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Lo mismo dicen una cosa que la contraria… de la “materia...
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (4)
¿Todas las galaxias, en el centro de una esfera de agujeros negros?
Una nueva investigación sugiere que lo que llamamos materia oscura podrían ser, en realidad, agujeros negros primordiales
A la izquierda, región de cielo en infrarrojos. A la derecha, la misma zona, con las estrellas y otras fuentes de infrarrojos oscurecidas, sigue brillando intensamente – NASA/JPL-Caltech/A. Kashlinsky (Goddard)
Todas las galaxias, incluída la nuestra, podrían estar completamente rodeadas por una enorme esfera de agujeros negros. Esa es la extraordinaria conclusión de un equipo de investigadores del Centro Espacial Goddard, de la NASA, que ha sugerido la posibilidad de que la misteriosa y hasta ahora esquiva materia oscura esté hecha, en realidad, de “agujeros negros primordiales“, esto es, formados durante el primer segundo tras el Big Bang.
Para Alexander Kashlinsky, director de la investigación, la idea es consistente con lo que observamos en el fondo cósmico, tanto en la longitud de onda del infrarrojo como en la de los rayos X, y puede explicar también las masas inesperadamente elevadas de los dos agujeros negros en proceso de fusión observadas el año pasado, durante la primera detección de ondas gravitacionales. El estudio se acaba de publicar en The Astrophysical Journal Letters.
“Este estudio -explica el investigador- constituye un gran esfuerzo para unir toda una serie de ideas y observaciones y ver lo bien que encajan. Y resulta que encajan sorprendentemente bien. Si esto es correcto, entonces todas las galaxias, incluyendo la nuestra, serían parte de una gran esfera de agujeros negros, cada uno de ellos de aproximadamente 30 masas solares”.
Ya en 2005, Kashlinsky dirigió a un equipo de astrónomos, que usaron el telescopio espacial Spitzer para explorar el brillo del fondo cósmico en el rango del infrarrojo en una porción concreta de cielo. Los científicos reportaron una irregularidad excesiva en ese brillo, y concluyeron que probablementese se debía a la suma de los brillos de las primeras fuentes de luz que iluminaron el Universo primitivo, hace más de 13.000 millones de años. Estudios posteriores confirmaron que este brillo del fondo cósmico de infrarrojos (CIB, por sus siglas en inglés) tiene la misma e inesperada estructura irregular también en otras partes del cielo.
Arriba, región de cielo en infrarrojos. Abajo, la misma zona, con las estrellas y otras fuentes de infrarrojos oscurecidas, mostrando que el fondo restante, …
En 2013, otra investigación hizo lo mismo, pero esta vez observando el brillo del fóndo cósmico en el rango de los rayos X (CXB), utilizando el telescopio espacial Chandra, y en la misma porción de cielo en la que se había medido el brillo en el infrarrojo. Las primeras estrellas, que emiten la mayor parte de su radiación en el espectro visible y en el ultravioleta, no contribuyen en exceso al CXB.
El resultado fue que los brillos irregulares en el fondo cósmico coincidían muy bien tanto en los rayos X como en el infrarrojo. Y el único objeto conocido capaz de ser lo suficientemente luminoso en cualquier rango de energía es un agujero negro. Los investigadores, pues, concluyeron que los agujeros negros primordiales, los que se formaron durante el Big Bang, debieron de ser muy abundantes entre las primeras estrellas, tanto como para constituir al menos una de cada cinco de las fuentes que contribuyen al CIB.
No es materia oscura, sino agujeros negros
Y aquí es donde entra en juego la materia oscura, cuya auténtica naturaleza sigue siendo uno de los problemas no resueltos más importantes de la astrofísica. Cinco veces más abundante que la materia ordinaria, de la que están hechas todas las galaxias, estrellas y planetas que podemos ver, la materia oscura no “brilla”, es decir, no emite radiación, en ninguna longitud de onda, por lo que resulta indetectable para cualquiera de nuestros instrumentos. Sabemos que está ahí, sin embargo, porque su fuerza gravitatoria obliga a la materia ordinaria (la que sí podemos ver) a moverse de formas que, sin la existencia de esa masa invisible, serían imposibles.
Hasta ahora los físicos han tratado de construir modelos teóricos que puedan explicar la materia oscura con una partícula exótica muy masiva, pero todas las pruebas llevadas a cabo para encontrar esa hipotética partícula han fracasado sin excepción.
Existe una amplia cartografía de la “materia oscura”
Según Kashlinsky, “estos estudios están proporcionando resultados cada vez más sensibles, reduciendo lentamente el abanico de parámetros donde las partículas de materia oscura se podrían ocultar. Pero el fracaso a la hora de encontrarlas ha llevado a un renovado interés por el estudio de lo bien que los agujeros negros primordiales -agujeros negros formados en primera fracción de segundo del universo- podrían funcionar como materia oscura”.
Los físicos creen que hay varias formas en que el universo temprano, muy caliente y en rápida expansión, pudo producir agujeros negros primordiales en la primera milésima de segundo tras el Big Bang. Y cuanto más tarde se pusiera en marcha este mecanismo, mayores serían los agujeros negros “fabricados” por el Universo recién nacido. Dado que la “ventana” para crear estos agujeros negros dura apenas una fracción de segundo, los agujeros negros primordiales, según los investigadores, deberían de estar todos dentro de un estrecho rango de masas.
Ondas gravitacionales, la primera pista
El pasado 14 de septiembre, los observatorios LIGO (Laser Interferometer Gravitational-Wave Observatory) detectaron las ondas gravitacionales causadas por la fusión de dos agujeros negros a 1.300 millones de años luz de distancia. Fue la primera (y por ahora la única) vez que se lograba detectar las ondas gravitacionales que había predicho Einstein hace un siglo, pero también fue la primera detección directa de un agujero negro en toda la historia de la Ciencia. La señal captada por los investigadores aportó información sobre las masas de los dos agujeros negros en proceso de fusión: 29 y 36 masas solares, respectivamente. Valores inesperadamente grandes y, sobre todo, sorprendentemente similares.
“Según cuál sea el mecanismo que está actualdo -explica Kashlinsky- los agujeros negros primordiales podrían tener propiedades muy similares a las detectadas por LIGO. Si asumimos que ese es el caso, y que LIGO captó la fusión de dos agujeros negros nacidos en el universo temprano, entonces podemos estudiar las consecuencias que esto tiene en nuestra comprensión de cómo el cosmos, en última instancia, evolucionó”.
Agujeros negros de masa estelar detectados hasta ahora mediante rayos X (izquierda) y por el experimento LIGO (derecha); el eje vertical indica la masa de …
En su nuevo trabajo, Kashlinsky analiza lo que podría haber sucedido si la materia oscura realmente consiste en una gran población de agujeros negros similares a los detectados por LIGO. Esos agujeros negros, por ejemplo, distorsionaron la distribución de la masa en el universo temprano, añadiendo una pequeña fluctuación que tuvo consecuencias cientos de millones de años más tarde, cuando las primeras estrellas empezaron a formarse.
Durante los primeros 500 millones de años de existencia del Universo, la materia ordinaria estaba demasiado caliente como para unirse y formar las primeras estrellas. Pero la materia oscura no resultó afectada por la temperatura ya que, debido a su propia naturaleza, no depende de la radiación e interactúa fundamentalmente a través de la gravedad. Agregándose a causa de esta atracción gravitatoria, la materia oscura se agrupó primero en estructuras llamadas “mini halos”, lo que proporcionó una serie de “semillas gravitacionales” alrededor de las cuales la materia ordinaria pudo ir acumulándose. Así, el gas caliente (la materia ordinaria) se fue acumulando alredodor de los “mini halos”, dando lugar a “paquetes” de gas lo suficientemente densos como para colapsar sobre sí mismos y formar las primeras estrellas.
Kashlinsky observa que si efectivamente los agujeros negros son la materia oscura, el proceso de formación estelar sucedería más rápidamente y se producirían con más facilidad las irregularidades en la luminosidad del fondo cosmico observadas en el rango de los infrarrojos por el telescopio Spitzer. Y esto sería así incluso si solo una pequeña parte de los “mini halos” estuviera produciendo estrellas.
Por supuesto, los agujeros negros también capturarían una parte del gas caliente que era atraído lor los “mini halos”. Esa materia, se recalentaría según se fuera acercando a los agujeros negros y terminaría, también, por producir rayos X. Juntas, la luz infrarroja procedente de las primeras estrellas y los rayos X emitidos por la materia atraída por los agujeros negros, producirían los mismos efectos que los científicos han observado en los brillos en CIB y el CXB.
De vez en cuando, además, alguno de estos agujeros negros primordiales pasaría lo suficientemente cerca de otro como para ser capturado por su gravedad y formar un sistema binario. Durante eones, los dos agujeros negros de esos sistemas binarios se orbitarían mutuamente, para terminar fundiéndose en uno solo, como el encontrado el año pasado por los detectores LIGO.
“Las futuras observaciones de LIGO -afirma Kashlinsky- nos dirán mucho más sobre la población de agujeros negros en el Universo, y no hará falta demasiado tiempo para saber si el escenario que propongo se sostiene o no”.
el 8 de abril del 2018 a las 6:37
Como podréis ver por estos dos reportajes de presa que publica EFE y otros medios, la historia interminable de la “materia oscura, nos perseguirá durante mucho tiempo, el Tiempo que sigamos cargando con la ignorancia de no saber explicar el por qué, las galaxias se mueven como lo hacen, de una manera inusual, como si existiera más materia que la que podemos ver.
Al no saber explicar ese suceso, los científicos acuden a todo lo que se les pueda ocurrir, y, llevados por la pasión de su trabajo, ven la “materia oscura” por todas partes, y se atreven a escribir artículos en los que muestran galaxias y dicen que la materia oscura se retrasa y se separa de ellas, o, por ejemplo que no hay tal “materia oscura” y que, en realidad, son Agujeros negros. En otras ocasiones, la “materia oscura eran los neutrinos.
Han hablado de materia fría y caliente, e, incluso, han postulado peregrinas ideas del origen de esa invisible “materia” que incluso, podría ser la fuerza de Gravedad que generan otros universos sobre el nuestro y atraen a las galaxias que, cada día están más separadas las una de las otras mientras el Espacio se expande.
Si reunimos todos los estudios que han hecho los astrónomos sobre “materia oscura” podríamos comprobar lo despistados que andan sobre el hecho cierto de que, la “materia oscura” sólo es una conjetura que podría, o no podría ser. Buscan desesperadamente las partículas que la podrían conformar y nos hablan de Axiones y partículas Wimps…
Una locura
el 8 de abril del 2018 a las 12:59
Cualquier partícula viene a ser un agujero negro. ¿Quién ha sido capaz de llegar a lo último de su materia de su esencia…? nadie, ni podrá conseguirlo.
Las partículas oscuras también tienen la categoría de pequeñísimos agujeros negros. En realidad cualquier estructura “elemental” podría calificarse de una forma práctica como agujero negro. Pero a lo que suele llamársele materia energía oscura es a aquella que dada su dimensión permea cualquier materia, no obstante serán variadas dentro de ese orden y formarán parte de ella según la estructura. Son como los primeros atisbos materiales de cualquier materia, como formas simples o descompuestas.
Yo siempre lo digo: si cualquier elemento o partícula no proviene de un fraccionamiento infinito, es que la naturaleza nos miente.
Si el elemento o partícula poseyera una base elemental intocable, sería porque a su estructura “le interesa” un límite para ser lo que es. Es su manera respecto a los demás. Hurgar en ella significará destruirla de alguna forma. Pero esto no quita, que tras sus propios limites, los antecedentes existan, sin solución de continuidad. Lo contrario sería una incongruencia en la conservación de la energía.
Poco prácticas estas reflexiones de infinitos cuando nuestras mentes jamás llegaran tan lejos.
el 8 de abril del 2018 a las 16:26
Bueno, es lógico pensar que ese “algo” casi insustancial exista en cantidades inmensas repartido por todo el Universo y que, sin ese “ingrediente primero” no pudiera haberse formado la materia que podemos ver formando estrellas, planetas y galaxias. Nada surge de la nada, si surgió, es porque había.
Ahora, lo que tenemos que averiguar es qué es lo que había.
Creo que con el paso del Tiempo, con el avance de las técnicas cada vez más refinadas, es posible que, en el futuro, podamos hallar las respuestas a las preguntas que están sin respuestas, y, desde luego, la de esa hipotética sustancia primera es de las más importantes para saber sobre muchas cuestiones hoy en la oscuridad.
También nos parecía imposible que algún día, nuestra especie, pudiera saber de qué estaban hechas las estrellas, o, qué eran las galaxias, y, en el ámbito de lo muy pequeño, hemos conseguido llegar a desentrañar muchos secretos de la materia y, según creo, quedan muchos aún por desvelar.
Lo cierto es que, no lo sabemos todo y, como decía Karl Popper, “…nuestros conocimientos son limitados pero, nuestra ignorancia es infinita”.
Saludos amigo.
el 9 de abril del 2018 a las 3:05
En alguna teoría antigua, un reputado científico decía: “La materia se está generando de manera continuada”. Y, precisamente hace unos días, he podido leer un reportaje en el que decían que un equipo de astrónomos habían descubierto que nuestra Galaxia era más grande, que daba la sensación de haber crecido.
Lo dicho, sabemos menos de lo que creemos que sabemos.