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¡¡Ramanuján!! Otro Genio.

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Aquellos genios    ~    Comentarios Comments (8)

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Actualmente, como ya quedó expresado en días anteriores en este mismo lugar, Edwar Witten es el físico teórico que, al frente de un equipo de físicos de Princeton, lleva la bandera de la teoría de supercuerdas con aportaciones muy importantes en el desarrollo de la misma. Su última versión, la Teoría M, engloba a todas las otras teorías formuladas en relación a las cuerdas, y, en una sóla versión, la ha situado de manera más firme y coherente al frente y mirando fija hacia el futuro que la verá crecer y, posiblemente, hacerse mayor.

Esta última teoría ha querido unificar la teoría de supergravedad, supersimetría, cuerdas, supercuerdas la cuerda heterótica en su dos versiones y, cogiensdo de todos ellas lo mejor y singular, Vitten ha construído la llamada Teoría M que, unificadora nos habla de una teoría del futuro en la que están inmersas las ecuaciones de Einstein de la Relatividad General, las de Maxwel del electromagnetismo e incluso, contiene una teoría cuántica de la Gravedad.

Allí, en la Teoría de cuerdas, lo podemos encontrar todo: Materia, energía, espaciotiempo, y todas las fuerzas del universo así como las constantes fundamentales, es decir, aspira a ser, una Teoria del Todo.

De todas las maneras, aunque los resultados y avances son prometedores, el camino por andar es largo y la teoría de supercuerdas en su conjunto es un edificio con muchas puertas cerradas de las que no tenemos las llaves para acceder a su interior y mirar lo que allí nos aguarda. Quedan muchos misterios por desvelar y muchos parámetros por eliminar y, otros, por incorporar. Es tan compleja la Empresa que, como dice el mismo Witten, no es de este tiempo, sino que, tendría que haber surgido en el futuro, muchos años más tarde y, precisamente por ese motivo, no la podemos dominar.

El problema está en que nadie es lo suficientemente inteligente para resolver la teoría de campos de cuerdas o cualquier otro enfoque no perturbativo de esta teoría. Se requieren técnicas que están actualmente más allá de nuestras capacidades. Para encontrar la solución deben ser empleadas técnicas no perturbativas, que son terriblemente difíciles. Puesto que el 99 por ciento de lo que conocemos sobre física de altas energías se basa en la teoría de perturbaciones, esto significa que estamos totalmente perdidos a la hora de encontrar la verdadera solución de la teoría.

¿Por qué diez dimensiones, once o veintiseis? Y, ¿dónde están?

Uno de los secretos más profundos de la teoría de cuerdas, que aún no es bien comprendido, es por qué está definida sólo en diez, once y veintiséis dimensiones. Es ahí, donde la Teoría se hace fuerte y nos facilita la posibilidad de continuar su desarrollo.

Si calculamos cómo se rompen y se vuelven a juntar las cuerdas en el espacio N-dimensional, constantemente descubrimos que pululan términos absurdos que destruyen las maravillosas propiedades de la teoría. Afortunadamente, estos términos indeseados aparecen multiplicados por (N-10). Por consiguiente, para hacer que desaparezcan estas anomalías, no tenemos otra elección cuántica que fijar N = 10. La teoría de cuerdas, de hecho, es la única teoría cuántica conocida que exige completamente que la dimensión del espacio-tiempo esté fijada en un número único, el diez.

Por desgracia, los teóricos de cuerdas están, por el momento, completamente perdidos para explicar por qué se discriminan las diez dimensiones. La respuesta está en las profundidades de las matemáticas, en un área denominada funciones modulares (¿Las de Ramanujan?).

Al manipular los diagramas de lazos de Kikkawa, Sakita y Virasoro creados por cuerdas en interacción, allí están esas extrañas funciones modulares en las que el número 10 aparecen en los lugares más extraños.

Estas funciones modulares son tan misteriosas como el hombre que las investigó, el místico del este. Quizá si entendiéramos mejor el trabajo de este genio indio, comprenderíamos por qué vivimos en nuestro universo actual.

Fig.1. Una partícula, una cuerda abierta y
una cerrada, describiendo sus órbitas en el
espacio-tiempo 4D.

 

El misterio de las funciones modulares podría ser explicado por quien ya no existe, Srinivasa Ramanujan, el hombre más extraño del mundo de los matemáticos. Igual que Riemann, murió antes de cumplir cuarenta años, y como Riemann antes que él, trabajó en total aislamiento en su universo particular de números y fue capaz de reinventar por sí mismo lo más valioso de cien años de matemáticas occidentales que, al estar aislado del mundo en las corrientes principales de los matemáticos, le eran totalmente desconocidos, así que los buscó sin conocerlos. Perdió muchos años de su vida en redescubrir matemáticas conocidas.

Dispersas entre oscuras ecuaciones en sus cuadernos están estas funciones modulares, que figuran entre las más extrañas jamás encontradas en matemáticas. Ellas reaparecen en las ramas más distantes e inconexas de las matemáticas. Una función que aparece una y otra vez en la teoría de las funciones modulares se denomina (como ya he dicho otras veces) hoy día “función de Ramanujan” en su honor. Esta extraña función contiene un término elevado a la potencia veinticuatro.

El número 24 aparece repetidamente en la obra de Ramanujan. Este es un ejemplo de lo que las matemáticas llaman números mágicos, que aparecen continuamente donde menos se les esperan por razones que nadie entiende. Milagrosamente, la función de Ramanujan aparece también en la teoría de cuerdas. El número 24 que aparece en la función de Ramanujan es también el origen de las cancelaciones milagrosas que se dan en la teoría de cuerdas. En la teoría de cuerdas, cada uno de los veinticuatro modos de la función de Ramanujan corresponde a una vibración física de la cuerda. Cuando quiera que la cuerda ejecuta sus movimientos complejos en el espacio-tiempo dividiéndose y recombinándose, deben satisfacerse un gran número de identidades matemáticas altamente perfeccionadas. Estas son precisamente las entidades matemáticas descubiertas por Ramanujan. Puesto que los físicos añaden dos dimensiones más cuando cuentan el número total de vibraciones que aparecen en una teoría relativista, ello significa que el espacio-tiempo debe tener 24 + 2 = 26 dimensiones espacio-temporales.

Una interacción general entre cuerdas se puede representar como la suma de interacciones más “elementales”, empezando con el diagrama árbol que representa la interacción con la mayor probabilidad de ocurrir, seguida por las correcciones perturbativas, es decir, por los demás diagramas de la serie infinita (Fig.9). Como puede observarse en dicha figura, las superficies que representan las interacciones no se vuelven increiblemente complicadas como los digramas de partículas, ya que sólo hay que agregarle agujeros a una superficie dada.

Fig.9

Fig.6

Fig.7

 

Para comprender este misterioso factor de dos (que añaden los físicos), consideramos un rayo de luz que tiene dos modos físicos de vibración. La luz polarizada puede vibrar, por ejemplo, o bien horizontal o bien verticalmente. Sin embargo, un campo de Maxwell relativista Aµ tiene cuatro componentes, donde µ = 1, 2, 3, 4. Se nos permite sustraer dos de estas cuatro componentes utilizando la simetría gauge de las ecuaciones de Maxwell. Puesto que 4 – 2 = 2, los cuatro campos de Maxwell originales se han reducido a dos. Análogamente, una cuerda relativista vibra en 26 dimensiones. Sin embargo, dos de estos modos vibracionales pueden ser eliminados cuando rompemos la simetría de la cuerda, quedándonos con 24 modos vibracionales que son las que aparecen en la función de Ramanujan.

Srinivasa Ramanujan

Con tan solo doce años dominaba la trigonometría; unos años después se hizo con una copia del libro de George Carr <<A sinopsis of Elementary Results in Pure and Applied Mathematics>>. El libro contenía una lista de los 4.400 resultados clásicos de la matemática, pero sin demostraciones, así es que Ramanujan lo asumió como un reto. Durante los siguientes años se dedicó a fondo en este libro, y comenzó a llenar su libreta de resultados e ideas que no aparecían en el libro original. Al igual que Euler poseía un talento y una intuición excepcional, esto hacía que jugase y trasformarse las fórmulas hasta conseguir nuevas perspectivas.

Cuando se generaliza la función de Ramanujan, el 24 queda reemplazado por el número 8. Por lo tanto, el número crítico para la supercuerda es 8+2=10. Este es el origen de la décima dimensión que exige la teoría. La cuerda vibra en diez dimensiones porque requiere estas funciones de Ramanujan generalizadas para permanecer auto consistente. Dicho de otra manera, los físicos no tienen la menor idea de por qué 10 y 26 dimensiones se seleccionan como dimensión de la cuerda. Es como si hubiera algún tipo de numerología profunda que se manifestara en estas funciones que nadie comprende. Son precisamente estos números mágicos que aparecen en las funciones modulares elípticas los que determinan que la dimensión del espacio-tiempo sea diez.

Fig.10
10 dimensiones = 9 espaciales y 1 temporal

En el análisis final, el origen de la teoría decadimensional es tan misterioso como el propio Ramanujan. Si alguien preguntara a cualquier físico del mundo por qué la naturaleza debería existir en diez dimensiones, estaría obligado a responder “no lo sé”. Se sabe en términos difusos, por qué debe seleccionarse alguna dimensión del espacio tiempo (de lo contrario la cuerda no puede vibrar de una forma cuánticamente autoconsistente), pero no sabemos por qué se seleccionan estos números concretos.

Quizá la respuesta a todo esto esté esperando a ser descubierta cuando alguien (algún genio matemático como Perelman) sea capaz de entender el contenido de los cuadernos perdidos de Ramanujan.

Erode

Srinivasa Ramanujan nació en 1.887 en Erode, India, cerca de Madrás. Su familia de clase media alta, brahmin, la más alta de las castas hindúes, fueron destituídos y venidos a menos. Su padre trabajaba de oficinista de un comerciante de tejidos.

Con diez años, lo mismo que pasó antes con Riemann, ya destacaba y sorprendía a todos con sus enormes poderes de cálculos. Siendo niño rederivó la identidad de Euler entre funciones trigonométricas y exponenciales.

Foto de Madras

Madrás

En la vida de cada científico joven hay un punto de partida, un hecho que, sin ellos saberlo, les marca el destino. Para Einstein fue la fascinación que le causó la brújula que le regaló su tío cuando estaba enfermo siendo un niño, no podía apartar la mirada de la aguja que siempre indicaba hacia el mismo sitio, y se preguntó una y mil veces por la fuerza invisible que la obligaba a dirigirse hacia esa dirección. Para Riemann, fue la lectura del libro de matemáticas de Legendre. Para Ramanujan, fue cuando se sumergió en un oscuro y olvidado libro de matemáticas escrito por George Carr. Este libro ha quedado inmortalizado desde entonces por el hecho de que señaló la única exposición conocida de Ramanujan a las modernas matemáticas occidentales. Según su hermana: “Fue este libro el que despertó su genio. Él se propuso establecer por sí mismo las fórmulas dadas allí. Como no tenía la ayuda de otros libros, cada solución era un trabajo de investigación por lo que a él concernía… Ramanujan solía decir que la diosa Namakkal le inspiraba las fórmulas en sueños”.

La mayor ciudad de la India es Bombay, con una población (1996, incluida el área metropolitana) de 15.700.000 habitantes. Otras ciudades con poblaciones de más de 1 millón de habitantes son Ahmadâbâd y Bangalore, con grandes nudos ferroviarios; Calcuta; Delhi; Hyderâbâd, famosa por sus artesanías; Kânpur, la ciudad de fabricación de cuero; el puerto de Madrás; Poona; Nâgpur; Lucknow y Jaipur..

Con ayuda de amigos, Ramanujan consiguió un puesto de bajo nivel del puerto de Madrás. Era un trabajo servil, con una mísera paga de 20 libras al año, pero dio libertad a Ramanujan, como a Einstein antes que él en la oficina de Patentes Suiza, para seguir sus sueños en su tiempo libre. Ramanujan, en la fascinación que en él ejercían los números, era incansable. Llenaba libretas enteras de cálculos y ecuaciones que antes veía florecer en su cabeza.

Así estaban las cosas cuando decidió escribir algunos de sus trabajos a las tres matemáticos más famosos de Inglaterra y Europa.

Dos de aquellos matemáticos, al tener en su poder las cartas enviadas por un miserable empleado sin instrucción formal alguna, sin haber comprobado su contenido, las arrojaron directamente a la basura. El tercero era el brillante matemático de Cambridge Godfrey Harold Hardy. Debido a su categoría en Inglaterra, Hardy estaba acostumbrado a recibir correo de chiflados proponiéndole los más peregrinos proyectos y, en un primer momento apenas prestó atención a la carta del joven Ramanujan.

Entre los densos garabatos advirtió muchos teoremas matemáticos que ya eran bien conocidos. Pensando que era la obra obvia de un plagiario, él también la desechó en ese primer impulso. Pero había algo que no encajaba. Algo que inquietaba a Hardy; no podía dejar de pensar en aquella extraña carta.

Hardy
G. H. Hardy

Durante la cena de esa noche, 16 de enero de 1.913, Hardy y su colega John Littlewood discutieron esta carta singular y decidieron echar un segundo vistazo-repaso a su contenido. Comenzaba de forma bastante inocente, con “Me permito presentarme a usted como un empleado en el departamento de contabilidad de la oficina del puerto franco de Madrás con un salario de sólo veinte libras al año”. Pero la carta del pobre empleado de Madrás contenía teoremas que eran totalmente desconocidos para los matemáticos occidentales. En total, contenía 120 teoremas. Hardy estaba atónito. Recordaba que demostrar algunos de esos teoremas “Me derrotó por completo”. “Nunca había visto nada antes que se le pareciera en lo más mínimo. Una simple ojeada a ellos es suficiente para mostrar que sólo podían estar elaborados por un matemático muy grande”.

Littlewood y Hardy alcanzaron la misma conclusión: aquello era el trabajo de un genio empeñado en derivar de nuevo 100 años de matemáticas europeas. “Él había estado llevando a cabo una carrera imposible, un pobre y solitario hindú, completamente solo y sin ayuda, enfrentando su cerebro contra toda la sabiduría acumulada en Europa”, recordaba con asombro Hardy.

Hardy escribió a Ramanujan y, tras muchas pesquisas, uso de amistades e influencias, arregló su estancia en Cambridge en 1.914. Por primera vez, Ramanujan podía comunicarse regularmente con sus iguales, la comunidad de los matemáticos europeos. Entonces comenzó el estallido de su actividad: tres cortos e intensos años de colaboración con Hardy en el Trinity Collage en Cambridge.

Ramanujan posa en el centro y Hardy a la derecha del todo, en 1916

Hardy trató más tarde de estimar la capacidad matemática que poseía Ramanujan. Concedió a David Hilbert, universalmente conocido y reconocido como uno de los mayores matemáticos occidentales del siglo XIX, una puntuación de 80. A Ramanujan le asignó una puntuación de 100. Así mismo, Hardy se concedió un 25.

Por desgracia, ni Hardy ni Ramanujan parecían interesados en la psicología a los procesos de pensamiento mediante los cuales Ramanujan descubría estos increíbles teoremas, especialmente cuando este diluvio material brotaba de sus sueños con semejante frecuencia. Hardy señaló: “Parecía ridículo importunarle sobre cómo había descubierto este o ese teorema conocido, cuando él me estaba mostrando media docena cada día de nuevos teoremas”.

Hardy recordaba vivamente:

“Recuerdo una vez que fui a visitarle cuando estaba enfermo en Putney. Yo había tomado el taxi número 1.729, y comenté que el numero me parecía bastante feo, y que esperaba que no fuese mal presagio”.

No. – Replicó Ramanujan postrado en su cama –. Es un número muy interesante; es el número más pequeño expresable como una suma de dos cubos en dos formas diferentes.

(Es la suma de 1 x 1 x 1 y 12 x 12 x 12, y también la suma de 9 x 9 x 9 y 10 x 10 x 10).”

Era capaz de recitar en el acto teoremas complejos de aritmética cuya demostración requeriría un ordenador moderno.

En 1.919 volvió a casa, en la India, donde un año más tarde murió enfermo.

El legado de Ramanujan es su obra, que consta de 4.000 fórmulas en cuatrocientas páginas que llenan tres volúmenes de notas, todas densamente llenas de teoremas de increíble fuerza pero sin ningún comentario, o lo que es más frustrante, sin ninguna demostración. En 1.976, sin embargo, se hizo un nuevo descubrimiento. Ciento treinta páginas de borradores, que contenían los resultados del último año de su vida, fueron descubiertas por casualidad en una caja en el Trinity Collage. Esto se conoce ahora con el nombre de “Cuaderno Perdido” de Ramanujan.

cuadernos
Los tres cuadernos de Ramanujan, en la universidad Tata

Los tres cuadernos que escribió y que son una de las hazañas más asombrosas de todo el pensamiento humano amarillean y se pudren víctimas del clima y los insectos en la universidad Tata de la India.

Comentando estos cuadernos perdidos, el matemático Richard Askey dice: “El trabajo de este año, mientras se estaba muriendo, era el equivalente a una vida entera de un matemático muy grande”. Lo que él consiguió era increíble. Los matemáticos Jonathan Borwien y Meter Borwein, en relación a la dificultad y la ardua tarea de descifrar los cuadernos perdidos, dijeron: “Que nosotros sepamos nunca se ha intentado una redacción matemática de este alcance o dificultad”.

Por mi parte creo que Ramanujan fue un genio matemático muy adelantado a su tiempo y que pasarán algunos años hasta que podamos descifrar al cien por ciento sus trabajos, especialmente, sus funciones modulares que guardan el secreto de la teoría más avanzada de la física moderna, la única capaz de unir la mecánica cuántica y la gravedad.

 

Srinivasa Ramanujan

De sólo 26 años y corazón simple pero con un intelecto genial y tenaz. La chaqueta, el cuello almidonado y los zapatos a la europea lo torturaban, y le recordaban lo que estaba dejando atrás: el clima, los colores y los olores de su pueblo, a su esposa niña, Janaki, a Komalatammal, la anciana madre fuerte y pasional, las reglas y los deberes de la casta que hacían de él un típico brahmán hindú.
Apenas cinco años antes Srinivasa Ramanujan era un ilustre desconocido, sin una rupia en el bolsillo, fracasado, aplazado en las escuelas de Kumbakonam y Erode, y de Madrás, la capital, porque “no mostraba ningún interés en seguir las lecciones, ni en ninguna otra materia que no fuera las matemáticas” Así se marchó a Inglaterra Un genio indio

Las matemáticas de Ramanujan son como una sinfonía, la progresión de sus ecuaciones era algo nunca vísto, él trabajaba desde otro nivel, los números se combinaban y fluían de su cabeza a velocidad de vértigo y con precisión nunca antes conseguida por nadie. Tenía tal intuición de las cosas que éstas simplemente fluían de su cerebro. Quizá no los veía de una manera que sea traducible y el único lenguaje eran los números.

Como saben los físicos, los “accidentes” no aparecen sin ninguna razón. Cuando están realizando un cálculo largo y difícil, y entonces resulta de repente que miles de términos indeseados suman milagrosamente cero, los físicos saben que esto no sucede sin una razón más profunda subyacente. Hoy, los físicos conocen que estos “accidentes” son una indicación de que hay una simetría en juego. Para las cuerdas, la simetría se denomina simetría conforme, la simetría de estirar y deformar la hoja del universo de la cuerda.

Aquí es precisamente donde entra el trabajo de Ramanujan. Para proteger la simetría conforme original contra su destrucción por la teoría cuántica, deben ser milagrosamente satisfechas cierto número de identidades matemáticas, que son precisamente las identidades de la función modular de Ramanujan. ¡Increíble!, pero cierto.

En resumen, he dicho que las leyes de la naturaleza se simplifican cuando se expresan en dimensiones más altas. Sin embargo, a la luz de la teoría cuántica, debemos corregir algo este sentido básico de mirar la cuestión. El enunciado correcto sería ahora: las leyes de la naturaleza se simplifican cuando se expresan coherentemente en dimensiones más altas. El añadido de la palabra coherente es crucial. Esta ligadura nos obliga a utilizar las funciones modulares de Ramanujan, que fijan en diez la dimensión del espacio-tiempo. Esto, a su vez, puede darnos la clave decisiva para explicar el origen del universo.


Publicado en el Blog de emilio silvera proveniente de fuentes diversas (la propia incluida).

 

  1. 1
    Tom Wood
    el 21 de octubre del 2011 a las 10:32

    ¡Es increíble la historia de Ramanujan! Si un día tienes tiempo, cuéntanos lo que sepas de Abel, el Frances de los grupos abeliano, que murió muy jovencito en un duelo, si hubiera pensado más en nosotros, los simples mortales o hubiera sido más cobarde, creo que hoy no habríamos descifrado todo lo que hubiera dejado. Y yo tratando de descifrar que tienen los leptones y los quarks adentro, cuando lo que debía de averiguar es  que tienen la cabeza de estos genios adentro y todo lo demás quedaría resuelto.

    Responder
    • 1.1
      emilio silvera
      el 21 de octubre del 2011 a las 12:03

      Amigo Tom, verdaderamente es Incríble que personas así, surjan de vez en cuando, y, es curioso ver como son muchos de ellos los que, por una u otra razón mueren jóvenes. Lo cierto es que, en algunas mentes, están los parámetros precisos y necesarios para que nos digan cómo está hecha la Naturaleza que no todos logramos comprender y, estos privilegiados, sí que pueden “ver” con claridad meridiana, lo que a otros se nos ha negado.
      En cuanto a ese “francés” que mencionas, debes referirte al Noruego Niels Henrik Abel que probó en 1824 que no hay ninguna fórmula para hallar los ceros de todos los polinomios generales de grado n ≥ 5 en términos de sus coeficientes y en el de las funciones elípticas, ámbito en el que desarrolló un método general para la construcción de funciones periódicas recíprocas de la integral elíptica.
      Demostró, también, la imposibilidad de resolver las ecuaciones de quinto grado usando raíces (Teorema de Abel-Ruffini). Después publicó el trabajo de manera mucho más elaborada en el primer volumen del Diario de Crelle.
      Lástima que muriera a los 27 años. Realizó una brillante investigación sobre la Teoría de las funciones, en la que estudió sobre todo la elíptica y la hiperelíptica, e introduciendo un nuevo tipo de funciones que hoy se conocen como funciones abelianas, y que fueron objeto de un profundo estudio por su parte. En Paris conoció a los matemáticos más importantes de Francia.
      Está claro que fue una gran pérdida para todos su prematura muerte. Tiene un Cráter con su nombre en la Luna, y, en su honor, se Instituyó el Premio Abel que se otorga cada año a algún matemático.
      La maravilla de la Mente Humana que, tiene caminos que no llegamos a comprender…Al menos de momento.
      Un abrazo amigo.

      Responder
  2. 2
    Tom Wood
    el 21 de octubre del 2011 a las 19:28

    Lo siento, abuce de la memoria, el matemático que yo recordé era el francés Evariste Galois, que murió en un duelo a los 20 anos…, si puede háblenos de esta mente prodigio.

    Responder
  3. 3
    emilio silvera
    el 22 de octubre del 2011 a las 6:34

    Alguno de estos días lo tendremos aquí.
    Un saludo amigo

    Responder
  4. 4
    Amater
    el 30 de enero del 2013 a las 5:29

    Un Abracadabra De Un Viejo Cientifico Gracias .. Las Personas Mueren Sin Saber que han Hecho Tal Ves Sea Lo que Nos Queria Decir Ainstein Cuando Hablaba De Eso De Lo Relativo –. Nico

    Responder
    • 4.1
      emilio silvera
      el 30 de enero del 2013 a las 5:59

      Estimado amigo visitante:
      Lo malo es, precisamente lo contrario, los que se mueren sabiéndolo.
      Morir, nadie quiere por muy dura que la vida le resulte. Todos nos aferramos a la vida.
      Muchos -me parece bien-, tienen una esperanza para después del suceso, la religión les influye.
      De todo esto, lo único que nos iguala a todos es el nacer y el morir, todos pasamos por ese trance.
      Aunque bien es verdad que, en algunos casos, la muerte viene a ser una salvación, tan dolorosa es la vida.
      En la mayoría de los casos, el trance más duro que tiene la muerte, es el no saber qué futuro les espera a los seres queridos y que, los que se van, no estén aquí para echar una mano en los momentos necesarios. Pero, el tiempo pasa, la inexorable entropía hace su trabajo y el deterioro de las cosas y de los seres vivos, es imparable, todo sufre cambios y, mientras tanto, todo se transforma y aparecen cosas nuevas, nueva sabia y, ¡la Vida sigue.
      Es bueno saber todo eso. Ser consciente de esa realidad nos hace no temerle a la muerte que, al fin y al cabo, es simplemente, el último suceso en una sucesión de hechos que comenzó, en ese instante en el que nacemos. Un largo recorrido para quien sabe aprovechar el tiempo -se pueden hacer muchas cosas- y, en eso, sí tienes razón al apuntar a la relatividad, ¡quién va por la vida a la velocidad de la luz, parece que para el tiempo y hace mucho más! En realidad, es simplemente que ha trabajado mucho más, no ha dejado muchos tiempos muertos y, la mayor parte de eso que llamamos tiempo, lo dedicó a “construir cosas” que, de alguna manera, dejó rastro de su paso por este mundo.
      Para morir sin saberlo, es preciso que nos caiga un meteorito en la cabeza, o, que la hayamos perdido antes.
      Claro que, morir de esa manera, ahorra sufrimiento y, de la misma manera que ¡la felicidad del tonto!, pasar de esta vida a ese otro lugar, de irás y no volverás sin sentir, quizás haga el fatídidco trance más fácil.
      ¿Hablar de la muerte? ¿Por qué no? Está aquí con nosotros y, lo cierto es que, nos acercamos a ella desde que nacemos, cada minuto más… ¡es un minuto menos!
      Bueno, espero que otro día se le ocurra hablar sobre otra cosa.
      Saludos cordiales.
       

      Responder
  5. 5
    Juan
    el 4 de septiembre del 2013 a las 6:35

    Te felicito por esta pagina amigo!!!
    Como me hubiece gustado tener la cabeza para “jugar” con estas maravillosas expresiones,seria el tipo mas feliz del mundo con un pizarron tan grande como una pared y 20 cajas de tiza 🙂 sin lugar a dudas la maxima expresion de ARTE que el humano ha plasmado en el mundo es esto, las matematicas. A cualquiera que se le pregunta por el arte automaticamente se le viene a la cabeza pinturas, piezas musicales,etc(que esta muy pero muy bien) pero no se porque esto queda fuera de lugar. Poder entender analizar y discutir con colegas una teoria como esta debe ser tal sensacion que te llenaria los ojos de lagrimas por dejar sumergirte en tal perfeccion en poder comunicarte con el universo, crear y moldear las llaves para abrir o tan solo espiar detras de esas puertas que se encuentran en este edicifio como bien lei en tu articulo, debe ser una sensacion orgasmica! (sino dejo de sorprenderme estudiando ingenieria, no puedo ni siquiera pensar lo que se debe sentir “tocar” algo como esta teoria y TODO lo que tenga que ver con ella)
    Esto es lo lindo de “ser humano” es la sabia de la vida.. poder deleitar mis sentidos con un “L´estate” de Vivaldi Algun Capricho de Nicolo Paganinni o un “Vivace” o “Fugue” de Ingwie Malmsteen asi como tambien de las pinturas de Escher y por ultimo de la maravillosa ciencia que puede construir un puente que tiene la posibilidad y potencial de develarnos hasta los mas intimos secretos del universo (o no) y aunque en escencia y formalmente no me llegue ni el 1% de lo que es esta teoria y lo que tiene en la cabeza un ser como Ramanujan que lindo es deleitarse con esto realmente lloro, y ver que nuestras mas brillantes mentes quienes son los que nos representan (me gustaria que fueramos asi todos) se empeñan tanto por llegar a esa meta, poder unificar todo, y lo van a lograr porque esta en nuestra sangre, es tan simple con solo ver relativamente unos pocos años atras de todo lo que fuimos capaz de hacer como raza, si estoy ahi para verlo o no sera otra cuestion… Perdon si me extendi pero las palabras solo brotaron y exprese mis sentimientos en esta maravillosa pagina. Un saludo cordial!!! Juan

    Responder
    • 5.1
      emilio silvera
      el 4 de septiembre del 2013 a las 9:36

      ¡Hola, amigo Juan!
      Nada tengo que perdonarte y, tu calurosa expresión que me hablan de tu profundo sentir, es pegadiza y transmite el sentimiento que subyace en lo más profundo de tu ser. Quieres saber y te sientes frustrado cuando intuyes que muchas cosas están ahí y que no las podemos alcanzar, el intelecto no ha evolucionado aún, lo bastante para ello. Sin embargo, como bien dices, algo de lo que hicimos bien, ahí está como muestra de la que has nombrado algunas.
      Es cierto que la Cienca es como un árbol en el que cada una de sus ramas son las distintas disciplinas: Física, Astronomía, Biología, Química… Y, si alguien pregunta ¿ Y las matemáticas? Esas amigo mío, son las raíces que hacen posible que el árbol viva.
      El lenguaje matemático complejo nos lleva a comprender cuestiones que no se pueden explicar con palabras y, no todos, tenemos una mente preparada para poder asimilar tales complejidades que nos hablan de los más profundos secretos de la Naturaleza, del Universo y de nosotros que, al fin y al cabo, Naturaleza somos y tenemos, dentro de nuestras mentes, todas las respuestas que, con el Tiempo, aflorarán hacia la superficie y, entonces y sólo entonces, podremos decir que sabemos. Ahora, aunque algo hemos podido llegar a saber, en la mayoría de los casos… ¡Sólo creemos que sabemos!
      Creamos Modelos y Teorías que sólo duran un Tiempo y, cuando nuestras mentes han evolucionado algo más, cuando nuevos descubrimientos nos dan “nuevas llaves” para abrir “nuevas puertas”, vemos con asombro que, lo que creíamos saber no era la realidad del mundo, sino tan sólo el mundo que creíamos ver.
      Un cordial saludo amigo Juan.
      PD.
      Sigue sintiendo así, deja volar tu imaginación y que llegue hasta donde pueda llegar, si lo haces, visitarás lugares mágicos y verás mundos de fantásticas criaturas, galaxias jamas vistas por nadie e incluso, universos distintos al nuestro en el que, las constantes universales que aquí tenemos, allí son variables y hacen de aquel un universo diferente.

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