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La cosa es destacar… ¡Como sea!

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No, la NASA no va a anunciar el hallazgo de vida extraterrestre

AGENCIAS | REDACCIÓN

La agencia estadounidense desmiente un vídeo viral en el que Anonymous asegura que la NASA está a punto de anunciar el hallazgo de vida alienígena.

 

  • La estrella Epsion Eridani. NASA

La NASA se ha visto obligada a negar que tenga pendiente anuncio alguno sobre un supuesto hallazgo de vida extraterrestre, en respuesta a un vídeo viral del grupo activista Anonymous sobre un gran descubrimiento al respecto.

El administrador asociado de la Dirección de Misión Científica de la agencia espacial, Thomas Zurbuchen, ha twitteado: “Contrariamente a algunos informes, no hay ningún anuncio pendiente de la NASA sobre la vida extraterrestre”.

El vídeo de Anonymous, que se ha visto más de dos millones de veces en pocos días y ha sido dado por cierto por muchos medios de comunicación, afirma en su descripción: “El último mensaje anónimo en 2017 acaba de llegar con un gran anuncio sobre Vida Inteligente Extraterrestre. ¡La NASA dice que los alienígenas están llegando!”.

Fuente: Noticias NASA

¿Quién nos observa? Lo cierto es que no podríamos negarlo

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Si contáramos una sinapsis cada segundo, tardaríamos 32 millones de años en hacer el recuento. Si consideramos el número posible de circuitos neuronales, tenemos que habérnosla con cifras hiperastronómicas: 10 seguido de al menos un millón de ceros (En comparación con el número de partículas del universo conocido asciende a “tan sólo” 1079 es decir, es el número conocido como NEdd (Número de Eddintong) que es:

15.747.724.136.275.002.577.605.653.961.181.555.468.044.717914.527.116.709.366.231.425.o76185.631.031.296 protones y el mismo número de electrones, fue calculado por Arthur Eddintong allá por la década de 1920. Pues bien, esa descomunal cifra, se queda muy corta si la comparamos con las conexiones de nuestro cerebro. De ahí viene lo que decimos de que, “nuestros cerebros son las máquinas más complejas del Universo”. Y, desde luego, el comentario no está lejos de ser cierto.

 

 

 

 

Ahora sabemos que el universo tiene que tener miles de millones de años para que haya transcurrido el tiempo necesario par que las moléculas  de la vida pudieran ser fabricadas en las estrellas y la gravitación nos dice que la edad del universo esta directamente ligada con otras propiedades como la densidad, temperatura, y el brillo del cielo.

 

Arriba, en el título del trabajo, os preguntaba: ¿Quién nos observa? Y, seguidamente os decía que ” No podríamos negar que esté sucediendo”. Lo cierto es que, si hacemos buena la lógica y las estadísticas aplicadas al Universo en el que existen cientos de miles de millones de estrellas como el Sol y, planetas como la Tierra un sin fin que, como el nuestro, estarán situados en la zona habitable— ¿Cómo negar la existencia de otras formas de vida, incluso, inteligentes?

 

 

En galaxias lejanas de cientos de miles de millones de estrellas y en otras de menor volumen pero no por ello menos interesantes, existen extraños mundos que, aunque diferentes al nuestro, también viven y se nutren de la radiación y la luz estelar que les llega. Unos tienen soles azules y otros blancos, también los hay amarillos como el nuestro y muchos de ellos son rojos. Cada una de esas estrellas, configuran el color de sus respectivos mundos y los hace de color mortecino, de un azulado brillante o incluso, en ocasiones, de un color que influye en la atmósfera del planeta hasta hacerlo parecer de sangre. También los hay, como el nuestro, son luminosos y están alumbrados por estrellas blanco-azuladas que le dan un tono de exquisita presencia.

No todos los planetas que alberguen alguna clase de vida, ni en nuestra Galaxia ni en otras lejanas, tienen que ser como la Tierra. Existen planetas en los que se nos encogería el corazón por su aspectos terrorífico y de inhabitable naturaleza, mientras que otros, nos parecerían una fantasía sacada de esos cuentos de hadas que de niños podíamos leer, tal es su belleza natural. En la Tierra tenemos muchas imágenes de lugares que hacen honor a ese pensamiento.

De la misma manera que existen estrellas de muchos tipos diferentes, así ocurre con los mundos que podemos encontrar repartidos por el universo orbitando estrellas que los configuran de mil diferentes maneras. Si nos fijamos en nuestro planeta que ha hecho posible nuestra presencia aquí, en el que junto a miles de otras especies hemos evolucionado, veremos que se han dado unas condiciones específicas para que todo eso sea posible.

Hemos podido llegar a un estado de evolución “aceptable” y alcanzado un nivel tecnológico que va más allá de lo que, hace sólo 200 años nos pudiéramos haber imaginado. Desde comienzo de la década de 1960, los programas de TV han emitido desde la Tierra hacia el espacio  a un nivel de medio millón de watios. En la actualidad, la energía total emitida por las emisoras de televisión de todo el mundo es muy superior a los mil millones de watios. Durante los últimos quince años, esa cobertura expansiva de las emisoras de televisión, emitiendo desde la Tierra a la velocidad de la luz, ha podido llegar hasta centenares de estrellas y de mundos.

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El observatorio de radio/radar de Arecibo en Puerto Rico. El disco hemisférico reflector está coronado por los brazos de alimentación sostenidos por tres grandes obeliscos, dos de los cuales aparecen deformados en la foto de la izquierda, tomada por Bill Ray con una lente de ojo de pez al nivel de los paneles que forman el disco. (Cedidas por el Centro Nacional de Astronomía y de la Ionosfera, Universidad de Cornell.)

Enormes radares situados por todo el mundo lanzando ondas han podido ser la evidencia inequívoca de que aquí, en la Tierra, existen seres inteligentes que tratan de captar señales venidas del espacio exterior, de vigilar los posibles peligros que nos puedan llegar de mñás allá de los confines del Sistema solar, o, de captar esas señales que denoten la presencia de otros seres inteligentes que, situados en otros mundos lejanos, nos quieren decir alguna cosa o transmitir algún mensaje. Nosotros ya lo hemos intentado y continuamos haciéndolo.

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                  ¿Cómo serán ellos? Lo cierto es que cualquier cosa que podamos imaginar podría ser cierta

civilizacion avanzada

                     Cualquier mundo que podamos imaginar… también podría existir lejos del nuestro

Lo cierto es que hemos llegado a comprender que la vida en la Tierra, toda sin excepción está basada en el Carbono y, como también sabemos que las leyes del Universo son las mismas en todas partes, es lógico pensar que lo que pasó aquí habrá podido pasar allí, en cualquier planeta lejano situado en nuestra Galaxia o en cualquiera de la multitud de galaxias que conforman nuestro universo en el que cientos de miles de millones de mundos, no pueden estar vacíos y carentes de vida.

Todas esas señales y las que emitimos con nuestro quehacer diario, hacen que nuestro planeta brille hasta parecer un ascua encendida en la oscuridad . Las frecuencias de televisión y las bandas de FM de las emisoras de radio nos delatan ante posibles inteligencias en otros mundos. Radioastrónomos situados en otros sistemas solares notarán, al enfocar sus antenas en nuestra dirección, una emisión de energía y advertirán que, en esta estrella amararilla, existe una sociedad científicamente avanzada.

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El gráfico de AbstruseGoose  (después del salto) nos muestra lo que las civilizaciones extraterrestres estarían viendo en este momento si pudieran monitorear trasmisiones de televisión de la Tierra, de esas trasmisiones del pasado que ingresaron al espacio y se propagan a la velocidad constante de c (la velocidad de la luz en el vacío).

Claro que nuestras señales televisivas le dicen a los extraterrestres mucho más que todo eso. A partir de sutiles cambios en las frecuencia de las señales provocados por la rotación de la Tierra, podrían deducir la distancia que hay entre la Tierra y el Sol, la probable temperatura de la superficie de nuestro planeta y, a partir de aquí, que clase de vida puede haber en la Tierra. ¡Sabrían de nosotros mucho más que nosotros sabemos de ellos! Bueno, en realidad, de ellos no sabemos nada.

Si los astrónomos extraterrestres de otros sistemas solares han estado haciendo un seguimiento de nuestros progresos, tienen ya prueba de que esta vida ha atravesado ya un importante umbral tecnológico, el umbral de las comunicaciones de radio. Los científicos extraterrestres pueden deducir a partir de su propia experiencia que esa conquista puede verse pronto continuada por un dominio de los viajes por el espacio que es la siguiente escala perseguida. Primero de un planeta a otro cercano. En nuestro caso, digamos a Marte, y, a continuación, y no mucho después. Comenzarán los viajes que nos llevarán a los confines del Sistema Solar en busca de otras fronteras. Sin que nos demos cuenta, ya hemos enviado el mensaje de nuestra presencia que es el precursor de nuestra entrada en la Comunidad Galáctica.

Si realmente existen esos seres que imaginamos en otros mundos y, si como es lógico pensar, al igual que nosotros han podido evolucionar hasta alcanzar aceptables niveles del saber sobre la Naturaleza y los secretos del Universo, también habrán podido alcanzar una avanzada tecnología que, más o menos como la nuestra, les posibilite para enviar señales y hacer viajes espaciales que (no me extrañaría nada) estuvieran ya camino hacia nosotros.

Millones de mundos que, como el nuestro, brillaran en la noche delatando la presencia de Sociedades avanzadas que, situadas en grandes ciudades dejan transcurrir sus vidas mientras, también como nosotros, no dejan de investigar y de hacerse preguntas que, tampoco ellos, saben contestar. El saber del mundo, de los mundos, está repartido por todo el Universo que es, en definitiva, el que tiene todas esas respuestas que buscamos.

Muchas veces me hago esta pregunta: ¿De qué estrella vendrá esa primera señal de inteligencia que esperamos? Las civilizaciones que la envíe ¿a qué distancia estará, cómo será su mundo, cuánto tiempo ha tardado en llegar a nosotros, y, cuando la podamos descifrar, y contestemos, cuánto tardarán en tener la respuesta? Incluso es posible -seguramente lo normal-, que esas señales hayan sido enviadas ya por ambas partes y que, ni ellos ni nosotros, debido a las distancias que nos separan, la hemos podido recibir. ¡Qué frustración, pensar que eso es así y no poder hacer nada por remediarlo!

Ya hablamos el otro día de las estrellas cercanas, las que estaban situadas dentro de un radio de unos doce años-luz y de las posibilidades que podían existir de que, en alguna de ellas (de sus planetas), pudiera existir alguna clase de vida. La presencia de vida inteligente en el inmenso universo,  debe ser una cosa cotidiana, nada excepcional. Sin embargo, tal como están dispuestas las cosas, lo que no parece tan cotidiano es, el hecho de que, entre civilizaciones inteligentes nos podamos encontrar, las inconmensurables distancias que nos pueden separar son… ¡casi inaccesibles! y, el tiempo necesario para recorrerlas, vería pasar ante él a muchas generaciones de individuos antes de que, entre ellos, pudiera darse ese contacto tantas veces imaginado.

Es poco probable que los que, ilusionados, lanzaron la señal hacia otros mundos. El mensaje que les hermanaría gracias a la inteligencia, pudiera ver realizados sus sueños de recibir una respuesta. El Proyecto OZMA y SETI son un buen ejemplo de ello. Y, por otra parte, no todas las estrellas están en disposición de poder dar a sus planetas lo que estos necesitan para albergar la vida. Pensemos que una estrella si es muy joven, digamos de unos cientos de millones de años, radiará en el ultravioleta con tal virulencia que, encontrar vida en sus inmediaciones sería imposible. Si por el contraria es una estrella vieja que, al final de su vida está a punto de explotar como supernova… tampoco parece que su entorno sea el adecuado.

Las estrellas y los mundos que puedan ser idóneas para que la vida esté presente, tendrán que tener esas condiciones mínimos exigidas para que, el agua esté presente, para que una atmósfera aceptablemente importante configure el planeta, que éste tenga una serie de parámetros de magnetismo, tectónica, oceános  y otros que lo haga un planeta vivo, que la luz de la estrella lo caliente sin achicharrarlo… Si todo eso y algunas cosas más están presentes… La vida también lo estará.

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Pero lo cierto es que, aunque la lógica nos dice que están ahí… ¡Seguimos sin recibir señales de que la vida está ahí fuera! El principal problema de que así sea, está en las distancias que nos separan y, simplemente tenemos que pensar que cualquier estrella orbitada por planetas está a muchos años-luz de nosotros y, las que puedan tener alguna posible forma de vida inteligente, no sabemos uán lejos podrán estar situadas y, para llegar a nosotros, esas señales, necesitan recorrer el espacio que nos separa a la máxima velocidad que el universo permite, es decir, la velocidad de la luz de 299.792,458 km/s. Un viaje algo lento para que llegue a nosotros en un tiempo prudencial.

Seguramente, para cuando ese contacto se pueda producir, las civilizaciones que se encuentren, tendrán otros medios más avanzados que el de los viajes clásicos de las naves viajeras tal como las conocemos y, serán otras naves y otros caminos los que serán recorridos para viajar entre las estrellas. El Hiperespacio y los agujeros de gusano son dos buenas opciones pero… ¡habrá tántas!

emilio silvera

¿Vida sólo en la Tierra? ¡Qué disparate!

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La vida que surgió de un protoplasma vivo, de la química de los elementos que la conforman, de los lugares que tenían aquellos parámetros que la permitieron, de células que supieron adaptarse y evolucionar hacia una más completa complejidad que, pasó de procariota a eucariota mediante la adhesión de orgánulos y mitocondrias que le dieron un algo valor adaptativo. Ha surgido en el Universo de manera expontánea y, el Azar, bajo ciertas circunstancias muy especiales que estaban presentes en lugares privilegiados del Universo, dio lugar al surgir de la vida tal como la conocemos y, posiblemente, de muchas más formas desconocidas para nosotros. Y, todo eso amigos, es Entropía Negativa. Ahora, Las características de un ser vivo son siempre una recombinación de la información genética heredada que, con el paso del tiempo, sufre alguna mutación que, por lo general, la mejora.

CONSECUENCIA LOGICA: Las variaciones dentro de una misma especie son el resultado de una gran cantidad de información genética presente ya en sus antepasados y, como consecuencia de la lógica evolución, de la aparición espontánea de nueva información genética…

 

 

“La idea de que la vida en el Universo sólo existe en la Tierra es básicamente precopernicana. La experiencia nos ha enseñado de forma repetida que este tipo de pensamiento es probablemente erróneo. ¿Por qué nuestro pequeñísimo asentamiento debe ser único? Al igual que ningún país ha sido el centro de la Tierra, tampoco la Tierra es el centro del Universo.”

 

Así se expresaba Fred Hoyle.

Los icebergs, esas enormes montañas de hielo desgajado que flotan en el mar y que se hicieron famosas por causar el hundimiento del Titanic, ya no son patrimonio exclusivo de la Tierra. Gracias a la nave espacial Galileo, desde 1997 sabemos que también existen en Europa, uno de los cuatro satélites principales de Júpiter, que con sus 3.138 Km de diámetro tiene un tamaño muy similar al de la Luna. Si exceptuamos Marte, puede que no exista ningún otro lugar próximo a la Tierra sobre el que la ciencia tenga depositadas tantas esperanzas de que pueda haber formas de vida, con el aliciente de que en esta luna joviana ha ocurrido un proceso opuesto al del planeta rojo merced a su exploración.

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¿Quien puede negar la presencia de agua en este lugar en el remoto pasado, o…, puede que no tan lejos. El paisaje marciano nos habla de correntías violentas que surcaron la tierra  oradándola y dejando a la vista esos inmensos cañones naturales.

Mientras que los ingenios espaciales enviados por el hombre revelaron que la naturaleza marciana es mucho más hostil para la vida de lo que insinuaban los telescopios de Schiaparelli, Lowell y Pickering, las sondas Voyager y Galileo han encontrado en Europa el mejor candidato del Sistema solar para albergar la vida extraterrestre (sin olvidar Encelado).

Para los exobiólogos, esos científicos que estudian la existencia de la vida en otros lugares del Universo, Europa ha sido la gran revelación del siglo XX, y Titán, una luna de Saturno que es la segunda más grande del Sistema Solar, constituye una gran incógnita que, poco a poco, se va desvelando gracias a la misión Cassini-Huygens, uno de los más ambiciosos proyectos de la NASA.

Visión artística de Encélado

Visión artística del cielo de Encélado, por David Seal (NASA). Encelado tiene mucha actividad volcánica y también, es poseedor de mucha agua en su interior. Es una de las lunas de Saturno que deben ser estudiadas.

Esos dos satélites de Júpiter y Saturno conforman, junto a Marte (y Encelado), los principales puntos de atención en la búsqueda de la vida extraterrestre, aunque eso no significa que vayamos a encontrarla allí, según todos los datos que se van acumulando, el índice de probabilidades de que ciertamente exista alguna clase de vida en el planeta y las lunas mencionadas, es muy alto. Es decir, si al margen del caso privilegiado de la Tierra existen tres nombres propios en el Sistema Solar donde no está descartada su existencia, esos son, Marte, Europa y Titán.

Sobre Marte, el planeta más parecido a la Tierra, a pesar de sus notables diferencias, nuestros conocimientos actuales son extensos y muy valiosos, pero nos falta desvelar lo fundamental. Y es que, a pesar de los grandes avances conseguidos durante las exploraciones espaciales, los astrónomos actuales siguen obligados a contestar con un “no lo sé” cuando alguien le pregunta sobre la existencia de vida en aquel planeta.

En lo concerniente a Europa, pocas fotografías entre las centenares de miles logradas desde que se inició la era espacial han dejado tan atónitos a los científicos como las transmitidas en 1997 por la nave Galileo. Desde 1979 se sospechaba, gracias a las imágenes de la Voyager 2, que la superficie del satélite joviano estaba formada por una sorprendente costra de hielo. Su predecesora, la Voyager 1, llegó al sistema de Júpiter en marzo de ese año, pero no se aproximó lo necesario a Europa y sólo envió fotografías de apariencia lisa como una bola de billar surcada por una extraordinaria red de líneas oscuras de naturaleza desconocida. En julio de 1979, poco después, la Voyager 2 obtuvo imágenes más detalladas, que desconcertaron a los científicos porque sugerían que la helada superficie podía ocultar un océano líquido, un paisaje inédito hasta el momento en el Sistema Solar.

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Pero lo más asombroso estaba por ver, y transcurrieron dieciocho años hasta que una nueva misión espacial les mostró a los científicos que Europa es una luna tan extraordinaria que incluso parece albergar escenarios naturales como los descritos por Arthur C. Clarke en su novela 2010, Odisea dos. En enero de 1997, la NASA presentó una serie de imágenes en las que la helada superficie de Europa aparecía fragmentada en numerosos puntos. La increíble red de líneas oscuras que había mostrado una década antes la nave Voyager apareció en estas imágenes con notable detalle, que permitió ver surcos, cordilleras y, sobre todo, hielos aparentemente flotantes, algo así como la réplica joviana a los icebergs terrestres.

Interior de Europa pq

Lo más importante de la exploración sobre Europa, a pesar de su enorme interés científico, no fueron sus fotografías, sino los indicios inequívocos de su océano líquido bajo la superficie que, además, tiene todas las características de ser salado. La NASA ha tenido que reconocer que todos los estudios realizados en Europa dan a entender la posibilidad y muestran una notable actividad geológica y fuentes intensas de calor. Las posibilidades de vida en la superficie parecen prácticamente nulas, puesto que se halla a una distancia media del Sol de unos ochocientos millones de kilómetros y su temperatura es inferior a los 150 grados bajo cero. Sin embargo, si bajo la helada corteza existe un océano de agua líquida como creen la mayor parte de los investigadores y expertos, nos encontramos ante la mayor oportunidad para la vida en el Sistema Solar después de la Tierra.

Los sensores de las naves exploradoras han detectado un campo magnético en Europa que cambia de forma constante de dirección, hecho que sólo puede explicarse si este mundo en miniatura posee elementos conductores muy grandes. Como quiera que el hielo, presente en la corteza, no sea un buen conductor, la NASA ha sugerido que esas fluctuaciones del campo magnético de Europa estarían asociadas a la existencia de un océano de agua salada bajo la superficie.

Quizá no debamos dejarnos llevar por la imaginación pero, incluso muchos de los científicos de la NASA, tras haber visto los Icebergs fotografiados por la Galileo, recordaron emocionados el pasaje de 2010, Odisea dos, en el que el profesor Chang lanza a la Tierra un estremecedor grito desde los lejanos abismos del Sistema Solar: “¡Hay vida en Europa!” Repito: “¡Hay vida en Europa!”.

Del extraordinario viaje emprendido para dar un merecido homenaje a Cassini y Huygens y financiado de manera conjunta por la NASA y la ESA, todos tenemos un conocimiento aceptable a través de las noticias y de nuestras lecturas científicas. En el año 2004 la nave nodriza Cassini, lanzada en 1997, inició la exploración de Saturno y su corte de satélites y, la información recibida hasta el momento es de tan alto valor científico que nunca podremos agradecer bastante aquel esfuerzo.

                                                    Tenemos motivos -también- para estar orgullosos

No cabe dudas de que la NASA tenía su principal interés puesto en la nave Cassini y Saturno, pero Titán ha tenido una atención especial que los americanos compartieron con la Agencia Europea ESA, la nave principal o nodriza Cassini se desprendió del módulo Huygens de la ESA, cuya misión será caer sobre Titán, pero antes tenía que estudiar su atmósfera, su superficie y otros elementos científicos de interés que nos dijeran como era aquel “mundo”.

Titán es, de hecho, la luna más enigmática que se conocía. Junto a Io y Tritón en Neptuno forma el trío de únicos satélites del Sistema Solar que mantiene atmósfera apreciable; pero Titán es radicalmente diferente, puesto que mientras en aquellos dos la densidad atmosférica es muy baja, en la luna mayor de Saturno supero, incluso a la de la Tierra. Esto es algo insólito que dejó pasmado a los científicos del Jet Propulsión Laboratory de la NASA cuando obtuvieron los primeros datos a través de la Voyager. La presión atmosférica es 1,5 veces la de la Tierra, un hecho sorprendente para su tamaño, puesto que en otros lugares más grandes como el mismo Marte, la Gravedad ha sido insuficiente para retener una atmósfera apreciable.

No estaría nada mal construir un Hotel en Titán y, por la venta, ver todas las mañanas la magnificencia de Saturno y todo el entorno que con el camino por el espacio interestelar.

Titán tiene 5 150 Km de diámetro, es la segunda luna mas grande conocida y supera en tamaño a Mercurio, pero en comparación con nuestro planeta es un mundo en miniatura, por lo que resulta excepcional algunas de las características en el halladas. Orbita Saturno en 15,945 días a una distancia de 1 221 830 Km. Es conocido desde 1655, cuando Huygens lo descubrió.

                                                                             La sonda Huygens

De ahí que la NASA, pusiera su nombre a la sonda que acompañó a la Cassini para investigar Titán. Aunque está compuesto por rocas y hielos a partes iguales, aproximadamente. De sus océanos de metano, ¿qué podemos decir? Sabemos que es el único satélite del Sistema Solar que tiene una atmósfera sustancial, de una gran densidad y que su composición es muy parecida a la de la Tierra, ya que el elemento fundamental, como aquí, es el nitrógeno. El papel secundario -aunque primordial- que en la Tierra desempeña el oxígeno, le corresponde en Titán al metano y también se han hallado trazas de hidrógeno. Se tienen muchas esperanzas de que, ésta luna de características tan especiales, sino ahora, algún día más lejano en el futuro podría contener formas de vida y, más adelante, incluso ser un hábitat para nosotros.

La Huygens nos ha enviado imágenes más que suficientes para poder estudiar el enorme conglomerado de datos que en ellas aparecen y, tantos las fotografías como otros datos de tipo técnico tomados por los censores de la Huygens y enviados a la Tierra, tendrán que ser estudiados durante mucho tiempo hasta estar seguros de muchos de los enigmas que con ellos podamos desvelar.

La verdadera incógnita de Titán está en su superficie que aún, no se ha estudiado debidamente y, aparte de esos océanos de metano, ¿podrían existir también océanos de agua? Científicamente nada lo impide.

¡Ya veremos!

emilio silvera

La Soledad del Sistema Solar

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Es una lástima que nuestro Sistema Solar esté alejado de otros sistemas similares por años luz que, nuestras técnicas actuales, no pueden alcanzar, y, seguramente, algunos de los planetas que están a menos de 20 años luz de distancia de nosotros, podría ser habitable.

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Es cierto que en algunas de las lunas de Júpiter y de Saturno podría haber alguna clase de vida, y, probablemente en Marte también. Sin embargo, no son lugares ideales para que podamos instalarnos tan ricamente como en la Tierra.

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Lo cierto es que, las probabilidades de la existencia de planetas habitables, sólo en nuestra Galaxia, la Vía Láctea, pueden pasar de los 40.000 millones (sí, has oído bien). Con esa inmensa cantidad de planetass iguales o parecidos a la Tierra… ¿Qué problema nos queda por solventar?

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El problema que nos queda por solucionar es peliagudo: ¿Cómo vencer a la velocidad de la luz, no siendo más rápido que ella -algo imposible en nuestro Universo- sino que, tendremos que buscar la manera de burlarla? Precisamente por eso se habla de Agujeros de Gusano y otros ingenios que, abriendo huecos en el propio espacio-tiempo, nos lleve hasta galaxias lejanas en menos tiempo del que necesitaríamos en viajes convencionales.

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Los precursores de la Ciencia Ficción, no pocas veces, nos abrieron e indicaron el camino a seguir para conseguir “imposibles” que sólo en la imaginación podían existir, y, sin embargo, muchos de ellos se hicieron realidad a medida que el Tiempo avanzaba y nuestras Mentes evolucionaban. Motores de curvatura y fuentes de energías ahora impensables, nos sacarán del callejón sin salida en el que nos encontramos.

Ahora pensar en viajar con pasajeros a Marte o a cualquiera de la lunas de Júpiter o Saturno… ¡Es sólo un sueño! Nuestros modelos de navegación espacial son inadecuados para asegurar la vida de los pasajeros, y, se necesitarían muchos adelantos de los que ahora carecemos para llevar a cabo misiones de ese calibre.

La radiación del espacio y la carencia de trajes seguros y navez que impidan la entrada de partículas nosivas en su interior, la gravedad artificial que simule la terrestre, los sistemas de generar alimentos, espacios suficientes para instalar clínicas, bibliotecas y colegios… En viajes Espaciales de ciertaq importancia, muchas cosas serían necesarias, no sólo para salvar la vida, sino también, para realizar un viaje largo disponiendo de todo aquello que podamos necesitar.

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El día del mañana, hará posible lo que hoy no lo es, y, esas realidades futuras nos llevarán lejos, muy lejos entre las estrellas de donde venimos y a las que tenemos que volver. Ya sabéis, somos polvo de estrellas, sin ellas, no estaríamos aquí.

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Si esta fuese la Vía Láctea, nosotros (el Sistema Solar), estaría situado en la periferia, en la parte interior del Brazo de Orión, a 27.000 años-luz del núcleo galáctico, y, sabiendo que la galaxia tiene 100.000 años luz de diámetro, podemos decir que estamos bastante alejados del Agujero Nefgro Gigante que mora allí en el centro mismo de la Galaxia. La suerte nos hizo venir a caer en una región relativamente tranquila dentro de la Vía Láctea, en otros lugares, las explosiones Supernovas, los Agujeros Negros, las explosiones Gamma y otros sucesos de inmensas energías nos darían muchos problemas.

                               Mover la barra espaciadora para contemplar la belleza de este mundoi

Claro que, la fascinación de otros mundos no deja de gritar a nuestras mentes… ¡Estamos aquí, os esperamos! Desde hace mucho tiempo soñamos que, visitaremos otros planetas yn haremos amistad con sus habitantes de los que, si las cosas salen bien, aprenderemos mucho y, por nuestra parete, también tendremos mucho que dar. El día que tal acontecimiento se produzca, será la noticia más importante jamás publicada, todos los medios hablarán de ello durante meses y, no digamos, si se puede presentar en TV a un personaje de otro mundo.

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Por lo general, todos tenemos unas imágenes más o menos preconsevidas de seres de otros mundos y, cada cual, en su propia mente, escenifica a esos posibles “vecinos lejanos” con los que, alguna vez, nos podríamos encontrar, y, no siempre, se les atribuyen buenas intencionesd. Lo cierto es que, como pasa aquí mismo. Ahí fuera, habrá de todo.

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Estos seres por ejemplo, son de otro planeta en el que impera distinta gravedad que en la Tierra, y, de ahí su conformación. Aquel planeta tendrá otras condiciones que hacen de los seres que lo habitan personajes muy diferentes a nosotros pero, en el fondo de todo… ¡Ellos y nosotros están/estamos hechos de lo mismo! Es decir, son vidas basadas en el Carbono.

Todos los seres de la Tierra, no importa a qué especie pueda pertenecer, tienen en el Carbono su base de vida, y, como el Universo es igual en todas sus regiones en las que imperan las mismas leyes fundamentales y las mismas constantes universales… ¡Todo lo demás que de todo eso pueda surgir, será lo mismo que aquí!

¿Vida en otros mundos? Sería un milagro que no las hubiera.

emilio silvera

Vida en Encelado

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Una sonda de la NASA confirma que puede haber vida en Encélado

La misión ‘Cassini’ encuentra compuestos químicos esenciales para sustentar microbios en la luna de Saturno

Reporje de prensa
Imagen de Encélado tomada por la sonda ‘Cassini’. Vídeo: ingredientes para la vida en Encélado, la luna de Saturno (producción de la NASA en inglés)
Sobrevuelo de Cassini muestra purgas de Encélado

En octubre de 2015 la sonda Cassini de la NASA hizo una maniobra para la que no había sido diseñada. La nave cambió su rumbo y se dirigió al polo sur de Encélado, la luna helada de Saturno. Desde hace unos años, este cuerpo que supera por poco los 500 kilómetros de diámetro y cuyo núcleo rocoso está sepultado bajo un sarcófago de hielo de unos 40 kilómetros de espesor es uno de los principales favoritos a albergar vida más allá de la Tierra.

El objetivo de Cassini era analizar la composición de las nubes de gas que emanan como géiseres en el polo sur de esta luna. Los responsables de la misión de la agencia espacial de EE UU programaron un vuelo a apenas 49 kilómetros de la superficie, el más cercano realizado nunca. La nave atravesó las nubes de Encélado a 19.000 kilómetros por hora y su pasada duró apenas fracciones de segundo. La esperanza era capturar algunas de las partículas de agua y otros compuestos que emanan de los géiseres a unos 400 metros por segundo.

 

Lo más plausible es que los gases se hayan originado por actividad hidrotermal

 

Los resultados del análisis, publicados hoy en la revista Science por el equipo científico de la misión, apuntan a que Encélado puede albergar formas de vida simples, similares a las que existen en las profundidades de los océanos de la Tierra. El espectrómetro de masas a bordo de la sonda muestra que los gases escupidos por los géiseres contienen moléculas de hidrógeno y dióxido de carbono. Estos dos compuestos suponen un 1,4% y un 0,8% del volumen total, respectivamente.

Lo más plausible es que los gases se hayan originado por actividad hidrotermal, consideran los científicos. En la Tierra, este tipo de procesos suceden en el fondo de océanos cuando el magma a altas temperaturas entra en contacto con las rocas y el agua. Las fumarolas hidrotermales albergan comunidades microbianas capaces de alimentarse de los compuestos químicos presentes en estos entornos. Una de las hipótesis sobre el origen de la vida en la Tierra es que surgiese al calor de estas chimeneas subacuáticas.

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Hay microbios que habitan estos entornos que usan hidrógeno molecular y dióxido de carbono para generar metano. “Algunos de los microorganismos más antiguos de la Tierra usan estos metabolismos basados en el dihidrógeno”, resaltan los autores del estudio, liderado por Hunter Waite, del Instituto de Investigación del Suroeste y líder del equipo científico del instrumento que ha analizado los gases de Encélado. Los científicos señalan que el mismo proceso podría estar sucediendo en el fondo del océano de Encélado, a unos 10 kilómetros de profundidad bajo el por ahora impenetrable sarcófago de hielo que lo recubre. En estudios anteriores la Cassini demostró que las emanaciones de Encélado también contienen agua, metano y compuestos orgánicos. La presencia de vida sería una de las explicaciones de la existencia de los dos elementos detectados por la Cassini en este último estudio, aunque también podrían deberse a otros procesos ajenos a la presencia de microbios, advierten los responsables del trabajo.

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Esta misión, la que mejor ha estudiado Saturno y su espectacular sistema de anillos helados y lunas, terminará en septiembre de este año. Está previsto que la sonda explore la zona interna de Saturno antes de suicidarse en la atmósfera del gigante gaseoso, una última maniobra concebida precisamente para no contaminar Encélado de cara a futuras misiones en busca de vida.

 

 

Buscando vida bajo el hielo

“Si son correctas, estas observaciones tienen implicaciones fundamentales para la posibilidad de que haya vida en Encélado”, señala Jeffrey Seewald, de la Institución Oceanográfica Woods Hole (EE UU), en un comentario al estudio publicado en Science. El mismo “desequilibrio químico que sostiene a la vida microbiana en las profundidades de los océanos de la Tierra existe también en el océano de Encélado”, resalta este experto. En su opinión, los responsables del estudio “presentan argumentos convincentes de que la fuente más probable de los elementos detectados son las reacciones entre roca y agua en el núcleo de silicato”, destaca. Sin embargo, aún quedan muchas preguntas por responder. Por ejemplo, aún no hay pruebas de que haya actividad magmática en Encélado y se desconocen los procesos geoquímicos que podrían producir chimeneas hidrotermales desde la que el agua a altas temperaturas sería primero canalizada a través del hielo y después escupida con violencia al exterior formando las características nubes que sí ha observado Cassini. Posiblemente esta luna de Saturno es junto a Europa, la luna de Júpiter, la mayor favorita a albergar vida en el Sistema Solar. Por ahora, son los dos únicos entornos conocidos donde se sabe que hay agua líquida en contacto con las rocas del fondo marino. La NASA va a enviar una misión a Europa en 2020 y existen diseños preliminares para hacer lo mismo en Encélado. Esta segunda sonda podría lanzarse en 2021. Su objetivo sería analizar en más detalle la composición de las emanaciones de los géiseres y demostrar si el origen del metano se debe a comunidades de microbios similares a las de la Tierra.