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Biología cuántica: una ciencia que es y no es a la vez

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en ¿Biofísica?    ~    Comentarios Comments (0)

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Reportaje de Prensa: En El Español.

Los científicos estudian si los seres vivos utilizan las extrañas propiedades de la física cuántica en sus procesos biológicos, pero aún no lo han decidido.

Imagen de una estructura de ADN molecular en el Museo de Ciencias de Oxford.

Imagen de una estructura de ADN molecular en el Museo de Ciencias de Oxford. Allispossible.org.uk (CC)

Circula por ahí un chiste sobre los ordenadores cuánticos, esas máquinas del futuro de las que se hablan maravillas: “Los ordenadores cuánticos son extremadamente potentes, y al mismo tiempo aún no funcionan”, cuenta a EL ESPAÑOL el físico Franco Nori, director del Grupo de Investigación en Materia Condensada Cuántica del Instituto RIKEN, en Japón. El chiste es una parodia del famoso experimento mental del gato de Schrödinger, que estaba vivo y muerto al mismo tiempo.

 

 

Y es que la física cuántica es así: paradójica, contraria a la intuición de los seres grandes como nosotros, que nos regimos por la lógica de la mecánica clásica y la relatividad einsteniana. En nuestra experiencia cotidiana, algo no puede aparecer al mismo tiempo en dos estados incompatibles entre sí. Las reglas de la cuántica sólo operan en lo extremadamente diminuto; e incluso a esa escala, no siempre funcionan. Pero sobre todo, aún no ha logrado tenderse el puente en el que los físicos cuánticos y los relativistas puedan darse la mano; no hay una teoría que ligue ambos ingredientes en una sola salsa.

Sin embargo, es evidente que las partículas subatómicas son la base de todo, así que podríamos decir, apunta Nori, que “todo en el universo es cuántico… porque todo está hecho de átomos”. Pero aclara: “Sin embargo, no describimos cómo se mueven los satélites o cómo fluye el agua utilizando mecánica cuántica, porque para esto no necesitamos la parte cuántica. Muchos átomos se pueden describir bien clásicamente”. De hecho, añade, “pocos fotones requieren un tratamiento de óptica cuántica; no se necesita”.

Y dado que lo ocurrido en los círculos cuánticos no deja rastro aparente en eso que los no-físicos llamarían el mundo real, ¿cómo podría tener alguna importancia para la vida? Debería quedar perfectamente zanjado que las enormes moléculas en las que se basan los procesos biológicos no pueden enterarse ni de lejos de lo que sucede al minúsculo nivel de los electrones de sus átomos, por mucho que dependan de ello. ¿O sí?

¿Qué es la vida?

 

 

 

En 1944 Erwin Schrödinger, el del gato, publicó un ensayo de divulgación titulado What is Life? (¿Qué es la vida?), basado en una serie de conferencias públicas que había pronunciado el año anterior en el Trinity College de Dublín. En su obra, Schrödinger ataba la relación entre química y biología, y por tanto entre física y biología, en una época en que aún no se conocía que la herencia genética residía en una sustancia ya conocida llamada ADN.

Aunque el austríaco no fue el primero en suponer que la información genética de los seres vivos debía de codificarse en enlaces químicos, sus ideas influyeron en la posterior investigación de la estructura del ADN por James Watson y Francis Crick. Pero Schrödinger hizo algo más: acuñó el término “teoría cuántica de la biología”, refiriéndose al hecho de que las mutaciones son saltos en la herencia, del mismo modo que la energía de las partículas salta de un valor discreto a otro (está cuantizada). “El mecanismo de la herencia está estrechamente relacionado con, o mejor dicho, está fundado sobre, la misma base de la teoría cuántica”, escribía el físico.

Con todo, Schrödinger se quedó corto: además de no extender su idea más allá de los genes, se centró únicamente en cómo la asimetría de las moléculas y sus múltiples formas podían servir para codificar toda la diversidad de la información genética. En cambio, negó expresamente que las transiciones en los átomos pudieran tener alguna influencia en la biología: “La indeterminación cuántica no juega ningún papel biológicamente relevante”, escribió.

 

 

La fotosíntesis funciona gracias a la física cuántica
La fotosíntesis funciona gracias a la física cuántica Frank Bättermann

A la biología cuántica aún le aguardaba una larga espera. Al menos, hasta 2007. Aquel año, un equipo de la Universidad de California en Berkeley dirigido por el físico Graham Fleming demostraba algo que otros científicos llevaban tiempo barruntando: la fotosíntesis, ese proceso cuasimágico por el que muchos organismos consiguen producir oxígeno a partir del dióxido de carbono, funciona gracias a la física cuántica.

Los investigadores aislaron los centros fotosintéticos de dos microbios, la bacteria verde del azufre Chlorobium tepidum y la bacteria púrpura Rhodobacter sphaeroides, y los bombardearon con pulsos láser para estudiar cómo la energía de los fotones se transfería desde los pigmentos que recogen la luz hasta el centro de reacción, donde se cuece esa química necesaria para la vida. Los mensajeros de esta transferencia son los electrones, que corren alimentados por esa poción mágica de la energía fotónica. Pero ¿cómo encuentran su camino entre el desorden molecular para evitar perderse y desperdiciar esa energía?

Fleming y su equipo descubrieron que lo hacen como ondas, no como partículas. De este modo, la onda se dispersa para encontrar el mejor camino sin tener que recorrerlos todos uno a uno. Y esta capacidad de estar en distintos lugares al mismo tiempo, o de tener dos estados incompatibles entre sí, es el privilegio de la física cuántica; por fin había nacido la biología cuántica.

 

Un caos húmedo y caliente

 

 

                                               Géiser del Parque de Yellowstone.

 

Los análisis químicos y biológicos indican que hay un extraño ecosistema subglacial de bacterias autótrofas que metaboliza iones de azufre y hierro. Según la geomicrobióloga Jill Mikucki, en las muestras de agua existen como mínimo 17 tipos diferentes de microbios, que viven prácticamente sin oxígeno. Nunca antes se había observado en la naturaleza el proceso metabólico mediante el cual los microbios utilizan un sulfato como catalizador para respirar con iones férricos y metabolizar la materia orgánica microscópica atrapada con este compuesto químico.

 

 

Pero no tan aprisa. Fleming y su equipo llevaron a cabo sus experimentos en condiciones típicas de la física cuántica; por ejemplo, por debajo de los 100 grados bajo cero. Y está claro que las bacterias no suelen vivir a esas temperaturas. Para un físico, una célula es la peor de sus pesadillas: caliente, húmeda, ruidosa y desordenada. En tan miserables condiciones es imposible que ninguna tarea importante pueda confiarse a la extrema levedad de los fenómenos cuánticos. “Muchos científicos creen que estos fenómenos son tan frágiles que sólo aparecen en sistemas muy simples, compuestos por muy pocas partículas y donde el ruido molecular se congela a temperaturas cercanas al cero absoluto”, resume a EL ESPAÑOL el genetista molecular de la Universidad de Surrey (Reino Unido) Johnjoe McFadden.

O al menos eso parecía, hasta que en 2010 dosestudios demostraron que lo dicho para la fotosíntesis en el frío glacial era válido también a temperatura ambiente. Pero, de hecho, éste no es el único sistema biológico en el que la física cuántica puede marcar las reglas, ni siquiera el primero en el que sospechó algo semejante: durante décadas, los biofísicos intuyeron que las enzimas, esos mediadores que convencen a las moléculas para que reaccionen, funcionan según un conocido mecanismo cuántico llamado efecto túnel que permite a una partícula, en este caso un protón, pasar de un estado a otro sin saltar la barrera de energía que los separa, excavando un túnel. En 1989 se mostró por primera vez el efecto túnel en las enzimas.

 

 

Física cuántica

 

 

Con todo esto, parece que la biología cuántica debería ser ya un miembro de pleno derecho del club de las disciplinas científicas. Y sin embargo, ni sus propios patrocinadores se atreven a ir tan lejos. Regresando al chiste del comienzo, Nori aplica a la biología cuántica esa misma doble condición del gato vivo y muerto: “Es a la vez un campo excitante para estudiarlo con precaución en el futuro, y también en el que muchas cuestiones importantes aún no están demostradas”.

“Muchos científicos aún no están convencidos de que estos efectos requieran la mecánica cuántica para explicarse”, apunta a EL ESPAÑOL el físico de la Universidad de Surrey Jim Al-Khalili, coautor junto con McFadden del libro Life on the Edge: The Coming of Age of Quantum Biology (Bantam Press, 2014). El obstáculo esencial es esa diferencia de pulcritud entre los experimentos cuánticos y el aparente caos de una célula viva, que suscita el escepticismo de no pocos expertos. Para el físico de la Universidad de Viena Markus Arndt, este es “un rasgo de la ciencia de la vida, no tan limpia como los laboratorios de física o los tubos de ensayo de la química”. “¿Pueden estas acciones sobrevivir en las escalas macroscópicas de tiempo y tamaño de los medios biológicos? Esta cuestión todavía está abierta”, comenta Arndt a este diario.

 

La brújula de las aves

 

 

 

 

La escala temporal que menciona Arndt es uno de los factores que levantan las cejas de los físicos. Un posible ejemplo de biología cuántica muy de actualidad es el sistema que guía a las aves migratorias, basado en el fenómeno de entrelazamiento cuántico. Según estudios en el petirrojo europeo, la luz dispara en la retina un par de electrones gemelos que responden al magnetismo terrestre, como la aguja de una brújula. Un estudio reciente ha prestado nuevo crédito a esta hipótesis. Pero un problema es que este entrelazamiento duraría unos pocos microsegundos. Para los físicos, esto es una eternidad jamás lograda ni de lejos en un laboratorio, y no digamos a una temperatura a la que el petirrojo no se convierta en un fósil congelado.

Sin embargo, el nuevo estudio no es experimental, sino una simulación por ordenador. “Todavía necesitamos pruebas experimentales de que la teoría es correcta”, dice Al-Khalili. El obstáculo principal al que se enfrenta la biología cuántica es la dificultad de llevar sus predicciones al laboratorio. “Los experimentos adecuados para evaluar estas cuestiones son complicados y difíciles de interpretar”, señala Nori. Otra pega es que los científicos aún se resisten a creer que estos mecanismos cuánticos en la biología tengan realmente un significado evolutivo; es decir, que existan porque los seres vivos han encontrado en la cuántica una ventaja aprovechable. “¿Por qué la naturaleza habría seleccionado estas superposiciones cuánticas? ¿Qué propósito tienen?”, se pregunta Nori.

 

 

¿Un fino olfato cuántico? Hay muchas dudas.
¿Un fino olfato cuántico? Hay muchas dudas. EE | Pixbay (PD)

Los expertos no ven demasiado claro que las tecnologías actuales vayan a ofrecer respuestas “en muchos años o unas pocas décadas”, estima Arndt. Y menos en casos todavía más aventurados y difíciles de testar: en 1996, el biofísico del University College de Londres Luca Turin lanzó una idea que trataba de dar respuesta a un enigma clásico de la biología del olfato: ¿Cómo puede nuestra nariz, con un repertorio grande pero limitado de receptores olfativos, detectar más de un billón de olores? La audaz hipótesis de Turin es que los receptores son capaces de distinguir las vibraciones de las moléculas de olor mediante un mecanismo de efecto túnel, lo que ampliaría la gama olfativa. Sin embargo, la propuesta no ha ganado el aplauso general. “La mayoría de la literatura no apoya el modelo de Turin”, dice Arndt.

En resumen, y pese a lo que afirman McFadden y Al-Khalili en el título de su libro, realmente no parece que la biología cuántica esté pasando a la madurez, sino sufriendo aún un larguísimo parto. Y eso que sus aplicaciones podrían ser provechosas, más allá de responder a la pregunta de Schrödinger. Por ejemplo, dominar el efecto cuántico de la fotosíntesis permitiría diseñar células solares más eficientes. Los dos autores subrayan que la manipulación a nanoescala abriría la puerta a logros como la creación de nanorrobots que depositen un fármaco en la célula que lo necesita.

Y cómo no, también está el futuro de los ordenadores cuánticos: lo que hace el electrón en la fotosíntesis no es otra cosa que computar la mejor solución a un problema sin tener que realizar las operaciones una por una. La naturaleza ya sabe cómo hacerlo. Curiosamente, Arndt sugiere que los ordenadores cuánticos, a su vez, generarían modelos detallados que darían una respuesta definitiva a las incógnitas sobre biología cuántica.

¡La Conciencia! ¿De dónde vendrá?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo de la Conciencia    ~    Comentarios Comments (4)

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Democrito de Abdera, nunca pudo sospechar, hasta donde llegaría su idea del a-tomo invisible e indivisible. Aquella primera intuición de cómo estaba compuesta la materia. Él creyó en un indivisible á-tomo que, pasado el tiempo, resultó ser algo más complejo. Sin embargo, la idea era… la sombra de una realidad futura.

Una parte de la ciencia estudia la estructura y la evolución del Universo: La cosmología. Todas las civilizaciones tienen una idea sobre el origen de todas las cosas, una teoría sobre el Universo. La Cosmología que nos ocupa es otra posible interpretación del mundo: sus herramientas conceptuales y exegéticas reposan en la Ciencia. Existe hoy, en el siglo XXI, una teoría del Universo que posee el título de rigor y la verisimilitud de toda buena teoría física: “el modelo cosmológico estándar”. Veamos qué principios la sustenta.

Cuando algo es igual, cuando dos cosas son semejantes, cuando una cosa es similar a otra, decimos que es equivalente y, ¿somos nosotros iguales a los seres que arriba aparecen? Con algo más de evolución… creo que sí. Aunque no se, a ciencia cierta, si esa evolución está a nuestro favor o, en nuestra contra. La de arriba, como otras razas que pueblan el mundo, aparte de las costumbres propias de los pueblos, por lo demás, como nosotros, son seres pertenecientes a la misma especie, y, en consecuencia, a todos, sin importar el lugar ni el color, lo debemos ver como a hermanos.

Imatge relacionada

La cosmología se ocupa de todo lo que hay. El modelo estándar de la física de partículas nos proporciona una teoría sobre la materia. La Relatividad General nos procura una teoría sobre el espacio-tiempo y su relación con la materia-energía. La imposibilidad de distinguir físicamente aceleración de gravedad es lo que llamamos Principio de Equivalencia.

El gran salto intelectual de Einstein consistió precisamente en establecer la identificación entre gravedad y espacio curvado. La gravedad es espacio-tiempo curvado. , ¿qué curva el espacio-tiempo? La respuesta nos la da Einstein en su Teoria de la Relatividad General. La materia-energía deforma el espacio-tiempo. El Sol es el responsable de la curvatura del espacio-tiempo de su entorno.

La ecuación (ecuaciones) de Einstein (son 10 ecuaciones debido al carácter tensorial de la igualdad) consagran la geometrización de la Gravitación. Expresan cómo la materia-energía “obliga” al espacio–tiempo a curvarse. Sus soluciones nos dan la naturaleza concreta del espacio-tiempo correspondiente.

La Gravedad está presente en imagen de dos galaxias que, con sus enormes masas, se atraen la una a la otra y dibujan la geometría del espacio-tiempo. La realtividad de Einstein está ahí presente.

Aquellas civilizaciones del pasado le pusieron el de sus dioses y fantásticas criaturas a las constelaciones del cielo, y, hoy día, algunos de aquellos nombres aún perduran. Ellos querían “ver” en las figuras que veían, o, imaginaban ver, en las estrellas, a sus familiares dioses o a sus portentosos seres de fuerza y poderes inimaginables.

La cosmología observacional se ocupa de las propiedades físicas del Universo, como su composición física referida a la química, la velocidad de expansión y su densidad, además de la distribución de Galaxias y cúmulos de galaxias. La cosmología física intenta comprender estas propiedades aplicando las leyes conocidas de la física y de la astrofísica. La cosmología teórica construye modelos que dan una descripción matemática de las propiedades observadas del Universo basadas en comprensión física.

La cosmología también tiene aspectos filosóficos, o incluso teológicos, en el sentido de que trata de comprender por qué el Universo tiene las propiedades observadas. La cosmología teórica se basa en la teoría de la relatividad general, la teoría de Einstein de la gravitación. De todas las fuerzas de la Naturaleza, la gravedad es la que tiene efectos más espectaculares a grandes escalas y domina el comportamiento del Universo en su conjunto.

El espacio-tiempo, la materia contenida en el Universo con la fuerza gravitatoria que genera y, nuestras mentes que tienen conocimientos de que todo esto sucede…Presenta un asombroso panorama ante nosotros que, pretendemos saber sobre todo eso y, la realidad es, que no sabemos ni quiénes somos y, con certeza, ni cómo pudimos llegar hasta aquí.

De manera que, nuestro consciente (sentimos, pensamos, queremos obrar con conocimiento de lo que hacemos), es el elemento racional de nuestra personalidad humana que controla y reprime los impulsos del inconsciente, desarrollar la capacidad de adaptación al mundo exterior.

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No podemos explicar el por qué, algunas mentes saben leer y comprender complejos mensajes que la Naturaleza les envía y, sin embargos, otras no llegan a discernir sobre esa verdad. ¡Es todo tan complejo!

Claro que pretender que la llama de una vela ilumine nuestra ignorancia…, no será posible y necesitaremos algo más. La evolución de nuestra especie (llevamos cientos de miles de años evolucionando), es lenta, y, hasta alcanzar el estadio de “visión” perfecta del mundo, nos queda un largo camino por recorrer. De , como en la Cosmología también en otras disciplina científica, estamos alcanzando cotas aceptables que, de no estropearlo nosotros mismos…Nos llevará muy lejos.

Al ser conscientes, entendemos y aplicamos nuestra razón natural clasificar los conocimientos que adquirimos mediante la experiencia y el estudio que aplicamos a la realidad del mundo que nos rodea. Claro que, no todos podemos percibir la realidad de la misma manera, las posibilidades existentes de que el conocimiento de esa realidad responda exactamente a lo que ésta es en sí, no parece fácil. Y, algunos perciben “cosas” que otros no estamos capacitados para percibir.

                            René Descartes

El Racionalismo es la corriente de pensamiento dominante en la Europa continental del siglo XVII que, de la misma manera que el Empirismo dominante en Inglaterra, reacciona positivamente ante los retos de la Revolución científica del siglo anterior.

Descartes, Leibniz, Locke, Berkeley, Hume (que influyó decisivamente en Kant), entre otros, construyeron una base que tomó fuerza en Kant, para quien el conocimiento arranca o nace de nuestras experiencias sensoriales, es decir, de los que nos suministra nuestros cinco sentidos, pero no todo en él procede de esos datos. Hay en nosotros dos fuentes o potencias distintas que nos capacitan para conocer, y son la sensibilidad (los sentidos) y el entendimiento (inteligencia). Esta no puede elaborar ninguna idea sin los sentidos, pero éstos son inútiles sin el entendimiento.

Imatge relacionada

El interés y la curiosidad por saber… ¡aumenta el conocimiento!

A todo esto, para mí, el conocimiento está inducido por el interés. La falta y ausencia de interés aleja el conocimiento. El interés puede ser de distinta índole: científico, social, artístico, filosófico, etc. (La gama es tan amplia que existen conocimientos de todas las posibles vertientes o direcciones, hasta tal punto es así que, nunca nadie lo podrá saber todo sobre todo). Cada uno de nosotros puede elegir sobre los conocimientos que prefiere adquirir y la elección está adecuada a la conformación individual de la sensibilidad e inteligencia de cada cual. Állí, en alguna , está el germen del interés-curiosidad de cada cual.

Este pequeño objeto es el origen de todo lo que sucedió después de aquel primer momento. Él nos trajo la materia y también hizo posible la vida al conformar seres en el entorno adecuado que, al evolucionar, llegaron a conquistar la consciencia de SER. Pero toda la realidad está encerrada en una enorme burbuja a la que llamamos Universo y que encierra todos los misterios y secretos que nosotros, seres racionales y conscientes perseguimos.

Todo el mundo sabe lo que es la conciencia; es lo que nos abandona cada noche cuando nos dormimos y reaparece a la mañana siguiente cuando nos despertamos. engañosa simplicidad me recuerda lo que William James escribió a finales del siglo XIX sobre la atención:

Resultat d'imatges de Prestar atención

”Todo el mundo sabe lo que es la atención; es la toma de posesión por la mente, de una forma clara e intensa, de un hilo de pensamiento de entre varios simultáneamente posibles”.

 

Más de cien años más tarde somos muchos los que creemos que seguimos sin tener una comprensión de fondo ni de la atención, ni de la conciencia que, luego, no creo que se marche cuando dormimos, ella no nos deja nunca y los sueños son una buena prueba de ello. Además, no pocas veces, algunos se removerán intranquilos en las noches de mal dormir, pinchados por sus conciencias.

La conciencia es el conocimiento que una persona posee sobre sí misma y sobre su entorno, esta conciencia implica una serie de procesos cognitivos interrelacionados. Aquí mismo, muchas veces hemos tratado de explicar lo que la Cociencia es, sin conseguirlo del todo.

La falta de comprensión ciertamente no se debe a una falta de atención en los círculos filosóficos o científicos. que René Descartes se ocupara del problema, pocos han sido los temas que hayan preocupado a los filósofos tan persistentemente como el enigma de la conciencia.

Descartes, como para James más de dos siglos después, ser consciente era sinónimo de “pensar”: el hilo de pensamiento de James no era otra cosa que una corriente de pensamiento. El cogito ergo sum, “pienso, luego existo”, que formuló Descartes como fundamento de su filosofía en Meditaciones de prima philosophía, era un reconocimiento explícito del papel central que representaba la conciencia con respecto a la ontología (qué es) y la epistemología (qué conocemos y cómo le conocemos).

Resultat d'imatges de El pensamiento, el discurso interior

¿Que decir de la facultad del pensamiento? El pensamiento, el discurso interior y la formación consciente de imágenes nos recuerdan…

Claro que tomado a pie juntillas, “soy consciente, luego existo”, nos conduce a la creencia de que nada existe más allá o fuera de la propia conciencia y, por mi , no estoy de acuerdo. Existen muchísimas cosas y hechos que no están al alcance de mi conciencia. Unas veces por imposibilidad física y otras por imposibilidad intelectual, lo cierto es que son muchas las cuestiones y las cosas que están ahí y, sin embargo, se escapan a mi limitada conciencia. Bastante hago ya con poder rememorar escenas del pasado o recrear, en mi imaginación otros que creo serán del futuro. Todo el entramado existente alrededor de la conciencia es de una complejidad enorme, de hecho, conocemos mejor el funcionamiento del Universo que el de nuestros propios cerebros.

Persiste la incógnita sobre el surgimiento de la conciencia

Discurrir sobre el surgimiento de la conciencia y concluir si lo clasificamos como un proceso de aparición de una propiedad emergente o si consideramos que podemos explicarlo estudiando las potencialidades de las neuronas aisladamente, es necesario conocer lo mejor posible qué entendemos por “Conciencia” y, qué procesos ha tenido que recorrer para que tenga las propiedades que en ella podemos observar. Es dinámica y en evolución y, que sepqamos, sigue los mismos pasos que el Universo que la creó. Habrá que observar más detenidamente la naturaleza de la Conciencia que, con su inmensa complejidad, no nos deja llegar hasta una visión diáfana de lo que en realidad es. El Cosmos, aliado con el Tiempo, y, el “OJO” del Universo que nos mira, siguen los progresos de esa conciencia nuestra que no podemos comprender.

Resultat d'imatges de Consciente e inconsciente

Nos pasamos la vida en intervalos de tiempos divididos lo consciente y lo inconsciente y, en ambos campos, ocurren cosas interesantes que no siempre podemos comprender, y, aunque de alguna manera, lo que imaginamos en el “mundo de los sueños” no siempre tiene una explicación, lo cierto es que, la razón existe pero, no sabemos verla.

¿Cómo surge la conciencia como resultado de procesos neuronales particulares y de las interacciones entre el cerebro, el cuerpo y el mundo? ¿Cómo pueden explicar estos procesos neuronales las propiedades esenciales de la experiencia consciente? Cada uno de los estados conscientes es unitario e indivisible, pero al mismo tiempo cada persona puede elegir entre un ingente de estados conscientes distintos.

                                                            ¿Tendrá memoria la materia?

Muchos han sido los que han querido explicar lo que es la conciencia. En 1.940, el gran neurofisiólogo charles Sherrington lo intento y puso un ejemplo de lo que él pensaba sobre el problema de la conciencia. Unos pocos años más tarde también lo intentaron otros y, antes, el mismo Bertrand Russell hizo lo propio, y, en todos los casos, con más o menos acierto, el resultado no fue satisfactorio, por una sencilla razón: nadie sabe a ciencia cierta lo que en verdad es la conciencia y cuales son sus verdaderos mecanismos; de hecho, Russell expresó su escepticismo sobre la capacidad de los filósofos alcanzar una respuesta:

Resultat d'imatges de Suponemos que un proceso físico da comienzo en un objeto visible, viaja hasta el ojo, donde se convierte en otro proceso físico en el nervio óptico y, finalmente, produce algún efecto en el cerebro al mismo tiempo que vemos el objeto donde se inició el proceso

“Suponemos que un proceso físico da comienzo en un objeto visible, viaja hasta el ojo, donde se convierte en otro proceso físico en el nervio óptico y, finalmente, produce algún efecto en el cerebro al mismo tiempo que vemos el objeto donde se inició el proceso; pero este proceso de ver es algo “mental”, de naturaleza totalmente distinta a la de los procesos físicos que lo preceden y acompañan. concepción es tan extraña que los metafísicos han inventado toda suerte de teorías con el fin de sustituirla con algo menos increíble”.

Está claro que en lo más profundo de ésta consciencia que no conocemos, se encuentran todas las respuestas planteadas o requeridas mediante preguntas que nadie ha contestado. Sin embargo, otras veces pienso que, no siempre sabemos plantear la pregunta adecuada.

Al comienzo mencionaba el cosmos y la gravedad junto con la consciencia y, en realidad, con más o menos acierto, de lo que estaba tratando era de ver que todo ello, es la misma cosa. Universo-Galaxia-Mente. Nada es independiente en un sentido global, sino que son partes de un todo que llamamos Universo y están estrechamente relacionados.

Sí, todo el universo infinito está dentro de nuestras mentes, allí debemos buscar llegar a comprender. Arriba, en esa Nebulosa inmensa y maravillosa, se forjan las nuevas estrellas y los mundos nuevos, y, en ellos, surgen formas de vida que, algunas veces, son portadoras de mentes privilegiadas que llegan a tener Concienca de SER.

Resultat d'imatges de Una bella galaxia

Una Galaxia es simplemente una parte pequeña del Universo, nuestro planeta es, una mínima fracción infinitesimal de esa Galaxia, y, nosotros mismos, podríamos ser comparados (en relación a la inmensidad del cosmos) con una colonia de bacterias pensantes e inteligentes. Sin embargo, toda parte de lo mismo y, aunque pueda dar la sensación engañosa de una cierta autonomía, en realidad todo está interconectado y el funcionamiento de una cosa incide directamente en las otras. Una ínfima variación en la fuente de partida, puede incidir de tal manera en el resultado final que, ni seríamos capaces de reconocerlo. ¡La causalidad! Todo lo que ocurre tiene su origen en lo que ocurrió y, el futuro está cargado del presente.

Pocas dudas pueden caber a estas alturas del hecho de que poder estar hablando de estas cuestiones, es un milagro en sí mismo. Después de millones y millones de de evolución, se formaron las conciencias primarias que surgieron en los animales con ciertas estructuras cerebrales de alta complejidad que, podían ser capaces de construir una escena mental, pero con capacidad semántica o simbólica muy limitada y careciendo de un verdadero lenguaje.

 

      ¡Cuántas historias nos podría contar el estrecho de Gibraltar!

Si pasamos el estrecho de Gibraltar el Mediterráneo al Atlántico, bordeando la costa del Golfo de Cádiz, antes de llegar a la costa de Portugal, allí está mi casa. En la imagen, si pudiera acercármela un poco más, vería hasta las plantas que mi santa esposa tiene enla terraza de nuestro .

Actualmente solo conocemos la vida en nuestro planeta, La Tierra. Pero sabemos que los seres vivos son expansivos, pertinaces y aprovechan cualquier oportunidad prosperar. Se han encontrado moléculas orgánicas, precursoras de la vida fuera de nuestro planeta y los humanos nos preguntamos si en la inmensidad del Universo no habrá seres vivos además de en nuestro insignificante planeta.

El habitat de los seres vivos que comparten con nuestra especie la hermosa Tierra en la que nos tocó emerger a la vida, son a veces ¡tan distintos a nosotros!, ni podemos comunicarnos plenamente con ellos. Sin embargo, Son como nosotros, estan conformado por los mismos elementos y también, aunque divididos en distintos grupos para poder tenerlos clasificados, todos tenemos una cosa en común: el origen de nuestra estancia aquí, es el mismo.

Resultat d'imatges de Somos la parte que piensa del Universo

       Somos parte del Universo y a él estamos conectados por los hilos invisibles de la evolución que nos hizo comprender, dónde estamos en el inmenso universo y, más o menos acertada, tenemos la idea aproximada de nuestro origen.

La conciencia de orden superior (que floreció en los humanos y presupone la coexistencia de una conciencia primaria) viene acompañada de un sentido de la propia identidad y de la capacidad explícita de construir en los estados de vigilia escenas pasadas y futuras. Como mínimo, requiere una capacidad semántica y, en su más desarrollada, una capacidad lingüística. Los procesos neuronales que subyacen en nuestro cerebro son en realidad desconocidos y, aunque son muchos los estudios y experimentos que se están realizando, su complejidad es tal que, de momento, los avances son muy limitados. Estamos tratando de conocer la máquina más compleja y perfecta que existe en el Universo (de hecho, otras similares o superiores, también podrían estar presentes en él).

   Puede que estémos llamados a construir algo bonito y hermoso, o,  que ya lo estemos haciendo

Si eso es así, resultará que después de todo, no somos tan insignificantes como en un principio podría parecer, y solo se trata de tiempo. En su momento y evolucionadas, nuestras mentes tendrán un nivel de conciencia que estará más allá de las percepciones físicas tan limitadas. Para entonces, sí estaremos totalmente integrados y formando parte, como un todo, del Universo que ahora sólo presentimos y que, aún, no hemos llegado a conocer. Está claro que uno de los problemas con los que nos encontramos, quizá el más complejo, sea que nosotros, somos parte del secreto que tratamos de .

El carácter especial de la conciencia me hace adoptar una posición que me lleva a decidir que no es un objeto, sino un proceso y que, desde este punto de vista, puede considerarse un ente digno del estudio científico perfectamente legítimo. Claro que, la Conciencia que está y se desarrolla en nuestro cerebro, en un medio material, llega a adquirir entidad propia y se eleva sobre la materia para convertirse en algo superior que llega a comprender a distancias situadas mucho más allá de la mera entidad objeto físico de la que forma parte.

Nuestro Cerebro Contiene cerca de 100 mil millones de Neuronas y unos 100 trillones (es red neuronal y la ley de atraccióndecir 100 millones de millones) de conexiones ellas, Esto destaca la posibilidad de que Podemos reconfigurar Nuestros Pensamientos Y Emociones Para Ser Co-Creadores de Nuestra Propia Vida Usando el Inmenso Poder de La Mente

¡Cien mil millones de Neuronas! Tantas como estrella tiene la Vía Láctea. Conexiones a cientos de miles que procesan la información. La actividad eléctrica del cerebro es objeto de muchos estudios e investigaciones que, por ejemplo, intentan interpretar las ondas cerebrales para saber de los mecanismos de nuestras mentes que, están clasificados los secretos más complejos del Universo.

La conciencia plantea un problema especial que no se encuentra en otros dominios de la ciencia. En la Física y en la Química se suele explicar unas entidades determinadas en función de otras entidades y leyes. Podemos describir el agua con el lenguaje ordinario, pero podemos igualmente describir el agua, al en principio, en términos de átomos y de leyes de la mecánica cuántica. Lo que hacemos es conectar dos niveles de descripción de la misma entidad externa (uno común y otro científico de extraordinario poder explicativo y predictivo. Ambos niveles de descripción) el agua líquida, o una disposición particular de átomos que se comportan de acuerdo con las leyes de la mecánica cuántica (se refiere a una entidad que está fuera de nosotros y que supuestamente existe independientemente de la existencia de un observador consciente.)

En el caso de la conciencia, sin embargo, nos encontramos con una simetría. Lo que intentamos no es simplemente comprender de qué manera se puede explicar las conductas o las operaciones cognitivas de otro ser humano en términos del funcionamiento de su cerebro, por difícil que esto parezca. No queremos simplemente conectar una descripción de algo externo a nosotros con una descripción científica más sofisticada. Lo que realmente queremos es conectar una descripción de algo externo a nosotros (la mente), con algo de nuestro interior: una experiencia, nuestra propia experiencia individual, que nos acontece en tanto que observadores conscientes. Intentamos meternos en el interior o, en la atinada ocurrencia del filósofo Tomas Negel, saber qué se siente al ser un murciélago. Ya sabemos qué se siente al ser nosotros mismos, qué significa ser nosotros mismos, pero queremos explicar por qué somos conscientes, saber qué es ese “algo” que nos hace ser como somos, explicar, en fin, cómo se generan las cualidades subjetivas experienciales.

En suma (y hablando en serio), deseamos explicar ese “Pienso, luego existo” que Descartes postuló como evidencia primera e indiscutible sobre la cual edificar toda la filosofía. Y, a todo esto, hemos llegado a saber que, en las estrellas se forman los elementos complejos necesarios para la vida, al agotar sus combustibles nucleares, las estrellas, siembran el espacio interestelar con inmensas Nebulosas ricas en moléculas de todo que se combinan y transforman, y, la química se une a la biología para hacer posible que, surjan, primero mundos y, más tarde, seres que evolucionan y pueden pensar, es decir, se ha recorrido el camino que va desde la materia inerte a los pensamientos.

Esa complejidad nos llevará muy lejos. Sin embargo, ¿Cómo podríamos saber todo lo que corre por la mente Humana? Sus intrincados laberintos y sus cien mil millones de neuronas nos hace tener un arma muy poderosa…¿Sabremos utilizarla? La mente humana, en el campo de las matemática, de la Física, de la biología y genética, en Química y en variadas tecnologías, ha llegado a alcanzar un nivel que, algunas veces no parecen de mundo.

¡Qué grandeza!

Resultat d'imatges de ¿Sabremos algún día lo que la Conciencia es?

¿Sabremos algún día lo que la Conciencia es?

Podríamos decir que es un “milagro” en sí mismo, todo ese proceso por el que tiene que pasar la materia hasta constituirse en un SER consciente del entorno que lo rodea, del mundo que lo acoge, del Universo al que pertenece, de las estrellas donde residen sus orígenes y, ¿llegaremos a saber algún día qué tan largo recorrido?

“Todas las cosas son, pero no de la misma manera” Aquel sabio, con sus palabras, elevó “las cosas” a la categoría de ser. Y, si lo pensamos bien, el hombre llevaba toda la razón, ya que, la materia es, y, sólo le queda evolucionar y transformarse adquirir la conciencia de la que nosotros podemos disfrutar para saber sobre muchas de las “cosas” que en el Universo son.

emilio silvera