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Una buena explicación para saber más del magnifico James Webb

 

 

NOTICIAS

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El Telescopio Espacial James Webb cartografía el clima de un planeta a 280 años luz de distancia

Un equipo internacional de investigadores ha utilizado con éxito el Telescopio Espacial James Webb de la NASA para mapear el clima del exoplaneta gigante gaseoso caliente WASP-43 b y encontró detalles muy curiosos

 

Según la NASA en Español, las mediciones precisas del exoplaneta gigante gaseoso caliente WASP-43 b del brillo sobre un amplio espectro de luz de infrarrojo medio, combinadas con modelos climáticos en 3D y observaciones previas de otros telescopios, sugieren la presencia de nubes gruesas y altas que cubren el lado nocturno, cielos despejados en el lado diurno y vientos ecuatoriales de más de 8.000 kilómetros por hora mezclando los gases atmosféricos alrededor del planeta.

La investigación es sólo la última demostración de la ciencia de exoplanetas ahora posible con la extraordinaria capacidad de Webb para medir variaciones de temperatura y detectar gases atmosféricos a trillones de kilómetros de distancia.

“Júpiter Caliente” bloqueado por mareas

WASP-43 b es un tipo de exoplaneta “Júpiter caliente”: similar en tamaño a Júpiter, compuesto principalmente de hidrógeno y helio, y mucho más caliente que cualquiera de los planetas gigantes en nuestro propio sistema solar. Aunque su estrella es más pequeña y más fría que el Sol, WASP-43 b orbita a una distancia de solo 2,09 millones de kilómetros, menos de 1/25 de la distancia entre Mercurio y el Sol.

Con una órbita tan ajustada, el planeta está bloqueado por mareas, con un lado continuamente iluminado y el otro en oscuridad permanente. Aunque el lado nocturno nunca recibe radiación directa de la estrella, los fuertes vientos hacia el este transportan el calor desde el lado diurno.

Desde su descubrimiento en 2011, WASP-43 b ha sido observado con numerosos telescopios, incluidos los telescopios espaciales Hubble de la NASA y Spitzer, que ahora está retirado.

Con Hubble, pudimos ver claramente que hay vapor de agua en el lado diurno. Tanto Hubble como Spitzer sugirieron que podría haber nubes en el lado nocturno“, explicó Taylor Bell, investigador del Bay Area Environmental Research Institute y autor principal de un estudio publicado en Nature Astronomy. “Pero necesitábamos medidas más precisas de Webb para comenzar a cartografiar realmente la temperatura, la cobertura de nubes, los vientos y la composición atmosférica más detallada alrededor del planeta.”

Aunque WASP-43 b es demasiado pequeño, tenue y cercano a su estrella para que un telescopio lo vea directamente, su corto período orbital de solo 19,5 horas lo hace ideal para la espectroscopia de curvas de fase, una técnica que implica medir pequeños cambios en el brillo del sistema estrella-planeta a medida que el planeta orbita la estrella.

Dado que la cantidad de luz del infrarrojo medio emitida por un objeto depende en gran medida de su temperatura, los datos de brillo capturados por Webb pueden usarse para calcular la temperatura del planeta.

El equipo utilizó MIRI (Instrumento de Infrarrojo Medio) de Webb para medir la luz del sistema WASP-43 cada 10 segundos durante más de 24 horas. “Al observar durante toda una órbita, pudimos calcular la temperatura de diferentes lados del planeta a medida que rotaban en vista“, explicó Bell. “A partir de eso, pudimos construir un mapa aproximado de la temperatura en todo el planeta.”

 

Las mediciones muestran que el lado diurno tiene una temperatura promedio de casi 2.300 ºF/ 1.250 ºC, lo suficientemente caliente como para forjar hierro. Mientras tanto, el lado nocturno es significativamente más fresco, a 1.100 ºF / 600 ºC. Los datos también ayudan a localizar el punto más caliente del planeta (el “punto caliente”), que se desplaza ligeramente hacia el este desde el punto que recibe más radiación estelar, donde la estrella está más alta en el cielo del planeta. Este desplazamiento ocurre debido a los vientos supersónicos, que mueven el aire calentado hacia el este.

El hecho de que podamos mapear la temperatura de esta manera es un verdadero testimonio de la sensibilidad y estabilidad de Webb“, dijo Michael Roman, coautor de la Universidad de Leicester en el Reino Unido.

Para interpretar el mapa, el equipo utilizó modelos atmosféricos 3D complejos como los utilizados para entender el clima en la Tierra. El análisis muestra que es probable que el lado nocturno esté cubierto por una capa gruesa y alta de nubes que impiden que parte de la luz infrarroja escape al espacio. Como resultado, el lado nocturno, aunque muy caliente, parece más oscuro y más fresco de lo que sería si no hubiera nubes.

Falta de metano y fuertes vientos

El amplio espectro de luz de infrarrojo medio capturado por Webb también hizo posible medir la cantidad de vapor de agua (H2O) y metano (CH4) alrededor del planeta. “Webb nos ha dado la oportunidad de averiguar exactamente qué moléculas estamos viendo y poner algunos límites en las abundancias“, dijo Joanna Barstow, coautora de la Open University en el Reino Unido.

Los espectros muestran signos claros de vapor de agua tanto en el lado nocturno como en el diurno del planeta, proporcionando información adicional sobre lo gruesas que son las nubes y lo alto que se extienden en la atmósfera.

Sorprendentemente, los datos también muestran una falta distintiva de metano en cualquier parte de la atmósfera. Aunque el lado diurno es demasiado caliente para que exista metano (la mayor parte del carbono debería estar en forma de monóxido de carbono), el metano debería ser estable y detectable en el lado nocturno más fresco.

El hecho de que no veamos metano nos dice que WASP-43b debe tener velocidades del viento alcanzando algo así como 8.000 kilómetros por hora“, explicó Barstow. “Si los vientos mueven el gas desde el lado diurno al lado nocturno y viceversa lo suficientemente rápido, no hay suficiente tiempo para que las reacciones químicas esperadas produzcan cantidades detectables de metano en el lado nocturno.”

El equipo piensa que debido a esta mezcla impulsada por el viento, la química atmosférica es la misma en todo el planeta, lo que no era evidente a partir de trabajos anteriores con Hubble y Spitzer.

Esta entrada se publicó en Noticias en 02 May 2024 por Francisco Martín León
OK DIARIO

¡La filosofía! Y, lo que creemos que sabemos

Autor por Emilio Silvera    ~    Archivo Clasificado en El Universo y los pensamientos    ~    Comentarios Comments (3)

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http://healthyemotions.files.wordpress.com/2012/06/el_circulo_de_viena.jpg

 

Podemos considerar como precursores del Círculo de Viena a los siguientes autores.

 

 

La Avenida del Ring

 

Ringstrasse – La calle más importante de Viena

 

Existen cuatro tesis que definen el círculo:

 

El criterio de demarcación:

  • La posibilidad de verificar un hecho diferencia al conocimiento científico o ciencia, del resto de conocimientos

El lenguaje lógico:

  • Una observación se dice que es científica si pueden ser expresada con símbolos y relacionarse a traves de ellos.

La unificación de la ciencia:

  • Todo enunciado científico se identifica dentro de un mismo área de la realidad, no existen distintas partes.

La inducción probabilística:

  • Todo estudio científico se compone de fases de observación, procesamiento y conclusiones finales (o leyes generalistas). Una observación puntual puede arrojar resultados que no sean los esperados por lo que en muchos casos se hace uso de la probabilidad.

“El nacimiento y desarrollo de la ciencia experimental a partir del siglo XVII ha estado frecuentemente acompañado de polémicas filosóficas, y no pocas posturas filosóficas de la época moderna han representado, en parte, intentos diversos de solucionar esas polémicas”.

Resolver las diferentes polémicas filosóficas han hecho que en la época reciente se constituyese “la filosofía de la ciencia como disciplina autónoma, que ha dado lugar a la aparición de un nuevo tipo de dedicación profesional”.

 

Karl Popper

La aparición de este nuevo tipo de filósofo suele estar ligada a las actividades del círculo de Viena “que contribuyeron decisivamente a la consolidación de la filosofía de la ciencia como disciplina autónoma”. Desde esas actividades surgieron nuevas figuras que, ancladas en las consideraciones iniciales de la filosofía neopositivista del Círculo intenta responder a la cuestión de qué es la actividad científica y cual es su racionalidad propia. Heredan de la visión positivista que la ciencia es el paradigma de la objetividad y de la racionalidad.

Junto a la postura neopositivista crecen las figuras de otros pensadores. Entre esos nuevos filósofos se encuentra Karl Popper, cuya filosofía es también un intento de explicar el método científico y la racionalidad propia de la ciencia. Se convierte, tras alguno de los miembros del Círculo, en uno de los principales artífices de la consolidación de esta disciplina. A su sombra crecieron los principales filósofos de la ciencia del siglo XX y sus ideas constituyen siempre un paradigma, ya sea para seguirlas, ya sea para criticarlas.

Disolución del Círculo de Viena

 

El Círculo de Viena, filosofía y ciencia entre guerras - Última Hora |  Noticias de Paraguay y el mundo, las 24 horas. Noticias nacionales e  internacionales, deportes, política. Noticias de último momento.

 

El Círculo de Viena (en alemán: Wiener Kreis) fue un organismo científico y filosófico formado en 1921 por el filósofo austríaco Moritz Schlick en Viena, Austria, y disuelto definitivamente en 1936.

 

La guerra, de Otto Dix. Dresde, Alemania, Gemaldegalerie, Neue Meister

 

Moritz Schlick - Wikipedia, la enciclopedia libre

 

En 1936 Schlick fue asesinado por un antiguo estudiante que era nazi, Hahn había muerto dos años antes, y casi todos los miembros del Círculo eran judíos. Esto produjo, con el advenimiento de los nazis, una diáspora que llevó a su disolución. Feigl se fue a Estados Unidos junto con Carnap, seguidos de Gödel y Ziegel; Neurath se exilió a Inglaterra; y, en 1938, las publicaciones del Círculo de Viena fueron prohibidas en Alemania. En 1939 Carnap, Neurath y Morris publicaron la Enciclopedia internacional de la ciencia unificada, que se puede considerar la última obra del Círculo de Viena.

 

Los procesos de la Ciencia, en todos sus ámbitos, siempre ha sido unificador del saber

 

“El proceso de la ciencia es el descubrimiento a cada paso de un nuevo orden que dé unidad a lo que desde hacía tiempo parecía desunirlo.”

Es lo que hizo Faraday cuando cerró el vínculo que unió la electricidad y el magnetismo. Es lo que hizo Clerk Maxwell cuando unió aquélla y éste con la luz. Y la ciencia siguió avanzando de manera que, nuevos paradigmas se implantaron en la física que comenzó a trastocarlo todo.

 

Él decía:

“Todos somos ignorantes, nadie sabe, ni las mismas ni todas cosas”.

Einstein unió el tiempo y el espacio, la masa a la energía y relacionó las grandes masas cosmológicas con la curvatura y la distorsión del tiempo y el espacio para traernos la gravedad en un teoría moderna; y dedicó los últimos años de su vida al intento de añadir a estas similitudes otra manera nueva y más avanzada, que instaurara un orden nuevo e imaginativo entre las ecuaciones de Maxwell y su propia geometría de la gravitación.

 

Cuando Coleridge intentaba definir la belleza, volvía siempre a un pensamiento profundo: la belleza, decía, es la “unidad de la variedad”.

“La ciencia no es otra cosa que la empresa de descubrir la unidad en la variedad  desaforada de la naturaleza, o más exactamente, en la variedad de nuestra experiencia que está limitada por nuestra ignorancia.”

 

Hay muchas cosas que no podemos controlar, sin embargo, algo dentro de nosotros, nos envía mensajes sobre lo que podría ser importante para que nos fijemos mejor y continuemos profundizando. Algo dentro de nuestras mentes nos grita: ¡Fijaos en la Naturaleza, ella tiene todas las respuestas!

 

                                       De los Quarks a las Galaxias

Para comprender mejor el panorama, hagamos una excursión hasta la astrofísica; hay que explicar por qué la física de partículas y la Astronomía se han fundido no hace muchos años, en un nivel nuevo  de intimidad, al que alguien llamó la conexión espacio interior/espacio exterior.

Mientras los expertos del espacio interior construían aceleradores, microscopios cada vez más potentes para ver qué pasaba en el dominio subnuclear, los colegas del espacio exterior sintetizaban los datos que tomaban unos telescopios cada vez más potentes, equipados con nuevas técnicas cuyo objeto era aumentar su sensibilidad y la capacidad de ver detalles finos. Otro gran avance fueron los observatorios establecidos en el espacio, con sus instrumentos para detectar infrarrojos, ultravioletas, rayos X y rayos gamma; en pocas palabras, toda la extensión del espectro electromagnético, muy buena parte del cual era bloqueado por nuestra atmósfera opaca y distorsionadora.

 

 

La síntesis de la cosmología de los últimos cien años es el modelo cosmológico estándar. Sostiene que el universo empezó en forma de un estado caliente, denso, compacto, hace unos 15.000 millones de años. El universo era entonces infinitamente, o casi infinitamente, denso; infinita, o casi infinitamente, caliente. La descripción “infinito” es incómoda para los físicos; los modificadores son el resultado de la influencia difuminadota de la teoría cuántica. Por razones que quizá no conozcamos nunca, el universo estalló, y desde entonces ha estado expandiéndose y enfriándose.

Ahora bien, ¿cómo se han enterado de eso los cosmólogos? El modelo de la Gran Explosión (Big Bang) nació en los años treinta tras el descubrimiento de que las galaxias (conjuntos de 100.000 millones de estrellas, aproximadamente) se estaban separando entre sí, descubrimiento hecho por Edwin Hubble, que andaba midiendo sus velocidades en 1.929.

 

File:Gravitationell-lins-4.jpg

 

Hubble tenía que recoger de las galaxias lejanas una cantidad de luz que le permitiera resolver las líneas espectrales y compararlas con las líneas de los mismos elementos de la Tierra. Cayó en la cuenta de que todas las líneas se desplazaban sistemáticamente hacia el rojo. Se sabía que una fuente de luz que se aparta de un observador hace justo eso. El desplazamiento hacia el rojo era, de hecho, una medida de la velocidad relativa de la fuente y del observador.

Más tarde, Hubble halló que las galaxias se alejaban de él en todas las direcciones; esto era una manifestación de la expansión del espacio. Como el espacio expande las distancias entre todas las galaxias, la astrónoma Hedwina Kubble, que observase desde el planeta Penunbrio en Andrómeda, vería el mismo efecto o fenómeno: las galaxias se apartaría de ella.

Cuanto más distante sea el objeto, más deprisa se mueve. Esta es la esencia de la ley de Hubble. Su consecuencia es que, si se proyecta la película hacia atrás, las galaxias más lejanas, que se mueven más deprisa, se acercarán a los objetos más próximos, y todo el lío acabará juntándose y se acumulará en un volumen muy, muy pequeño, como, según se calcula actualmente, ocurría hace 13.700 millones de años.

Rectas y planos

 

La más famosa de las metáforas científicas te pide que imagines que eres una criatura bidimensional, un habitante del Plano. Conoces el este y el oeste, el norte y el sur, pero arriba y abajo no existen; sacaos el arriba y debajo de vuestras mentes. Vivís en la superficie de un globo que se expande. Por toda la superficie hay residencias de observadores, planetas y estrellas que se acumulan en galaxias por toda la esfera; todo bidimensional. Desde cualquier atalaya, todos los objetos se apartan a medida que la superficie se expande sin cesar. La distancia entre dos puntos cualesquiera de este universo crece. Eso es lo que pasa, precisamente, en nuestro mundo tridimensional. La otra virtud de esta metáfora es que, en nuestro universo, no hay ningún lugar especial. Todos los sitios o puntos de la superficie sin democráticamente iguales a todos los demás. No hay centro; no hay borde. No hay peligro de caerse del universo. Como nuestra metáfora del universo en expansión (la superficie del globo) es lo único que conocemos, no es que las estrellas se precipiten dentro del espacio. Lo que se expande es que espacio que lleva toda la barahúnda. No es fácil visualizar una expansión que ocurre en todo el universo. No hay un exterior, no hay un interior. Sólo hay este universo, que se expande. ¿En qué se expande? Pensad otra vez en vuestra vida como habitante del Plano, de la superficie del globo: en nuestra metáfora no existe nada más que la superficie.

 

 

Dos consecuencias adicionales de gran importancia que tiene la teoría del Big Bang acabaron por acallar la oposición, y ahora “reina un considerable consenso” -obligado o forzado por la ignorancia de no saber explicar lo que pudo pasar, de otra manera distinta a la del B.B.-. Una es la predicción de que la luz de la incandescencia original (presuponiendo que fue muy caliente) todavía está a nuestro alrededor, en forma de radiación remanente. Recordad que la luz está constituida por fotones, y que la energía de los fotones está en relación inversa con la longitud de onda. Una consecuencia de la expansión del universo es que todas las longitudes se expanden. Se predijo, pues, que las longitudes de onda, originalmente infinitesimales, como correspondía a unos fotones de gran energía, han crecido hasta pertenecer ahora a la región de las microondas, en la que las longitudes son unos pocos milímetros.

En 1.965 se descubrieron los rescoldos del Big Bang, es decir, la radiación de fondo de microondas. Esos fotones bañan el universo entero, y se mueven en todas las direcciones posibles. Los fotones que emprendieron viaje hace miles de millones de años cuando el universo era más pequeño y caliente, fueron descubiertos por una antena de los laboratorios Bell en Nueva Jersey.

Así que el descubrimiento hizo imprescindible medir la distribución de las longitudes de onda, y se hizo. Por medio de la ecuación de Planck, esta medición de la temperatura media de lo que quiera (el espacio, las estrellas, polvo, un satélite, los pitidos de un satélite que se hubiese colado ocasionalmente) que haya estado bañándose en esos fotones.

 

            El satélite COBE de la NASA.

 COBE de la NASA lanzado en 1989

Las mediciones últimas efectuadas por la NASA con el satélite COBE dieron un resultado de 2’73 grados sobre el cero absoluto (2’73 ºK). Esta radiación remanente es una prueba muy potente a favor de la teoría del Big Bang caliente.

Los astrofísicos pueden hablar tan categóricamente porque han calculado qué distancias separaban a dos regiones del cielo en el momento en que se emitió la radiación de microondas observadas por el COBE. Ese momento ocurrió 300.000 años después del Big Bang, no tan pronto como sería deseable, pero sí lo más cerca del principio que podemos.

Resulta que temperaturas iguales en regiones separadas del espacio que nunca habían estado en contacto y cuyas separaciones eran tan grandes que ni siquiera a la velocidad de la luz daba tiempo para que las dos regiones se comunicasen, y sin embargo, sí tenían la misma temperatura. La teoría del Big Bang no podía explicarlo; ¿un fallo?, ¿un milagro? Se dio en llamar a eso la crisis de la causalidad, o de la isotropía.

 

El mapa más completo de los orígenes y la evolución del Universo | Ciencia  | elmundo.esWMAP - Wikipedia, la enciclopedia libre

 

        Mapa del Universo por WMAP en 23-94 GHz demuestra la isotropía del Universo temprano.

De la causalidad porque parecía que había una conexión causal entre distintas regiones del cielo que nunca debieran haber estado en contacto; de la isotropía porque donde quiera que mires a gran escala verás prácticamente el mismo patrón de estrellas, galaxias, cúmulos y polvo estelar. Se podría sobrellevar esto en un modelo del Big Bang diciendo que la similitud de las miles de millones de piezas del universo que nunca estuvieron en contacto es puro accidente. Pero no nos gustan los “accidentes”: los milagros están estupendamente si jugamos a la lotería, pero no en la ciencia. Cuando se ve uno, los científicos sospechan que algo más importante se nos mueve entre bastidores. Me parece que mi inclinación científica me hace poco receptivo a los milagros. Si algo para habrá que buscar la causa.

El segundo éxito de gran importancia del modelo del Big Bang tiene que ver con la composición de nuestro universo. Puede parecer que el mundo está hecho de aire, tierra, agua y fuego, pero si echamos un vistazo arriba y medimos con nuestros telescopios espectroscópicos, apenas sí encontramos algo más que hidrógeno, y luego helio. Entre ambos suman el 98% del universo que podemos ver. El resto se compone de los otros noventa elementos. Sabemos gracias a nuestros telescopios espectroscópicos las cantidades relativas de los elementos ligero, y hete aquí que los teóricos del Big Bang dicen que esas abundancias son precisamente las que cabría esperar. Lo sabemos así.

 

 

El universo prenatal tenía en sí toda la materia del universo que hoy observamos, es decir, unos cien mil millones de galaxias, cada una con cien mil millones de soles. Todo lo que hoy podemos ver estaba comprimido en un volumen muchísimos menos que la cabeza de un alfiler. La temperatura era alta, unos 1032 grados Kelvin, mucho más caliente que nuestros 273 ºK actuales. Y en consecuencia la materia estaba descompuesta en sus componentes primordiales.

Una imagen aceptable de aquello es la de una “sopa caliente”, o plasma, de quarks y leptones (o lo que haya dentro, si es que hay algo) en la que chocan unos contra otros con energías del orden de 1018 GeV, o un billón de veces la energía del mayor colisionador que cualquier físico pueda imaginarse construir. La gravedad era rugiente, con su poderoso (pero aún mal conocido) influjo en esta escala microscópica.

Tras este comienzo fantástico, vinieron la expansión y el enfriamiento. A medida que el universo se enfriaba, las colisiones eran menos violentas. Los quarks, en contacto íntimo los unos con los otros como partes del denso grumo que era el universo infantil, empezaron a coagularse en protones, neutrones y los demás hadrones. Antes, esas uniones se habrían descompuesto en las inmediatas y violentas colisiones, pero el enfriamiento no cesaba; aumentaba con la expansión y las colisiones eran cada vez más suaves.

 

 

A los tres minutos de edad, las temperaturas habían caído lo bastante como para que pudiesen combinarse los protones y los neutrones, y se formaran núcleos estables. Este fue el periodo de nucleosíntesis, y como se sabe lo suficiente de física nuclear se pueden calcular las abundancias relativas de los elementos químicos que se formaron. Son los núcleos de elementos muy ligeros; los más pesados requieren de una “cocción” lenta en las estrellas.

Claro que, los átomos (núcleos más electrones) no se formaron hasta que la temperatura no cayó lo suficiente como para que los electrones se organizaran alrededor de los núcleos, lo que ocurrió 300.000 años después, más o menos. Así que, en cuanto se formaron los átomos neutros, los fotones pudieron moverse libremente, y ésta es la razón de que tengamos una información de fotones de microondas todavía.

 

 

La nucleosíntesis fue un éxito: las abundancias calculadas y las medidas coincidían. Como los cálculos son una mezcla íntima de física nuclear, reacciones de interacción débil y condiciones del universo primitivo, esa coincidencia es un apoyo muy fuerte para la teoría del Big Bang.

En realidad, el universo primitivo no era más que un laboratorio de acelerador con un presupuesto ilimitado. Nuestros astrofísicos tenían que saberlo todo acerca de los quarks y los leptones y las fuerzas para construir un modelo de evolución del universo. Los físicos de partículas reciben datos de su experimento grande y único. Por supuesto, para los tiempos anteriores a los 10-13 segundos, están mucho menos seguros de las leyes de la física. Así que, los astrofísicos azuzan a los teóricos de partículas para que se remanguen y contribuyan al torrente de artículos que los físicos teóricos lanzan al mundo con sus ideas: Higgs, unificación de cuerdas vibrantes, compuestos (qué hay dentro de los quarks) y un enjambre de teorías especulativas que se aventuran más allá del modelo estándar para construir un puente que nos lleve a la descripción perfecta del universo, de la Naturaleza. ¿Será posible algún día?

 

 

Esperemos a ver qué pasa con la historia que comenzaron Grabielle Veneziano, John Schwartz, André Neveu, Pierre Ramond, Jeff Harvey, Joel Sheik, Michael Green, David Gross y un dotado flautista de Hamelin que responde al nombre de Edward Witten.

La teoría de cuerdas es una teoría que nos habla de un lugar muy distante. Según Leon Lederman… “casi tan distante como Oz o la Atlántida”. Estamos hablando del dominio de Planck, ese lugar al que nadie ha podido llegar nunca. No hay forma de que podamos imaginar datos experimentales en ese tiempo tan lejano; las energías necesarias (las de la masa de Planck) no están a nuestro alcance.

Y, a todo esto, tenemos que comprender que todo, absolutamente todo lo que anteriormente habéis leído más arriba, es lo que creemos que sabemos y que, de ninguna manera, tiene que reflejar la realidad que…, de momento y a ciencia cierta, desconocemos.

emilio silvera

¡El Enigma del Tiempo!

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Sí, muchas son las páginas, los trabajos, los libros, los pensamientos tanto de Física como filosóficas sobre el Tiempo, pero, ¿alguien consiguió explicarnos lo que el Tiempo es en realidad?