Sol.
Los objetos más calientes aún que el Sol radian todas las longitudes de ondas de luz visible y en cantidades todavía mayores, el máximo de radiación se desplaza al azul, de modo que la mezcla se desequilibra y el blanco adquiere un tinte azulado.
Toda esta travesía se produce para objetos calientes que emiten “espectros continuos”, es decir, que radian luz en la forma de una ancha banda de longitudes de ondas. Ciertas sustancias en adecuadas, radian sólo luz de determinadas longitudes de onda. El nitrato de bario radia luz verde cuando se calienta, y con ese fin se lo utiliza en los fuegos de artificio, “calor verde”, podríamos decir.
Nitrato de Bario que produce el color verde en los bonitos fuegos artificiales
¡Qué bonito es saber!
En alguna ocasión todos hemos oído mencionar la palabra “gases nobles”, y sin embargo no siempre sabemos lo que son y el por qué le llaman así. Los elementos que reaccionan difícilmente o que no reaccionan en absoluto con otros elementos se denominan “inertes”. El nitrógeno y el platino son ejemplos de elementos inertes.
En la última década del siglo pasado se descubrieron en la atmósfera una serie de gases que no parecían intervenir en ninguna reacción química. Estos nuevos gases (helio, neón, argón, kripton, xenón y radón) son más inertes que cualquier otro elemento y se agrupan bajo el de gases inertes.
Los elementos inertes reciben a veces el calificativo de “nobles” porque esa resistencia a reaccionar con otros elementos recordaba un poco a la altanería de la aristocracia. El oro y el platino son ejemplos de “metales nobles”, y por la misma razón se llaman a veces “gases nobles” a los gases inertes. 1.962, el nombre más común era el de gases inertes, quizá porque lo de nobles parecía poco apropiados en sociedades democráticas.
Es apropiado incluir una descripción de este grupo de elementos conocido en un capítulo dedicado a los halógenos, porque el flúor es el único elemento conocido que entra en combinación química directa con los dos gases nobles más pesados, el xenón y el criptón, resultando en compuestos estables.
Los gases nobles surgen en la naturaleza como constituyentes menos abundantes de la atmósfera. La primera indicación de la existencia de los gases nobles fue divulgada por el químico ingles Cavendish, en 1784.
La razón de que los gases inertes sean inertes es que el conjunto de electrones de uno de sus átomos está distribuido en capas especialmente estables. La más exterior, en concreto, tiene 8 electrones. Así la distribución electrónica del neón es (2,8) y la del argón (2,8,8). Como la adición o sustracción de electrones rompe distribución estable, no pueden producirse cambios electrónicos. Lo cual significa que no pueden producirse reacciones químicas y que estos elementos son inertes.
bien, el grado de inercia depende de la fuerza con que el núcleo, cargado positivamente y situado en el centro del átomo sujeta a los 8 electrones de la capa exterior. Cuantas más capas electrónicas haya la exterior y el centro, más débil será la atracción del núcleo central sobre los electrones de esa última capa de electrones.
El Radón es un gas radiactivo de origen natural procedente de la desintegración radiactiva de pequeñas cantidades de uranio presentes en rocas y suelo, es el responsable de miles de muertes por cáncer de pulmón en Europa año. El gas se filtra en los edificios a través del suelo y de los sótanos, puede acumularse llegando a niveles elevados, especialmente en espacios cerrados y poco ventilados.
Quiere esto decir que el gas inerte más complejo es también el inerte. El gas inerte de estructura atómica más complicada es el radón. Sus átomos tienen una distribución electrónica de (2,8,18,32,18,8). El radón, sin embargo está sólo constituido por isótopos radiactivos y es un elemento con el que difícilmente se pueden hacer experimentos químicos. El siguiente en orden de complejidad es el xenón, que es estable. Sus átomos tienen una distribución electrónica de (2,8,18,18,8).
Se sabe desde hace décadas que la abundancia en la Tierra del xenón es menor de lo que debería ser según las proporciones observadas del resto de gases nobles. Las abundancias de estos gases se usan por los geoquímicos para evaluar y datar los principales procesos terrestres, incluyendo la formación de la atmósfera. Para poder hacerlo parten de una hipótesis básica: que los gases nobles son inertes en toda circunstancia. Un realizado por Gary Schrobilgen y David Brock, de la Universidad McMaster (Canadá), cuyos resultados se publican en el Journal of the American Chemical Society explica la baja abundancia del xenón y pone en evidencia que el xenón no es tan noble se suponía.
Los electrones más exteriores de los átomos de xenón y radón están bastante alejados del núcleo y, por consiguiente, muy sueltos. En presencia de átomos que tienen una gran apetencia de electrones, son cedidos rápidamente. El átomo con mayor apetencia de electrones es el flúor, y así fue como en 1.962 el químico canadiense Neil Bartlett consiguió formar compuestos de xenón y flúor.
Desde entonces se han conseguido formar también compuestos de radón y kriptón. Por eso los químicos rehúyen el de gases inertes, porque a fin de cuentas, esos gases no son completamente inertes. Hoy día se ha impuesto la denominación de “gases nobles”, y existe toda una rama de la química que se ocupa de los “compuestos de gases nobles”.
Naturalmente, cuanto más pequeño es el átomo de un gas noble, más inerte es, y no se ha encontrado nada que sea capaz de arrancarles algún electrón. El argón, cuya distribución electrónica es de 2,8,8 y el neón, con 2,8 electrones respectivamente, sigue siendo completamente inerte. Y el más inerte de todos es el helio, cuyos átomos contienen una sola capa electrónica con dos electrones (que es lo máximo que alojar esta primera capa) que al estar en la primera linea cerca del núcleo positivo, están fuertemente atraídos al tener su carga eléctrica el signo negativo.
finalizar diré que los gases nobles (gases inertes, gases raros) están clasificados en el grupo 18 (antiguamente 0) de la tabla periódica de dos elementos y se definen por símbolos que responden a: helio (He), neón (Ne), argón (Ar), kriptón (Kr), xenón (Xe) y radón (Rn).
Ya se dijo antes la configuración electrónica de uno de ellos y todas las capas internas están completamente ocupadas, lo que hace que estos elementos, por tanto, constituyan la terminación de un periodo y posean configuración de capa completa, por lo que sus energías de ionización son muy elevadas y su reactividad química escasa.
son monoatómicos, las moléculas de los gases nobles poseen simetría esférica, y las fuerzas intermoleculares son muy débiles, por lo que sus entalpías de vaporización son muy bajas.
Con todo lo anteriormente expuesto sobre los gases nobles, espero que el lector del aquí reflejado pueda tener una idea más amplia y un conocimiento más certero sobre lo que en realidad son los denominados como “gases nobles”.
En comparación con la inmensidad del universo, nos queda aún muchísimo que aprender. Si nos limitamos a nuestro entorno más cercano, la Tierra, ¿cómo hemos podido llegar tan lejos?
¡La curiosidad! y ¡La necesidad! ¡El Instinto! y ¡La Evolución! Todo ello, amigos míos, nos lleva a querer saber y, para ello, debemos desvelar los secretos de la Naturaleza, como que, por cierto, no resulta nada fácil, llevamos miles de años intentando comprender y, de , sólo sabemos… ¡Algunas cosas!
emilio silvera
Mar
18
¡La Física! ¿Hasta dónde nos llevará?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Materiales increibles ~ Comments (1)
Hace apenas ocho años que se pudo el Grafeno
Primero fueron las moléculas de carbono en forma de balón de futbol; luego llegó el carbono enrollado en forma de nanotubos de carbono, más tarde las mallas microscópicas y, … ¿quién sabe, qué maravillas nos espera? Puede que en unos años el valle más famoso de la era de la informática tenga que cambiar de nombre. Al norte de California, entre montañas y autopistas, una extensa aglomeración de empresas de nuevas tecnologías es conocida como Silicon Valley, en inglés valle del silicio, elemento químico con el que se fabrican los microchips. Pero el futuro, dicen algunos expertos y muchas publicaciones científicas, está en los chips de grafeno, un material resistente, transparente y extremadamente flexible.
Científicos surcoreanos acaban de construir la primera pantalla táctil de este material. Tiene 30 pulgadas y puede doblarse y enrollarse hasta ocupar un espacio mínimo. IBM, el gigante de la informática, presentó este invierno sus primeros chips de grafeno, 10 veces más veloces que los de silicio. Los fabricantes de baterías para móviles anuncian que mejorarán su gracias a este derivado del grafito, con el que también está hecha la radio más pequeña del mundo, diseñada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). ¿Estamos ante una nueva revolución que traerá ordenadores aún más rápidos y pantallas aún más pequeñas? ¿O hablar del valle del grafeno es tan solo fantasía?
Las pantallas del futuro serán flexibles, eso está claro. Los principales fabricantes se afanan en nuevas fórmulas, no solo de grafeno sino también de tecnología OLED, basada en una capa que emite luz y está formada por componentes orgánicos (polímeros). También se intenta hacer papel electrónico con óxidos de metal o variantes del silicio clásico, como silicio cristalino o sus combinaciones con el caucho, bastante más elástico.
El instituto de nanotecnología en el que han desarrollado la primera pantalla táctil de grafeno, en la Universidad Sungkyunkwan de Seúl, ha conseguido llamar la atención de las grandes compañías. El sector está inquieto. Pantallas que se doblan como un papel y que dentro de poco, según James Tour, de la Universidad de Rice (Houston) y uno de los químicos más prestigiosos de la última década, podrán enrollarse “hasta formar un pequeño lápiz que nos pondremos tras la oreja”. , líder mundial en diversas ramas de la industria electrónica, ya ha anunciado que en dos años comercializará un artilugio parecido.
Qué ocurrirá entonces con los , esos pequeños ordenadores que coparon el mercado allápor el año 2009, y que nos parecían el último grito? ¿Y qué será del iPad de Apple? En sus cuatro primeros meses de vida, se vendieron más de tres millones de esta tableta ultraportátil que hace las veces de ordenador y . Pero incluso el gran invento de 2010 dejaría de tener sentido si sale al mercado una pantalla que pesa menos y que, extendida, es más grande y nítida, mientras que, enrollada, ocupa mucho menos espacio.
Si nuestros abuelos levantan la cabeza en sus tumbas y pudieran contemplar como se envía por fax un documento, de manera instantánea, de un lugar a otro lejano…, y, sin embargo, todo eso nos parece de lo más y cotidiano. Según vamos avanzando, ¿qué maravillas podremos ver nosotros? La ciencia avanza de manera exponencial y se cumple la ley Moore, cada poco tiempo, lo que hoy es moderno, queda obsoleto y hay que reemplazarlo por algo nuevo menos costoso, con más prestaciones, más barato de fabricar…
Por ejemplo, las láminas de Grafeno, unque comparte muchas de las propiedades que emocionaron de los nanotubos de carbono hace poco más de una una década, el grafeno es más facil de manipular y fabricar, lo cual le da mayores probabilidades de ser utilizado en laboratorios y prácticas. Si unimos a eso que el grafeno es uno de los mejores conductores de calor y de electricidad; su resistencia es 200 veces más que la del acero; es muy duro y muy elástico; tan ligero como la fibra de carbono. Los científicos han fabricado transistores de grafeno y los utilizan para explorar raros fenómenos cuánticos a temperatura ambiente.
Haceun par de años, sólo un puñado de gente investigaba algo relacionado con el grafeno. En una reunión de la Sociedad Americana de Física, celebrada en marzo, se presentaron cerca de 100 papeles relacionados con el material. “Es como descubrir una isla” con varias especies para catalogar y ser estudiadas, manifestó Carlo Beenakker, de física teórica en la Universidad Leiden, en Holanda.
Un nanotubo es grafeno enrollado. El grafito, lo que hay en la punta de un lápiz, está formado por capas de carbón apiladas, una encima de otra, como una baraja. Pero por mucho tiempo no se tuvo la destreza para sacar solo una de las de esa baraja.
Hace unos 10 años, unos investigadores dirigidos por Rodney Ruoff, un de nanoingeniería de la Universidad Northwestern, frotaron pequeños pilares de grafito contra una plaqueta de silicio, lo que causó que se repartieran como una baraja. La técnica sugirió que podrían producir un grafeno de una sola capa, pero Ruoff no midió el grosor de la hojuela.
Luego, en 2004, un grupo de investigadores encabezado por el doctor Andre Geim, de física de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, desarrolló una mejor técnica: ponían una hojuela de grafito en un pedazo de cinta adhesiva, la doblaban y cortaban, con lo que dividian la hojuela en dos. Doblando y desdoblando repetidamente, el grafito se volvia cada vez más delgado; luego pegaron la cinta en una oblea de silicio y la frotaron. Algunas de las hojuelas de grafito se pegaron a la oblea y eran del grosor de un átomo.
Con este sencillo método de fabricar grafeno, se comenzaron a hacer todo tipo de experimentos. Por ejemplo: algunos lo emplearon para construir transistores y otros electrónicos.
Incluso se están haciendo estudios con estos materiales para ver la posibilidad de construir ascensores espaciales a la Luna, a la Estación Espacial Inrternacional, a bases de despegue de naves que saldrán a explorar el espacio interestelar…
Las hojas de grafeno no son planas, sino onduladas, y medir su grosor es toda una odisea. Los mejores microscopios del mundo pueden notar la presencia de un solo átomo, pero usarlos para medir el grosor de cada hojuela de grafeno es terriblemente lento. No obstante, Geim descubrió que una hoja así de delgada cambia el color de la capa de óxido de silicio en la superficie de una plaqueta, como el arcoiris que se genera cuando se vierte aceite sobre agua. Así con una simple ojeada a través de un sencillo microscopio, los investigadores pueden saber si una hojuela de grafeno tiene más de 10 capas de grosor (amarillo), entre 30 y 40 (azul), alrededor de 10 () o solo una (rosa pálido, casi invisible).
Pero aún enfrentan retos: el método de la cinta adhesiva no permite la producción en masa, al menos no de un modo costeable. Por ello, Walter de Heer, de física del instituto Tecnológico de Georgia, ha refinado una técnica para obtener grafeno del carburo de silicio. Al calentar una plaqueta de este material a 1300ºC, los átomos de silicio de la superficie se evaporan, mientras que los átomos de carbono restantes se reacomodan en grafeno. “Es como cocinar un pavo”, dice De Heer.
También, los científicos han demostrado un fenómeno conocido como el efencto cuántico Hall, donde la resistencia eléctrica perpendicular a la corriente y un campo magnético aplicado saltan entre ciertos valores discretos. El efecto cuántico Hall se ve comúnmente a temperaturas muy bajas en semiconductores, pero con el grafeno ocurre a temperatura ambiente.
Si hablamos de los nanotubos de carbono, hay que decir que tienen excepcionales propiedades mecánicas, térmicas, químicas ópticas y eléctricas, por lo que son un material prometedor para numerosas de alta tecnología. En la práctica, las primeras aplicaciones de los nanotubos de carbono han sido electrónicas debido a sus particulares propiedades eléctricas, ya que los nanotubos pueden ser metálicos o semiconductores. Los nanotubos permiten hacer más pequeños los dispositivos, conducen muy bien el calor y aumentan la vida útil de los dispositivos.
– Los nanotubos, por su carácter metálico o semiconductor, se utilizan en nanocircuitos:
- Interconectores. Los nanotubos conducen bien el calor y poseen una fuerte estructura para transportar corriente, aunque la conductividad disminuye al aumentar el número de defectos.
- Diodos. Al unir nanotubos metálicos y semiconductores, o con eléctricos, similares a las uniones P-N.
- Transistores. De efecto campo, de electrón único, interruptores.
– Se emplean también como emisores de campo, que es una manera de arrancar electrones de un sólido aplicando un campo eléctrico. Algunas son: pantallas planas, lámparas y tubos luminiscentes, tubos de rayos catódicos, fuentes de rayos X, microscopios electrónicos de barridos, etc.
– Otras aplicaciones son: nanotubos como filtros RF, y memorias fabricadas con nanotubos más rápidas, baratas, con mayor capacidad y menor consumo (nos dice Sergio Sánchez Force).
También se han utilizado los nanotubos de carbono para fabricar unas películas conductoras transparentes de distintos colores, mediante una técnica conocida como ultracentrifugación en gradiente de densidad que hace que láminas obtenidas se parezcan a un vidrio teñido. Estas películas pueden introducir mejoras en células solares y monitores de pantalla plana.
Actualmente, el óxido de estaño indio (ITO) es el material más utilizado para las conductoras transparentes. Pero debido a la escasez de indio y a su pobre flexibilidad mecánica, se ha buscado un conductor transparente alternativo, encontrándolo en los nanotubos de carbono. (http://www.euroresidentes.com/Blogs/noticias/nanotecnologia.htm)
Los nanotubos de carbono recientemente se utilizan también para fabricar electrónicos flexibles, como por ejemplo papel electrónico, a un coste asequible. Esto es debido a que ha surgido una forma de hacer transistores de alto rendimiento en un substrato de plástico.
Las buckyesferas, también conocidas como fullerenos, son moléculas con forma de balón de fútbol formadas por 60 átomos de carbono unidos. Y el está lleno de ellas. Así nos lo comunicaron nen su día los científicos de la NASA cuando lo descubrieron en las Nebulosas y en otras regiones del Espacio Interestelar.
No sólo en transistores, móviles o pantallas, este material estará presente por todas partes y, no digamos en el . Por cierto, está presente ya en todas las Nebulosas de la que forman una importante proporción. Lo que decimos siempre: ¡Hay que estudiar la Naturaleza!
Esta de los nanotubos como transistores es debido a su excelente potencial de conducción y su estabilidad química. (http://www.itespresso.es/transistores-de-nanotubos-de-carbono-la-nueva-era-de-la-electronica-49590.html)
Los nanotubos de carbono se emplean en chips de dispositivos electrónicos para disipar el calor, reduciendo la temperatura del microprocesador. Los nanotubos disipan el calor de los chips tan bien como el cobre (utilizado también para disipar calor) y son más resistentes, ligeros y conductores que otros materiales para disipar calor, siendo su muy competitivo. (http://www.laflecha.net/canales/ciencia/noticias/los-nanotubos-podrian-mejorar-la-conduccion-termica-en-la-electronica)
Se han desarrollado transistores de película delgada de nanotubos de para crear dispositivos flexibles y transparentes de alto rendimiento. Para ello, se emplean conjuntos alineados o de nanotubos para hacer transistores y circuitos integrados flexibles.
Estos conjuntos constan de miles de nanotubos que funcionan como semiconductor en forma de película delgada en el que las cargas se mueven a través de cada uno de los nanotubos. Un dispositivo típico tiene mil nanotubos y produce corrientes de salida mil veces mayores a los que tienen un solo nanotubo.
Los conjuntos de nanotubos se pueden transferir por ejemplo a plásticos para las pantallas flexibles, o se pueden agregar a un chip de silicio para mayores velocidades y mayor potencia. (http://www.ru-nuel.com/2011/02/transistores-de-nanotubos-de-carbono.html)
Recientemente se ha desarrollado una tecnología para almacenar energía solar con nanotubos de carbono, que se recargan cuando se exponen al sol. Este método supone menor coste que otras alternativas y mejora con respecto a la conversión eléctrica. (http://fsvelectronicainformatica.blogspot.com/2011/08/nanotubos-de-carbono-permiten-el.html)
Un nanotubo de carbono puede ser o semiconductor según la forma en que se enrolle la lámina de grafito, lo que lleva a emplear los nanotubos como componentes básicos de los transistores, ya que por su pequeño tamaño se podrían introducir muchos transistores en un microprocesador.
Se ha demostrado que la resistencia eléctrica de los nanotubos con vacantes crece exponencialmente con su longitud mientras que en un normal (un hilo de cobre, por ejemplo) la resistencia crece linealmente con la longitud. La presencia de tan sólo un 0,03% de vacantes sea capaz de incrementar la resistencia eléctrica de un nanotubo de 400 nanómetros de longitud en más de mil veces. Este hallazgo podría permitir modificar a voluntad la resistencia en un nanotubo mediante la inclusión controlada de defectos, de manera análoga a como se hace actualmente en los materiales semiconductores. (http://usulutan.foroactivo.com/t146-nanotubos-de-carbono-el-futuro-de-la-nano-electronica)
Hay cuestiones en el mundo de la física cuántica que, literalmente, nos dejan con la boca abierta por el asombro. Como ocurre también con partículas cuya rotación, al duplicarse, resulta igual a un par. Para manipular sus energías hay otra serie de reglas, ideadas por Einstein y el físico indio S. N. Bose. Las partículas que se a la estadística Bose-Einstein son bosones, como por ejemplo la partícula alfa.
A bajas temperaturas los bosones tienden a tener un comportamiento cuántico similar que puede llegar a ser idéntico a temperaturas cercanas al cero absoluto en un estado de la materia conocido como condensado de Bose-Einstein.
Las reglas de la mecánica cuántica tienen que ser aplicadas si queremos describir estadísticamente un de partículas que obedece a reglas de esta teoría en vez de los de la mecánica clásica. En estadística cuántica, los estados de energía se considera que están cuantizados. La estadística de Bose-Einstein se aplica si cualquier de partículas puede ocupar un estado cuántico dad. Dichas partículas (como dije antes) son bosones, que tienden a juntarse.
Los bosones tienen un momento angular nh/2π, donde n es 0 o un entero, y h es la constante de Planck. Para bosones idénticos, la función de ondas es siempre simétrica. Si sólo una partícula puede ocupar un estado cuántico, tenemos que la estadística Fermi-Dirac y las partículas (como también antes dije) son los fermionesque tienen momento angular (n + ½)h / 2π y cualquier función de ondas de fermiones idénticos es siempre antisimétrica. La relación entre el espín y la estadística de las partículas está demostrada por el teorema espín-estadística.
En fin, la Física, esa disciplina que nos lleva hacia el futuro.
Mar
6
¡La Física! ¿Hasta dónde nos llevará?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en Materiales increibles ~ Comments (0)
Grafeno el Material del futuro
Hace apenas ocho años que se pudo observar el Grafeno
Primero fueron las moléculas de carbono en forma de balón de futbol; luego llegó el carbono enrollado en forma de nanotubos de carbono, más tarde las mallas microscópicas y, mañana… ¿quién sabe, qué maravillas nos espera? Puede que en unos años el valle más famoso de la era de la informática tenga que cambiar de nombre. Al norte de California, entre montañas y autopistas, una extensa aglomeración de empresas de nuevas tecnologías es conocida como Silicon Valley, en inglés valle del silicio, elemento químico con el que se fabrican los microchips. Pero el futuro, dicen algunos expertos y muchas publicaciones científicas, está en los chips de grafeno, un material resistente, transparente y extremadamente flexible.
Científicos surcoreanos acaban de construir la primera pantalla táctil de este material. Tiene 30 pulgadas y puede doblarse y enrollarse hasta ocupar un espacio mínimo. IBM, el gigante de la informática, presentó este invierno sus primeros chips de grafeno, 10 veces más veloces que los de silicio. Los fabricantes de baterías para móviles anuncian que mejorarán su producto gracias a este derivado del grafito, con el que también está hecha la radio más pequeña del mundo, diseñada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). ¿Estamos ante una nueva revolución que traerá ordenadores aún más rápidos y pantallas aún más pequeñas? ¿O hablar del valle del grafeno es tan solo fantasía?
Las pantallas del futuro serán flexibles, eso está claro. Los principales fabricantes se afanan en buscar nuevas fórmulas, no solo de grafeno sino también de tecnología OLED, basada en una capa que emite luz y está formada por componentes orgánicos (polímeros). También se intenta hacer papel electrónico con óxidos de metal o variantes del silicio clásico, como silicio cristalino o sus combinaciones con el caucho, bastante más elástico.
El instituto de nanotecnología en el que han desarrollado la primera pantalla táctil de grafeno, en la Universidad Sungkyunkwan de Seúl, ha conseguido llamar la atención de las grandes compañías. El sector está inquieto. Pantallas que se doblan como un papel y que dentro de poco, según James Tour, de la Universidad de Rice (Houston) y uno de los químicos más prestigiosos de la última década, podrán enrollarse “hasta formar un pequeño lápiz que nos pondremos tras la oreja”. Samsung, líder mundial en diversas ramas de la industria electrónica, ya ha anunciado que en dos años comercializará un artilugio parecido.
Qué ocurrirá entonces con los netbooks, esos pequeños ordenadores que coparon el mercado allápor el año 2009, y que nos parecían el último grito? ¿Y qué será del iPad de Apple? En sus cuatro primeros meses de vida, se vendieron más de tres millones de esta tableta ultraportátil que hace las veces de ordenador y teléfono. Pero incluso el gran invento de 2010 dejaría de tener sentido si sale al mercado una pantalla que pesa menos y que, extendida, es más grande y nítida, mientras que, enrollada, ocupa mucho menos espacio.
Si nuestros abuelos levantan la cabeza en sus tumbas y pudieran contemplar como se envía por fax un documento, de manera instantánea, de un lugar a otro lejano…, y, sin embargo, todo eso nos parece de lo más normal y cotidiano. Según vamos avanzando, ¿qué maravillas podremos ver nosotros? La ciencia avanza de manera exponencial y se cumple la ley Moore, cada poco tiempo, lo que hoy es moderno, queda obsoleto y hay que reemplazarlo por algo nuevo menos costoso, con más prestaciones, más barato de fabricar…
Por ejemplo, las láminas de Grafeno, unque comparte muchas de las propiedades que emocionaron de los nanotubos de carbono hace poco más de una una década, el grafeno es más facil de manipular y fabricar, lo cual le da mayores probabilidades de ser utilizado en laboratorios y aplicaciones prácticas. Si unimos a eso que el grafeno es uno de los mejores conductores de calor y de electricidad; su resistencia es 200 veces más que la del acero; es muy duro y muy elástico; tan ligero como la fibra de carbono. Los científicos han fabricado transistores de grafeno y los utilizan para explorar raros fenómenos cuánticos a temperatura ambiente.
Haceun par de años, sólo un puñado de gente investigaba algo relacionado con el grafeno. En una reunión de la Sociedad Americana de Física, celebrada en marzo, se presentaron cerca de 100 papeles relacionados con el material. “Es como descubrir una isla” con varias especies para catalogar y ser estudiadas, manifestó Carlo Beenakker, profesor de física teórica en la Universidad Leiden, en Holanda.
Un nanotubo es grafeno enrollado. El grafito, lo que hay en la punta de un lápiz, está formado por capas de carbón apiladas, una encima de otra, como una baraja. Pero por mucho tiempo no se tuvo la destreza para sacar solo una de las cartas de esa baraja.
Hace unos 10 años, unos investigadores dirigidos por Rodney Ruoff, un profesor de nanoingeniería de la Universidad Northwestern, frotaron pequeños pilares de grafito contra una plaqueta de silicio, lo que causó que se repartieran como una baraja. La técnica sugirió que podrían producir un grafeno de una sola capa, pero Ruoff no midió el grosor de la hojuela.
Luego, en 2004, un grupo de investigadores encabezado por el doctor Andre Geim, profesor de física de la Universidad de Manchester, en Inglaterra, desarrolló una mejor técnica: ponían una hojuela de grafito en un pedazo de cinta adhesiva, la doblaban y cortaban, con lo que dividian la hojuela en dos. Doblando y desdoblando repetidamente, el grafito se volvia cada vez más delgado; luego pegaron la cinta en una oblea de silicio y la frotaron. Algunas de las hojuelas de grafito se pegaron a la oblea y eran del grosor de un átomo.
Con este sencillo método de fabricar grafeno, se comenzaron a hacer todo tipo de experimentos. Por ejemplo: algunos lo emplearon para construir transistores y otros aparatos electrónicos.
Las hojas de grafeno no son planas, sino onduladas, y medir su grosor es toda una odisea. Los mejores microscopios del mundo pueden notar la presencia de un solo átomo, pero usarlos para medir el grosor de cada hojuela de grafeno es terriblemente lento. No obstante, Geim descubrió que una hoja así de delgada cambia el color de la capa de óxido de silicio en la superficie de una plaqueta, como el arcoiris que se genera cuando se vierte aceite sobre agua. Así con una simple ojeada a través de un sencillo microscopio, los investigadores pueden saber si una hojuela de grafeno tiene más de 10 capas de grosor (amarillo), entre 30 y 40 (azul), alrededor de 10 (rosa) o solo una (rosa pálido, casi invisible).
Pero aún enfrentan retos: el método de la cinta adhesiva no permite la producción en masa, al menos no de un modo costeable. Por ello, Walter de Heer, profesor de física del instituto Tecnológico de Georgia, ha refinado una técnica para obtener grafeno del carburo de silicio. Al calentar una plaqueta de este material a 1300ºC, los átomos de silicio de la superficie se evaporan, mientras que los átomos de carbono restantes se reacomodan en grafeno. “Es como cocinar un pavo”, dice De Heer.
También, los científicos han demostrado un fenómeno conocido como el efencto cuántico Hall, donde la resistencia eléctrica perpendicular a la corriente y un campo magnético aplicado saltan entre ciertos valores discretos. El efecto cuántico Hall se ve comúnmente a temperaturas muy bajas en semiconductores, pero con el grafeno ocurre a temperatura ambiente.
Si hablamos de los nanotubos de carbono, hay que decir que tienen excepcionales propiedades mecánicas, térmicas, químicas ópticas y eléctricas, por lo que son un material prometedor para numerosas aplicaciones de alta tecnología. En la práctica, las primeras aplicaciones de los nanotubos de carbono han sido electrónicas debido a sus particulares propiedades eléctricas, ya que los nanotubos pueden ser metálicos o semiconductores. Los nanotubos permiten hacer más pequeños los dispositivos, conducen muy bien el calor y aumentan la vida útil de los dispositivos.
– Los nanotubos, por su carácter metálico o semiconductor, se utilizan en nanocircuitos:
- Interconectores. Los nanotubos conducen bien el calor y poseen una fuerte estructura para transportar corriente, aunque la conductividad disminuye al aumentar el número de defectos.
- Diodos. Al unir nanotubos metálicos y semiconductores, o con campos eléctricos, similares a las uniones P-N.
- Transistores. De efecto campo, de electrón único, interruptores.
– Se emplean también como emisores de campo, que es una manera de arrancar electrones de un sólido aplicando un campo eléctrico. Algunas aplicaciones son: pantallas planas, lámparas y tubos luminiscentes, tubos de rayos catódicos, fuentes de rayos X, microscopios electrónicos de barridos, etc.
– Otras aplicaciones son: nanotubos como filtros RF, y memorias fabricadas con nanotubos más rápidas, baratas, con mayor capacidad y menor consumo (nos dice Sergio Sánchez Force).
También se han utilizado los nanotubos de carbono para fabricar unas películas conductoras transparentes de distintos colores, mediante una técnica conocida como ultracentrifugación en gradiente de densidad que hace que láminas obtenidas se parezcan a un vidrio teñido. Estas películas pueden introducir mejoras en células solares y monitores de pantalla plana.
Actualmente, el óxido de estaño indio (ITO) es el material más utilizado para las aplicaciones conductoras transparentes. Pero debido a la escasez de indio y a su pobre flexibilidad mecánica, se ha buscado un conductor transparente alternativo, encontrándolo en los nanotubos de carbono. (http://www.euroresidentes.com/Blogs/noticias/nanotecnologia.htm)
Los nanotubos de carbono recientemente se utilizan también para fabricar productos electrónicos flexibles, como por ejemplo papel electrónico, a un coste asequible. Esto es debido a que ha surgido una forma de hacer transistores de alto rendimiento en un substrato de plástico.
No sólo en transistores, móviles o pantallas, este material estará presente por todas partes y, no digamos en el espacio. Por cierto, está presente ya en todas las Nebulosas de la que forman una importante proporción. Lo que decimos siempre: ¡Hay que estudiar la Naturaleza!
Esta aplicación de los nanotubos como transistores es debido a su excelente potencial de conducción y su estabilidad química. (http://www.itespresso.es/transistores-de-nanotubos-de-carbono-la-nueva-era-de-la-electronica-49590.html)
Los nanotubos de carbono se emplean en chips de dispositivos electrónicos para disipar el calor, reduciendo la temperatura del microprocesador. Los nanotubos disipan el calor de los chips tan bien como el cobre (utilizado también para disipar calor) y son más resistentes, ligeros y conductores que otros materiales para disipar calor, siendo su coste muy competitivo. (http://www.laflecha.net/canales/ciencia/noticias/los-nanotubos-podrian-mejorar-la-conduccion-termica-en-la-electronica)
Se han desarrollado transistores de película delgada de nanotubos de para crear dispositivos flexibles y transparentes de alto rendimiento. Para ello, se emplean conjuntos alineados o redes de nanotubos para hacer transistores y circuitos integrados flexibles.
Estos conjuntos constan de miles de nanotubos que funcionan como semiconductor en forma de película delgada en el que las cargas se mueven a través de cada uno de los nanotubos. Un dispositivo típico tiene mil nanotubos y produce corrientes de salida mil veces mayores a los que tienen un solo nanotubo.
Los conjuntos de nanotubos se pueden transferir por ejemplo a plásticos para las pantallas flexibles, o se pueden agregar a un chip de silicio para conseguir mayores velocidades y mayor potencia. (http://www.ru-nuel.com/2011/02/transistores-de-nanotubos-de-carbono.html)
Recientemente se ha desarrollado una tecnología para almacenar energía solar con nanotubos de carbono, que se recargan cuando se exponen al sol. Este método supone menor coste que otras alternativas y mejora con respecto a la conversión eléctrica. (http://fsvelectronicainformatica.blogspot.com/2011/08/nanotubos-de-carbono-permiten-el.html)
Un nanotubo de carbono puede ser conductor o semiconductor según la forma en que se enrolle la lámina de grafito, lo que lleva a emplear los nanotubos como componentes básicos de los transistores, ya que por su pequeño tamaño se podrían introducir muchos transistores en un microprocesador.
Se ha demostrado que la resistencia eléctrica de los nanotubos con vacantes crece exponencialmente con su longitud mientras que en un conductor normal (un hilo de cobre, por ejemplo) la resistencia crece linealmente con la longitud. La presencia de tan sólo un 0,03% de vacantes sea capaz de incrementar la resistencia eléctrica de un nanotubo de 400 nanómetros de longitud en más de mil veces. Este hallazgo podría permitir modificar a voluntad la resistencia en un nanotubo mediante la inclusión controlada de defectos, de manera análoga a como se hace actualmente en los materiales semiconductores. (http://usulutan.foroactivo.com/t146-nanotubos-de-carbono-el-futuro-de-la-nano-electronica)
Hay cuestiones en el mundo de la física cuántica que, literalmente, nos dejan con la boca abierta por el asombro. Como ocurre también con partículas cuya rotación, al duplicarse, resulta igual a un número par. Para manipular sus energías hay otra serie de reglas, ideadas por Einstein y el físico indio S. N. Bose. Las partículas que se adaptan a la estadística Bose-Einstein son bosones, como por ejemplo la partícula alfa.
A bajas temperaturas los bosones tienden a tener un comportamiento cuántico similar que puede llegar a ser idéntico a temperaturas cercanas al cero absoluto en un estado de la materia conocido como condensado de Bose-Einstein.
Las reglas de la mecánica cuántica tienen que ser aplicadas si queremos describir estadísticamente un sistema de partículas que obedece a reglas de esta teoría en vez de los de la mecánica clásica. En estadística cuántica, los estados de energía se considera que están cuantizados. La estadística de Bose-Einstein se aplica si cualquier número de partículas puede ocupar un estado cuántico dad. Dichas partículas (como dije antes) son bosones, que tienden a juntarse.
Los bosones tienen un momento angular nh/2π, donde n es 0 o un entero, y h es la constante de Planck. Para bosones idénticos, la función de ondas es siempre simétrica. Si sólo una partícula puede ocupar un estado cuántico, tenemos que aplicar la estadística Fermi-Dirac y las partículas (como también antes dije) son los fermionesque tienen momento angular (n + ½)h / 2π y cualquier función de ondas de fermiones idénticos es siempre antisimétrica. La relación entre el espín y la estadística de las partículas está demostrada por el teorema espín-estadística.
En fin, la Física, esa disciplina que nos lleva hacia el futuro.