Oct
23
El Universo, la Vida…y, el Azar
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
(99942) Apofis, el asteroide que sembró el pánico cuando surgió la noticia. En la imagen lo vemos señalado por la línea que marca su trayectoria. Es un potencial peligro para nosotros y la Tierra.
Pasará dos veces cerca de la Tierra
Hace algún tiempo que salió en algunos medios (otra vez), la noticias de que se nos acercaba el Asteroide Apofis. Se le puede apreciar en el centro de la imagen, moviéndose de derecha a izquierda, tomado el 30 de diciembre de 2004 (Observatorio Astronómico Sormano). La trayectoria ha sido estudiada en varias ocasiones y, finalmente, el 9 de enero de 2013, el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena (California) de la NASA descartó la posibilidad de una colisión de este asteroide, tanto en 2029 como en 2036. Aunque su tamaño de algo más de 300 metros no es descomunal, su caída sobre nuestras cabezas no hubiera sido una fiesta.
Muchos son los objetos que pasan por nuestra vecindad sin que nos causen problemas. Pasan a distancias que no pueden inquietarnos. En la Tabla adjunta podéis ver algunos de esos visitantes y a las Distancias Lunares (LD) que pasaron de nosotros.
Los movimientos de cometas y asteroides, a pesar de tener la defensa de Júpiter, son una seria y cierta amenaza para el desarrollo y persistencia de vida. Los impactos no han sido infrecuentes en el pasado lejano de la Tierra, habiendo tenido efectos catastróficos. Somos afortunados al tener la protección de la Luna y de la enorme masa de Júpiter que atrae hacia sí los cuerpos que llegan desde el exterior desviándolos de su probable trayectoria hacia nuestro planeta.
Aquel mes de Octubre, un asteroide de un diámetro comprendido entre 25 y 50 metros pasó junto a la Tierra a unos 256.500 kilómetros.
La caída en el planeta de un asteroide de dimensiones considerables, nos podría causar muy graves problemas y producir extinciones globales que retrasarían en millones de años la evolución y hacer desaparecer algunas especies.
Cuando comento este tema no puedo evitar el recuerdo del meteorito caído en la Tierra que impactó en la península de Yucatán hace 65 millones de años, al final de la Era Mesozoica, cuando según todos los indicios, los dinosaurios se extinguieron. Sin embargo, aquel suceso catastrófico para los grandes lagartos, en realidad supuso que la Tierra fue rescatada de un callejón sin salida evolutivo. Parece que los dinosaurios evolucionaron por una vía que desarrollaba el tamaño físico antes que el tamaño cerebral.
Aquel no era un mundo para nosotros
La desaparición de los dinosaurios junto con otras formas de vida sobre la Tierra en aquella época, hizo un hueco para la aparición de los mamíferos. Se desarrolló la diversidad una vez desaparecidos los grandes depredadores. Así que, al menos en este caso concreto, el impacto nos hizo un gran favor, dado que hizo posible que 65 millones de años más tarde pudiéramos llegar nosotros. Los dinosaurios dominaron el planeta durante 150 millones de años; nosotros, en comparación, llevamos aquí tres días y, desde luego, ¡la que hemos formado!
Gráfico: Pauta de la respuesta a una crisis medioambiental que causa en la Tierra una extinción en masa.
En nuestro sistema solar la vida se desarrolló por primera vez sorprendentemente pronto tras la formación de un entorno terrestre hospitalario. Hay algo inusual en esto. El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas cristalicen los materiales complejos necesarios para la vida, tales como el hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, carbono, etc.
Parece que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia. El argumento, en su forma más simple, lo introdujo Brandon Carter y lo desarrolló John D. Barrow por un lado y por Frank Tipler por otro. Al menos, en el primer sistema solar habitado observado, ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre tiempo(bio) y tiempo(estrella) que son aproximadamente iguales; el t(bio) –tiempo biológico para la aparición de la vida– algo más extenso.
La evolución de una atmósfera planetaria que sustente la vida requiere una fase inicial durante la cual el oxígeno es liberado por la foto-disociación de vapor de agua. En la Tierra esto necesitó 2.400 millones de años y llevó el oxígeno atmosférico a aproximadamente una milésima de su valor actual. Cabría esperar que la longitud de esta fase fuera inversamente proporcional a la intensidad de la radiación en el intervalo de longitudes de onda del orden de 1000-2000 ángstroms, donde están los niveles moleculares clave para la absorción de agua.
Este simple modelo indica la ruta que vincula las escalas del tiempo bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina el tiempo requerido para crear un ambiente sustentado por una estrella estable que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a los planetas del Sistema Solar que ella misma forma como objeto principal.
Telescopio Spitzer de la NASA ha detectado los pilares de la vida en el universo distante, aunque en un entorno violento. Ha posado su poderoso ojo infrarrojo en un débil objeto situado a una distancia de 3.200 millones de años luz (recuadro), Spitzer ha observado la presencia de agua y moléculas orgánicas en la galaxia IRAS F00183-7111.
¿Qué es la vida? ¿Cómo se originó en nuestro planeta? ¿La vida en la Tierra podría sobrevivir en otros mundos o lunas del Universo? ¿Qué es un ambiente extremo?
Vida en ambientes extremos
“Pensar en cómo ha cambiado nuestro concepto de vida es el reflejo de la evolución misma de la ciencia. En el pasado, todavía en la ciencia del Siglo XV, la única referencia es lo que podían observar con sus ojos, como los grandes animales o las plantas. Luego del boom del microscopio y la microbiología se encontró que hay vida muy muy pequeña y que puede sobrevivir donde los humanos no, como las bacterias y los hongos microscópicos.”
A muchos les cuesta trabajo admitir la presencia de vida en el universo como algo natural y corriente, ellos abogan por la inevitabilidad de un universo grande y frío en el que es difícil la aparición de la vida. Yo (como muchos otros), estoy convencido de que la vida, es de lo más natural en el universo y estará presente en millones de planetas que, como la Tierra, tienen las condiciones para ello. Una cosa no se aparta de mi mente, muchas de esas formas de vida, serán como las nuestras aquí en la Tierra y estarán también, basadas en el Carbono. Claro que, no por eso niego que puedan existir otras formas de vida diferentes a las terrestres.
Los biólogos, parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están tan seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el carbono. La mayoría de las estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencias extraterrestres en el universo se centran en formas de vida similares a nosotros que habiten en planetas parecidos a la Tierra y que necesiten agua y oxígeno o similar con una atmósfera gaseosa y las demás condiciones de la distancia entre el planeta y su estrella, la radiación recibida, etc. En este punto, parece lógico recordar que antes de 1.957 se descubrió la coincidencia entre los valores de las constantes de la Naturaleza que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de carbono y oxígeno, y con ello para la vida en el universo.
Un nuevo estudio revela la innovadora investigación en la formación hidrotermal de rocas de carbonato de arcilla en la Fosa Nili, en una región de Marte. Los resultados pueden proporcionar un vínculo a la evidencia de organismos vivos en Marte hace 4 mil millones de años aproximadamente.
Hay una coincidencia o curiosidad adicional que existe entre el tiempo de evolución biológico y la astronomía. Puesto que no es sorprendente que las edades de las estrellas típicas sean similares a la edad actual del universo, hay también una aparente coincidencia entre la edad del universo y el tiempo que ha necesitado para desarrollar formas de vida como nosotros.
Si miramos retrospectivamente cuánto tiempo han estado en escena nuestros ancestros inteligentes (Homo Sapiens) vemos que han sido sólo unos doscientos mil años, mucho menos que la edad del universo, trece mil millones de años, o sea, menos de dos centésimos de la Historia del Universo. Pero si nuestros descendientes se prolongan en el futuro indefinidamente, la situación dará la vuelta y cuando se precise el tiempo que llevamos en el universo, se hablará de miles de millones de años. Lo que parece poco probable. La dinámica del Universo es cambiante y nada dura eternamente.
Una galaxia, una estrella, un planeta situado a la distancia adecuada y presencia de agua… ¡LaVida acecha!
Lo que pudimos leer en un artículo publicado el 29 de julio de 2011 en la web del IAC
“Los astrofísicos detectan lo que podría ser C24, una molécula plana bidimensional del grosor de un átomo de carbono, “un trocito de grafeno”.
Detectan también en diez nebulosas planetarias de dos galaxias cercanas fullerenos C60 y C70. Se trata de la primera detección extra-galáctica del fullereno C70 que, compuesto de pentágonos y hexágonos, tiene forma de diminuto balón de rugby.
Grafeno en el espacio © by Kanijoman
La presencia de estas moléculas complejas alrededor de estrellas moribundas indica que los procesos básicos para la vida podrían originarse “en cualquier rincón del universo”.
En el año 2004, los científicos premiados con el Nobel de Física 2010, Andre Geim y Konstantin Novoselov, sintetizaron el grafeno en el laboratorio. Apenas siete años después, este material de extraordinaria resistencia, delgadez y elasticidad podría haber sido hallado en el espacio. Un equipo liderado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) acaba de publicar en The Astrophysical Journal Letters la primera evidencia de la posible existencia de C24, una molécula plana bidimensional de un átomo de grosor, un posible “trocito de grafeno” en el espacio.”
“El telescopio espacial Herschel, a través de uno de sus instrumentos, el HIFI (un espectroscopio de infrarrojo) ha analizado la luz procedente de la Nebulosa de Orión encontrando casi todas las moléculas de la vida, como el agua o el metano.
Esta nebulosa, situada a unos 1300 años luz de la Tierra, además de ser uno de los objetivos más destacados del cielo nocturno por los astrónomos aficionados debido a la facilidad de su observación, es conocida por ser un lugar donde se están formando estrellas a partir de una nube de gas y polvo. Ahora se demuestra que existen muchas de las moléculas precursoras de la vida, tal y como la conocemos: monóxido de carbono, agua, metano, óxido de azufre, …”
En la Nebulosa de Orión se están formando muchos sistemas planetarios nuevos
Noticias como estas van siendo ya tan frecuentes que, dudar de la existencia de vida en otros mundos parece irracional. Nuestro aislamiento y confinamiento en el planeta Tierra sólo es debido a la falta de medios tecnológicos, de los conocimientos necesarios que nos posibiliten salvar esas inmensas distancias que nos separan de otros mundos, de otras estrellas, de otras galaxias.
emilio silvera