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¡La Vida en otros mundos!

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Noticias    ~    Comentarios Comments (0)

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Espacio- Noticias de Prensa en La Vanguardia

Así es cómo los científicos buscan vida extraterrestre

 

  • Los esfuerzos se centran en encontrar organismos parecidos a los de la Tierra, tanto dentro como fuera del Sistema Solar
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Concepción artística del exoplaneta Kepler-452b, descubierto en 2015. Está situado en la zona habitable alrededor de una estrella muy parecida al Sol (NASA Ames/JPL-Caltech/T. Pyle)

 

Esta semana se ha extendido la noticia viral de que la NASA está a punto de descubrir vida extraterrestre. El origen fue un vídeo de un canal de YouTube vinculado al grupo de hackers Anonymous, que la agencia espacial norteamericana no tardó en desmentir. “Contrariamente a algunas informaciones, no hay ningún anuncio pendiente por parte de la NASA acerca de vida extraterrestre”, aclaró el lunes a través de su cuenta de Twitter Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la NASA en cuyas declaraciones se basaba el vídeo.

El 26 de abril, Zurbuchen afirmó que “estamos en la antesala de uno de los descubrimientos más profundos de la historia” en un discurso sobre las misiones de astrobiología de la NASA ante la Cámara de los Representantes de los Estados Unidos. Pero ¿cómo de cerca está realmente la humanidad de encontrar vida fuera de la Tierra? ¿Dónde y cómo buscan los científicos?

¿Hay vida a nuestro alrededor?

Como toda exploración, la búsqueda de vida extraterrestre empezó en las inmediaciones. En nuestro Sistema Solar, los científicos han identificado varios puntos calientes donde se podría haber desarrollado vida tal y como la conocemos en la Tierra: una vida que necesite agua líquida, y que se base en moléculas orgánicas como el ADN o las proteínas.

Nuestro vecino Marte es uno de estos lugares. “Es el mundo más parecido a la Tierra en todo el Sistema Solar: está muy cerca de nosotros, la duración del día es casi igual, tiene estaciones, atmósfera, nubes, grandes masas de agua helada en los polos, montañas, cañones de ríos, valles…”, explica por correo electrónico a Big Vang Alberto G. Fairén, investigador del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) especialista en la exploración del planeta rojo.

En el pasado, la superficie marciana estaba bañada por océanos de agua líquida. “Esas condiciones ancestrales hicieron de Marte un lugar donde la vida pudo formarse. Y si Marte tuvo vida en el pasado, sus descendientes habrán podido encontrar estrategias para sobrevivir hasta el presente”.

El planeta rojo tuvo en el pasado una atmósfera que permitió la existencia de océanos de agua líquida
El planeta rojo tuvo en el pasado una atmósfera que permitió la existencia de océanos de agua líquida (The Lunar and Planetary Institute NASA’s MAVEN mission)

“Una de las características definitorias de la vida es su tremenda resistencia”, remarca Fairén. Si realmente ha sobrevivido, el astrobiólogo piensa que estará escondida bajo tierra, “a salvo de las enormes fluctuaciones térmicas, de la aridez extrema y del baño de radiación ultravioleta que sufre la superficie”. Así pues, de existir vida en Marte, lo más probable es que se trate de microorganismos capaces de sobrevivir en condiciones extremas. No es una hipótesis descabellada, si se tiene cuenta que en nuestro propio planeta existen microbios que viven tranquilamente en las profundidades oceánicas o en entornos volcánicos.

También hay razones para pensar que una vida similar a la nuestra podría habitar algunas lunas de Júpiter y Saturno. Europa, Ganímedes y Calisto, entorno a Júpiter, y Encélado y Titán, entorno a Saturno, pueden esconder océanos de agua líquida bajo la superficie, según apunta Olga Prieto, investigadora del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) , cuya investigación se centra en estos satélites.

Encélado, la luna de Saturno
Encélado, la luna de Saturno (NASA/JPL-Caltech/Space Science Institute)

Los organismos que habitaran estas lunas vivirían lejos de la luz del Sol, en oscuros océanos ocultos bajo quilómetros de hielo. “Si el agua líquida está en contacto con una capa de roca y la luna tiene actividad geotérmica, las reacciones químicas que se dieran en la interacción de las dos capas podrían mantener el metabolismo de [ciertos] microorganismos […], como ocurre en algunos lugares del fondo oceánico de nuestro planeta”, explica Prieto.

Otro argumento que hace pensar a los expertos que podría existir vida como la terrestre en otros rincones del Sistema Solar es que el origen de todos los mundos es el mismo. Después de la formación del Sol, los meteoritos que giraban a su alrededor fueron colisionando y agregándose hasta formar los cuerpos que terminaron convirtiéndose en planetas. “Los meteoritos fueron el principio de todo”, ilustra Josep Maria Trigo, investigador del Institut de Ciències de l’Espai (IEEC-CSIC), en entrevista telefónica.

Imágenes del cometa 67P obtenidas por la misión Rosetta

Imágenes del cometa 67P obtenidas por la misión Rosetta (Instituto Astrofísica de Andalucía)
 

Trigo, junto a otros investigadores, ha demostrado que cuando los minerales de los meteoritos entran en contacto con agua líquida y amidas —un tipo de molécula orgánica—, pueden catalizar la formación de los compuestos que forman las proteínas y el ADN de los seres vivos. “Por lo tanto, en cualquier lugar del Sistema Solar [con agua y amidas] sería factible tener los eslabones que forman los seres vivos”, razona el astrónomo.

La búsqueda en el vecindario

Aunque en teoría la vida podría tomar cualquier forma, los científicos se centran en buscar seres vivos con una química semejante a la nuestra. “Es lo que sería más fácil de reconocer”, explica Olga Prieto. Si fueran muy distintos, primero deberíamos aprender a identificarlos, algo nada sencillo, según Alberto G. Fairén.

Para saber si en un lugar hay vida como la terrestre, los científicos intentarán detectar biomarcadores: moléculas como el ADN, proteínas, lípidos y azúcares complejos. Intentarán, porque de momento es sólo un proyecto de futuro. “Desde que las misiones Viking hicieron una búsqueda activa de vida en Marte allá por los 70 […], nunca más hemos vuelto a buscar vida en Marte, ni en ningún otro sitio fuera de la Tierra”, señala Fairén. “A todos los vehículos de exploración se les pone en el parachoques la etiqueta de ‘vamos a buscar vida en Marte’, pero lo cierto es que no hemos hecho otra cosa que enviar robots geólogos, […] que carecen de cualquier capacidad de análisis biológico”, remacha.

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El todoterreno Curiosity de la NASA, sobre la superficie de Marte (NASA)

Sí que hay planes, no obstante, para que los próximos todoterrenos con destino a Marte de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) busquen rastros de vida. Mars2020 de la NASA y ExoMars de la ESA pondrán rumbo hacia el planeta rojo en 2020, y entre su instrumental contarán con aparatos para detectar biomarcadores, explica Alberto G. Fairén.

Zona potencialmente habitable: prohibido buscar vida

Existen protocolos de protección planetaria que impiden a los robots acercarse a zonas de Marte donde las condiciones ambientales podrían ser compatibles con la vida. “Por lo tanto, nuestros instrumentos pueden buscar vida en cualquier lugar de Marte, excepto precisamente en los lugares donde pensamos que puede haber vida”, declara Fairén.

Por el momento tampoco se han buscado biomarcadores en las lunas de Júpiter y Saturno. Las misiones Voyager, Galileo (de la NASA) y Cassini-Huygens (de la NASA y la ESA) son las únicas que han explorado estos mundos, y las que han revelado la posible existencia de océanos en algunos de ellos. Ambas agencias espaciales planean enviar nuevas misiones a las lunas de Júpiter a partir de la próxima década. Luego, tardarán algo más de siete años en llegar a su destino. “Acceder a los océanos será difícil porque se deberían atravesar quilómetros de hielo”, reconoce Olga Prieto. En lugar de eso, las naves aprovecharán fracturas en las cortezas de hielo que expulsan material al exterior, como los géiseres de Encélado, para recoger muestras.

Fotografía de Júpiter tomada por la nave Voyager 1. Muestra también los satélites Ío (izquierda) y Europa (derecha)

Fotografía de Júpiter tomada por la nave Voyager 1. Muestra también los satélites Ío (izquierda) y Europa (derecha) (Universal History Archive / Getty)
 

El resto de la galaxia

Desde que en 1995 se confirmó por primera vez la existencia de un exoplaneta, la humanidad dejó de ver el Sistema Solar como un rincón singular en la galaxia. Hoy hay ya más de 3.600 exoplanetas confirmados, recopilados por la Enciclopedia de Planetas Extrasolares del Observatorio de París. 13 de ellos podrían tener agua líquida en su superficie y por lo tanto son potencialmente habitables, según las estimaciones más conservadoras del Laboratorio de Habitablidad Planetaria de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. La búsqueda de vida más allá de nuestra estrella empieza a ser una realidad.

Pero ¿cómo detectar vida en un pequeño mundo a varios años luz de distancia? Aunque la tecnología aún no está disponible, el truco que utilizarán los astrónomos será fijarse en la atmósfera, según explica Ignasi Ribas, astrónomo especialista en exoplanetas del Institut de Ciències de l’Espai (IEEC-CSIC).

Cuando un exoplaneta pasa entre su estrella y la Tierra, produce un pequeño eclipse que pueden detectar los telescopios –así es como se han identificado muchos de ellos—. Si el planeta tiene atmósfera, ésta dejará pasar la luz, pero no toda. “La atmósfera puede ser más o menos translúcida según los compuestos que contenga”, aclara Ribas por teléfono. Cada sustancia deja una huella característica en el espectro de luz que llega a los telescopios.

El sistema Trappist-1 puede ser un buen candidato para ser observado por el Telescopio Espacial James Webb (JWST)

El sistema Trappist-1 puede ser un buen candidato para ser observado por el Telescopio Espacial James Webb (JWST) (European Southern Observatory)
 

Para saber si un exoplaneta puede albergar vida, los científicos comprobarán si su atmósfera contiene una mezcla concreta de sustancias: vapor de agua, dióxido de carbono (CO2), oxígeno y metano. El vapor de agua puede ser signo de la presencia de agua líquida. El CO2, por otra parte, es un termostato del clima, capaz de mantener una temperatura constante en la que se puedan desarrollar ecosistemas. Y el oxígeno y el metano son gases que la vida terrestre genera como producto de su metabolismo. “El metano y el oxígeno no sobreviven mucho tiempo juntos porque reaccionan entre ellos. Si conviven, es que algo los está produciendo”, argumenta Ignasi Ribas.

Así pues, al igual que en el Sistema Solar, el objetivo de la astrobiología exoplanetaria son organismos basados en la misma química que nosotros. “Seguro que nuestra visión es mucho más estrecha de miras de lo que la naturaleza es capaz de crear”, opina Ribas. “Pero debemos ser pragmáticos y de momento buscar vida que seamos capaces de entender”.

El año que viene, la ESA y la NASA lanzarán un telescopio espacial, el James Webb (JWST), capaz de escrutar las atmósferas de exoplanetas terrestres, pero sólo si están muy cerca del Sistema Solar. “En los próximos años, y mediante otras misiones espaciales, entre ellas la misión PLATO de la ESA, conseguiremos un censo de los planetas parecidos a la Tierra que tal vez podamos estudiar en la década de 2030”, informa Ribas.

Los científicos escuchan las estrellas con radiotelescopios desde los años 60, a la espera de captar señales de otra civilización inteligente

Los científicos escuchan las estrellas con radiotelescopios desde los años 60, a la espera de captar señales de otra civilización inteligente (José Francisco Salgado PhD / ESO/José Francisco Salgado (jos)
 

“Aun así, y con suerte, sólo podremos deducir si un planeta está habitado. De cómo son sus habitantes no tendremos ni idea”, apunta Ribas. Sólo sería posible saber algo más de ellos si existiera una civilización tecnológica, como la humana. “Por ejemplo, nosotros hemos contaminado nuestra atmósfera con moléculas complejas, procedentes de la actividad industrial, que tal vez podrían ser detectables remotamente”. Si además utilizaran ondas de radio para comunicarse entre ellos, tarde o temprano llegarían a nosotros. Desde los años 60, varios grupos de astrónomos escuchan a las estrellas con radiotelescopios, a la espera de captar algún mensaje enviado por seres inteligentes de otros sistemas.

Pero según Ignasi Ribas, si algún día llegamos a detectar vida fuera del Sistema Solar, lo más probable es que sean microorganismos. Y la única manera de identificarlos sería enviar una misión in situ, “algo que está muy lejos de nuestras proyecciones tecnológicas”. ¿Cómo de lejos? El exoplaneta más cercano a la Tierra es Proxima Centauri b. Si mandásemos una nave a la mayor velocidad que hemos logrado, la de la Voyager 1, tardaría 75.000 años en llegar, explica Ribas. “¿Cómo decirlo? Un viaje de 75.000 años… Es para prepararlo muy bien”, bromea el astrónomo.

Principales misiones de la NASA y la ESA que buscarán signos de vida extraterrestre en el Sistema Solar y en los exoplanetas

Principales misiones de la NASA y la ESA que buscarán signos de vida extraterrestre en el Sistema Solar y en los exoplanetas (Elsa Velasco)
 

Tenemos muchas limitaciones y, somos frágiles

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo misterioso    ~    Comentarios Comments (1)

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Ojo

Los fotones son absorbidos por cerca de 126 millones de células sensibles a la luz. Y nuestro cerebro traduce las diferentes energías y direcciones de los fotones en formas y colores que nos permiten ver el mundo en tecnicolor. Nuestra visión es sin duda maravillosa, pero no está exenta de limitaciones.

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Un ojo humano sano tiene tres tipos de conos (las células fotosensibles situadas en la retina). Cada uno de ellos puede registrar cerca de 100 tonalidades. Por esta razón, la mayoría de los investigadores sostiene que podemos distinguir alrededor de un millón de colores. Tenemos muchas limitaciones y, somos frágiles

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Los ojos tienen dos clases de células fotorreceptoras: los conos y los bastones. Los conos se encargan de los colores mientras que los bastones se ocupan de la visión en condiciones de baja luminosidad.

 

 Resultat d'imatges de La percepción de los colores por el ojo humano

Aun así, la percepción de los colores es una habilidad muy subjetiva que cambia de persona en persona, con lo cual establecer un número determinado es muy difícil. De todas las maneras, el ojo humano está muy limitado, sólo percibe los objetos de su macro-mundo, no puede vislumbrar aquellos otros objetos que, pertenecientes al mundo de lo micro, se escapan a su limitada visión.

microscopios grande

¿Habéis tenido alguna vez la oportunidad de utilizar un microscopio para observar algo? Las cosas cambian mucho, como ocurre con estos objetos de nuestra vida cotidiana vistos al microscopio.

objetos al microscopio 1

       Un copo de nieve visto al microscopio.

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                         No, no es una pelota, es tiza

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       No tratan de construir una pirámide, es Sal común

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                                                  Los glóbulos rojos

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                                               ¡Es la punta de nuestros cabellos!

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                          Así podemos ver una simple hoja de piña aumentada 30 veces

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       En una simple mota de polvo hay mucha más de lo que podemos ver a simple vista

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                               Así es el grafito de la punta del lápiz

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                Aquí el polen que tanta guerra da a los alérgicos

objetos al microscopio 19

          No le deis más vuelta, es un simple poro por donde sudamos las personas

Alucinante lo que hace un microscopio electrónico de barrido, aquí vemos microfibras y microesferas de fibra textil

Alucinante lo que hace un microscopio electrónico de barrido, aquí vemos microfibras y microesferas de fibra textil.

maravillas vegetales microscópicas - Buscar con Google coloridos de un mundo que espera!!

                        Maravillas vegetales microscópicas

Bichos en macro - Friki.net

En este lugar se recogen los datos que envían los sentidos captados en el mundo exterior, se archivan y quedan a la espera de que sean requeridos, y, también, se utilizan para generar ideas y pensamientos.

Premio para los latidos de un corazón que sorprende a los cardiólogos | Materia

Hemos sabido captar los latidos del corazón humano y, ahora, sabemos de ese órgano más que de nosotros mismos.

HUMAN IMMUNODEFICIENCY VIRUS Ukrainian Artist Alexey...

Con el microscopio electrónico podemos captar imágenes que no parecen de este mundo, y, simplemente se trata de ese otro “universo” de lo muy pequeño que convive con nosotros y no podemos ver con el ojo desnudo.

Resultado de imagen de Insectos vistos al microscopio electrónico

                      Sí, amigos míos, existen otros mundos pero están… ¡En este!

Para conocer nuestro porpio mundo y saber del Universo que nos acoge, hemos tenido que inventar ingenios que suplan nuestras carencias y nos lleven a la más lejana región de las partículas subatómicas…

Molecula AFM

Esta es la primera vez que todos los átomos de una molécula son fotografiados,”

NGC7331

                      Los grandes telescopios nos llevaron hasta las galaxias lejanas

Así, con todo lo que anteriormente hemos visto, podemos decir que hemos llegado a conocer, de manera aceptable, el entorno cercano y lejano que nos rodea, y, sin embargo, a ninguno de esos dos extremos (de lo muy pequeño y de lo muy grande podemos ir. Cada uno de ellos tiene sus prohibiciones y nosotros, sólo desde lejos los podemos visitar.

Quizás algún día, muy lejos aún en el futuro, podamos al menos, hacer viajes a ese macro mundo de las galaxias, cuando separamos qué es, en realidad la energía y podamos “burlar” que no vencer, a la velocidad de la luz. Hasta que eso no llegue, seguiremos confinados en la Tierra.

emilio silvera

¡La Luz! ¡La Mecánica Cuántica! El Universo

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Física Cuántica    ~    Comentarios Comments (3)

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                      Cuando en nuestro Uni9verso quedaron libres los fotones… ¡Se hizo la Luz!

En alguna parte he podido leer que para comprender la realidad en sus niveles más elementales, basta con conocer el comportamiento de dos infinitesimales objetos: el electrón y el fotón. Todo el argumento de la QED [electrodinámica cuántica] gira en torno a un proceso fundamental: la emisión de un único fotón por un único electrón.

Cuando el movimiento de un electrón es alterado súbitamente, puede responder desprendiendo un fotón. La emisión de un fotón es el suceso básico de la mecánica cuántica:

Imagen relacionadaResultado de imagen de Electrones en movimiento dentro del átomo

Un equipo de científicos lograron filmar por primera vez un electrón en movimiento gracias a una tecnología reciente que genera pulsos cortos e intensos de luz láser.

Toda la luz visible que vemos, así como las ondas de radio, la radiación infrarroja y los rayos X, está compuesta de fotones que han sido emitidos por electrones, ya sea en el Sol, el filamento de una bombilla, una antena de radio o un aparato de rayos.

Los electrones no son las únicas partículas que pueden emitir fotones. Cualquier partícula eléctricamente cargada puede hacerlo, incluido el protón. Esto significa que los fotones pueden saltar entre dos protones o incluso entre un protón y un electrón. Este hecho es de enorme importancia para toda la ciencia y la vida en general. El intercambio continuo de fotonesentre el núcleo y los electrones atómicos proporciona la fuerza que mantiene unido al átomo. Sin estos fotones saltarines, el átomo se desharía y toda la materia dejaría de existir.

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Se ha conseguido observar por primera vez la desintegración radiativa del neutrón.
Dentro de los núcleos de los átomos hay neutrones y protones. En condiciones normales y mientras que están ahí los neutrones son estables. Sin embargo los neutrones libres son inestables, tienen una vida media de unos 10 minutos, y se desintegran produciendo un protón un electrón y un antineutrino. Pero los físicos nucleares teóricos predijeron que una de cada mil veces los neutrones decaerían en todas esas partículas y además en un fotón.

Foto

Típicamente el neutrón decae en un protón, un antineutrino y un electrón. Muy raramente lo hace radiativamente emitiendo además un fotón. Diagrama: Zina Deretsky, National Science Foundation.

Mientras que un electrón pertenece al grupo de partículas llamadas fermiones, los fotones pertenecen a la familia de los bosones. Intentemos comprender esta película que es la intermediaria de todas las formas de radiación electromagnética.

…protagonizada por bosones

Los fermiones hacen posible la materia “al estilo tradicional”, mientras que los bosones son elementos muy raros desde la forma de pensar a que estamos acostumbrados el común de los mortales. Para no complicarnos, la tabla periódica de elementos existe porque los fermiones no pueden “ser iguales”: no pueden solaparse uno sobre otro y se repelen si los obligamos. Es lo que damos por hecho cuando hablamos de materia, que cada pedazo de ésta ocupa su lugar y tiene sus propias cualidades.

Toda la materia que conocemos, la que forma las estrellas y los mundos y las galaxias, esa que llamamos luminosa o bariónica, la que emite radiación, está hecha de Leptones y Quarks, partículas que son Fermiones, y, esas otras partículas intermediarias de las cuatro fuerzas fundamentales, son las que pertenecen a la familia de los Bosones, tales como el Fotón, las W+, W- y Zº, los Gluones y el Gravitón.

Los bosones carecen de este sentido de la individualidad que tienen los Fermiones, digamos que poseen “alma grupal” y, en su estado más puro, todos forman una misma “súperpartícula”.

Para entenderlo mejor, conviene recordar que las partículas no son bolitas como nos siguen enseñando en la escuela, sino que más allá de esta imagen existen como ondas o, al menos, sus funciones se equiparan al comportamiento de una onda.

En la década de 1920, Albert Einstein y el hindú Satyendra Nath Bose pronosticaron un quinto estado de la materia: el condensado de Bose-Einstein (BEC), el cual fue conseguido en laboratorio en 1995, algo que le valió el premio Nobel de 2001 a los científicos que lo lograron.

Un condensado de Bose-Einstein es un estado de la materia que se da en ciertos materiales a muy baja temperatura. En este estado de la materia, todos los átomos que lo constituyen se encuentran en el nivel de mínima energía, denominado estado fundamental. Descubierto en 1924 para los fotones por el indio Bose y por Einstein, no fue obtenido en laboratorio hasta 1995 por Cornell y Wieman al enfriar átomos a pocos nanokelvin por encima del cero absoluto. El condensado de Bose-Einstein fue la “molécula del año” según la revista Science en 1995 ya que se trata de un sistema cuántico macroscópico similar a una molécula pero con millones de átomos. Un átomo en un gas se mueve a una velocidad de unos unos 1000 km/h (unos 300 m/s) pero un condensado de Bose-Einstein se mueve a sólo 1 cm/s. Un condensado de Bose-Einstein es respecto a la materia ordinaria, como la luz de un láser es respecto a la de una bombilla. Gracias a ello se puede fabricar un láser de átomos, que en lugar de producir un haz de luz como un láser óptico, produce un haz (coherente) de átomos. En 1997 Ketterle fabricó el primer láser de átomos que producía un haz de átomos de sodio.

Resultado de imagen de el primer láser un haz de átomos de sodio

Cuando ciertas formas de materia [bosones] se enfrían hasta casi el cero absoluto, sus átomos se ponen en el estado de energía más baja, de modo que todos sus átomos vibran al unísono y se hacen coherentes. Las funciones de onda de todos los átomos se solapan, de manera que, en cierto sentido, un BEC [condensado de Bose-Einstein] es como un “superátomo” gigante en donde todos los átomos individuales vibran al unísono.

Al enfriar los átomos, su velocidad disminuye hasta que las longitudes de onda de cada uno de ellos se vuelven casi planas, superponiéndose unas a otras para formar una única onda que los describe a todos.

Así que un BEC se forma cuando los átomos en un gas sufren la transición de comportarse como “bolas de billar” al estilo de la física clásica, a comportarse como una onda gigante de materia al estilo de mecánica cuántica:

Si creamos dos BECs y los colocamos juntos, no se mezclan como gases ordinarios ni rebotan como lo harían dos sólidos. Donde los dos BECs se superponen, ellos “interfieren” como las ondas: delgadas capas paralelas de materia son separadas por capas delgadas de espacio vacío. El patrón se forma porque las dos ondas se suman donde sus crestas coinciden, y se cancelan donde una cresta se encuentra con un valle — a lo cual llamamos interferencia “constructiva” y “destructiva” respectivamente. El efecto es similar al de dos ondas que se superponen cuando dos piedras son lanzadas a un lago.


…ambientada en el vacío…

Y ahora, retrocedamos un poco más en este asunto del misterio que nos ocupa. Gracias a la tecnología láser, la física ha podido comprobar el extremo poder de la luz. Los láseres pueden hacer que las partículas virtuales se vuelvan reales. Pero, primero, aclaremos conceptos…

Las “Partículas virtuales”son partículas fundamentales que están constantemente surgiendo aparentemente de la nada y permanecen en el espacio-tiempo la friolera de una milésima de trillonésima de segundo –una cantidad que se forma poniendo una veintena de ceros a la derecha de la coma—. A pesar de denominarse “virtuales”, sus efectos son muy reales: la constante agitación de este burbujeo cuántico de partículas hace que el vacío tenga energía. Y esto es algo que afecta a la realidad, pues en ésta las fuerzas de atracción y repulsión dependen de la masa, y la masa no es sino energía expresada en unidades diferentes: E=mc².

Resultado de imagen de representación de partículas virtuales

Partículas virtuales que surgen de la NADA. Claro que, surgieron,¡es porque había! La Nada no existe.!

En el uso corriente la palabra vacío significa espacio vacío, espacio del que se ha extraído todo el aire, vapor de agua u otro material. Eso es también lo que significa para un físico experimental que trabaja con tubos de vacío y bombas de vacío. Pero para un físico teórico, el término vacío tiene muchas más connotaciones. Significa una especie de fondo en el que tiene lugar el resto de la física. El vacío representa un potencial para todas las cosas que pueden suceder en ese fondo. Significa una lista de todas las partículas elementales tanto como de las constantes de la Naturaleza que se pondrían de manifiesto mediante experimentos en dicho vacío. En resumen, significa un ambiente en el que las leyes de la física toman una forma particular. Un vacío diferente significa leyes de la física diferentes; cada punto en el paisaje representa un conjunto de leyes que son, con toda probabilidad, muy diferentes de las nuestras pero que son, en cualquier caso, posibilidades consistentes. El modelo estándar es meramente un punto en el paisaje de posibilidades.


La energía del vacío es, por tanto, la suma total de las energías de todas las partículas posibles. Es la llamada “energía oscura” que hace que el universo se expanda, haciendo frente a la atracción de la gravedad, y que proporciona alrededor del 80% de la materia-energía al universo –un 26% es “materia oscura”, y sólo un 4% es la materia conocida hasta el momento—.

Pero, ¿cómo una partícula virtual se convierte en real? Es decir, ¿cómo queda “atrapada” en el espacio-tiempo de forma más estable?

¡Los fotones de Yang-Mills adquieren su masa y el principio gauge se sigue cumpliendo! Al principio esta visión no mereció la atención que merecía. Por una parte, la gente pensó que el modelo era feo. El principio gauge estaba ahí, pero ya no era el tema central. El “Campo de Higgs había sido puesto ahí “a propósito” y la “partícula de Higgs, en sí misma, no era una “partícula gauge

La Teoría de la Sipersimetría establece que, por cada partícula de materia, nace una gemela de antimateria. La antimateria es igual que la materia, pero con carga opuesta. Por ejemplo, el electrón tiene carga negativa, y su partícula de antimateria, el positrón, positiva. Materia y antimateria se aniquilan mutuamente pero, por algún motivo aún no aclarado, la simetría se rompió en algún momento, surgiendo más materia que antimateria, de ahí que nuestro universo, materia, pueda existir.

Pero hay algo más en todo esto. Y para ello, la luz es la clave.

Controlar los estados cuánticos macroscópicos de osciladores micromecánicos no es fácil; hacerlo con luz (fotones) requiere el acoplamiento coherente entre …

Una de los modelos teóricos elaborados para superar la visión de la gravedad de Einstein indica que los fotones de los rayos gamma de alta energía viajarían algo más despacio que los de baja energía, lo que viola el axioma del sabio alemán acerca de que toda radiación electromagnética, desde las ondas radio hasta los rayos gamma, viajan en el vacío a la misma velocidad (la de la luz). Sin embargo, no ha sido verificado mediante experimento, con lo cual, Einstein sigue teniendo razón.

 protagonizada por la “luz” como la propia …

Ya en los años 30, los físicos predijeron que un campo eléctrico muy fuerte, que no es sino un espacio alterado por la actividad de un montón de fotones coordinados, podría impulsar a las partículas virtuales con carga opuesta en diferentes direcciones, impidiendo que la materia y la antimateria se aniquilen.

Según el efecto de creación de pares,   un fotón con energía suficiente, lo que equivale a tener el doble de la energía que posee un electrón en reposo, da lugar a una pareja de electrón y positrón.

Aunque esto ya se consiguió en los años 90 a pequeña escala, gracias al desarrollo de la tecnología láser los científicos creen que estarán cerca de conseguir crear materia “en serie” mediante este proceso en unos pocos años.

Sabemos desde 1932, que un fotón gama con suficiente energía, puede formar un par de antipartículas, al interactuar con un átomo masivo, como el plomo. Pero el problema no termina, sino que, el electrón formado por un rayo gama, no interactúa con este tipo de fotón (gama), sino uno de luz visible,

Por otra parte, una vez que existen las partículas, los fotones interactúan sin cesar con ellas, siendo absorbidos y emitidos por las mismas de manera ininterrumpida.

Y de ello nace el movimiento gracias al cual todo existe en el espacio-tiempo. Sin movimiento, nuestra realidad desaparecería.

La carencia de masa de un fotón está ligada a su movimiento. Para que un cuerpo alcance la velocidad de la luz, su masa ha de ser cero. Y, como Einstein explicó en su día, la luz se mueve siempre a la velocidad de la luz. Si pretendemos que un fotónse pare, en lugar de ralentizarse observaremos que desaparece. Y, como se ha dicho al principio, si estos “fotones saltarines”  desaparecieran, toda la materia dejaría de existir.

Resultado de imagen de El fotón: Su esencia es el movimiento y su misión, según parece, hacer girar la rueda de la existencia.

Su esencia es el movimiento y su misión, según parece, hacer girar la rueda de la existencia.

Ello es así debido al impacto de los fotones sobre las partículas elementales. La energía transmitida por un fotón es inversamente proporcional a su longitud de onda. Cuanto menos longitud de onda, más energía. Así, un fotón de luz visible tiene la energía suficiente para hacer reaccionar a un bastón de la retina. Si nos movemos en el espectro electromagnético, los fotones con longitud de onda ultravioleta pueden expulsar a los electrones de los átomos. Más allá, los rayos gamma pueden romper protones y neutrones

Y ahora, vayamos al meollo de la cuestión e indaguemos en la cita con que se iniciaba este artículo: ¿qué hace que los electrones absorban y emitan fotones? Esto, en otros términos, vendría a ser lo mismo que preguntarnos: ¿por qué existe nuestro universo?

…con un misterio: el 137…

¿Qué determina el momento exacto en que un electrón emite un fotón? La física cuántica dice que nada lo hace, pues la Naturaleza es caprichosa en sus niveles más elementales. Aunque no es caótica en extremo, sólo probabilística.

A diferencia de la física newtoniana, la mecánica cuántica nunca predice el futuro en función del pasado. En su lugar, ofrece reglas muy precisas para computar la probabilidad de varios resultados alternativos de un experimento.

Y la probabilidad de que un electrón emita o absorba un fotón es la constante de estructura fina. El valor de esa constante es 1/137.

En otras palabras, sólo un afortunado electrón de cada 137 emite un fotón. Este es el significado de alfa: es la probabilidad de que un electrón, cuando se mueve a lo largo de su trayectoria, emita caprichosamente un fotón.

El inverso de la constante de estructura fina es 137. Desde su descubrimiento, éste número ha traído de cabeza a los grandes científicos.

   \alpha^{-1} =   137.035 999 710 (96)

 

No puedo recordar si fue  Richard Feynman o León Lederman, quien sugirió que todos los físicos pusiesen un cartel en sus despachos o en sus casas que les recordara cuánto es lo que no sabemos. En el cartel no pondría nada más que esto: 137. Ciento treinta y siete es el inverso de algo que lleva el nombre de constante de estructura fina. Este número guarda relación con la probabilidad de que un electrón emita o absorba un fotón. La constante de estructura fina responde también al nombre de alfa, y sale de dividir el cuadrado de la carga del electrón por el producto de la velocidad de la luz y la constante de Planck. Tanta palabra no significa otra cosa sino que ese solo número, 137, encierra los meollos del electromagnetismo (el electrón), la relatividad (la velocidad de la luz) y la teoría cuántica (la constante de Planck). Menos perturbador sería que la relación entre todos estos importantes conceptos hubiera resultado ser un uno o un tres o quizás un múltiplo de pi. Pero ¿137?

… es un número que determina la fuerza de una interacción) y equivale a 1/137,03599911.

“Lo más notable de este notable número es su adimensionalidad. La velocidad de la luz es de unos 300.000 kilómetros por segundo. Abraham Lincoln medía 1,98 metros. La mayoría de los números vienen con dimensiones. Pero resulta que cuando uno combina las magnitudes que componen alfa, ¡se borran todas las unidades! El 137 está solo: se exhibe desnudo a donde va. Esto quiere decir que a los científicos de Marte, o a los del decimocuarto planeta de la estrella Sirio, aunque usen Dios sabe qué unidades para la carga y la velocidad y qué versión de la constante de Planck, también les saldrá 137. Es un número puro.”

 

(Leon Ledderman, La partícula divina)

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Uno de los padres de la mecánica cuántica, Wolfgang Pauli, se obsesionó tanto con este número que dijo que, de poder hacerle una pregunta a Dios, sería esta: “¿Por qué 137?”

Gracias a su gran amistad con Carl G. Jung, Pauli conoció el mundo “alternativo” de los estudios sobre la psique y accedió a la tradición esotérica que ha acompañado al hombre desde el principio de los tiempos. Es así como supo que 137 se aproxima al valor correspondiente al ángulo áureo. Esto es, la versión circular del número áureo  o φ (phi).

      Sin fotones… ¡El Universo sería inestable, sería otro universo diferente!

En realidad, el ángulo de oro es, más o menos, 137,5º, y está presente en todo proceso natural donde se dé una combinación de espirales. Así, por ejemplo, las hojas de una planta surgen a lo largo del tallo cada 137,5º, pues así se logra la mayor eficiencia de espacio y de captación de la luz solar, ya que únicamente con éste ángulo es posible evitar que ninguna hoja obstaculice a las demás en la toma de luz sin que existan espacios muertos o vacíos.

Esta semejanza entre los valores de la constante de estructura fina y el ángulo áureo llevó a la doctora Raji Heyrovska  a buscar el ángulo áureo en el universo atómico (véase versión en español de su estudio).

Que esto sea así no debería extrañarnos, pues si el número áureo es una constante en toda la Naturaleza, su versión angular es la apropiada para estar presente en el universo cuántico, donde, recordemos, los elementos básicos de la realidad se reducen a funciones de onda.

…y un final místico.

Los fotones no tienen masa ni carga eléctrica. Sin embargo, pueden “extraer” del vacío partículas con masa y carga, tanto negativa como positiva.

Más allá de la matería y la energía, del tiempo y del espacio, el concepto de función de onda nos introduce en una realidad abstracta de donde surge todo.Y si, como hemos dicho, a menor longitud de onda mayor energía, también es posible afirmar que, en eso que David Bohm llamaba “orden implicado”, cuanto menor es la longitud de una onda cuántica, mayor es la presencia de masa en el espacio-tiempo.

Para la física, las matemáticas se han mostrado como la realidad que subyace a la materia. Todo se puede reducir a números, entidades que forman y organizan el espacio-tiempo. En este nivel de realidad, ni la materia ni la energía existen como tales, sino que demuestran ser el resultado de la interacción de entidades abstractas.

En esta pasión por los números, no podemos evitar recordar la versión cabalística de la filosofía perenne. Para la Kabbalah, lo divino responde a la “Nada”, ya que lo trascendente no puede ser aprehendido desde nuestra posición en el mundo finito.

En el momento de la Creación, la luz infinita se habría divido, quedando encerrada en conductos que, al romperse, producen la materia y, en definitiva, la fractura de la unidad primordial de la luz.

Esta materia o qelippot, en el sentido de “conchas” o caparazones que “encierran” la luz y rompen la harmonía unitaria de la luz, es el origen del mundo, de su finitud y causa del mal en la realidad no-divina. El mundo creado es así una fractura de la harmonía de la luz que crea la diferenciación y la tensión entre unas cosas y otras: este es el origen del mal, de la falta de harmonía que debe recuperarse en el curso de la historia.

Resultado de imagen de La Kabbalah enseña y nos lleva al espíritu

¡Qué a estas alturas de la vida, existan personas,  que estén inmersos en estas patrañas! No lo entenderé nunca.


La Kabbalah enseña, según esto, el camino para desarrollar la Vasija interior donde recibir la Luz, la cual, según va llenando dicha vasija, nos acerca a la unidad del Espíritu. Es así que la Luz, al tiempo que “absorbida” por el alma, puede ser “proyectada” en el mundo mediante los actos del hombre trascendido.

Que la luz ha sido usada por todos los movimientos espirituales para referirse a lo divino es algo que a nadie se le escapa. La imagen que la Kabbalah ofrece aquí no es muy diferente de la que podríamos encontrar en textos rosacruces o en escritos orientales, entre otros.

Sin embargo, si esta vez he preferido usar el hermetismo hebreo es, como he mencionado, por su pasión hacia los números. Y es que el valor numérico para el término hebreo de “kabbalah” (cuya traducción es “recepción”) es…

como muchos ya sabrán…

Efectivamente…

137.

Resultado de imagen de Implicaciones del número 137 en el funcionamiento del universo

Ciencia y tradición hermética unidas por un número que, en ambas, define la interacción entre luz y materia.

Cosas…

Luz que, también en ambos casos, procede de la Nada.

Decía Jung que el espacio y el tiempo son conceptos hipostasiados, fenómenos que hemos decidido convertir en reales. La física teórica y la consolidación de la mecánica cuántica han dejado claro, a lo largo de las últimas décadas, que toda esta realidad por la que combatimos, matamos, morimos, odiamos, repudiamos, humillamos, codiciamos, envidiamos o ansiamos consiste, simplemente, en Nada.

Nada…

Una ilusión de la psique por la que renunciamos a indagar en el misterio de la Vida y nuestra experiencia momentánea en el espacio-tiempo se convierte en un vagar ausentes, asumiendo que todo es un sinsentido.

A veces, en momentos de bajón, me pregunto si no será por eso por lo que, casi cien años después, nos siguen diciendo que la física cuántica es muy complicada para que lleguemos a entenderla…

Lo más triste, sin embargo, es que lo aceptamos…

Todo esto lo he leido o aprendido de gente que son más sabias que yo, ideas que tienen sus fuentes en trabajos realizados con la misión y el propósito de desvelar los secretos de la Naturaleza para saber, como es el Universo.

Lo conseguiremos alguna ve?

emilio silvera

Hay «materia extraña» más allá de la Tabla Periódica

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Materia extraña    ~    Comentarios Comments (0)

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Algunas teorías predicen la existencia de estrellas e incluso planetas formados por "materia de quarks" o "materia extraña

Algunas teorías predicen la existencia de estrellas e incluso planetas formados por “materia de quarks” o “materia extraña – Archivo

Un equipo de investigadores cree que existen elementos ultrapesados que no «funcionan» como la materia normal

 

 

118 Og
 
               
               
                                   
                                   
                                                               
                                                               

 

 

“El oganesón78​ (anteriormente llamado ununoctio) es el nombre para el elemento sintético de la tabla periódica cuyo símbolo es Og y su número atómico es 118.9​ Es el elemento más pesado sintetizado hasta ahora y el último del séptimo período en la tabla periódica. En la tabla periódica es un elemento del bloque p y el último del periodo 7. El oganesón es actualmente el único elemento sintético del grupo 18 y posee el número y masa atómica más altos de todos los elementos sintetizados”

 

 

Resultado de imagen de el elemento más pesado de la Tabla Periódica es el Oganesón
Al ser un elemento químico creado en el laboratorio, es sintético, razón por la cual no puede encontrarse en la naturaleza, es altamente radiactivo y muy pesado (transactínido o transuránido).

En la actualidad, el elemento más pesado de la Tabla Periódica es el Oganesón. Nombrado oficialmente en 2016, posee una masa atómica de 294, la mayor conocida hasta el momento. Y como sucede con el resto de los elementos de la tabla, prácticamente toda la masa del Oganesón procede de los protones y neutrones de sus núcleos atómicos, que a su vez están constituidos cada uno por tres quarks. Todas las partículas formadas por tres quarks (como los citados protones y neutrones) reciben el nombre genérico de “bariones”.

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Átomos conformados por hadrones en su rama bariónica (protones y neutrones) que, a su vez, están hechos de Quarks, los son que construyen toda la materia conocida del Universo, desde un grano de arena a una gaslaxia.

Una característica crucial de toda la materia bariónica conocida es que los tres quarks que forman cada partícula están inseparablemente unidos por la interacción fuerte, una de las cuatro fuerzas fundamentales de la Naturaleza. Y como resulta que todas las partículas hechas de quarks unidos por la interacción fuerte (como protones y neutrones) se llaman hadrones, los científicos se refieren al estado fundamental de la materia bariónica como “materia hadrónica”.

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                            El ununontium pasó a llamarse Oganesón

En los últimos años, la Tabla periódica se ha ido enriqueciendo con un buen número de nuevos elementos. Pero absolutamente todos ellos comparten las mismas características descritas. Es decir, son materia hadrónica. Sin embargo, un equipo de físicos de la Universidad de Toronto, en Canadá, cree que el Oganesón podría ser el último elemento de ese tipo que se descubra. Y predicen la existencia de “otros” elementos mucho más pesados que el Oganesón, con masas atómicas superiores a 300.

Pero lo más increíble es que esos elementos “ultrapesados” no estarían hechos, como los demás, de partículas formadas por tres quarks unidos por la interacción fuerte, sino de quarks “arriba” y “abajo” (dos de los seis tipos de quarks conocidos) individuales y libres de esa fuerza natural. En otras palabras, no serían materia hadrónica, como lo son el resto de los elementos conocidos.

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Por ahí circula una versión de la existencia de Estrellas de Quarks, hechas de materia extraña

Según explican Bob Holdom, Jing Ren y Chen Zhang en un estudio recién publicado en Physicall Review Letters, esa extraña clase de materia de quarks (llamada udQM, up an down Quark Matter, o “Materia de Quarks arriba y abajo”), sería estable para los elementos extremadamente pesados que podrían existir justo después del final de la Tabla Periódica actual. Si además fuéramos capaces de producir esa materia en los laboratorios de la Tierra, podríamos utilizarla como una nueva y poderosa fuente de energía.

La idea de que algún tipo de materia de quarks pudiera ser el estado fundamental de la materia bariónica no es nueva, y fue propuesta, ya en 1984, por el físico Edward Witten, que sugirió la existencia de la SQM (Strange Quark Matter, o “Materia de Quarks Extraña”).

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Comparación de la energía por barión, E/A, del 56 Fe, materia de Quarks con dos y tres sabores (materia extraña) y la materia extraña en presencia de campo magnético como función de la densidad bariónica en unidades de ⁄⁄⁄ 0/29. Cabe destacar que se ganan aproximadamente 100 MeV por Barión cuando se introduce un sabor más en el Modelo.

Sin embargo, Witten postulaba que esa materia extraña consistía en una mezcla más o menos equilibrada de tres clases de quarks (arriba, abajo y extraños), mientras que el nuevo trabajo se eliminan los quarks extraños y se dejan solo los arriba y abajo. La diferencia es enorme, ya que cada partícula de esta “nueva fórmula” tendría una menor cantidad de energía que la SQM o la materia hadrónica, por lo que sería energéticamente favorable.

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“Los físicos han estado buscando la Materia Extraña (SQM) durante décadas -explican los científicos-. Pero nuestros resultados indican que muchos investigadores podrían haber estado buscando en el lugar equivocado… La pregunta básica es la siguiente: ¿Cuál es el estado de energía más bajo posible para un número suficientemente grande de quarks? Argumentamos que la respuesta no es la materia nuclear, ni la extraña SQM, sino más bien nuestra udQM, un estado compuesto por quarks arriba y abajo casi sin masa”.

Una idea inquietante

 

 

 

La idea de que esta materia hecha de quarks pudiera estar esperándonos “al otro lado” de la Tabla Periódica resulta inquietante ya que, hasta ahora, se pensaba que esta clase de materia solo podría existir en ambientes muy extremos, como en los núcleos de las estrellas de neutrones, en el interior de hipotéticas “estrellas de quarks, en los poderosos colisionadores de iones pesados o en los primeros milisegundos de la historia del Universo, durante el Big Bang. Es decir, en situaciones en las que la presión de la gravedad es tan enorme que los protones y los neutrones se disocian en los quarks que los componen, que no consiguen mantenerse unidos.

Además, cuando se ha producido en laboratorio, la materia de quarks tarda apenas una fracción de segundo en decaer y convertirse en materia hadrónica estable y convencional (la que está hecha de tríos de quarks estrechamente unidos por la interacción fuerte).

A pesar de todo, los físicos esperan que, si la masa atómica de los nuevos elementos ultrapesados y hechos de quarks libres no resulta ser mucho mayor de 300, sería posible producir esta forma totalmente nueva de materia estable fusionándola con algunos de los demás elementos pesados de la tabla.

Y en el caso de que producir en labotatorio udQM resultara demasiado difícil, Holdom, Ren y Zhang proponen buscarla aquí, en la Tierra, ya que esa extraña clase de materia puede llegar hasta nosotros a caballo de los rayos cósmicos y quedar después atrapada en el interior de la materia normal. En el futuro, los tres científicos planean emprender la búsqueda de materia de quarks, tanto en nuestro planeta como fuera de él.

Pero antes, afirman, “nos gustaría saber más sobre la cantidad de materia de quarks que podría haber en el Universo. Por eso, en la actualidad estamos tratando de averiguar cuál es la tasa de conversión de la materia convencional a udQM dentro de las estrellas de neutrones”.

Si realmente consiguieran encontrar, o producir en laboratorio, materia de quarks de cualquier tipo, nos encontraríamos, además, ante una nueva e inesperada fuente de energía.

 

 

 

Tratan de buscar estrellas de Quarks hechas de materia extraña

.

“Saber dónde buscar udQM podría ayudar a hacer realidad una vieja idea, la de utilizar la materia de quarks como una nueva fuente de energía – afirman los investigadores-. Si se encuentra materia de quarks (o se produce en aceleradores), podría almacenarse para alimentarla después con neutrones lentos o iones pesados. La absorción de estas partículas significa una masa total inferior y, por lo tanto, una liberación de energía, principalmente en forma de radiación gamma. A diferencia de la fusión nuclear, este es un proceso que debería ser fácil de iniciar y controlar”

Como diría Kike, hay que encontrar nuevos caminos para poder desvelar la realidad, no siempre se consiguen nuevos conocimientos al cobijo de lo ya conocido, sin riesgos… ¡Nada podrá cambiar!

El sueño de ese primer contacto… ¿Será para bien?

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en Entrevista científica    ~    Comentarios Comments (1)

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“En 20 años sabremos si hay una civilización extraterrestre” Dice el entrevistado.

Este astrobiólogo participa en la misión Clipper para buscar vida en la luna de Júpiter

 

Kevin Hand, antes de la entrevista
Kevin Hand, antes de la entrevista Luis Sevillano

Kevin Hand es investigador de la NASA y uno de los responsables de la próxima misión a Europa, la sexta luna de Júpiter. Es el lugar más probable donde puede encontrarse vida más allá de la Tierra, asegura. De visita en España para ofrecer una conferencia en la Fundación Ramón Areces, Hand explica en esta cómo pretende llegar al satélite y comenzar a estudiar el profundo océano que se esconde bajo el hielo. Cuando se le pregunta sobre cómo puede impactar la reciente victoria de Donald Trump en la ciencia y en los planes de exploración espacial de la NASA (una agencia gubernamental), guarda un largo silencio. “No puedo decir mucho sobre política”, acaba reconociendo.

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            Imagen de Europa, satélite de Jupiter

Pregunta. Usted dice que tardaremos solo 20 años en encontrar vida en el Sistema Solar

Respuesta. Sí. Si hay vida, por ejemplo en el océano de Europa, en el de Encélado o en el de algún otro mundo del exterior del Sistema Solar, nuestra exploración robótica puede descubrirla en los próximos 20 años.

P. Actualmente hay muchas misiones proyectadas a Marte en busca de vida. También se acaba de proponer que Plutón tiene un océano. ¿Por qué cree que Europa es el lugar más adecuado para encontrar vida?

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Es muy difícil encontrar un sitio donde haya agua líquida y no tenga seres vivos

 

R. Hay seis mundos con océanos, tal vez más. Acaba de publicarse un estudio sobre la composición y la dinámica gravitatoria de Plutón que indican que tal vez tenga un océano de agua y amoniaco. Plutón es fascinante en el sentido de que tal vez tenga agua, y tal vez también nitrógeno y carbono. Lo que le falta, pero no a Europa, es interacción entre el agua y las rocas. La vida necesita para existir agua líquida, los ladrillos básicos para la vida y alguna forma de energía. En Europa pensamos que el océano de 100 kilómetros de profundidad está en contacto con un fondo rocoso. Esto supone que puede tener características comparables a las que vemos en la Tierra, con chimeneas hidrotermales y los elementos y la energía necesarios para que se sustente vida. En Plutón no tienes mucha roca. En Ganímedes o en Calisto tienes océanos, pero probablemente están atrapados entre dos capas de hielo diferentes. Solo en Europa y Encélado pensamos que hay contacto entre agua líquida y fondo rocoso, por eso priorizo estas dos lunas para buscar un segundo origen de la vida.

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P. ¿Cuáles son los planes actuales para explorara Europa?

R. Hay una misión llamada Europa Clipper que actualmente se está construyendo y que se lanzará a principios de la década de 2020. Va a orbitar Júpiter y sobrevolar Europa unas 45 veces. En cada pasada hará fotografías, analizará la composición y tendrá un radar capaz de traspasar el hielo. Nos va a dar un mapa muy completo del aspecto y la composición de la superficie. Después de esta misión, estamos estudiando otra que llegará a la superficie y analizará el hielo y otros materiales.

P. En lugares como la Antártida o el Ártico es complicado perforar el hielo hasta llegar hasta los lagos de agua líquida en busca de microbios ¿Cómo lo conseguirían hacer en una luna que está a unos 600 millones de kilómetros?

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Si encontramos vida en Europa, no la traeremos a la Tierra

 

R. Estamos pensando en una progresión, paso a paso, para algún día alcanzar ese océano. Para llegar vamos a necesitar varias misiones. El primer paso es Clipper. La siguiente misión ya será capaz de perforar unos 10 centímetros en el hielo con un pequeño brazo robótico. Como dices, cuando vamos a sitios como la Antártida o el Ártico podemos ensayar qué tipo de mediciones necesitaríamos hacer para encontrar rastros de vida. Lo que hace difíciles algunos de esos estudios es que tenemos que llevar muchísima equipación. Si nuestra intención es probar si hay vida o no, tal vez tengamos que llevar mucho menos. De hecho, en la Tierra, la vida está por todas partes. Es muy difícil encontrar un sitio donde haya agua líquida y no tenga seres vivos.

P. ¿Qué tipo de vida extraterrestre podría existir en Europa o en otros mundos helados?

R. Las misiones que estamos estudiando están diseñadas para encontrar vida microscópica y compuestos de carbono asociados con ella. Otra de las cosas que hacen a Europa y Encélado tan interesantes es que podemos probar las hipótesis sobre el origen de la vida.

P. ¿Cuál sería el impacto de encontrar vida?

europa satelite de jupiterResultado de imagen de Vida microbiana en Europa satélite de jupiter

R. Probablemente no va a cambiar la forma en la que te preparas el café por la mañana o hacer tu camino al trabajo más rápido, pero potencialmente revolucionaria la biología. La física que conocemos funciona más allá de la Tierra, la geología, la física, la química, también, pero la biología… no lo sabemos.

P. Otros expertos están preparando misiones para buscar vida, incluso civilizaciones, en otras estrellas ¿Lo ve factible?

R. Creo que se puede hacer y es muy estimulante. Estaríamos limitados por los fotones que podamos obtener. Intentar buscar rastros en las atmósferas de exoplanetas, puede que veamos oxígeno, metano, ozono, cuya explicación más plausible sería la presencia de vida, pero no podríamos confirmarlo. Lo que me interesa de Europa y Encélado es que sí lo podemos hacer en tan solo unos años. Enviar una nave a Próxima Centauri, la estrella más cercana, puede hacerse, pero llevará mucho tiempo para llegar.

P. En el caso de que hubiera vida en Europa, ¿la traerían a la Tierra?

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R. No. Al menos no pronto. Es muy difícil escapar a la gravedad de Júpiter y regresar a la Tierra. Así que haríamos toda la ciencia in situ.

P. ¿Cree que también hay posibilidades de encontrar vida inteligente en otras estrellas?

R. Creo que es posible que detectemos una señal extraterrestre en los próximos 20 años. Cuando miras a nuestra capacidad de detectar señales de radio y ópticas de estrellas distantes, para el año 2035 habremos examinado suficientes estrellas. Incluso en un escenario muy pesimista, en el que solo haya una civilización capaz de comunicarse por cada 10 millones de astros, podremos encontrarla en esos 20 años. Eso cambiaría por completo nuestra manera de entendernos y nuestro lugar en el Universo.