sábado, 23 de noviembre del 2024 Fecha
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Otro rumor del saber

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber    ~    Comentarios Comments (2)

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La Escuela Jónica Fundada por Tales de Mileto en el siglo VI a.C. TALES DE MILETO (625-546)

-Astrónomo, matemático, físico e ingeniero.

-Predijo el primer eclipse de sol.

-El Agua es el origen de todo. Sustancia primigenia de la cual proceden todas las cosas.

-Uno de los 7 sabios de Grecia.

-Introdujo la geometría  en Grecia.

-Calculó la altura de las pirámides egipcias.

Pero hoy, nos toca hablar de…

 

 

PITÁGORAS DE SAMOS Y LA ESCUELA PITAGÓRICA

                                                      

                   ESCUELA PITAGÓRICA 580-500 a.C.

 

 

-Filósofo y matemático griego.

-Dice que todo proviene de los NÚMEROS.

-Instruido por los filósofos Jonios.

-En Crotona fundó su Instituto.

-Inventó la tabla de multiplicar.

-Inventó el teorema de Pitágoras.

-Desarrolló teorías sobre el movimiento de la Tierra y de su rotación.

 

 

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Crotona hoy

Pitágoras de Samos.569 a.C. (Samos).475 a. C. (Tarento).

Pitágoras era hijo de un comerciante griego, por lo que viajó mucho de niño, acompañando a su padre.No se conocen muchos detalles de su infancia, pero es seguro que recibió buena educación. En Mileto, Tales y Anaximandro lo introdujeron en el mundo de las Matemáticas y le recomendaron ir a Egipto para profundizar en su estudio, lo que hizo en el 535 a.c. Estudió en el templo de Dióspolis.

Allí fue hecho prisionero hacia el 525 a.c. y llevado a Babilonia, de donde regresaría a Samos hacia el 520 a.c.Al regreso, fundó una escuela que llamó El Semicírculo.Al cabo de dos años se trasladó a Crotona, en el sur de Italia, donde fundó una escuela filosófica y religiosa que tuvo muchos seguidores.

            Teorema de Pitágoras

Las enseñanzas principales decían que la realidad era matemática y que el estudio puede llevar a la purificación espiritual y la unión con la divino.

Creían que todo lo que existe son números y todas las relaciones podían reducirse a relaciones numéricas.Además, atribuían a cada número una propia personalidad (masculina o femenina, perfecta o incompleta, bella o fea).

Por ejemplo, el 10 era el número perfecto, pues contenía en sí mismo los cuatro primeros enteros (1+2+3+4=10).

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Griegos primitivos en la Península Ibérica

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber    ~    Comentarios Comments (5)

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      Marsella hoy es una bonita ciudad costera del Sur de Francia

Los colonizadores griegos llegaron a la Península Ibérica y se instalaron en una nueva colonia costera en el golfo de Rosas poco después de fundar su anterior asentamiento en Mesalia (Marsella). El nuevo asentamiento de los griegos en la Península Ibérica tomó el nombre de Emporión (“emporio”), lo cual dio al lugar un significado específico como centro de comercio e intercambio.

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Se cree que los primeros colonizadores llegaron a Emporion (Ampurias o Empuréis) a comienzos del s. VI a. C. (entre 600 y 570 a. C.). A Pesar de la connotación efímera del nombre, Emporion fue una colonia duradera que floreció en el período helenístico, como ciudad griega. El general romano Cneo Cornelio Escipión desembarcaría con dos legiones en Emporion para empezar la conquista de la Península Ibérica en 218 a. C.

Además de la historia interna –y externa- de la ciudad griega de Emporion (que sería objeto de otro debate), el asunto de los griegos en la Península Ibérica surge cuando se habla de varios aspectos de la Hispania prerromana: el mito de Tartessos; la competencia entre los fenicios y los griegos; la aportación griega a los cimientos de la cultura y el arte ibéricos; la conquista final por parte de los cartagineses; y así sucesivamente.

Como es natural, toda la interpretación del papel que desempeñaron los griegos en la Península Ibérica depende de su propia historia en Grecia y sus colonias en el Mediterráneo occidental.

 

 

 

 

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La llegada de los colonizadores fenicios y griegos marcó el devenir histórico de la Península Ibérica a lo largo del primer milenio antes de Cristo. Ambas culturas llegaron atraídas por las riquezas de nuestros territorios, pero su presencia en la Iberia protohistórica también estuvo marcada por su percepción de que estas eran tierras de leyenda, donde lo sobrenatural y lo fantástico formaban parte de lo cotidiano.

“Platón ha descrito la capital de la Atlántida y su comarca con arreglo a Tartessosy al mismo tiempo ha proporcionado una imagen poética de la rica y próspera Tartessos, situada en la desembocadura del Guadalquivir». Quien así se expresaba, hace ya más de 60 años, era el célebre erudito e hispanista alemán Adolf Schulten.El especialista germano pasó buena parte de su vida obsesionado con Tartessos y su posible localización –esperando que la suerte le sonriera como a Schleemanncon Troya–, e incluso llegó a excavar en el Coto de Doñana, descubriendo unas ruinas romanas que identificó, hasta su muerte, con sillares reutilizados procedentes de la escurridiza capital del reino del sudoeste peninsular. Pero sigamos.

 

 

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Los coceos (afines a la comunidad griega de Mesalia) eran conocidos como navegantes excelentes que asombraban a los otros marineros con su capacidad para navegar en formidables barcos de guerra (pentecóntoras): “Fueron ellos quienes descubrieron el mar Adriático, y Tirrenia, e Iberia, y Tartessos, no navegando en barco de carga, sino en naves de cincuenta remos” (Herodoto 1, 163). Mesalia ya era una colonia focea en c. 600 a.C. (“ciento veinte años antes de la batalla de Salamina”, según Timeo), cerca del estuario del río Ródano. Los coceos también estaban bien asentados en la isla de Córcega, donde fundaron la colonia de Alalia en 560 a. C.

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¡El origen de la Escritura! ¡El saber!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber    ~    Comentarios Comments (4)

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                La india continúa siendo el candidato con más posibilidades para albergar el honor del nacimiento de la escritura.  Tradicionalmente se consideraba que la civilización más antigua de la región era la que tenía su enclave en el valle del Indo, cuyas capitales, Harappa y Mohenjo-Daro se remontan a unos 3.000 años a. de C.,y. los indicios y pruebas allí encontrados desplazan a Mesopotamia con la cuna de la escritura.

                  No soy ningún experto en este tema, sin embargo, si dependiera de mí, dejaría la respuesta en el aire y no descartaría tan rápidamente a Mesopotamia.

                  Por otra parte, ¿Qué se sabe de China?

                  El alfabeto más antiguo hasta ahora encontrado fue descubierto en una excavación realizada en Ras Shamra (Cabeza de hinojo), cerca de Alejandreta, extremo nororiental del Mediterráneo, entre Siria y Asia Menor.  Allí, donde la colina que domina un pequeño puerto, se encontraba un asentamiento que en la antigüedad recibía el nombre de Ugarit.

                  Tanto en Mesopotamia como en Egipto el saber leer y escribir era algo muy apreciado, Shulgi, un rey sumerio de 2.100 a.C., se jactaba de que:

     “De joven estudié e arte de la escriba en  la Casa de las Tablillas, con las tablillas de Sumer y Acad; nadie de noble cuna puede escribir una tablilla como yo puedo.”

                  Los escribas eran formados en Ur desde por lo menos el segundo del tercer milenio a. de C.  El rey Shulgi fundó dos escuelas, acaso las primeras del mundo, en Nippur y Ur.

                  Después de todo esto,  algunos miles de años más tarde, llegó la idea de ciencia (scientia significaba originalmente conocimientos).  Por lo general, se cree que este ámbito de la actividad humana, sin duda muy provechoso, nació en Jonia, que entonces abarcaba la franja occidental de Asia Menor (la moderna Turquía) y las islas ubicadas frente a ella.  Según Edwin Schrödinger, hay tres razones principales por las que la ciencia haya comenzado allí:

                  En primer lugar, la región no pertenecía a ningún estado poderoso, que normalmente se mostraban hostiles hacia el pensamiento libre.

                   En segundo lugar, Jonia era un pueblo de marineros, ubicado entre Oriente y Occidente, y con sólidos vínculos comerciales.

                  El intercambio mercantil ha sido siempre el principal motor para intercambiar ideas entre pueblos diferentes, y que surgían de la necesidad de resolver problemas prácticos.

                 Aquí mismo, en nuestra región, tenemos una muestra de ello, nos visitaron griegos, fenicios y otros pueblos que, un solo comerciaron con nosotros, sino que nos trajeron técnicas artesanales, de navegación, y un fin de ideas sobre otros aspectos de la vida en sociedad.

                  En tercer lugar, la región no estaba “infestada de sacerdotes”; no había, como en Babilonia o Egipto, una casta sacerdotal hereditaria y privilegiada con un interés personal en el mantenimiento del statu quo.

                  Al comparar los orígenes de la ciencia en la antigua Grecia y la antigua China, Geoffrey Lloyd y Nathan Sivin sostienen que los filósofos  y científicos griegos gozaron de menos patrocinio que sus contemporáneos chinos, a quienes el emperador empleaba.  Sin embargo, esto hizo que los científicos chinos fueran parcos en sus opiniones que se aferraban a lo ya conocido y eran menos dados, que sus colegas griegos a adoptar nuevos conceptos:

                  Tenían mucho más que perder, y rara vez discutían como hacían estos.  En lugar de ello, los pensadores chinos invariablemente incorporaban las nuevas ideas en teorías existentes, con lo que producían una “cascada” de significados; de esta manera las naciones nuevas tenían que enfrentarse abiertamente con las ya existentes.

                  En Grecia, lo que había en realidad era una “competición de sabiduría”, bastante similar a los que celebraban en el deporte mismo que por aquel entonces se consideraba como una forma de sabiduría del dominio del cuerpo.

                  Los jonios comprendieron que el mundo era algo que podía ser comprendido, si uno se tomaba la molestia de observarlo de forma adecuada.  No era un patio de recreo donde los dioses manejaban arbitrariamente el destino de los humanos según su estado de ánimo del momento, animados por las pasiones de amor, de ira o por un deseo de venganza, más humano que divino.  Este descubrimiento dejó asombrados a los jonios: se trataba, como subrayó Schrödinger, de algo “completamente nuevo” que dejaba inservibles creencias ancestrales.

                  Los babilonios y los egipcios sabían mucho sobre las órbitas de los cuerpos celestes, consideradas secretos religiosos.

                  Encontramos al primer científico verdadero, Tales de Mileto, sabio de una ciudad de la costa jónica, en el siglo VI a. de C. Tales, aunque no fue el primero, especuló sobre el origen del Universo y la naturaleza, sin embargo sí fue el primero que expresó sus ideas en términos lógicos, dejando a un lado la mitología, y, además, fue el primero en descubrir la verdadera importancia del agua para la existencia de la vida.

                  En Egipto aprendió matemáticas y astronomía babilónica para poder predecir un eclipse total de Sol en el año 585 a.de C., eclipse que ocurrió a su debido momento el día correspondiente a nuestro 29 de mayo (dos siglos más tarde, Aristóteles consideraría que este acontecimiento marcaba el inicio de la filosofía griega), sin embargo, Tales es recordado más a menudo por una pregunta que formuló: ¿de qué esta hecho el mundo?  Él, equivocado, se respondió a sí mismo, diciendo que el mundo estaba hecho de agua, y, aunque no acertó, si cambió el concepto de que el mundo estaba hecho por los dioses.  Este cambio marcó un hito en la historia del pensamiento, aunque entonces, afectara a un número muy reducido de personas.

                  El sucesor inmediato de Tales, otro jónico llamado Anaximandro, abundo en exponer nuevas ideas que, aunque no todas acertadas, si hicieron pensar a los cultos de su tiempo, aunque sólo fuera para rebatirlas.  Anaximandro lanzó la idea de que la realidad última del Universo no podía ser una sustancia tangible (una idea que no estaba tan lejos de la verdad, como se descubriría mucho más tarde).

                  Todas las ideas profundas que surgieron por aquella época, eran sometidas a un debate cuyo final era el avance de los conocimientos de toda la humanidad.

                  Empédocles, con sus elementos; Demócrito, con su átomo; Pitágoras, con su teorema; Euclides, y su geometría axiomática; Heráclito, que intuyó que la órbita de los planetas eran todas “errantes”; Leucipo, que como Demócrito creyó que el mundo estaba compuesto por infinidad de diminutos átomos que se movían de forma aleatoria en un “vacío infinito”;  Anaxágoras de Clazomene, creyó en los argumentos de los atomistas y en la existencia de una partícula fundamental; Homero, que en su Iliada y Odisea nos habló de plagas y ofreció con cuidadosa descripción el tratamiento de las heridas, evidenciando del saber especializado en este campo; Hipócrate de Cos, meticuloso observador que separó la medicina de la filosofía.  Fue famoso por su juramento cuya principal característica estaba en la de colocar al paciente siempre en primer lugar, lo más importante.

                  El nacimiento de la reflexión jónica, lo que algunos estudiosos llaman el positivismo jónico o la ilustración jónica, ocurrió de forma dual: la ciencia y  la filosofía.  Tales, Anaximandro y Anaxímenes, fueron los primeros filósofos y también los primeros científicos.

emilio silvera

El Valle del Indo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber    ~    Comentarios Comments (0)

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La misteriosa escritura del Valle del Indo que todavía no ha sido descifrada


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El término escritura del Indo —también llamado idioma protoíndico— se refiere a breves secuencias agrupadas de símbolos vinculadas con la cultura del valle del Indo.

 

Sellos con caracteres en la escritura del Indo, actualmente en poder del Museo Británico.

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“Según se estima, dicha civilización de rasgos netamente urbanos floreció buena parte del III milenio (2600 a 2500 a. C.) y se extinguió aproximadamente a mediados del II milenio (1800 a 1500 a. C.). No obstante, debido a nuevas excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo en la región, los límites temporales forzosamente estarán bajo debate considerando el nuevo material de interés que pueda surgir. Los yacimientos proto-históricos más importantes emparentados con la supuesta escritura son, Harappa y Mohenjo-daro. Por ahora, el conjunto de signos y símbolos que poseían los habitantes de esos centros, no suele aparecer inciso sobre paredes, lápidas de tumbas, estatuillas, tablillas de arcilla, papiro o códigos como en otros tipos conocidos de sistemas de escritura, sino que viene grabado principalmente en lajas —piedras lisas— de forma cuadrada y rectangular, llamados por los peritos «sellos» (seals en inglés). También se ha encontrado sobre otros materiales imperecederos, como por ejemplo en vasijas o fragmentos de vasijas de cerámica, tablillas de cobre, utensilios variados de bronce y sobre varas de marfil y de hueso. Las piedras lisas que llevan inscripciones se destacan por su estilo particular de incisión y su apariencia exquisita.”

Ha habido más de 100 intentos por descifrar la escritura del Indo desde los años 20 del siglo pasado, y lo más discutido son cuántos signos tiene. No tan conocida por el gran público pero tan importante como la antigua Mesopotamia o el antiguo Egipto, la civilización de Valle del Indo es una de las más antiguas y más interesantes de la Antigüedad.

 


 


Ocupaba una extensión de unos 1.300.000 kilómetros cuadros a lo largo del río del que toma nombre y sus afluentes en el noroeste de Pakistán e India. Se calcula que tendría unos 1.000 asentamientos urbanos de los que al menos 5 de ellos serían grandes ciudades como Mohenjo-Daro y Harappa, que florecieron en su época de mayor esplendor, es decir, entre el 2600 y 1900 AC.

Estas ciudades de la civilización del Valle del Indo tenían un plano complejo de calles, sistemas de alcantarillado cubiertos y los baños públicos más antiguos del mundo.

Las relaciones comerciales con otras civilizaciones próximas como la mesopotámica han sido puestas de relieve por los arqueólogos. Una tienda de Harappa se encontró en la ciudad de Eshunna, a unas 20 millas de Bagdag, y objetos de lujo de la propia Harappa han sido hallados en excavaciones en ciudades como Ur (del antiguo imperio sumerio).

 

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Pero esta civilización del Valle del Indo nos ha dejado una herencia que es todavía una incógnita: su escritura no ha podido ser descifrada como la que aparece en los jeroglíficos cretenses o la escritura Rongorongo de la Isla de Pascua.

La encontramos en tablillas de barro, objetos de metal y piedras lisas utilizadas como sellos. Se trata de una escritura en parte pictográfica que muestra motivos humanos y animales, pero su significado y organización es todo un misterio.

No tenemos a día de hoy información sobre la lengua subyacente de esta escritura. Algunos investigadores hindús creen que la escritura se podría leer como una forma ancestral del sánscrito, pues el Hindi, uno de los idiomas oficiales de la India, se basa en él.

Sin embargo, la escritura del Indo podría estar relacionada con otras familias de idiomas de la India, lo mismo que la familia del dravidiano meridional, que incluye también el tamil.

La escritura no hace referencia a ningún personaje o líder que aparezca en otros textos históricos de otra civilización como ocurre con el faraón Ramsés II, que lo encontramos en textos griegos que hablan de los antiguos egipcios.

Además, a día de hoy, no se cuenta con un epígrafe como la piedra de Rosetta, que fue clave pare descifrar los jeroglíficos egipcios, para la escritura del Indo.

 

 

 

En 1982 el arqueólogo indio Shikaripura Ranganatha Rao publicó un estudio en el que afirma que la escritura está basada en el sánscrito y contiene solo 62 signos. No obstante, en 1994, el investigador finlandés Asko Parpola describió 425 signos; fue secundado por Iravatham Mahadevan, el más destacado investigador de esta escritura.

Andrew Robinson, de Nature, apunta que la mayoría de los investigadores creen que hay demasiados signos en la escritura del Indo para que sea un alfabeto o un silabario, en el que los signos representan sílabas. Por el contrario, lo más probable es que sea una escritura logo silábica, que mezcla cientos de símbolos por palabras y conceptos, y un menor número de signos que representan sílabas.

La evidencia se inclina por que esta escritura está escrita en un idioma proto-dravidiano. Algunos investigadores han sido capaces de descifrar el significado de algunos grupos de signos usando el viejo tamil.

Se espera que la excavación de más enclaves arqueológicos en el valle del río Indo, no llega al 10 por ciento los lugares excavados, revele a la comunidad científica el misterio de esta escritura.

La sequía y la bajada del caudal del río de la India Shamala revela una arqueología secreta y desconocida.

 

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Intentos de desciframiento

“A lo largo de los años se ha intentado numerosas veces (el profesor Gregory Possehl habla de más de 60 intentos, mientras el autor hindú Iravatham Mahadevan menciona más de 100 intentos) descifrar la escritura en cuestión, pero ninguna de las propuestas ha sido recibida con júbilo por la comunidad científica. Las reprensiones ásperas, ligeras o el mero silencio han sido constantes entre los autores respecto a lo propuesto y enunciado.”

Por primera vez en la historia, una combinación de la sequía y el consumo excesivo de agua han empujado al río en la India, el río Shamala en Karnataka a sus límites, revelando bajo sus secretos que han conmocionado a la comunidad arqueológica. El retroceso DEL río ha revelado la presencia de miles de Shivas Lingas que fueron tallados en tiempos remotos a largo del lecho del río.
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El lugar denominado “Sahasralinga” (Shiva mil lingas en sánscrito) se ha convertido en un lugar de peregrinación muy importante y miles de personas visitan Sahasralinga ofrecer sus oraciones al Señor Shiva. Shiva Shiva Lingas lingas o Lingam es una representación del dios hindú Shiva, se emitió en los templos para el culto.
Situado cerca de Sirsi, en el estado de Karnataka, Sashasralinga es uno de los lugares más bellos de todo el país, lo que representa el poder divino, y energía positiva. Las innumerables lingas shiva descubiertos debido al proyecto son la prueba de que hay una serie de lugares en nuestro planeta que todavía mantienen en secreto de nuestros antepasados, de los secretos que están poco a poco saliendo al mundo, así que espero que puedan conservarlos adecuadamente y pagar respecto a su tradición y valor histórico.
Estas son algunas de las imágenes de las esculturas increíbles en el río Shamala.
Disfrute de las imágenes!
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Todo resulta muy misterioso.
El paso inexorable del Tiempo barra muchas de las huellas que nos hablarían de lo que pasó.
Es Probable que el Valle del Indo sea la Civilización más antigua conocida, superando a la Egipcia y Sumeria.
fuente original/ancient-code.com

 

 

El misterioso Tartessos

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Rumores del Saber, Rumores del saber del mundo    ~    Comentarios Comments (0)

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Bronce tartésico conocido como «Bronce Carriazo», que representa a la diosa fenicia Astarté como diosa de las marismas y los esteros

ABC -HISTORIA

Bronce tartésico conocido como «Bronce Carriazo», que representa a la diosa fenicia Astarté como diosa de las marismas y los esteros (Huelva está rodeada de marismas y esteros).

El misterio de los Tartessos: La rica civilización ibérica desapareció de forma abrupta y desconocida. El Consejo  Internacional de Coordinación del Programa Mab de la Unesco ha aprobado la ampliación de la Reserva de la Biosfera “Marismas del Odiel” en Huelva, que pasa de 7.158 Has. a 18.875 Has.

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Paisajes especataculares de marismas

Autores como Heródoto resaltaron en su obra la felicidad y la longevidad de los habitantes de esta especie de El Dorado, que se ubicaba más allá de las Columnas de Hércules. Su historia se mueve entre la leyenda y las evidencias arqueológicas, como Javier Ramos y Javier Martínez-Pinna tratan de explicar en su libro «El enigma Tartessos»

 

 

El arqueólogo y filólogo alemán Adolf Schulten no se conformó con pasar a la historia como el descubridor de las ruinas de Numancia, también quiso hallar el rastro de la antigua y misteriosa Tartessos. En un tiempo donde mitos e historia se entremezclaban, el alemán persiguió a esta civilización más allá de las Columnas de Hércules ( estrecho de Gibraltar) y excavó con toda su alma por Doñana y su entorno, pero su búsqueda resultó infructuosa. Su obsesión ha sido retomada cada pocos años por la arqueología española, fascinada por los tesoros aúreos que se le atribuye a esta civilización, de la que el periodista Javier Ramos y el historiador Javier Martínez-Pinna acaban de publicar el estudio «El enigma Tartessos: La primera civilización de la Península Ibérica» (Actas).

El libro aborda las características de esta civilización, lo que se sabe de ellos, sus rastros arqueológicos, sus peculiar tránsito al más allá y sus deidades, al mismo tiempo que hace las veces de guía de viajes por la geografía española, de Huelva a Gibraltar, de Portugal a Extremadura… Muchos son los misterios aún abiertos sobre Tartessos, como también es mucho lo que se sabe a base de juntar piezas sueltas en un enorme puzle que se remonta a hace miles de años. Así lo intentan Ramos y Martínez-Pinna en su obra.

 

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¿Cómo surgió esta civilización?

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Para contestar a esta pregunta debemos recurrir sin falta a las fuentes, tanto arqueológicas como documentales. El problema es que estas son relativamente escasas y muy contradictorias, lo que ha dado lugar a interpretar Tartessos desde un punto de vista legendario e incluso esotérico. Afortunadamente, los estudios arqueológicos han evolucionado y en la actualidad podemos definir esta civilización como el resultado de un proceso de aculturización que los pueblos colonizadores procedentes del Mediterráneo Oriental (sobre todo los fenicios) y otros de procedencia atlántica llevaron a cabo sobre las poblaciones del valle del Guadalquivir y la zona de Huelva a partir del Bronce Final.

Defendéis que la arqueología no ha sido capaz de desvelar muchos de los misterios, ¿qué nos falta por saber que sea insalvable para conocerlos de verdad?

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Todo lo que envuelve a esta civilización parece estar relacionado con el misterio, empezando por la naturaleza de esto que conocemos con el vago nombre de Tartessos, ya que seguimos sin saber si esta fue una región más o menos extensa situada en el sur peninsular o también una gran ciudad ubicada más allá de las Columnas de Hércules, tal y como aparece reflejado en los textos de autores grecolatinos. Tampoco sabemos a ciencia cierta los motivos por los que esta civilización terminó desapareciendo de una forma, digamos, tan abrupta, aunque en «El enigma Tartessos» proponemos al lector las hipótesis con mayor fuerza por parte de los historiadores actuales. Además de esto, sigue siendo un gran misterio la posible relación de Tartessos con la Tarsis bíblica y, sobre todo, el hallazgo de esta ciudad perdida que ha sido buscada durante más de cien años.

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Se han hallado indicios de la presencia de los asentamientos tartésicos en Doñana

«Tampoco sabemos a ciencia cierta los motivos por los que esta civilización terminó desapareciendo de una forma, digamos, tan abrupta, aunque en «El enigma Tartessos»

 

 

¿Se ha podido demostrar que existieran realmente?

Si hacemos caso a las fuentes, sin lugar a dudas. Debemos de tener en cuenta que son muchas las ocasiones en las que los autores de la talla de Heródoto, Estrabón o Plinio el Viejo insisten en la existencia de una gran ciudad que sería una especie de capital de una civilización poderosa con reyes legendarios como Argantonio. En cuanto a Tarsis, es mencionada en diversas ocasiones en el Antiguo Testamento, pero en una y otra ocasión nos falta la prueba material.

¿Qué hay de cierto en la imagen de una especie de Edad de Oro protagonizada por los Tartesos como un pueblo avanzado a su tiempo?

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Probablemente la imagen que tenemos de Tartessos como una especie de Edad de Oro se deba al hecho de que cuando los primeros autores empezaron a hablar sobre este pueblo, el recuerdo que se tenía sobre Tartessos ya era muy fragmentario. Esto tuvo que contribuir a la aparición de todo tipo de fabulaciones que hablaban sobre una civilización y un reino floreciente, repleto de riquezas que se desarrolló en el sur de la península. Autores como Heródoto resaltaron en su obra la felicidad y la longevidad de los habitantes de esta especie de El Dorado, cuyo recuerdo había quedado difuminado como consecuencia del inexorable paso del tiempo. Además, debemos de tener en cuenta que cuando estas fuentes antiguas empezaron a ser estudiadas fue el momento en el que se produjeron, a nivel internacional, alguno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de toda la historia, como los protagonizados por Schliemann con la ciudad de Troya, y esto animó a los investigadores a emular los logros de estos grandes arqueólogos, descubriendo la ciudad perdida de Tartessos relacionada con la Tarsis bíblica e incluso con la Atlántida de Platón.

Fotografía de Javier Ramos

 

 

          Fotografía de Javier Ramos

 

 

Una de las cosas más características de esta civilizac

ión, era su paso al más allá. ¿En qué consistían sus rituales funerarios?

En lo que se refiere al mundo tartésico, su creencia en el mundo del más allá está constatada desde el Bronce Final, en el tránsito entre el II y el I milenio antes de Cristo. De esta época son las famosas estelas de guerrero y los depósitos de armas en entornos acuáticos. Esta práctica la podemos identificar con la costumbre de abandonar los restos del difunto en el agua, acompañados por un ajuar de objetos de bronce, sobre todo de armas, que acompañarían al espíritu del fallecido hasta la otra vida. A partir del siglo VIII a.C. el panorama cambia de forma radical como consecuencia de la intensificación de las relaciones con los puebles de oriente. Es ahora cuando se generalizanlas grandes necrópolis asociadas a poblados estables, con todo tipo de enterramientos, tanto de inhumación como de incineración, y en algunas ocasiones empezamos a detectar grandes tumbas principescas cubiertas por túmulos que nos informan sobre la consolidación de grupos privilegiados gracias al comercio con los fenicios.

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Por el análisis de los restos materiales, sabemos que los tartesios practicaban complejos rituales tras la muerte de una persona en los que participaban todos los miembros de la comunidad. Para que el alma del difunto pudiese completar su viaje hacia el más allá debía asegurarse el favor de los dioses, por lo que se le ofrecían todo tipo de ofrendas, especialmente libaciones, al igual que se sacrificaban animales y se desarrollaron banquetes funerarios para congraciarse con los antepasados.

¿Por qué guardaban sus fabulosos tesoros?

Por dos motivos. En primer lugar, porque alguno de estos tesoros forma parte del ajuar funerario de los grupos más privilegiados desde el punto de vista económico y que se hicieron enterrar con parte de sus riquezas para poder disfrutarlas en la otra vida. El otro de tipo de tesoros que hemos encontrado aparece como consecuencia del ocultamiento de objetos de culto asociados a los santuarios tartésicos y fenicios justo en el momento en el que se produce el colapso de esta civilización, posiblemente debido a la graves crisis económica producida por la caída de Tiro (Líbano) y la paralización de las relaciones comerciales entre ambas orillas del Mediterráneo.

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Su principal fuente de riqueza, una riqueza abundante que sin duda atrajo el interés de los pueblos de Oriente (sobre todo fenicios y griegos) en entablar relaciones comerciales y asentamientos urbanos

 

 

¿Por qué se les conoce más por el supuesto oro y plata que guardaban que por su cultura?

Porque era su principal fuente de riqueza, una riqueza abundante que sin duda atrajo el interés de los pueblos de Oriente (sobre todo fenicios y griegos) en entablar relaciones comerciales y asentamientos urbanos en el sureste peninsular. Las minas de la zona de Tartessos eran fecundas en la explotación de estaño, metal necesario para confeccionar las armas de bronce y que escaseaba en el Mediterráneo. Luego, a la vista está, con espléndidos tesoros como los del Carambolo o Aliseda, cómo trabajaban el oro y la plata para realizar ajuares de enorme belleza.

¿Qué relación existió entre los Tartessos y la Tarsis bíblica?

Resultado de imagen de los Tartessos y la Tarsis bíblica?

        Se cuentan historias de todo tipo pero… ¡La verdad permanece escopndida?

La relación entre Tartessos y Tarsis es uno de los grandes enigmas a los que nos referimos en el libro. Las fuentes veterotestamentarias nos informan sobre la existencia de Tartessos, pero en esta ocasión relacionándola con esta desconocida ciudad bíblica, con la que los reyes de la monarquía unificada de Israel establecieron importantes relaciones comerciales que les valieron, en el caso de Salomón, para construir el mítico templo de Jerusalén. El problema es que no todos los investigadores están de acuerdo en identificar Tartessos con Tarsis, ya que muchos piensan que estaría situada en Oriente, aunque, en los últimos años el estudio del registro arqueológico y las referencias bíblicas parece que está inclinando la balanza a favor de su ubicación aquí en la península Ibérica. En este sentido, las investigaciones arqueológicas han logrado identificar en el centro histórico de la ciudad de Huelva material de principios del primer milenio antes de Cristo que, casi sin lugar a dudas, parece corroborar la existencia de las relaciones comerciales de la que hablan las fuentes entre el mundo oriental y el sur peninsular.

Javier Martínez-Pinna

 

 

            Javier Martínez-Pinna

 

 

¿Por qué se ha querido ver en ella un recuerdo lejano de la mítica Atlántida?

Porque según los relatos antiguos, ambos fueron dos lugares geográficos caracterizados por una cultura muy desarrollada, muy avanzada para su tiempo. Una cultura madre del Bronce Final con conocimientos superiores de los que bebieron otros pueblos posteriores en el tiempo. Varios autores encuentran semejanzas entre ellas, como el hecho de situarse más allá de las Columnas de Hércules. También porque Platón, quien nos habló en el Timeo y en el Critias de la Atlántida, menciona una tal ciudad de nombre ‘Gadeiros’, que guarda muchas similitudes con la Gadir fenicia (Cádiz).

¿Qué quedó de la tradición de los tartesios en las civilizaciones ibéricas actuales?

Los turdetanos fueron, según el historiador Estrabón, «los más cultos de los iberos». Una tribu ibera asentada en el sur de la península Ibérica que recogió el legado de Tartessos en esta zona geográfica. Según las fuentes, los turdetanos desarrollaron leyes y textos históricos que heredaron de los tartesios. Nos hablan de los reyes míticos Gárgoris y Habis, así como del mítico Argantonio, el monarca que según dicen gobernó Tartessos 80 años y vivió 120 años.

Si los lectores quisieran conocer esta civilización a través de la arqueología y de lugares actuales, ¿qué les aconsejarías?

Pues el lector viajero puede realizar un estupendo viaje alrededor de Tartessos y su zona de influencia. Para empezar, en Extremadura, se recomienda la visita del santuario de Cancho Roano y cuando se abra al público, el Turuñuelo (Guareña), ambos en la provincia de Badajoz. Luego debe viajar al sur, a Huelva, el epicentro de Tartessos. En la capital está el Cerro de San Pedro, y por la provincia resultan de obligada visita Tejada la Vieja, Riotinto o Doñana. En Sevilla, su Museo Arqueológico o las zonas de Montemolín, Lora del Río… Y en Cádiz, los restos de la Gadir fenicia, el oppidum de Olvera o los yacimientos de Pocito Chico y Asta Regia. Sin olvidarnos de Gibraltar, el entorno del Guadalquivir y enclaves iberos de Jaén como Cástulo o Giribaile. Para más información, incluimos en el libro una completa guía de viajes por todos estos y muchos más lugares del suroeste peninsular que de alguna u otra forma están relacionados con la fascinante cultura tartésica.