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¿Una máquina del tiempo?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Sin categoría    ~    Comentarios Comments (7)

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Todos recordamos aquella rústica “La máquina del tiempo” de H. G. Wells, en la que el científico se sienta en un sillón situado en su sala de estar, gira unos pocos botones, ve luces parpadeantes y es testigo del vasto panorama de la Historia; coloca la aguja para el pasado o para el futuro, señala el año que desea visitar y las guerras y civilizaciones pasan vertiginosamente ante sus ojos y la máquina se detiene en el año, mes y día que él señaló en una especie de dial.

Tan rudimentario artilugio contrasta con el que propone Kip S. Thorne. Éste consiste en dos cabinas, cada una de las cuales contiene dos placas de metal paralelas. Los intensos campos eléctricos creados entre cada par de placas (mayores que cualquier cosa posible con la tecnología actual) rizan el tejido del espacio-tiempo, creando un agujero en el espacio que une las dos cabinas. Una cabina se coloca entonces en una nave espacial y es acelerada hasta velocidades cercanas a la de la luz, mientras que la otra cabina permanece en la Tierra. Puesto que un agujero de gusano puede conectar dos regiones del espacio con tiempos diferentes, un reloj en la primera cabina marcha más despacio que un reloj en la segunda cabina. Debido a que el tiempo transcurrirá diferente en los dos extremos del agujero de gusano, cualquiera que entrase en un extremo del agujero de gusano sería instantáneamente lanzado el pasado o al futuro.

Otra máquina del tiempo podría tener el siguiente aspecto. Si puede encontrarse materia exótica y dársele la forma de metal, entonces la forma ideal sería probablemente un cilindro. Un ser humano está situado en el centro del cilindro. La materia exótica distorsiona entonces el espacio y el tiempo a su alrededor, creando un agujero de gusano que se conecta a una parte lejana del universo en un tiempo diferente. En el centro del vértice está el ser humano, que no experimenta más que 1 g de tensión gravitatoria cuando es absorbido en el agujero de gusano y se encuentra así mismo en el otro extremo del universo.

Aparentemente, el razonamiento matemático de Thorne es totalmente impecable. Las ecuaciones de Einstein muestran en realidad que las soluciones de agujeros de gusano permiten que el tiempo transcurra a diferentes velocidades en cada extremo del agujero de gusano, de modo que el viaje en el tiempo es posible en principio. El problema reside en crear el agujero de gusano en primer lugar, y como Thorne y sus colaboradores señalan rápidamente, lo difícil está en cómo dominar la energía suficiente para crear y mantener un agujero de gusano, como se ha dicho, con materia exótica que, de momento, no parece fácil de conseguir.

Normalmente, una de las ideas básicas de la física elemental es que todos los objetos tienen energía positiva. Las moléculas vibrantes, los automóviles en movimiento, los pájaros que vuelan y los misiles propulsados tienen energías positivas. (Por definición, el espacio vacío tiene energía nula.) Sin embargo, si podemos producir objetos con “energías negativas” (es decir, algo que tiene un contenido de energía menor que el del vacío), entonces podríamos ser capaces de generar configuraciones exóticas de espacio y tiempo en las que el tiempo se curve en un círculo.

Este concepto más bien simple se conoce con un título que suena complicado: la condición de energía media débil (AWEC). Como Thorne tiene cuidado de señalar, la AWEC debe ser violada; la energía debe hacerse temporalmente negativa para que el viaje en el tiempo tenga éxito. Sin embargo, la energía negativa ha sido históricamente anatema para los relativistas, que advierten que la energía negativa haría posible la antigravedad y un montón de otros fenómenos que nunca se han visto experimentalmente, y que desde luego, nos vendrían como anillo al dedo para solucionar serios problemas.

Kip S. Thorne señala al momento que existe una forma de obtener energía negativa, y esto es a través de la teoría cuántica. En 1.948, el físico holandés Herrik Casimir demostró que la teoría cuántica puede crear energía negativa: tomemos simplemente dos placas de metal paralelas y descargadas. Ordinariamente, el sentido común nos dice que estas dos palcas, puesto que son eléctricamente neutras, no ejercen ninguna fuerza entre sí. Pero Casimir demostró que, debido al principio de incertidumbre  de Heisemberg, en el vacío que separa estas dos placas hay realmente una agitada actividad, con billones de partículas y antipartículas apareciendo y desapareciendo constantemente a partir de la nada en ese espacio “vacío”, partículas virtuales que mediante el efecto túnel vienen y van fugaces, tan fugaces que son en su mayoría inobservables, y no violan ninguna de las leyes de la física.  Estas “partículas virtuales” crean una fuerza neta atractiva entre las dos placas de Casimir que predijo que era medible.

Cuando Casimir publicó su artículo, se encontró con un fuerte escepticismo. Después de todo, ¿cómo pueden atraerse dos objetos eléctricamente neutros, violando así las leyes normales de la electricidad clásica? Esto era inaudito. Sin embargo, 10 años después, en 1.958, el físico M. J. Sparnaay observó este efecto en el laboratorio, exactamente como predijo Casimir.  Desde entonces, ha sido bautizado como el “efecto Casimir”.

Por el momento, aun no hay veredicto sobre la máquina del tiempo de Thorne. Todos están de acuerdo en que el factor decisivo es tener una teoría de la gravedad completamente cuantizada para zanjar la cuestión de una vez por todas. Por ejemplo, Stephen Hawking ha señalado que la radiación emitida en la entrada del agujero de gusano sería muy grande y contribuiría a su vez al contenido de materia y energía de las ecuaciones de Einstein. Esta realimentación en las ecuaciones de Einstein distorsionaría la entrada del agujero de gusano, quizá incluso cerrándolo para siempre. Thorne, sin embargo, discrepa en que la radiación sea suficiente para cerrar la entrada.

Los dos físicos, Hawking y Thorne, muy amigos, tienen una apuesta sobre el tema. ¿Quién la ganará? Puede suceder que la respuesta llegue cuando ninguno de los dos exista.

Thorne, a petición de su amigo Carl Sagan, le asesoró en la novela “Contact” que en el cine interpretó Jodie Foster, y en la que una experta astrónoma buscaba contactar con inteligencia extraterrestre y lo consigue, recibiendo los planos para la construcción de una maquina del tiempo mediante el agujero de gusano de Thorne.

La película está conseguida y el objetivo perseguido también; un mensaje de lo que, en un futuro (aún lejano) podría ser posible.

Claro que, para ello, antes habrá que conseguir unificar la Relatividad General de Einstein (la gravitación universal), con la Mecánica Cuántica de Planck (el microcosmos, el átomo), lo que de nuevo nos lleva al punto de partida: Que no sabemos por donde empezar, ya que, cuando se tratan de unir ambas teorías, aparecen los dichosos infinitos que no podemos renormalizar y todo se va al traste.

Parece que, en la teoría de Supercuerdas está presente una teoría cuantica de la gravedad, sin embargo, no podemos verificar de forma experimental tal teoría de cuerdas, toda vez que, para ello, necesitamos disponer de la energía de Planck, es decir, 10 -19 GeV, y, tal cosa, ni está a nuestro alcance ahora ni tampoco en las generaciones venideras, así que, si queremos tener una Teoría de la Gravedad cuántica, ésta tendrá que ser hallada por otro camino y, las posibilidades no son muchas.

Del viaje en el tiempo, son muchos los que han hablado y propuesto sus soluciones, sin embargo, es un tema especulativo que hoy no tiene ninguna aplicación aparte de la belleza que conllevan sus ecuaciones en la teoría que, como nos dice la Relatividad de Einstein, no es imposible, sin embargo, una cosa es la teoría y otra muy distinta la realidad de poder llevar a buen fin todo aquello que podemos imaginar.

emilio silvera

 

  1. 1
    Ramon Marquès
    el 3 de noviembre del 2009 a las 20:26

    Hola Emilio:
    Explicas muy bien lo de la máquina del tiempo de Thorne, pero creo que nos quedaremos sin poder viajar al futuro ni al pasado. Si se llegan a conseguir los agujeros de gusano hasta admito poder viajar a otros universos si existen, pero el tiempo por lo que podemos observar no admite juegos de malabares, va en una dirección por más que las ecuacines permitan lo contrario.
    Amigo Emilio, es un placer poder expresar el disentimiento a ciertas hipótesis. Un fuerte abrazo. Ramon Marquès

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  2. 2
    emilio silvera
    el 4 de noviembre del 2009 a las 7:35

    Amigo Ramón,como tú bien expresas, el tiempo (eso que llaman la flecha del tiempo) siempre está apuntando en la dirección del futuro y, el pasado, va quedando atrás sin remedio y, aún en la hipotética idea de que algún día, nuestra especie pudiera realizar la proesa de viajar al pasado, creo que, en lo que a nosotros concierne sólo sería de manera virtual, nunca podríamos incidir en lo que pasó ni cambiar nada de la Historia.

    Lo pasado, pasado está, es inamovible y, pensar en otras cuestiones está bien como ejercicios mentales y vuelos de la imaginación pero que, no parecen que puedan, algún día, ser reales.

    Sabemos que lo que vendrá, eso que llamamos futuro, llegará para otros que nos seguirán a nosotros y, aunque es verdad que en nuestra presencia aquí se consiguen avances, éstos son adelantos realizados en nuestro propio tiempo y, por lo tanto, siempre será nuestro presente.

    Estamos condenados a vivir en un presente absoluto y, cuando hablamos de futuro, estamos hablando de un tiempo de otros, el nuestro, mientras está con nosotros, se llamará siempre el “presente” que llegó del pasado y que es el futuro al que se referían nuestros antepasados.

    Esto del “tiempo” es complicado y, el viajar por él, tal como concebimos los viajes en el tiempo, no parece que físicamente hablando, sea algo fácil de conseguir. Mi mente está abierta a todo y, sin embargo, cuando llego a los viajes en el tiempo, algo dentro de mí se revela y contempla con meridiana claridad que, cambiar el pasado o poder traer adelantos del futuro…¡Es sólo un sueño!

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  3. 3
    Ramon Marquès
    el 4 de noviembre del 2009 a las 20:19

    Muy bien, amigo Emilio, expresas muy bien lo que los dos, y otros que no lo dicen, pensamos respecto a los viajes en el tiempo. Un abrazo. Ramon Marquès

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  4. 4
    Raul Rumem
    el 5 de noviembre del 2009 a las 16:56

    Que complicado lo de los viajes en el tiempo… Creo que tenemos demasiado “humanizada” la cuarta dimensión. Pero si podemos ir alante o atrás, arriba o abajo… ¿porque no poder ir al futuro? De echo la paradoja de los gemelos ya implica un viaje en el tiempo, que además ha quedado demostrado empíricamente (satélites geostacionarios por ejemplo).

    En todo caso, es algo que suena a “ciencia ficción”, ¿pero acaso no lo era hace poco más de un sigo viajar a la luna? Supongo que si pudieramos leer “foros” y “blogs” de aquella época los comentarios serían parecidos… “la distancia es insalvable” igual que ahora decimos que “el tiempo va en una sóla dirección”…

    En definitiva, que estamos a las orillas de un mar de conocimiento y casi ni hemos catado el agua.

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  5. 5
    Ramon Marquès
    el 5 de noviembre del 2009 a las 19:34

    Hola Raul:
    Lo del viaje del gemelo entiendo que es otra cosa, el tiempo simplemente transcurre más despacio. Pero cambiar la dirección de la flecha del tiempo o de la sucesión de los acontecimientos es algo que no veo por donde cogerlo, que lo permitan las ecuaciones no quiere decir nada, las ecuaciones al respecto se han tomado al tiempo muy a la ligera.
    Raul, siento disentir de tus ilusiones sobre los viajes en el tiempo. Un saludo afectuoso. Ramon Marquès

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  6. 6
    hugo luchetti
    el 9 de noviembre del 2009 a las 20:31

    GENERAR CONFIGURACIONES DE ESPACIOTIEMPO O MENTE GLOBAL:

    Es lo que hacemos continuamente mientras nos movemos y cuando conversamos o pensamos o dormimos. El “espacio de configuraciòn de fases” de las partìculas, lo hacemos al hablar, observar, enfocar, describir, escuchar. Solo falta que los fìsicos o los psìquicos aprendan a unir “el abanico de semiosis” (es decir las imàgenes, las acciones y el habla) con “lugares”, o “`posiciones” o “estados”. Donde LUGAR -POSICION -ESTADO -MOMENTO ANGULAR O “descripciòn” (informacòn) son lo mismo (sinònimos funcionales). Describimos estados al hablar. Ahora bien, hablar, HABLAR, es “abrir” el estado. Y el estado es la partìcula, es decir, el ESPACIO. El Lenguaje ABRE el espacio y lo desarrolla. Y a eso le llamamaos HISTORIA. La ENUNCIACION o HISTORIA es la cantidad de interacciones del HABLA. QUINTA DIMENSION, SUPERESPACIO O MENTE GLOGAL. Gracias.     

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  7. 7
    juan
    el 14 de noviembre del 2009 a las 15:48

    Todos sabemos que el tiempo es algo en donde vivimos, pasamos por el,estamos en el y vamos hacia el.

     

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