Sep
8
Misterios sin resolver
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Si nos retrotraemos en el Tiempo, si echamos una mirada a todo lo que el Pasado nos ofrece, si estudiamos lo que nos dicen las Historias de las distintas culturas del mundo… Tendremos motivos más que suficientes para el asombro.
Sep
8
¡El Tiempo! Algoque no acabamos de comprender
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
¿Qué es el tiempo?
El tiempo es, en sentido general, una magnitud física que se utiliza para medir la duración, simultaneidad y separación de los hechos y acontecimientos. Esto permite ordenar acontecimientos en una secuencia, de la que se desprenden las nociones de pasado, futuro y presente.
El término “tiempo” proviene del latín tempus, que significa “extensión” o “medida”. Se piensa al tiempo como la duración de los estados de las cosas que se encuentran sujetas al cambio.
Ya sea desde la filosofía, la física, la mecánica cuántica o la teoría de la relatividad, resulta problemático dar con una respuesta única sobre qué es el tiempo (su condición ontológica) cómo lo conocemos (su cognoscibilidad) y cuáles son sus propiedades y su relación con el espacio.
Por otro lado, el tiempo es una unidad de medida de uso cotidiano. El desarrollo de la vida de los seres humanos está mediado por la transición entre un momento y otro de su vida cotidiana, histórica y social.
El Tiempo es también el PASADO, el PRESENTE, y eso que llamamos FUTURO (en el que nunca podremos estar). Estamos condenados a vivir en un Eterno Presente, recordando el Pasado y, Conjeturando en cómo sería el Futuro.
después de ver y oír todo esto, podréis comprender por qué a veces, al referirme al Tiempo digo: ¡Un Dolor de Cabeza! Teorías… ¡Muchas! Certezas… ¡Pocas! Lo cierto es que no sabemos lo que el Tiempo es y, algunos incluso dicen que es sólo una ilusión. Claro que, tal afirmación, se nos viene abajo cuando nos miramos al espejo y exclamamos: ¡Quién es ese viejo!
Sep
8
¿El Misterio? Persistirá, ¡como el Tiempo!
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Todos respiramos el mismo aire, independientemente de las costumbres ancestrales, también todos estamos hechos de los mismos materiales creados en las estrellas.
Los habitantes de este mundo hemos, hemos conseguido construir un cuadro plausible del Universo, de la Naturaleza que tratamos de comprender. Hemos llegado a ser conscientes de que, en ella, en la Naturaleza, están todas las respuestas que buscamos y, nosotros mismos no hemos llegado a conocernos por ese mismo hecho de que, formando parte de la Naturaleza, también somos parte del enigma que tratamos de desvelar.
Parece que ahora estamos entrando en la edad adulta, quiero significar que después de siglos y milenios de esporádicos esfuerzos, finalmente hemos llegado a comprender algunos de los hechos fundamentales del Universo, conocimiento que, presumiblemente, es un requisito de la más modesta pretensión de nuestra madurez cosmológica.
Es el tercer planeta a partir del Sol
Ahora nos parece normal, pero llegar a saber donde estamos dentro del Sistema solar primero y de la Galaxia después… ¡Ha sido un gran triunfo de la Humanidad! Confinados en un pequeño planeta que resultó ser una “joya” para la Vida, y, poder llegar tan lejos…
Sabemos, por ejemplo, dónde estamos, que vivimos en un planeta que gira alrededor de una estrella situada en el borde de la Galaxia espiral a la que llamamos Vía Láctea, cuya posición ha sido determinada con respecto a varios cúmulos vecinos que, en conjunto, albergan a unas cuarenta mil galaxias extendidas a través de un billón de años-luz cúbicos de espacio.
También sabemos (más o menos), cuando hemos entrado en escena, hace unos cinco mil millones de años que se formaron el Sol y los planetas de nuestro Sistema Solar , en un Universo en expansión que probablemente tiene una edad entre dos y cuatro veces mayor. Hemos determinado los mecanismos básicos de la evolución de la Tierra.
La Tierra primigenia
Encontramos la prueba de la evolución química a escala cósmica y hemos podido aprender suficiente física como para comprender e investigar la Naturaleza en una amplia gama de escalas desde los Quarks saltarines en el “mundo” microscópico hasta el vals de las galaxias.
El Tiempo inexorable nunca dejó de fluir y mientras eso pasaba, nuestra especie evolucionaba, aprendía al obervar los cielos y cómo y por qué pasaban las cosas. Hay realizaciones humanas de las que, en verdad, podemos sentirnos orgullosos. Aquellos habitantes de Sumer y Babilonia, de Egipto o China y también de la India y otros pueblos que dejaron una gran herencia de saber a los Griegos que pusieron al mundo occidental en el camino de la ciencia, nuestra medición del pasado se ha profundizado desde unos pocos miles de años a más de diez mil millones de años, y la del espacio se ha extendido desde un cielo de techo bajo no mucho mayor que la distancia que nos separa de la Luna hasta el radio de más de diez mil millones de años-luz del universo observable.
De la misma manera se avanzó en los demás campos del saber Humano
Tenemos razones para esperar que nuestra época sea recordada (si por ventura queda alguien para recordarlo) por sus contribuciones al supremo tesoro intelectual de toda la Humanidad unida al contexto del Universo en su conjunto por unos conocimientos que, aunque no suficiente, sí son los necesarios para saber dónde estamos y, ahora, debemos buscar la respuesta a esa pregunta: ¿Hacia dónde vamos?
Claro que, el futuro es incierto
Como en la física, en el mundo y en nuestras vidas, también está presente el principio de incertidumbre y, de ninguna manera, podemos saber del mañana. Sin embargo, cuanto más sabemos del universo, tanto más claramente comprendemos lo poco que sabemos de él. La vastedad del Universo nos lleva a poder comprender algunas estructuras cósmicas y mecanismos que se producen y repiten como, el caso de la destrucción que nos lleva a la construcción. Es decir, una estrella masiva vieja explota y siembre el Caos y la destrucción en una extensa región del espacio, y, es precisamente ese hecho el que posibilita que, nuevas estrellas y nuevos mundos surgan a la vida. Sin embargo, la grandeza, la lejanía, esa inmensidad que se nos escapa a nuestra comprensión terrestre, nunca nos dejará comprender el universo en detalle y, siendo así, siempre tendremos secretos que desvelar y misterios que resolver.
Si añadimos a todo eso que, si poseyésemos un atlas de nuestra propia Galaxia y que dedicase una sola página a cada sistema estelar de la Vía Láctea (de modo que el Sol y sus planetas estuviesen comprimidos en una página), tal atlas tendría más de diez mil millones de volúmenes de diez mil páginas cada uno. Se necesitaría una biblioteca del tamaño de la de Harvard para alojar el Atlas, y solamente ojearlo al ritmo de una página por segundo nos llevaría más de diez mil años.
¿Cuántas páginas necesitaremos para reflejar todas las formas de vida de la Tierra?
Sumemos los detalles de la cartografía planetaria, la potencial biología extraterrestre, las sutilezas de los principios científicos involucrados y las dimensiones históricas del cambio, y se nos hará claro que nunca aprenderemos más que una diminuta fracción de la historia de nuestra Galaxia solamente, y hay cien mil millones de galaxias más.
Sabiendo todo todo esto, siendo consciente de que, realmente, es así, tendremos que convenir con el físico Lewis Thomas cuando dijo: “El mayor de todos los logros de la ciencia del siglo XX ha sido el descubrimiento de la ignorancia humana”.
Muchos piensan que la palabra «Ignorante» es un insulto
Algunas personas se encargan de intentar (muchas veces con éxito) herir a otros diciéndoles que son unos ignorantes. Hay gente que cuando se siente un poco superior a los demás, se refieren a otros como gente ignorante.
Y es bastante curioso, porque justamente ellos ignoran algo… Ellos ignoran, que la ignorancia es fundamental en la vida, resulta el primer peldaño de la escalera que nos lleva al conocimiento, ya que, al ignorar una cosa, la curiosidad nos empuja a querer saber sobre ella.
¿A qué me refiero con esto? Simplemente, a que de alguna manera u otra, el hecho de que exista ignorancia, es lo que nos permite vivir una vida llena de emociones y felicidad, sin la ignorancia, la felicidad no tendría sentido, y, tampoco el querer aprender.
La ignorancia, como todo en el Universo, es relativa. Nuestra ignorancia, por supuesto, siempre ha estado con nosotros, y siempre seguirá estando, es una compañera con la que cargamos toda nuestra vida y que nos pesa. Algunos procuramos que pese lo menos posible para hacer más llevadero el viaje. Lo nuevo está en nuestras consciencias y de ellas, ha surgido nuestro despertar al comprender de sus abismales dimensiones, y es eso más que otro cosa, lo que señala la madurez de nuestra especie. El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final pero la aventura del aprendizaje siempre será interminable y eterno, quizá (no me he parado a pensarlo) pueda ser esa la única forma de eternidad que pueda existir.
La Ciencia en el Espacio es limitada, no todo lo podemos ver ni saber
La dificultad de explicarlo todo no se debe a nuestra debilidad mental, sino a la estructura misma del universo. En los últimos siglos hemos descubierto que la trama del cosmos puede abordarse en varios niveles diferentes. Mientras no se descubre el siguiente nivel, lo que ocurre en el anterior no se puede explicar, sólo puede describirse. En consecuencia, para el último nivel que se conoce en cada momento nunca hay explicaciones, sólo puede haber descripciones.
La Ciencia es intrínsicamente abierta y exploratoria, y comete errores todos los días. En verdad, ese será siempre su destino, de acuerdo con la lógica esencial del segundo teorema de incompletitud de Kurt Gödel. El teorema demuestra que la plena validez de cualquier sistema, inclusive un sistema científico, no puede demostrarse dentro del sistema. Es decir, tiene que haber algo fuera del marco de cualquier teoría para poder comprobarla. La lección que podemos haber aprendido es que, no hay ni habrá nunca una descripción científica completa y comprensiva del universo cuya validez pueda demostrarse.
No es que pertenezcamos al Universo, formamos parte de él
Y, a todo esto, debemos alegrarnos de que así sea, de que no podamos comprender el Universo en toda su inmensa dimensión y diversidad. Nuestras mentes necesitan que así sea y, tendrán, de esa manera, el escenario perfecto para seguir creciendo a medida que busca todas esas respuestas que nos faltan y, lo bueno del caso es que, cada respuesta que encontramos, viene acompañada de un montón de nuevas preguntas y, de esa manera, esa historia interminable de nuestra aventura del saber…llegará hasta la eternidad de nuestro tiempo que, necesariamente, no tiene por que ser el tiempo del universo.
emilio silvera.