Ago
19
Otro intento… ¿Parqa el fracaso?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Cuántas fechas ha dado ya la NASA para el viaje tripulado a Marte?
Otro anuncio de intento ¿fallido? para viajar al planeta Marte. No recuerdo cuantas fechas ha dado ya la NASA para realizar este viaje y, si no por una razón por otra, lo cierto es que nunca se realizó y volvieron a poner nuevas fechas que, seguramente, tampoco se cumplirá.
La NASA no tiene los medios que hacen falta para realizar este viaje, Empezando por el combustible para la nave (que no tenemos el apropiado, es decir, una energía que no ocupe tanto espacio ni tenga tanto peso), tampoco saben como esquivar la radiación, no pueden evitar la Ingravidez tan terrible para el físico de los viajeros, no hemos encontrado la manera de crear esa Gravedad Artificial que imite la de la Tierra, y, otras carencias que harán muy penoso el viaje a los astronautas que… ¡Se han prestado para hacer el viaje de irás y no volverás!
La NASA necesita llamar la atención y conseguir subvenciones y, para ello, de vez en cuando anuncia estos futuros viajes tripulados a Marte que, hasta el Presente, nunca se han realizado por la imposibilidad tecnológica que haría falta para ello.
En cuanto a lo demás…. ¡El Infinito no existe! Todo tiene un comienzo y un final!
Ago
19
¿La Vida? ¡Lo más importante del Universo!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Yo no me aparto de la idea de que… “La materia “inerte· evolucionó hasta la Consciencia de Ser. desde aquella primera célula replicante (que comenzó a escribir la fascinante historia de la Vida), la evolución nos llevó hasta el increíble hecho de seres que pueden crear pensamientos, tener ideas y, sobre todo… ¡Tener sentimientos!
Parece que el Universo sabía que íbamos a venir, y, precisamente por eso, se construyó de tal manera que, mediante mecanismos complejos hizo posible la llegada de la vida: Las fuerzas fundamentales, las constantes universales, esos mundos situados en la zona adecuada para la llegada de la vida…
La Vida llegó a la Tierra (según los fósiles hallados en las rocas más antiguas), hace ahora unos 3.750 millones de años. Los seres humanos como hombres y mujeres verdaderos sólo llevan aquí unos pocos cientos de miles de años, lo que, en el contexto temporal del Universo, es menos que el tiempo que tarda el ojo en parpadear, y, sin embargo, nos creemos importantes, sin tener en cuenta la carga de ignorancia que arrastramos desde la noche de los tiempos, no es suficiente los secretos desvelados para poder decir que sabemos.
Las preguntas siguen ganando a las respuestas, y como dijeron de distintas maneras muchos filósofos: “Nuestros conocimientos son limitados, mientras que nuestra ignorancia es infinita”
Pero aquí estamos, a la espera de un Futuro incierto que, en parte, podremos construir nosotros mismos y, lo cierto es que, no tengo mucha fe en que sepamos hacerlo.
Ago
19
La Vida en el Universo
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
¿Qué sentido tendría el universo si no hubiera permitido nuestra … pero quizá los primeros seres vivos pudieran remontarse aún más atrás, …
La vida es sin duda el acontecimiento más importante del universo. Y no sabemos qué es. Durante siglos ha habido una disputa sobre qué es la vida. No nos hemos podido poner de acuerdo y emitir una definición que no deje dudas o dé lugar a malas interpretaciones. Tenemos una definición operacional, que equivale a enlistar las características propias de un ser vivo: los que cumplen los requisitos son seres que albergan la vida.
Hasta aquí hemos llegado y ha sido de mucha utilidad esta definición. En ella se hace referencia a que los seres vivos están formados por células, que a su vez están compuestas por estructuras membranales que delimitan espacios donde ocurren una serie de reacciones químicas capaces de automantenerse, basadas fundamentalmente en cadenas de carbono. Los seres vivos nacen, es decir, siempre provienen de otro ser vivo semejante; crecen, se reproducen y mueren. La vida requiere en primer término complejidad. Estructuras simples no pueden funcionar como entes vivos.
Los seres vivos son estructuras muy complejas que desafían al medio, tienen que incorporar continuamente energía y regular sus propios procesos, con una meta fundamental: mantenerse vivos. Esta meta crea tensiones muy fuertes, de tal modo que los seres vivos están sujetos a presiones que tienden a desestabilizarlos y destruirlos, por lo que el esfuerzo por mantenerse vivo debe sostenerse segundo a segundo. El fracaso tiene un altísimo precio: la muerte. La vida es empujar cuesta arriba, y la muerte, su contrario: rodar cuesta abajo.
Ya se sabe que los seres vivos, por complicados y autorregulados que puedan ser, están formados de la misma materia encontrada en el mundo inerte. Lo que distingue a los seres vivos es su complejidad: con lo mismo logran más. Tienen una estructura que permite realizar funciones –reacciones químicas– que mantienen la estructura celular, que a su vez mantiene las funciones. Se trata de un círculo: la estructura mantiene la función que a su vez mantiene la estructura. Desde el punto de vista biológico no hay más, con todo lo maravilloso que resulta.
Antes de preguntarnos directamente por la vida analicemos situaciones más simples, para ver si así logramos entender mejor qué es la vida. Para iniciar abordemos la materia, pues todos los seres vivos están hechos de materia. Definir qué es la materia resulta muy complicado, pero intentemos algo simple. Es difícil decir algo que no hayan dicho antes los griegos. Así, dijeron que todo está hecho de átomos, partículas últimas de la materia, indivisibles. Podríamos contentarnos con pensar que la materia está hecha de átomos, pero aún nos conviene un análisis más detallado.
La materia está hecha de átomos, pero no de los átomos que los griegos concibieron, ya que nuestros átomos son divisibles, es decir, no son atómicos, pues tienen partes más pequeñas dentro de sí. Los átomos tienen núcleo y electrones. El núcleo, a su vez, tiene en su interior protones y neutrones; estos a su vez tienen otros componentes más simples: los quarks, y estos a su vez…
Cuando bajamos un nivel más, la materia se nos deshace literalmente en las manos. La última propuesta, aún no probada, es que todo está hecho de “cuerdas”, componentes últimos de la materia, posiblemente los verdaderos átomos de los griegos. Estas estructuras vibran de diferentes maneras y así dan lugar a todas las partículas materiales que conocemos. Aún no sabemos qué son en realidad, pero una aproximación simple e ingenua puede verlas como “paquetitos de energía”. La energía empaquetada, al vibrar, genera la materia en forma de quarks.
Que la materia en realidad no sea material es un problema que no debe inquietarnos ahora. Todo parece indicar que la materia es sólo una ilusión, derivada de la manera en que percibimos; sin embargo, todo está hecho de materia y por ello nos dedicamos a revisarla, sea cual sea su naturaleza. Que las cuerdas vibren en un espacio de diez a doce dimensiones tampoco debe preocuparnos, pues de una u otra forma aquí tenemos a la materia, que parece comenzar a tomar forma con los quarks.
Los quarks no se presentan solos sino que se agregan en tríos y forman protones y neutrones. Los protones y neutrones se organizan de tal modo que se agregan y forman núcleos. Los núcleos capturan electrones y forman átomos. Los átomos a su vez se unen entre sí y forman moléculas. Las moléculas se tornan complejas y se organizan en células. Las células forman organismos multicelulares y así hasta llegar a los humanos y a la biosfera en su totalidad. En realidad, el cuadro es bastante más complejo, pero para nuestro objetivo con esto basta.
De todo lo anterior se desprende una idea básica que ya Aristóteles entreveía: la vida es el pináculo de la organización creciente que el universo muestra desde etapas más primitivas. Existe una ley primera: agregar partículas simples para crear otras cada vez más complejas. Para el caso de la vida se mantiene la tendencia agregante que ha formado protones y neutrones a partir de los quarks; núcleos a partir de protones; átomos a partir de protones, neutrones y electrones. ¿Dónde poner el límite? Agregar quarks, protones, átomos y moléculas en realidad es un continuo. La física describe hasta la formación de núcleos y átomos. Luego la química describe la formación de moléculas. La biología describe desde moléculas complejas hasta organismos vivos superiores.
El universo muestra una tendencia continua a la agregación de elementos simples para formar otros complejos. Hasta el momento creemos que lo más complejo es la vida, que en realidad resulta de agregados moleculares. El cerebro humano es la estructura más compleja conocida en el universo, y es un agregado de millones y millones de neuronas, células al fin.
El universo ha logrado por sí solo todos estos agregados: protones, neutrones, núcleos, átomos, moléculas, células, organismos. No hay modo de poner un límite para separar a los entes vivos de los no vivos. Todo resulta de una misma tendencia. También es cierto que el universo ha logrado planetas, satélites, asteroides, estrellas, galaxias y cúmulos de galaxias. Primero fueron estos y luego se desarrolló la vía química y biológica como la conocemos en nuestro planeta. Los planetas y las estrellas han sido necesarios para continuar la tendencia aglutinante responsable de formar moléculas y células. Nuestro planeta funciona como nicho y sustrato y la energía liberada por nuestro sol impulsa las reacciones químicas que forman las moléculas de la vida.
https://youtu.be/GtrQMyPK6LA
La verdadera complejidad que revela la maravilla del universo reside en los seres vivos, demandantes de condiciones muy especiales para formarse y mantenerse. Al parecer se requiere todo un universo, inmenso, ya de por sí complicado, a fin de alcanzar el escalón más alto: la vida. Si las estrellas son maravillosas, palidecen frente a los logros de la vida.
Si el Universo tiene funciones más supremas que crear y albergar la vida, es algo que no sabemos. Nos sigue pareciendo que somos la obra máxima de la creación. Pero bien podría ser que el universo tuviera otras funciones distintas y hasta superiores que la vida. Como somos nosotros los que estudiamos el asunto, nos sesgamos pensando que somos lo más importante y no vemos otras opciones que podrían ser más complejas que la vida.
Se necesita un universo de más de 15,000,000,000 de años luz de tamaño para generar organismos vivos. Esta distancia quiere decir que para recorrerlo de extremo a extremo se necesita viajar a 300,000 km por segundo, la velocidad de la luz en el vacío, durante más de quince mil millones de años. La distancia es tal que no podemos siquiera imaginarla. Cuerpos celestes muy distantes contribuyen a la vida de alguna manera misteriosa para nosotros. Todo el conjunto conspira a favor y en contra de la vida al mismo tiempo. Quizás haya algo más que no sabemos ver.
La vida es entonces el resultado de una tendencia global de aglutinación para lograr complejidad creciente. Sólo la conocemos en nuestro planeta, pero creemos que puede existir en otros sitios, satélites o planetas con las condiciones adecuadas. Pero aun cuando sólo exista en la Tierra, es el resultado de esta tendencia aglutinante que primero establece las condiciones básicas (planetas y estrellas) y luego prosigue por la vía de la vida, hasta llegar a crear al ser humano. Cuando creemos que estamos vivos, en realidad deberíamos pensar que es el universo el que está vivo. Esto puede verse como el resultado de fuerzas desconocidas, o provenientes de Dios. Las creencias religiosas no son incompatibles con lo que la ciencia ha descubierto: la evolución del universo bien cabe en un plan maestro de Dios.
Hemos creído que la teoría de la evolución se refiere a cómo cambian los seres vivos para adaptarse al medio y sobrevivir. Deberíamos percibir la teoría de la evolución de manera más amplia. Deberíamos pensar al universo como el ente que evoluciona, pues ha recorrido un largo camino para crear las condiciones propicias para la vida, hasta llegar al punto en que está hoy. Ignoramos si en otros sitios haya progresado más. Ha evolucionado desde un lugar frío y oscuro hasta formar las estrellas, iluminarse y albergar moléculas de muy alta complejidad que han resultado en la creación de seres vivos inteligentes y autoconscientes.
Esta ha sido la tendencia en nuestro universo. Ha apostado por la materia basada en átomos que forman moléculas que forman seres vivos. La opción escogida requiere incorporar continuamente energía para mantener a los entes vivos. No se ha podido excluir el fracaso en lo individual; el éxito reside en lo general. La vida, como la conocemos, se esfuerza y lucha por un lapso de tiempo, hasta que el medio la vence y ya no logra obtener la energía necesaria para regenerarse segundo a segundo. La muerte está incluida en la vida en muchas formas. Esta es la estrategia que conocemos.
La vida triunfa a pesar de la muerte, pues sabemos que los organismos vivos han estado presentes durante millones de años. Una célula, muchas células mueren cada día, pero el organismo persiste. Muchos individuos mueren cada día, pero la especie se mantiene. Muchas especies han desaparecido, pero la biosfera se mantiene.
El universo se mantiene vivo, al menos en nuestro planeta, y sólo los seres humanos entendemos como fracaso nuestra propia muerte. Somos muy duros para juzgar tan maravillosa creación, pues más nos importa nuestra propia vida que la vida misma. Tal como están las condiciones, la muerte es necesaria y aliada nuestra. La muerte recicla la materia que usamos los seres vivos y permite nuevas posibilidades. La consciencia nos indica que vamos a morir, pero no pensamos en todos los entes vivos que mueren antes para que nosotros podamos seguir.
Al lograr una inteligencia avanzada y el estado autoconsciente el ser humano se yergue y olvida de dónde viene; pide vivir eternamente, desafía las condiciones existentes y suplica para no morir. Le aterra la muerte. Exige demasiado. No entiende el triunfo único que representa la vida. No entiende qué es la vida, pero quiere más de ella; no le gusta cómo está diseñada, porque incluye la muerte, porque el mismo universo que nos alberga y nos ha forjado, nos deteriora y destruye al mismo tiempo.
¿Podría haber otras estrategias diferentes? ¿Unas que no necesitaran incorporar energía constantemente para mantener a los seres vivos? ¿Algunas que no incluyeran la muerte? ¿Podría haber otros universos en donde la tendencia aglutinante no se basara en átomos-moléculas? A semejantes estructuras complejas, automantenidas, no atómicas, ¿podríamos llamarlas también vida? Son sólo algunas preguntas que surgen cuando tratamos de expandir nuestros horizontes y pensar en otras posibilidades diferentes a las que conocemos. Otros universos podrían tener diferentes bases, leyes y tendencias y lograr resultados diferentes.
Parece ser que nuestro universo tiene marcado su fin, pero podría haber otros que no lo tuvieran, que no estuvieran expandiéndose constantemente, que no se dispersaran eternamente o que no se colapsaran. Quizás el destino de los universos esté sellado desde el inicio de cada uno. La vida, obviamente, está anclada al destino del universo en que se encuentra. Este nuestro universo ha logrado condiciones privilegiadas para albergarnos. En las cercanías no parece repetirse la circunstancia. Pero a lo largo de quince mil millones de años luz no podemos saber. Las distancias son inmensas y nos imponen limitaciones contundentes.
El universo nos ha traído hasta aquí. Sea que actúe de manera autónoma o por designio divino, el resultado es el mismo. Hemos adquirido un nicho privilegiado. Tenemos a disposición materia suficiente para regenerar nuestros tejidos y células. Hemos adquirido inteligencia suficiente como para resolver problemas complejos, incluida la exploración real, virtual y conceptual de nuestro entorno, hasta llegar a considerar el multiverso. Nuestro planeta es limitado y ya parece que le vemos el fin, pero tenemos la posibilidad de emprender una nueva vía.
El universo ha empleado una estrategia básica aglutinante que ha operado en dos vías: establecer un entorno solar-planetario específico que permita establecer la segunda vía autorregulable de manera automática, es decir, la vida. Con la inteligencia nos queda la posibilidad de iniciar de manera ambiciosa una nueva tercera vía, donde los seres vivos aprovechen por sí mismos ya no sólo el planeta sino otros sitios en los cuales puedan adaptarse. No es fantasía, ya se habla de la terraformación de Marte y ya se busca agua en otros planetas y satélites en los cuales pudiéramos alojarnos cuando la Tierra ya no sea suficiente.
Los seres vivos se construyen a sí mismos y modifican inmediatamente el medio ambiente que les rodea, desde una simple planta hasta el hombre. Las modificaciones han ocurrido para bien y para mal. Las últimas, introducidas por el hombre, han alcanzado el alto precio de alterar negativamente el medio, pero ya se buscan soluciones para nuestras fallas. El deterioro inevitable de la tierra está escrito en la evolución de nuestro sol.
Si el Universo es igual en todas partes… ¿Qué impide que la vida prolifere por todas partes?
Si el universo ya ha hecho tanto por nosotros, quizás ahora podamos implementar nuevas estrategias inteligentes que nos permitan sobrevivir cuando el planeta y el sistema solar se deterioren. Pero ¿no somos nosotros parte del universo? ¿No somos el universo mismo? Cuando nos creemos individuales no somos más que una parte del universo que ha adquirido consciencia y se atreve a emplear una palabra cargada del más profundo significado: yo. Creo que soy, cuando en realidad el universo es.
¿Podría haber un paraíso? Tal parece que para nosotros no. Nuestras condiciones básicas de estructura/función, es decir, corporales, no nos dan opción. Al menos por ahora no parece haber salida. Pero sí podría haber otros sistemas diseñados de manera diferente, donde la estructura no dependa de átomos y moléculas que se desgastan y desensamblan. Puede haber un universo sin segunda ley de la termodinámica, que implacable dicta que el desorden siempre tiende a crecer. No sabríamos cómo llamar a entidades semejantes, dotadas de complejidad, estables, capaces de pensar, con inteligencia superior o distinta a la nuestra. Ni siquiera sabemos si a eso se le pueda llamar vida. Nosotros estamos más abajo en la escala y no podemos entender lo que está en niveles superiores.
La vida, como la conocemos, tiene las limitaciones que ya hemos mencionado. Pero podemos atisbar la superación de esas limitaciones. En especial, podemos pensar en estructuras estables permanentemente, que no requieran un esfuerzo continuo para mantener su estructura. Entes permanentes. Entes autoconscientes que no sabemos en qué se ocuparían. Nosotros pensamos en estos términos: ocuparnos de nosotros mismos para no sucumbir tan pronto. Otros seres superiores verían otros panoramas y no tendrían que preocuparse ni ocuparse en su propia supervivencia. No podemos adivinar qué o cómo pensarían, pero sí podemos anticipar algunas de sus condiciones.
Si tenemos formación estrictamente científica o si se incluye el aspecto espiritual, es posible compaginar una visión final. Somos parte del universo. Estamos hechos de lo mismo que el entorno cercano y lejano. El polvo que forma estrellas también forma nuestros cerebros. El hierro que circula en nuestra sangre se formó en una antigua estrella lejana. La vida es una propiedad del universo y la tendencia a formar aglutinados complejos nos ha traído hasta aquí.
Tal parece que si se logra reunir suficiente complejidad estructural a base de moléculas, estas detonan funciones armónicas y logran mantenerse y reproducirse. Si la complejidad es realmente alta, entonces se forman estructuras cerebrales y finalmente el cerebro humano. Creemos en nuestra individualidad, pero tenemos lo mismo que los demás y lo demás. No somos más que una parte del todo que se mira a sí misma cuando voltea alrededor. Ignoramos si hay algo más allá.
No sabemos si esta tendencia vitalizante es una propiedad básica que aún no logra su estabilidad verdadera. No sabemos si es una tendencia imperfecta que se desmorona a pesar de sus esfuerzos. No sabemos si tras la desorganización estructural hay algo más que no alcanzamos a comprender. No sabemos si en otros universos haya otras opciones mejores, donde la vida no tenga que ser tan ardua. La religión nos promete la vida eterna tras la muerte. Ahora aceptamos la posibilidad del multiverso. Otros universos. Otras estrategias desconocidas.
Nadie sabe de dónde viene la vida. No entendemos bien qué es. Pero sí podemos seguirle el rastro y encontrar sus orígenes en los del universo nuestro. A riesgo de parecer ingenuos y simplistas creemos tener ante nosotros la ley básica del universo: crear complejidad hasta llegar a la vida con entidades que se crean a sí mismas, se automantienen y reproducen. Como el lapso de nuestra vida es muy corto aún no logramos ver cuál es la tendencia final en el universo.
Quizá nuestro universo existe para dar lugar a la vida. Quizá la vida es una rebelión que trata de escapar a designios negativos. Quizá la vida tiene por objeto transformar al universo: el producto de la transformación transforma ahora al transformante. Quizá somos un camino cerrado, un experimento condenado al fracaso, o abandonado a su suerte. Quizá somos una oportunidad.
Queda claro que la vida es algo más que reacciones químicas encerradas en un ambiente celular que tiende a mantenerse. Queda claro que la vida individual es sólo una parte de un todo que no alcanzamos a comprender. Queda claro que no es posible hablar de vida sin hablar del universo mismo como el actor principal. La materia inerte se vivifica y se recicla después.
La vida es un continuo amasar donde surgen figuritas capaces de mantenerse y hasta pensar sobre el pensar, que voltean hacia el firmamento y se maravillan, sin pensar que es la misma masa lo que ven, que viajan sin saber que son pasajeros. La conciencia individual lograda por el cerebro humano es aún incompleta y no alcanza a entender qué es la vida ni cuáles son sus posibilidades últimas. ~
Letras Libres
Ago
19
¡El Universo y Nosotros! ¿Sabremos algún día la verdadera relación?
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Max Planck nos decía:
“La ciencia no puede resolver el misterio final de la Naturaleza. Y esto se debe a que, en el último análisis, nosotros somos parte del misterio que estamos tratando de resolver”.
Y, desde luego, no parece que fuese muy desencaminado, nuestra complejidad es tan grande que, llegar a comprendernos, no será nada fácil. Y, por otra parte, a veces uno podría pensar que, ¡el Universo sabia que íbamos a venir!
Las respuestas está en nuestras Mentes, sólo hay que saber buscar
No es que estemos conectados con el Universo ¡Formamos parte de él!
¿Quién no ha tenido alguna vez, la sensación de que sabe la respuesta ? ¿De que todo está ahí, en su mente, escondido y a punto de salir a la superficie? Esas sensaciones que parecen querer hablarnos, contarnos ese secreto tan largamente perseguido por muchos y no desvelado por ninguno. Sin embargo, ese momento es efímero y, lo mismo que llegó, se fue. La frustración que deja en nosotros esa sensación de tener ese algo a mano y de que se nos esfume y desaparezca sin más, es verdaderamente…dolorosa.
Bueno, a mí me pasa continuamente, siento que de un momento a otro, mi mente, me daría respuestas a preguntas que no han sido contestadas. El tiempo inexorable pasa y, las respuestas no llegan. ¡Qué impotencia! Parece como si una gran Nebulosa ocupara nuestra mente y todo lo tuviera envuelto en una espesa niebla que no nos deja ver lo que buscamos.
Imagino que, de vez en cuando, la niebla se ve despejada por alguna especie de “viento solar” dejando ver lo que allí está presente. En algunas mentes, entonces, saltan esas respuestas (Newton, Planck, Einstein y otros) y son ofrecidas al mundo para que puedan continuar avanzando.
Los aspectos inconscientes de la actividad mental, como las rutinas motoras y cognitivas, así como los recuerdos, intenciones y expectativas inconscientes, las preocupaciones y los estados de ánimos, desempeñan un papel fundamental a la hora de conformar y dirigir nuestras experiencias conscientes. Todo está siempre estrechamente relacionado, nada ocurre en nosotros que no esté unido a lo que pasa en nuestro entorno, somos una parte de un todo que se llama Universo, y, aún cuando somos autónomos en el pensamiento y en la manera de obrar, existen condicionantes exteriores que inciden, de una u otra manera en nosotros, en lo que somos.
Sin la fuerza de Gravedad, nuestras mentes serían diferentes (o no serían), estamos estrechamente conectados a las fuerzas que rigen el Cosmos y, precisamente, somos como somos, porque las fuerzas fundamentales de la Naturaleza, son como son y hacen posible la vida y la existencia de seres pensantes y evolucionados que son capaces de tener conciencia de SER, de hacer preguntas tales como: ¿de donde venimos? ¿Hacia donde vamos?
La qualia y la discriminación, correlatos neuronales de la percepción del color, ¿ un grupo neuronal, un quale ¿, los qualia y el núcleo dinámico, los qualia en el tiempo neuronal, el desarrollo de los qualia: referencia al propio yo, lo consciente y lo inconsciente, los puertos de entrada y de salida, los bucles largos y rutinas cognitivas, aprendizaje por el estudio y la experiencia, rupturas talamocorticales: posibilidades de núcleos escindidos, la observación, el lenguaje, el pensamiento, los mensajes exteriores, la unificación de datos y la selección lógica de respuestas, y, por fin: el significado último de las cosas (las preguntas de la filosofía), la metafísica.
Sí, por todas estas fases del estudio y del pensamiento he tenido que pasar para llegar a una simple conclusión:
El auto engaño es muy poderoso
No pocas veces, la imagen de nuestra imaginación nos juega malas trastadas y nos hace ver… ¡Lo que ya no somos! ¡Lo que nos gustaría ser! El poder del auto-engaño nos lleva a veces a escenarios inimaginables.
“No somos la imagen de nadie” y, simplemente, como seres que evolucionamos, sin que nos demos cuenta, mutamos y nos adaptamos al medio cambiante y, mientras eso ocurre, llegan mensajes que no comprendemos a la primera. No, no exagero, dentro de esa imagen de frágil físico y de escasa capacidad para poder dar respuesta a ciertas preguntas, en realidad, se esconden cualidades y potenciales que, no sabemos ni podemos medir. En realidad, somos una compleja estructura de pensamientos que puede llegar…muy lejos.
Dentro de nuestro ser están todas las respuestas y solo necesitamos tiempo para encontrarlas. Nuestra mente, es la energía del Universo, aún no sabemos utilizarla y pasaran, posiblemente, millones de años hasta que estemos preparados para saber lo que en realidad, es la conciencia.
Mientras eso llega, algunos curiosos como yo, con más voluntad que conocimientos, tratan de especular con ideas y conceptos que nos puedan dar alguna luz sobre tan complicado problema.
Nuestra mente es una maravilla de la Naturaleza, algo tan grande que, a pesar de los muchos avances y conocimientos alcanzados, no podemos explicar… aún.
Está claro que, como me ha comentado un amigo, la materia tiene memoria y, es precisamente esa memoria, la que hace posible el avance de nuestros conocimientos a través de la mente que, sin duda, está directamente conectada con el resto del Universo y las fuerzas que lo gobiernan que son las que hacen posible su funcionamiento tal como acontece.
La curiosidad y la sabiduría, esas gotas del transcurrir del tiempo que salpican el río de la vida a través de la experiencia y nos hace saber… ¡Algunas cosas!
Pero nada es tan sencillo ni podemos hablar de lo sensorial sin tener en cuenta el plano más simple y cotidiano que está referido a la materia, a nuestro cuerpo, las sensaciones, las experiencias vivídas, lo que aprendemos, el estudio y la profunda observación que nos lleva de la mano de la curiosidad hasta la fuente de la que mana el agua de la sabiduría.
Entender las claves que explican el devenir de la vida sobre este planeta, con la idea en el horizonte de aspiraciones intelectuales a que nos aboca la conciencia del SER, no resulta fácil, la complejidad de la empresa exige tener en cuenta múltiples factores que no siempre estamos preparados para comprender, y, sobre todo, debemos ser muy conscientes de que formamos parte de un Universo inmenso, y, estamos supeditamos a las fuerzas que lo rigen. Lo mejor para hacer nuestras vidas más fáciles, es tratar de comprender la Naturaleza de ese Universo nuestro.
Sí, el Universo podría ser considerado como la mayor Obra de Arte que, a su vez, es capaz de generar otras Obras de Arte que, en alguna ocasión, dan mucho que pensar, ya que, el surgir de la vida partiendo del simple hidrógeno que evoluciona en las estrellas del cielo…es ¡Increíble! pero, sin embargo, nada más cierto hay.
¡La Vida! Siempre me llamó la atención y elevó el grado de curiosidad ese gran misterio que llamamos ¡vida!, y, cada vez que he tenido la oportunidad, no me he perdido el poder aprender alguna cosa sobre ella. Ya os he contado en otras ocasiones mi experiencia con la eminente y privilegiada mente de…
Lynn Margulis comenzó a explorar los caminos de la genética a partir de un libro escrito en el siglo XIX por Edmund B. Webs. En ese texto encontró reflexiones sobre la herencia citoplasmática y datos sobre las bacterias, entonces no muy consideradas en el estudio del origen de la vida.
Lynn Margulis fue una importante e influyente bióloga estadounidense. Además de ser una de las madres del evolucionismo, aportó notables conocimientos a la ciencia, como por ejemplo, su teoría de la aparición de las células eucariotas, o la de la simbiogénesis, por nombrar solo algunas.
La doctora Margulis fue profesora del Departamento de Geociencias de la Universidad de Massachusselts (Estados Unidos) relacionó el papel de las bacterias con la microbiología, una ciencia surgida de la medicina, de la salud pública y del procedimiento seguido para procesar los alimentos. De ahí saltó al estudio del tema que ocupa su curso magistral: Contribución de los microbios a la evolución.
El pequeño Monasterio franciscano de La Rábida en Huelva, dónde Colón fue acogido por los frailes y se fraguó el viaje a Las Américas. La zona está enclavada en un margen del Río Odiel y los terrenos de de Bosques y Pinares con senderos para pasear.
Junto al Monasterio se levanta un enorme obelisco que fue construido en conmemoración del cuarto centenario del nuevo continente y, en su interior, como podéis ver arriba, existen obras pictóricas conmemorativas de la gesta que pintó Daniel Vázquez Díaz. El monasterio tipológicamente pertenece al Gótico-Mudéjar incorporado a la Rábida desde el período Almohade.
La iglesia-Santuario es de dimensiones pequeñas y estructura compacta posee una sola nave y un hermoso artesonado de influencia mudéjar que cubre la bóveda primitiva. El ábside posee arcos apuntados. En las paredes conserva pinturas de Juan de Dios realizadas en el Siglo XVIII que tratan temas de la vida de San Francisco.
¡Si las piedras hablaran!
El claustro del Monasterio de la Rábida es pequeño y sigue el modelo de San Isidoro y Guadalupe: estilo mudéjar. Se amplió en el siglo XVII con un cuerpo superior y se le incorporaron almenas como protección de invasiones.
Tiene en sus paredes frescos del siglo XV que han sido restauradas. El claustro estuvo punto de desaparecer en 1855 por la desamortización, y salvado el conjunto por el Gobernador Alonso. Es uno de los monumentos mas importantes y significativos en la historia de España y de América, fue declarado primer monumento histórico de los pueblos Hispanos y en 1856 fue declarado el tercer monumento nacional y patrimonio de la humanidad.
Me desvío del tema. Muy cerca del entorno, junto al Monasterio, está la Sede de la Universidad Internacional Iberoamericana de La Rábida, en la que, se imparten Cursos de verano y se acogen a grandes personalidades en los distintos campos del saber que dan conferencias muy apreciadas. Aquí, en el pasado no muy lejano, tuve la suerte de asistir a una de Lynn Margulis y pude hablar con ella que respondío a mis preguntas con amabilidad y sabiduría.
Ella centraba el curso en la enorme importancia que tenían los microbios para nosotros, no siempre bien valorados. Los microbios pueden ser definidos como organismos que no podemos ver a simple vista y, la cultura popular dice que tan sólo sirven de agentes para canalizar enfermedades, pero esa apreciación conlleva un error muy serio. Por ejemplo: el 10% del peso del cuerpo humano en seco está compuesto por microbios, sin los cuales no podemos vivir ni siquiera un día. Ellos asumen tareas tan importantes como la de generar el oxígeno del aire que precisamos para respirar. Además, tienen un papel fundamental en la evolución de la vida: todos los seres vivos considerados simples –animales, plantas, hongos, etc.- están hechos de microbios en combinación simbiótica con otros organismos. Se trata de una historia que se aleja en el pasado hasta 3.500 millones de años en el curso de la vida sobre la superficie de nuestro planeta: La Tierra.
Los conceptos que maneja y esgrime la doctora en genética, están encuadrados en una visión totalmente contradictoria con la religión y otros muchos conceptos culturales.
Pregunté a la doctora Margulis si la mala imagen de los microbios nacía de un estudio deficiente de la microbiología, o si simplemente surgía a partir de tópicos sin fundamentos. Su contestación fue:
“La asociación de esos pequeños organismos con aspectos negativos se explica por el origen de su estudio científico, que siempre estuvo relacionado con descubrimientos ligados a la investigación en torno a enfermedades. Junto a esta idea, lo cierto es que pensamos en formas ideales que corresponden al esquema platónico de hace casi 30 siglos, cuando en realidad no existen tales ideas sino organismos que interaccionan con el medio ambiente en el que se encuentran. Esta colaboración recibe el nombre de ecología. De hecho, el concepto de independencia no tiene sentido en este campo: al margen de los microbios moriríamos inmediatamente”.
Nos creemos lo contrario pero, siempre seremos aprendices, no tenemos tiempo para más
Aquel día, como casi todos los días de mi vida, aprendí cosas nuevas y muy interesantes que me confirmaron que nuestras vidas, podrían ser cualquier cosa, menos simples. Es tal el nivel de complejidad implicado que, precisamente por eso, no somos capaces de explicarla al completo, solo vamos dominando parcelas limitadas que, algún día, al ser unidas, nos darán las respuesta.
En fin amigos, que como habréis podido deducir, aunque nuestras limitaciones nos impongan barreras, no debemos rendirnos ante ninguna de ellas y, si persistimos, finalmente encontraremos el camino de pasarlas para poder ir un poco más allá. Era John Wheeler el que nos decía: “Vivimos en una isla rodeada por un mar de ignorancia. Mientras nuestra isla de conocimiento crece, también crece la costa de nuestra ignorancia.” Pero, cada nuevo conocimiento que adquirimos, hace la isla mayor, y, la ignorancia decrece en esa pequeña proporción”
Claro que, si los conocimientos que vamos adquiriendo son continuados… Finalmente, ¿podríamos secar ese mar de ignorancia?
Pero, ¿Qué tiene todo esto que ver con el título del trabajo? Bueno, lo único que puedo decir es que, nosotros… ¡También somos universo!
emilio silvera
Ago
19
Los de la NASA han perdido el Norte
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Y no se les cae la cara de vergüenza
https://www.google.com/search?q=Alyssa+Carson%2C+la+adolescente+que+prepara+la+NASA+para+vivir+en+Marte+y+no+volver+jam%C3%A1s&oq=Alyssa+Carson%2C+la+adolescente+que+prepara+la+NASA+para+vivir+en+Marte+y+no+volver+jam%C3%A1s&gs_lcrp=EgZjaHJvbWUyBggAEEUYOdIBBzYyOWowajeoAgCwAgA&sourceid=chrome&ie=UTF-8#fpstate=ive&vld=cid:a13b334c,vid:ZtCMHZIu8fA
Alyssa Carson, la adolescente que prepara la NASA para vivir en Marte y no volver jamás
- La joven entrena a diario en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales
- Mars One tiene la intención de llevar a Marte el primer vuelo tripulado
La Agencia Espacial Europea (ESA) reconoció hoy en un comunicado que el módulo de aterrizaje Schiaparelli se ha estrellado contra Marte
Me gustaría charlas diez minutos con ¿los padres?
Alyssa Carson ha sido una pequeña sensación viral en muchos medios anglosajones e hispanohablantes durante los últimos años. La niña, una adolescente de quince años alojada aún con sus padres en Luisiana, es astronauta aspiracional.
Alyssa Carson es una adolescente de 15 años que aún no ha terminado el instituto y ya tiene claro lo que quiere hacer en 2030. Lleva años entrenándose para ello. Desde que tenía tres no ha dejado de prepararse con la NASA. Está dentro de Mars One y su sueño es llegar a ser astronauta y el culmen, formar parte del primer vuelo tripulado que viajará a Marte.
¿Cómo se entrena una persona para recibir la radiación existente en la superficie de Marte? y, cómo explicar la manera en que la expedición de Alissa solteara los muchos peligros que los acechan en tierras desconocidas con parámetros alejados de los terrestres a los que el cuerpo humano está acostumbrado?
Es una de las candidatas que más opciones tiene de formar parte de la primera expedición que viajará a Marte con la intención de crear una colonia humana que habitará el planeta en unos 20 años. Pero tiene un riesgo: no podrá volver jamás. Aunque a ella no le importa. Es su sueño y está dispuesta a cumplirlo.
La joven entrena a diario en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales durante varias horas al día y además organiza visitas a los ‘space camps’ de la NASA. En estos campamentos realiza experimentos y prácticas con elementos de robótica y aviación. También estudia varios idiomas extranjeros -francés, español y chino- para poder interactuar con los que serán sus futuros compañeros.
Su carita de felicidad, nos habla de su inocencia y también… ¡de su ignorancia! Pero el tiempo pasa y mientras sigue su entrenamiento ella sigue creciendo… ¿Estará dispuesta cuando llegue el momento?
Carson ya ha conseguido logros como ser la primera persona en completar el NASA Passport Programa al acudir a los 14 centros para visitantes y obtener el reconocimiento Right Stuff Award. “Mis amigas piensan que estoy un poco loca”, bromea. Ella está absolutamente convencida de que conseguirá su meta.
Mars One evalúa el coste del primer vuelo en torno a los 6.000 millones de dólares. Después se enviarán nuevos astronautas cada dos años, con un coste de 4.000 millones de dólares por viaje, hasta llegar a formar la colonia de 25 humanos.
Noticias NASA
NOTA AL MARGEN:
Estos de la NASA, no es que hayan perdido el Norte, lo que han perdido es la vergüenza. ¡A lo que llegan por conseguir subvenciones! Es inconcebible que existan padres que consientan tal barbaridad,
Todos ellos saben que, ni para 2.033 tendrán las tecnologías necesarias para asegurar la seguridad en un viaje al planeta vecino. Ni las energías necesarias para la autonomía de la Nave en la ida y vuelta, ni el material con el que se debe construir la nave (material inteligente), ni la Gravedad artificial para que los cuerpos no se deterioren, ni… ni…. ni….
Espero que nunca se realice ese viaje