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Todo evoluciona, nada permanece

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en a otros mundos    ~    Comentarios Comments (0)

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La vida en los exoplanetas vecinos es posible pese a la alta radiación. La radiación que había en la Tierra hace 3.900 millones de años era superior a la que hay ahora en mundos vecinos y, sin embargo, no fue un obstáculo para que se desarrollaran organismos.

 

 

Con casi 4.000 mundos descubiertos fuera del Sistema Solar -3.944 exactamente, según la NASA– los astrofísicos se centran ahora en determinar cuáles son más interesantes para estudiar sus características en general y, en particular, determinar cuáles podrían albergar algún tipo de vida o llegar a tenerla.

El foco está puesto especialmente en los exoplanetas más próximos a la Tierra. El hallazgo en 2016 de un mundo (llamado Proxima-b) en la estrella más cercana, Próxima Centauri, fue recibido con entusiasmo por la comunidad científica pues se encuentra a sólo 4,2 años luz de nosotros y la distancia que le separa de su astro (lo que llaman la zona habitable) le permitiría, teóricamente, albergar agua líquida.

Un entusiasmo que se enfrió cuando se comprobó que era bombardeado por dosis muy altas de radiación: Próxima-b recibe 250 veces más radiación X de Próxima Centauri que la Tierra del Sol , y a su superficie llegan dosis de radiación ultravioleta que serían mortales actualmente en la Tierra. ¿Qué tipo de organismos podrían sobrevivir en un ambiente tan hostil?

Próxima b Es el exoplaneta más cercano a nosotros -se encuentra a 4,2 años luz-. Orbita la estrella Próxima Centauri (tarda 11 días en hacerlo), podría albergar agua líquida y es un poco más grande que la Tierra.ESO.

Una nueva investigación defiende, sin embargo, que el hecho de que un planeta esté sometido a muy altos niveles de radiación procedentes de su astro no es un obstáculo para que la vida llegue a desarrollarse.

El estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, se ha centrado en analizar las condiciones ambientales que se cree que hay en los cuatro planetas rocosos más cercanos a la Tierra: el mencionado Próxima-b, Trappist-1e, Ross-128b y LHS-1140b.

«Estos cuatro son los planetas más cercanos que podrían albergar vida fuera de nuestro sistema solar. No sabemos si la hay, pero nuestros modelos muestran que la radiación ultravioleta en su superficie por la que muchos estudios científicos han mostrado preocupación no es un factor que limite su existencia», explica a este diario Lisa Kaltenegger, autora del estudio junto a Jack O’Malley-James, ambos de la Universidad de Cornell (EEUU).

Es una de las siete ‘Tierras’ descubiertas alrededor de la estrella enana ultrafría Trappist-1, a 39 años luz. El anuncio de su hallazgo, en febrero de 2017, causó una gran expectación.ESO / NASA

Esos cuatro mundos orbitan un tipo de estrella denominada enana roja que, a diferencia de nuestro sol, emite frecuentemente llamaradas de radiación que bañan a sus planetas con radiación ultravioleta. Estas pequeñas estrellas -llamadas también de tipo M- son las más abundantes en nuestra galaxia, pues se cree que representan el 75% de todos los astros.

Aunque se desconoce cómo esta radiación impacta en la superficie de estos planetas en concreto, se sabe que esos niveles pueden hacer que moléculas biológicas como los ácidos nucleicos muten o se apaguen.

Según argumentan Lisa Kaltenegger y JackO’Malley-James, toda la vida que existe actualmente en la Tierra evolucionó a partir de criaturas que tuvieron que hacer frente a niveles de radiación ultravioleta mayores que los que hay ahora en Próxima-b y en otros exoplanetas cercanos. Hace 4.000 millones de años, nuestro planeta era un mundo caótico y bañado por la radiación y pese a ello, la vida emergió. Lo mismo podría estar ocurriendo ahora en esos planetas vecinos, donde según los resultados de sus modelos, el nivel actual de radiación es inferior al que había en la Tierra hace 3.900 millones de años.

Para llegar a esa conclusión, hicieron modelos con distintas composiciones de la atmósfera, algunas similares a las de la Tierra actual y otras con atmósferas muy delgadas que no filtran bien la radiación ultravioleta o que no protegen frente al ozono.

LHS-1140b Este planeta rocoso descubierto en 2017 tiene siete veces la masa de la Tierra y está también en la zona habitable de su estrella, la enana roja LHS 1140. Se encuentra a 40 años luz de nosotros. /MEARTH

La también directora del Instituto Carl Sagan de Cornell asegura que hasta ahora, sus colegas «se han mostrado emocionados con estos resultados porque a todos nos encantaría que los planetas más cercanos fueran habitables».

Kaltenegger es también coautora de la lista en la que se han identificado las 1.822 estrellas más interesantes para que sean escrutadas por el satélite de la NASA Tess -lanzado hace un año- en busca de planetas con tamaños parecidos al nuestro. De esos 1.822 astros, asegura que tiene 408 favoritas.

«Todos estos modelos, incluidos otros que predicen que no puede haber vida, contienen muchas hipótesis. Éstas son necesarias porque sabemos muy poco de los exoplanetas, aparte de que están ahí», admite Guillem Anglada-Escudé, astrofísico de la Queen Mary University, en Londres y descubridor de Proxima-b».

Según explica este especialista en mundos fuera del Sistema Solar, en la actualidad los astrónomos están inmersos «en una fase de exploración teórica para poder formular predicciones observacionales y valorar qué experimentos van a ser realmente útiles para distinguir escenarios (planetas con oxígeno pero sin vida; planetas con atmósferas de CO2 como la Tierra en sus primeras etapas, mundos acuáticos, etc.).

Ross-128b Situado a 11 años luz, este mundo localizado en 2017 es uno de los mejores candidatos a albergar vida. Tiene un tamaño parecido al nuestro y recibe un 38% más de luz de su estrella (Ross-128) que la Tierra.ESO

Sobre la investigación liderada por Kaltenegger, con la que no tiene vinculación, considera muy interesante la conclusión de «que pese a que la Tierra tuvo un entorno tan intenso en rayos ultravioleta, aquí estamos».

«Si hiciéramos modelos parecidos sobre habitabilidad de la Tierra, más de un teórico nos habría extinguido a todos una docena de veces empezando por los UV, pasando por el impacto gigante para la formación de la Luna, o el hecho de que la cantidad de agua en nuestro planeta es en realidad muy pequeña comparada con la masa total», apunta el investigador. «Dentro de pocos años vamos a empezar a tener medidas sobre los objetos y ahí empezará la diversión».

¿UNA ‘SUPERTIERRA’ EN NUESTRA ESTRELLA VECINA?

 

Resultado de imagen de Una supertierra

 

 

El anuncio se hizo con gran cautela durante el encuentro organizado la pasada semana por Breakthrough, la iniciativa para buscar vida fuera de la Tierra financiada por el multimillonario Yuri Milner: los científicos creen haber localizado un segundo planeta planeta en Proxima Centauri, la estrella más cercana a nosotros. «Es sólo un candidato, es importante subrayarlo», recalcaron los astrónomos Mario Damasso, del Observatorio de Astrofísica de Turín, y Fabio Del Sordo, de la Universidad de Creta, durante la presentación. Creen que Proxima c, como lo han bautizado provisionalmente hasta que confirmen que es un planeta, es una ‘supertierra’, con una masa seis veces mayor que la de la Tierra.

Los primeros cálculos realizados han revelado también que está lejos de su estrella, pues tardaría 1.900 días en orbitarla, por lo que creen que sería un mundo inhóspito. Este objeto fue detectado en primer lugar con el instrumento HARPS del Observatorio Europeo Austral (ESO), una herramienta que será utilizada también para confirmar su naturaleza planetaria, junto a otras naves espaciales como Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA).

 Noticias ESA

 


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