Es la pregunta del millón. Unos opinan que se originó fuera de la Tierra y que un cometa sembró de organismos el planeta. Otras versiones apuestan por el océano y, otras, por un caldo primordial, o pequeñas charcas templadas bombardeadas por rayos ultravioletas y gamma en una atmósfera poco evolucionada, o en las cercanías de turbulencias termales de chimeneas situadas en los fondos marinos, en cuyo ambiente existirían nutrientes, energías y protección contra agresiones exteriores, principalmente impactos extraterrestres, otros han optado por superficies de granos de pirita, donde la capacidad de adsorción de este mineral para una gran diversidad de moléculas y la energía proporcionada por la síntesis de dicho cristal permiten suponer que tal vez constituyeron una serie de circunstancias favorables para la aparición de la materia viva.
La Tierra primigenia en la que estaban presentes las condiciones para que surgiera la primera célula replicante que dio la campanada para el comienzo de la fascinante historia de la vida
Como veréis, todos estos que han opinado en las distintas maneras en que pudo llegar aquí la vida, saben tanto de ello, como se yo, o sea, Nada. Sólo tenemos aproximaciones e ideas que, pueden ser más o menos certeras, pero al fin y al cabo, hipótesis. Se cree que la vida, aquella primera célula replicante que comenzó la fascinante historia de la vida, surgió en un ambiente propicio para ello cuando la Tierra aún no se había enfriado del todo, y, allí, en presencia de todos los ingredientes químicos necesarios para constituirse en una estructura compleja… creció y evolucionó durante millones de años
Lo que si parece una cosa segura es que, la Vida, es inevitable, las materiales que la conforman se “fabrican” en las estrellas y se esparce por los mundos, y, si eso es así como se supone que es… ¡Todo el Universo estará lleno de vida! Si señor, ha oído usted perfectamente. La vida en el Universo es inevitable. Son muchas las cosas que han influido para que eso sea así.
Pensemos un momento:
Sin la fuerza nuclear fuerte, la nuclear débil, el electromagnetismo, la Gravitación, las constantes Universales fundamentales, la masa y la carga de las partículas elementales, la diversidad de las familias de partículas, la energía de las estrellas y de los planetas, y, los Elementos, y un sin fin de detalles más… ¿Cómo podría haber surgido la Vida?
Si todo esto fuera de otra manera, si simplemente la carga y masa del electrón, fuera distinta, nosotros no podríamos estar aquí, y nuestro Universo sería otra cosa, incluso un Universo sin vida.
Y digo yo, ¿Qué puñetas es un Universo sin vida?
¡La Nada!
Que gracias a todas las confluencias de los parámetros a los que antes me refería, no es nuestro caso. Si existe el espacio es porque existe la materia.
Aquí hemos tenido a los mesopotámicos, a los egipcios, babilónicos, griegos, y, tantas Civilizaciones que fueron… Hasta llegar a nosotros que, aunque algo irracionales algunas veces, hemos sido capaces de avanzar y extender los primeros conocimientos de las matemáticas, la física, la astronomía, la química, la biología, la filosofía, la música, …, y tantas cosas más. ¡Ah, también, el poderoso sentido de la familia!
¿La familia? ¡Es el motor que mueve el mundo de los Humanos!
He procurado concretar aquí de muchas cosas relacionadas todas ellas en algún punto del espacio-tiempo, en nuestra línea de Universo, y, desde luego, en tan corto espacio, es imposible reseñarlo todo, este comentario es una simple reflexión y, para tener una idea más amplia, habría que haber abordado:
– De nuestros antepasados ancestrales, sus entornos y formas de vida, su evolución. El enorme camino recorrido.
– De lo que entendemos por la conciencia, lo que nos dicen los grandes pensadores sobre el Ser. El poder saber y sentir que un instante puede contener un universo entero, lleno de matices, sentimientos y fuerzas que luchan entre sí.
– De lo que está conformado todo, la materia “inerte” y la materia viva. Aunque sería más apropiado decir la materia “dormida ” o la materia ” despierta “.
– De lo que entendemos por materia y como esta conformada desde lo más pequeño que, toma complejidad y se hace grande.
– De los posibles orígenes de la vida que ahora conocemos en el Planeta Tierra.
Hasta donde pueda evolucionar nuestras consciencias… ¡No lo podemos saber!
Y, de otras muchas cuestiones y conceptos que, no han sido tratados aquí en este momento y si en otros trabajos presentados de manera sencilla y sin demasiada profundidad, pero sí lo suficiente como para ser comprendido de manera básica y somera de cuestiones que, de alguna manera, a todos debía interesar. Aquí, en otras ocasiones se habló de lo que hemos sido, de lo que somos y, posiblemente, de lo que podemos llegar a ser, y con más o menos acierto, lo que sí debemos tener en cuenta es la buena intención del autor.
No sé si la belleza es un principio físico, lo que sí se, es que el cariño y la amistad es un principio del espíritu y del alma del Ser consciente. Los sentimientos: Si no los tenemos, en realidad no somos. El hombre es un animal social, necesita de los demás, y, está claro que el Ser está en la unión de dos partes, al igual que sin quarks no tenemos núcleo ni átomo, sin dos partes contrapuestas no tenemos ese uno esencial.
En realidad… ¡Dos son Uno!
Todo en el Universo es equilibrio, y, de la misma manera, nosotros, los seres vivos, tenemos el equilibrio en la unión de esas dos partes que hacen el todo, haciendo posible la continuidad.
Por todas partes estamos rodeado de grandes cosas, de maravillas que, normalmente, nos pasan desapercibidas, no pensamos en la grandeza de todo lo que tenemos y de todo lo que podemos hacer. Muchas veces, cuando caemos en la cuenta, ya es tarde.
Son los años más felices de nuestras vidas y, no siempre, nos damos cuenta de que lo más valor tiene lo tenemos a nuestro lado. De esa simbiosis, de esos mensajes sin tener que pronunciar palabra, de esa mirada… Surgen todos los grandes acontecimientos de nuestras vidas, lo que marcará nuestro futuro.
Muchos más de lo que pensamos, cuando ya no tiene remedio piensan: “Lo pude hacer mejor. Tenía que haberla respetado más. Le tendría que haber dicho cuanto la quería. Me tenía que haber comportado de otra manera.” Y, así podríamos seguir. La vida es muy corta, y, la mayoría, la desperdicia de manera lastimosa. Los egoísmos mezquinos nublan las mentes y no les dejan ver donde reside lo importante.
¿Es viejo el universo? Todos los cálculos nos llevan a una edad de 13.750 millones de años que, comparado con el tiempo en el que nosotros hicimos acto de presencia en él, es menos que un simple parpadeo de ojos. Sin embargo, a veces nos sentimos los amos del mundo y del Universo mismo, lo que en realidad, es un simple espejismo, una ilusión que se forja en nuestras mentes que, jóvenes e inmaduras… Aún no comprenden, como son las cosas.
Cuando tenemos que operar con la edad y el tamaño del universo lo hacemos generalmente utilizando medidas de tiempo y espacio. Son tan inmensas las distancias y tan descomunal el tiempo que está presente en el ámbito del Universo que, hemos inventado unidades especiales para poder hablar de ellas sin tener que escribir cantidades tan grandes con los números y, el año-luz, la Unidad Astronómica, el Parsec, Kilo-parsec o Giga-parsec son palabras que expresan medidas antropomórficas y extraordinarias que se pierden en el espacio-tiempo.
¿Por qué medir la edad del universo con un “reloj” que hace “tic” cada vez que nuestro planeta completa una órbita alrededor del astro rey, el Sol? ¿Por qué medir su densidad en términos de átomos por metro cúbico? Las respuestas a estas preguntas son por supuesto la misma: porque queremos saber en qué lugar estamos, porque es conveniente y porque desde siempre hemos tratado de saber, lo que el universo es. Por otra parte, también en el ámbito de lo muy pequeño hemos tenido que inventar unidades que, esta vez, han querido significar lo que dice la Naturaleza y no el hombre.
Por si alguien tiene curiosidad y la cifra le dice algo, el tiempo de Planck equivale a 5.39124 x 10–44 segundos, es decir, a:
0,000000000000000000000000000000000000000000539124 segundos. Este número es el mínimo tiempo en el que puede ocurrir algo, digamos, con sentido.
Ésta es una situación en donde resulta especialmente apropiado utilizar las unidades “naturales”; la masa, longitud y tiempo de Planck, las que ellos introdujeron en la ciencia física para ayudarnos a escapar de la camisa de fuerza que suponía la perspectiva centrada en el ser humano.
El joven Planck
Mientras que Stoney había visto en la elección de unidades prácticas una manera de cortar el nudo gordiano de la subjetividad, Planck utilizaba sus unidades especiales para sustentar una base no antropomórfica para la física y que, por consiguiente, podría describirse como “unidades naturales”.
“George Johnstone Stoney (15 de febrero de 1826 – 5 de julio de 1911) fue un físico anglo-irlandés. Es famoso principalmente por haber introducido el término electrón como la “unidad fundamental de la cantidad de electricidad”. Introdujo el concepto de electrón antes de que se descubriera la propia partícula.23. Se dedico a realizar una primera evaluación del número de Avogadro. En 1874 estableció la hipótesis según la cual la electricidad era creada por unos corpúsculos elementales que llamó electrones. En 1897 su intuición sobre la naturaleza de la electricidad fue confirmada por el físico inglés Joseph John Thomson”
De acuerdo con su perspectiva universal, en 1.899 Planck propuso que se construyeran unidades naturales de masa, longitud y tiempo a partir de las constantes más fundamentales de la naturaleza: la constante de gravitación G, la velocidad de la luz c y la constante de acción h, que ahora lleva el nombre de Planck. La constante de Planck determina la mínima unidad de cambio posible en que pueda alterarse la energía, y que llamó “cuanto”. Las unidades de Planck son las únicas combinaciones de dichas constantes que pueden formarse en dimensiones de masa, longitud, tiempo y temperatura. Sus valores no difieren mucho de los de Stoney que figuran en el trabajo siguiente de hoy:
Mp =
(hc/G)½ =
5’56 × 10-5 gramos
Lp =
(Gh/c3) ½ =
4’13 × 10-33 centímetros
Tp =
(Gh/c5) ½ =
1’38 × 10-43 segundos
Temp.p =
K-1 (hc5/G) ½ =
3’5 × 1032 ºKelvin
Estas formulaciones con la masa, la longitud, el tiempo y la temperatura de Planck incorporan la G(constante de gravitación), la h (la constante de Planck) y la c, la velocidad de la luz. La de la temperatura incorpora además, la K de los grados Kelvin. La constante de Planck racionalizada (la más utilizada por los físicos), se representa por ћ que es igual a h/2π que vale del orden de 1’054589×10-34 Julios segundo.
En las unidades de Planck, una vez más, vemos un contraste entre la pequeña, pero no escandalosamente reducida unidad natural de la masa y las unidades naturales fantásticamente extremas del tiempo, longitud y temperatura. Estas cantidades tenían una significación sobrehumana para Planck. Entraban en La Base de la realidad física:
“Estas cantidades conservarán su significado natural mientras la Ley de Gravitación y la de Propagación de la luz en el vacío y los dos principios de la termodinámica sigan siendo válidos; por lo tanto, siempre deben encontrarse iguales cuando sean medidas por las inteligencias más diversas con los métodos más diversos.”
¿Quién sabe cómo serán?
En sus palabras finales Planck alude a la idea de observadores en otro lugar del universo que definen y entienden estas cantidades de la misma manera que nosotros. Lo cierto es que estas unidades, al tener su origen en la Naturaleza y no ser invenciones de los seres humanos, de la misma manera que nosotros y, posiblemente por distintos caminos, seres de otros mundos también las hallarán y serán idénticas a las nuestras. De entrada había algo muy sorprendente en las unidades de Planck, como lo había también en las de Stoney. Entrelazaban la gravedad con las constantes que gobiernan la electricidad y el magnetismo. Planck nos decía:
“La creciente distancia entre la imagen del mundo físico y el mundo de los sentidos no significa otra cosa que una aproximación progresiva al mundo real.”
Sí, Planck tenía razón, el mundo de los sentidos cada vez están más cerca de ese mundo real que perseguimos. Sabemos que nuestra realidad no es la realidad del mundo y, poco a poco, con descubrimientos como estos de las Unidades de Stoney-Planck, nos vamos acercando a la comprensión de esa Naturaleza creadora que permitió aquí nuestra presencia y que ahora, nosotros tratamos de saber.
Podemos ver que Max Planck apelaba a la existencia de constantes universales de la naturaleza como prueba de una realidad física al margen y completamente diferentes de las mentes humanas. Al respecto decía:
“Estos…números, las denominadas “constantes universales” son en cierto sentido los ladrillos inmutables del edificio de la física teórica. Deberíamos preguntar:
¿Cuál es el significado real de estas constantes?”
Claro que, nosotros, simplemente somos un misterio más de los muchos que en el Universo son. Sin embargo y a diferencias de los otros, tenemos la ventaja de ser conscientes con la facultad de pensar y, además, tenemos una insaciable curiosidad. Un fallo que a menudio tenemos ha sido caer en la tentación de mirarnos el ombligo y no hacerlo al entorno que nos rodea. Muchas más cosas habríamos evitado y habríamos descubierto si por una sola vez hubiésemos dejado el ego a un lado y, en lugar de estar pendientes de nosotros mismos, lo hubiéramos hecho con respecto a la naturaleza que, en definitiva, es la que nos enseña el camino a seguir.
Hemos llegado a poder discernir la relación directa que vincula el tamaño, la energía de unión y la edad de las estructuras fundamentales de la Naturaleza. Una molécula es mayor y más fácil de desmembrar que un átomo; lo mismo podemos decir de un átomo respecto al núcleo atómico, y de un núcleo con respecto a los quarks que contiene. Y, creemos saber que…
La edad actual del universo visible ≈ 1060 tiempos de Planck
Tamaño actual del Universo visible ≈ 1060 longitudes de Planck
La masa actual del Universo visible ≈ 1060 masas de Planck
Vemos así que la bajísima densidad de materia en el universo es un reflejo del hecho de que:
Densidad actual del universo visible ≈10-120 de la densidad de Planck
Y la temperatura del espacio, a 3 grados sobre el cero absoluto es, por tanto
Temperatura actual del Universo visible ≈ 10-30 de la Planck
Estos números extraordinariamente grandes y estas fracciones extraordinariamente pequeñas nos muestran inmediatamente que el universo está estructurado en una escala sobrehumana de proporciones asombrosas cuando la sopesamos en los balances de su propia construcción.
Con respecto a sus propios patrones, el universo es viejo. El tiempo de vida natural de un mundo gobernado por la gravedad, la relatividad y la mecánica cuántica es el fugaz breve tiempo de Planck. Parece que es mucho más viejo de lo que debería ser. Pero, pese a la enorme edad del universo en “tics” de Tiempos de Planck, hemos aprendido que casi todo este tiempo es necesario para producir estrellas y los elementos químicos que traen la vida.
¿Por qué nuestro universo no es mucho más viejo de lo que parece ser? Es fácil entender por qué el universo no es mucho más joven. Las estrellas tardan mucho tiempo en formarse y producir elementos más pesados que son las que requiere la complejidad biológica. Pero los universos viejos también tienen sus problemas. Conforme para el tiempo en el universo el proceso de formación de estrellas se frena.
Todo el gas y el polvo cósmico que constituyen las materias primas de las estrellas habrían sido procesados por las estrellas y lanzados al espacio intergaláctico donde no pueden enfriarse y fundirse en nuevas estrellas. Pocas estrellas hacen que, a su vez, también sean pocos los sistemas solares y los planetas. Los planetas que se forman son menos activos que los que se formaron antes, la entropía va debilitando la energía del sistema para realizar trabajo.
La producción de elementos radiactivos en las estrellas disminuirá, y los que se formen tendrán semividas más largas. Los nuevos planetas serán menos activos y el vulcanismo parará su actividad al ser frenado el planeta geológicamente y carecerán de muchos de los movimientos internos que impulsan la deriva continental y la elevación de las montañas en el planeta. Si esto también hace menos probable la presencia de un campo magnético en un planeta, entonces será muy poco probable que la vida evolucione hasta formas complejas.
Las estrellas típicas como el Sol, emiten desde su superficie un viento de partículas cargadas eléctricamente que barre las atmósferas de los planetas en órbitas a su alrededor y, a menos que el viento pueda ser desviado por un campo magnético, los posibles habitantes de ese planeta lo podrían tener complicado soportando tal lluvia de radiactividad. En nuestro sistema solar el campo magnético de la Tierra ha protegido su atmósfera del viento solar, pero Marte, que no está protegido por ningún campo magnético, perdió su atmósfera hace tiempo.
Probablemente no es fácil mantener una larga vida en un planeta del Sistema solar. Poco a poco hemos llegado a apreciar cuán precaria es. Dejando a un lado los intentos que siguen realizando los seres vivos de extinguirse a sí mismos, agotar los recursos naturales, propagar infecciones letales y venenos mortales y emponzoñar la atmósfera, también existen serias amenazas exteriores.
Los movimientos de cometas y asteroides, a pesar de tener la defensa de Júpiter, son una seria y cierta amenaza para el desarrollo y persistencia de vida inteligente en las primeras etapas. Los impactos no han sido infrecuentes en el pasado lejano de la Tierra, habiendo tenido efectos catastróficos. Somos afortunados al tener la protección de la Luna y de la enorme masa de Júpiter que atrae hacia sí los cuerpos que llegan desde el exterior desviándolos de su probable trayectoria hacia nuestro planeta.
La caída en el planeta de uno de estos enormes pedruscos podría producir extinciones globales y retrasar en millones de años la evolución. Cuando comento este tema no puedo evitar el recuerdo del meteorito caído en la Tierra que impactó en la península de Yucatán hace 65 millones de años, al final de la Era Mesozoica, cuando según todos los indicios, los dinosaurios se extinguieron. Sin embargo, aquel suceso catastrófico para los grandes lagartos, en realidad supuso que la Tierra fue rescatada de un callejón sin salida evolutivo. Parece que los dinosaurios evolucionaron por una vía que desarrollaba el tamaño físico antes que el tamaño cerebral.
La desaparición de los dinosaurios junto con otras formas de vida sobre la Tierra en aquella época, hizo un hueco para la aparición de los mamíferos. Se desarrolló la diversidad una vez desaparecidos los grandes depredadores. Así que, al menos en este caso concreto, el impacto nos hizo un gran favor, ya que hizo posible que 65 millones de años más tarde pudiéramos llegar nosotros. Los dinosaurios dominaron el planeta durante 150 millones de años; nosotros en comparación, llevamos aquí tres días y, desde luego, ¡la que hemos formado!
Y no podemos tener la menor duda, mientras que estemos aquí, seguiremos pretendiendo y queriendo saber sobre los secretos de la Naturaleza que, al fin y al cabo, puede ser nuestra salvación. Ya saben ustedes: ¡Saber es poder!
El Sol está mandando una seria advertencia, la NASA no da crédito a lo que está pasando, el aviso más importante de todos está llegando. La realidad es que nos enfrentamos a una serie de elementos que quizás hasta ahora no habíamos tenido en cuenta. Dependemos más de lo que nos imaginamos del espacio exterior y, sobre todo, de un Sol que es el responsable de la vida en la Tierra tal y como lo conocemos, sin él sería imposible que se cumpliesen las condiciones necesarias para que animales y plantas puedan vivir.
Este equilibrio perfecto que nos rodea puede acabar siendo el que nos haga reaccionar a tiempo. En cierta manera, estamos condicionados por un futuro que cambiará para siempre la manera en la que vemos lo que está por llegar. Es el momento de estar pendientes de una serie de detalles que serán los que marcarán la diferencia. De la mano de determinados elementos que pueden acabar siendo lo que marcará, un antes y un después. Llega un aviso importante que puede determinar qué es lo pasa con el Sol.
Lo que está pasando con el Sol
Estamos viviendo una actividad solar sin precedentes, eso quiere decir que estamos viendo las auroras boreales llegar hasta zonas alejadas de lo que sería habitual. Pero cuidado, porque lo que tenemos por delante, podría acabar siendo algo diferente, con ciertas novedades destacadas.
Es importante apostar por lo que realmente puede pasar en un futuro. Los expertos de la NASA saben muy bien qué es lo que nos está esperando en una serie de cambios que pueden ser claves en estos momentos. Sin duda alguna, tenemos determinados cambios que pueden ser los que realmente acabe pasando.
El futuro de la Tierra realmente depende totalmente de lo que acabe pasando con el Sol, por lo que, es indispensable conocer en todo momento qué es lo que acabará pasando con este astro rey. Nuestro sistema solar depende de un centro que realmente puede acabar siendo destruido en segundos.
El Sol aumentará de tamaño antes de desaparecer llevándose por delante todos los planetas que hubiera habido por, lo que, habremos llegado el momento de empezar a pensar en una serie de detalles que son fundamentales. La NASA ha revelado el final de este Sol que podría ser peor de lo que se esperaba.
La NASA no da crédito a lo que pasa con el Sol
Los expertos de la NASA y de los expertos de la Agencia Europea han dado con un estudio que puede acabar siendo el que marque un antes y un después. Por lo que, habrá llegado el momento que puede acabar siendo el que marque una diferencia en todos los sentidos.
«A partir de este trabajo, queda claro que nuestro Sol alcanzará una temperatura máxima a los 8 mil millones de años de edad, luego se enfriará y aumentará de tamaño, convirtiéndose en una estrella gigante roja alrededor de 10 a 11 mil millones de años de edad. El Sol llegará al final de su vida después de esta fase, cuando eventualmente se convierta en una enana blanca oscura. Encontrar estrellas similares al Sol es esencial para entender cómo encajamos en el Universo más amplio. «Si no entendemos nuestro propio Sol, y hay muchas cosas que no sabemos sobre él, ¿Cómo podemos esperar entender todas las otras estrellas que forman nuestra maravillosa galaxia?», dice Orlagh. Es una fuente de cierta ironía que el Sol sea nuestra estrella más cercana y estudiada, pero su proximidad nos obliga a estudiarlo con telescopios e instrumentos completamente diferentes de los que usamos para mirar el resto de las estrellas. Esto se debe a que el Sol es mucho más brillante que las otras estrellas. Al identificar estrellas similares al Sol, pero esta vez con edades similares, podemos salvar esta brecha de observación. Para identificar estos «análogos solares» en los datos de Gaia, Orlagh y sus colegas buscaron estrellas con temperaturas, gravedad superficial, composiciones, masas y radios que son similares al Sol actual. Encontraron 5863 estrellas que coincidían con sus criterios. Ahora que Gaia ha producido la lista de objetivos, otros pueden comenzar a investigarlos en serio. Algunas de las preguntas que quieren que sean respondas incluyen: ¿todos los análogos solares tienen sistemas planetarios similares a los nuestros? ¿Todos los análogos solares giran a una velocidad similar a la del Sol?Con la versión de datos 3, la instrumentación sumamente precisa de Gaia ha permitido que los parámetros estelares de más estrellas se determinen con más precisión que nunca. Y esa precisión se extinderá a muchos otros estudios. Por ejemplo, conocer las estrellas con mayor precisión puede ayudar al estudiar galaxias, cuya luz es la amalgama de miles de millones de estrellas individuales».
Lo cierto es que sólo conocemos las formas de vida que han poblado la Tierra y, no tenemos ninguna muestra de la vida extraterrestre. No podemos ni afirmar ni negar que criaturas podrán estar presentes en otros mundos y, podrían existir planetas enormes habitados por insectos enormes, o, también, planetas con varios soles que estuviera habitado por criaturas de piel blanca, o por aniamles gigantes, o… ¡Por quién sabe qué!
Pensar que estamos solos en el Universo “infinito”, es demasiado pretencioso y no creo que seamos “la especie elegida” ni nada parecido. En cientos de miles de mundos como el nuestro y parecidos, estarán presentes las más diversas criaturas que, en algunos casos tendrán entendimiento y en otros, como pasa en la Tierra, simplemente serán seres vivos vegetativos sin ninguna clase de conciencia, o, con una conciencia limitada.
Poco esfuerzo mental tendríamos que hacer para vernos en ellos reflejados
Una característica sorprendente de nuestro retrato reconstruido del antepasado primitivo es su carácter moderno. Si este organismo lo encontráramos hoy, seguramente no delataría su inmensa antigüedad, excepto por sus secuencias de DNA. Tuvo que estar precedido, necesariamente, por formas más rudimentarias, estadios intermedios en la génesis de sistemas estructurales, metabólicos, energéticos y genéticos complejos que son compartidos por todos los seres vivos de hoy en día. Por desgracia, tales formas no han dejado descendientes igualmente primitivos que permitan su caracterización. carencia complica mucho el problema del origen de la vida.
La Tierra primitiva se define vagamente como la Tierra en sus primeros mil millones de años, o giga año (Ga, 109 años). La “Tierra primitiva” abarca aproximadamente el primer giga año en la evolución de nuestro planeta, desde su forGa hasta algún momento del eón Arcaico, alrededor de 3,5 Ga.
La Tierra nació hace unos 4.550 millones de años. Se condensó, junto con los otros planetas del sistema solar, en un disco de gas y polvo que giraba alrededor de una joven estrella que iba a convertirse en nuestro Sol. Fenómenos de violencia extrema, incompatible con el mantenimiento de ningún de vida, rodearon este nacimiento. Durante al menos quinientos millones de años, cometas y asteroides sacudieron la Tierra en formación, con lo que la hicieron incapaz de albergar vida durante todo este tiempo. Algunos impactos pudieron haber sido incluso suficientemente violentos como para producir la pérdida de toda agua terrestre por vaporización, después de lo cual los océanos se habrían vuelto a llenar con agua aportada por cometas. Según esta versión de los acontecimientos, los océanos actuales de remontarían a la última oleada de bombardeo cometario intenso, que los expertos creen que tuvo lugar hace unos cuatro mil millones de años. Existen señales de que había vida en la Tierra poco después de que dichos cataclismos llegaran a su fin.
El tiempo inexorable no deja de transcurrir, el Universo dinámico hace que todo lo que contiene, sobre todo la materia, evolucione desde formas simples a complejas y, en algunos lugares que han logrado tener las para ello, puede estar presente la vida. Nosotros, seres evolucionados a partir de la matería inerte creada en las estrellas, hemos logrado saber algunas cosas y no dejamos de hacernos preguntas como aquella de: ¿Habrá otros mundos? ¿Estarán, como la Tierra, llenos de vida? Bueno, lo de los mundos sí hemos sido capaces de saberlo y estarán muy cerca del millar los mundos que hemos descubierto. Sin embargo, la vida, sólo la hemos podido encontrar aquí en nuestra casa, en la Tierra.
No dejamos de mandar ingenios espaciales a mundos cercanos, como Marte, para tratar de saber. Nos embarga una ilusión, una esperanza, y…, al mismo tiempo, un temor: ¿Estaremos solos? Y, si no lo estamos, ¿Cómo serán esos otros mundos y que criaturas lo habitan? ¿Si alguna vez llegamos allí, seremos tan destructivos como lo hemos sido aquí en la Tierra? ¿Le querremos quitar lo que ellos tienen? ¡Esperémos que no! Y, sobre todo, en ese primer , ¿Sabremos comportarnos y respetar sus derechos?
Cuando pude ver la película Avatar, quede fascinado por el mundo que allí quedaba escenificado y las criaturas que lo poblaban, y, sobre todo, era sobrecogedor el alto grado espiritual que tenían de la Naturaleza con la que se sentían en comunidad, formaban una simbiosis perfecta que nosotros, los humanos, nunca podremos alcanzar.
Hemos sabido recrear historias de esos mundos presentidos y de sus habitantes. En ellas, han quedado reflejados los instintos humanos, tantos los buenos como los malos y, mientras que unos querían preservar aquella Naturaleza, otros, sin embargo, querían destriuirla apoderarse de sus preciados tesoros. ¡La condición Humana! ¿Estamos acaso destinados al desacuerdo que nos lleve a la destrucción, o, por el contrario, es precisamente esa condición la que nos llevará lejos?
La belleza que se describe en el mundo llamado “Pandora” también está aquí pero, ¡no sabemos cuidarla! Mundo exuberante en el que, los seres vivos del planeta están conectados a la Naturaleza
Fascinantes criaturas de exóticas bellezas nos podrían estar esperando, en un futuro lejano, en esos mundos soñados que tantas veces hemos podido imaginar. Es difícil saber qué comportamiento tendremos con ellos si eso llega a sucecder, sin embargo, el ejemplo que nos deja la película a la que pertene la imagen de arriba, no es muy alentador ni dice mucho en de nuestra especie que, irrumpimos por la fuerza en un planeta extraño y, violando todas las reglas, pasamos por encima de los derechos de otros para conseguir nuestros objetivos. ¿La Civilización que ocupa el planeta? ¿Qué importa? Si hay que destruirla, ¡adelante!
La fuerza bruta que siempre acompañó a la falta de inteligencia, es la única salida para seres de cuya racionalidad podríamos dudar, sin el menor temor a equivocarnos. Destruir nunca será el camino más conveniente. Creo que sería aconsejable guiarse por ese principio de la física, la causalidad. Si respetamos seremos respetados. Sobre todo, no podemos llegar a nuevos lugares pretendiendo imponer nuestras costumbres y nuestras reglas. En esos otros lugares donde posiblemente existan seres que tienen su propia de vivir, se impone, sobre todo, que supeditemos nuestro comportamiento a su propias reglas a su propio mundo. Los extraños allí seremos nosotros. Ellos, los seres de la hisotira, a diferencia de nuestra Civilización Terrestre, sí han sabido convivir con su entorno, han creado una especie de simbiosis que une a todos los seres de aquel fascionante mundo, sean seres racionales o plantas, hasta el punto de poder comunicarse entre ellos en un alto grado de compenetración que va mucho más allá de lo físico.
No siempre somos conscientes de que nuestra simbiosis con el mundo que habitamos es grande, de él dependemos para seguir aquí
En esos otros Mundos pueden estar presentes seres maravillosos que han optado por otras maneras de vivir, más cercana y conectados con la Naturaleza a la que respetan y comprenden al ser conscientes de que ellos mismos, forman de ella que es algo que, los humanos no han acabado de comprender y, se comportan como si la Tierra fuera un simple instrumento a su servicio, sin ser conscientes que tal comportamiento, los puede llevar a la extinción de la especie.
Las montañas, los árboles, los ríos y el viento, todo bañado por la luz y el calor de esa estrella que nos alumbra, forman un todo que mantiene el equilibrio que hace posible la vida. Si alguno de esos parámetros se viera alterado seriamente… ¡Mal nos iría! Y, sin embargo, algunos se empeñan en no ver lo evidente.
Si algún día conseguimos llegar a otros mundos y en ellos encontramos a criaturas vivas más o menos evolucionadas, lo conveniente sería respetarlos y, dentro de lo posible, aprender de ellos procurando alterar lo menos posible lo que allí nos encontremos y, si tienen algo que nosotros necesitamos, hacer un intercambio justo olvidándonos de la fuerza bruta que conlleva la destrucción irreparable.
La historia que nos cuentan en esa maravillosa película, , desde el principio nos pone a favor de los habitantes de aquel Mundo agredido y de sus habitantes, hasta tal punto es así que muchos de los terrestres que visitan aquél planeta, no dudan, en dar sus propias vidas por preservar aquel entorno, para nosotros de fantasía y que para aquellos seres tan especiales que han sido capaces de convivir con su mundo y “hablar” con él, demostrando de alguna manera que, son mucho mñás civilizados que nosotros. Cuando ví aquella película… ¡Qué envidia me dieron!
La Naturaleza les habla
Utilizar lo que la Naturaleza les ofrecía sin dañar, no coger más de lo estrictamente necesario para vivir, respetando las otras formas de vida del planeta y dejando que el ritmo de la Naturaleza sea el que desarrolle las cosas, sin agredir el entorno y dejando que cada cosa ocupe su lugar sin tratar de violentar, de alguna manera, su desarrollo natural.
Si el caso llega, tendremos que aprender a mirar más allá de la superficie, a entender los mensajes que nos envían la mirada de esos nuevos y exóticos seres y, sobre todo, tratar de comprender su mundo, sus maneras para poder respetarlas y hacernos acreedores, nosotros también, a su respeto.
¡Quién pudiera ser uno de los afortunados que, en el futuro, visitarán algunos de esos Mundos!
Nos quedan muchos muros por derribar, muchas puertas que abrir para las que aún no poseemos las llaven, y, sobre todo, para que cuando eso llegue y sea una realidad (esperemos que así sea), lo más importante: ¡Que hayamos podido evolucionar hasta ese deseado estadio de sabiduría que ahora no tenemos! De todas las maneras, no me gustaría que ese primer encuentro se produjera aquí en la Tierra. Es preferible que los visitantes seámos nosotros y, como antes digo, espero que para entonces, la Humanidad sea otra.
Claro que, también podríamos toparnos con civilizaciones mucho más avanzadas que la nuestra y, en ese caso… ¡La desventaja sería nuestra! Siempre hemos oído decir que no debemos hacer a otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros y, si respetamos esa máxima… ¡Todo podrá ir mejor! El presente es el que tenemos y no sabemos lo que nos depara el futuro pero, una cosa es bien cierta: ¡No dejamos de avanzar! Cada día que pasa damos un paso hacia ese futuro que presentimos y estamos más cerca de saber… ¡Si realmente, como pensamos, estamos miuy bien acompañados en este inmenso Universo nuestro! Y, digo en éste universo nuestro porque, en realidad, pienso que tampoco es, el único Universo.
Comparación de la mano de un chimpancé (izquierda) y la humana (derecha)
El bipedismo es uno de los hitos del proceso de hominización. Comparación de las huellas de:
Nos falta mucho para que finalice el proceso de humanización en nosotros. Cuando llegue el día, en el que sintamos el dolor ajeno como propio… ¡Habrá llegado el momento! Cuando nuestro apego a las “cosas” sea innecesario, todos tendremos lo preciso para una vida digna, la igualdad será un hecho… ¿Qué soy un iluso! Bueno la verdad es que… (¿ -?)…