Dic
15
La Naturaleza sigue su camino
por Emilio Silvera ~ Clasificado en General ~ Comments (0)
Los científicos avisan: este país se parte en dos y va a crear un nuevo océano
Los movimientos tectónicos podrían crear un sexto océano en el futuro
Las últimas novedades en la exploración de Marte: ¿qué han descubierto los rovers?
Hallazgo esperanzador: la IA crea un modelo capaz de predecir inundaciones y salvar 23.000 vidas al año
Un estudio reciente señala que los movimientos tectónicos podrían crear un sexto océano en el futuro, como consecuencia de la separación de África. Este fenómeno geológico está ocurriendo en el Gran Valle del Rift, una fractura que se extiende desde Etiopía hasta Mozambique, donde se ha observado una grieta de 60 kilómetros. El movimiento de las placas tectónicas Nubia y Somalí, que se alejan a una velocidad de milímetros por año la una de la otra, está impulsando la división, y el proceso podría terminar separando completamente el Cuerno de África del resto del continente, permitiendo la entrada de agua del océano Índico y creando un nuevo océano.
Los científicos calculan que este evento podría suceder dentro de cinco a diez millones de años, un tiempo considerable en términos geológicos. Aunque parece un fenómeno único, ya se han registrado eventos similares en otras partes del mundo, como en la formación de la Fosa de las Marianas, creada por la subducción de la placa del Pacífico bajo la Placa Filipina. Además de este proceso, se especula que la India podría sufrir una división geológica debido a la colisión de las placas India y Euroasiática, lo que podría resultar en la formación de un nuevo continente.
Creación de un nuevo océano en África
África se divide
El Rift de África Oriental comenzó a formarse hace aproximadamente 35 millones de años debido a tensiones en la litosfera de la Tierra. La litosfera es la capa externa y sólida del planeta, y su agrietamiento se debe al movimiento de las placas tectónicas. Este fenómeno, conocido como rifting, está provocando que la corteza terrestre se estire y se adelgace. Como resultado, el material del manto terrestre asciende hacia la superficie, lo que genera una fisura.
Un factor adicional es la actividad volcánica y sísmica en la región, que ha aumentado debido al fenómeno conocido como la superpluma africana. Esta columna de material caliente que asciende desde las profundidades de la Tierra está debilitando aún más la litosfera y acelerando el proceso de separación. Aunque el avance es lento, expertos como la geóloga Cynthia Ebinger advierten que este ritmo podría variar dependiendo de las condiciones internas de la Tierra.
Se calcula que, si sigue a la misma velocidad, África podría dividirse completamente en unos cinco a diez millones de años, lo que resultaría en la formación de un nuevo océano, similar al Mar Rojo o al océano Atlántico, pero en una escala mucho más pequeña. Sin embargo, los expertos no descartan que el ritmo de separación pueda acelerar o ralentizar en el futuro debido a factores como la dinámica de las placas tectónicas y la actividad volcánica.
El Rift de África Oriental atraviesa varios países, entre ellos Mozambique, Malawi, Tanzania, Zambia, Burundi, Ruanda, Uganda, la República Democrática del Congo, Kenia y Etiopía. Estos países ya están experimentando los efectos del proceso, como el aumento de la actividad sísmica y volcánica. Además, la geografía de la región está cambiando, y con el tiempo, se espera que nuevas zonas se vean afectadas por la expansión de la grieta. Por ejemplo, en Kenia, en la región de Mai Mahiu, la tierra comenzó a resquebrajarse en 2018, lo que obligó a evacuar a los habitantes debido a la aparición de una grieta de varios kilómetros.
El papel de las placas tectónicas
En la región del Rift, las placas de Somalia y Nubia se están alejando lentamente, creando una grieta de 3,500 kilómetros de largo. Con el tiempo, se espera que esta grieta se abra lo suficiente para formar una cuenca oceánica entre las dos masas de tierra, similar a lo que ocurrió cuando Sudamérica y África se separaron, formando el océano Atlántico.
Este fenómeno es una manifestación de la tectónica de placas, un proceso que está ocurriendo de manera gradual, pero que tendrá un gran impacto en el futuro. Los expertos predicen que, en el futuro, el Cuerno de África, que incluye partes de Etiopía, Somalia y Kenia, se separará completamente del resto del continente, creando una gran isla en el Océano Índico.
Impacto geográfico y climático
La formación de un nuevo océano en África provocará cambios drásticos en la geografía y el clima de la región. A medida que la grieta se ensanche y el océano comience a llenar la cuenca, las costas africanas se transformarán. Además, el clima de la región podría verse alterado, con un aumento de la humedad y posibles cambios en los patrones climáticos. Por otro lado, la creación de nuevas rutas marítimas podría alterar la distribución de los recursos naturales y abrir nuevas oportunidades económicas.
El proceso de separación de África y la creación de un nuevo océano es uno de los fenómenos geológicos más fascinantes que está teniendo lugar en la Tierra. Aunque se calcula que llevará millones de años para que el continente se divida por completo, ya están ocurriendo cambios significativos en la región del Rift de África Oriental.
Dic
15
La Inmensidad del Universo y, la “pequeñez” de los seres…
por Emilio Silvera ~ Clasificado en El Universo y la Química de la Vida ~ Comments (2)
Nuestro mundo es el tercero a partir del Sol, situado a 150 millones de kilómetros (1 UA) para que el agua corra líquida y libre y la vida, sea posible.
“La más antigua evidencia indiscutible de vida en la Tierra, interpretadas como bacterias fosilizadas, datan de hace 3770 millones de años-4280 millones de años. con evidencia geoquímica también parece demostrar la presencia de la vida hace 3800 millones de años.”
En nuestro sistema solar la vida se desarrolló por primera vez sorprendentemente pronto tras la formación de un entorno terrestre hospitalario. Hay algo inusual en esto. Según todos los datos que tenemos la edad de la Tierra data de hace unos 4.500 millones de años, y, los primeros signos de vida que han podido ser localizados fosilizados en rocas antiguas, tienen unos 3.800 millones de años, es decir, cuando la Tierra era muy joven ya apareció en ella la vida.
El secreto reside en el tiempo biológico necesario para desarrollar la vida y el tiempo necesario para desarrollar estrellas de segunda generación y siguientes que en novas y supernovas cristalicen los materiales complejos necesarios para la vida, tales como el Hidrógeno, Nitrógeno, Oxígeno, CARBONO, etc.
A veces me he preguntado: ¿Podría existir la Vida sin Carbono?
Parece que la similitud en los “tiempos” no es una simple coincidencia. El argumento, en su forma más simple, lo introdujo Brandon Carter y lo desarrolló John D. Barrow por un lado y por Frank Tipler por otro. Al menos, en el primer sistema Solar habitado observado ¡el nuestro!, parece que sí hay alguna relación entre t(bio) y t(estrella) que son aproximadamente iguales el t(bio) –tiempo biológico para la aparición de la vida- algo más extenso.
Gracias a la atmósfera terrestre es posible la vida en la tierra. La atmósfera es la capa protectora contra los rayos cósmicos, los rayos UVA y otras radiaciones nocivas para la vida. La mayoría de los planetas no tienen atmósfera o la tienen muy densa y tóxica como sucede en venus. La atmósfera está muy unida al origen de la vida, tal y como veremos ambos parámetros están interconectados entre sí. ¿Qué hace diferente a la tierra? ¿Cómo se formó nuestra atmósfera?
La proto-atmósfera
Antes de nuestra atmósfera hubo otra formada a partir de los gases volcánicos hace unos 4500 m.a. y cuyas características eran muy diferentes a las actuales. Estaba formada principalmente por hidrógeno, dióxido de carbono y azufre convirtiéndola en una atmósfera muy reductora, es decir, no tenía oxígeno. Se piensa que la mayoría de estos gases se perdieron al no poder ser retenidos por la tierra. Durante esta época la tierra estaba semi-fundida y era muy activa geológicamente.
La atmósfera inicial, la Tierra Primigenia
Cuando la tierra empezó a enfriarse el vapor de agua producido por las erupciones volcánicas se condensó formando los océanos. Este agua reaccionó con las rocas de la corteza terrestre para formar los primeros carbonatos a partir de los cuales, millones de años después, aparecieron las primeras bacterias que formaron estromatolitos. Los estromatolitos son estructuras minerales formadas por bacterias, las primeras estructuras orgánicas que se conocen. Este proceso fue muy importante en la evolución de la atmósfera hasta la actualidad.
Evolución de la atmósfera hasta la actualidad
Las bacterias iniciales estaban adaptadas a un ambiente anóxico en el que realizaban la fotosíntesis emitiendo oxígeno y ozono como productos de deshecho. Poco a poco la atmósfera fue llenándose de oxígeno, la actividad volcánica disminuyó y las bacterias adaptadas a la falta de oxígeno desaparecieron en un ambiente venenoso para ellos. Sí, para las primeras formas de vida el oxígeno era tóxico.
Entre esas bacterias surgieron otras mejor adaptadas al nuevo ambiente rico en oxígeno dando paso a especies progresivamente más complejas. Esto junto con la formación de la capa de ozono (O3), fue lo que finalmente hizo posible la colonización de tierra firme muchos millones de años después. Poco a poco la composición de la atmósfera fue cambiando hasta la actualidad.
“Tal y como puede verse la composición de la atmósfera está muy vinculada con el origne y evolución de la vida. Puedes ver más sobre estos temas en las entradas «¿Por qué hay vida en la tierra?» y «La atmósfera hace posible la vida» en las que encontrarás cosas interesantes relacionadas con estos temas. Pásate también por el post «tiempo geológico y edad de la tierra«
Referencias:
https://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Paginas/como-se-creo-la-atmosfera.aspx
http://www.cienciorama.unam.mx/a/pdf/66_cienciorama.pdf
https://es.scribd.com/document/347115742/Protoatmosfera
La evolución de una atmósfera planetaria que sustente la vida requiere una fase inicial durante la cual el oxígeno es liberado por la foto-disociación de vapor de agua. En la Tierra esto necesitó 2.400 millones de años y llevó el oxígeno atmosférico a aproximadamente una milésima de su valor actual. Cabría esperar que la longitud de esta fase fuera inversamente proporcional a la intensidad de la radiación en el intervalo de longitudes de onda del orden de 1000-2000 ángstroms, donde están los niveles moleculares clave para la absorción de agua.
La imagen del cielo nos puede servir para mostrar una atmósfera acogedora para la vida
Este simple modelo indica la ruta que vincula las escalas del tiempo bioquímico de evolución de la vida y la del tiempo astrofísico que determina el tiempo requerido para crear un ambiente sustentado por una estrella estable que consume hidrógeno en la secuencia principal y envía luz y calor a los planetas del Sistema Solar que ella misma forma como objeto principal.
A muchos les cuesta trabajo admitir la presencia de vida en el Universo como algo natural y corriente, ellos abogan por la inevitabilidad de un Universo grande y frío en el que, es difícil la aparición de la vida, y, en el supuesto de que ésta aparezca, será muy parecida a la nuestra.
Es cierto que la realidad puede ser mucho más imaginativa de lo que nosotros podamos imaginar. ¿Habrá mundos con formas de vida basadas en el Silicio? Aunque me cuesta creerlo, también me cuesta negarlo toda bvez que, la Naturaleza nos ha demostrado, muchas veces ya, que puede realizar cosas que nosotros, nos parecen imposibles y, sin embargo, ahí está el salto cuántico… Por ejemplo.
Si realmente existieran formas de vida basadas en el Silicio, pasaríamos junto a ellas sin ser conscientes de su existencia. No podemos comunicarnos con la mayoría de las especies que pueblan la Tierra, y, con algunas hemos alcanzado alguna afinidad que, no llega a ser una relación plena. Claro que todas están basadas (como nosotros), en el Carbono. ¿Cómo vamos a poder entablar relación inteligente con “seres” de Silicio?
Los biólogos, por ejemplo, parecen admitir sin problemas la posibilidad de otras formas de vida, pero no están tan seguros de que sea probable que se desarrollen espontáneamente, sin un empujón de formas de vida basadas en el carbono. La mayoría de los estimaciones de la probabilidad de que haya inteligencias extraterrestres en el Universo se centran en formas de vida similares a nosotras que habiten en planetas parecidos a la Tierra y necesiten agua y oxígeno o similar con una atmósfera gaseosa y las demás condiciones de la distancia entre el planeta y su estrella, la radiación recibida, etc.
En este punto, parece lógico recordar que antes de 1.957 se descubrió la coincidencia entre los valores de las constantes de la Naturaleza que tienen importantes consecuencias para la posible existencia de carbono y oxígeno, y con ello para la vida en el Universo.
Hay una coincidencia o curiosidad adicional que existe entre el tiempo de evolución biológico y la astronomía. Puesto que no es sorprendente que las edades de las estrellas típicas sean similares a la edad actual del Universo, hay también una aparente coincidencia entre la edad del Universo y el tiempo que ha necesitado para desarrollar formas de vida como nosotros.
Para nosotros ha pasado mucho tiempo, y, sin embargo, para el Universo ha sido solo un instante
Si miramos retrospectivamente cuánto tiempo han estado en escena nuestros ancestros inteligentes (Homo sapiens) vemos que han sido sólo unos doscientos mil años, mucho menos que la edad del Universo, trece mil millones de años, o sea, menos de dos centésimos de la Historia del Universo. Pero si nuestros descendientes se prolongan en el futuro indefinidamente, la situación dará la vuelta y cuando se precise el tiempo que llevamos en el Universo, se hablará de miles de millones de años.
Brandon Carter y Richard Gott han argumentado que esto parece hacernos bastante especiales comparados con observadores en el futuro muy lejano.
Podríamos imaginar fácilmente números diferentes para las constantes de la Naturaleza de forma tal que los mundos también serían distintos al planeta Tierra y, la vida no sería posible en ellos. Aumentemos la constante de estructura fina más grande y no podrá haber átomos, hagamos la intensidad de la gravedad mayor y las estrellas agotarán su combustible muy rápidamente, reduzcamos la intensidad de las fuerzas nucleares y no podrá haber bioquímica, y así sucesivamente.
Hay cambios infinitesimales que seguramente podrían ser soportados sin notar cambios perceptibles, como por ejemplo en la vigésima cifra decimal de la constante de estructura fina. Si el cambio se produjera en la segunda cifra decimal, los cambios serían muy importantes. Las propiedades de los átomos se alteran y procesos complicados como el plegamiento de las proteínas o la replicación del ADN PUEDEN VERSE AFECTADOS DE MANERA ADVERSA. Sin embargo, para la complejidad química pueden abrirse nuevas posibilidades. Es difícil evaluar las consecuencias de estos cambios, pero está claro que, si los cambios consiguen cierta importancia, los núcleos dejarían de existir, n se formarían células y la vida se ausentaría del planeta, siendo imposible alguna forma de vida.
Las constantes de la naturaleza ¡son intocables!
Ahora sabemos que el Universo tiene que tener miles de millones de años para que haya transcurrido el tiempo necesario par que los ladrillos de la vida sean fabricados en las estrellas y, la gravitación nos dice que la edad del Universo esta directamente ligada con otros propiedades como la densidad, temperatura, y el brillo del cielo.
Puesto que el Universo debe expandirse durante miles de millones de años, debe llegar a tener una extensión visible de miles de millones de años luz. Puesto que su temperatura y densidad disminuyen a medida que se expande, necesariamente se hace frío y disperso. Como hemos visto, la densidad del Universo es hoy de poco más que 1 átomo por M3 de espacio. Traducida en una medida de las distancias medias entre estrellas o galaxias, esta densidad tan baja muestra por qué no es sorprendente que otros sistemas estelares estén tan alejados y sea difícil el contacto con extraterrestres. Si existe en el Universo otras formas de vía avanzada, entonces, como nosotros, habrán evolucionado sin ser perturbadas por otros seres de otros mundos hasta alcanzar una fase tecnológica avanzada, entonces, como nosotros, habrán evolucionado sin ser perturbadas por otros seres de otros mundos hasta alcanzar una fase tecnológica avanzada.
La expansión del Universo es precisamente la que ha hecho posible que el alejamiento entre estrellas con sus enormes fuentes de radiación, no incidieran en las células orgánicas que más tarde evolucionarían hasta llegar a nosotras, diez mil millones de años de alejamiento continuado y el enfriamiento que acompaña a dicha expansión, permitieron que, con la temperatura ideal y una radiación baja los seres vivos continuaran su andadura en este planeta minúsculo, situado en la periferia de la galaxia que comparado al conjunto de esta, es solo una cuota de polvo donde unos insignificantes seres laboriosos, curiosos y osados, son conscientes de estar allí y están pretendiendo determinar las leyes, no ya de su mundo o de su galaxia, sino que su osadía ilimitada les lleva a pretender conocer el destino de todo el Universo.
Cuando a solas pienso en todo esto, la verdad es que no me siento nada insignificante y nada humilde ante la inmensidad del Cosmos. soy muy consciente de que, aunque una parte infinitesimal, ¡soy una parte de él! Las estrellas pueden ser enormes y juntas, formar inmensas galaxias… pero no pueden pensar ni amar; no tienen curiosidad ni en ellas está el poder de ahondar en el porqué de las cosas, nosotros si podemos hacer todo eso y más. De todas las maneras, nosotros somos una parte esencial del universo: La que siente y observa, la que genera ideas y llega a ser consciente de que es, ¡la parte del universo que trata de comprender!
Emilio Silvera Vázquez