Sep
20
El futuro que nos espera
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Hacer un recorrido pormenorizado de la contribución y aportación de cada uno de los hombres y mujeres que, con su esfuerzo, genio y talento, han contribuido para hacer posible que ahora, a principio del siglo XXI, tengamos el nivel de conocimiento que tenemos en los distintos ámbitos o disciplinas de la ciencia, sería una ingente tarea de años que llenaría una gran biblioteca con miles y miles de volúmenes que explicaran los muchos pasos dados, los descubrimientos, los inventos, las teorías, y las ideas que, finalmente quedaron como leyes inamovibles como fiel reflejo de la Naturaleza misma que, en realidad, es la que esconde todas los secretos que para seguir adelante, necesitaremos desvelar.
Como antes decía, han sido muchas las puertas que han sido abiertas para descubrir detrás de cada una, un misterio tal como el comienzo y formación del Universo, el descubrimiento de la existencia de las cuatro fuerzas fundamentales, de las constantes Universales, el movimiento de las Galaxias por la expansión del Universo, el descubrimiento del núcleo en el átomo que forma la materia de la que están hechas todas las cosas, de los quarks, hadrones, y leptones, las MATEMÁTICAS, la FÍSICA, la QUÍMICA, la ASTRONOMÍA, y, también la FILOSOFÍA, todo ello formando una ingente y descomunal obra que, parece imposible que se llevara a cabo por unos insignicantes seres, habitantes de un insignificante planeta, que dependen para vivir de la luz y el calor de un insignificante Sol (una estrella mediana, amarilla, de la clase G2) que forma parte de un conjunto de cien mil millones de soles que conforman la Galaxia Vía Láctea que, asu vez, es una más entre los cientos de miles de millones de Galaxias que pueblan el Universo.
Si nos comparamos con la inmensidad de nuestra Galaxia (100.000 años-luz de diámetro), somos menos que una brizna de polvo. Si nos comparamos con el Universo entero… No somos nada.
Sin embargo, en éste punto debemos recapacitar un poco, reconocer con humildad la importancia que realmente tenemos en el Universo y, seguidamente, reconocer también los enormes logros conseguidos desde que, hace escasamente unos doscientos mil años, un animal se levantó para andar erguido y comenzar a pensar en otras formas de vivir, ideando rústicas herramientas para la caza, haciendo fuego y construyendo refugios.
El lenguaje mediante sonidos guturales vino a cambiarlo todo, allí empezó el entendimiento inteligente de seres que de animales irracionales, evolucionaron hasta llegar a pensar por sí mismos, tener conciencia de SER y preguntarse de donde venía y hacía donde caminaba.
El pensamiento del Filosofo científico Kart Popper que decía:”Nuestros conocimientos son limitados, pero nuestra ignorancia es infinita…” Sin embargo, aunque es verdad que existen millones de preguntas que no sabemos contestar, también lo es que, nuestros conocimientos crecen de manera exponencial.
Nadie puede negar que, en los últimos doscientos años, hayamos avanzado más que en los 10.000 años anteriores. Claro está que nos hemos aprovechado de las experiencias e inventos de los que nos precedieron. Aprendimos de los errores (no siempre) y mejoramos sus descubrimientos que fueron puntos de apoyo que hicieron más fácil el trabajo, igualmente, los que nos seguirán, se encontrarán con buenos puntos de apoyo para seguir avanzando.
De esta manera, cada vez se avanza más en menos tiempo. Y, llegará el momento, cuando dentro de algunos siglos, estemos preparados para viajar a las estrellas que, estarán aquí presentes con nosotros los inevitables Robots. Según una serie de cálculos y profundos pensamientos, no podremos seguir adelante llegados a un punto de no retorno, y, nos veremos obligados a fabricar robots muy sofisticados que harán trabajos espaciales y de colonización de Planetas para preparar la posterior llegada de los Humanos. Es inevitable.
También aquí, entre nosotros, será un elemento familiar y cotidiano, andará entre nosotros y estará en nuestras casas, ya no será una ilusión o un elemento de ciencia ficción, sino que sin ellos, no podremos continuar nuestro camino hacia las estrellas, y, en ese punto, la Humanidad, si no tiene un cuidado exquisito en sus acciones y en las potestades a que estos artilugios mecánicos se les pueda otorgar, incluso podrían estar creando la destrucción de la humanidad misma. NO es una broma.
Nuestras condiciones físicas nos impide vivir fuera de entornos que, como la Tierra, nos proteja de la radiación motifera que viaja por el espacio interestelar. Nuestra imaginación trabajará para que sean los robots los que hagan los trabajos por nosotros y sean ellos los que tomen esos riesgos y complejas misiones de terraformar planetas para nosotros que, abocados a un final aquí en la Tierra cuando nuestro Sol llegue al final de la secuencia principal y se convierta en gigante roja haciendo imposible que nada de lo que conocemos como vida, pueda estar presente en nuestro planeta.
Para cuando ese momento llegue digo, ya habremos imaginado la manera de que esas máquinas sofísticadas y construídas de buenos materiales anticorrosivos y con “cerebros” positrónicos o de cualquier otro tipo que pensaran (dentro de unos límites razonables y adecuados a las tareas que le sean encomendada) cómo resolver los problemas que se le puedan presentar en esos nuevos mundos que tendrán que preparar para que, posteriormente, lleguemos nosotros, los humanos y lo colonicemos.
Son muchos los programas y las misiones que buscan planetas que, como la Tierra, puedan tener los parámetros adecuados para albergar la vida y, mientras tanto, se avanza en otros campos del saber y en direcciones diversas de materiales, nanotecnología, genética, fotónica, de láseres y máseres, teorías físicas, nuevas matemáticas…y, en fin, una evolución revolucionaria que nos pueda llevar hacia el futuro y, para que eso sea posible, serán muchos los problemas que tengamos que resolver y muchos también los secretos de la Naturaleza que tengamos que desvelar.
Pero, los humanos somos persistentes y, sobre todo, muy curiosos y con un arma muy poderosa en su poder que, en definitva, será la que posibilite la consecución de esos logros:
¡Imaginación!
emilio silvera