Abr
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¿Pasará esto con la Inteligencia Artificial?
por Emilio Silvera ~
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Comments (3)
En todo esto existen opiniones contradictorias entre los miembros de la comunidad científica, unos dicen que el peligro no se ve por ninguna parte, y, en cambio otros, opinan todo lo contrario.
Una cosa que debemos tener en cuenta es, precisamente, que el mismo nombre de “Inteligencia Artificial” , descalifica el término “Inteligencia”, ya que, inteligencia propiamente dicha, solo puede existir una, la Inteligencia Natural, lo otro será otra cosa pero nunca Inteligencia.
El razonamiento que nos está dando el señor que aquí nos habla… ¡Es irrefutable!
Con la inteligencia Artificial estamos dando por supuesto cosas que en realidad no están sucediendo, y, el mejor ejemplo está en el hecho que decimos: “El Robot está aprendiendo y a medida que avanza comprende cuestiones complejas que antes no podía asimilar.” Y, van más allá, cuando nos dicen: “El Robot está aprendiendo por sí solos”.
Una falacia, un Robot no aprende nada, simplemente se trata de que le han suministrado información, le han añadido software que le suministran nuevos datos a su cerebro positrónico que los estructura y encaja entre los datos que ya tenía, y, le facilita más información para que pueda utilizarla llegado el momento pero, nunca se trata de que “aprendió”, el robot no aprende nada, simplemente utiliza los datos que el humano le ha facilitado, no piensa por sí mismo
Creo que se avecina un cambio importante, y, nuestros cerebros que forman parte del mundo material del Universo, tiene un ingrediente que aún no hemos llegado a comprender. Incluso con nuestra limitada comprensión actual de la naturaleza de este ingrediente ausente en nuestro saber, sí podemos empezar a señalar donde debe estar dejando su huella, y como debería estar aportando una contribución vital a lo que quiera que sea en que subyacen nuestros sentimientos y acciones conscientes.
Cada cual cuenta la “película” a su manera
Un robot no podrá nunca solucionar (como hacemos los humanos), un problema que surja de manera inesperada y que no sea habitual, no sabría qué hacer al no tener en sus datos de computación algo similar. Sin embargo, el humano, ante dicha nueva escena no prevista, discurre y piensa, y, por lo general, sí que lo soluciona mejor o peor hasta encontrar un arreglo definitivo al estropicio.
No creo que un cerebro “positrónico” pueda igualarse nunca al cerebro de un Ser inteligente… Sin embargo, sí existe el peligro de que cerebros artificiales lleguen a dominar a sus creadores…. los del cerebro “inteligente”.
He dado muchas vueltas a la IA y a la consciencia de los seres vivos. Las conclusiones a las que he podido llegar son que el pensamiento consciente debe involucrar componentes que no pueden ser siquiera simulados adecuadamente por una mera computación; menos aún podría la computación por sí sola, provocar cualquier sentimiento o intención consciente. En consecuencia, la mente debe ser realmente algo que no puede describirse mediante ningún tipo de términos computacionales. Sin embargo, noticias que llegan de nuevos descubrimientos te hacen dudar de hasta dónde podrán llegar esos “seres” artificiales creados por el hombre.
Claro que… ¡”Ellos” nunca podrían tener sentimientos (ahí radica otro de los peligros). Claro que, las grandes firmas del sector nos venden noticias como esta:
“Un proyecto nuevo financiado por la UE se propone diseñar Robots dotados de consciencia emocional capaces de interactuar con humanos en contextos cotidianos y de desarrollarse emocionalmente en respuesta a las necesidades del dueño.
La iniciativa FEELIX GROWING (acrónimo inglés de «Sentir, interactuar y expresar: una aproximación global al desarrollo con una base interdisciplinaria») cuenta con socios de campos tan diversos como la psicología comparativa y del desarrollo, la neuro-imaginería, la etología y la robótica.


Investigadores europeos están desarrollando un software que dará a los robots la capacidad de aprender cuándo una persona está triste, feliz o enfadada. El proyecto Feelix Growing está uniendo sencillos robots que pueden detectar diferentes parámetros (expresiones faciales, voz y cercanía) para determinar estados emocionales. El objetivo del proyecto es desarrollar un robot que pueda servir a los humanos con necesidades especiales, como los enfermos y los ancianos mediante redes neuronales adaptables, el robot puede aprender la manera correcta de responder a las emociones de la gente a partir de la experiencia. Por ejemplo, si alguien tiene miedo, el robot puede aprender a cambiar su comportamiento para parecer menos amenazante. Si alguien parece feliz, el robot puede tomar nota mental (¿positrónica, espintrónica…?) de lo que logró esa respuesta. Y si alguien parece enfadado o solitario, puede darle una palmadita en la espalda, ofrecerle una bebida fuerte y decir: “No te preocupes, te mereces a alguien mejor”. Sólo podemos esperar que no se hayan olvidado de las tres leyes de Asimov:
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Primera Ley
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Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.
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Segunda Ley
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Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
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Tercera Ley
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Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.
Bien es verdad que no tenemos una comprensión científica de la mente humana. Sin embargo, esto no quiere decir que el fenómeno de la consciencia deba permanecer fuera de la explicación científica. Ya se están buscando caminos científicos para dar esa explicación del misterio más profundo (seguramente) del Universo. Y, a pesar de no conocer a fondo nuestra mente, ya estamos tratando de incorporar, a mentes artificiales lo poco que de ella sabemos. ¿No será una temeridad?
Ahí hay mucho más de lo que se pueda producir en un entramado electrónico artificial
La comprensión es, después de todo, de lo que trata la ciencia; y la ciencia es mucho más que la mera computación mecánico-electrónica. Sin embargo, parece que la realidad desmiente estos pensamientos y, podría llegar el momento en el que, la Inteligencia Artificial alcance niveles preocupantes al dotar, a esos “seres” artificiales de pensar por sí mismos y, si me apuran, hasta de tener sentimientos.
¿Cuál es el campo de acción de la ciencia? ¿Son solamente los atributos materiales de nuestro Universo los que son abordables con sus métodos, mientras nuestra existencia mental debe quedar para siempre fuera de su alcance? ¿O podríamos llegar algún día a una comprensión científica adecuada del profundo misterio de la mente? ¿Es el fenómeno de la consciencia humana algo que está más allá del dominio de la investigación científica, o podrá la potencia del método científico resolver algún día el problema de la propia existencia de nuestro yo consciente?
No se ocultan, están intentando construir Robots que tengan conciencia… ¿Qué les pasa? ¿No ven el peligro?
Sí, tenemos la facultad de meditar profundamente y, a través de esas meditaciones alcanzar un estadio de mayor “consciencia” y comprensión, un estado tal que, nos puede llevar a una conexión tan real con el Universo que es como si viajáramos fuera de este mundo para visitar, ese otro mundo hecho de pura luz donde podríamos encontrar la sabiduría que necesitamos.
Una visión científica del mundo que no trate de entender en profundidad el problema de la mente consciente no puede tener pretensiones serias de compleción. La consciencia es parte de nuestro Universo, de modo que cualquier teoría física que no le conceda un lugar apropiado se queda muy lejos de proporcionar una descripción auténtica del mundo.
Fabricamos dispositivos “maravillosos” que nos permiten hacer cosas asombrosas. Sin embargo, hemos entrado en una dinámica sin retorno, cada día estamos más a merced de esta tecnología, y, si algún día revienta… ¿Qué haremos? Paralizaría el mundo.
Claro que, todo conocimiento científico es un arma de dos filos. Lo que realmente hacemos con nuestro conocimiento científico es otra cuestión. Tratemos de ver dónde pueden llevarnos nuestras visiones de la ciencia y la mente.
Pensemos que incluso en aquellos países afortunados donde hay una paz próspera y una libertad democrática, los recursos naturales y humanos son malgastados de formas aparentemente absurdas. ¿No es ésta una clara muestra de la estupidez general del hombre? Aunque creemos representar el pináculo de la inteligencia en el reino animal, esta inteligencia parece tristemente inadecuada para manejar muchos de los problemas a los que nuestra propia sociedad nos obliga a hacer frente.
Esta simple escena, en algunos lugares, resulta una maravilla
Pese a todo, no pueden negarse los logros positivos de nuestra inteligencia. Entre dichos logros se encuentran nuestras impresionantes y diversas ramas de la Ciencia y de la Tecnología. En realidad, algunos de estos logros son alto cuestionables a largo (o corto) plazo, así lo atestiguan múltiples problemas medioambientales y un genuino temor a una catástrofe mundial inducida por las nuevas tecnologías traídas de la mano por nuestra moderna sociedad (aquí mismo, en éste foro, nos hicimos eco del temor de muchos sobre las consecuencias que podría traer el LHC).
Nuestra ambición nos lleva a tratar de re-crear la Creación, utilizamos fuerzas que… ¿En verdad dominamos? Se han utilizados energías de 14 TeV, y, no dejan de hablar de llegar a los 100 TeV… ¡Habremos perdido el Norte?
Pues pienso que las grandes compañías no dejan de apuntar en la misma dirección en el caso de la mal llamada Inteligencia Artificial (eso no es inteligencia), pues la única inteligencia que podemos entender es la Natural, la qu4e se va adquiriendo a base de observación estudios, experiencias, experimentación… Lo otro no es inteligencia es acumular datos que serán repetidos o utilizados en razón de lo que esos fatos digan, sin poder ir más allá ni crear nuevas situaciones a partoi5r de los mismos.
En fin, que todo esto nos preocupa a la gente sencilla, y, los que somos curiosos y tenemos la necesidad de saber, no dejamos de buscar información de unos y otros que debemos contrastar y, cada uno, en función de lo que su intelecto le dicte… Podrá tener su propia opinión sobre el tema.
Creo que se avecina un cambio importante, y, nuestros cerebros que forman parte del mundo material del Universo, tiene un ingrediente que aún no hemos llegado a comprender. Incluso con nuestra limitada comprensión actual de la naturaleza de este ingrediente ausente en nuestro saber, sí podemos empezar a señalar donde debe estar dejando su huella, y como debería estar aportando una contribución vital a lo que quiera que sea en que subyacen nuestros sentimientos y acciones conscientes.
Una cosa la tenga clara, los Robots no serán ningún motivo de preocupación para nuestras especie en muchos años pero… ¿No me fiaría!
Emilio Silvera Vázquez
el 6 de julio del 2024 a las 3:01
Amables leyentes, en esta entrada donde se exponen 10 etapas posibles de la IA, podemos comparar dicha idea con las etapas conocidas de la inteligencia humana (IH). En mi punto de vista, el ser humano tiene la capacidad de desarrollar todas ellas a excepción de la etapa 10 mencionada para la IA como deidad. Para que un humano alcance nivel deidad, lo más básico que debería tener en su mente es la capacidad de reconocer la diferencia entre lo que es falso y verdadero, como lo es construir antes que destruir y aplicarlo en la vida diaria, cosa que en general no ocurre, según así lo podemos observar en los medios de comunicación, simplemente las guerras mundiales ocurridas en los últimos 100 años lo aseveran.
Una manera de considerar el desarrollo de la IA en el planeta es tan básica como compararla con el descubrimiento de la rueda. En sus etapas de desarrollo, la rueda ha sido útil al hombre para lograr avanzar cada vez más rápido, para lograrlo antaño la usó adaptándola manualmente a carruajes. Después hizo uso de animales para ir más veloces. En etapas más avanzadas le adaptó motores de combustión interna y luego motores eléctricos. En otras etapas las adaptó a vehículos volantes simples. En etapas más avanzadas de su desarrollo utilizó naves espaciales, para ello requirió que un sistema de ruedas moviera las partes para su ensamblaje. El caso es que, lo mismo ocurre con la IA, al igual que las ruedas ahora también coadyuva a modernizar la tecnología necesaria, haciendo que el transporte humano sea más rápido utilizando sistemas digitales a partir de chips de cada vez mayor capacidad de memoria y velocidad.
En estas épocas, a partir de micro y nano circuitos semiconductores, la tecnología digital a incursionado hacia el desarrollo cada vez más avanzado de la IA, pero no hay que perder de vista, que ha sido el hombre quien la ha usado para su beneficio. Y a futuro la seguirá aprovechando si y sólo si el humano desarrolla su capacidad deidad, que no es considerarse un dios como tal, sino un ser sencillo que cumple reglas de respeto de alta inteligencia que le puede permitir convivir armónicamente con sus congéneres, debiendo tener este pensamiento como algoritmo mental principal. Igualmente, cuando la IA alcance su etapa deidad, su algoritmo más básico, con ciertas reglas especiales, será el de construir y no destruir bienes humanos, independientemente de todas las maravillas que para entonces podría compartirnos.
Saludos afectuosos.
el 6 de julio del 2024 a las 9:23
Nuestro contertulio y amigo, José German, nos deja una opinión inteligente sobre el tema que aquí estamos tratando, y, deja translucir la esperanza de que realmente, el futuro de la Humanidad sea compatible y en convivencia con esta nueva “raza” o “especie artificial” que, creadas por nosotros con miras a ser utilizada en nuestro propio beneficio en todas las ramas del saber humano, podría estar dotada de esos “ingredientes” que nuestra especie lleva consigo, y, me refiero sobre todo, a la Consciencia de Ser.
El negar, a estas alturas, todos los beneficios obtenidos de la Inteligencia Artificial en los múltiples sectores de la actividad humana y su convivencia en sociedad, sería negar lo evidente, y, desde luego, según todos los indicios, el crecimiento de esa llamada Inteligencia Artificial es imparable, y, conocemos de proyectos en marcha que nos hablan de Robots de la última generación que, por su capacidad de entendimiento, serán el asombro de todos.
Bien conocida es nuestra fragilidad humana para poder acceder a la “Conquista del Espacio Interestelar”, hemos llegado a saber que nuestro Sol no es eterno y pasado el Tiempo se convertirá en una Gigante roja, formará una nebulosa planetaria y, finalmente, quedará convertida en una estrella enana blanca. Todos esos cambios harán que la Tierra sufra la evaporación de sus mares y océanos y, que la vida tal como la conocemos, deje de existir en nuestro planeta.
Sí, para que eso llegue falta mucho, mucho, muchísimo tiempo, y, además, otros cambios que están en el horizonte futuro también son una amenaza para la Humanidad (la llegada de Andrómeda, que la la Tierra salga de la zona habitable…).
Así las cosas, no dejamos de pensar en la manera de salir del planeta y situarnos en otros mundos que, como ahora la Tierra, nos ofrezca un cobijo seguro.
Como tal empresa es imposible de llevar a la práctica por la Humanidad que no cuenta con los medios técnicos necesarios para ello, y, desde luego, tampoco reúne las condiciones físicas que le permitan realizar viajes espaciales a tan largas distancias… ¡No deja de pensar en el hecho cierto de que, esas misiones, la puedan realizar los Robots para nosotros!
Así, la futura especie artificial de Robots inteligentes bien dotadas de los conocimientos necesarios, a los que físicamente la radiación del Espacio no les afecta, que no necesitan dormir ni comer, que no contraen enfermedades físicas ni están expuestos a síndromes psicológicos como nosotros, podrán ser los verdaderos “Señores del Espacio” y conquistar mundos.
Ese futuro de la Inteligencia Artificial, será, de la misma manera, un asombroso avance en la llegada a intervenir en nuestra Sociedad Humana, y, los Robots de última generación participarán en importantes sectores de nuestras vidas, e, incluso, formarán parte de Consejos mundiales que tomarán decisiones que afectaran de manera directa a nuestra forma de vida.
Podríamos seguir relatando lo que creemos que podría ser una realidad en lo que a la Inteligencia Artificial se refiere, y, nos quedaríamos cortos de lo que llegará a ser esa realidad en la que, finalmente, la Humanidad podría ocupar un papel secundario en un “mundo” regido por Robots inteligentes dotados de cerebros spintrónicos y positrónicos que habrán superado al complejo pero frágil cerebro humano.
¿Seremos tan “ciegos” de no ver lo que está delante de nuestros ojos?
Antes de seguir avanzando en el campo de la Inteligencia artificial, la Humanidad debería mirar las consecuencias de lo que está haciendo, y, pensar que, podría estar poniendo las bases para conseguir su propia destrucción.
el 6 de abril del 2025 a las 9:57
Es cierto que últimamente, todos están utilizando la I.A. para muchas cuestiones:
– Los estudiantes para contestar tareas.
– Los Aseso5rtes para plantear recursos ante la Administración.
– Los médicos para buscar soluciones a cuestiones que se le plantean y que no saben dilucidar por sí mismos.
T, así podríamos seguir y seguir….
Pero, ¡qué pasa con todo esto?
Pues pasa que estamos perdiendo nuestra facultad de pe4nsar y buscar nosotros mismos, la solución a los problemas, es como siempre hemos aprendido, y, si no acudimos a la I.A. para que nos soluciones la cuestión planteada, y, somos nosotros mismos, los que hacemos el trabajo de búsqueda y estudio para solucionarlo, ¿Cómo se nos quedará en l Mente esa solución para problemas similares del futuro?
Así estamos perdiendo la facultad de expresa5r lo que nosotros podemos desarrollar, y, en su lugar, estamos contestando con respuestas que no son las nuestras.
¡Qué vergüenza!
¿
Hacia donde nos llevará todo eso?
Pues nos llevará a un mundo deteriorado en el que, la mente humana, se habrá envilecido con el ofrecimiento de realizar menos esfuerzos, un caramelo envenenado de cuya dulzura nos arrepentiremos algún día.
Yo por si acaso, sigo escribiendo a mano y tratando de discurrir por propia cuenta, para poder divulgar los que la Ciencia avanza, y, puedo divulgar lo que los grandes genios descubren y ven en las distintas disciplinas científicas del saber humano, y, de vez en cuando, agreso a las mismas mi propia opinión sin tener que acogerme al ofrecimiento que me hacen desde las redes para que… ¡Una máquina conteste por mí!
Me niego rotundamente.