Jul
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¿La Naturaleza? ¡Es la misma en todo el Universo!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (1)
El Universo que es todo lo que existe: Materia, Espacio-Tiempo, las Cuatro Fuerzas Fundamentales que conocemos, las Constantes Universales que hemos podido descubrir y como interaccionan con esas pequeñas partículas subatómicas que forman los átomos que se juntan para formar moléculas y éstas para formar objetos unas veces como mundos y estrellas, otras como galaxias y cúmulos de ellas y, a veces, en algún mundo favorecido por el Azar, puede incluso evolucionar la materia hasta alcanzar la consciencia y otras muchas clases de vida que, aunque menos desarrolladas, también conforman los ecosistemas que, como el de la Tierra, es rico y variado y se nos muestra en todo su esplendor.
En cualquier mundo en el que podamos ver imágenes como la de arriba… ¡La vida estará presente!
¿Estamos ahora en condiciones de comprender por qué, si existieran animales en otros planetas capaces de moverse a través de sus mares, de su atmósfera o de sus tierras, sería muy probable que, también ellos, tengan simetría bilateral?
En otro planeta, igual que en la Tierra, actuarían los mismos factores que darían lugar a la mencionada simetría. La Gravedad produciría diferencias esenciales entre arriba y abajo, y la locomoción originaría marcadas diferencias entre frente y dorso. La ausencia de asimetrías fundamentales en el entorno permitiría que la simetría izquierda derecha de los cuerpos permaneciera inalterada. También creo que, la vida en todo el Universo (independientemente de sus formas), estará basada en el Carbono.
¿Extraños mundos con extrañas criaturas?
¿Podemos ir más allá? ¿Podemos esperar semejanzas más concretas entre la vida extraterrestre y la vida tal como la conocemos? Creo que sí, que de la misma manera que existen planetas como la Tierra que tendrán paisajes parecidos a los que podemos contemplar en nuestro mundo, de igual forma, dichos planetas podrán albergar formas de vida que, habiendo surgido en condiciones similares a las nuestras de Gravedad, Magnetismo, Radiación… Habrán seguido el mismo camino que tomamos nosotros y los otros seres que en la fauna terrestre nos acompañan de entre los que algunos, tenemos que reconocer que son bien raritos dependiendo del medio en el que viven.
En los extraños mares de otros planetas, sin tener en cuenta la composición química, es difícil imaginar que la evolución de lugar a una forma más sencilla de locomoción que la que se produce ondulando colas y aletas. Que la propia evolución encontraría este tipo de propulsión viene avalado por el hecho de que, incluso en la Tierra, esta evolución se ha producción de manera totalmente espontánea e independiente. Los peces desarrollaron la propulsión cola-aleta; después, ellos mismos evolucionaron hasta convertirse en tipos anfibios que se arrastraban por tierra firme hasta llegar a ser reptiles.
Por ejemplo, en nuestro planeta el ornitorrinco representa la primera rama de mamíferos a partir de un ancestro con características de ambos mamíferos y reptiles de hace 166 millones años. De alguna manera se mantiene una superposición de funciones, mientras que los mamíferos posteriores perdieron sus rasgos de reptil. Comparando el genoma del ornitorrinco con el ADN de otros mamíferos, incluidos los seres humanos que llegaron a lo largo del transcurso del tiempo, y los genomas de los pájaros, que bifurcan hace unos 315 millones años, ayuda a definir la evolución.
Ornitorrinco: ¿Mamífero, Ave o Reptil? Lo cierto es que, sin movernos de aquí, podemos ver los mismos extraños animales que nos podríamos encontrar en cualquier lugar situado en lejanos sistemas planetarios alumbrados por otras estrellas distintas a nuestro Sol. “Allí” como “aquí” en la Tierra, las mismas leyes, las mismas fuerzas, los mismos principios y los mismos ritmos que el Universo impone por el inmenso Cosmos, estarían presentes para que todo se repita, para que todo se destruya y pueda resurgir. Del material de estrellas que “mueren” nacen nuevas y vigorosas estrellas.
Algunos reptiles fueron evolucionando y dieron lugar a a los mamíferos. Pero cuando algunos de estos últimos regresaron al mar (los que luego han sido ballenas y focas, por ejemplo), sus piernas volvieron a evolucionar hacia las formas de las aletas destinadas a la propulsión por el medio acuático y a la navegación.
De la misma manera, cuesta imaginarse una forma más sencilla de volar por el aire que no sea utilizando las alas. De nuevo, también en la Tierra estuvo presente el proceso de evolución necesario e independiente y paralela de las alas. Los reptiles las desarrollaron a causa de la evolución, y llegaron a volar. En millones de años, muchas habrán sido las mutaciones que se produjeron y que nos han pasado desapercibidas, no podemos, por falta de medios fósiles desaparecidos, saber todo lo que pudo pasar.
Los Pterodáctilos desaparecieron hace unos 100 millones de años
Lo mismo hicieron los insectos. Algunos mamíferos, como la ardilla voladora, desarrollaron alas para planear. El murciélago, otro mamífero, desarrolló unas alas excelentes y el radar que le dice por donde debe ir. Algunas especies de peces, que saltan por encima del agua para evitar ser capturadas, se han provisto de alas de planeo. Otros emiten descargas eléctricas…
¡La Naturaleza! ¿Qué no será posible para ella?
En tierra firme, ¿existe algún modelo más sencillo por el cual un animal puede desplazarse que no sea mediante apéndices articulados? Las patas de un perro, desde el punto de vista mecánico, no se diferencian demasiado de las de una mosca, pese a haber sufrido evoluciones completamente independientes una de otra. Evidentemente, la rueda es también, una máquina muy sencilla, útil para desplazarse por tierra, pero hay buenas razones técnicas que dificultan su evolución.
Recuerdo haber visto con los chicos cuando eran pequeños, aquella película en la que L. Frank Baum, en Ozma de Oz, inventó una raza de hombres, llamada “los rodadores” , con cuatro piernas como un perro pero que, cada una de ellas terminaba con una ruedecilla que les hacía correr velozmente para causar el pánico en la pequeña protagonista de la fantástica historia. Y, de la misma manera, si nos paramos a observar la Naturaleza y las criaturas que en ella han llegado a surgir, el asombro de tan fantástico logro, nos llega a dejar sin habla.
Pese a que ningún animal utiliza ruedas para auto-propulsarse a través del suelo o del aire, sí existen bacterias que se mueven por los líquidos haciendo rodar sus flagelos a modo de propulsores.
Existen mecanismos de rotación en el interior de las células para esparcir filamentos retorcidos de ADN. Algunos animales unicelulares se desplazan a través del agua haciendo que ruede todo su cuerpo. Si estudiamos el mundo microscópico de esos infinitesimales seres, nos quedaríamos maravillados de la inmensa diversidad de mecanismos que utilizan para poder realizar sus actividades cotidianas.
Órganos sensoriales como los ojos y nariz también deben ser como son si la vida evoluciona hacia algún tipo de actividad inteligente avanzada. Las ondas electromagnéticas son ideales para dar al cerebro un cuidadoso “mapa” del mundo exterior. Las ondas de presión, transmitidas por moléculas, proporcionan pistas adicionales de gran valor sobre el entorno, y son captadas por los oídos. Las moléculas emanadas por una sustancia se detectan por la nariz.
Por ahí fuera, cualquier cosa que podamos imaginar… ¡Podría ser posible! El cine se adelanta
No es imposible que puedan existan culturas avanzadas extraterrestres inteligentes en las que el olfato y el gusto no sean solamente los sentidos dominantes, sino que también sean los que proporcionan los principales medios de comunicación entre individuos. Hasta hace muy pocos años, los biólogos no han descubierto que, en especies animales terrestres, se transmite una gran cantidad de información mediante una transferencia directa de sustancias que ahora se denominan feromonas.
Puesto que tanto la luz como el sonido y las moléculas existen efectivamente en otros planetas, parece que la evolución debería crear también sentidos que explotaran éstos fenómenos como excelente medio de control de las circunstancias de la vida. Aquí en la Tierra, por ejemplo, el ojo no ha tenido menos de tres desarrollos independientes entre sí: Los ojos de los vertebrados, los ojos de los Insectos y los de las diversas clases de moluscos.
¡La Naturaleza! Esa maravilla
El pulpo, por ejemplo, tiene un ojo particularmente bueno (de hecho, en algunos aspectos es mejor que el nuestro); poseen párpados, córnea, iris, pupila, retina igual que el ojo humano, ¡aunque ha evolucionado de forma completamente independiente del ojo de los vertebrados! Es difícil encontrar un ejemplo más sorprendente de cómo la evolución, actuando según dos líneas de desarrollo desconectadas, puede llegar a crear dos instrumentos nada sencillos que, en esencia, poseen la misma función e idéntica estructura.
Pueden parecer muy diferentes pero… ¡En esencia son lo mismo y de las mismas sustancias hechos!
Los ojos, igual que otros órganos sensoriales, tienen buenas razones para constituir un tipo de cara habitual. En primer lugar, constituye una gran ventaja que ojos, nariz y oídos estén situados cerca de la boca, pues así son de utilidad para buscar alimentos. Asimismo, resulta ventajoso que estén colocados en las proximidades del cerebro: la sensibilidad está allí, y debe reaccionar para conseguir alimentos, eludir peligros y atisbar el mundo que nos rodea transmitiendo, por medio de los sentidos al cerebro, lo que pasa a nuestro alrededor.
El propio cerebro, al evaluar e interpretar los impulsos sensoriales, lo hace mediante redes eléctricas: una especie de microcomputador de inmensa complejidad. Los filamentos nerviosos que conducen los impulsos eléctricos pueden ser esenciales para el cerebro de los seres vivos avanzados (de ello hemos hablado aquí con frecuencia).
Si la vida en otros planetas llega a alcanzar el nivel de inteligencia de nuestra especie en la Tierra, parece probable que tendría al menos, algunos rasgos humanoides. La ubicación de los dedos en los extremos de los brazos reporta, evidentemente, indudables ventajas. De la misma manera y para su seguridad, el valioso cerebro debe estar fuertemente encastado y, además, tan alejado del suelo como sea posible, su seguridad es esencial.
El simpático Ete que a tantos niños abrió los ojos como plato llenos de asombro
Imaginar podemos todo lo que a nuestras mentes pueda acudir, incluso seres con ojos en las puntas de los dedos pero, la Naturaleza es racional, no pocas veces decimos que es sabia y, si pensamos en todo lo que antes hemos leído y visto, no tenemos más remedio que aceptarlo: ¡La Naturaleza es realmente Sabia! y, lo mismo que aquí en la Tierra, habrá sabido conformar criaturas en esos mundos lejanos en los que, la diversidad, será tan abundante como lo es en nuestro propio planeta y, lo mismo que en él, en esos otros mundos estará presente la evolución y la adaptación medio que, en definitiva, son las reglas que rigen cuando la vida está presente.
emilio silvera
el 26 de julio del 2023 a las 20:57
Si la Naturaleza no fuese la misma en todo el Universo, estaríamos en un Universo chapuza. No se puede concebir que en regiones lejanas estén presentes otras leyes distintas de las que rigen aquí.
La fuerzas de la Naturaleza, las Constantes Universales, las partículas formadoras de la materia, las estrellas que nacen en Nebulosas muy lejanas, los mundos que se forman en los nuevos sistemas planetarios, todo surge de la misma manera y bajo los mismos mecanismos.
Una estrella fusiona elementos sencillos en otros más complejos en cualquier galaxia que esté, y, de la misma manera, se forman gigantes rojas y enanas blancas o estrellas de neutrones, es decir, cada uno de esos objetos siguen los mismos pasos para formarse y no importa en qué región o de qué galaxia sestemos hablando.
Un Agujero negro es igual en cualquier parte del Universo, y así todo lo demás que se rige por la mecánica celeste similar en todos los casos.
Y, de todo esto que estamos comentando, llegamos al momento en que en el Universo se formaron mundos que situados a la distancia adecuada de la estrella que le suministraba luz y calor, y, en el que se encontraban todos los materiales creados en estrellas durante diez mil millones de años, y, donde reinaban los adecuados parámetros de atmósfera, océanos, la necesaria radiación, el agua en estado líquido y la química necesaria para ello, surgió aquella primera célula replicante que inició la fascinante historia de la Vida.
Y, así (creo), habrá sucedido en cientos o miles de plantas en nuestra propia Galaxia y en otras muchas situadas a cientos, limes o millones de kilómetros de distancia de nosotros, por que de manera imparable se han dado las mismas circunstancias que se dieron aquí.