Nov
7
Una Libreta que llamé: “Rumores del Saber del Mundo”
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Urk La primera ciudad del Mundo
En esa Libreta, cuento cosas que pasaron y hablo de civilizaciones antiguas, de grandes hombres o de valientes aventureros, y, lo mismo os cuento un pasaje de la vida de Galileo, Pitágoras, Sócrates, Aristóteles, Platón, Newton, Einstein, Colón, Leonardo da Vinci o Miguel Ángel Buonarroti, casi todos sabemos (más o menos) quienes son, o al menos nos suena sus nombres. Sin embargo, ¿Qué sabemos de: Dense Schmandt-Besserat, de Ras Shamra, cerca de Alejandreta, de la ciudad de Uruk al norte de Mesopotamia, de Lantancio que en el siglo IV se preguntaba el propósito del saber, o de Lovejoy, o del efecto de Platón en Calvino, o del hilo que une a Nietzsche con Sócrates, o la relación del Budismo con el pensamiento alemán?
Andrés Vesalio que robaba cadáveres para descuartizarlos y saber cómo éramos por dentro
En tiempos pasados, en otros trabajos, he tomado trozos de la libreta y os he hablado de Vesalio. También de Bagdad cuando el Califa ordenó construir la Casa de la Sabiduría, o de Alejandría y todo lo que aquello fue con su famosa biblioteca y los personajes que estuvieron allí de bibliotecario.
La escritura, la primera ciudad del mundo, los inventos sumerios
En rumores del saber se habla de los Sumerios y de los indicios primeros de la Escritura o de las primeras Ciudades construidas en el mundo y, como es natural, de la influencia que tuvieron estas en el avance de la Humanidad cuando empezó a convivir en Sociedad y, cada uno (artistas o alfareros, pongo por ejemplo) podía mostrar su trabajo a los demás para que le fuera reconocido.
Claro que, si das rienda suelta a tus pensamientos te puede costar un gran disgusto. No siempre decir lo que se piensa tuvo buenos resultados para el pensador. Recordemos a Galileo o a Giordano Bruno.
La única libertad que tenemos es la del pensamiento, sin embargo, no somos libres para exponer lo que pensamos. Distintas cuestiones de ética, de educación, de inconveniencia social, etc., nos aconseja no decir siempre la verdad y las Sociedades avanzan con ese plus de hipocresía que no necesariamente tiene que ser malo, ya que, muchas veces, decir la verdad, además de inconveniente, puede causar dolor. Sin embargo, contar lo que pasó es bueno, tanto lo positivo para repetirlo, como lo negativo para no caer de nuevo en ello.
La Hipocresía está muy presente en la Política
En ese trabajo (Rumores del saber) traté de exponer conocimientos sueltos de cuestiones diversas y, como el “saber no ocupa lugar”, los posibles lectores podían aprender algunas cuestiones y pensar en ellas, ver la grandeza de Srinivasa Ramanujan, las tendencias de las religiones y la invención de la moralidad por Zaratustra con sus tres tipos de Almas, lo que hizo y dijo Buda o Confucio. Y, por otra parte, enterarse de aquellos viajeros que, como Piteas o el mismo Marco Polo, se aventuraron en regiones desconocidas buscando la aventura o la riqueza al mismo tiempo que descubrían nuevos pueblos y nuevas costumbres.