May
25
Los elementos y la Vida
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Elementos Químicos para la VidaLos elementos químicos más destacados en la construcción de las estructuras de las moléculas de la vida son el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el fósforo y el azufre, a veces representados de forma mnemotécnica como CHONPS. Estos elementos se combinan en una gran cantidad de moléculas involucradas en los procesos de la vida. Su aptitud para fabricar estos compuestos está relacionada con sus electronegatividades relativas que contribuyen a su facilidad de combinación.
Carbono: El carbono es el elemento fundamental de toda la vida en la Tierra. Su capacidad para formar cuatro enlaces hace posible una variedad casi ilimitada de compuestos.
Oxígeno: El oxígeno es el elemento más abundante en el cuerpo humano, un 65%. Es abundante en parte porque el cuerpo tiene hasta un 60% de agua, pero también es un componente de la mayoría de las moléculas biológicas grandes y se intercambia continuamente en el proceso del metabolismo y la respiración.
Hidrógeno: El hidrógeno con oxígeno es abundante en el organismo porque forma hasta un 60% de agua.
Nitrógeno: El nitrógeno no es abundante en la Tierra, pero es crucial en los procesos de la vida.
Fósforo: El fósforo no es tan abundante, pero es crucial en las fuentes de energía para los procesos de la vida.
Azufre: El azufre tiene muchas funciones estructurales en las proteínas.
Calcio: El calcio es un componente clave de los huesos y los iones de calcio también manejan información en los procesos neuronales. Como mensajero químico, no solo tiene alta velocidad, sino también la capacidad de unirse a otra molécula en la célula como una proteína con alta especificidad para realizar un cambio conformacional. El calcio y el magnesio pueden lograr esto, pero el calcio es superior para el papel, uniéndose fuertemente, muchas veces más que el magnesio.
El Papel de los Átomos Metálicos en la Química CorporalAunque están presentes en cantidades relativamente pequeñas, los átomos de metal juegan un papel sorprendentemente importante en la química de la vida. Aproximadamente un tercio de las enzimas del cuerpo involucran un ión metálico como participante esencial. Desde la cadena de transporte de electrones hasta el mantenimiento de los potenciales de membrana de las células, los metales juegan un papel de apoyo esencial para los átomos involucrados en las principales estructuras de la vida. Sodio: El sodio se une débilmente a los compuestos orgánicos y los iones de sodio son pequeños y altamente móviles, ideales para mover cargas eléctricas a altas velocidades. El sodio y el potasio son los únicos iones cuya velocidad no se ve obstaculizada por la tendencia a unirse a compuestos orgánicos.
Potasio: El potasio se une débilmente a los compuestos orgánicos y los iones de potasio son pequeños y muy móviles, ideales para mover cargas eléctricas a altas velocidades. El potasio y el sodio son los únicos iones cuya velocidad no se ve obstaculizada por una tendencia a unirse con compuestos orgánicos.
Manganeso: El manganeso es importante en la fotosíntesis de las plantas.
Hierro: Uno de los metales más importantes en los procesos biológicos, el hierro, es clave para el transporte de oxígeno por la hemoglobina, para el transporte de electrones en el camino hacia la producción de ATP y parte de un catalizador para la fijación de nitrógeno en las plantas.
Cobre: El cobre es un elemento clave en la cadena de transporte de electrones que conduce a la molécula de energía ATP en la célula.
Zinc: Por lo general, solo hay alrededor de 3 gramos de zinc en el cuerpo, pero está presente en más de 300 enzimas. Tiene un papel crucial en la conversión del CO2 en H2CO3 para su transporte a los pulmones.
Molibdeno:: El molibdeno es el componente de iones metálicos clave en cuatro enzimas importantes de nuestro cuerpo. Es el ión metálico clave que interviene en la fijación del nitrógeno en las plantas.
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May
24
Maravillas del Universo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Inmensas Nebulosas conectadas por hilos de plasma, ahí se encuentran moléculas esenciales para la vida, se forman mundos y nuevos sistemas planetarios, en los que, en presencia de la química estelar surgen células replicantes en mundos nuevos que evolucionan hasta que se alcanza la inteligencia, los pensamientos y… ¡Los sentimientos!
May
24
¿Por qué hablan de lo que no saben como si supieran?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
No podemos verla.
No sabemos de qué está hecha,
Es invisible,
No emite radiación,
Genera Gravedad. Claro que si no se localiza su masa como puede generar Gravedad. Existe masa ilocalizable que incide en el movimiento de las galaxias y las estrellas, todo el mundo habla de ella pero… ¡Nadie sabe en realidad lo que pueda ser!
May
24
Un nuevo vecino
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Todavía nos queda mucho por aprender de estos exóticos objetos, mucho de lo que hablamos de ellos son solo conjeturas
May
24
¿Quién nos observa?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
En galaxias lejanas de cientos de miles de millones de estrellas y en otras de menor volumen pero no por ello menos interesantes, existen extraños mundos que, aunque diferentes al nuestro, también viven y se nutren de la radiación y la luz estelar que les llega. Unos tienen soles azules y otros blancos, también los hay amarillos como el nuestro y muchos de ellos son rojos. Cada una de esas estrellas, configuran el color de sus respectivos mundos y los hace de color mortecino, de un azulado brillante o incluso, en ocasiones, de un color que influye en la atmósfera del planeta hasta hacerlo parecer de sangre. También los hay, como el nuestro, son luminosos y están alumbrados por estrellas blanco-azuladas que le dan un tono de exquisita presencia.
No todos los planetas que alberguen alguna clase de vida, ni en nuestra Galaxia ni en otras lejanas, tienen que ser como la Tierra. Existen planetas en los que se nos encogería el corazón por su aspectos terrorífico y de inhabitable naturaleza, mientras que otros, nos parecerían una fantasía sacada de esos cuentos de hadas que de niños podíamos leer, tal es su belleza natural. En la Tierra tenemos muchas imágenes de lugares que hacen honor a ese pensamiento.
De la misma manera que existen estrellas de mil tipos diferentes, así ocurre con los mundos que podemos encontrar repartidos por el universo orbitando estrellas que los configuran de mil diferentes maneras. Si nos fijamos en nuestro planeta que ha hecho posible nuestra presencia aquí, en el que junto a miles de otras especies hemos evolucionado, veremos que se han dado unas condiciones específicas para que todo eso sea posible.
Hemos podido llegar a un estado de evolución “aceptable” y alcanzado un nivel tecnológico que va más allá de lo que, hace sólo 200 años nos pudiéramos haber imaginado. Desde comienzo de la década de 1960, los programas de TV han emitido desde la Tierra hacia el espacio a un nivel de medio millón de watios. En la actualidad, la energía total emitida por las emisoras de televisión de todo el mundo es muy superior a los mil millones de vatios. Durante los últimos quince años, esa cobertura expansiva de las emisoras de televisión, emitiendo desde la Tierra a la velocidad de la luz, ha podido llegar hasta centenares de estrellas y de mundos.
Enormes radares situados por todo el mundo lanzando ondas han podido ser la evidencia inequívoca de que aquí, en la Tierra, existen seres inteligentes que tratan de captar señales venidas del espacio exterior, de vigilar los posibles peligros que nos puedan llegar de más allá de los confines del Sistema solar, o, de captar esas señales que denoten la presencia de otros seres inteligentes que, situados en otros mundos lejanos, nos quieren decir alguna cosa o transmitir algún mensaje. Nosotros ya lo hemos intentado y continuamos haciéndolo.
Cualquier cosa podría ser posible
Las condiciones del planeta determinarán su morfología física
Algunos, cuando los encontremos, ni los podremos identificar como seres vivos
¿Cómo serán ellos? Como aún no hemos dado con ninguno, ni han existido contactos… ¡Sólo podemos conjeturar! De todas las maneras alguna sorpresa tendremos cuando el momento llegue. Pero, eso sí, una cosa tengo clara, como los de nuestro mundo, los seres vivos que podamos encontrar también estarán basados en el Carbono, es posible (no lo podemos negar), que existean otros basados en elementos como el silicio pero…
“Una particularidad que tienen en común todos los organismos vivos de la Tierra, desde las bacterias hasta los seres humanos, es que toda la vida que se puede encontrar en nuestro planeta es orgánica o, lo que es lo mismo, está compuesta por moléculas basadas en el carbo…
¡Mentira! ¡Hace unos años se encontraron bacterias que están basadas en el arsénico!
No, voz cursiva, pese a lo que afirmaran algunos titulares, lo que se creía haber descubierto eran bacterias que usaban arsénico en su ADN en lugar de fósforo. El estudio se refutó hace tiempo pero, de todas maneras, incluso aunque realmente hubieran sido capaces de sustituir el arsénico de su ADN por fósforo, el código genético de estas bacterias seguiría estando formado por moléculas organizadas en torno a átomos de carbono, con el arsénico como «complemento».
Para evitar confusiones durante el resto de la entrada, que una forma de vida esté basada en el carbono significa que la estructura de las moléculas que la componen está organizada por los átomos de este elemento. En este esquema de una molécula de ADN se puede ver que los átomos de carbono (gris) forman el «esqueleto» del código genético, mientras que el fósforo (amarillo) está en la periferia de la molécula para cumplir otras funcione
Lo cierto es que hemos llegado a comprender que la vida en la Tierra, toda sin excepción está basada en el Carbono y, como también sabemos que las leyes del Universo son las mismas en todas partes, es lógico pensar que lo que pasó aquí habrá podido pasar allí, en cualquier planeta lejano situado en nuestra Galaxia o en cualquiera de la multitud de galaxias que conforman nuestro universo en el que cientos de miles de millones de mundos, no pueden estar vacíos y carentes de vida.
Todas esas señales y las que emitimos con nuestro quehacer diario, hacen que nuestro planeta brille hasta parecer un ascua encendida en la oscuridad . Las frecuencias de televisión y las bandas de FM de las emisoras de radio nos delatan ante posibles inteligencias en otros mundos. Radio-astrónomos situados en otros sistemas solares notarán, al enfocar sus antenas en nuestra dirección, una emisión de energía y advertirán que, en esta estrella amarilla, existe una sociedad científicamente avanzada.
El gráfico de Abstruse Goose (después del salto) nos muestra lo que las civilizaciones extraterrestres estarían viendo en este momento si pudieran monitorear trasmisiones de televisión de la Tierra, de esas trasmisiones del pasado que ingresaron al espacio y se propagan a la velocidad constante de c (la velocidad de la luz en el vacío).
Claro que nuestras señales televisivas le dicen a los extraterrestres mucho más que todo eso. A partir de sutiles cambios en las frecuencia de las señales provocados por la rotación de la Tierra, podrían deducir la distancia que hay entre la Tierra y el Sol, la probable temperatura de la superficie de nuestro planeta y, a partir de aquí, que clase de vida puede haber en la Tierra. ¡Sabrían de nosotros mucho más que nosotros sabemos de ellos! Bueno, en realidad, de ellos no sabemos nada.
Si los astrónomos extraterrestres de otros sistemas solares han estado haciendo un seguimiento de nuestros progresos, tienen ya prueba de que esta vida ha atravesado ya un importante umbral tecnológico, el umbral de las comunicaciones de radio. Los científicos extraterrestres pueden deducir a partir de su propia experiencia que esa conquista puede verse pronto continuada por un dominio de los viajes por el espacio que es la siguiente escala perseguida. Primero de un planeta a otro cercano. En nuestro caso, digamos a Marte, y, a continuación, y no mucho después. Comenzarán los viajes que nos llevarán a los confines del Sistema Solar en busca de otras fronteras. Sin que nos demos cuenta, ya hemos enviado el mensaje de nuestra presencia que es el precursor de nuestra entrada en la Comunidad Galáctica.
Si realmente existen esos seres que imaginamos en otros mundos y, si como es lógico pensar, al igual que nosotros han podido evolucionar hasta alcanzar aceptables niveles del saber sobre la Naturaleza y los secretos del Universo, también habrán podido alcanzar una avanzada tecnología que, más o menos como la nuestra, les posibilite para enviar señales y hacer viajes espaciales que (no me extrañaría nada) estuvieran ya camino hacia nosotros.
Millones de mundos que, como el nuestro, brillaran en la noche delatando la presencia de Sociedades avanzadas que, situadas en grandes ciudades dejan transcurrir sus vidas mientras, también como nosotros, no dejan de investigar y de hacerse preguntas que, tampoco ellos, saben contestar. El saber del mundo, de los mundos, está repartido por todo el Universo que es, en definitiva, el que tiene todas esas respuestas que buscamos.
Muchas veces me hago esta pregunta: ¿De qué estrella vendrá esa primera señal de inteligencia que esperamos? Las civilizaciones que la envíe ¿a qué distancia estará, cómo será su mundo, cuánto tiempo ha tardado en llegar a nosotros, y, cuando la podamos descifrar, y contestemos, cuánto tardarán en tener la respuesta? Incluso es posible -seguramente lo normal-, que esas señales hayan sido enviadas ya por ambas partes y que, ni ellos ni nosotros, debido a las distancias que nos separan, la hemos podido recibir. ¡Qué frustración, pensar que eso es así y no poder hacer nada por remediarlo!
Ya hablamos el otro día de las estrellas cercanas, las que estaban situadas dentro de un radio de unos doce años-luz y de las posibilidades que podían existir de que, en alguna de ellas (de sus planetas), pudiera existir alguna clase de vida. La presencia de vida inteligente en el inmenso universo, debe ser una cosa cotidiana, nada excepcional. Sin embargo, tal como están dispuestas las cosas, lo que no parece tan cotidiano es, el hecho de que, entre civilizaciones inteligentes nos podamos encontrar, las inconmensurables distancias que nos pueden separar son… ¡casi inaccesibles! y, el tiempo necesario para recorrerlas, vería pasar ante él a muchas generaciones de individuos antes de que, entre ellos, pudiera darse ese contacto tantas veces imaginado.
Es poco probable que los que, ilusionados, lanzaron la señal hacia otros mundos. El mensaje que les hermanaría gracias a la inteligencia, pudiera ver realizados sus sueños de recibir una respuesta. El Proyecto OZMA y SETI son un buen ejemplo de ello. Y, por otra parte, no todas las estrellas están en disposición de poder dar a sus planetas lo que estos necesitan para albergar la vida. Pensemos que una estrella si es muy joven, digamos de unos cientos de millones de años, radiará en el ultravioleta con tal virulencia que, encontrar vida en sus inmediaciones sería imposible. Si por el contraria es una estrella vieja que, al final de su vida está a punto de explotar como supernova… tampoco parece que su entorno sea el adecuado.
Las estrellas y los mundos que puedan ser idóneas para que la vida esté presente, tendrán que tener esas condiciones mínimos exigidas para que, el agua esté presente, para que una atmósfera aceptablemente importante configure el planeta, que éste tenga una serie de parámetros de magnetismo, tectónica, océanos y otros que lo haga un planeta vivo, que la luz de la estrella lo caliente sin achicharrarlo… Si todo eso y algunas cosas más están presentes… La vida también lo estará.
Pero lo cierto es que, aunque la lógica nos dice que están ahí… ¡Seguimos sin recibir señales de que la vida está ahí fuera! El principal problema de que así sea, está en las distancias que nos separan y, simplemente tenemos que pensar que cualquier estrella orbitada por planetas está a muchos años-luz de nosotros y, las que puedan tener alguna posible forma de vida inteligente, no sabemos uán lejos podrán estar situadas y, para llegar a nosotros, esas señales, necesitan recorrer el espacio que nos separa a la máxima velocidad que el universo permite, es decir, la velocidad de la luz de 299.792,458 km/s. Un viaje algo lento para que llegue a nosotros en un tiempo prudencial.
Hemos enviado al Espacio los datos necesarios para decirles, a los posibles moradores de otros mundos cómo somos y donde estamos. Que sepamos, nosotros no hemos encontrado ningún mensaje similar. Claro que, si lo pensamos bien, la realidad de nuestras exploraciones serían comparables a una efectuada del Océano Pacífico y que se reduce a la superficie de una piscina, el Universo es demasiado grande para nosotros.
Seguramente, para cuando ese contacto se pueda producir, las civilizaciones que se encuentren, tendrán otros medios más avanzados que el de los viajes clásicos de las naves viajeras tal como las conocemos y, serán otras naves y otros caminos los que serán recorridos para viajar entre las estrellas. El Hiperespacio y los agujeros de gusano son dos buenas opciones pero… ¡habrá tantas!
Claro que… ¡La ausencia de pruebas, no es prueba de ausencia!
Emilio Silvera V.